jueves, 30 de abril de 2009

Cuando se llega a los 40


Antes de que termine el mejor mes del año , en uno de cuyos días celebré mi aniversario 40, quisiera compartir algunas ideas , pensamientos y experiencias que resaltaría en este momento cuando llego a la mitad del camino, refiriéndome a lo que dice el Salmo de la Biblia: “El hombre no es más que un soplo, sus días sobre la tierra no son mas que polvo que lleva el viento, al hombre débil llega a los 60 y el más robusto a 80”, palabras más , palabras menos eso es lo que dice sobre la edad divina oficial del ser humano, la criatura más importante del universo. Ese el tiempo que Dios le otorga para que sea feliz.

Cuando se llega a los cuarenta, se ha tenido la oportunidad de vivir y afrontar grandes experiencias. En lo que me concierne, ante todo doy gracias infinitas a Dios por lo que me ha permitido hacer, amar y aprender. No siendo muy tarde en esta película de mi vida, comprendí que Dios me ha puesto sobre este mundo para ser feliz, para buscar la felicidad y emprender a cada hora, a cada momento el camino hacia ella.

Son cuatro décadas muy ricas en eventos, en crecimiento, en madurez. Creo que lo que he querido y me ha hecho feliz, ha llegado en el momento justo.

Desde mi más temprana infancia supe lo que quería y distinguí con claridad que era aquello que podía hacerme un hombre realizado.
A pesar de los golpes sufridos , de los dolores y momentos amargos de la infancia, encontré en el perdón y el amor , el mejor remedio para toda infelicidad, amargura , frustración o derrota.

Nunca he guardado rencor por nadie, y si lo guarde recuerdo fue algo temporal, sobretodo siendo un impúber orgulloso, inmaduro e ignorante. 


No fui ajeno a la rebeldía de la adolescencia, a la rareza que se siente a esa edad, cuántas soledades soporté, cuántos momentos duros pude sortear, porque la sabiduría y la ciencia de Dios nunca me abandonaron. Puedo afirmar con orgullo que probando el cigarrillo y el licor nunca me hice un adicto. Que a pesar de las malas compañías y las influencias negativas de mi ambiente social me conservê sano, sin dejarme traumatizar o arrastrar por ello.


Doy gracias a Dios por esos Ángeles guardianes y guías, maestros que ha puesto a lo largo de esta caminada de cuatro décadas.


Llamo guardianes , Ángeles y maestros , aquellos que dejaron una positiva huella en mi vida, me marcaron, me arrobaron con sus gestos, su manera de ser y de enfrentar la vida.

En los primeros cinco años , definitivamente fue mi madre, aunque yo no fuera consciente de eso, ella me dio la vida, ella me protegió y mal o bien me crió , me alimentó y me dio su amor. Me transmitió los valores de la compasión y de la caridad y del servicio desinteresado sobre todo a los que más lo necesitan, (y así hasta los 33 años cuando ella se fue).


Lo mismo digo de mi padre, quien a pesar de sus defectos, siempre me dio ejemplo de honradez, de entusiasmo y fuerza por la vida, de trabajo honesto, de responsabilidad,de jovialidad, de música (gracias a Dios, lo conservo hasta hoy).


Mis cinco hermanas , menores que yo, ramillete de flores que me ha rodeado, que me han proyectado su ternura, su feminidad, me han transmitido y dado tanto amor, cada una a su manera. Por eso, gracias Alba , gracias Magui, gracias Diana, gracias Clauss, gracias Angela.

Entre los 5 y los 10 años, recuerdo con mucho amor a mis abuelos tanto paternos como maternos. Les debo mucho a ellos los valores religiosos católicos que principalmente me testimoniaron. Ellos me llevaron a la Eucaristía, me enseñaron a amar y admirar los sacerdotes, me mostraron como  hablarle a Dios a través de la oración. Me infundieron el interés por leer la Biblia, conocer el catecismo y esforzarme por vivir los mandamientos de Dios.

Ellos me transmitieron la mejor Buena Nueva o Evangelio, el buen ejemplo de vida. Porque como decía San Ireneo: “Una vida ejemplar es el mejor regalo para nuestros semejantes”.

Yo creo y estoy seguro que el hecho de haber nacido en el campo, amparado y rodeado de montanas, animales y vegetación y arrullado por las voces campesinas, crearon en mi un alma y un corazón simple, sencillo, amante del silencio, tolerante con lo débil, admirador de la humildad, de lo descomplicado. Todo eso, creo ha hecho que sea hoy por hoy un ser humano tolerante, abierto, con capacidad de adaptación sea al lugar o espacio que llegue.

En la escuela entre los 7 y 11 años, recuerdo el influjo tan positivo que ejercieron todos mis profesores, pero en especial tres: Margarita Martínez que aun vive y habita en Manizales, fue mi primera profesora de primaria quien me enseñó a leer ya escribir.
Dos: Dona Rosario Cuervo , quien vive también aún y habita también en la capital de Caldas, su ternura y manera de acoger y guiar a sus alumnos de 3er curso en 1979, dejó una profunda huella en mi ser.

Finalmente destaco al profesor Luis, le decíamos Luisito Duque, quien en la Gloria esté. Fue él quien me hizo creer en mí mismo, me estimulo por el camino del lenguaje y de las letras. Como olvidar que yo era su monitor en el salón de clase, su secretario de aula para hacer más fácil el aprendizaje a mis compañeros en aquel 5º curso de 1981, en la Escuela Cervantes.

Entre los 10 y 20 anos, superé la escuela, recorrí el colegio y llegué al Seminario Mayor. Acá aparecieron cuales faros de sabiduría en orden cronológico además de los mencionados docentes: Ariel Serna, Jorge Octavio Villa, Amparo Hincapié , Luz Enedy Buitrago, entre otros.

Los Padres, maestros del seminario que influyeron grandemente en mi fueron Gustavo Vélez, Omer Giraldo , Tulito Cadavid, Guillermo Vasquez (paisano y padre claretiano), de ellos tuve ganas siempre de arraigar la música en mí , de volverme poeta, de ser músico, de ser un buen pedagogo, pero sobretodo , de encontrar la manera de llegar a ser el pastor ideal, al ejemplo de Jesucristo.

Ente los 20 y los 30, aprendí muchas cosas: a conducir un carro, a hacer locución y presentación por la radio,  a manejar una moto, a manipular un computador, a navegar por Internet, a esforzarme por ser un buen maestro también, a transmitir con mi vida los valores evangélicos. A los 25, estando en un receso fuera del seminario por motivos familiares, tuve una novia , replantee mi vida y después decidí retomar el camino del sacerdocio

He aprendido que cada hombre y cada mujer, en tanto que criaturas de Dios, no somos nada más que administradores de todo lo bueno, de las cosas materiales, de los dones, talentos y el amor que nos ha prodigado Dios en su infinita Misericordia. Uno no debe apegarse o aferrarse a nada sobre esa tierra, porque todo es prestado, y de ahi la importancia de vivir en toda libertad, como Jesucristo mismo nos ensenó (cfr.Las Bienaventuranzas  Mt 5).

Gracias por la amistad de Jorge Enrique, de Humberto Montoya, de Zoraida Carmona, de Jorge William Martínez, de Ricardo García, de Mincho Betancourt, de Patricia Pereira, de Miriam Chicaiza, de Vicente Pena (en otrora). Cómo olvidar la ternura que encontré en las Marîas, entre ellas la inolvidable Angela en Medellin, la tierna Gloria de mi infancia. Gracias doy a Dios, el Eterno padre Bueno, por ellos y todos los que se han acercado a mi vida y me han ofrecido desprevenidamente y sin condiciones su amistad (o amor), su música, su ejemplo, su perfume.

Ahora, acabo de superar la decena de la aparente madurez, de haber alcanzado lo que quería, fui sacerdote a los 33, y a esta edad también me dejó mi madre, que Dios la tenga en su Gloria.

Y a quien Dios no le da hijos, pues el Divino le da sobrinos, que vienen a ser como los hijos que nunca tuvimos, gracias a mis hermana y cunados por regalarme la ternura e inocencia de ellos, sobretodo en su infancia. Jessika, Giordi, Juan Diego, Victor, Marcela, Sophie, Julian y mi nieto sobrino Juanjo...Les amo y quiero que Dios los bendiga y les permite crecer en sabiduría siempre.

Durante esta década , también gracias a mi ministerio sacerdotal y misionero, he tenido la oportunidad de viajar mucho, inclusive internacionalmente, fui por segunda vez a Ecuador, estuve en Bélgica 6 meses aprendiendo el francés, estuve en Camerún (Africa) durante casi 5 anos compartiendo mi vida con los mafa (etnia del extremo Norte), hice pequeños tours por Kenya, Costa de Marfil, Mali, El Chad y Nigeria .

A los 37 en el 2006 visité los Estados Unidos, conocí Grand Rapids, Chicago, New York, y fugazmente anduve por Washington y Miami.

Este año me vine para Canadá, y ,me encuentro muy contento, acá de nuevo el Rostro del Padre Bueno Dios se ha manifestado en esta gente, que me ha acogido con mucho carino.

Por todo lo vivido Senor Muchas Gracias, por las situaciones difíciles porque también acrisolaron mi oro, me hicieron más fuerte, por los pecados de omisión: perdón y te sigo pidiendo mucho más amor, esperanza y fe para seguir transmitiendo la Buena Noticia de tu Hijo, por donde quiera que vaya.


P. GUSTAVO QUICENO

11 abril 1969- 30 abril 2009
Hudson- Qc
Canadâ
19 h



HE AQUI UNA LISTA DE LOS CUARENTONES Y CUARENTONAS FAMOSOS DE ESTE ANO 2009. CLARO, TODOS ELLOS NACIERON UN DIA DE 1969:


3 de enero: Michael Schumacher, piloto alemán de Fórmula 1.,

5 de enero: Marilyn Manson, músico y cantante estadounidense.

12 de enero: Robert Prosinecki ['r?b?rt 'pr?sin?t?ki] , ex futbolista yugoslavo y croata de origen alemán. Jugaba de centrocampista y su primer equipo fue el Estrella Roja de Belgrado. También fue internacional con las selecciones de fútbol de Yugoslavia y Croacia.

17 de enero: Naveen Andrews, actor británico de cine y televisión. Sayd (el arabe) en Lost  "Perdidos".


1 de febrero: Gabriel Batistuta, futbolista argentino.

11 de febrero: Jennifer Aniston, actriz estadounidense.

13 de febrero:  Pedro Suarez -Vertiz (Pedro Martín José María Suárez-Vértiz Alva), músico peruano que fusiona el rock, pop y la música folklórica del Perú. Es uno de los artistas más importantes que ha dado Perú a la industria discográfica.

21 de febrero: Tony Meola , guardameta estadounidense, que se volvió uno de los futbolistas más famosos en los Estados Unidos después de jugar en la Copa Mundial de Fútbol de 1994.


1 de marzo: Javier Bardem, actor español.


6 de marzo: Andrea Elson es una conocida ex actriz de origen 

estadounidense, famosa por su participación en el sitcom “ALF” de 

1986

9 de marzo: La India (Linda Viera Caballero) , cantante puertoriquena, llamada "La princesa de la salsa".

11 de marzo: Soraya, cantautora estadounidense (f. 2006)

27 de marzo: Mariah Carey, cantante estadounidense.



22 o 29 de abril: Alberto Cutie (ex-sacerdote catôlico), orientador espiritual tv.


10 de mayo: Dennis Bergkamp, futbolista holandés.

12 de mayo: Jeringa, humorista colombiano.

18 de mayo: Martika, cantante estadounidense. Interprete de "Toy Soldiers" (Como un juguete) .


14 de junio: Steffi Graf, tenista alemana.

15 de junio: Oliver Kahn, futbolista alemán.

28 de junio:  Marcela Carvajal, actriz y directora colombiana


11 de julio: Júlio César Herrera,  actor colombiano. A trabajado en destacadas telenovelas. pero con la que se dio a conocer fué en la telenovela Yo soy Betty, la fea donde era Freddy Stewart Contreras el mensajero de la empresa EcoModa y enamorado de Aura María Fuentes

20 de julio: Josh Holloway, actor estadounidense. James Sawyer en Lost "Perdidos".

24 de julio: Jennifer Lopez, cantante estadounidense de ascendencia puertorriqueña.


18 de Agosto: Edward Norton, actor americano,   y  Christian Slater, Actor americano.


19 de agosto: Matthew Langford Perry es un actor  estadounidense-canadiense conocido por su papel de Chandler  Bing en la serie Friends de NBC, por la que obtuvo una nominación al Premio Emmy en 2002.


28 de agosto: Jason Priestley, actor canadiense que alcanzó fama por su participación protagónica en nueve temporadas de la serie de televisión Beverly Hills, 90210.

29 de agosto: Lucero, actriz, cantante y conductora mexicana.


23  de septiembre : Patrick Fiori, cantante.

25 de septiembre: Catherine Zeta-Jones, actriz británica.

28 de Septiembre:  Pedro Fernandez (José Martín Cuevas Cobos)cantante, actor y compositor mexicano de música ranchera. Tomó su nombre de dos grandes figuras de la música mexicana: Pedro Infante y Vicente Fernández.

29 de septiembre: Aleks Syntek (Alejandro Escajadillo Peña), músico, compositor y cantante mexicano, ganador de tres nominaciones a los premios Grammy, 3 premios Billboard, 2 nominaciones a los premios MTV, mencionado como el Elton John mexicano


24 de octubre: Adela Noriega, actriz mexicana


10 de noviembre: Faustino Asprilla, futbolista colombiano.


9 de diciembre  : Bixente Lizarazu, futbolista francés.



(FUENTE WIKIPEDIA,ORG, en espanol, francés e inglés) Nacimientos de 1969

RIESGO DE PANDEMIA Y ECONOMIA, COMO ACTUAR?

Artîculo traducido del francês, especîficamente de la pâgina web canadiense http://canoe.ca



(video de la tv mexicana que explica sobre el virus de la gripa porcina)

Los riesgos de una pandemia mundial crecen.
Y por lo tanto los mercados financieros hoy por hoy no parecen inquietarse totalmente por el desarrollo y evoluciôn de la gripa porcina. Cuâles son los riesgos que nos amenazan? Y quê es lo que se debe hacer y no hacer?

Como en toda cosa, regularmente el pasado nos aporta lecciones para el futuro :

Sin embargo, es difícil constatar cómo la historia deja ciertos interrogantes.

Veamos un poco más a fondo:

Entre 1918 y 1919, la gripa española provocó más de 40 millones de muertes en el mundo.
Entre 1957 y 1958 la gripa asiática mata entre 1 y 2 millones de individuos.
En 1968, la gripa de Hong Kong hizo entre 700 000 y 1 millón de vîctimas.

Se ve claramente, enseguida, que entre el primer drama y los segundos ha habido una gran diferencia entre el número de víctimas.

Se constata entonces, que es difícil prevenir las dimensiones que puede tomar una eventual pandemia.

Todavía más inquietante es lo que sigue :
Quê hizo el Dow Jones a principios del siglo XX mientras que cerca de 40 millones de individuos sucumbían a la enfermedad? El remonta!


Sobre los 75 puntos al comienzo de 1918, el cierra el ano unos puntos arriba. Y en 1910, ahora que se acababa la hecatombe, el cierra en lo alto de los 100 puntos, un alza del 30 %.
La historia no fue totalmente diferente en 1957 y 1958. En 1957, el îndice termina el anoo en 450 puntos, en baja de 4%, pero volvió a tomar alza râpidamente el ano siguiente, cuando la enfermedad continuaba matando (subiô a 600 puntos= +33%.

En 1968 y 1969, el mercado parece al fin más racional. En 1968 , el îndice termina en ligera alza en comparaciôn al comienzo del anoo, los síntomas de la enfermedad aparecían ahora a mitad de ano. Luego, al ano siguiente , el cae en un 15%. El problema siempre es que los archivos de la êpoca, hablan todavía más de una correcciôn debida a una pompa especulativa que a una pandemia.

En verdad si se cree en el Dow Jones, ninguna de las pandemias a travês de la histoia ha hecho sentir efectos sobre los mercados financieros.
Por tanto, los economistas estiman que la SRAS (
pneumonie atypique) que afectô en Asia en 2003 resta el equivalente de un punto de porcentaje al PIB del segundo semestre. Uno no se atreve a imaginar lo que habrîa pasado si la enfermedad se hubiera extendido.

QUE HACER ENTONCES?


Si se es de naturaleza miedosa, temerosa, probablemente , vale la pena mejor enviar las obligaciones al gobierno, si el balance de muertes continûa a bajar en los prôximos dîas y que se prevea que los medicamentos antivirales no son suficientes.

De otro modo, se puede pensar en continuar invirtiendo en el mercado de acciones, pero es mejor retirarse de ciertos sectores. Si, es cierto Las companîas aêreas no van a beneficiarse , de una pandemia. Se ve de lejos cômo se adaptan forzosamente a las circunstancias.
Los hoteles, los restaurantes, los cinemas y otros lugares pûblicos tampoco. No es seguro que se irâ mâs seguido ahora a recorrer los grandes centros comerciales ni que las companîas de seguros de vida saltarân de alegrîa. Los bancos estân igualmente expuestos a todos esos sectores.

En revancha, se puede pensar que es necesario continuar a alimentarse. Los supermercados podrân sufrir menos. La misma cosa sucede para las companîas de comunicaciones y de cable, a quienes la cuarentena obliga, el tele trabajo podrîa aprovechar.

Evidentemente se puede jugar a los fabricantes de anti virus. El virus actual, por el momento , parece ser sensible al TAMIFLU, que fabrican Roche y Gilead, y al Relenza, que producen GlaxoSmithKline y Biota.

A vigilar tambiên , Novavax. La sociedad trabaja sobre una nueva tecnologîa que podrîa potencialmente producir una vacuna en 12 semanas si jamâs la cosa es requerida más rápidamente que los procesos a partir de huevos. El título es por otra parte en alza de más del 100% hoy.
Se mira la situación y uno habla y habla. Mientras se espera, se continúa haciendo otras cosas, pero uno sella los contratos no de otro modo que por un puñado de mano.


Fuente:

http://pouliot.argent.canoe.ca/2009/04/27/risque_de_pandemie_que_faire_quoi_jouer

miércoles, 29 de abril de 2009

EL VIA LUCIS

Es curioso como siempre se le ha hecho más realce y más bulla al tiempo de cuaresma, al tiempo de preparación a la Pascua, 40 días de ayuno, oración y penitencia, que aspiran y nos conducen a la conversión, al cambio de Vida y de este modo vivir como debe ser, el tiempo más importante para el católico cristiano como es la Pascua.
Pero acá viene lo más irónico, como lo ha expresado ya, el resucitado sacerdote , poeta y periodista espanol José Luis Martîn Descalzo, pasamos tan desapercibida la Pascua, el tiempo de resurrección, el tiempo que es causa de nuestra mayor alegrîa.
Por eso el proponía realizar durante los 50 dîas que comprenden el tiempo Pascual , el ejercicio o devoción que él llamaba VIA LUCIS, en parangón con el VIA CRUCIS. Así como se acompana y se ora con Jesûs, evocando su sufrimiento que lo condujo a la Muerte redentora, por qué no nos sumergimos con gozo en un acto piadoso celebrando su triunfo sobre las tinieblas, el pecado y la muerte?
Ese Via Lucis, nuestro querido Martîn Descalzo lo dejó publicado en uno de sus más bellos libros llamado “ Razones para la alegría”, y se los comparto acâ sobre mi blog, para quienes quieran imprimirlo, meditar en los días que nos restan de la Gloriosa Pascua:

Primera estación JESÚS, RESUCITADO CONQUISTA LA VIDA VERDADERA


Pasado el sábado, ya para amanecer el día primero de la semana, vino María Magdalena con la otra María a ver el sepulcro.

Y sobrevino un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo y acercándose removió la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella.

Era su aspecto como el relámpago, y su vestidura blanca como la nieve.

De miedo de él temblaron los guardias y se quedaron como muertos.

El ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo: No temáis vosotras, pues sé que buscáis a Jesús, el crucificado.

No está aquí; ha resucitado, según lo había dicho. Venid y ved el sitio donde fue puesto.

(Mt 28, 1-6)

Gracias, Señor, porque al romper la piedra de tu sepulcro

nos trajiste en las manos la vida verdadera,

no sólo un trozo más de esto que los hombres llamamos vida,

sino la inextinguible,

la zarza ardiendo que no se consume,

la misma vida que vive Dios.

Gracias por este gozo,

gracias por esta Gracia,

gracias por esta vida eterna que nos hace inmortales,

gracias porque al resucitar inauguraste

la nueva humanidad

y nos pusiste en las manos estas vida multiplicada,

este milagro de ser hombres y más,

esta alegría de sabernos partícipes de tu triunfo,

este sentirnos y ser hijos y miembros

de tu cuerpo de hombre y Dios resucitado.




Segunda estación SU SEPULCRO VACÍO MUESTRA QUE JESÚS HA VENCIDO A LA MUERTE


Muy de madrugada, el primer día después del sábado, en cuanto salió el sol, vinieron al monumento.

Se decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del monumento?

Y mirando, vieron que la piedra estaba removida; era muy grande.

Entrando en el monumento, vieron un joven sentado a la derecha, vestido de una túnica blanca, y quedaron sobrecogidas de espanto.

Él les dijo: No os asustéis. Buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el sitio en que le pusieron.

(Mc 16, 2-6)

Hoy, al resucitar, dejaste tu sepulcro

abierto como una enorme boca, que grita

que has vencido a la muerte.

Ella, que hasta ayer era la reina de este mundo,

a quien se sometían los pobres y los ricos,

se bate hoy en triste retirada

vencida por tu mano de muerto-vencedor.

¿Cómo podrían aprisionar tu fuerza

unos metros de tierra?

Alzaste tu cuerpo de la fosa como se alza una llama,

como el sol se levanta tras los montes del mundo,

y se quedó la muerte muerta,

amordazada la invencible,

destruido por siempre su terrible dominio.

El sepulcro es la prueba:

nadie ni nada encadena tu alma desbordante de vida

y esta tumba vacía muestra ahora

que tú eres

un Dios de vivos y no un Dios de muertos.



Tercera estación JESÚS, BAJANDO A LOS INFIERNOS, MUESTRA EL TRIUNFO DE SU RESURRECCIÓN

Porque también Cristo murió una vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. Murió en la carne, pero volvió a la vida por el Espíritu

y en él fue a pregonar a los espíritus que estaban en la prisión.

(1 Pe 3, 18)

Más no resucitaste para ti solo.

Tu vida era contagiosa y querías

repartir entre todos

el pan bendito de tu resurrección.

Por eso descendiste hasta el seño de Abrahán,

para dar a los muertos de mil generaciones

la caliente limosna de tu vida recién conquistada.

Y los antiguos patriarcas y profetas

que te esperaban desde siglos y siglos

se pusieron de pie y te aclamaron, diciendo:

«Santo, Santo, Santo

Digno es el cordero que con su muerte nos infunde vida,

que con su vida nueva nos salva de la muerte.

Y cien mil veces santo

es este Salvador que se salva y nos salva.»

Y tendieron sus manos

brotó este nuevo milagro

de la multiplicación de la sangre y de la vida.



Cuarta estación JESÚS RESUCITA POR LA FE EN EL ALMA DE MARÍA


E Isabel se llenó del Espíritu Santo,

y clamó con fuerte voz: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto

de tu vientre!

¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?

Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó de gozo

el niño de mi seno.

Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de parte

del Señor.

Dijo María: Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en

Dios, mi Salvador,

porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones

me llamarán bienaventurada,

porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso, cuyo nombre es santo.

(Luc 1, 41-49)


No sabemos si aquella mañana del domingo

visitaste a tu Madre,

pero estamos seguros de que resucitaste

en ella y para ella,

que ella bebió a grandes sorbos el agua de tu resurrección,

que nadie como ella se alegró con tu gozo

y que tu dulce presencia fue quitando

uno a uno los cuchillos

que traspasaban su alma de mujer.

No sabemos si te vio con sus ojos,

mas sí que te abrazó con los brazos del alma,

que te vio con los cinco sentidos de su fe.

Ah, si nosotros supiéramos gustar una centésima de su gozo.

Ah, si aprendiésemos a resucitar en ti como ella.

Ah, si nuestro corazón estuviera tan abierto como estuvo

el de María aquella mañana del domingo.




Quinta estación JESÚS ELIGE A UNA MUJER COMO APÓSTOL DE SUS APÓSTOLES


María se quedó junto al monumento, fuera, llorando. Mientras lloraba se

inclinó hacia el monumento,

y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro

a los pies de donde había estado el cuerpo de Jesús.

Le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer? Ella les dijo: porque han tomado a

mi Señor y no sé dónde le han puesto.

Diciendo esto, se volvió para atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero no

conoció que fuera Jesús.

Dijo le Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor, si les has llevado tú, dime dónde le has

puesto, y yo le tomaré.

Dijo le Jesús: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: «¡Rabboni!»,

que quiere decir Maestro.

Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido al Padre; pero ve

a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a

Vuestro Dios.

María Magdalena fue a anunciar a los discípulos: «He visto al Señor», y las cosas que le había dicho.

(Jn 20, 11-18)


Lo mismo que María Magdalena decimos hoy nosotros:

«Me han quitado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.»

Marchamos por el mundo y no encontramos nada en qué poner

los ojos,

nadie en quien podamos poner entero nuestro corazón.

Desde que tú te fuiste nos han quitado el alma

y no sabemos dónde apoyar nuestra esperanza,

ni encontrarnos una sola alegría que no tenga venenos.

¿Dónde estas? ¡Dónde fuiste, jardinero del alma,

en qué sepulcro, en qué jardín te escondes?

¿O es que tú estás delante de nuestros mismos ojos

y no sabemos verte?

¿estás en los hermanos y no te conocemos?

¿Te ocultas en los pobres, resucitas en ellos

y nosotros pasamos a su lado sin reconocerte?

Llámame por mi nombre para que yo te vea,

para que reconozca la voz con que hace años

me llamaste a la vida en el bautismo,

para que redescubra que tú eres mi maestro.

Y envíame de nuevo a transmitir de nuevo tu gozo a mis hermanos,

hazme apóstol de apóstoles

como aquella mujer privilegiada

que, porque te amó tanto,

conoció el privilegio de beber la primera

el primer sorbo de tu resurrección.


Sexta estación JESÚS DEVUELVE LA ESPERANZA A DOS DISCÍPULOS DESNIMADOS

El mismo día, dos de ellos iban a una aldea, que dista de Jerusalén sesenta

estadios, llamada Emaús,

y hablaban entre sí de todos esos acontecimientos.

Mientras iban hablando y razonando, el mismo Jesús se les acercó e iba

con ellos,

pero sus ojos no podían reconocerle.

Y les dijo: ¿Qué discursos son estos que vais haciendo entre vosotros mientras camináis? Ellos se detuvieron entristecidos,

y tomando la palabra uno de ellos, por nombre Cleofás, le dijo: ¿eres tú el único forastero en Jerusalén que no conoce los sucesos en ella ocurridos estos días?

El les dijo: ¿Cuáles? Contestáronle: lo de Jesús Nazareno, varón profeta, poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo;

cómo le entregaron los príncipes de los sacerdotes y nuestros magistrados para que fuese condenado a muerte y crucificado.

Nosotros esperábamos que sería él quien rescataría a Israel; mas, con

todo, van ya tres días desde que esto ha sucedido. Nos dejaron estupefactos

ciertas mujeres de las nuestras que, yendo de madrugada al monumento,

no encontraron su cuerpo, y vinieron diciendo que había tenido una visión de ángeles que les dijeron que vivía. Algunos de los nuestros fueron al monumento y hallaron las cosas como las mujeres decían, pero a él no le vieron.

Y él les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas!

¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria?

Y comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a él se refería en todas las Escrituras.

Se acercaron a la aldea adonde iban, y él fingió seguir adelante.

Obligáronle diciéndole: Quédate con nosotros, pues el día ya declina.

Y entró para quedarse con ellos.

Puesto con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.

Se les abrieron los ojos y le reconocieron, y despareció de su presencia.

(Lc 24, 13-31)


Lo mismo que los dos de Emaús aquel día

también yo marcho ahora decepcionado y triste

pensando que en el mundo todo es muy fuerte y fracaso.

El dolor es más fuerte que yo,

me acogota la soledad y digo

que tú, Señor, nos has abandonado.

Si leo tus palabras me resultaron insípidas,

si miro a mis hermanos me parecen hostiles,

si examino el futuro sólo veo desgracias.

Estoy desanimado. Pienso que la fe es un fracaso,

que he perdido mi tiempo siguiéndote y buscándote

y hasta me parece que triunfan y viven más alegres

los que adoran el dulce becerro del dinero y del vicio.

Me alejo de tu cruz, busco el descanso en mi casa de olvidos,

Dispuesto a alimentarse desde hoy en las viñas de la mediocridad.

No he perdido la fe, pero sí la esperanza,

sí el coraje de seguir apostando por ti.

¿Y no podrías salir hoy al camino

y pasear conmigo como aquella mañana con los dos de Emaús?

¿No podrías descubrirme el secreto de tu santa Palabra

y conseguir que vuelva a calentar mi entraña?

¿No podrías quedarte a dormir con nosotros

y hacer que descubramos tu presencia en el Pan?



Séptima estación JESÚS MUESTRA A LOS SUYOS SU CARNE HERIDA Y VENCEDORA

Pasados ocho días, otra vez estaban dentro los discípulos, y Tomás con

ellos. Vino Jesús, cerradas las puertas y, puesto en medio de ellos, dijo:

La paz sea con vosotros.

Luego dijo a Tomás : Alarga acá tu dedo y mira mis manos, y tiende tu

mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino fiel.

Respondió Tomás y dijo: ¡Señor mío y Dios mío!

Jesús le dijo: Porque me has visto has creído; dichosos los que sin ver creyeron.

Muchas otras señales hizo Jesús en presencia de los discípulos que no

están escritas en este libro;

y éstas fueron escritas para que creáis que Jesús es el Mesías, Hijo de Dios,

y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

(Jn 20, 26-31)


Gracias, Señor, porque resucitaste no sólo con tu alma,

más también con tu carne.

Gracias porque quisiste regresar de la muerte

trayendo tus heridas.

Gracias porque dejaste a Tomás que pusiera

su mano en tu costado

y comprobara que el Resucitado

es exactamente el mismo que murió en una cruz.

Gracias por explicarnos que el dolor nunca puede

amordazar el alma

y que cuando sufrimos estamos también resucitando.

Gracias por ser un Dios que ha aceptado la sangre,

gracias por no avergonzarte de tus manos heridas,

gracias por ser un hombre entero y verdadero.

Ahora sabemos que eres uno de nosotros sin dejar de ser Dios,

ahora entendemos que el dolor no es un fallo de tus manos creadoras,

ahora que tú lo has hecho tuyo

comprendemos que el llanto y las heridas

son compatibles con la resurrección.

Déjame que te diga que me siento orgulloso

de tus manos heridas de Dios y hermano nuestro.

Deja que entre tus manos crucificadas ponga

estas manos maltrechas de mi oficio de hombre


Octava estación CON SU CUERPO GLORIOSO, JESÚS EXPLICA QUE TAMBIÉN LOS NUESTROS RESUCITARÁN

Mientras esto hablaban, se presentó en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros.

Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu.

El les dijo: ¿Por qué os turbáis y por qué suben a vuestro corazón esos pensamientos?

Ved mis manos y mis pies, que soy yo. Palpadme y ved, que el espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

No creyendo aún ellos, en fuerza del gozo y de la admiración, les dijo:

¿Tenéis aquí algo de comer?

Le dieron un trozo de pez asado,

Y tomándolo, comió delante de ellos.

(Lc 24, 36-43)

«Miradme bien. Tocadme. Comprobad. Comprobad que no soy un fantasma», decías a los tuyos temiendo que creyeran

que tu resurrección era tan sólo un símbolo,

una dulce metáfora, una ilusión hermosa para seguir viviendo.

Era tan grande el gozo de reencontrarte vivo

que no podían creerlo; no cabía en sus pobres cabezas

que entendían de llantos, pero no de alegrías.

El hombre, ya lo sabes, es incapaz de muchas esperanzas.

Como él tiene el corazón pequeño

cree que el tuyo es tacaño.

Como te ama tan poco

no puede sospechar que tú puedas amarle.

Como vive amasando pedacitos de tiempo

siente vértigo ante la eternidad.

Y así va por el mundo arrastrando su carne

sin sospechar que pueda ser una carne eterna.

Conoce el pudridero donde mueren los muertos;

no logra imaginarse el día en que esos muertos volverán a ser niños,

con una infancia eterna.

¡Muéstranos bien tu cuerpo, Cristo vivo,

enséñanos ahora la verdadera infancia,

la que tú preparas más allá de la muerte



Novena estación JESÚS BAUTIZA A LOS APÓSTOLES CONTRA EL MIEDO
La tarde del primer día de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos por temor a los judíos, vino Jesús y, puesto en medio de ellos, les dijo: La paz sea con vosotros.

Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron viendo al Señor.

Díjoles otra vez: La paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío yo.

Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo; a quien perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos.

(Jn 20, 19-31)

Han pasado, Señor, ya veinte siglos de tu resurrección y todavía

no hemos perdido el miedo,

aún no estamos seguros, aún tememos

que las puertas del infierno podrían algún día

prevalecer si no contra tu Iglesia, sí contra nuestro pobre

corazón de cristianos.

Aún vivimos mirando a todos lados

menos hacia tu cielo.

Aún creemos que el mal será más fuerte que tu propia Palabra.

Todavía no estamos convencidos

de que tú hayas vencido al dolor y a la muerte.

Seguimos vacilando, dudando, caminando entre preguntas,

amasando angustias y tristezas.

Repítenos de nuevo que tú dejaste paz suficiente para todos.

Pon tu mano en mi hombro y grítame: No temas, no temáis.

Infúndeme tu luz y tu certeza,

danos el gozo de ser tuyos,

inúndanos de la alegría de tu corazón.

Haznos, Señor, testigos de tu gozo.

¡Y que el mundo descubra lo que es creer en ti



Décima estación JESÚS ANUNCIA QUE SEGUIRÁ SIEMPRE CON NOSOTROS

Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado, y, viéndole, se postraron, aunque algunos vacilaron, y acercándose Jesús, les dijo... Yo estaré con vosotros hasta la consumación del mundo.

(Mt 28, 16-20)

«Yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos.»

Esta fue la más grande de todas tus promesas,

el más jubilosos de todos tus anuncios.

¿O acaso tú podrías visitar esta tierra

como un sonriente turista de los cielos,

pasar a nuestro lado, ponernos la mano sobre el hombro,

darnos buenos consejos

y regresar después a tu seguro cielo

dejando a tus hermanos sufrir en la estacada?

¿Podrías venir a nuestros llantos de visita

sin enterrarte en ellos? ¿Dejarnos luego solos, limitándote

a ser un inspector de nuestras culpas?

Tú juegas limpio, Dios. Tú bajas a ser hombre

para serlo del todo, para serlo con todos,

dispuesto a dar al hombre no sólo una limosna de amor,

sino el amor entero.

Desde entonces el hombre no está solo,

tú estás en cada esquina de las horas esperándonos,

más nuestro que nosotros,

más dentro de mí mismo que mi alma.

«No os dejaré huérfanos», dijiste. Y desde entonces

han estado lleno nuestro corazón.



Undécima estación JESÚS DEVUELVE A SUS APÓSTOLES LA ALEGRÍA PERDIDA


Después de esto se apareció Jesús a los discípulos junto al mar de Tiberíades, y se apareció así:

Estaban junto Simón pedro y Tomás, llamado Dídimo; Natanael, el de Caná de Galilea, y los de Zebedeo, y otros discípulos.

Díjoles Simón Pedro: Voy a Pescar. Los otros le dijeron: Vamos también nosotros contigo. Salieron y entraron en la barca, y en aquella noche no pescaron nada.

Llegada la mañana, se hallaba Jesús en la playa, pero los discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús.

Díjoles Jesús: Muchachos, ¿no tenéis en la mano nada que comer? Le respondieron: No.

El les dijo: Echad la res a la derecha de la barca y hallaréis. La echaron, pues, y ya no podían arrastrar la red por la muchedumbre de los peces.

Dijo entonces aquel discípulo a quien amaba Jesús: ¡Es el Señor! Así que oyó Simón Pedro que era el Señor, se ciñó la sobre túnica -pues estaba desnudo- y se arrojó al mar. Los otros discípulos vinieron en la barca, pues no estaban lejos de tierra, sino como unos doscientos codos, tirando de la red con los peces.

Así que bajaron a tierra, vieron unas brasas encendidas y un pez puesto sobre ellas y pan.

Díjoles Jesús: Traed de los peces que habéis pescado ahora.

Subió Simón Pedro y arrastró la red a tierra, llena de ciento cincuenta y tres peces grandes; y con ser tantos, no se rompió la red.

Jesús les dijo: Venid y comed. Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle:

¿Tú quién eres?, sabiendo que era el Señor.

Se acercó Jesús, tomo el pan y se lo dio, e igualmente el pez.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitado de entre los muertos.

(Jn 21, 1-14)

Desde que tú te fuiste no hemos pescado nada.

Llevamos veinte siglos echando inútilmente las redes de la vida

y entre sus mallas sólo pescamos el vacío.

Vamos quemando horas y el alma sigue seca.

Nos hemos vuelto estériles

lo mismo que una tierra cubierta de cemento.

¿Estaremos ya muertos? ¿Desde hace cuántos años

no nos hemos reído? ¿Quién recuerda

la última vez que amamos?

Y una tarde tú vuelves y nos dices: «Echa tu red a tu derecha,

atrévete de nuevo a confiar, abre tu alma,

saca del viejo cofre las nuevas ilusiones,

dale cuerda al corazón, levántate y camina.»

Y lo hacemos, sólo por darte gusto. Y, de repente,

nuestras redes rebosan alegría,

nos resucita el gozo

y es tanto el peso de amor que recogemos

que la red se nos rompe, cargada

de ciento cincuenta nuevas esperanzas.

¡Ah, tú, fecundador de almas: llégate a nuestra orilla,

camina sobre el agua de nuestra indiferencia,

devuélvenos, Señor, a tu alegría!



Duodécima estación JESÚS ENTREGA A PEDRO EL PASTOREO DE SUS OVEJAS


Aún nos faltaba un gozo: descubrir tu inédito modo de perdonar. Nosotros, como Pedro, hemos manchado tantas veces tu nombre, hemos dicho que no te conocíamos, hemos enrojecido ante el "horror" de que alguien nos llamará "beatos", nos hemos calentado al fuego de los gozos del mundo.
Y esperábamos que, al menos, tú nos reprenderías para paladear el orgullo de haber pecado en grande. Y Tú nos esperabas con tu triste sonrisa para preguntar sólo; "¿me amas aún, me amas?", dispuesto ya a entregarme tu rebaño y tus besos, preparado a vestirnos la túnica del gozo.
¡Oh Dios, ¿cómo se puede perdonar tan de veras? ¿Es que no tienes ni una palabra de reproche? ¿No temes que los hombres se vayan de tu lado al ver que se lo pones tan barato? ¿No ves, Señor, que casi nos empujas a alejarnos de ti sólo por encontrarnos de nuevo entre tus brazos?

Décimotercera estación JESÚS ENCARGA A LOS DOCE LA TAREA DE EVANGELIZAR
Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado,

Y, viéndole, se postraron, aunque algunos vacilaron,

Y, acercándose Jesús, les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra;

Id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre

Y del Hijo y del Espíritu Santo,

Enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado.

(Mt, 28, 16-20)


Y te faltaba aún el penúltimo gozo:

dejar en nuestras manos la antorcha de tu fe.

Tú habrías podido reservarte ese oficio,

sembrar tú en exclusiva la gloria de tu nombre,

hablar a tú al corazón,

poner en cada alma la sagrada semilla de tu amor.

¿Acaso no eres tú la única palabra?

¿No eres tú el único jardinero del alma?

¿No es tuya toda gracia?

¿Hay algo de ti o de Dios que no salga de tus manos?

¿Para qué necesitas ayudantes, intermediarios, colaboradores

que nada aportarán si no es tu barro?

¿Qué ponen nuestras manos que no sea torpeza?

Pero tú, como un padre que sentara a su niño al volante y dijera:

«Ahora conduce tú», has querido dejar en nuestras manos

la tarea de hacer lo que sólo tú haces:

llevar gozosa y orgullosamente

de mano en mano la antorcha que tú enciendes



Décimocuarta estación JESÚS SUBE A LOS CIELOS PARA ABRIRNOS CAMINO
Diciendo esto, fue arrebatado a vista de ellos, y una nube le sustrajo a sus ojos.

Mientras estaban mirando al cielo, fija la vista en él, que se iba, dos varones con hábitos blancos se les pusieron delante

Y les dijeron: Hombres de Galilea, ¿qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús que ha sido arrebatado de entre vosotros al cielo vendrá como le habéis visto ir al cielo.

Entonces se volvieron del monte llamado Olivete a Jeresalén, que dista de allí el camino de un sábado.

Cuando hubieron llegado, subieron al piso alto, en donde permanecían Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas de Santiago.

Todos éstos perseveraban unánimes en la oración con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, y con los hermanos de éste.

(Hch 20, 9-14)


La última alegría fue quedarte marchándote.

Tu subida a los cielos fue ganancia, no pérdida;

fue bajar a la entraña, no evadirte.

Al perderte en las nubes

te vas sin alejarte,

asciendes y te quedas,

subes para llevarnos,

señalas un camino,

abres un surco.

Tu ascensión a los cielos es la última prueba

de que estamos salvados,

de que estás en nosotros por siempre y para siempre.

Desde aquel día la tierra

no es un sepulcro hueco, sino un horno encendido;

no una casa vacía, sino un corro de manos;

no una larga nostalgia, sino un amor creciente.

Te quedaste en el pan, en los hermanos, en el gozo, en la risa,

en todo corazón que ama y espera,

en estas vidas nuestras que cada día ascienden a tu lado.




Es autor de este "Via Lucis" José Luis Martín Descalzo, quien lo publicó en "Razones para la alegría", Editorial Atenas

Y YA ENTRAMOS A LA CUARTA SEMANA DE PASCUA…



¿CÓMO SABER SI HEMOS RESUCITADO?



Todos hablamos mucho de la Resurrección de Jesús como el gran acontecimiento pascual, pero hablamos muy poco de “nosotros resucitados”. ¿Será que seguimos todavía sin resucitar? ¿Cómo saber que también nosotros hemos resucitado con El?

Aquí te propongo algunos elementos para que cada uno se descubra a sí mismo:



Si cuando alguien te ofende, respondes con amor y no con venganza.
Si cuando alguien te hace daño, tú respondes al mal con el bien.
Si cuando alguien te ha fallado, tú le tiendes una mano para levantarlo.
Si cuando alguien es tu enemigo, tú tienes el valor de decirle: “La paz contigo.”
Si cuando alguien te hace la guerra, tú le regalas el don de la paz.
Si cuando alguien habla mal de ti, tú hablas bien de él.
Si cuando alguien piensa mal de ti, tú piensas bien de él.
Si cuando alguien te desprecia, tú reconoces los valores que tiene.
Si cuando ves a alguien, eres capaz de verlo como un hermano.
Si cuando alguien te cae mal, tú eres capaz de sonreírle.
Si cuando alguien no te saluda, tú le tiendes la mano y le das los buenos días.
Si cuando alguien te niega la palabra, tú le sonríes y le hablas.


Como ves, todo un mundo al revés.



Es que la Pascua es eso, poner al mundo al revés de lo que lo habíamos puesto nosotros.

Por eso los Evangelios no nos relatan el hecho de la Resurrección, sino que más bien nos habla de los efectos que la resurrección ha producido en nosotros. La Resurrección de Jesús es un hecho, pero sobre todo un acontecimiento en el corazón de la comunidad.

Conocemos que Jesús ha resucitado cuando sentimos que nuestro corazón ha cambiado, que nuestro corazón se ha renovado y llevamos un corazón nuevo. La Resurrección es todo un acontecimiento en el corazón de cada hombre y de cada mujer. Por eso la Resurrección comienza por recrear la comunidad de los que vivían desilusionados y pensando cada uno en tomar el camino de casa.

(Tomado de http://www.juanjauregui.es/)

jueves, 23 de abril de 2009

EN EL DIA DE IDIOMA



Mi vida ha adquirido un gran sentido gracias a las letras, a la literatura, a los libros. Siempre los he amado, los amê desde pequeño. Frisaba los 6 anos cuando comence a balbucear y a tratar de darle sonido a las letras y llegar a deleitarme con las palabras. Como olvidar que mi abuela paterna Virginia , asi como mi padre, dedicaban mucho tiempo en mi epoca de escolar para enseñarme a leer y aprender a apreciar el lenguaje, la capacidad de comunicaciôn.

Comprobê siempre que la fantasîa, la imaginaciôn y el deseo de sonar estân antes que el aprender a leer y llegar asî a plasmar una historia sobre el papel.

He compredido siempre que mismo los analfabetas son capaces de crear,de inventar grandes historias y de inspirarse por supuesto en sus vivencias. Porque toda vida o toda existencia es sagrada, importante y trascendente y por lo tanto digna de ser relatada.

Entre los 7 y 8 años leí la biblia y fue como mi primer libro de cabecera. No se hasta donde su lectura influyó en mi para que asî llegara yo un dia a tomar la decisiôn de hacerme sacerdote.

En una de las tantas vacaciones escolares, y en una casa de campo donde me acogiân mis familiares que allî residîan , en algûn cuarto viejo, sobre una abandonada e improvisada biblioteca me encontrarîa con otro maravilloso libro que influirîa en mî: Las mil y una noches (amarillo y sucio por el paso del tiempo). Aladino, Alî Baba, Simbad y por supuesto la relatora la Scherezada (doncella bella e inteligente, compositora de cuentos) me transportarîan a paisajes de lontananza, en el medio oriente para ser testigo de sus aventuras y desventuras.

Después fueron las revistas de comics, y en Kalimân, Arandû, Memîn Pinguin, entre otros, encontrê en ellos cómplices y companeros que me brindaron aliciente respiro y solaz en medio de una infancia a veces dura de soledad, miedo, tensones y esperanzas.

Estando en el colegio comenzarîa a despertar mi incipiente aficciôn por la literatura, componiendo cuentos breves, raros y particulares con introducciones, nudos y desenlaces solo plenamente comprendidos y apreciados por mi. Harîa algunos borradores y ensayos de cuentos que terminarîan anônimamente en la basurera.

Probé con la poesîa, me embebî en muchos libros y justo el ano en que haciâ el primer ano de Colegio en el Juan XXIII, leîa por primera vez a Gabriel Garcîa Mârquez, nuestro famoso GABO y gana el premio Nobel, era 1982. Despuês me dirîa en la ingenuidad e inocencia de pre-dolescente, como habîan podido otorgarle un tan gran premio al autor de un libro tan aburrido como "La Hojarasca".
Sôlo , despuês sabrîa de la existencia entre sus obras de "Cien anos de Soledad" y de "Crômica de una muerte anunciada", para mî la primera obra suya que me gustô.




(En este video Ricardo Arjona cuenta como l literatura ha influido en su mûsica)

García Marquez se volviô autor de lectura obligada entre los anos 1982 y 1987, cuando terminê mis estudios secundarios.

Pero a la par con GABO, tambiên tuve la fortuna de degustar mâs con la razôn y el discernimiento de adolescente a Los Hermanos Grimm y sus maravillosos cuentos, a Rafael Pombo, al papa de Pinocho (Lorenzini), entre otros. Despuês a los 17 anos, ingresê al mundo paradôjico de Don Quijote de Cervantes y ningún otro personaje como El, pienso yo y como lo piensan muchos , es el mejor reflejo de la vida de todo ser humano.
Somos Quijotes, ansiosos de vivir, de aventuras. Tenemos cada uno la Dulcinea de nuestros suenos, de nuestras metas ansiosos de alcanzarla y hacerla nuestra novia.

Todos sonamos con la libertad y somos capitanes de un velero que no tiene mar", como dice tambiên Julio Iglesias en su inolvidable canciôn "Quijote".

Llegue a la juventud y por lectura sugerida en el curso ultimo de la Normal, a las puertas de graduarme como maestro me encontré con un Albert Camus que me sorprendiô sobremanera y lo cataloguê para siempre como el escritor que prefiero y con el cual me identifico en muchas de sus ideas y planteamientos.

un Herman Hesse fue mi companero en muchos ratos del Seminario. En "Narciso y Goldmundo", sobretodo en la personalidad del segundo, encontrarîa en ese momento, muchos puntos comunes conmigo.

Narciso representa la parte lógica, el erudito científico mientras que Goldmundo encarna el espíritu artístico llamado a sentir el mundo en una escala mayor, lleno de dicha y dolor. Se trata de una novela de “conciliación” de antagonismos. Los dos personajes protagónicos de la misma, Narciso y Goldmundo, siguen, cada uno, sus propios caminos, atraviesan -el uno y el otro- innumerables desventuras y descubrimientos. Sus puntos de vista respectivos sobre el mundo, sus cosmovisiones, bosquejan en el inicio trayectorias marcadamente divergentes, para reencontrarse. Hesse buscará conjugar a su manera sin quebantarlo, un dualismo manifiesto entre espíritu y materia, entre espiritualidad y animalidad, o entre la vocación y la mirada de las ciencias y la de las artes.

Hubo otros autores que me cuestionaron la existencia misma, la existencia de Dios y me llevaron a preguntarme insistentemente por el sentido de la vida.
Y es que es eso en resumen a lo que aspira los literatos, los autores y su literatura, encontrar e indagar por el sentido y significaciòn de todas las cosas.

En este día que se conmemora la fiesta del lenguaje, de la posibilidad de soñar, del prodigio de comunicarnos, les invito a amar más los sueños, a devorar más libros y encontrarle un mayor sentido a nuestra existencia.


GUSTAVO QUICENO

martes, 14 de abril de 2009

JESUCRISTO EN EL CINE

Transcribo este interesante articulo sobre Jesuscristo en el cine. La semana pasada , el dia 9 de abril, en pleno jueves santo, al parecer un especialista en el septimo arte, publicô este comentario a propôsito de Jesûs de Nazarteh y las inspiraciones que ha despertado en el cine. Despuês compartirê mi opiniôn tabiên, respecto a tan interesante tema).



(Mini documental de la Tv Espanola (TVE) sobre Jesucristo en el cine (1a Parte)

Durante muchos años el irrepetible director danés (para algunos, uno de los cuatro o cinco directores más profundos, enigmáticos y colosales de la entera historia del cine) Carl Theodor Dreyer, coqueteó con la ida de un gran filme sobre la vida de Jesucristo, que finalmente nunca llevó a cabo. Qué duda cabe que el director de la grandiosa ‘Ordet’, quizá la cumbre del cine sobre la fé, podría haber formalizado la película definitiva sobre una de las figuras más míticas de la historia del hombre. Sólo se me ocurre, así a bote pronto, que o él o Andrei Tarkovski (Ingmar Bergman, un artista tan obsesionado con la religión, pienso que podría haber logrado un gran film sobre el anticristo, por contra) eran los únicos que podrían haber conseguido lo que nadie hasta ahora ha logrado. Con la excepción del gran Pasolini, aunque luego hablaremos de su aportación
Y es que podríamos recapacitar sobre la no muy extensa filmografía acerca de esta figura, a medio camino entre histórica y mitológica, siempre polémica, cuya leyenda excede con mucho a su relativizada existencia, si es que tuvo lugar tal existencia. Muertos aquellos grandes directores nombrados, no se me ocurre ahora mismo a ningún cineasta capaz de acometer una empresa tan compleja. Y no es que todos los que anteriormente lo intentaron fracasaran miserablemente, nada de eso. Pero me parece indudable que ni uno solo se acercó algo al misterio de aquel gran hombre. ¿Puede el cine realmente capturar su carácter, ese que ha generado ríos de tinta en literatura?
Ahora mismo la más famosa película sobre Jesucristo, la que muchos consideran la mejor, la más verdadera y plausible, es la película de Mel Gibson, por supuesto, aquel exitazo que gozó de una de esas campañas de promoción maquiavélicas, con aquellas manifestaciones de los judíos en Estados Unidos, que protestaban alegando que ellos no eran los culpables, y que la película les culpaba de todo, porqueque seguramente fueron los instigadores. Pero todo eso sirvió para sobredimensionar una película fallida en la mayoría de sus propuestas, y que no se merece gozar del apelativo de “película definitiva sobre Jesús”, ni muchísimo menos. Gibson tenía la intención de lograrlo, con esa visión fervorosa de su ídolo que, sin embargo, lo desdibujaba tanto.
El principal problema de esa famosa ‘The Passion of the Christ’ (que se traduciría como ‘La pasión del Cristo’, no como ‘La pasión de Cristo’, torpes señores traductores…) es su terrible falta de ritmo. Es decir, de tratamiento del tiempo interno de los planos. No hay por donde coger un artefacto tan amorfo, carente de la menor fuerza expresiva, más allá de la truculenta colección de barbaridades aplicadas al cuerpo del Rabí, que tanto daño hicieron al ánimo de los espectadores, y que tanto avivó, al mismo tiempo, su morbo por ver la película. Y es que Gibson, en su reaccionaria, abyecta decisión de convertir el dolor físico no en camino de aprendizaje (como hace el gran arte) sino en objeto último de su película (el dolor por el dolor), lo que logra es destruir su objetivo, pues la razón por la que la gente se acercó al cine a verla fue por razones que nada tenían que ver con motivos estéticos o espirituales.



(Mini documental de tv espanola (TVE) 2a parte sobre Jesucristo e el cine)

Tampoco puede defenderse una correcta documentación histórica, esa que tanto arguyeron sus defensores. Está probado que no clavaron al Rabí al travesaño a través de las palmas de sus manos (que no habrían resistido el peso en la crucifixión, y se desgarrarían…) sino en las muñecas. Tampoco cargó con la cruz entera, pues en las crucifixiones de la época está documentado que sólo portaban el travesaño (tal como explican en textos apócrifos y no apócrifos…). Y varios errores y desajustes más que no detallaremos. Pero lo más grave es que en ningún momento nos acercamos al misterio de este hombre inabarcable. Los episodios de la discusión sobre las sillas para la mesa, o el de la salvación de Maria Magdalena (una prostituta que los textos sacros quieren hacer pasar, absurdamente, por “mujer adúltera”), filmado como si de un videoclip de Madonna se tratase.
Los diálogos de Jesús, que deberían ser fundamentales para ofrecer un perfil, o al menos estudiarlo, están tratados con indiferencia, sin el menor encanto y fascinación, sino desde una vergonzante posición de beato venerador que no entiende aquello que escucha. El esfuerzo físico de Jim Caviezel, por tanto, se pierde en la nada. En comparación, la breve y hermosa aparición (para mí, la más bella secuencia de aquella película) de Jesús, cuando le ofrece agua a Charlton Heston en la irregular ‘Ben-Hur’, resulta mucho más inquietante y hermoso. Y eso que nunca se le ve el rostro y el momento dura poquísimo, pero ahí tenemos la sensación (en la mirada de Heston y en la del oficial romano que se queda petrificado) de que “algo” nos acercamos al mito. Algo. Parece mentira que dos minutos de película puedan valer más que ciento veinte.
Y es que la obviedad no suele funcionar cuando se trata de hechos históricos, sobre todo tan ambiguos como estos. Lo que suele funcionar mucho mejor es la distancia, por ejemplo la distancia paródica. En este caso tenemos el paradigma paródico con la sensacional ‘La vida de Brian’, de los ínclitos Monty Python, un largometraje que suscitó las iras del Vaticano, secta de los bienpensantes y bienintencionados que quiso boicotear esta sátira arrolladora, desternillante, por muy sorprendente que pueda parecernos tantos años después. No dejan títere con cabeza los cómicos británicos, pero su acidez es inocua, no pretendía ofender, y en su parodia parecen al mismo tiempo homenajear cierto tipo de cine sobre la fé.
En ella, contando una vida paralela a la de Cristo, la del pringao Brian, consiguen mucho más que en la de Gibson, o incluso que en la académica y epidérmica ‘King of Kings’ (del siempre intenso Nicholas Ray), porque a lo mejor la vida de Cristo, o su pasión, no pueden contarse sino por omisión, por fuera de campo, alejándose del siempre farragoso mito para tomar perspectiva y ofrecer una visión nueva, revitalizadora, dramática en definitiva. Siento mucho más reales, más verdaderos, cualquiera de los desvergonzados gags de aquella sátira que los diálogos engolados y los planos estáticos de la película de Ray, por mucho que el bueno (y apuesto) de Jeffrey Hunter se dejara los cuernos en el intento. Pienso que Jesús se merece algo más que una presentación, un nudo y un desenlace. Mucho más. Para empezar más coraje.
Ahora bien, tampoco me vuelve loco el Cristo de Pasolini, por mucho que admire a ese director y a su ‘El evangelio según San Mateo’. Y no veo a un Cristo suficientemente denso porque la voluntad de esa película, más que lírica o descriptiva, es metafórica, de parábola, tanto social como política. Pasolini, fiel a sí mismo aunque le dedique la película a quien se la dedica, no puede quedarse, lo que le honra, en una simple adaptación del evangelio, sino que por cada poro de las imágenes de su película emana ese ideal poético del mundo que acompañaría a cada acto vital de este artista irrepetible. Le importaba menos Jesús, en definitiva, de lo que necesitaba dejar claro el paralelismo entre aquel sinsentido y el del mundo actual. Era una fuga, más que una vivencia. Un exilio espiritual. Algo parecido sucede con la estupenda ‘La última tentación de Cristo’, en la que tenemos a un Cristo que es otro Cristo, uno que quizá pudo haber existido. Scorsese se alejó de todos los tópicos, y le hizo un ser humano a ratos despreciable. Pero así es el gran Scorsese, siempre buscando la espiritualidad en el fango.
Sin embargo creo que ‘Jesuschrist Superstar’, con sus tremendas limitaciones, sí que tiene momentos conmovedores, como corresponde, creo yo, al relato de la vida y muerte de Jesús. La pena es que esté dirigida por un hombre con tan escasa imaginación visual como Norman Jewison, que se limitó a dotar de una insípida y absurda puesta en escena a la genial música de Andrew Lloyd Webber. Basta escuchar los impresionantes acordes de la apertura, acompañados de las torpes imágenes de Jewison (¿cómo se le ocurre, con esa música dinámica, pegar unos planos tan prosaicos, tan carentes de dinamismo?) para hacerse una idea de lo que va a ser el conjunto. El tono naif es casi insoportable, pero lo cierto es que hay momentos de gran fuerza y viveza, como el episodio del ungüento. Todos ellos tienen como protagonista al extraordinario Carl Anderson, que interpretaba a Judas, un intérprete con gran voz, que cada vez que aparecía lograba con su sola presencia elevar la energía en pantalla.
Escribo todo esto porque pienso que esta es, realmente, “la más grande historia jamás contada”, a la que han hecho justicia grandes pintores, y grandes músicos como J.S. Bach, pero que con sinceridad creo no han conocido émulos en la cinematografía, al menos a esa altura. Y es la historia más grande jamás contada, porque desconozco, como todos, excepto los fanáticos o los privilegiados, cuanto de verdad hay en ella, o mejor dicho, cuánto de realidad. Puede haber tenido lugar, o puede ser pura invención, pero sea como sea, ni el Shakespeare, ni el Lope, ni el Cervantes más inspirado podría haber construido una historia como esta. Su fuerza, su dramatismo, no tienen parangón en la entera historia de la literatura. Así de sencillo. Esa última cena con sus discípulos, tan manipulada por la historia; esa elección de sus guardaespaldas (pues eso creo que eran los apóstoles, ya que iban armados con espadas…) tan errada, pues uno lo negó, otro le vendió y otro no le creyó; esa salvación del apedreamiento cobarde de la prostituta María Magdalena, con la que según algunos aseguran llegó a casarse y tener hijos.
Y por supuesto esa traición de Judas, quien le delató con un beso por unos pocos dineros; esa sanación, para muchos apócrifa, de la oreja cercenada del soldado; la breve entrevista con Pilatos, quien sí le creyó honrado; el cruel juicio con los fariseos, que le humillaron; la posterior tortura, que le destrozó el cuerpo; las vejaciones de los soldados, el encuentro con Simón, el controvertido “eclipse” final…Todo ello, claro está, tratado con una mirada única, distinta, inocente, podría dar lugar a algo muy especial, que de momento creo que no tenemos. Además, esta historia permite múltiples puntos de vista. Se puede entender a Judas y a Cristo como dos íntimos amigos que se separan por las formas (y algo de esto se sugiere, sólo se sugiere, en la película de Jewison). Se puede contar la historia de un criminal de estado (que eso es lo que fue), apresado y ajusticiado, cuyas ideas trascendieron su misma persona. Se puede hacer terror, acción, aventura. Comedia también, como se ha demostrado.
Pero claro, para eso haría falta un talento fuera de lo común. Algo…sobrenatural.


En Blogdecine:

domingo, 12 de abril de 2009

La crisis economica tambien toca a las instituciones religiosas

Escuchen acâ , a mi hermano Padre Felipe Acosta,ecônomo del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal (Comunidad a la que pertenezco), hablando para Caracol Radio en Colombia sobr la dura situaciô econômica que tambiên estâ afectando a las instituciones religiosas y misioneras.

martes, 7 de abril de 2009

En los 120 anos del nacimiento de la gran Gabriela Mistral


1889 -1957
GABRIELA MISTRAL .

La experiencia es un billete de lotería comprado después del sorteo.
(Gabriela Mistral)



(DAR CLICK EN EL VIDEO PAR MIRAR EL MOMENTO EN QUE LE ES ENREGADO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA)

Nació en la ciudad de Vicuña, cuarta región, Chile. Hija de Juan Jerónimo Godoy y Petronila Alcayaga, quienes la bautizaron con el nombre de Lucila. A los tres años su padre abandona la familia. En 1904 colabora en el periódico "Coquimbo", de La Serena, utilizando los seudónimos de "Alguien", "Soledad" y "Alma". A los quince años empieza a trabajar, en la Escuela de La Compañia, aldea vecina a Vicuña. A los 17 años conoce a Romelio Ureta, empleado de Ferrocarriles, "el amor de su vida". Durante este período, da clases en la escuela de La Cantera. En 1907 escribe para los periódicos "La Voz de Elqui" y "La Reforma". Un año después figura en la antología "Literatura Coquimbana" de L. Carlos Soto Ayala, en la cual éste le dedica un breve estudio y selecciona tres prosas poéticas de la autora: "Ensoñación", "Junto al mar" y "Carta íntima". El 25 de noviembre de 1909, a los 26 años de edad, se suicida en Coquimbo, Romelio Ureta. En sus bolsillos se encontró una tarjeta con el nombre de Lucila Godoy. Ella es inspectora en el Liceo de Señoritas de La Serena. Destacada educadora, visitó México, Estados Unidos y Europa estudiando las escuelas y métodos educativos de estos países. Fue profesora invitada en las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico. A partir de 1933, y durante el perido de veinte años, trabajó como cónsul de su país en ciudades como Madrid, Lisboa y Los Ángeles, entre otras. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, e fue muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz. Sus diversos poemas escritos para los niños se recitan y cantan en muy diversos países. En 1945 fue el primer escritor latinoamericano que consiguió el Premio Nobel de Literatura. En 1951, le otorgaron el Premio Nacional de Literatura de su país. Hija de un profesor rural y con una hermanastra de la misma profesión, Gabriela Mistral, con temprana vocación por el magisterio, llegó a ser directora de varios liceos fiscales. Su fama como poetisa llegó en 1914,tras haber sido premiada en unos Juegos Florales por sus Sonetos de la muerte, inspirados en el suicidio de su gran amor, el joven Romelio Ureta. A este concurso se presentó con el seudónimo que desde entonces la acompañaría toda su vida. A su primer libro de poemas, Desolación (1922), le siguieron Ternura (1924), Tala (1938), Lagar (1954) y otros. Tras una larga enfermedad, fallece el 10 de enero de 1957, a las 4,10 horas, en el Hospital General de Hempstead, en Nueva York. Sus restos reciben el homenaje del pueblo chileno, declarándose tres días de duelo oficial. Se le rinden homenajes en todo el Continente y en la mayoría de los países del mundo.


(Desolación, 1922)

La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que son míos;
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos,
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos.

Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi vieja madre canta.

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la "noche larga" ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que vine para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales;
¡siempre será su altura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada