miércoles, 5 de junio de 2013

5 de junio, en los 290 años del nacimiento y o bautismo del padre de la economía: Adam Smith



“El hombre es un animal que practica el intercambio”



También es relevante Hoy, para comprender qué políticas seguir en términos de pobreza y equidad, entender qué plantea realmente Smith sobre el abatimiento de la pobreza. Contrario a lo esgrimido por quienes dicen seguir el pensamiento Smithiano, dejando el tema en manos del libre funcionamiento del Mercado, Smith “(…) fue no sólo un defensor del papel del Estado en la prestación de servicios públicos, tales como la educación, sino también de la reducción de la pobreza (…) y de la desigualdad que pueden darse incluso en una economía de mercado eficaz.” (“El Capitalismo detrás de la Crisis” – Amartya Sen.)


 “La naturaleza y el hombre, cada uno siguen las reglas que les conviene; pero todas esas reglas diversas tienden al mismo fin general, al orden del universo, a la perfección y a la felicidad de la naturaleza humana”
(Adam Smith)





Un día como fue bautizado, nacía Adam Smith.

Sobre la Costa septentrional (al norte) del Golfo de El Forth, en el condado de Fife (Escocia), se extiende  sobre 5 kms de largo, la pequeña ciudad de Kirkaldy. Y es aquí donde nace  días antes al 5 de junio de 1723, hace 290 años. Su padre acababa de morir. Era se dice, un hombre de un valor real y muy versado en los negocios: había sido primero secretario privado del guardián del gran sello en el condado de Londown, después fue secretario de los cursos marciales; finalmente, 9 años después, cumplía las funciones de controlador de las aduanas en el puerto de Kirkaldy cuando la muerte le sorprende.

En estas tristes circunstancias, el nacimiento de un hijo fue, para la joven viuda, como una consolación; ella da al recién nacido el nombre de aquel que ella añoraba, y gracias, a su atención y cuidados, Adam Smith, de quien la complexión física era muy delicada atraviesa sin mayores dificultades las pruebas de la primera edad.

Sin embargo, el pequeño no tenía 3 años todavía, cuando fue víctima de un accidente que pudo haber tenido las consecuencias más graves…Fue en Strathenry, en casa del señor M.Douglas, su tio, a donde venía de vez en cuando la madre con el niño. Un día que jugaba ante la puerta de la casa, donde por azar lo habían dejado solo, fue percibido por una banda de vagabundos con apariencia extraña, y que en Escocia son designados con el nombre de tinkers (otros lo traducen como gitanos), estos errantes secuestraron al niño y huyeron rápidamente internándose en la selva vecina para eludir la búsqueda. Felizmente, su madre y su tía se dan cuenta rápidamente de la desaparición del niño Adam, y el señor Douglas, acompañado de sus trabajadores y vecinos persiguen los malhechores y él se mostró muy contento de arrancarles el cautivo que devuelve sano y salvo en los brazos de su madre angustiada.

El resto de la infancia de Smith pasa sin incidentes mayores. Recibe las primeras enseñanzas bajo los ojos de su madre, en la escuela de Kirkaldy, que dirigida por un hombre concienzudo y activo, M. David Miller, gozaba de una reputación bastante extensa. Desde esta época, Adam llamaba la atención por su memoria prodigiosa, servida por una verdadera pasión por los libros, y consagraba al estudio desde ya sus horas de recreación, sin nunca incluirse en los juegos de sus condiscípulos; de otra parte, su condición frágil le prohibió los ejercicios violentos y esto lo puso en condición de inferioridad continua ante sus camaradas. El pasaba su tiempo leyendo, observando o reflexionando. Ya había cogido la costumbre de hablar solo, de distraerse cuando estaba mismo acompañado, y estas singularidades se agravan con la edad, dándole más tarde un carácter a veces extraño a su fisonomía. Sin embargo sus camaradas lo ridiculizaban poco; él era tan bueno, tan generoso, siempre presto a prestar un servicio o favor, que todos le querían y se evitaba hacerle sufrir sarcasmos que entre ellos mismos y sin piedad eran patentes entre ellos…



Adam Smith es considerado con frecuencia como el economista más importante que el mundo haya conocido.

Los conceptos de intercambio y de interés personal que explora, los diferentes tipos de acuerdo e interés-“el interés común”- entre otros, que él discierne, permanecen como sujetos o temas apasionantes para los filósofos.

Como su contemporáneo francés Jean-Jacques Rousseau, Adam Smith postula que el ser humano es motivado en parte por la empatía- la compasión por el otro- y en parte por el sentido de su interés personal; mas este sentido de interés personal es el trato dominante , y él representa por consiguiente la mejor guía para analizar el comportamiento humano.

Smith estima que la observación de la sociedad, lo confirma-su aporte puede ser considerado como empirista (que tiene en cuenta la experiencia, lo visible, lo práctico,  en contraposición a lo metafísico, o privado de experiencia).

En uno de sus más célebres pasajes, donde examina la psicología del intercambio, explica que lo más corriente en el comienzo del intercambio, es que una de las partes se esfuerza por hacer valorizar al otro lo siguiente:

“El mejor medio para  obtener lo que tú quieres, es darme aquello que yo quiero”. En otras palabras “nosotros nos dirigimos no a la humanidad del otro) , mas a su amor por sí mismo”.

Para Smith, el hecho de intercambiar objetos útiles es una característica propia del hombre: “Nunca se ha visto-escribe-  a perros intercambiar sus huesos, y cuando un animal desea obtener cualquier cosa, su única manera de lograrlo  es “ganándose los favores de aquellos a quienes él demanda con humildad sus servicios ». Es cierto, los hombres recurren a veces a la alabanza o loor más servil (diríamos en Colombia « lambonería” o cepillada, echar flores) para obtener cualquier cosa, pero no se puede emplear este medio (o método) para satisfacer cada una de nuestras necesidades cotidianas, porque la vida “requiere la cooperación y el sostenimiento de una multitud de gente”.

Ninguno de esos servicios no sabría depender de la sola buena voluntad de cada quien. Es por eso que el hombre es un animal que practica el intercambio (el comercio, trueque, el negocio, los affaires).

La división del trabajo

En su análisis de la aparición de las economías del mercado, Smith avanza diciendo que es nuestra aptitud para practicar el intercambio que ha puesto fin a la necesidad universal (de tiempos antiguos) de la autosuficiencia económica : tiempos atrás, cada persona, o al menos cada familia, debía ella  misma producir todo aquello que necesitaba. Pero gracias al intercambio, cada quien ha podido limitarse a la producción de un número cada vez más reducido de productos comestibles, hasta no producir más que uno solo,-o a proponer nada más que un servicio-, que él puede intercambiar contra todo eso que él necesita.

La invención de la moneda, que ha hecho desaparecer la práctica del trueque, ha revolucionado todavía más el proceso: desde entonces, estime Smith, solo aquellos que son ineptos para el trabajo han dependido todavía de la caridad. Todos los demás han podido acceder al mercado por el intercambio del producto de su trabajo contra el producto del trabajo de los otros…

El legado de Adam Smith:

Ciertos críticos consideran que Smith se equivoca cuando afirma  que “el interés general” y el “interés del consumidor”, son la misma cosa, y que el libre intercambio es benéfico para todos. Es cierto que, mismo si Smith sentía simpatía por las víctimas de la pobreza, él nunca llegó a equilibrar en su sistema los intereses de los productores y los de los consumidores, ni tampoco logró integrar el trabajo domestico, asumido en gran parte por las mujeres, cuando también este trabajo contribuye de manera importante al funcionamiento de la sociedad.

Por estas razones, pero también por el hecho del impulso o florecimiento del socialismo en el siglo XIX, la influencia de Smith ha terminado por declinar; sin embargo algunas de sus ideas han resurgido en los debates del fin del siglo XX.

(Extrait de TOUS PHILOSOPHES, les grandes idées tout simplement, pages 160-163)

Qué ha motivado  Adam Smith a escribir “la riqueza de las naciones?”



Según el profesor James Otteson:

“Adam Smith es considerado el padre de la economía. Pero si leemos su obra más conocida “La riqueza de las naciones”, una cosa que concluimos de manera clara es que una de sus principales preocupaciones no es solamente explicar de dónde proviene la pobreza, sino en particular cómo podemos aumentar la riqueza material de los más pobres y o desfavorecidos. Él se muestra profundamente preocupado por los pobres en la sociedad…Y tengamos en cuenta, recordemos los pobres del siglo XVIII, eran mucho menos afortunados de lo que podemos creer hoy. Ellos estaban en una situación desesperada. Adam Smith estaba muy preocupado por la manera de hacer aumentar sus riquezas materiales, como alivianar sus sufrimientos.

En este libro, no hace preguntas sobre cómo saber los derechos naturales que tenemos; él no es como John Locke que dice que nosotros tenemos un derecho de propiedad, esa  no es su preocupación o manera de abordar las cosas. El quiere saber justamente qué puede funcionar para ayudar a estas personas, y su investigación y búsqueda a través de muchos datos en siglos de información recogidos en este libro, muestra que empíricamente , la manera de ayudar las personas más pobres de entre nosotros, ubicadas en los niveles o estratos más bajos de la sociedad, es permitir el comercio, el libre intercambio, la libre migración, un gobierno limitado. En la medida que usted pueda reforzar, o promover esas políticas, sus riquezas materiales aumentaran considerablemente.

Adam Smith no se inquieta con respecto a los reyes, los reyes pueden valerse por sí mismos. Lo que interesa a Smith son las personas ubicadas en la baja escala social. Y si él aprueba el mercado y el comercio, es porque piensa que ellos van ayudar a los más necesitados, y no porque va ayudar a los más prósperos…”



Irónico: al postulador de la teoría del intercambio comercial Adam Smith, cuando era apenas un bebe, unos vagabundos lo secuestraron seguramente queriendo intercambiarlo…pero no lo lograron. Este fracaso comercial con su misma persona, sin duda influiría en sus ideas respecto a la economía?”


Lecturas complementarias :




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Gustavo Quiceno