miércoles, 19 de octubre de 2011

Evangelizando a Gabriel de Las Casas

Soy un asiduo radio escucha de “La Luciérnaga” de Caracol (sobre todo en diferido, gracias a los podcast: archivos de audio, que son posibles de descargar y luego escuchar sea en el i-pod, el celular,  el pc o el mp3).
 
Ocurre que esta es la semana preparativa al domingo mundial de misiones en nuestra iglesia.


Y me pareció curioso que ayer 18 de octubre, justo en el programa mencionado (y que escuché esta mañana) en el  día de San Lucas (uno de los evangelistas) como lo recordó bien  su Diana Uribe (caracterizada por la bella y talentosa Alexandra Montoya), Don  Hernán Peláez conductor y cabeza del programa decidió (en una acto de “atravesado” como él gusta llamar a sus compañeros cuando “meten la cucharada” o hablan cuando no es el momento) lanzarle la pregunta a Gabriel de las Casas sobre cuáles eran los otros 3 evangelistas…Gabriel dijo: “Juan, se quedó callado y después de un breve silencio instigado y tratado burlonamente por sus compañeros de aquí y de allá, siguió con otros nombres como Pedro, Mateo, Lucas y Juan…Es decir para Gabrielito los evangelistas eran 5 (o sea le sobró Pedro, que fue apóstol mas no evangelista, aunque si existe un evangelio suyo pero nunca fue reconocido oficialmente por la Iglesia católica).


Y no sigamos con lo que pasó con la pregunta acerca de “cuántos eran los jinetes del Apocalipsis”. 


En diferentes momentos de concursos de televisión como “Quien quiere ser millonario” y o “millones por montones”, los participantes han perdido la oportunidad de ganar por no haber memorizado ciertos datos de la Biblia, de la historia sagrada o de la Iglesia.


Pero me sorprendió ver el sábado pasado en la emisión  del concurso millonario de caracol presentado por  don Pablo Laserna, como un joven de escasos 20 años no supo responder o descifrar que un podcast es un archivo de audio, pero si supo responder en una cuestión siguiente sobre un sujeto religioso…Qué ironia…


Traigo a referencia todo esto no para criticar o deplorar la ignorancia religiosa de los periodistas o de los medios, pero si para exponer mi preocupación acerca del modo como se asume, se ve y se trata los conocimientos  y o la cultura religiosa (que debería ser el tema de otro artículo).


Y porque lo más importante no es aprender el catecismo de memoria o memorizar de cabeza literalmente versos de la Biblia, o datos de preguntas y respuestas exactas…No eso, no es lo esencial, pues “en la tarde de la vida- como dijo San Juan de la Cruz- seremos juzgados con amor y sobre el amor”.


Así que Gabriel no te preocupes por no haber sabido responder con exactitud, certeza y convicción a las preguntas (de tradicional catecismo) formuladas claro esta y se comprende en ese ambiente de hilaridad, mismo no interesa mucho si vas o no a la misa, lo que importa es que tengas claro en tu vida que “el amor es el motor de la existencia”, “el amor es el centro de la vida”. 

Jesús nos lo recuerda en el evangelio de este domingo mundial de las misiones; ante la pregunta hecha por sus adversarios que quieren hacerle hablar y o tenderle una trampa sobre “cuál es el mandamiento más grande o importante”, Jesús resume toda la ley en el amor a Dios, el amor al hermano como a sí mismo”…hay un solo amor. Y este es el único dato valido y suficiente,  que nos bastaría memorizar y hacer descender de la cabeza al corazón y luego traducirlo en nuestras manos (con nuestra profesión, actividad, trabajo), es decir VIVIRLO: EL AMOR.


Lo que brinda la verdadera felicidad es el amor, la compasión, el servicio a los hermanos y preferentemente los más necesitados.


No es necesario andarlo tampoco pregonando en la radio, en los espacios virtuales, y mismo cuando “no le nace a uno hablar de ello”, solo basta con el ejemplo, el testimonio en los pequeños gestos cotidianos: como padres de familia, hijos, profesores, alumnos,  en el medio de trabajo, de profesión y estudio.


Esa es la misión, el llamado que nos hace Dios cada mañana al despertar: AMAR, SERVIR CON ALEGRIA, porque al hacerlo lo estamos amando y sirviendo a Él.


Y bien por la Luciérnaga porque nos sirve con alegría, nos transmite optimismo, nos hace reír en momentos tan duros como lo que se pasan en la vida personal, social, del país y del mundo.


Durante esta semana oremos, pidiendo confiadamente al Señor que nos ayude a no dividir el mundo, a no dividir una única realidad donde Dios y el prójimo deberían determinar el ritmo y la calidad de nuestras vidas; el mundo de Dios (de la espiritualidad, de la fe…) y de Cesar (la realidad política, social…) es uno solo


Pidamos a Dios a vivir con coherencia dentro y fuera del templo, que superemos el mero rezo y la asistencia al culto, expresando nuestra fe con las manos y los actos de servicio, solidaridad y compasión…


Este domingo mundial de oración por las misiones nos recuerda una vez más que lo más importante y esencial así no aparezca ( y si rara vez o nunca) en el twitter es AMAR a Dios y al prójimo como a si mismo…


Buen día!