miércoles, 27 de julio de 2011

31 de julio del 2011 18º Domingo del tiempo ordinario (A) (2ª parte)


Queridos lectores de este blog y comentarios de la Palabra de cada domingo,
 
Buenos días,

Ante todo pedir disculpas por irrumpir quizás sin su aprobación en su bandeja de entrada cada semana con mis comentarios.

He querido dejar ver claro que respeto los derechos de autor y he tratado siempre de compartirles y o hacerles saber siempre mis fuentes de consulta (al final, referencias bibliograficas).

Una que otra vez aporto desde mi experiencia de fe y compartir de la fe, pero casi siempre elaboro estos comentarios con base a partir de traducciones de textos del francés que considero me impactan y que  pueden servirles también a ustedes…

La extension no debe ser impedimento para valorarlos, pues, casi siempre pongo varias alternativas (dos o mas comentarios) que deben escoger para su compartir, pienso...
Agradezco a quienes discretamente me han comunicado su beneplácito y gusto por esta modesta colaboración y sencillo aporte que busca dar pistas y luces para comprender el evangelio y encausar nuestra vida creyente o no creyente de todos los días.
Por ello me gustaría saber quienes  (SI) están verderamente interesados en continuar recibiendo estos textos para incluirlos en una próxima lista…Consideraré que no es justo porque no les guste estos escritos, sino porque tal vez visitan regularmente mi blog (http://gusqui.blogspot.com)  a donde son destinados finalmente…entonces díganme sencillamente respondiendo automáticamente este mensaje SI o NO…
SI. para continuar enviándoles,
NO, dejaré de hacerles llegar el comentario.

Buena semana

Dios los bendiga,


APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA Y POLÍTICA AL TEXTO DEL EVANGELIO…


No nos sintamos inútiles, Dios necesita de nuestras manos:

"Solo se ama con las manos, todo lo demás es literatura"...  


El Evangelio de este domingo comienza  por decir  que Jesús una vez escucha de  la muerte de su primo Juan Bautista a manos de Herodes, decide retirarse en barca,  a un lugar alejado y de calma para estar con sus discípulos. El relato puede hacernos creer de entrada que Jesús huye de los problemas, que quiere hacerse el desentendido, el insensible…Y de hecho muchos entre nosotros, quisiéramos  en el fondo que así fuera, quedarnos con esa sensación de tranquilidad, quedarnos convencidos de que Jesús aprueba una reacción así…

Como nos gustaría en nuestro inconsciente sentir lo que sentirían quizás los discípulos sobre la barca con Jesús: que bueno ir a un lugar desértico, tranquilo y así huir de este mundo que no exige sino deberes y despierta angustias y preocupaciones…

Es solamente la lógica del texto que nos lleva a concluir que los discípulos están con Jesús en la barca porque en la escena siguiente ellos estarán aun con Él.  No es para huir de la realidad del mundo que los ha llevado consigo, sino para hacer frente a la realidad que se presenta.

No creeríamos  estar hablando bien, porque es cuando  creemos estar exentos  y o libres de tentaciones que estas surgen a nuestro paso, sin que seamos conscientes? En cuanto a Jesús, Él ha puesto sus discípulos en una situación en la que deben estar atentos, con los ojos abiertos, quizás sin que ellos se den cuenta de ello. Ellos llegan a un lugar desierto. Pero al mismo tiempo que es un refugio, el desierto es un lugar repulsivo donde la tentación toma toda su fuerza y sus contornos. No olvidemos que es cuando Jesús se refugia en el desierto que es tentado más cruelmente.

Ellos ya están entonces  advertidos, mismo si no están conscientes de que van a un lugar desértico no para estar en seguridad, sino para enfrentar las realidades difíciles que les espera.

No es acaso también la primera tentación para nosotros el querer huir lejos de la humanidad para estar más seguros? Ella está en el hecho de creer que es la presencia de los demás que nos pone en peligro, cuando los demás, en estos tiempos revueltos, de crisis y o difíciles están también en peligro como nosotros.

Uno no sabría decirlo mejor. Apenas ellos ponen un pie sobre tierra los otros llegan casi que inmediatamente. La multitud llega con sus problemas y sus necesidades. Hombres y mujeres de toda condición. Ellos han llegado casi  primero, caminando hasta este lugar.

Y cuando los amigos de Jesús creían huir de las amenazas y riesgos de un mundo que ellos creían peligroso para ellos, es el mundo que viene ahora hacia ellos. Si Jesús les ha traído consigo sobre las aguas del lago, es quizás para alejarse del tirano sanguinario (Herodes) que amenazaba sus vidas, y no  para desentenderse o alejarse de los problemas de los hombres que han venido a su encuentro.

Antes de ir más lejos, constatamos que a veces cuando uno se cree afligido por los eventos, uno no ve que se encuentra más bien en una situación favorecida, privilegiada. Los amigos de Jesús deberán meditar este estado de hecho en los momentos que van a seguir. La situación llegara a ser provocante para ellos como para nosotros. Mientras que ellos se consideren víctimas de los eventos, ellos permanecerán incapaces de responder a aquello por lo que el Señor les interpela. Y nosotros con ellos.

La multitud está ahí, la ven al bajar de la barca. Es a Jesús que buscan, y si es a Él a quien buscan, pues que sea Él quien se ocupe de ellos, pensaran sin evitar un poco de risa.  Está muy bien lo que hace Jesús! Él se ocupa de aquellos por los que nadie se preocupa. Él arregla sus problemas, cura a los que están enfermos, consuela sus almas atormentadas, les ensena los caminos para llegar a Dios. Él no determina sus discípulos e ignora su presencia, sabiendo que están allí, Él sabe o piensa que somos inútiles.

A nosotros nos pueden llegar estos mismos pensamientos de los discípulos, pero no olvidemos que estamos también llamados a asumir su misma causa …Nosotros estamos en su papel que anticipa a la Iglesia.

Este relato nos describe un mundo donde Dios, por las manos de Jesús transformaría las situaciones de tristeza y depresión en situación de esperanza. Es Él quien hace todo. Sus amigos no hacen nada. He aquí una descripción que podría representar bien la sociedad de nuestros días. Tenemos la imagen de un mundo donde todo va bien sin que la Iglesia intervenga. Dios hará su trabajo sin que nosotros, la Iglesia tengamos necesidad de mezclarnos. Los enfermos serán sanados, las multitudes serán instruidas y sanadas.  Tenemos acá una anticipación de la sociedad laica contemporánea.  Los discípulos, es decir, la Iglesia, será puesta de lado, alejada del mundo, ellos no intervendrán en los asuntos y se callarán.

Volviendo a nuestro relato, constatamos que los discípulos se dan cuenta que los tienen al margen de la situación, y es por ello que intervienen. Ellos constatan que se hace tarde y que el lugar es desértico. Ellos han visto bien. El desierto es el lugar de todas las tentaciones. Las dificultades a las cuales esta pobre gente se va a ver confrontada van a surgir. La cuestión de la comida y dela abrigo va a lanzarse.
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“Que vayan a los pueblos vecinos para que otros con más capacidad que nosotros  se ocupen de ellos”, dicen  (los discípulos a Jesús ).

El desierto, lugar de tentación, es ante todo lugar de tentación para ellos.

-         “Puesto que ustedes tienen buenas ideas- parece decirles Jesús-, pónganlas en práctica, denles ustedes mismos de comer” .
-         “No tenemos los medios –le responden ellos- Tu nos pides lo imposible”.

Como sus discípulos de aquel día, hoy son los creyentes que en este mundo se declaran incompetentes. Y por tanto estamos invitados a actuar, ahora cuando nos sentimos inútiles en un mundo que aparentemente (no nos necesita más)  no tiene más necesidad de nosotros.
El único papel en el cual nos reconocemos, es el de decir a los demás “lo que se debe hacer” y  jugar al profeta de desgracias, culpabilizándolos en nuestro discurso, según el cual, las cosas irían mejor si hubiéramos escuchado.

Por esta historia, Jesús nos muestra que es cuando todo se torna difícil, es decir imposible, es cuando y cuanto más  nosotros debemos hacer cualquier cosa por la humanidad. Jesús nos da acá una lección para saber hacer la operación, lo que las biblias llaman : “El milagro de la multiplicación de los panes”. Pero es verdaderamente un milagro?  Es cierto, todo el mundo come, pero que hace realmente Jesús?

EL hace simplemente el gesto de compartir. El utiliza lo que tiene: 5 panes y 2 peces. No es gran cosa, es casi que irrisorio. Enseguida no vemos que los efectos de su gesto. La única cosa que se sabe es que Jesús logra hacer lo que Él debía hacer con lo que tenía a su disposición, casi nada. De igual modo, si nosotros tenemos poco, ello no nos impide de comenzar, ensayar , intentar…la fe hará el resto.

Jesús dirige este mensaje a los creyentes invitándoles a no considerar su debilidad, su falta de dinero, su minoría (en cantidad)  para justificar su inacción (inactividad). El milagro no tiene prodigio (magia, hechicería), pero si muestra nuestra capacidad de comenzar a trabajar con la fe. Lo que se nos pide es dar esperanza. Y por ella sola la fe puede ayudarnos a llegar a ella. 
 
CONCLUSION    (Tomado de http://feadulta.org)

Marcos Rodriguez

Ya tenemos los elementos que nos permiten interpretar el relato, más allá de la letra.

El evangelio nos da continuos ejemplos de cómo Jesús se preocupó de las necesidades materiales de la gente. Pero también se quejó de que le entendieran mal, y terminaran creyendo que había venido para eso. "Me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros."

    El mensaje del evangelio de hoy no es que, al ver el milagro, concluyamos que Jesús es Dios; ni que podemos esperar de él que nos va a sacar las castañas del fuego.

   Cuando Jesús se retiró al desierto, después del bautismo, la conversión de las piedras en panes, se presenta como una tentación.
 El ver a Jesús como un "taumaturgo" hacedor de milagros, está ya muy criticado en los mismos evangelios. Seguir creyendo en el siglo XXI en milagros (tal como la mayoría lo entiende) para solucionar los problemas, es la mejor demostración de nuestra falta de madurez religiosa. Es también una demostración de que nuestra idea de Dios sigue siendo arcaica e interesada.

    El verdadero sentido del texto está en otra parte. La dinámica normal de la vida nos dice que el “pan” indispensable para la vida, tenemos que conseguirlo con dinero; porque alguien lo acapara y no lo deja llegar a su destino, más que cumpliendo unas condiciones que el que lo acaparó impone: el “precio”. Lo que hace Jesús es librar el pan de ese acaparamiento injusto.

    La mirada al cielo y la bendición son el reconocimiento de que Dios es el único dueño y que a Él hay que agradecer el don. Liberado del acaparamiento, el pan, imprescindible para la vida, llega a todos sin pagar un precio por él.
   
Jesús, nos dice el relato, primero siente compasión de la gente, y después invita a compartir. Jesús no pidió a Dios que solucionara el problema, sino que se lo pidió a sus discípulos. “Dadles vosotros de comer”.

    Aunque en su esquema mental no encontraron solución, lo cierto es que, todo lo que tenían, lo pusieron a disposición de todos. Esta actitud desencadena el prodigio: la generosidad se contagia y produce el milagro. Cuando se dejan de acaparar los bienes, llegan a todos. Los hombres, no deben actuar de manera egoísta.

    Curiosamente hoy son la primera y la segunda lectura las que nos empujan hacia una interpretación espiritual del evangelio.

    Los interrogantes planteados en las dos primeras lecturas podrían ser un buen punto de partida para la reflexión de este domingo.
     
La primera nos advierte que la comida material, por sí misma, ni alimenta ni da hartura. Sólo cuando se escucha a Dios, cuando se imita a Dios se alimenta la verdadera vida.

    Is 55,1-3
    ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y salario en lo que harta?

    En la segunda lectura nos indica Pablo dónde está lo verdaderamente importante para cualquier ser humano: el amor que Dios nos tiene y se manifestó en Jesús.

    Rom 8, 35-39
    Nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios.

    Después de un día con Jesús, aquella gente fue capaz de compartir todo lo que tenían, que en aquella circunstancia no era más que unos pedazos de pan duro, y unos peces resecos. Para nosotros ese es el verdadero mensaje.

    Nosotros, después de años y años junto a Jesús, ¿qué somos capaces de compartir? No debemos hacer distinción entre el pan material y el alimento espiritual. Sólo cuando compartimos el pan material, estamos alimentándonos del pan espiritual. En el relato, el nivel espiritual y el material se entremezclan y no hay manera de separarlos. La compasión y el compartir son la clave de toda identificación con Jesús. Es inútil insistir porque es el tema de todo el evangelio.

    El verdadero mensaje del evangelio de hoy está en que, cada vez que se comparte el pan, se hace presente a Dios que es amor. No hay otra manera de acercarnos a Dios y de acercar a Dios a los demás.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: 

 Le sermon du dimanche matin por Jean Drome,  en   http://jbesset.blogspot.com/

Comentario del evangelio de Mateo por Marcos Rodriguez en http://feadulta.org