Soy un asiduo
radio escucha de “La Luciérnaga” de Caracol (sobre todo en diferido, gracias a
los podcast: archivos de audio, que son posibles de descargar y luego escuchar
sea en el i-pod, el celular, el pc o el
mp3).
Ocurre que
esta es la semana preparativa al domingo mundial de misiones en nuestra
iglesia.
Y me pareció
curioso que ayer 18 de octubre, justo en el programa mencionado (y que escuché
esta mañana) en el día de San Lucas (uno
de los evangelistas) como lo recordó bien su Diana Uribe (caracterizada por la bella y
talentosa Alexandra Montoya), Don Hernán
Peláez conductor y cabeza del programa decidió (en una acto de “atravesado”
como él gusta llamar a sus compañeros cuando “meten la cucharada” o hablan
cuando no es el momento) lanzarle la pregunta a Gabriel de las Casas sobre cuáles
eran los otros 3 evangelistas…Gabriel dijo: “Juan, se quedó callado y después de
un breve silencio instigado y tratado burlonamente por sus compañeros de aquí y
de allá, siguió con otros nombres como Pedro, Mateo, Lucas y Juan…Es decir para
Gabrielito los evangelistas eran 5 (o sea le sobró Pedro, que fue apóstol mas
no evangelista, aunque si existe un evangelio suyo pero nunca fue reconocido
oficialmente por la Iglesia católica).
Y no sigamos
con lo que pasó con la pregunta acerca de “cuántos eran los jinetes del
Apocalipsis”.
En diferentes
momentos de concursos de televisión como “Quien quiere ser millonario” y o “millones
por montones”, los participantes han perdido la oportunidad de ganar por no
haber memorizado ciertos datos de la Biblia, de la historia sagrada o de la
Iglesia.
Pero me sorprendió
ver el sábado pasado en la emisión del
concurso millonario de caracol presentado por don Pablo Laserna, como un joven de escasos 20
años no supo responder o descifrar que un podcast es un archivo de audio, pero
si supo responder en una cuestión siguiente sobre un sujeto religioso…Qué
ironia…
Traigo a
referencia todo esto no para criticar o deplorar la ignorancia religiosa de los
periodistas o de los medios, pero si para exponer mi preocupación acerca del
modo como se asume, se ve y se trata los conocimientos y o la cultura religiosa (que debería ser el
tema de otro artículo).
Y porque lo más
importante no es aprender el catecismo de memoria o memorizar de cabeza literalmente
versos de la Biblia, o datos de preguntas y respuestas exactas…No eso, no es lo
esencial, pues “en la tarde de la vida- como dijo San Juan de la Cruz- seremos
juzgados con amor y sobre el amor”.
Así que Gabriel
no te preocupes por no haber sabido responder con exactitud, certeza y convicción
a las preguntas (de tradicional catecismo) formuladas claro esta y se comprende
en ese ambiente de hilaridad, mismo no interesa mucho si vas o no a la misa, lo
que importa es que tengas claro en tu vida que “el amor es el motor de la
existencia”, “el amor es el centro de la vida”.
Jesús nos lo recuerda en el
evangelio de este domingo mundial de las misiones; ante la pregunta hecha por
sus adversarios que quieren hacerle hablar y o tenderle una trampa sobre “cuál
es el mandamiento más grande o importante”, Jesús resume toda la ley en
el amor a Dios, el amor al hermano como a sí mismo”…hay un solo amor. Y este es
el único dato valido y suficiente, que
nos bastaría memorizar y hacer descender de la cabeza al corazón y luego
traducirlo en nuestras manos (con nuestra profesión, actividad, trabajo), es
decir VIVIRLO: EL AMOR.
Lo que brinda
la verdadera felicidad es el amor, la compasión, el servicio a los hermanos y
preferentemente los más necesitados.
No es
necesario andarlo tampoco pregonando en la radio, en los espacios virtuales, y
mismo cuando “no le nace a uno hablar de ello”, solo basta con el ejemplo, el
testimonio en los pequeños gestos cotidianos: como padres de familia, hijos,
profesores, alumnos, en el medio de
trabajo, de profesión y estudio.
Esa es la misión,
el llamado que nos hace Dios cada mañana al despertar: AMAR, SERVIR CON
ALEGRIA, porque al hacerlo lo estamos amando y sirviendo a Él.
Y bien por la Luciérnaga
porque nos sirve con alegría, nos transmite optimismo, nos hace reír en
momentos tan duros como lo que se pasan en la vida personal, social, del país y
del mundo.
Durante esta
semana oremos, pidiendo confiadamente al Señor que nos ayude a no dividir el
mundo, a no dividir una única realidad donde Dios y el prójimo deberían determinar
el ritmo y la calidad de nuestras vidas; el mundo de Dios (de la
espiritualidad, de la fe…) y de Cesar (la realidad política, social…) es uno
solo
Pidamos a Dios
a vivir con coherencia dentro y fuera del templo, que superemos el mero rezo y
la asistencia al culto, expresando nuestra fe con las manos y los actos de
servicio, solidaridad y compasión…
Este domingo
mundial de oración por las misiones nos recuerda una vez más que lo más
importante y esencial así no aparezca ( y si rara vez o nunca) en el twitter es
AMAR a Dios y al prójimo como a si mismo…
Buen día!