miércoles, 10 de septiembre de 2008

"Le llamaban el cura volador"




La noticia tuvo más resonancia y amplia difusión en su país Brasil, como es lógico. El 21 de abril la noticia empezó a ser escuchada por varios medios de comunicación internacionales. Acá en Colombia, por ejemplo Caracol y RCN en sus respectivos telenoticieros pasaron fugazmente la nota: un sacerdote pegado a mil globos desapareció en los cielos de Brasil. Se decía que había emprendido esa aventura para recaudar fondos para su parroquia y o hacer una obra de beneficencia. En el sentir de los televidentes, quedaba el interrogante, el padre logrará sobrevivir?. Se le encontrará vivo? A dónde caería.
Pasaron los días, y casi tres meses después de haberse notificado su desaparición, la noticia del hallazgo de su cadáver en una de las costas brasileras, terminó con esta historia fugazmente digerida por todos los tele-espectadores .
A mí particularmente me llamó la atención la noticia. Ese suceso, quise ahondar más en él. Puesto que los medios de comunicación cuando se centran en noticias de curas, ellos tienen que ser asesinos o mínimo haber demostrado alguna aberración sexual para darle más “bomba” o continuación documentada para poder transmitir.
Averiguando en Internet y gracias sobretodo a periodistas brasileros corresponsales para el Diario EL PAIS de España, pude profundizar e ir un poco a los orígenes de esta historia. Acá les transcribo las notas periodísticas y ruego al Dios Padre inmensamente Bueno quien ha acogido con seguridad en sus brazos paternales al padre Antonio Adelir de Carli, que la obra que él quiso concluir y que le costó su sacrificio pueda ser realizado.

Al final, para quienes quieran profundizar más en la vida y la experiencia del padre Carli, les dejo algunos otros vínculos en la Web.

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La última imagen que se tiene del sacerdote brasileño Adelir de Carli es la de un hombre surcando el cielo sostenido por 1.000 pequeños globos de vivos colores. ¿Qué hacía este hombre ahí arriba? El cura católico, de 42 años, quería batir un récord de vuelo sostenido por globos y recaudar dinero por una buena causa. Pero su aventura se ha convertido en una búsqueda angustiosa en el mar tras desaparecer el religioso arrastrado por el viento.
Ahora, la Fuerza Aérea y la Marina brasileña -con dos aeronaves y embarcaciones militares y pesqueras- se han movilizado para encontrar a Adelir de Carli, informó ayer el canal TV Globo. De Carli partió el pasado domingo del puerto de Paranaguá, en el sureño Estado de Paraná, con destino a Cascavel o Maringá, ciudades del mismo Estado.
Con su hazaña, el sacerdote tenía como objetivo llamar la atención y recaudar fondos para un proyecto que él ideó a fin de ayudar a los camioneros que llegan al puerto de Paranaguá. El dinero se emplearía para la construcción de la sede de su proyecto.
Sin embargo, el mal tiempo lo desvió hacia el litoral del vecino Estado de Santa Catarina y se adentró en el mar para no dejar rastro. Antes de perderse, el cura pudo pedir ayuda por teléfono móvil a las autoridades portuarias de Santa Catarina: "Necesito ponerme en contacto con el personal de tierra para que me enseñen a usar el GPS, es la única forma que tengo para dar a conocer mi latitud y altitud y sepan dónde estoy", éstas fueran las últimas palabras del sacerdote antes de que se perdiera su rastro.
Denise Gallas, coordinadora de la parroquia donde De Carli trabajaba, ha declarado que cuando llamó por teléfono, siete horas después de su partida, el cura se encontraba sobre el océano.
Llevaba agua y cereales
El capellán llevaba en su extraña aeronave agua, barritas de cereales y cápsulas energéticas. Además, tenía en su asiento pequeñas bolsas de aire comprimido que podían inflarse por si era necesario un aterrizaje de emergencia, algo que podría haber ocurrido dada la gran cantidad de islas que hay en la zona de su desaparición.
"Encontramos unos pedazos de globos a lo largo de la costa", ha declarado Joao dos Santos Junior, subcomandante del cuerpo de bomberos de Sao Francisco do Sul.
No era la primera vez que el religioso volaba, el pasado 13 de enero recorrió de la misma forma 110 kilómetros en cuatro horas, entre Paraná y la vecina ciudad argentina de San Antonio.
FUERON HALLADOS EN ALTA MAR
Encuentran globos del cura perdido en Brasil, aunque sin rastro de su paradero
Actualizado miércoles 23/04/2008 01:53 (CET)


EFE
RIO DE JANEIRO.- La Fuerza Aérea Brasileña (FAB), que busca a un sacerdote que desapareció el domingo pasado en el mar, encontró parte de los mil globos que el religioso utilizó para realizar un vuelo aerostático.
Un aeronave militar fotografió un conglomerado de globos a unos 50 kilómetros al este de la ciudad de Florianópolis (Santa Catarina, sur), pero "no observó señales" del sacerdote, según indicó la FAB en un comunicado. Las búsquedas continuarán este miércoles.
Las coordenadas fueron transmitidas a la Marina, que también participa en la localización del clérigo Adelir de Carli, quien trataba de realizar un vuelo con la ayuda de cerca de mil globos usados para fiestas, inflados con helio.
El religioso partió el domingo del puerto de Paranaguá, en el sureño estado de Paraná, con destino a Cascavel o Maringá, ciudades del interior del estado, cercanas a la frontera con Paraguay. De Carli quería realizar una protesta en favor de unos camioneros, pero el mal tiempo adverso lo desvió de su ruta y lo condujo mar adentro.
El párroco, que estaba equipado con dos teléfonos móviles y un equipamiento de localización por GPS, pidió ayuda al servicio de salvamento marítimo por última vez el domingo pasado por la noche.
El mismo sacerdote cubrió antes un trayecto de 110 kilómetros, durante cuatro horas, entre Paraná y la vecina ciudad argentina de San Antonio, con la ayuda de 500 globos.
Identifican cuerpo de cura volador
Redacción BBC Mundo


El sacerdote fue desviado de su ruta por los vientos imperantes.
Exámenes de ADN efectuados a un cuerpo encontrado este mes cerca de la costa brasileña confirmaron que correspondía al sacerdote que había intentado establecer un récord de vuelo, señalaron las autoridades.
El padre Adelir Antonio de Carli despegó de la ciudad brasileña de Paranagua en abril pasado amarrado a 1.000 globos de helio de colores brillantes.
Gary Duffy, corresponsal de la BBC en San Pablo, explica que De Carli había iniciado este elaborado esfuerzo para recaudar fondos con el objetivo de ayudar a construir un parador de descanso y un lugar de oración para los camioneros locales.
Pero el esfuerzo del sacerdote católico de 41 años de edad falló cuando vientos no previstos lo llevaron mar adentro.
El cuerpo fue encontrado por casualidad a comienzos de mes por la tripulación de un remolcador.
El padre De Carli intentaba vencer una marca de 19 horas para vuelos con globos.
Perdió el rumbo

En enero, el religioso había usado el mismo medio de transporte para volar más de 110 kms.
El manojo de globos del sacerdote fue encontrado flotando en el Océano Atlántico cerca del estado de Santa Catarina, no muy lejos del punto donde tuvo contacto con las autoridades por última vez.
Carli había dicho entonces que estaba teniendo dificultad para operar su sistema de GPS y que estaba "muy frío, pero bien".
Se dice que llegó a la altura de 6.000 metros y después descendió a cerca de 2.500 metros para su travesía planeada a la ciudad de Dourados.
Pero entonces perdió el rumbo por los vientos.
Antes de perder contacto, dijo que tendría que posarse en el mar ya que estaba "perdiendo altura".
En enero, el cura utilizó el mismo mecanismo de transporte para volar más de 110 kilómetros en cuatro horas entre Paraná y la vecina ciudad argentina de San Antonio.
Encuentran cuerpo en Costa de Marica, creen es el cura volador.
Written on July 7, 2008 – 10:19 pm | by ihdez |

El Pais. -Un cuerpo encontrado a 100 kilómetros de la costa brasileña puede ser el del sacerdote Adelir de Carli, perdido desde el 20 de abril cuando efectuaba un vuelo con mil globos. La descripción de las ropas coincide con la del cura desaparecido, pero el resultado del exámen de ADN que determinará la identidad tardará por lo menos 40 días en conocerse.
Los restos mortales fueron encontrados por una embarcación de la petrolera brasileña Petrobras el pasado viernes. El cuerpo, en estado de descomposición, fue hallado en la costa de Maricá (Río de Janeiro) y trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde los forenses estudian la identidad del fallecido. Los responsables de Petrobras consideraron que se puede tratar del sacerdote desaparecido por la ropa que aún vestía el cadáver, que coincidía con la que llevaba De Carli el día de su desaparición. El sacerdote se perdió cuando emprendia un vuelo con la ayuda de un millar de globos inflados con helio desde la ciudad de Paranaguá, en el sureño estado de Paraná, a unos 1.000 kilómetros del lugar donde fue encontrado el cuerpo que está siendo analizado.
El religioso pretendía volar, sin ayuda de motor, hasta los municipios de Cascavel o Maringá, ciudades del interior del estado cercanas a la frontera con Paraguay para dar a conocer una protesta en favor de unos camioneros. No obstante, los fuertes vientos que soplaban aquel día en la zona lo desviaron de su ruta y lo empujaron mar adentro. El cura llevaba un equipo de GPS, pero no lo manejaba bien.
En su búsqueda participaron grupos de rescate del cuerpo de bomberos y de la fuerza aérea de Brasil, cuyos helicópteros no hallaron rastro del sacerdote. El último contacto que mantuvo De Carli con tierra fue poco después de desviarse de su ruta. Telefoneó a los servicios de emergencia locales solicitando ayuda y pidiendo instrucciones para utilizar un dispositivo de localización por GPS que llevaba consigo pero del que desconocía su funcionamiento. El sacerdote, de 42 años, era conocido en Brasil por haber emprendido otros vuelos arriesgados con centenares de vistosos globos de colores.
El cura pretendía permanecer más de 19 horas en el aire y, con su aventura, recaudar fondos para la Pastoral de Carreteras de la ciudad de Paranaguá, donde residía, que fundamentalmente asiste a camioneros. En enero, el padre había realizado un ensayo, volando en 4 horas y 14 minutos desde la brasileña ciudad de Ampere, en Paraná, hasta el territorio argentino. En su último vuelo, De Carli trataba de superar su récord personal de globos.
De cómo un agricultor se convirtió en el 'cura volador'
Cientos de feligreses despiden hoy al sacerdote brasileño muerto cuando viajaba atado a mil globos
RODRIGO CAVALHEIRO - Madrid - 01/08/2008


Le había impactado aquella protesta ecologista contra el uso de fertilizantes tóxicos. Al adolescente nacido en un pueblo del sureño estado de Paraná, en Brasil, le fascinó el vuelo de una bandera pirata atada a unos globos. En clase, se le escapó la pregunta: "¿Puede un hombre volar atado a unos globos, profesora?".

Con esta anécdota de su infancia, Adelir de Carli contestaba hace semanas a los espantados feligreses que le preguntaban con miedo "padre, por que com balões?"(¿padre, por qué con globos?). La respuesta de la profesora de Adelir fue "no, no se puede". El llamado cura volador interpretó aquella negativa de su maestra como un desafío. Atado a un racimo de globos, quería subir a los cielos durante 20 horas, romper así un récord y recaudar dinero. No para él, claro.
La finalidad de la aventura (frustrada el pasado 20 de abril cuando el viento le arrastró a él y sus mil globos hacia el mar) era construir un hogar de acogida para 200 camioneros al lado de su iglesia, en la portuaria ciudad de Paranaguá. Lo explica por teléfono a ELPAÍS.com el comerciante Ernesto Klein, feligrés de la parroquia de São Cristóvão y brazo derecho de Adelir en la trágica Operación vuelo social: "Los pobres camioneros se quedan hasta una semana en la fila esperando para descargar en el puerto. El cura sufría con esta situación".
Un adolescente trabajador
Adelir buscaba también en la adolescencia la respuesta a otra duda frecuente sus parroquianos: "¿Por qué ayudar a los camioneros, en lugar de los miserables?". Nacido en el pueblo de Realeza, de niño Adelirzinho marcha a Paraguay con su familia. Humildes agricultores, buscan tierras más baratas. A los 15 años, molesto por empuñar más la pala que los libros de texto, regresa a Brasil. No le atrae la juerga y tampoco tiene muchas novias. Trabaja de gasolinero en la estación de servicio de sus tíos, mientras recupera cinco años de retraso en los estudios. "En esta etapa se da cuenta de lo que sufrían los que están en las carreteras", señala su prima Elisabete de Carli, al teléfono desde Paranaguá, mientras acompaña el velorio de este sacerdote con otra peculiaridad: la vocación tardía.

Un sacerdote 'radical'
Adelir se ordenó sacerdote en agosto de 2003. Tenía 36 años y a esta altura era un fanático de los deportes de aventura. En el cielo, practicaba paracaidismo y parapente. En el agua, le encantaban el rafting y el buceo. Y en tierra, escalaba montañas al mejor estilo Tom Cruise en Misión Imposible. "Le decíamos que era muy peligroso. Él contestaba que sí era peligroso, y por eso estudiaba mucho la seguridad", añade Elisabete. El gusto por la aventura no lo aparentaba. Vestía siempre zapatos y camisa, y el cabello peinado a raya. "Nunca le he visto en bermudas. Quien lo miraba en la calle estaba seguro de lo que era, un cura. Sólo llevaba zapatillas de deporte y camiseta los lunes, su día libre", cuenta Denise Gallas, encargada de las cuentas en la parroquia São Cristóvão. "Me entristece que la gente diga que era un loco. Tenía un plan. Puede que no fuera el mejor, pero lo tenía. Eso sí, su defecto era ser muy cabezón".

Un seminarista estricto
La fama de terco acompañó Adelir, como también la de ser un tipo estricto. Metódico. El padre José Messias Almeida Santos, su superior en los cuatro años de seminario, se acuerda con cariño de sus rarezas. "No se trataba de un seminarista normal. Dormía en una poltrona y tenía apenas un par de zapatos. Cuando se le rompían, cogía otro par entre los usados que recibimos de Europa. Además, era un rabo de lagartija, por lo que tuve que ponerle freno", cuenta a ELPAÍS.com Messias. Si la tarea del día para los seminaristas era hacer una huerta, él hacía dos. Si le tocaba controlar el trabajo de los más jóvenes, contaba cada minuto de retraso de cada uno. Si le tocaba organizar el presupuesto del seminario, presentaba cada centavo en las cuentas.
Lo que más le molestaba era desigualdad social. Criticaba abiertamente la hipocresía del Gobierno y de la propia iglesia. De ahí la pelea cuando se acercó a Messias y dijo: "Padre, quiero ser diputado para poder cambiar las cosas". "Lo tuve que echar del seminario. Y contra mi voluntad utilizó en campaña el eslogan Vote al seminarista Adelir" cuenta Messias. "No le gustaba hacer cosas pequeñas. Le gustaba volar alto", añade.
Adelir se estrelló en los comicios, a los que se presentó por el Partido de los Trabajadores (PT), el mismo del actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. No salió elegido. Como buen cristiano pidió perdón a Messias, concluyó los estudios de Teología en el seminario y se ordenó sacerdote.

El último vuelo
En la tarde del día 20 de abril, 5.000 fieles se reunieron alrededor de la parroquia. Estaban optimistas. En enero, el "cura volador" había obtenido éxito en una prueba con 500 globos. Según el pronóstico matutino del tiempo, el viento soplaba en la dirección correcta, hacia el interior del país. Pero como es normal en esta zona del país, el tiempo cambió de manera súbita. La lluvia repentina hizo que los tres helicópteros que acompañarían al cura abandonaran la misión. "Le dije que lo suspendiéramos, que no importaba el dinero pagado para el alquiler del camión cisterna con gas para los globos. Me dijo que no. Que la lluvia no lo molestaría y que estaría sobre las nubes. Y que allí se encontraría un lindo sol y un cielo de un azul infinito". Así pues, ignorando el consejo de la profesora, Adelir despegó.

El último sueño de Adelir

No era una protesta, como se llegó a plantear al principio. Las 20 horas que Adelir de Carli quería pasar volando en una silla de plástico atada a mil globos servirían para convencer los empresarios del transporte de que donasen, a cambio de publicidad, dinero para la construcción de un albergue de camioneros. Las obras del alojamiento están a medias. Se prevé que acoja a 200 conductores y cuente con un comedor para 600 personas, además de asistencia psicológica y médica. Hasta ahora ha sido invertido un millón de reales (411.000 euros) y faltan 3 millones (1.233.000 euros). Cuando despegó (vistiendo ropa térmica, un paracaídas de reserva, un móvil y un GPS que al final no supo usar) Adelir llevaba sobre su racimo de globos una pancarta publicitaria de las empresas de transporte.
Estas marcas también aparecían en la web del proyecto y en folletos educativos repartidos a los camioneros. En ellos, había información contra la prostitución infantil en las carreteras y sobre los riesgos de uso del rebite, un tipo de estimulante utilizado por los transportistas para no dormirse y trabajar hasta 14 horas sin descanso. Los restos mortales de Adelir fueron descubiertos por una embarcación de la petrolera brasileña Petrobras el pasado 4 de julio frente a la costa de Macaé (Río de Janeiro), a cerca de 1.000 kilómetros al noreste del lugar de su desaparición. Hace tres días, un examen de ADN confirmó que los restos eran suyos. El cura será enterrado en Ampere, la ciudad en que fue criado, en el sur de Brasil. "Ahora lucharemos para terminar su obra. Creo que al final Adelir va a conseguir lo que quería", concluye Ernesto Klein, ahora conocido como el ayudante del cura volador.


Otros vínculos web:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Hallado/cura/volador/elpepuint/20080707elpepuint_10/Tes

http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/cura/volador/puede/todo/elpepirtv/20080424elpepirtv_2/Tes