miércoles, 25 de julio de 2012

29 de julio del 2012 : 17o domingo del tiempo ordinario (B)




PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO SEGUNDO DE LOS REYES 4, 42-44

En aquellos días vino un hombre de Bal-Salisá trayendo en la alforja el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente para el profeta del Señor. Elíseo dijo.
-- Dáselos a la gente para que coman."
El criado replicó:
-- ¿Qué hago con esto para cien personas?
Elíseo insistió:
-- Dáselos a la gente para que coman. Porque esto dice el Señor: "Comerán y sobrará."
El criado se los sirvió a la gente; comieron y sobró, como había dicho el Señor.
Palabra de Dios



SALMO RESPONSORIAL
SALMO 144

R.- ABRES TÚ LA MANO, SEÑOR, Y NOS SACIAS.
Que todas las criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.-

 Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias favores a todo viviente. R.-

 El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.-



SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 4, 1-6

Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor, esforzaos en mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Palabra de Dios


 ALELUYA Lc 7. 16
Un gran profeta ha surgido entre nosotros: Dios ha visitado a su pueblo.


 EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 1- 15

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacia con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca de la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente dijo a Felipe:
-- ¿Con qué compraremos panes para que coman estos? (lo decía para tentarlo pues bien sabía él lo que iba a hacer).
Felipe le contestó:
-- Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.
Uno de sus discípulos, Andrés el hermano de Simón Pedro, le dijo:

-- Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces, pero, ¿qué es esto para tantos?
Jesús dijo:
-- Decid a la gente que se siente en el suelo.
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron: sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados; lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos:
-- Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
-- Este si que es el Profeta que tenía que venir al mundo.
Jesús sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo.
Palabra del Señor




A guisa de introducción:

Pan, comida, compartir y eucaristía…

“…en realidad el hombre tiene necesidad de algo más que el pan o la comida física…cuando bebe y come está en búsqueda de algo que le permita no tener ya más hambre y sed. Asegurando ya su comida, él (o la sociedad) multiplicará los objetos de su deseo, sin encontrar nada que lo satisfaga. Nosotros estaremos satisfechos solo el día de la resurrección, en la asamblea de todos los santos en el cielo, donde reinaran la PAZ y la UNIDAD totales y perfectas. Y esto es precisamente la obra del Hijo del Hombre…”(Comentario de la Biblia de los pueblos en francés).

“Quien comparte su comida, no pasa solo la vida.” (Anónimo)

“Cuando mi madre nos daba el pan repartía amor.” Joël Robuchon

“Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres.”
(Mohandas karamched GANDHI)

“El placer de los banquetes debe medirse no por la abundancia de los manjares, sino por la reunión de los amigos y por su conversación.” (CICERÓN)

“La sociedad está dividida en dos grandes clases: la de los que tienen más comida que apetito y la de los que tienen más apetito que comida.”
(Nicolás-Sebastien ROCH CHAMFORT)

“Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de ternero cebado donde hay odio.” (SALOMÓN)

“Antes de dar al pueblo sacerdotes, soledad y maestros, sería oportuno saber si por ventura no se está muriendo de hambre.” (Nikoláievich TOLSTOI)

“El hombre no debe atender tanto a lo que come como a con quien come.”

“Debemos buscar alguien con quien comer y beber antes que buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o de un lobo.”

 “Debemos (hemos) de comer para vivir”; 

“Mientras que el enfermo coma no hay peligro o riesgo de muerte”  o “enfermo que come no muere”,

“barriga llena, corazón contento”.


Todas estas frases nos hacen tomar conciencia de la importancia que tiene la comida, el comer, el pan, en nuestra vida de todos los días. Pero no es lo mismo el pan solo o el pan por el pan, la comida por la comida sino no se comparten.

Comer es una necesidad y un placer. La naturaleza está bien hecha, porque placer y necesidad siempre han convergido en el curso de la evolución, al menos en este aspecto. Cuando se tiene la ocasión de alistar la mesa, tender manteles y darse a la dinámica (o liturgia) atenuante para dar gusto a sus invitados, entonces la felicidad no está lejos y la paz habita los muros. El arte de la mesa es una puesta en escena de la felicidad. Se reconoce bien ahí, en este simple aspecto de la vida, los trazos fundamentales de la humanidad.


Desde siempre y en todos los pueblos y culturas tradicionales y actuales, el pan es eje de encuentro, motivo para compartir…Es más, una comida compartida sabe distinto a una comida que se ingiere a solas.

La familia que come reunida en la mesa manifiesta confianza, complicidad, diálogo, oración, gratitud y amor. Comemos en casa reunidos alrededor de la mesa?

Además no es cierto que cuando queremos realzar la amistad y la alegría del encuentro ponemos una comida o una invitación a comer de por medio?

En la Biblia, el pan alimento necesario para la vida del hombre, es por otra parte  un don de Dios (Salmo 130,14 y ss).

La Biblia misma nos muestra que el hambre (ganas o deseos de comer el pan o acceder a la comida) expresa el deseo que habita el corazón de los humanos de acercarse a Dios y a sus semejantes.

En el evangelio Jesús sabe que la gente que le sigue busca su presencia. Si Él les da de comer, es para provocar o abrir en ellos el hambre de una comida que podrá colmarles o saciarlos de otro modo. Es por ello que se sirve del “fiambre” , “El viático” o el “picnic”  de un pobre chico (5 peces y 2 panes) y que se retira cuando ve que lo quieren proclamar como rey.

No es seguramente cuestión de azar que hoy nos reúna todavía alrededor de una mesa (la eucaristía).

De qué tenemos hambre nosotros?




Aproximación psicológica del evangelio

Fe inmadura?

Conocemos bien esta escena donde Jesús alimenta 5000 personas solamente con 5 panes y dos peces. Si estamos bien familiarizados con el Antiguo Testamento, sabremos que este episodio está inspirado en el relato del profeta Eliseo, que hallamos en el Libro de los Reyes, donde este alimenta 100 personas con 20 panes. Pero el evangelista termina el relato hablando de “signo”. Signo de qué?

Un signo es como este dedo que muestra o señala con dirección a la luna, es a la luna que se debe mirar, no el dedo. Hacia donde señala nuestro relato? Miremos los símbolos.

Jesús se sienta sobre una montaña, exactamente a la manera de un maestro a punto de enseñar a sus discípulos. Cuando Él toma el pan, da gracias y lo distribuye a la gente, esta escena, que  evoca para nosotros claramente la Eucaristía y el pan bendito compartido, nos renvía  a su enseñanza, no solamente a través de sus palabras sino también con el conjunto de su vida. Es lo que han comprendido bien las personas que han comido, porque ellos toman a Jesús por un profeta, más precisamente como el nuevo Moisés prometido por Dios para una nueva revelación.

Todo apunta hacia una escena de hecho cristiana: después de haber pasado por el agua del bautismo (el paso hacia la otra rivera), el creyente que yo soy, sanado de su enfermedad, es alimentado por la Palabra de Jesús resucitado, quien es en efecto toda su persona, y él puede comer todo lo que quiera, en la medida en que pueda recibirlo. He aquí la Eucaristía. Por lo tanto este relato dice todavía mucho más.

Recordemos como Yahvé ha alimentado su pueblo cuando dejó Egipto. La gente ha debido comer de pie, a las carreras. En el desierto, la comida ha caído del cielo, en forma de mana. En el relato de Juan, es todo lo contrario, la comida no viene del cielo, como para decir que Dios no habla más por intermediarios. Dios habla a través de las cosas simples de la vida, como por ejemplo, a través de este chico que tenia los 5 panes. Ya no se está más de pie, uno se sienta confortablemente sobre la hierba, y uno se da el tiempo para comer tanto como se quiera, como en una fiesta, como en un buen picnic, es esto lo que Dios quiere.

Qué significa todo esto? No es en el cielo o en los fenómenos extraordinarios que se encontrará  un signo de Jesucristo. Los panes y el pescado que encontramos en las manos de un niño, por ejemplo mi vida, simple y ordinaria, todo ello es suficiente para alimentar la multitud. Veamos! De qué manera  mi vida puede  ser alimento (comida) para los demás? Es la cuestión de Felipe en el evangelio. Nuestra pregunta podría ser: ahora que yo estoy viejo o enfermo, o aislado en un rincón perdido, o sin educación o diploma, como puedo aportar alguna cosa a los demás? Cada uno a su manera (o modo) lanza la misma pregunta. Y el evangelista responde: mira el mundo con los ojos de la fe, ya que la fe es una manera de ver lo invisible y decir: ” yo te doy gracias, Señor, por mi vida en este día, porque (mismo) si yo soy anciano o débil, yo sé que por ella tu realizas cosas maravillosas más allá de lo que yo puedo ver”.

Una última pregunta. Como distinguir entre una fe inmadura y otra que no lo es? La madurez es esta capacidad de evolucionar sin cesar, de estar siempre aprendiendo. Miren a Jesús. Un día tiene enfermos ante él,  otro día personas hambrientas. Y la gente tiene dificultad  de decir quién es él, un curandero, un profeta, un rey?  No se le puede encerrar en una sola definición. He aquí porqué pretender saber quien es Dios y saber lo que Él quiere de una vez por todas demuestra o revela inmadurez, ya que en ese momento yo me quedo fijado en el pasado y yo me revelo a no querer continuar creciendo. Crecer es decir: “Señor, yo acepto mi vida tal como es hoy, sin nostalgia del pasado, yo doy sin esperar recompensa, a ti te corresponde trazar mi camino, porque yo acepto evolucionar hasta mi ultimo suspiro”.


 Y hablando de esos pedazos de pan que quedaron o sobraron? Qué pueden significar?

Ellos son en mi opinión, pedazos de amor y de vida:

-         Aquel de subir a la montaña y enseñarnos a venir cerca a Dios,

-         Aquel de elevar los ojos y enseñarnos a ver más allá de nuestras propias limitaciones o fracasos,

-         Aquel de acoger al desconocido y enseñarnos a ir más allá de nuestras fronteras, 

-   Aquel de buscar ofrecerle pan (al extranjero)  y enseñarnos a entregar todo por  la felicidad o bienestar de los otros,
-        
          Aquel de incitarnos a ver nuestras limitaciones y enseñarnos a pedir ayuda,

-  Aquel de instalar sus huéspedes (o comensales) en un lugar de paz y enseñarnos a atenderlos ( y o cuidarlos) bien,
-     
      Aquel de sembrar, ver crecer y cosechar y enseñarnos a cultivar pacientemente nuestro jardín,

-         Aquel de hacer el  pan y enseñarnos y a utilizar para una buena “hambre” el fruto de su trabajo,

-         Aquel de dar gracias y enseñarnos a recibir y a dar (transmitir) los dones de Dios,

-         Aquel de distribuir y enseñarnos a servir al prójimo,

-         Aquel de saciar sus huéspedes y enseñarnos a conocer el hambre de sus amigos,

-         Aquel de dar más que lo necesario y enseñarnos a ser generosos en todas las cosas y más allá de lo que podríamos imaginarnos…

Porque este pan, es el pan de vida que satisface.



REFLEXIÓN CENTRAL

Cinco panes de cebada y dos pescados

Durante los próximos  5 domingos , interrumpimos la lectura del evangelio de San Marcos, para leer el famoso capítulo 6 de San Juan. Se trata de un largo relato que comienza con “La multiplicación de los panes”, y que continua con el “Discurso sobre el pan de vida”. Retomando las Palabras de Jesús, San Juan nos ofrece, en este capitulo, una meditación sobre el compartir y sobre la Eucaristía.

El pan necesario para vivir, ha estado siempre en el centro del mensaje de Cristo. Es por ello que lo ha incluido en la oración del Padre Nuestro. “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Cristo sabia que el ser humano tiene ante todo necesidad de comer y beber. Evidentemente, nosotros no vivimos solamente de pan sino también de amor, de amistad, de paz y de armonía, pero sin el pan de cada dia, es imposible apreciar las otras cosas buenas de Dios. En el texto de este domingo, Cristo alimenta una multitud de personas hambrientas y nos invita a reflexionar sobre el hambre en el mundo: “Donde nos procuraremos el pan necesario para alimentar toda esta gente?”

Como buen judío de Palestina, Jesús ha sido educado en una cultura y una religión que aprecian todas las comidas. Ellas ven un don de Dios en el alimento. Los judíos consideran la comida como una cosa sagrada y siempre hacen una oración de agradecimiento antes de comer. En Palestina, en tiempos de Jesús, la comida no era muy abundante y la hambruna amenazaba de manera continua. Nada ha cambiado mucho en nuestro mundo de hoy. Se tiene la impresión que el problema de desnutrición y de hambre se ha acentuado. En 1900, la población mundial era de 1600 millones. Hoy estamos cerca a los 7 mil millones! El hambre mata cada año millones de personas, más que el SIDA, el paludismo o malaria y todas las otras enfermedades infecciosas reunidas.

Las hambrunas se multiplican en docenas de países, y mismo si nosotros en todo el mundo cultivamos suficientes productos alimenticios para permitir a cada hombre, mujer y niño las 3000 calorías necesarias para sobrevivir.

La gente muere de hambre no porque no haya suficiente comida, sino a causa de una distribución injusta. Hace poco el canal de TV CNN afirmaba que el 2% de la población posee actualmente el 50% de los recursos y que un cuarto de la humanidad acapara las 3 cuartas partes de los recursos de nuestro planeta.

Los países ricos están más interesados en venderles armas a los países pobres que ayudarles a salir del subdesarrollo y de la miseria.

Con todo lo que cuesta un portaviones, se podría comprar 3 mil toneladas de granos. Y por el precio de un bombardero, se podría construir 30 escuelas!

Imagínense ustedes lo que podría ser nuestro mundo si las montañas de dinero invertidas en armamentos, en fraude, en juegos de azar, en alcohol, en droga, fueran puestas al provecho de aquellos que están necesitados, si se utilizara este dinero para la irrigación de desiertos, la educación, la investigación medica, la edificación de diques, la lucha contra el hambre en el mundo.

Ante los enormes problemas de la falta de alimento, nos sentimos totalmente impotentes. Jesús demanda a Felipe: “Donde podemos comprar pan para que coma toda esta gente?” Y Felipe responde: “El salario de 8 meses de trabajo no seria suficiente para que cada uno tenga algo para comer”. Lo que quiere decir: “no podemos hacer nada. El problema es demasiado grande para nuestros recursos tan escasos”. Es entonces cuando uno de los discípulos interviene : « Aquí hay un joven que tiene 5 panes de cebada y dos pescados . Pero qué es esto para calmar el hambre de toda esta multitud?”

Cinco panes de cebada (el pan de los pobres) y dos pescados! La multiplicación de los panes por Jesucristo ha sido posible gracias a la generosidad de este muchacho. Ciertos exegetas agregan: Es sin duda, gracias a esta generosidad que otras personas presentes decidieron también compartir lo poco que tenían…Y ha alcanzado para todo el mundo y mismo ha sobrado. A menudo nosotros hacemos lo mismo en los picnics, las comitivas, encuentros comunitarios. Cada quien comparte lo que ha traído y al final hay comida que sobra.

Cuantas personas dicen: “Me gustaría mucho ayudar pero no tengo experiencia, no tengo habilidad en ese campo. Hay muchas personas que pueden hacerlo mejor que yo. Yo cedo mi puesto a gente más experta!”

Muchos, bajo el pretexto de no tener educación  o la formación necesaria, la experiencia, el conocimiento, medios financieros, no hacen nada. Jesús nos dice hoy: “Traigan sus cinco panes de cebada y sus dos peces, y vean lo que se puede hacer”.

Cuando hay necesidad o urgencias, no podemos resolver los problemas solos. Pero con Dios y con los otros, podemos mejorar la situación. El Señor tiene necesidad de nuestra contribución por muy pequeña que sea ella. Dios no hace milagros a partir de nada (o con nada), Él los hace partiendo de los cinco pequeños panes de cebada y de los 2 pescados.

Dios tiene necesidad de San Vicente de Paul, de la Madre Teresa de Calcuta, de Alcohólicos Anónimos, de la Cruz Roja, de los restaurantes para los itinerantes de la calle, de los Centros de Ayuda, de aquellos que visitan a los enfermos, de aquellos que dan un poco de dinero para ayudar a las victimas de catástrofes naturales y de guerras de todo tipo.

Ensayemos, como nos lo dice San Pablo en la segunda lectura, de “llevar una vida digna acorde al llamado que hemos recibido”. Seamos generosos, compartamos nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestro dinero. Es así como, juntos podremos mejorar los problemas de nuestro mundo y hacerlo un poco más amable y vivible.


En resumen…

Este evangelio nos renvía a la actualidad de nuestro mundo. Cómo no pensar en la hambruna que perjudica a una gran parte de la humanidad? Muchos se hacen la pregunta: Dónde está Dios en el Sahel? Mismo en nuestros países occidentales, muchos no cuentan con lo mínimo para vivir.

Entonces, nos sentimos desesperados e impotentes ante la inmensidad de necesidades. Pero la palabra de Jesús está siempre ahí: “Denles ustedes de comer!” Es suficiente con lo poco que tenemos, un poco de amor, un poco de los bienes materiales y un poco de disponibilidad para vencer el hambre, tanto del cuerpo como del espíritu. Este poco, lo ponemos entre las manos del Señor. Con esto Él puede realizar grandes cosas.

Otra pregunta surge: Jesús ha alimentado las multitudes un día. Pero al día siguiente, ellas continuarán teniendo hambre y se encontraran de nuevo en una situación de miseria. Entonces por qué Jesús ha hecho tales actos sin cambiar para nada (de raíz)  la situación? Cuando se quiere luchar contra la hambruna, uno no se contenta solo con dar de comer. Uno actúa conjuntamente  con los organismos de solidaridad, contra las causas que provocan la hambruna.

Pero el objetivo de Jesús no es cambiar la situación sino más bien cambiar el corazón de los seres humanos. Es a los hombres y mujeres renovados por el evangelio operar y o llevar a cabo los cambios necesarios. Cuando se está impregnado del mensaje de amor de Cristo, ya nada más puede ser como antes. Lo importante es que demos lo mejor de nosotros mismos aliados con aquellos que organizan la solidaridad, la Defensa Civil, La Cruz Roja, etc.

Son nuestros gestos de amor y compartir que le dan valor a nuestra vida.

Al leer este evangelio, no debemos limitarnos al pan material.
Con toda seguridad, este pan es necesario para nuestra vida. Pero Cristo querrá invitarnos a dar un paso de más. Él nos dice que Dios está presente en todas las realidades y los eventos de nuestra vida. Es en la fe que le encontramos. Vivimos de su amor. En otro tiempo, Él ha multiplicado los panes. Este gesto es el signo de la multiplicación del amor que Él continua realizando en nosotros. Él nos envía a distribuirlos a todos aquellos que tienen hambre de amor. Así pues,  depende de nosotros que el milagro no termine nunca, el milagro del amor entre la humanidad…


_______
APLICACIÓN
El dinero sigue siendo hoy la causa de toda desigualdad. Todo tiene un precio; no solo los bienes materiales, sino también los bienes inmateriales como pueden ser el amor o la justicia. La gratuidad y el compartir son conceptos que han desaparecido de nuestra sociedad.

Conocemos bien la alternativa; seguimos ante la encrucijada pero aún no hemos tomado una decisión. No somos conscientes de que no tomar el camino espiritual, es ya dejarnos llevar por el hedonismo.

La búsqueda de placer a cualquier precio es la tónica de nuestra sociedad. La satisfacción de las exigencias de nuestra animalidad se refuerza cada día más. Nuestra espiritualidad se debilita en la misma medida. En el mejor de los casos, nos empeñamos en ir por dos caminos opuestos al mismo tiempo. Así nos luce el pelo.

Jesús pudo escapar de la pretensión de aquella gente, pero de nosotros no puede escapar y lo hemos proclamado rey, Rey del universo. Cada uno de nosotros debemos examinar los motivos que nos mantienen unidos a Jesús. ¿Por qué somos cristianos? ¿Por qué venimos a misa? Yo os lo voy a decir: Para asegurarnos sus favores aquí abajo y además, garantizar una eternidad dichosa en el cielo. ¡Qué poco han cambiado las cosas! También nosotros seguimos sin querer saber nada del servicio y la entrega a los demás.

Seguimos tratando de poner lo espiritual al servicio de lo material, que es lo que de verdad nos interesa. No nos interesa lo que Dios quiere para nosotros, sino lo que nosotros esperamos de Dios. No nos importa la visión trascendente de la vida, sino que el Todopoderoso se ponga a nuestro servicio.         

Si todos los que nos llamamos cristianos empezáramos a compartir, como Jesús nos pide en el evangelio, se produciría la mayor revolución de la historia humana.

Si esperamos a compartir cuando hayamos cubierto todas nuestras necesidades, nunca compartiremos nada, porque la técnica del capitalismo hedonista es precisamente aumentar las necesidades a medida que se van satisfaciendo.


 Meditación-contemplación


“Se retiró a la montaña él solo”.
Una vez más queda clara la actitud de Jesús.
Él no quiere estar por encima de los demás.
Tampoco quiere que la gente se esclavice.
…………….
La auténtica salvación no puede venir de fuera,
porque la verdadera esclavitud viene del falso yo.
Jesús quiere personas libres y responsables.
No acepta títeres ni gregarios que dependan de los demás.
…………………..
Debes tomar las riendas de tu propio destino
y escapar de la tiranía del ego que te atenaza.
El horizonte de tu plenitud está dentro de ti.
Lo externo ni te tiene que atar ni te puede liberar.
………………
        Fray Marcos



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS :

1.     La Biblia des Peuples
2.     Pequeño « Prions en Eglise », edición quebequense, Novalis, 2012.
5.     http://feadulta.com
6.     Otras fuentes de internet.


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Gustavo Quiceno