lunes, 7 de junio de 2010

RESPUESTA A UN LECTOR MANIZALENO


Me ha dado vueltas en la cabeza esa frase lapidaria de uno de los lectores de la patria de Manizales en uno sus comentarios (al artículo "El opio del pueblo" (05-06-2010)  del editorialista Pablo    Mejia Y QUE DICE  "MANIZALES (RETROGRADA)  UN PUEBLO CON ARZOBISPO".

Me da dificultad comprender a ciertos manizaleños o personas que habitan la denominada capital de Caldas. Noto un cierto complejo (no sé si de superioridad, inferioridad o modernismo). Sea cual sea el complejo, está mal, porque denota inseguridad, falta de humildad, sanidad, normalidad.

Ahora tratar de “retrograda” a toda una sociedad de una ciudad , por el hecho de que sean devotos o fieles a una religión, o porque haya mucho clérigo y obispo e iglesias a granel…eso no está bien…Que se tiene en contra (en concreto) contra el catolicismo, la Iglesia o determinada religión? Por qué incomoda tanto? Gracias a Dios ante la Iglesia hay perros que ladran , porque como dice Don Quijote “ladran, Sancho entonces  señal que avanzamos” (yo diría existimos, incomodamos, cuestionamos…) “Con la Iglesia hemos topado Sancho” , también decía el insigne hidalgo de la triste figura. No sé cuál es el contexto o la circunstancia particular que incomoda al amigo lector, pero insisto, me preocupa…

No soy de Manizales, soy orgullosamente campesino nacido en la vereda “El Placer “ del municipio oriental de Marquetalia, pero siempre Manizales me ha parecido sombría, muy lejana de mis simpatías, quizás por su mismo clima, sus faldas o pendientes tan pronunciadas, cierta frialdad y falta de espontaneidad de su gente en la calle…Serán “pinchados” en Manizales? , se ufanaran (incorrectamente)  de qué?

Pa` que,  ya ve  que tienen buenas y bellas cosas como la catedral, el Bolívar Cóndor, el monumento a los fundadores, las panorámicas de Chipre, y el Once caldas que muchos dicen no se merece la hinchada que tiene…sobre todo los fanáticos de Manizales…je,je

Y como que es contagiosa la vaina esa de la “presunción rancia manizaleña”. Recuerdo que en los años 80’s venían muchos jóvenes terminado su bachillerato a estudiar a la “Ciudad de las puertas abiertas” y de ideas cerradas. Cuando uno iba a Manizales y caminaba por la “archi conocida” carrera 23, que llamaron y aun llaman creo “tontòdromo” , los mismos paisanos que se veian desde lejos “se hacían los locos o los bobos” , haciendo que no reconocían a nadie…Y el colmo era que algunos decían que era mejor andar por la 21, 22 y 24 con tal de no toparse los “tontos”, jaj,ja.

Está bien, como diría el mismo don Pablo Mejía de la Patria , pueden ser bobadas personales,  “impresiones tontas mías exclusivamente” , pero que necesitaba vomitar.

Concluyo entonces:

No midamos la modernidad,  el progreso o la avanzada o lo “hight light” de una ciudad por la mera expresión de su religiosidad…En otros sitios es (y así debería ser) signo de orgullo y fiereza.

No opinemos ni escribamos tan a la ligera y sin pensar por 10 segundos, sobre cuestiones tan delicadas y sagradas como Dios, Jesucristo, tradición e historia sagrada,  la religión, iglesia , obispo, comunidad de creyentes (existe lo que se llama también pecado contra el Espíritu Santo o sea presunción).

No olvidemos que somos solo intendentes, administradores de los bienes celestiales que pertenecen a Dios,  el único que podrá juzgarnos y perdonarnos en su inmensa misericordia.

Y siéntanse orgullosos antes de “creerse pueblo con arzobispo”, cuantas comunidades en muchas partes del mundo desearían al menos tener un  catequista para que les compartiera y suscitara vivir en comunidad, practicando los valores evangélicos, e iluminados por la Palabra de Dios.

Se necesita viajar mucho, leer mucho para tener al fin un criterio ecuánime sobre la vida, los hombres y las cosas.

De todo hay en la viña del Señor, y todo tipo de personas puede albergar una ciudad mediana como Manizales, pero a esos pocos “pinchados” y “verdaderamente retrógrados y que pretender “miar”  fuera del tiesto me dirijo”.

                                                                 Buen día!

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Gustavo Quiceno