Hacia una cuaresma
o conversión ecológica:
Décima
plaga de Egipto:
Muerte de
los primogénitos
(Éxodo
11:1-12:29-51)
La décima
y última plaga de Egipto fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto
-nadie escapaba, desde el más bajo funcionario hasta el propio primer hijo del
Faraón, pasando por los primogénitos del ganado. Antes de dicha plaga, Dios
mandó a Moisés a informar a todos los israelitas de la sangre del cordero que
debían poner en sus puertas, para que Dios (Yahve en Hebreo, no el ángel de la
muerte, como comúnmente se pensaba - ver Éxodo 12:12-13) pasase de sus puertas
y, así, pudiesen evitar que todos los primogénitos israelitas murieran. Este
fue el más duro golpe a Egipto y la plaga que finalmente convenció al Faraón de
que debía liberar a los israelitas.
Después de
esto, el Faraón, furioso y triste, ordenó a los israelitas desaparecer,
dejándoles tomar lo que quisieran. Los israelitas no vacilaron y al final de
esa noche los llevó a Moisés de Egipto con "armas erige".
Dios dice:
“Miren: no lo ven ustedes? Ustedes no
heredarán la tierra, se dice; ustedes la relegaran a nuestros hijos. Pero
tantos niños son condenados a muerte y fallecen antes de los 5 años, más de
40.000 por día: 5000 por falta de agua potable, 18000 a causa del hambre. 400
millones de mis niños pequeños tienen hambre en el mundo. 11 millones mueren
cada año por enfermedades que pueden ser
curadas fácilmente: la diarrea, el paludismo, la neumonía, el sarampión, el tétano.
Reflexionen! Con el ritmo actual de explotación
y de consumo, que dejarán ustedes a las generaciones que vienen? Si ustedes no se convierten será una tierra
muerta y devastada lo que ustedes legaran. Una heredad o herencia desértica.
“Es media noche menos un minuto: qué harán
ustedes en el transcurso de la década que viene? Qué harán ustedes mañana? Qué harán ustedes
hoy?
No ven lo que yo veo? Conviértanse!
Referencias bibliográficas:
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Gustavo Quiceno