lunes, 16 de enero de 2012

22 de enero del 2012: 3er domingo del tiempo ordinario (B)




PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JONÁS 3,1-5.10

En aquellos días, vino de nuevo la palabra del Señor sobre Jonás:
-- Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predica allí el pregón que te diré.
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como le había mandado el Señor. (Nínive era una ciudad enorme, tres días hacían falta para atravesarla). Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, pregonando:
-- ¡Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada!
Los ninivitas creyeron en Dios; proclamaron un ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
SALMO 24

R.- SEÑOR, ENSÉÑAME TUS CAMINOS.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas.
Haz que camine con lealtad;
 enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.-

 Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.-

 El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.-


SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 7, 29-31

Hermanos:
Os digo esto: el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios.


ALELUYA Mc 1, 15
Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en la Buena Noticia.


EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 14-20

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
-- Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.
Pasando junto al lado de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-- Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor



A guisa de introducción:

Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio:

La Palabra de Dios nos lleva hoy a una dimensión esencial de la vida cristiana: lo provisorio, la vida de peregrino y del extranjero. Vivimos en el tiempo de la “paroikia”, es decir de la peregrinación. Las palabras “parroquianos” y “parroquia”, se derivan de esta expresión griega.

Lo provisorio forma parte de nuestras vidas y hemos de estar siempre prestos a desinstalarnos para avanzar (o ir más lejos). Nunca podemos detenernos. Como dice el autor del texto a los Hebreos: “No tenemos acá abajo una ciudad permanente, sino que buscamos aquella del futuro”  (Hebreos 13,14)

Las tres lecturas nos hablan de lo provisorio y del tiempo que pasa: « todavía (o en) 40 días Nínive será destruida” (Jonás), “el tiempo se hace corto y es necesario que pleguemos las velas para entrar al puerto” (San Pablo) y Cristo agrega: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse  y crean en el Evangelio”.

A través de los siglos, el tiempo ha sido uno de los sujetos o temas de conversación más populares:  Ovidio escribía: “el tiempo es un animal feroz que devora todo…la juventud, la salud, las riquezas, la fuerza física, los proyectos más queridos…”- sobre los campanarios de la Edad Media, se escribía la frase: “Es mas tarde de lo que piensas”.- “Matar el tiempo, es lo que el ser humano intenta siempre hacer. Pero al final, es el tiempo que nos mata” (H. Spencer)- Y las expresiones de todos los días: “el tiempo pasa rápido que uno ni se da cuenta”- “el tiempo es oro”- “a su padre le quedan máximo 6 meses”- “mañana yo cumpliré 43 años!”, etc.

En la Biblia, el tiempo es algo positivo, bello y bueno. Es un regalo de Dios. Él nos permite dar frutos, nos posibilita cambiar y o convertirnos y participar en la creación del Reino de Dios.

Para Pablo y para Cristo el tiempo es como una puerta abierta ante una perspectiva de vida más extensa y más bella. El tiempo que pasa es un don que se nos ofrece. No se trata de llorar por el tiempo que pasa, sino de acoger “los tiempos nuevos” que se abren ante nosotros.


“Se ha cumplido el plazo!”  Es esto una invitación a considerar la vida sobre una óptica de eternidad. Jesús nos dice: “el tiempo no tiene un valor insignificante, mas es un don precioso y una garantía de eternidad”. Nos hallamos a la entrada de un mundo nuevo, aquel que Isaías nos prometía: « He aquí que yo voy a crear un cielo y una tierra nueva » (Isaías 65,17).

Los textos de hoy nos recuerdan que es el tiempo para convertirnos, como los habitantes de Nínive y como los discípulos de Cristo.


Jesús ha vivido en una época  de violencia y de injusticia. Los tiranos gobernaban un poco por todo lado y las legiones de soldados y funcionarios romanos oprimían los pueblos sin preocuparse de las consecuencias nefastas para aquellos que sucumbían ante sus arremetidas y empresas. Es suficiente con leer ciertos volúmenes de historia del tiempo de los emperadores romanos para darnos cuenta de la violencia del imperio.

En este mundo de guerra y de injusticia, Dios ha enviado su Hijo para ofrecernos una visión más humana y más justa de la historia, para devolvernos la esperanza, para entusiasmarnos en la construcción de un mundo más fraternal. Si lo queremos, “El Reino de Dios esta muy cerca de nosotros”.

Cristo nos dice esta mañana: “Conviértanse! Para que el mundo cambie, es necesario que los individuos cambien…” y Él nos sugiere que comencemos por nosotros mismos.

El Evangelio del Reino de Dios nos recuerda que efectivamente nosotros podemos vivir en un mundo mejor que se hace presente ya  aquí, al alcance de nuestra mano, que está cercano. Basta con cambiar nuestra vida y creer en la Buena Noticia”.


Un primer  comentario profundo a propósito de la primera lectura de Jonás :  (http://jbesset.blogspot.com/

Los cuentos han sido siempre  un arte literario para decir lo que ocurre en el inconsciente de la humanidad.  La mayor parte del tiempo se cree que estos relatos están destinados a los niños, pero no es el caso generalmente.  Los cuentos permiten decir verdades que no serian accesibles o posibles de entender de otro modo. Ellos son el fruto de una mezcla sabia entre el sueño, lo fantástico y la realidad.

Lo mismo sucede con la historia que tiene como protagonista a  Jonás y quien era en realidad un profeta en los días del rey Jeroboam.


 En aquel tiempo (925 a.C), el poder de Nínive desafiaba las civilizaciones de la Media Luna Fértil. Varios años después, la ciudad fue destruida en su momento correspondiente. Ella no sufrió la ira divina que habría destruido por completo a Sodoma y Gomorra (y  o castigarla por haber destruido Samaria y el Reino de Israel) sino que fue arrasada por una potencia más arrogante que ella: por  la orgullosa Babilonia.

Varios años después de su destrucción, uno se posa la cuestión a saber si la ciudad de Nínive habría podido escapar a su destino y sobrevivir al desastre. Es claro que Dios no fue responsable de su destrucción pero Él habría logrado salvarla si se hubiera escuchado a sus enviados.

El relato podría comenzar como un cuento: Había una vez un pequeño profeta insignificante de nombre Jonás. Quien  era conocido en el pasado gracias a 3 líneas que se le habían consagrado en el Libro de los reyes. Dios en su grande sabiduría, lo escogió para ir a proponer la paz a la grande y arrogante ciudad  de Nínive. El nombre Jonás que significa “paloma”, lo predestinabaConsiderando lo enorme de su misión, nuestro héroe huye, y rechaza con propiedad y sintiéndose justo, se niega  a jugar el papel de Pulgarcito que se enfrenta al ogro que le habría bastado con comérselo de un solo bocado.

Él se ha negado a hacer el papel del grano de arena que bloquearía el engranaje completo de una ciudad si bien organizada. Igual, si él tenia la convicción de que Dios le guiaría en esta empresa, él se obstina a no lanzarse crudo en la boca del lobo. El proyecto era aparentemente irrealizable, semejante a un capitulo de esos de la serie “misión imposible” de los años 70s”. Nunca se ha visto en la historia de la humanidad que un tal cambio de un estado tan poderoso se haya producido. El mismo Dios se habría roto los dientes en tal empresa.

Nunca se ha visto a un león comer paja en compañía de un toro, decepcionando de este modo lo dicho por el profeta Isaías.

“Pero, si es posible! Dirían los niños hambrientos de lo maravilloso o fantástico!” Y lo que sigue nos mostrara que ellos tendrían razón. En la historia de los cuentos se asiste a tales evoluciones o cambios. La abuela y Caperucita Roja están destinadas a ser devoradas por el lobo, tal era la suerte de las mujeres en la sociedad burguesa de los siglos pasados. Ellas estaban sumisas a sus maridos, representados por el lobo, quien solo arreglaba (o decidía)  el destino de la familia. El cuento ha evolucionado al mismo tiempo que la sociedad, la caperucita roja y después su abuela no se dejan agredir o comer más en las versiones modernas del relato. Ellas juntan sus esfuerzos para dominar al lobo. Escapando a la bestia gracias a la imaginación de los narradores, ellas prefiguran por su acción la transformación de la sociedad moderna que sin ser perfecta ha llegado ser mas justa con las mujeres.

Pero Jonás no es más un niño. Tampoco es un idealista, no siente la fuerza para transformar la historia y toma la decisión de darle la espalda. Por tanto el desafío que Dios le pone y al  que se niega a enfrentar, prefigura la hipótesis que una sociedad, igualmente despótica y arrogante, puede cambiar por el solo efecto de la predicación de otra verdad diferente a la suya y que vendría de Dios.

El relato de Jonás hace intervenir un personaje inhabitual en los cuentos, pero indispensable para la comprensión del relato. Se trata de Dios. Dios tiene fe en el hombre. Él Cree que todas las utopías generosas pueden realizarse por la acción de aquellos que aceptan a Dios como su fuente de inspiración. 

Retomemos el curso del relato. Podemos descubrir que se instala una parentela (o semejanza) entre el cuento de Jonás y el relato del pequeño sastre ("el sastrecillo valiente" de H.C Andersen)  que pretendía “haber matado a 7 de un solo golpe”, y por lo mismo se anuncia por una costura que muestra en su cintura: "yo mate a 7!"  Al escucharlo alardear así, uno se imagina que se trataría de gigantes, a la imagen de aquel que aterrorizaba el pueblo. No se trataba de gigantes, ustedes lo saben bien, era cuestión de moscas! Victima de su pretensión se ve abocado a enfrentarse a un gigante a quien vence, aprovechando así su inteligencia y su habilidad como lo hizo el pequeño David quien derriba al gigante Goliat.

Su destino se asemeja al de Jonás, a quien encontramos a su turno disgustado para enfrentar el desafío con el fin de convertir al pueblo de Nínive y a su rey. De lo contrario seria  la muerte para todos. Ustedes adivinan el estado de su alma. Él sabía que la ciudad perecería a causa de su inmoralidad. Era necesario que él llegara a ser el grano de arena capaz de paralizar la terrible maquina de  oprimir los pueblos.

Si Dios ha dirigido una tal vocación (llamado) al más modesto de sus profetas, Él no ha dudado en utilizar los medios enormes para convencerle sin que él se dé cuenta. Dios no toma prevenciones (o no economiza) cuando se ocupa de nosotros. Cuando Jonás toma la decisión de alejarse en el camino de la huida, Dios junta los vientos de los 4 horizontes que se fusionan en un poderoso huracán para engullir al fugitivo, no para castigarle sino para hacerle entrar en razón (o hacerle reconsiderar las cosas). Dios llama enseguida desde el fondo de los océanos un monstruo marino capaz de apoderarse del rebelde y de tragárselo todo entero sin hacerle ningún mal (pero si darle tremendo susto)  como fue el caso de Pinocho (en cuyo relato muchos han visto también semejanzas con la historia de Jonás y que busca dar una moralidad y una espiritualidad acorde con la Biblia y la Iglesia). Ver enlace acá:  http://gusqui.blogspot.com/2010/10/en-los-120-anos-de-la-muerte-de-carlo.html

Jonás perdido en los elementos y perdido en su cabeza no sabe que Dios multiplica los esfuerzos para hacerlo entrar en razón y permitirle realizar su vocación de hombre de paz. Es después de tales aventuras como él se rencuentra en su papel de predicador para denunciar los malos comportamientos de todo un pueblo.

Y lo vemos aquí solo contra todos. Él espera a cada instante ver venir la milicia royal atraparle para secuestrarlo. Escucha de igual manera las puertas de las cárceles chirriar y cerrarse ante él para encerrarlo en el olvido. Juan Bautista había hecho menos que él cuando se le decapita por los bellos ojos de una chica. Jeremías antes de él, e Isaías también han conocido las angustias de la prisión.

Cuántos profetas parecidos a Jonás no han pagado con sus vidas, antes que éste lograra vencer (y o salir adelante?) Esta vez la Palabra de Dios ha logrado su objetivo. Como David frente a Goliat o Pulgarcito frente al ogro, Jonás lo ha logrado salir adelante! Pero cuantos fracasos anónimos no han precedido su triunfo?

Cuántas cartas los miembros de la A.C.A.T (Asociación de Cristianos para la abolición de la tortura), no escriben ellos para lograr su objetivo? Jonás representa acá la esperanza de todas esas palomas de la paz que Dios envía por el mundo para desafiar a los tiranos o las ideologías peligrosas e indeseadas. Ellas defienden las causas de la justicia y de la paz, por todos lados donde son ridiculizadas. La historia muestra que Dios no es inactivo cuando nos encarga una misión y que Él realiza milagros sin que uno lo vea o se dé cuenta.

Descubrimos también no hay ningún corazón, por duro que este sea, que no pueda ser dulcificado o tocado por la ternura. Si nosotros no creemos en ello, Él, Dios cree. Dios se permite oponer su sabiduría divina a todas las situaciones opresoras, porque Él cree que lo imposible es siempre posible.

Bien, evidentemente, la historia de los pueblos no ha retenido que un hombre haya intentado liberar a Nínive de su morgue y que la ciudad fue destruida por una potencia más orgullosa que ella. Pero esta historia nos permite comprender que la fatalidad no esta inscrita como una regla de la historia y que la razón del mas fuerte no es siempre la mejor. Ella no resiste indefinidamente a la misericordia divina cuando los creyentes se vuelven sus portadores.


APLICACIÓN

De Marco Rodriguez en http://feadulta.com

 El ser humano tiene que ir aprendiendo a base de continuos errores y rectificaciones. Darse cuenta de que hemos emprendido un camino equivocado es la única manera de evitarlo e intentar acertar con el verdadero. Cada vez que rechazamos un camino falso, nos estamos acercando al verdadero.

 Todos tenemos que convertirnos porque todos estamos haciéndonos. Más que salir de una situación de pecado, convertirse es rectificar la dirección de mi existencia para que se acerque cada vez más a la meta.

 Pecado en el Antiguo Testamento era errar el blanco. Da por supuesto que intentas dar en el blanco, pero te has desviado. Somos flechas disparadas que tienden a desviase del blanco y que constantemente tienen que estar contrarrestando esas fuerzas que nos distorsionan, para seguir en la verdadera dirección.

 Convertirse no es abandonar el mal por el bien, porque el mal y el bien en el ser humano, no se pueden separar nunca del todo.
 Para el maniqueísmo está todo demasiado claro: son realidades distintas que deben estar separadas. Nunca hemos superado esa tentación.
 La realidad es muy distinta: ni el bien ni el mal se pueden dar químicamente puros. Siempre que trazamos una línea divisoria entre el bien y el mal, nos estamos equivocando. Lo que llamamos mal no tiene entidad propia, es sólo ausencia de bien.

 El mal (ausencia de perfección) no es un accidente, sino que pertenece a la misma estructura del hombre. Sin esa limitación, que hace posible el error, pero que también hace posible el crecimiento, no habría persona humana. La hondura del misterio del mal está precisamente ahí. Del mismo mal surge el bien, y el mal acompaña siempre al bien.

 Con frecuencia necesitamos la advertencia de alguien que nos saque del error en que estamos. Aún con la mejor voluntad, podemos estar equivocados. Las mayores barbaridades de la historia se hicieron en nombre de Dios por personas buenas. Cruzadas, quema de herejes, caza de brujas, etc. etc. En nombre del bien, ¡cuánto mal!

 Estamos acostumbrados a pensar que la conversión es salir de una situación de pecado a otra en que no lo haya. Imposible. Aún con la mejor voluntad, en nuestro caminar hacia la meta, siempre estaremos necesitados de rectificar la dirección. Constantemente estamos emprendiendo sendas equivocadas que tenemos que abandonar. Tenemos que aprender de los errores. Como seres humanos, no tenemos otra manera de progresar. Lo malo no es que fallemos, lo desastroso es no rectificar una vez descubierto el error.

 La conversión no puede ser un hecho aislado, sino una actitud consecuencia de una confianza en lo que significa la persona de Jesús, al que uno intenta seguir. Ni el estar bautizado, ni ser creyente, ni ser practicante, es suficiente. La conversión es entrar en un proceso que debe durar toda la vida. Sin un cambio en la estructura interior de la persona, nunca se producirá el cambio en la sociedad que todos esperamos.


 Meditación-contemplación

Cambiad de mentalidad y confiad en la increíble noticia”
Jesús nos ha revelado quien es Dios.
Lo que nos ha dicho es increíble, pero cierto.
Dios es amor, don total, absoluto y eterno.
………………..
 Jesús me invita a experimentar esta realidad.
Seguirle es entrar en la misma relación con Dios que él mantuvo.
Vivir la presencia en mi propio ser
de un Dios que se me da y es todo para mí.
………………
 Ese descubrimiento me hará cambiar mi mentalidad.
Desde el momento, y en la medida que lo experimente,
mi relación con Dios, con los demás y con el mundo,
habrá trasformado mi existencia.
Fray Marcos

CONCLUSIÓN :

No perdamos de vista lo que está en el corazón y o centro de la misión. Con Jesús y como Él, hemos de « gritar » el evangelio, enseñar, y  sanar los corazones. Dios quiere hacerse conocer de toda la humanidad y congregarla toda en su Reino.

Estamos en la semana de la oración por la Unidad de las Iglesias. En comunión con todos los cristianos de las diferentes confesiones, nos volvemos juntos hacia Cristo. Es en torno a Él y no en torno a nuestras certezas que debe construirse esta unidad de sus discípulos. Es absolutamente indispensable si queremos que nuestro testimonio de frutos.

Buena semana para todos!


REFERENCIA BIBLIOGRAFICA :


1.     Para las lecturas: http://betania.es

2.     Reflexión cristiana del Padre Yvon Allard s.d.v : http://cursillos.ca

3.     El sermón del domingo en la mañana, Traducción del blog francés del Padre Jean Drome:  http://jbesset.blogspot.com/

4.     Reflexión de Marco Rodriguez en: http://feadulta.com

sábado, 14 de enero de 2012

En los 70 años de la muerte de Porfirio Barba Jacob

Hace 70 años moría en México, lejos de su patria Miguel Ángel Osorio Benítez, un humanista, poeta, profesor y periodista ciertamente incomprendido, desconcertante, y muy criticado.

Solo con el paso del tiempo, y gracias a la tolerancia y evolución en la comprensión de las ideas se le ira dando poco a poco el puesto que merece, y se admirará al hombre que se conocería mas por el seudónimo de PORFIRIO BARBA JACOB.

Vivió entre 1883 y 1942, fueron 59 años de itinerante, de viaje por el mundo, de literatura predominantemente en verso, conocimiento de diversas culturas, de ambientes complejos, de personas, alumnos  y amigos en quienes dejaba su imprenta de hombre místico, profundo y romántico…Pero a la vez cuestionador, inquietante y pesimista.
Quién de entre nosotros en conversaciones sobre nuestra volubilidad en los estados del alma no ha recitado alguna vez uno o dos versos de su poesía más conocida CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA:

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.










 

Ajoutée par le 27 mai 2011
24/5/2011. Porfirio Barba Jacob no se llamaba así. El escritor colombiano nació con el nombre de Miguel Ángel Osorio, y tuvo muchos seudónimos antes de llegar a este último, con el que el mundo de la literatura le ha conocido. Su compatriota Juan Gabriel Vásquez, habla de su obra y de su vocación errante, sus aventuras y desventuras por Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Cuba, Perú y México.

Ciclo 'Los olvidados'

Con el ciclo Los olvidados, la Casa de América se propone rescatar a varios autores de primera línea de ambos lados del Atlántico, como el novelista uruguayo Enrique Amorim; el poeta colombiano Porfirio Barba Jacob, la cuentista norteamericana Charlotte Perkins Gilman y el cuentista peruano Julio Ramón Ribeyro, que nos han legado una obra literaria excelente y merecen volver al espacio lector común.

Temas+, el formato más ágil de Casa de América

Un T+ es un bloque de tres intervenciones, de 20 minutos cada una, en torno a un asunto vinculado a la actualidad, a la reflexión, a la creación, a las tendencias o a los grandes retos y desafíos que debe encarar la comunidad internacional. Casa de América invita a participar en cada uno de esos bloques temáticos a tres brillantes personalidades que abordan el asunto desde perspectivas multidisciplinares o complementarias.

- Contenido bajo licencia Creative Commons "Atribución- no Comercial-SinDerivadas 2.0 Genérica


TRAYECTORIA DE SU VIDA

El nombre original del poeta es Miguel Ángel Osorio Benítez. En el transcurso de los años adoptará sucesivamente los pseudónimos de Main Ximénez, Ricardo Arenales y PorfirioBarba-Jacob —nombre definitivo—.

Nace el 29 de julio de 1883, en Santa Rosa de Osos, ciudad provinciana de Antioquia, en Colombia, en plena magnitud de los Andes suramericanos. De origen campesino, es hijo de un abogado pobre; por la rama materna tiene, sin embargo, antepasados distinguidos. Su educación, muy incompleta. Soldado en la guerra civil de los Mil Días, hacia 1901-1902, y maestro de escuela. 

Por esos días vive su única experiencia amorosa auténtica: su frustrado noviazgo con Teresa Jaramillo Medina, la Teresita de algunos de sus versos. Y un día, a fines de 1905, o poco después, se aleja para siempre de su tierra natal, parte hacia el mar, en busca de nuevos horizontes. En Barranquilla, el puerto colombiano sobre el Caribe, inicia su vida literaria; ya con el nombre de Ricardo Arenales, publica en opúsculo su poema Campaña florida, 1907; y este mismo año abandona Colombia, siguiendo, por la vía de Costa Rica, Jamaica y Cuba, hacia México. De la ciudad de México se dirigea Monterrey (1908), capital de la provincia que gobierna el general Bernardo Reyes, padre de Alfonso Reyes, amigo de Rubén Darío y Manuel J. Othón — y protector de Arenales —.Allí vive cinco años, entre 1908 y 1913. Trabaja en su obra poética e ingresa al periodismo: es el gran animador de la Revista Contemporánea, colabora en otros diarios y llega a ser propietario de uno de ellos. De Monterrey se traslada a San Antonio de Texas, en los Estados Unidos. Escribe entonces a un amigo mexicano:

Yo no sé qué encanto especial tiene para mí todo lo de México. A veces he llegado a creer que en la soledad de mi corazón sin familia y de mi inteligencia sin incertidumbres, el amor a México es mi única fuerza. Ahora me voy para Nueva York, con el designio de fundar allá una revista... [... ] para hacer que resplandezca la gloria de México. Al mismo tiempo voy a iniciar mi labor en pro de Colombia. Los dos amores se me funden en uno: Colombia es mi niñez y mi adolescencia, como entre una bruma azul dorada con el oro del día naciente; México es mi juventud y mi dolor; mis alaridos cabalgan en las brisas mexicanas.

De nuevo en la ciudad de México, en 1914, funda el diario Churubusco, para defender patrióticos intereses. En seguida, va a Guatemala, y luego, otra vez, a Cuba. Allí, en la bella isla, y en la plenitud de los treinta y dos años, escribe muchos de sus mejores poemas, como la Canción de la vida profunda, Elegía de septiembre, Un hombre (1915), contando con la protección de un compatriota generoso: el escritor Jaramillo Meza, que será más tarde su 'testamentario' poético y su biógrafo. Vuelve luego a Centroamérica, y durante algunos años viaja, escribe y funda periódicos por tierras de Honduras, El Salvador, Guatemala (ca. 1915-1918). Regresa a México por la ruta de Bélice; funda El Territorial en el sur del país; de retorno en Monterrey, funda allí El Porvenir (1919). 

Poco después es reportero y editorialista en dos diarios de la ciudad de México (1921). Director de la biblioteca pública en Guadalajara, en septiembre de 1921. Expulsado del país, vuelve otra vez a Guatemala, donde funda El Imparcial (1922), que será por muchos años el primer periódico de esa capital; después de visitar una vez más a Honduras (1925) y otros países centro americanos, se dirige al Perú. En Lima es redactor durante algunas semanas de La Prensa (1926). 

Regresa a Colombia en 1927, después de veinte años de ausencia de la patria. Vuelve a su Antioquia natal, da recitales de sus versos por varias ciudades del país, trabaja por poco tiempo en algunos periódicos de Bogotá. Y parte... para no volver a la tierra de sus mayores, en la que es un inadaptado. 1930: retorna a Cuba. Estando allí decide regresar —definitivamente—a México (1930), ya muy difundido el nombre de Porfirio Barba-Jacob. Es entonces un hombre agotado y enfermo. "Era Porfirio sólo un despojo ambulante, un cuerpo enflaquecido, un alma sin posible redención": así le encuentra en 1931 su amigo el poeta González Martínez3. Se dirige a Monterrey, pero fracasa al querer fundar la revista Atalaya (1931). Es luego profesor de Escuela Normal, en la capital de la provincia de Guerrero. Otra vez en la capital mexicana, ingresa a la plana mayor del diario Hoy (1934). Y es, por último, uno de los fundadores del diario Ultimas Noticias de Excélsior, en México, D. F., cuyos editoriales llaman extraordinariamente la atención. Consumido por la tuberculosis, y tras de muy prolongados padecimientos, muere en la ciudad de México, un dia como hoy, hace 70 años , el 14 de enero de 1942.

Los grandes motivos de la poesía— por serlo de la vida — son el amor y la muerte. Es verdad
antigua, de la cual dan testimonio todos los grandes líricos. Recuerdo, a manera de ejemplo, los versos de fray Luis de León:
el amor y la pena
despiertan en mi pecho una ansia ardiente;

los de Schiller, que nos revelan al hambre y al amor, "Hunger und Liebe", como los dos móviles vitales por excelencia.  A los fragmentos clásicos que cito a continuación, de Fray Luis, Schiller, Leopardi y Darío, cabría añadir muchísimos otros, de todas las épocas y países, sin olvidar a Barba-Jacob:
(¡Oh noche del camino, vasta y sola,
en medio de la muerte y el amor!).


En España, la idea del amor y de la muerte como motivos de vida y poesía, « la idea motriz del pensamiento poético y filosófico del gran Unamuno. DÁMASO ALONSO, poeta y crítico, en su estudio sobre ha poesía de Vicente Aleixatidre, afirma que "su tema central es el tema central —y único— de la poesía y de todo arte: la vida. Es decir, la muerte y el amor" (cf. Poetas españoles contemporáneos, Madrid; 1952, pág. 289). Y otros sabios escritores españoles, como Pedro Salinas, Amado Alonso, Carlos Bousoño, han acogido en sus libros de crítica, expresa o tácitamente, esta orientación clarificadora.
En el maestro castellano y Hunger en el maestro alemán están vistos, a mi entender, como suma del dolor humano, que espresagio y vivencia de la muerte). Y recuerdo también los claros versos de Leopardi:
Fratelli, a un lempo stesso, Amare e Morte
¡ngenerb la sorte;
no menos que la sentencia de Rubén Darío: "La poesía existirá mientras exista el problema de la vida y de la muerte".

Vida y poesía, amor y muerte. Amor y muerte, motivos absolutos de poesía, por ser motivos absolutos de vida. La vivencia del amor —a la mujer, a la patria, a la humanidad, a Dios — y la vivencia de la muerte — su presagio, su fatalidad, su eternidad, su destrucción por la inmortalidad — forman la dualidad raigal de toda expresión poética con sentido trascendente.

funda Muerte, que obtiene su grandeza de su representación de la vida en presencia de su más alta verdad: la muerte. Un raro poeta que rechaza el amor o lo concibe sólo como sensualidad destructora, y que se queda dialogando a solas, por siempre, con la muerte. Los elementos vivos de su sistema poético, como la naturaleza, la infancia, la belleza, no son el vehículo de su más honda comunicación; y sobre ellos se agita también la sombra de la muerte. Penetrando en todo lo terreno, se encuentra siempre — el desolado — con la muerte. Y más allá de lo terreno, sólo la muerte. Como el clásico español, este nuevo clásico americano no halló cosa en que poner los ojos que no fuese r e c u e r d o de la muerte. Gran poeta de la muerte, hermano de Jorge Manrique, Francisco de Quevedo, Miguel de Unamuno.
 
No vacilo en llamarle, desde luego, el más grande poeta de la muerte en América, la América española. Nadie entre los suyos, ninguno de sus más célebres contemporáneos, como Rubén Darío, Gabriela Mistral, César Vallejo y Pablo Neruda, nadie, se ha enfrentado a la muerte tan hondamente, tan prolongadamente como él. No conozco en la literatura americana otro sistema de visiones de muerte tan luminosamente estructurado, tan valeroso. Porfirio Barba-Jacob es, de los poetas del Nuevo Mundo, el 'Príncipe Sombrío', el Señor de la Muerte.


CANCIÓN DE LA VIDA PROFUNDA

El hombre es una cosa vana, variable y ondeante…
MONTAIGNE

Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de oscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútiles monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos…
(¡niñez en el crepúsculo! ¡Lagunas de zafir!)
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
y hasta las propias penas nos hacen sonreír.

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos puede consolar.

Mas hay también ¡Oh Tierra! un día… un día… un día…
en que levamos anclas para jamás volver…
Un día en que discurren vientos ineluctables
¡un día en que ya nadie nos puede retener!



Canción de la hora feliz

Yo tuve ya un dolor tan íntimo y tan fiero,
de tan cruel dominio y trágica opresión,
que a tientas, en las ráfagas de su huracán postrero,
fui hasta la Muerte... Un alba se hizo en mi corazón.

Bien se que aún me aguardan angustias infinitas
bajo el rigor del tiempo que nevará en mi sien;
que la alegría es lúgubre; que rodarán marchitas
sus rosas en la onda de lúgubre vaivén.

Bien sé que, alucinándome con besos sin ternura,
me embriagarán un punto la juventud y Abril;
y que hay en las orgías un grito de pavura,
tras la sensualidad del goce juvenil.

Sé más: mi egregia Musa, de hieles abrevada,
en noches sin aurora y en llantos de agonía,
por el fatal destino de dioses engañada
ya no creerá en nada... ni aún en la poesía...

¡Y estoy sereno! En medio del oscuro "algún día",
de la sed, de la fiebre, de los mortuorios ramos
-¡el día del adiós a todo cuanto amamos!-
yo evocaré esta hora y me diré a mí mismo,
sonriendo virilmente: -"Poeta, ¿en qué quedamos?"

Y llenaré mi vaso de sombras y de abismo...
¡el día del adiós a todo cuanto amamos!



Nocturno

¡Oh!, ¡que gran corazón el corazón del campo
en esta noche azul y pura y reverente,
todo lleno de amor y de piedad sagrada
y fuerza suficiente!

Yo le escucho latir y comprendo mi vida:
me parece tan clara, tan profunda, tan simple,
y tiene como el mar y el monte puro
su raíz en el tiempo sumergida...

Yo le siento latir, y una onda inefable
y cordial y vital me reconforta,
y no pienso que soy un barro deleznable,
y que la brega es dura y corta.

Toda inquietud es vana; la desazón soporta
-me está diciendo a voces un amigo interior-
El minuto es florido, sonoro y halagüeño,
el corazón del campo te dará su vigor
para entrar en el último sueño...



SOBERBIA

Le pedí un sublime canto que endulzara
mi rudo, monótono y áspero vivir.

El me dio una alondra de rima encantada...
¡Yo quería mil!

Le pedí un ejemplo del ritmo seguro
con que yo pudiera gobernar mi afán.

Me dio un arroyuelo, murmullo nocturno...
¡Yo quería un mar!

Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto,
para que a mis sueños prestase calor.

Me dio una luciérnaga de menguado brillo...
¡Yo quería un sol!

Qué vana es la vida, qué inútil mi impulso,
y el verdor edénico, y el azul Abril...

¡Oh sórdido guía del viaje nocturno!
¡Yo quiero morir!








 
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://es.wikipedia.org/wiki/Porfirio_Barba_Jacob

http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/12/TH_12_123_089_0.pdf

y otras diversas fuentes para las poesías.

viernes, 13 de enero de 2012

Poder olvidar, don de Dios!

Les comparto este excelente articulo de espiritualidad de la pagina catholic.net,


Dejar el pasado totalmente enterrado! Y viviendo la alegría de los hijos de Dios que se saben perdonados, y acogidos.

Autor: Oscar Schmidt

Fuente: www.reinadelcielo.org



Mientras miraba una pequeña herida que me hice hace pocos días en mi mano, observaba como el daño en mi piel iba hora a hora desapareciendo, borrándose. Las células de a poco se iban regenerando para dejar mi piel exactamente como era antes del corte. ¿Acaso alguien puede dudar de la existencia de Dios, al observar como se suelda un hueso quebrado, o se cicatriza una herida?. Los médicos, testigos cotidianos de tantos milagros de sanación, debieran ser los primeros evangelizadores, como lo fue San Lucas. ¿Qué extraña fuerza interior puede producir la recomposición de las fibras, la regeneración de lo lastimado, si no es Dios?



Hoy, meditando con inmenso dolor en muchas cosas no muy buenas que he hecho en mi pasado, he pensado que el poder olvidar es también un Don de Dios, es el equivalente a la cicatrización de las heridas. Es una forma que El nos concede de sanarnos interiormente, para poder seguir viviendo pese a los golpes que sufrimos en el transcurso de los años. Cuando el dolor o la culpa nos arrasan el alma, castigando nuestra mente con recuerdos dolorosos, sentimos una conmoción interior, una necesidad de apretar los dientes, una sacudida que nos dice, nos grita, ¡qué me ha pasado, qué he hecho!. Cuando estas arremetidas del pasado asaltan mi alma, suelo gritarle al Señor en mi interior: ¡piedad, Hijo de David!. Una y otra vez, le pido piedad a Jesús. Siento que estoy a la vera del camino de la vieja Palestina, mientras mi Señor pasa junto a mí, y le grito otra vez, ¡piedad, Hijo de David!. Sé que el dolor es parte de la sanación, pero cuando el Señor nos ha perdonado los pecados en el Sacramento de la Confesión, ¡El si que los ha olvidado!.



Cómo nos cuesta entender y creer que Jesús realmente perdona y olvida nuestros pecados. Solemos confesar una y otra vez el mismo pecado cometido años atrás, demostrando falta de fe en nuestro Dios, que ya ha dado vuelta la página y nos ha lavado con el agua de Su Misericordia. Sin embargo, nosotros, seguimos volviendo a sentir esa espada que atraviesa nuestro corazón con ese recuerdo. Es en ese momento que debemos pedirle a Dios el Don de olvidar, de dejar atrás esa mancha oscura de nuestra alma, borrarla totalmente. Que hermoso es conocer gente que tiene ese Don, esa capacidad de levantarse pese a las más profundas caídas, y puede mirar una vez más el futuro con optimismo y esperanza. ¡Dejando el pasado totalmente enterrado detrás de sí!. Y viviendo la alegría de los hijos de Dios, que se saben perdonados, y acogidos nuevamente en los brazos amorosos de María, nuestra Madre Misericordiosa.



El Señor nos ha dado todo lo que somos, ha impregnado nuestra naturaleza humana de dones, herramientas que debemos llevar por la vida como sostén de nuestro cuerpo y alma. El poder olvidar, dar vuelta la página de las etapas más dolorosas de nuestra vida, es también una herramienta que El nos concede. El poder olvidar es abrir las puertas a la cicatrización de las heridas del pasado, aceptando con fe, esperanza y alegría el perdón de nuestro Buen Dios.



Jesús, como el Gran Médico de las almas, quiere que vivamos de cara al futuro, con esperanza, confiados en Su perdón, felices de tenerlo como Dios y Amigo. Sé que tienes dolores, que los recuerdos te asaltan como un ladrón en la noche, cuando menos los esperas. Que quisieras volver al pasado, y cambiar tu historia. No quisiste vivir tanto dolor, es demasiado fuerte para poder soportarlo. ¡Pero se ha ido!. Mira la luz, mira el día, mira a la Madre de Jesús que te invita a amarla, que te ofrece sus brazos amorosos para cobijarte, para tenerte allí, junto a Ella, como lo hizo Jesús. ¿Acaso no te ha perdonado tu Dios?. Da vuelta la página, ilumina tu rostro con una hermosa sonrisa, para que Jesús pueda mirarte, sonreír, y decirte:



¡Abrázame, dame tu amor, tu amistad, tu afecto, deseo tenerte en Mi, porque te quiero feliz de saber que te amo!




Preguntas o comentarios al autor Oscar Schmidt

martes, 10 de enero de 2012

15 de enero del 2011: 2º domingo del tiempo ordinario



PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO PRIMERO DE SAMUEL 3, 3b-10. 19

En aquellos días, Samuel estaba acostado en el templo, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel y él respondió:
--Aquí estoy.
Fue corriendo donde estaba Elí y le dijo:
--Aquí estoy, vengo porque me has llamado.
Respondió Elí:
--No te he llamado, vuelve a acostarte.
Aún no conocía Samuel al Señor, pues no le había sido revelada la palabra del Señor. Por tercera vez llamó el Señor a Samuel y él se fue a donde estaba Elí y le dijo:
--Aquí estoy; vengo porque me has llamado.
Elí comprendió que era el Señor quien llamaba al muchacho y dijo a Samuel:
--Anda, acuéstate; y si te llama alguien responde: “Habla, Señor, que tu siervo te escucha”. Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes:
-- ¡Samuel, Samuel!
Él respondió:
--Habla, Señor, que tu siervo te escucha.
Samuel crecía, y el Señor estaba con él, y ninguna de sus palabras dejó de cumplirse.

Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 39

R.- AQUÍ ESTOY SEÑOR PARA HACER TU VOLUNTAD

Yo esperaba con ansia al Señor,
El se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.-

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y en cambio me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces, yo digo: "Aquí estoy
--como está escrito en mi libro--
para hacer tu voluntad. R.-

Dios mío, lo quiero
y llevo tu ley en las entrañas.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R.-

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 6,13c-15a.17-20

Hermanos:
El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor; y el Señor para el cuerpo. Dios, con su poder, resucitó al Señor y nos resucitará también a nosotros. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él. Huid de la fornicación. Cualquier pecado que cometa el hombre queda fuera del cuerpo. Pero el que fornica, peca en su propio cuerpo. ¿O es que no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poséis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

Palabra de Dios


ALELUYA Jn 1, 41.17 b

Hemos encontrado al Mesías, al Cristo La gracia y la verdad nos han llegado por Él.

EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 35-42

En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo:
--Este es el cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús, Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les pregunto:
--¿Qué buscáis?
Ellos le contestaron:
--Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?
Él les dijo:
--Venid y lo veréis
Entonces fueron, vieron donde vivían y se quedaron aquel día, serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo:
--Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:
-- Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).

Palabra del Señor


A guisa de introducción:

Y empieza el tiempo ordinario (de nuevo):

Ha pasado navidad, han pasado los días remarcables para una gran multitud…Pero no podemos olvidar que los cristianos (católicos) vivimos en una permanente fiesta…Estos días llamados ordinarios son para nosotros mas bien “extraordinarios”…No olvido lo que nos decía la Hermana Beatriz Cadavid de la Compañía de María  (que no se si vivirá todavía sobre este mundo) en algún retiro espiritual semestral a los seminaristas : “Nuestro calendario es este el litúrgico”, es en este tiempo  (litúrgico) donde hemos de vivir permanentemente , es nuestro tiempo…palabras sabias no?
Y en este domingo tenemos la oportunidad de reflexionar en nuestro caminar de fe. Como el profeta Samuel, como los primeros discípulos, el Señor nos llama a seguirle y a quedarnos con Él.

Todavía buscamos?

El evangelio de hoy nos habla de un encuentro, de un caminar en 3 tiempos:  Venir hacia Jesús, ver donde habita y quedarnos junto (con) a Él.

La experiencia de los primeros discípulos, es también nuestra experiencia.

Venir hacia Jesús. Es la curiosidad la que empuja los primeros discípulos a seguirle. Ellos han escuchado a Juan Bautista que lo ha designado como “el Cordero de Dios”. Ellos quieren saber más sobre Él. Jesús se fija en ellos y se muestra sensible ante sus interrogantes. “Qué buscan ustedes?” les pregunta.

Y nosotros, qué buscamos? Qué es lo que nos ha empujado, motivado para seguir a Jesús?  Y si fuera Cristo, el primero, que nos estaba buscando y nos ha dado el gusto (entusiasmo) por Él?

Ver donde habita. Para que los discípulos puedan conocerle verdaderamente, Jesús les invita a ver donde Él habita, a visitar no su casa sino su corazón. Los invita a estar en su compañía,  a pasar tiempo con Él, a entrar en una nueva manera de relacionarse con Él.

Nosotros también, para conocer mejor a Jesús, tenemos necesidad de aprender mucho mas, profundizar en su vida, su palabra para conocerle mejor.

Nosotros hemos necesitado guías, “maestros” para clarificar o iluminar nuestra caminada con Él.

Quedarnos con Él. El encuentro con Jesús cambió de manera radical la vida de los primeros discípulos. Ellos deciden seguirle y a su vez se convierten en guías para los otros.

Y nosotros, buscamos igualmente como ellos a ser guías para otros?


Aproximación psicológica :

Hay una voz mayor, una voz mas allá de todo ruido, una voz que necesita de silencio y conciencia para ser escuchada…una voz que nos cuestiona, nos pone en camino, nos ayuda a discernir, a encontrar el sentido de nuestra vida…Es a esto a lo que llamamos VOCACION. Todos nosotros, en algún momento de nuestra vida nos sumimos en las preguntas: Quien soy? Por qué vivo? Qué he de hacer de mi vida? Existe Dios? Tiene sentido mi existencia? Y la muerte? Dios eres Tu quien me habla? Por qué la muerte de Jesús? Sera cierto eso de la Resurrección? Anunciar el evangelio vivir a la manera de Jesús…Por qué no? Y la Iglesia? Me caso o me voy de monje (e) Muéstrame el camino que he de seguir…seré feliz allí?

La experiencia de Samuel que nos presenta la primera lectura ha sido presentada casi siempre como paradigma de vocación…vocación de discípulo, no solo entendida como la vocación para ser sacerdote o monje (a) o para la vida consagrada, sino la vocación como respuesta vital a un proyecto divino-humano. Cuando Samuel responde finalmente a la voz las palabras sugeridas por su maestro y sacerdote Eli : “habla señor que tu siervo escucha”, podríamos decir que son las palabras que conducen a todo ser humano hacia su realización: escuchar y poner en práctica lo que Dios nos pide (Dios siempre esta del lado bueno, del lado de la vida, de lo que nos conviene), no es eso la felicidad?, otros lo llaman santidad, otros perfección.


Marcos Rodriguez dice: ( en http://feadulta.com )

Dios no llama nunca desde fuera. La vocación de Dios no es nada distinto de mi propio ser; desde el instante mismo en que empiezo a existir, soy llamado por Dios para ser lo que mi propio ser me exige. En lo hondo de mi ser, tengo que buscar los planos para la construcción de mi existencia.
 Dios no nos llama en primer lugar a desempeñar una tarea determinada, sino a una plenitud de ser. No somos más por hacer esto o aquello. Es una pena que el término “vocación” haya quedado restringido a la vida sacerdotal o religiosa. Todos estamos llamados a desplegar lo mejor de nosotros mismos. Aquel estado para el que tengo mejores aptitudes personales, es el que Dios quiere para mí. 
 La vocación última es la misma para todos. Es un disparate decir que uno tiene vocación si con ello damos a entender que otro no la tiene. La singularidad de cada uno, obliga a que el camino que tenemos que recorrer sea distinto. Todos debemos llegar a la cima de la montaña, pero cada uno desde el punto de la ladera en que se encuentra.
 Cuando se trata de elegir un género de vida, no tengo que esperar que Dios me diga lo que quiere de mí. Tengo que examinar mi propio ser y descubrir qué camino será para mí más adecuado. Descubrir el camino por el que yo puedo llegar más lejos en dirección a mi plenitud, es descubrir mi vocación. Para descubrirlo seguramente sí necesito ayuda.
 Cualquier camino que emprendamos tiene limitaciones, pero salvo excepciones, siempre será más práctico seguir adelante por él, que volver a empezar para caminar por otro. No existe el camino perfecto, ni falta que hace, porque lo importante es que me vaya acercando a la cumbre. Si no he acertado con el camino, me costará más, pero puedo seguir avanzando. Sólo ante un obstáculo insalvable, tendré que retroceder y rectificar.



Por su parte, el evangelista Juan ha puesto un interés especial en indicar a sus lectores cómo se inició el pequeño grupo de seguidores de Jesús. Todo parece casual. El Bautista se fija en Jesús que pasaba por allí y les dice a los discípulos que lo acompañan: «Éste es el Cordero de Dios».

Juan Bautista ha señalado con el dedo a un desconocido a quien él ha atribuido proféticamente la vocación de ser “el cordero del sacrificio”.

El anuncio de la paz con Dios y de la reconciliación eterna con el Todopoderoso son acompañadas entonces por el anuncio profético de una violencia de la cual, este hombre que nadie conoce aún, soportará las consecuencias. Este hombre lleva con él la paz de Dios, esta revestido de la “aureola” del Mesías, pero para que esto se produzca, es necesario que todas las violencias contenidas, todas las agresividades recogidas, todos los pecados ignorados se concentren contra (en) él, de manera que por su muerte, él exorcice para siempre todas las agresiones cometidas contra la humanidad. Es lo que recordamos  en cada culto cuando nosotros los sacerdotes  anunciamos la absolución de los pecados.

Advertidos por Juan Bautista de que la esperanza estaba ante ellos, dos hombres deciden seguir a Jesús, pero es Jesús quien les atrae. En el contacto con Jesús es así como ocurre, uno le sigue con toda libertad y gusto y sin embargo es Él quien ha provocado nuestro movimiento (el primer paso) para seguirle hasta su intimidad. “La casa o morada de Jesús” se convierte en su casa”, Él los toma (a sus discípulos)  y los lleva consigo en la noche terrible del desierto hasta al día siguiente, cuando Él decide partir con ellos, hacia la casa de ellos en Betsaida en Galilea.

Todo cristiano descubre aquí su propia historia. Esta atracción irresistible por Jesús a quien se sigue libremente, esta seguridad que Él nos prodiga en nuestra noche y este itinerario que se sigue en su compañía hasta nuestra propia casa, en nuestras ocupaciones y en nuestro trabajo, todo esto hace parte de la historia de cada uno.

Esta aventura de Jesús que nos toma en su casa para acompañarnos hasta nuestra casa se ofrece a cualquiera que escuche a Jesús diciéndole como a los dos hombres`: “vengan y vean”.

Esta aventura no se limita a nuestro confort espiritual o material. Somos provocados en nuestro ser mas profundo, porque Jesús no se acomoda o no se conforma con la pasividad y el orden establecido (el statu quo). Él nos lleva consigo para acompañarnos a nuestra casa, es Él quien dirige (rige) nuestra aventura, mismo si Él nos deja ser libres de nuestras acciones. “Vengan y vean” o “ven y ve” (en singular), les dice a los dos hombres, y sabremos enseguida que se trata de Andrés el hermano de Simón y quizás Juan del cual el evangelio lleva el nombre.

Una vez que ellos se disponen a compartir la vida de Jesús o cuando Jesús empieza a compartirles su vida, la febrilidad los invade y entonces se alistan a reunir alrededor del maestro los nuevos discípulos que llegan. Ellos comparten su misma inquietud, ellos también han venido al desierto para escuchar a Juan Bautista y como ellos también se muestran ávidos de absoluto y de novedad. Y apenas ellos  entran en contacto con Jesús algo nuevo se produce en ellos. Es Simón al cual Jesús le cambia enseguida el nombre: “tu te llamaras Pedro”, es Bartolomé (o Nathanaël) olvidado por la historia a quien él proyecta ( y o pone) en primera fila revelando a todos su rectitud: “He aquí un verdadero israelita (un judío) en quien no hay engaño”. Nada se le escapa a Jesús. Él conoce la verdad de cada uno, mismo si cada quien hace esfuerzos por disimularla”. Y a la avanzada, con el paso del tiempo, en un recodo del camino, en un descanso de la larga aventura con Jesús, tenemos la seguridad que Él nos conoce y que nada podemos esconderle. Mismo bajo la higuera no se había Él fijado en Nathanaël? Acaso no se ha fijado en ti, tu que estas sentado acá en esta iglesia, en este santuario, en esa silla? Y a ti como  en otro tiempo había dicho a los futuros  apóstoles te dice también: “ven y ve”.

Para aquel que quiere enrollarse en la serenidad de Dios, para aquel que quiere la suavidad o dulzura de una existencia calmada y sin historia, para aquel que desespera y que quisiera como Nicodemo rehacer maquina atrás y volver al seno de su madre, Jesús les dice: “Vengan y verán”. Decepcionante, no? Dos verbos, de acción, dos invitaciones a hacer algo.

La primera puede parecer simple:
Ven: es el verbo venir, se trata de ponerse en movimiento tras los pasos de Jesús quien toma la responsabilidad de la acción hacia la cual nos lleva. Con toda seguridad, nosotros podemos entonces venir cuando Jesús nos llama, ya que Él sabe a dónde  nos lleva y podemos confiarnos porque sabemos que eso  será bueno para nosotros.

Ve: del verbo ver. Este verbo presenta otros problemas, porque uno no ve de una manera neutra y nadie puede ver por nosotros. La imagen que reciben nuestros ojos deja una impresión en nuestra retina y nosotros debemos interpretarla. Vemos no solamente con nuestros ojos sino también con nuestras facultades de interpretación, es decir, con nuestra inteligencia. Es por la manera como nosotros interpretamos la imagen que se crea una emoción en nosotros. Esta emoción provoca nuestra acción o nuestra reacción.

Ella moviliza nuestra conciencia y nuestra inteligencia sin que nadie tome por nosotros la decisión o la iniciativa. De cara a lo que vemos, reaccionamos en función  (de acuerdo a) de nuestra sensibilidad. Por el hecho que Jesús nos invita a ver, Él nos hace responsable de las acciones que decidamos o no decidamos hacer.

Cada día, vemos tantas cosas que no nos gustan, que no son normales, que no corresponden con lo que sabemos respecto al deseo de Dios. Hay tantas imágenes chocantes y violentas que no sabemos donde y o cómo responder o actuar.

Cada domingo, por ejemplo, las oraciones universales (o de intercesión) dichas en el transcurso de nuestros cultos (misas, asambleas) hacen parte de esas imágenes chocantes. En lugar de serenarnos, ellas nos culpabilizan a causa de la mediocridad desalentadora de las respuestas que damos o a causa de la pasividad que aflige nuestra falta de acción (el pecado de omisión). Lo que se ve y nuestra impotencia para remediar los males o los problemas, provoca en nosotros insatisfacciones tales que las devolvemos contra el mismo Dios: “Si existiera Dios, no habría tanta violencia!”, si puede pensarse o decirse uno a si mismo eso!

Es necesario tener en cuenta los propósitos que he dicho mas arriba, cuando decía que Jesús señalado por Juan Bautista como el “cordero de Dios”, drenaba en Él todas las violencias que resentimos y por las cuales nosotros sentimos culpabilidad, sea verdadero o falso.  Por su muerte Él nos libera de esta culpabilidad ya que nos permite contemplar otra realidad. Él nos pide entonces ver lo que esta contenido en uno de los versículos de este pasaje: “En verdad, en verdad les digo, ustedes verán el cielo abierto y los ángeles subir y descender sobre el Hijo del Hombre”.

Su venida al mundo no tiene otro objetivo que hacernos ver este mismo mundo como Dios querría que nosotros lo viéramos. Cuando hayamos visto, comprenderemos que la construcción de este mundo ideal (la sociedad alternativa) es posible para todo aquel que cree. Nosotros no podemos quedarnos sin más en la aridez del desierto sin esperanza, mas bien desde aquí hemos de sentir el  placer de comprometernos resueltamente en su transformación radical, mismo si las palabras humanas de aquellos que nos rodean nos digan que es imposible (o infructífero!).


REFLEXIÓN CENTRAL


Hoy y el domingo que viene, asistiremos al encuentro de Jesús con sus primeros discípulos: según San Juan esto ocurre a la orilla del rio Jordán…Y según los evangelistas sinópticos el suceso tiene lugar cerca al lago Tiberiades.

Lo que mas causa admiración (o llama la atención) en este texto de vocaciones de San Juan, es que a Jesús se le aprende a conocer,  gracias a la intervención de intermediarios: Juan Bautista conduce a Andrés y a otro discípulo hacia Jesús, Andrés invita a su hermano Simón a encontrar al Señor, Simón le habla a Felipe, quien a su vez, transmite la buena noticia a Nathanaël…Y es así después de mas de 2000 años! El llamado de Dios pasa por intermedio de alguien que habiendo “encontrado” a Jesús, habla a otras personas. San Juan mismo dirá en su primera carta: “Lo que hemos escuchado, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, lo que nuestras manos han tocado del Verbo de la Vida, nosotros se los transmitimos…”

Al reflexionar sobre el origen de nuestra propia fe, nos acordaremos de ciertas personas que nos han introducido en el conocimiento de Cristo: nuestros padres, nuestros abuelos, un tia o una tia, aquellos que nos han ensenado en clase de religión o en la catequesis, el cura de nuestra parroquia…La historia del cristianismo es una gran cadena de personas que conducen a otras hacia Dios.

Ante la crisis de vocaciones (a la vida religiosa y o consagrada, al discipulado cristiano y católico), nos vemos tentados a multiplicar las encuestas,  los análisis y estudios sociológicos. Esto es sin duda necesario, pero deberíamos preguntarnos: que hago yo para anunciar a Jesús y su Buena Noticia (el evangelio)?

En el texto de hoy, cuando Cristo encuentra sus primeros discípulos, Él no les dice: “síganme” …sino “Que buscan?” Estas son las primeras palabras de Jesús en el evangelio de Juan.

Esta cuestión se dirige ( se nos hace) hoy a cada uno de nosotros. “Qué buscamos? cuál es el sentido de nuestra vida? ¿ ¿Cuales son nuestros deseos y aspiraciones?” Qué buscamos nosotros en la familia, en el trabajo, en el club, en nuestra asamblea (o grupo de amigos), en el bar, en la iglesia? ¿Cuáles son nuestras prioridades?

Una vez esas clarificadas esas prioridades, el contacto con Jesús conduce a un cambio de dirección, a una conversión.

Ser discípulo de Jesús quiere decir “cambiar su vida”, entrar en una aventura nueva. Tal es el significado del cambio de nombre de Simón. “Tu eres Simón, el hijo de Juan, en adelante tu te llamarás Pedro”. Jesús le revela a Pedro quien es él ahora y que es lo que él va a llegar a ser más tarde”. ¸

El verdadero cristiano es aquel o aquella que aprende poco a poco a cambiar su manera de ver y o comprender las cosas, a adaptar su mentalidad con la de Cristo, a ver a través de los ojos del Señor. Este contacto nos transforma y le da un nuevo sentido a toda nuestra vida.

Jesús llama a Andrés, a Simón, a Santiago y a Juan, pero también nos llama a nosotros. En otro tiempo había muchos sacerdotes, religiosos y religiosas, gente que se comprometía en nombre de la fe cristiana. Hoy son mucho  menos numerosos los que están dispuestos  a responder de esta manera y no podemos permitirnos dejarle a los otros el cuidado de hacer el trabajo que nos corresponde. El tiempo de las sustituciones ha terminado. No podemos seguir diciendo hoy : “que las religiosas se encarguen de educar a nuestros hijos y nietos en la fe cristiana: que los misioneros vayan a ayudar la gente en los países pobres; que los benévolos visiten los enfermos; que los laicos comprometidos  se ocupen de las personas mayores (o ancianas o de la tercera o decima edad), etc. “Hoy todos estamos llamados a hacer lo que nos corresponde, a dar una mano”.

No podemos continuar contentándonos de asignar a los demás el trabajo a realizar y las responsabilidades a asumir, todo reservándonos para nosotros el rol de simples espectadores y o de criticar lo que los curas, los religiosos (as), los laicos comprometidos hacen o deben hacer .

Hoy estamos llamados a  colaborar con el Señor para hacer mejor a nuestro mundo, volverlo mas humano, más fraternal. Estamos invitados a crear un mundo de perdón, de compartir, de ternura y de amor.

Con Andrés, Simón, Santiago y Juan el Señor nos invita a seguirle y a trabajar día a día , el Reino de Dios en nuestra casa. Él nos llama por nuestro nombre ( el mismo que recibimos el día de nuestro bautismo) y nos indica el camino que se abre ante nosotros.

“Tu eres Simón, Evangelina, Patricia, Bertulio, Jhon, Jorge, Claudia, Eyder, Omer; tu te llamaras mensajero de paz, educador, ternura, protector de los débiles, aliento y animo para aquellos que están desanimados!

Buena semana!



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

Para las lecturas:  http://betania.es
Pequeño “Prions en Église”, edicion quebequense, 15  enero 2012.