sábado, 14 de marzo de 2020

27 de marzo del 2011: tercer domingo de Cuaresma A


A guisa de introducción:

El agua y la mujer: Fuentes de vida

El martes pasado,  cuando precisamente celebrábamos la Jornada internacional del agua, vino a mi memoria la escena recurrente de las mujeres que buscan y sacan el agua de los pozos profundos en las regiones desérticas.  Cuando estuve en el Extremo Norte del Camerún en África, tuve la oportunidad de ver esas figuras femeninas  que semejantes a signos de admiración:  altas y llenas de alegría, cantaban , conversaban y caminaban hacia la fuente…Sus cántaros sobre la cabeza eran cual puntitos de esos mismos signos…y uno se las cruzaba en el camino yendo a pie, en bici o en carro o se les encontraba allí justo en el centro o afueras de los pequeños pueblos mientras sacaban agua de la fuente con ayuda de lazos o cuerdas hechas de diverso material. En medio de todo ese complejo mundo negro, árido y cada vez menos lejano para mí, me daba cuenta del coraje y alegría de aquellas mujeres capaces de sonreír a pesar de los múltiples sufrimientos que con seguridad Vivian…Redescubría una vez más, como el agua era la fuente de la alegría, de la esperanza, la fuente de toda vida…

Nos dice el Evangelio que mientras Jesús se dirigía a Jerusalén debía atravesar la Samaria (Jn 4,4). Dios quería que se detuviera cerca del POZO DE JACOB en la hora más calurosa del día, para encontrar esta mujer que  ha venido a sacar agua.  Y he aquí que este extranjero le pide: “Dame de beber” (Jn 4,7). Como dice San Agustín: “era en realidad de su fe que el tenia sed” (homilías sobre el evangelio de Juan, XV,11).

Porque este hombre ha tocado su corazón, la samaritana ha visto en él un profeta. Y aun mas, ella ha reconocido en Jesús “El Mesías, aquel que es llamado Cristo” (Jn 4,25).

Porque Jesucristo supo reconocer su gran sed de amor, ella ha olvidado su sed. “La mujer, dejando allí su cántaro, volvió a la ciudad” (Jn 4,28). Ella va hacia los suyos para dar testimonio de Jesús y a causa de sus palabras, muchos creyeron en Él.

Este tercer domingo  de Cuaresma, Jesús se detiene todavía a la orilla (o al borde) de nuestro pozo y nos dice a cada uno de nosotros: “Dame de beber”. Él tiene sed de nuestra sed. Él sabe que tenemos sed del agua que brota para la vida eterna. Él sabe también, que como esta mujer, nosotros buscamos a veces nuestra sed en otro lado, lejos de Él.

Que podamos reconocer y acoger de nuevo a Aquel  que ha dado la vida por nosotros.

Que podamos asumir todavía el riesgo de ser sus testigos…



LA SAMARITANA ENCUENTRA AL FIN EL HOMBRE DE SU VIDA (2)

La liturgia de este tercer domingo de cuaresma nos invita a meditar una de las escenas más extraordinarias del evangelio, donde San Juan nos revela todo el misterio del Don de Dios. Este misterio se muestra bajo el símbolo del agua que fecunda la tierra y dona la vida al mundo.

Jesús se presenta en el pozo de Jacob como alguien que tiene sed, que necesita ayuda, que está cansado por la jornada. El calor de medio día, sabemos cómo es de agotador, y allí al bordo del pozo el maestro se sienta. El no domina, no se muestra imponente, solo busca el contacto. Su petición de agua, toma por sorpresa a la samaritana. En razón del odio que había entre los judíos y los samaritanos, los judíos contraían una impureza legal si aceptaban de parte de los samaritanos , un simple vaso de agua. De ahí la pregunta de la samaritana cuando Jesús le dice: “Dame de beber”: “Cómo, tu siendo judío , me pides de beber a mí que soy samaritana?

Por causa de sus seis maridos, la mujer de Sicar decide, para ir al pozo, una hora donde ella no corra el riesgo de ser la burla de las otras mujeres. Con su pasado tormentoso, la samaritana se ve mal “pillada”, en un mal día frente a Jesús. Ella ha caído en la miseria, que se deja ir a la suerte de las desdichas, de las caídas…Es una mujer ultrajada, asesinada. Ella ha sido el juguete que ha servido a una media docena de hombres. Sin embargo, es a ella a quien Jesús va revelar su secreto. Ella ha sido escogida para recibir la confidencia de Jesús sobre Él mismo  y llegar a ser una testigo (misionera, apóstol) de su identidad.

El extranjero fatigado, el judío detestado ha adivinado su herida. El escruta su corazón femenino con delicadeza, sin herirla. Él ha intuido su sed de felicidad la que no  satisface los amores de paso? Este amigo desconocido parece tenderle la mano para revelarle que, a pesar de sus experiencias dolorosas, su vida no puede ser un fracaso?

Cristo sabe quién es ella, pero no la señala con el dedo, no le muestra ante sí un espejo acusador diciéndole : mírate, como eres tu una pobre miserable. Él “no le saca en cara” todo lo que no ha funcionado (o ido bien) en su vida amorosa. El no trata de humillarla. Al contrario se confía a ella.

Cuando Él le pide que vaya a buscar su marido, ella responde que no tiene marido. El Señor le recuerda que ya ha tenido 5 y que el hombre con quien vive ahora no es su marido. Jesús revela su situación pero no la juzga. Y sintiendo que el dialogo se hace cada vez muy personal, la samarita intenta evadirse (escabullirse) haciendo una pregunta teológica sobre la montaña de samaria y la montaña de Jerusalén. Y Cristo no la maltrata, no la acosa. El dialogo se desarrolla  en la franqueza pero también en el respeto y la ternura.

Para devolverla la esperanza a esta samaritana en el pozo de Jacob, Jesús transgrede todos los tabúes: el tabú racial, el tabú sexual y el tabú religioso. Jesús es un hombre libre. El no cree en los bloqueos definitivos, en las etiquetas hirientes ni en los odios ancestrales. Como siempre, Él sabe comunicar o dar  esperanza a aquellos (as) que están abatidos por las dificultades de la vida: “vengan a mí, ustedes todos los que sufren y penan por las pesadas cargas (cansados y fatigados) , que yo les aliviare” (Mt 11,28).

Se trata para Jesús de hacer brotar en esta mujer el nuevo ser, como lo hará de  igual forma con Nicodemo, Zaqueo y María Magdalena. Jesús construye un pozo en esta nueva criatura, un pozo que llega a ser fuente de agua viva y de fecundidad. Él le revela que ella vale más que la suma de todos sus fracasos.
Es ahora cuando Jesús le confía dos revelaciones : la primera sobre la verdadera naturaleza de Dios (Dios es Espíritu , y aquellos que adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad ; y la segunda sobre su identidad propia: “Yo se, dice ella, que el Mesías debe venir, aquel que llaman el Cristo…Jesús le responde: Soy yo, quien te habla”).

El corazón de esta mujer ha sido salvado. En su vida superficial, desperdiciada por una existencia muy terrenal y materialista, una fuente de agua viva ha brotado. Ella al fin ha encontrado el hombre que buscaba. Ella no tiene más necesidad de este pozo y de su cántaro. Ella corre rápido para comunicar lo que ella acaba de descubrir.

El pleno mediodía, el calor, la fatiga de la ruta representan, en este maravilloso texto de San Juan, nuestra vida difícil y monótona (rutinaria) de todos los días. Quién tiene sed en este relato? Jesús, con toda seguridad. En la simbología de Juan, se puede comprender acá la sed de Dios por el ser humano, su búsqueda desde siempre:  “Adán, donde estás? (Gen 3,9) “Yo he venido para buscar los pecadores y las ovejas perdidas” (Marcos 2,17).

Esta samaritana que ha buscado su felicidad, su verdad en sus amores pasajeros y no ha conocido que fracasos, esta consumida por otra sed que Cristo va permitirle satisfacer. Ella no tendrá nunca más “sed” porque la fuente de agua viva esta en ella y ella es hija bien amada de Dios.

Y nosotros, donde estamos en nuestra vida? Donde buscamos la felicidad? Cuál o qué tipo de sed tenemos? Al igual que la Samaritana, el Señor puede hacer brotar un manantial de agua fresca, una fuente de vida nueva: “Aquel (lla) que beba del agua que yo le daré no tendrá nunca más sed, y el agua que yo le daré será para él (ella) una fuente  que brota para la vida eterna” (Jn 4,14).



APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO: (3)

El riesgo de un verdadero encuentro

Tenemos acá un texto de una muy fuerte densidad humana y que Juan , como es su costumbre, le ha inyectado un contenido teológico. No retendremos que algunos aspectos.

Jesús tiene un encuentro imprevisto, con una persona un poco complicada y en el momento en que él no tenía cabeza para discusiones teológicas. Él estaba en camino, y cansado de caminar, Él se sienta simplemente al lado del pozo” (v.6), a la espera de que sus amigos vengan de la ciudad con la comida (v.8).

Pero la mujer a la que encuentra  es una mujer capaz de implicarse, es decir, tomar partido , por otro lado,  un poco como Él.

No es sorprendente que las máscaras caigan rápidamente  y se llegue a lo esencial en la conversación.

Y como la relación es auténtica, verdadera según las dos partes, no es sorprendente que se desenvuelva bajo el signo de la reciprocidad. En la medida que Jesús interviene en la vida de esta mujer, El acepta revelarle su propio misterio. Para Jesús,  para su punto de vista,  la evolución en  la manera como la mujer se ubica frente a él es significativa.

La continuación de la conversación es impersonal y no comprometedora: “Tu, un judío…(v.9). Pero Jesús quien está tomando conciencia de lo que sucede, contemplando ante quien se encuentra, provoca que el tono cambie rápidamente: “Señor…”(v.11). Después de cierto tiempo, la mujer está en capacidad de penetrar un poco más el misterio de Aquel que está en frente suyo: “Veo que eres un profeta…” (v.19). Y el encuentro culmina en la interrogación que se hace luz en el espíritu de la mujer: “No será Él el Mesías (El Cristo)?” (.v.29).

El impacto de Jesús sobre esta mujer probablemente tuvo varias dimensiones, si se juzga por los temas abordados.

Miremos la manera como Jesús hace surgir (provoca) la cuestión del “sentido”, en la situación personal de esta mujer. Ante todo, ellos sitúan claramente los hechos: Yo hago el amor, pero no tengo marido. Y Jesús reacciona de un modo quizás retador  ante esta situación: tú has tenido seis maridos, pero nunca has tenido una verdadera relación de pareja. Tú vives tus relaciones en lo provisorio y tu pasas quizás, al lado de lo esencial (vv.16-18).

Tales “reclamos u observaciones”  sorprenden a la mujer profundamente. Ella se torna escurridiza (quiere huir)  y ensaya de desviar la conversación sobre una discusión litúrgica (como cuando decimos popularmente: no me cambie la hoja, o el tema) (v.20). Pero Jesús la trae o encamina de nuevo a lo esencial: la religión no consiste en frecuentar los lugares de peregrinación sino en situarse (poner la cara) ante un Padre con lo verdadero y genuino suyo (con lo que se es verdaderamente, como se es en verdad) (v.23).

La mujer es llevada de nuevo a retomar conciencia de su situación. La religión llega a ser una cuestión pertinente (importante), no solamente el día que ella decida escoger una iglesia o una comunidad de base, sino el momento en que ella decida mirar su experiencia de vida, su existencia total frente a frente.

Todo comienza ahí. Después, uno descubre a Dios, dándose cuenta que la vida nos supera, es más inmensa  (y o compleja) de lo que nosotros pensamos  y que es necesario que la recibamos. “Si tú supieras el don de Dios…” (v.10).


DE CALIXTO (4)

Un humilde adjetivo

“Llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar. Cansado del camino, se sentó junto al manantial. Era alrededor del medio día”. San Juan, cap.4.

San Juan nos ha conservado en su evangelio una palabra que equivale a una reliquia de la humanidad de Jesús: Un humilde adjetivo, guardado con cariño igual que la fotografía de un hermano ausente, o aquella nota marginal que un amigo colocó en nuestro libro predilecto. Jesús “cansado” del camino, se sentó junto al pozo.

La escena está enmarcada en una sobria sencillez. Es mediodía. Hace calor. Jesús descansa junto al brocal del pozo, donde una vez Jacob abrevó sus rebaños. Desde el pueblo cercano, va a llegar de pronto una mujer para llenar su cántaro de agua.

Pero antes, podríamos adelantarnos para reunir a cuantos estamos agobiados por múltiples cansancios.

Quienes perdimos toda esperanza de deshacernos de algo que nos hace daño. Esposos, fastidiados uno del otro, a punto de renegar del amor y del ideal. Padre de familia, cansados en la lucha por sus hijos. O tal vez inmensamente angustiados ante alguno de ellos tarado, vicioso o enfermo.

Jóvenes desorientados, sin nadie que les tienda la mano. Que ya no esperan nada del futuro. Apóstoles tensionados o pesimistas, porque creen infructuosa su tarea y sólo ven oscuridad por todas partes. Los que confesamos llanamente nuestra equivocación al elegir al cónyuge, pero sentimos la necesidad de seguir adelante con la responsabilidad de una familia.

Los que gastamos la vida al cuidado de los enfermos y dolientes, tentados contra la paciencia y la perseverancia

Los enfermos crónicos y los moribundos a la espera de una muerte demasiado lenta, demasiado dolorosa. Los que hemos pecado mucho y ahora, hastiados, venimos de regreso pero sin saber hacia dónde. Los cansados de adquirir cosas y de gozar comodidades, sin gusto para ninguna generosidad e incapaces de todo esfuerzo. Los hartos de doctrina social, política o religiosa, que anhelamos solamente actitudes concretas, realistas y eficaces, que transformen un poco el panorama del mundo.

Todos tenemos derecho a acercarnos a Cristo, quien nos ha invitado: “Venid a mí todos los que estáis cansados y sobrecargados y yo os daré descanso”. Encontraremos un Dios fatigado y por lo tanto humano, amable, amigo, compasivo.

Pero es necesario, como la mujer de Sicar, detenernos un poco, escuchar qué nos pide, contarle nuestra propia situación, dejar a un lado nuestro cántaro, donde guardamos esa agua común que no quita la sed, y regresar luego llenos de esperanza a nuestro diario trabajo.

Entonces se cumplirá en nosotros la palabra de Cristo: “El que bebe del agua que yo le daré no tendrá nunca sed. Porque ella se convertirá en su interior en un surtidor que salta hasta la vida eterna”.


*****


 De :

Pero había todavía otra barrera más que Jesús elimina en esta ocasión. La Samaritana era una mujer. Los rabinos estrictos tenían prohibido hablar con una mujer fuera de casa. Un rabino no podía hablar en público ni siquiera con su mujer, o con su hermana o hija. 

Había fariseos a los que llamaban graciosamente «los acardenalados y sangrantes» porque cerraban los ojos cuando iban por la calle para no ver a las mujeres y se chocaban con las paredes y las esquinas. Para un rabino, el que le vieran hablando con una mujer en público era el fin de su buena reputación. Pero Jesús no respetó esa barrera, ni por tratarse de una mujer, ni porque fuera samaritana, ni porque hubiera nada vergonzoso en su vida. Ningún hombre decente, y mucho menos un rabino, se habría arriesgado a que le vieran en tal compañía, y menos en conversación con ella. Pero Jesús sí.

Para un judío esta sería una historia alucinante. Aquí estaba el Hijo de Dios, cansado, débil y sediento. Aquí estaba el más santo de los hombres, escuchando con simpatía y comprensión una triste historia. Aquí estaba Jesús pasando las barreras de la raza y de las costumbres ortodoxas judías. Aquí tenemos el principio de la universalidad del Evangelio; aquí está Dios, no en teoría, sino en acción.





REFERENCIAS:



-Pequeno misal de "prions en église"  (Canada)


-http://cursillos.ca


-HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus


-http://tejasarriba.org


-http://bendicionescristianaspr.com/?p=846



martes, 25 de febrero de 2020

26 de febrero del 2020: Miércoles de Ceniza: Inicio de la Cuaresma

Al iniciar hoy la CUARESMA, este tiempo de de 40 días de Gracia y preparación a la Celebración de la Muerte y Resurrección del Señor (Centro de nuestra vida cristiana), recordemos que es el AÑO DE LA PALABRA DE DIOS, oremos a nuestro Padre Dios por nosotros y nuestro Papa Francisco, Que todos juntos testimoniemos la alegría y el entusiasmo de nuestra fe en la coherencia de nuestros actos, gestos y palabras.


Primera lectura
Lectura de la profecía de Joel (2,12-18):

«Ahora, oráculo del Señor, convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,3-4.5-6a.12-13.14.17

R/.
Misericordia, Señor: hemos pecado

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R/.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso. Señor,
me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
 
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,20–6,2):

Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios



 Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,1-6.16-18):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensara.»

Palabra del Señor
 


A guisa de introducción:

Evocación de la ceniza

Cuando era pequeño, recuerdo que los miércoles de ceniza causaban cierta fascinación en mi. Ir al templo a dónde íbamos casi que obligados por los profesores y con el beneplácito de nuestros padres para que el sacerdote nos hiciera una pequeña cruz en la frente me hacía pensar muchas cosas, preguntarme para qué servía aquello, qué objeto tenia dejarse trazar un signo con ceniza de húmeda que según nos contaban era hecha con lo que quedaba después de quemar ciertos ramos bendecidos, precisamente el domingo de ramos del año inmediatamente anterior.   Aquella crucecita los infantes venidos de los hogares con fe de carbonero hacíamos el esfuerzo por conservarla  sobre nuestra pequeña frente toda la jornada y no lavarla ni quitarla hasta el día siguiente cuando tocaba baño obligatorio…A veces uno jugaba o corría y por el excesivo sudor ella se deshacía poco a poco,  y caía o en ocasiones a causa de la rasquiña que atacaba  sobre la parte frontal por la extraña sustancia sobre la piel y  en un arrebato espontáneo  pasábamos la muñeca para rascarnos y de paso borrar casi totalmente la cruz…inmediatamente después de esto venia un enfriamiento del estomago por el miedo sentido  por el atentado inconsciente contra aquella figurita tan sagrada para nosotros…

Es verdad que aquel sacramental (no sacramento)  de la imposición de la ceniza solo lo entendería yo particularmente con el paso de los años. Aunque es usual encontrar aun hoy muchas personas que no tienen la suficiente claridad sobre el por qué de este gesto con el que iniciamos el denominado tiempo de Cuaresma.

Hay que saber que la Iglesia católica ha tomado esto de la tradición de la Biblia y que lo ha conservado por siglos. En Israel se proclamaban ayunos públicos  en el tiempo de sufrimiento y de pruebas. La gente vestía de luto, reemplazaban sus vestidos por especies de sacos (o costales), no se peinaban y se cubrían el rostro con cenizas (practica que la Iglesia conserva en la liturgia de cada miércoles de ceniza). En el Evangelio Jesús no dice que estos signos de penitencia sean inútiles, igualmente el ayuno que expresa el arrepentimiento y acompaña la oración  (Mateo 4,1, Marcos 2,20), pero hace la precisión que estos gestos no bastan por sí solos ni son lo esencial. Ellos deben ir acompañados de un sentimiento de amor al prójimo, sentimiento de perdonar a quienes nos han ofendido y buscar la justicia.

Al imponernos la ceniza somos conscientes de nuestra condición dependiente, de nuestra condición de creaturas, de Hijos de Dios, de nuestra debilidad, de nuestra finitud, de nuestra condición de pecadores.

La primera lectura  del libro de Joel proclamada resume muy bien el objetivo de este tiempo de Gracia que hoy nuevamente iniciamos, por la boca del profeta,  Dios nos dice: “ Convertios  (Volved ) a  mí de todo corazón, todavía es tiempo, hay oportunidad, no es tarde para que ayunen, lloren y se lamenten…”, en una palabra para convertirnos. Durante los siguientes  40 días escucharemos continuamente esta invitación al cambio, a la purificación para tener la visión y el corazón más diáfanos y que nos permitan volver a sentir la cercanía de Dios que quiere lo mejor para nosotros.  
Sin duda alguna, imbuidos en esta sociedad turbulenta, de bullicio, de sensacionalismo y superficialidad no es raro que perdamos de vista que es lo esencial en nuestra vida, cuál es el sentido de nuestro trabajo, de nuestros afanes…La Palabra de Dios  en este confuso mundo se diluye, se pierde, la relativizamos y damos prioridad a otras voces, a otros llamados que al responderlos, no pueden colmar nuestro corazón como lo hace el mensaje divino contenido en el evangelio de Jesucristo.

Para introducir esta Cuaresma (palabra que quiere decir 40) la Iglesia nos propone una meditación viva sobre el PECADO Y LA MUERTE, y el rito de la ceniza nos recuerda nuestra condición de mortales y pecadores.


QUIERES TU SEGUIRLE?



Quieres seguir este Jesús en quien crees? QUIERES SEGUIR aquel  que abre el Camino de la Verdad hacia la Vida?..

La Cuaresma nos redescubre al Padre quien nos ha enviado a Aquel que queremos seguir. A su turno, Jesucristo también nos revela (nos muestra a ese Padre) Un Padre que como dice el evangelio de este día “ve todo lo que se pasa en lo más profundo de nuestro corazón”. Él ve los gestos que realizamos y las intenciones que nos motivan (nos empujan) para ejecutarlos. No es necesario que actuemos ostentosamente, “dándonos pantalla” para ser vistos: Él lo ve todo y lo ve con ojos de misericordia, con una mirada benefactora que levanta a la persona y la endereza.

La Cuaresma nos hace el llamado a volver nuestro corazón a Dios, caminando tras los pasos de Jesús, yendo hacia donde Él va e imitando su manera de vivir.  La invitación del evangelio hoy es a orar, a compartir, a perdonar sin medir nuestra piedad ni nuestra generosidad. Siempre es posible “descrestar” “sorprender” a nuestro prójimo quien puede felicitarnos por nuestras buenas acciones, mas Dios no tiene necesidad que uno le lance polvo a los ojos para que reconozca nuestra voluntad y nuestros esfuerzos. Él ve en todos los repliegues de nuestro corazón, lo que le hace latir al ritmo de la conversión. Él sabrá recompensarnos bien.


Oración:

Señor Jesús, yo quiero seguirte sobre los caminos de la humildad.
Permíteme orar simplemente, compartir discretamente,
Y que me deje mirar por Dios que ve en el secreto de mi corazón.



REFERENCIAS:


http://www.ciudadredonda.org/lectura/?f=2013-02-13
 

Lamarche, Denise. Carnet pour la réflexion et la prière quotidiennes.


Bible des Peuples


26 y 27 de febrero: Miércoles de Ceniza y Jueves después de la ceniza


Queridos lectores para una lectura y respectiva reflexión de la PALABRA DE DIOS DEL DÍA ir a:


Enseguida la reflexión prometida  (respecto a una cuaresma de conversión ecológica ) inspirada en los capítulos 7 al 11 del libro del Éxodo (las 10 plagas de Egipto).

LETANÍAS PARA LOS DÍAS DE CUARESMA

Miércoles DE CENIZA y JUEVES DESPUÉS DE LA CENIZA

Inspiradas en los capítulos 7 al 11 del libro del Éxodo

Miércoles  22 de febrero 2012

La Biblia nos habla de las  10 “plagas” de Egipto como otras tantas desgracias que golpearon este país a causa del “endurecimiento” de corazón del faraón, que se negaba a dejar partir el pueblo hebreo. Durante los 4000 años de su historia, Egipto ha seguramente vivido una u otra de estas catástrofes naturales (invasión de zancudos o de langostas, granizadas devastadoras, epidemias entre los animales, etc). Al ponerlas juntas, o al concentrarlas en un único relato ininterrumpido, los autores del Pentateuco han querido de manera genial presentar  un escenario o marco verdaderamente impresionante. Estas “plagas” han marcado  de sobremanera el imaginario colectivo  del pueblo de Israel que ellas serán evocadas por los autores de otros libros de la Biblia, en varios lugares, como tantas otras lamentaciones (ver Deuteronomio 26, 6-8; Josué 24,5; Salmos 78, 41-53; 105,24-39 ; 136,10-12; Nehemías  9,9-10; Judit 5,11-12).

Hagamos nuestras estas lamentaciones que meditaremos en los próximos días. Recordemos sobretodo que los autores las han utilizado con el objetivo de celebrar la intervención maravillosa de un Dios que aporta liberación, restauración y Vida Nueva.

LA TESTARUDEZ DE LOS PODEROSOS

Dios dice:

“Los poderosos y los ricos, los que dominan sobre este mundo, se obstinan, son tercos. La tierra esta en peligro, en grave peligro ; ella es maltratada, se le causa dolor, es oprimida, sobrexplotada, intoxicada. La polución no deja de aumentar, los desechos se amontonan, los mares y los océanos están convertidos en basureros y pozos de desperdicios, los bosques desaparecen, la desertificación crece, la biodiversidad disminuye a vista de ojo, los cambios climáticos se intensifican, los glaciares polares se derriten y el nivel del mar aumenta.

“Por qué los dirigentes, los gobernantes, los poderosos de este mundo se empeñan en negarse a actuar?   Por qué se obstinan en su rechazo a actuar de manera responsable, de modo eco-responsable? Por que la población de sus países deciden escuchar sus azucaradas y melosas  palabras de desarrollo sin limitaciones (o límites) de explotación, a marcha forzada de los recursos naturales en detrimento de los ecosistemas y de la salud de las comunidades locales? Por qué se dejan ellas enceguecer por las bellas promesas de progreso económico ilimitado? Porque se niegan ellas a leer los signos de los tiempos y a  cambiar de comportamiento? El grito de la tierra, ustedes acaso no lo escuchan?"

Diles entonces…
Dios dice:

Ve  entonces y diles a unos y a otros, en la mañana,  en la tarde y en la noche, en los medios de comunicación y en todas las tribunas. Diles a esos grandes que se reúnen para arreglar el destino futuro del mundo: G7, G8, G20, FMI, Banco Mundial y Foros de todo tipo, dile también a aquellos que consumen sin retenerse y sin inteligencia. Como Moisés en otro tiempo, diles que yo te envío hacia ellos para anunciarles los riesgos que vienen y los que ya están aquí.  Haz  más  que firmar peticiones, no te contentes con acciones individuales: toma tu bastón y golpea el suelo, eleva  y sostiene pancartas y banderolas, válete de porta voces y de slogans, manifiesta en las calles y en la plaza pública. Une tu voz a la de otros profetas de hoy: ecologistas, ambientalistas, pacifistas, antimilitaristas, adeptos a la simplicidad voluntaria, etc. Juntos, diles en voz alta y fuerte: “EL Dios de la creación les advierte: liberen mi tierra, libérenla de la explotación cruel y exagerada. Reparen los daños que ustedes le han hecho, para que ella me rinda Gloria con toda su belleza, su frescura y su verdor.
Libérense ustedes  de sus esclavitudes de consumación desproporcionada”.
« Hasta ahora, ustedes no han escuchado nada en absoluto : ahora, miren lo que sucede. »


Jueves 23 de febrero:


Las aguas convertidas en sangre:

(Éxodo 7:14-25)

 La primera plaga fue la de la sangre. Dios dio instrucciones a Moisés para que le dijera a Aaron que levantara su báculo sobre el río Nilo. Como consecuencia, toda el agua se convirtió en sangre, matando todos los peces del río y llenando Egipto de un olor nauseabundo. Los hechiceros de Faraón demostraron entonces que también ellos podían convertir el agua en sangre, y el faraón, por lo tanto, no cedió ante las demandas de Moisés.

Dios dice:

“Miren: no ven ustedes acaso? Las aguas se han convertido como en sangre negra, tóxicas, nauseabundas, contaminadas, sucias. La fuente de la vida se ha convertido en fuente de muerte para decenas de comunidades pobres, que viven cerca de alcantarillas o cloacas a cielo abierto o que beben corrientes de  agua contaminadas, mientras que la sociedad que se dice “civilizada” malgasta este recurso vital.

“Miren: acaso no ven? Los peces y los seres vivos marinos mueren por millones; los delfines y demás cetáceos son envenenados y sufren de cánceres, los esturiones no llegan a la madurez; los corales magníficos de los mares  del Sur se deterioran sin esperanza de revivir. Las fugas de los pozos de petróleo y los derrames salvajes polucionan desmesuradamente los mares del planeta. A fuerza de botar una y otra vez toneladas de desechos al mar, día tras día, un inmenso continente de residuos de plástico, tan grande como la Australia, se ha formado en el Océano Pacifico.

El fitoplancton (plancton vegetal) que está en la base misma de toda la cadena alimenticia muere lentamente por la absorción de esos pedazos de plástico en descomposición.

Ne ven ustedes lo que yo veo? Conviértanse! 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:



DAVID FINES ET NORMAN LÉVESQUE. Carême 2012 au Quotidien 






PARA VIVIR LA CUARESMA DIA A DIA: (1)


MIERCOLES DE CENIZA:

Dios nos llama!



Al inicio de la Cuaresma, se nos hacen dos llamados.

El primero nos viene de Dios: “Dios mismo les llama”; nos dice San Pablo. Y el profeta Joel precisa: “ vuelvan a mí de todo corazón”. Un llamado que se asemeja a una oración. 

Dios “no tiene nostalgia del país”, Él “tiene nostalgia del hombre!” Pues el corazón del ser humano es su país, su casa, su patria. Es ahí donde Él es feliz. Desafortunadamente, su llamada pretende ser ahogada, debilitada por otras muchas voces. Nuestra vida se parece a una plaza o  mercado de feria, o una particular subasta donde nuestras almas se venden  no a aquel que ofrece más, sino a aquel que grita más fuerte. Pero Dios no grita. El gran profeta Elías no lo percibió ni en la tempestad ni en el terremoto, sino en la brisa de un viento ligero” (1 Reyes 19,12).

El otro llamado o llamada que brota de nuestros labios, es un grito que sale de nuestra fragilidad, de nuestras decepciones, de nuestras ambigüedades:

“Misericordia Dios mio por tu bondad
Ten piedad de mí,
Crea en mi un corazón puro,
Devuélveme la alegría” (salmo 50)

La cuaresma, finalmente, no hará que hacer sonar estos dos gritos, para que ellos nos invadan o nos habiten, y que nosotros también nos apropiemos de ellos.

EL SIGNIFICADO DE LA CENIZA:

Hoy existen empresas que se encargan de esparcir sus cenizas en cualquier  lugar del mundo que usted  escoja. Es una manera costosa de no dejar ninguna huella? La fe cristiana por el contrario afirma que Dios no quiere que desaparezcamos sin dejar rastro (huellas).

Una mujer olvida su bebe, no tiene ella piedad por el hijo de sus entrañas? Mismo si las mujeres olvidan, dice Dios, Yo no te olvidaré. Mira, yo te he grabado sobre las palmas de mis manos (Isaías 49, 15-26).

Alabado sea Dios que está aferrado a nosotros hasta el punto de querer escribir su nombre en nuestras manos, hasta el punto de querer conservarnos vivos en su presencia.


SUGERENCIA

En un lugar bien visible de mi casa, dispongo una biblia, y al lado un recipiente que contenga un poco de ceniza. A lo largo de la cuaresma, esto me recordará a la vez mi fragilidad y la Palabra de Dios que me aporta la vida.

PARA VIVIR LA CUARESMA DIA A DIA...(0)


PARA VIVIR LA CUARESMA DÍA A DÍA:


“Llamadas ilimitadas!” es una atracción, una tentación que nos ofrecen a menudo las empresas de telefonía sea celular o fija. 

En el internet, nos ofrecen sea a través de las redes sociales, nuestras bandejas de correos,  los motores de búsqueda, los periódicos y demás  virtuales, etc. cientos de correos, miles de anuncios e imágenes, insinuaciones, invitaciones, anuncios que nos invitan a reaccionar, a responder ...


Justamente ese es el problema: tenemos demasiadas llamadas (llamados). Y no podemos distinguir las llamadas importantes de aquellas que nada más distraen.

Nuestra fe se resume en una gran llamada (llamado): La llamada, el llamado a VIVIR! He aquí lo que resuena  durante todo el tiempo de cuaresma. Al crear el ser humano, Dios le llama (le invita) a vivir:

PRIMER DOMINGO DE CUARESMA:  Nos presentará la figura de ADAN) este llamado exige a veces mirar nuestras debilidades, nuestros errores, examinarnos…Que no va bien en nuestros actos, en nuestra vida.

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA:  (Nos presenta como figura central ABRAHAM) Este llamado exige a veces, nuevas partidas, rupturas y se precisa para una vocación en particular.

TERCER DOMINGO DE CUARESMA:  (DAVID) Pero nos dejamos seducir por otros llamados que nos conducen hacia pozos en donde el agua no puede saciar o calmar  nuestra sed.

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA:  (LA SAMARITANA) Mas hay pozos  que pueden sumergirnos en una noche profunda.

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA: (EL CIEGO DE NACIMIENTO) Lejos de abandonarnos, Dios viene a nuestro encuentro para volvernos a llevar a la vida en la persona y obra de Jesucristo.

La cuaresma nos presenta en resumen el drama del ser humano. De un lado, un gran llamado que viene de Dios que nos quiere llevar a la VIDA. Del otro, tantas llamados (llamados) que contaminan nuestro corazón.

Estos 40 días entonces, son un regalo que Dios nos ofrece. Acompañados de (por)  su Palabra, a veces ruda, acompañados también de  nuestros hermanos  y hermanas en la fe, podremos abrir nuestro corazón en grande a este llamado a la VIDA.

Bendecida cuaresma!