miércoles, 31 de diciembre de 2008

PROPOSITOS DE AÑO NUEVO (2)



"El hombre feliz no es aquel que ríe sino aquel, cuya alma llena de alegría y confianza se sobrepone y es superior a los acontecimientos".

Cuando comienza un año la gente acostumbra a ponerse metas, a pensar en nuevos proyectos: un estúpido atisbo de esperanza y lucidez le hace creer que puede. Este año sí me gradúo, este año voy a poner mi negocio (ahora sí), voy a empezar mi dieta para bajar las 30 libras de más que tengo, ahora sí me voy a levantar temprano todos los días, voy a tenerle paciencia a mis viejos, este año no me conecto tanto a internet para mejorar mi rendimiento en el trabajo, ya no voy a fumar (mucho), etc, etc.
Pero luego de un par de meses la gente se olvida de todo porque se cruza la pereza, la cerveza y algunas cosas más. Y de ahí viene la angustia de saberse un pusilánime incapaz de cumplir con sus metas, luego la depresión, y ya cuando la gente se empieza a sentir más cucaracha, se da cuenta de que es noviembre, y entonces comienza a pensar en los propósitos del año nuevo.
Propósitos de año nuevo
Los propósitos de año nuevo son una lista de intenciones donde se pretende borrar esa parte de nosotros mismos que no nos agrada y que a veces detestamos. Todos los años desde hace tiempo hago mi lista y me ha servido para mejorar mis relaciones con la familia y con los amigos, para llegar a momentos de gran felicidad; algunos, con el paso del tiempo, se han convertido en motivo de inmensa satisfacción por el resultado.
Es lamentable que no se haga más a menudo ese tipo de revisiones, que no se materialicen éstas por escrito para dar más validez al compromiso, para hacer más rigurosa la selección y la clasificación y, en síntesis, para tener un proceso existencial más armónico y feliz.
Bajar peso y pagar todas las deudas son propósitos eternos desde los tiempos babilónicos hace cinco mil años. Así lo revelan las tablillas sobre el tema que se han encontrado. Yo no he podido escapar a esa carga.
La búsqueda de la perfección: ser mejor, como el monje budista que dejó escrito sus cuatro votos también desde hace milenios. Propagados después por Margaret Yourcenar
"Por numerosos que sean mis errores
Me esforzaré para vencerlos

Por difícil que sea el estudio
A él me entregaré

Por ardua que sea la Vía de la perfección
Haré lo que esté a mi alcance para caminar en ella.

A pesar de la gran cantidad de criaturas errantes en la extensión de los tres mundos
A su salvación me consagraré".

Ser social. No tengo a mano un texto culto para explicarlo, pero digamos que ese llamado de ‘Colombia se desangra’ que fue el comienzo del abedul hace unos años, contiene la esencia del compromiso de ser activo en el conflicto colombiano, de vivir y sentir el dolor del desplazado, del ‘ajusticiado’ y de los que sin ningún poder ni intención se ven atrapados y sometidos por los que tienen la supremacía de las armas y con el apoyo del metal creen ciegamente que tienen la supremacía de la razón. Luchar de todo corazón con los recursos disponibles para mejorar el entorno social en que vivimos. Que sea otro propósito.

Mejorar y progresar en mi trabajo
Colaborar en causas justas y ayudar más a los demás
Hacer ejercicio y deporte
Adelgazar
Alimentarme más saludablemente
Prestar atención a mi pareja o Buscar pareja
Dedicar mucho más tiempo a mis hijos
Viajar más y aprender más cosas del mundo
Cuidar más a mis amigos
Mejorar mi casa
Aprender cosas nuevas
Dejar de fumar
Ver menos la tele y leer más
Conducir prudentemente y con seguridad
Cuidar mi salud
Ser positivo

Los más populares, sacados de páginas como Joe’s Goals o 43 Things, en las que se listan los objetivos más ansiados:

• Pierde peso. Es el objetivo más codiciado, y después de las fiestas navideñas seguramente el más necesario.
• Haz más ejercicio. En competencia con el anterior…
• Sé feliz. En este caso, es más un objetivo que un hábito.
• Bebe más agua.
• Ahorra dinero.
• Haz más amigos.
• Aprende una habilidad, como por ejemplo un idioma o un hobby. Adopta el hábito de estudiar.
• Lee más.
• Medita.
• Escribe en tu diario. Te ayudará a ver qué objetivos te marcabas y cómo has progresado.
• Come más sano.
• Ve a la cama a una hora razonable.
• Practica un instrumento musical cada día.
En el trabajo
• Llama a un contacto distinto cada día.
• Haz 25 llamadas de venta cada día. Aplicando este sistema se han creado grandes negocios.
• Escribe un diario. Su importancia en el trabajo es tambień la de dejar constancia de lo que se dijo en qué momento.
• Sé más eficiente con el e-mail. Sé más breve escribiendo, contesta sólo a lo que debas, y no permitas que te interrumpa continuamente.
En tu vida
• Conoce a alguien nuevo cada día.
• Organízate, mantén toda tu información ordenada.
• Sal cada tarde. Ve cada tarde a un sitio distinto y haz algo divertido.
• Levántate temprano.
• Escribe en tu diario.
• Escribe una entrada en el blog cada día.
• Lee durante una hora sobre un tema que te interese.
• Aprende una nueva palabra cada día.
• Haz un largo paseo a diario.
• Intenta superar un miedo.

• Hay muchas cosas sencillas que cada quien puede lograr por su propio bienestar. Pero no basta con decirlas o escribirlas, también hay que ponerlas en práctica.
• Para facilitar que los buenos propósitos se conviertan en realidades puede ser útil seguir un calendario, una especie de hoja de ruta que marque un objetivo para cada mes, lo cual da suficiente tiempo para cumplirlo y, de ese modo, poder pasar a la siguiente meta mensual.
• Enero: haga un esfuerzo consciente por adoptar una buena postura. Sentarse o pararse mal, hacer movimientos imprudentes o acumular tensión causan dolorosas contracturas musculares que resienten la espalda.
• Febrero: regule sus biorritmos; es conveniente comer, dormir o evacuar más o menos a la misma hora, lo cual favorece el funcionamiento del cuerpo.
• Marzo: deje de automedicarse. Los fármacos son de gran ayuda y muchas veces imprescindibles, pero debe prescribirlos el médico, porque en dosis o casos inadecuados ponen en riesgo la salud.
• Abril: disfrute del aire libre. Respirar el aire no contaminado no solo favorece los pulmones sino que distrae de las preocupaciones. Trate de que sea un mes en el que sale al campo con cierta frecuencia; aproveche sus paseos para respirar.
• Mayo: consuma menos comida artificial. El exceso en la dieta de productos refinados y manipulados mediante calor o químicos puede ser nocivo. Aumente la cantidad de alimentos naturales, frescos y crudos.
• Junio: piense en positivo. Investigaciones sugieren que afrontar la vida con optimismo influye favorablemente en las defensas orgánicas, la curación de las dolencias y la longevidad. Que junio se convierta, con la luz que aporta, en un mes positivo.
• Julio: tome sol con moderación. Ayuda a que el organismo sintetice la vitamina D, mejora afecciones como la psoriasis y estimula el ánimo, pero en exceso favorece el cáncer de piel.
• Agosto: camine media hora cada día. Un paseo diario a paso rápido pero sin agitarse es una de las mejores inversiones que pueden hacerse para prevenir problemas del corazón y las arterias.
• Septiembre: cuide su voz. Dormir poco, hablar más de cuatro horas seguidas, carraspear y toser en exceso son situaciones que hay que evitar para no sufrir problemas de la fonación.
• Octubre: atienda las señales de alarma. Acuda al médico ante síntomas anormales o de larga duración, como la fiebre, cambios en lunares o aparición de bultos, un dolor intenso o persistente, tristeza profunda que supere las dos semanas de duración o una falta de apetito inusual.
• Noviembre: hágase revisiones médicas periódicas. Es fundamental examinarse los ojos, los pies, la boca y los dientes, la presión arterial y el corazón, así como acudir a las consultas ginecológicas y urológicas recomendadas.
• Diciembre: protéjase de la gripa. Tomar productos con 'bacterias sanas', como las presentes en los yogures y leches fermentadas, puede ayudar a no enfermarse.


RIVERSIDE (UC) - ¿Así que, con los primeros días de enero usted se ha decidido a dejar los malos hábitos? ¿O quizás ha resuelto quitarse esas 20 libras de más? ¿O a llegado al punto en que finalmente ha decidido dejar de fumar? ¿O volverse más organizado? ¿O comenzar un programa de ejercicios? ¿O dejar la botella?
Los buenos propósitos de año nuevo son excelentes, especialmente cuando la meta es la autosuperación y la salud, dice Robin DiMatteo, sicóloga de la Universidad de California en Riverside. Pero tenga en mente, advierte ella, que las intenciones de año nuevo pueden ser o una bendición o una pesadilla: un buen empujón para el ego si el propósito tiene éxito; o un duro golpe para la autoestima si el sueño se desvanece.
Pero no lo tome tan a pecho, aconseja DiMatteo, puesto que no es tan difícil como parece. Un resbalón, y aun varias caídas no significan la derrota. "El mundo está lleno de tentaciones," señala la sicóloga, "y todos nos exponemos a caer en sus garras. Espere eso y no se dé por vencido si sucumbe."
Si ha tomado una determinación de año nuevo, con eso ya lleva la delantera: usted ha reconocido el paso que debe dar y se ha comprometido a lograr la meta trazada. Ahora, sólo necesita llevarla a cabo.
"El comprometerse a hacer algo es bueno. Sabemos, por investigaciones de sicología, que hacer un compromiso o tomar una determinación es un importante primer paso. Esto muestra que la persona se preocupa por el cambio y quiere hacerlo. La gente tiene que comprometerse para poder tratar," dice DiMatteo.
El problema radica en que tal vez la obligación o compromiso no sean suficiente. Si una persona decide hacer un cambio pero no tiene los recursos, probablemente no lo logrará. "Alguien que haya tratado de dejar de fumar muchas veces podría necesitar ayuda de alguien para lograrlo," sostiene la experta. "Así que el siguiente paso es buscar un programa de consejería para fumadores, o un programa de apoyo."
Las personas que juran que dejarán de beber y sufren por conseguirlo deben reconocer que quizás necesitan ayuda, como un programa de desintoxicación u otros tipos de consejería.
"Eso es lo que da resultado," afirma DiMatteo, "si realmente quiere dejar el vicio del alcohol."
Otro problema está en tener expectativas razonables. "A menudo la gente hace propósitos que son casi imposibles de cumplir, como 'nunca más voy a comer otro postre mientras viva'. Y, bien, esto es imposible porque se les presentarán muchas tentaciones," indica.
Sin embargo, hay un secreto, de acuerdo con DiMatteo. Se debe estar preparado para reconocer que puede haber una recaída, un regreso momentáneo al comportamiento que se está tratando de cambiar. Sólo la forma en que se haga frente al problema determinará el éxito o el fracaso.
Generalmente, la persona que ha jurado renunciar a los postres y caramelos sucumbe ante un postre tentador, se encoge de hombros y se abalanza sobre un pastel entero con la excusa de que es imposible cambiar. Lo que debería hacer, aconseja la sicóloga, es decir calmadamente:
"Me comí un pedazo de pastel. Lo disfruté, y ahora trataré de ser fiel a mi propósito." Todo mundo necesita reconocer que una recaída no es el fin del mundo.
Pero Di Matteo advierte un par de cosas: Aunque el Día de Año Nuevo es un momento lógico y oportuno para hacerse buenos propósitos, no es necesariamente el más práctico. En realidad, la temporada decembrina es una época muy difícil para hacerse propósitos. "Es mejor comenzar el 6 de enero, cuando todos regresamos al trabajo y ya no hay toda esa comida y bebida," dice DiMatteo.
Finalmente, todos debemos reconocer que siempre es difícil cambiar el comportamiento. Es un proceso lento que toma tiempo y compromiso. "Haga sus propósitos de año nuevo," recomienda DiMatteo, "Sea sincero consigo mismo y no se dé por vencido aunque tenga una recaída o dos".

• 1. Para empezar, haga una lista de los 10 propósitos o metas que desea alcanzar el próximo año; después fíjese bien que la idea general de esa nota es escribir “objetivos a alcanzar”. Esto quiere decir que le llevará tiempo hacerlo.

Por ejemplo, si fuma una cajetilla al día y desea dejar este vicio, sería un error redactar de la siguiente manera su propósito de año nuevo: “A partir del 1 de enero dejaré de fumar”. Piense seriamente en la idea anterior, desde su planteamiento ya parece imposible de cumplir.

Una redacción mucho más correcta y positiva de su objetivo de dejar atrás los cigarrillos sería esta: “Durante cada mes del próximo año voy a ir disminuyendo la cantidad de cigarros que fumaré”. Como ve, al leer esta última frase, no suena como algo irrealizable.

Haga lo mismo con sus otros propósitos; por ejemplo, no escriba “Voy a ponerme bajo una dieta estricta hasta llegar a mi peso correcto lo más rápido posible”; en su lugar redacte: “Con la ayuda de un menú saludable, poco a poco iré rebajando mi peso”.

2. Una vez que ya tenga su lista de propósitos bien redactada, es hora de decidir en qué orden va a irlos cumpliendo. Considere que si intenta cumplir con todo desde el principio, posiblemente para la segunda semana de enero ya estará desilusionado al darse cuenta de su imposibilidad de realización.

Lo mejor es comenzar el año con los propósitos más importantes y, al mismo tiempo, los que requieren más tiempo para llevarlos a cabo. No lo olvide: todas las metas de año nuevo deben realizarse siempre siguiendo un plan de ejecución gradual.
De esta manera, si su propósito más importante es hacer ejercicio y ponerse en forma, entonces debe crear un plan escalonado de entrenamiento. Por ejemplo, durante las primeras semanas ejercítese unos pocos minutos cada tercer día.

Luego, cuando ya hayan pasado unas 2 ó 3 semanas, incremente la frecuencia y el tiempo del ejercicio. Repita este proceso hasta llegar a la meta de entrenamiento deseada. Cuando ya haya cumplido este primer propósito, empiece a realizar el segundo, pero eso sí, sin descuidar todo lo que ya ha ganado.

Uno de los problemas básicos a los que se enfrentará en este momento es la falta de tiempo para realizar todo lo planeado; no se estrese demasiado por esto. Si se sienta a comprobar su agenda verá como hay algunas actividades y acciones, las cuales son fáciles de reordenar o eliminar para así ganar tiempo. Otras de las acciones que necesita llevar a cabo para lograr el éxito con todos sus propósitos de año nuevo, es eliminar de su lenguaje la expresión “no puedo”. Sólo si cree que es posible dejar de fumar, logrará hacerlo.

En cambio, si desde el principio piensa “voy a tratar de dejar de fumar, aunque la verdad nunca he podido”, seguramente fracasará en su intento, pues desde el principio ya se había puesto como meta el fallar.

Para cumplir con los buenos propósitos no sólo se necesita saber redactarlos e ir cumpliéndolos poco a poco, también requiere un cambio de actitud y pensamiento. Deje atrás su pesimismo con el año que se va, y empiece este nuevo ciclo con una buena visión del mundo más optimista, es el mejor principio para ver realizados sus sueños.

El secreto para cumplir los propósitos de año nuevo no está en trabajar en ellos hasta el cansancio durante pocos días, sino en llevarlos a cabo poco a poco pero con regularidad.

Tenga en cuenta que es la calidad de sus pensamientos lo que rige su vida; si tiene pensamientos positivos, sus acciones serán así. Y si sus ideas son negativas, sus actividades terminarán siendo de la misma manera...

BIENESTAR
10 propósitos positivos para el año nuevo y sus beneficios

1. Dejar de fumar poco a poco: Con ello recuperaré la salud y disfrutaré más de la vida.

2. Mejorar el desempeño profesional: No solamente en busca de un mejor salario sino porque esto me hace mejor persona.

3. Hacer ejercicio regularmente: Con lo cual mantendré muchas enfermedades a raya.

4. Disfrutar de una dieta balanceada: De esta forma bajaré de peso y mi salud mejorará.

5. Colaborar en causas sociales con los que tienen menos: Así agradeceré por todo lo que disfruto con mi familia.

6. Prestar más atención a mi familia: Es decir, no colocaré al trabajo como lo más importante en la vida puesto que no lo es.

7. Estudiar y aprender algo útil: Al hacerlo en mi trabajo me desenvolveré mejor tanto en el ambiente laboral como en el familiar.

8. Dedicar más tiempo a mis hijos: De esta forma mi familia seguirá unida y mis hijos crecerán sin problemas.

9. Tratar mejor a mi pareja y ayudarla cuando lo necesite: Al hacerlo fortaleceré mi matrimonio y haré perdurar nuestro amor, pase lo que pase.
10. Ahorrar un poco de dinero: Si lo hago, mi familia no estará desprotegida ante posibles eventualidades como quedarme sin trabajo o sufrir un accidente.

(Tomado de diversas páginas de internet)

PROPOSITOS DE AÑO NUEVO (1)


El final de un año y el comienzo de uno nuevo forman un tiempo que invita naturalmente a la reflexión. La antropología conspira maravillosamente con la espiritualidad al destacar, casi por la fuerza, una transición significativa. Con razón nuestra sociedad da tanta relevancia a la Noche Vieja y al Año Nuevo.
Si llegas al final de un año y estás todavía vivo, entonces no has tenido un mal año. Si eres todavía miembro de la familia de fe, la familia cristiana, entonces has tenido un buen año, prescindiendo la enfermedad personal, el infortunio económico, las relaciones perdidas o cualquier otra tragedia. Además, si sientes gratitud en tu corazón y puedes pedir a Dios providencia y protección para el año entrante, has entrado en ese año con el pie derecho. Si puedes completar esto expresando amor sincero y los mejores deseos hacia los que te rodean (las palabras y abrazos que dicen "Feliz y Próspero Año Nuevo"), bueno, eso es todo lo que un ser humano puede hacer para dar la bienvenida correctamente a un nuevo año.
Sospecho que el 2008 fue para todos nosotros un año de bendición desigual. Tuvo sus momentos fríos y amargos, y nos produjo más que suficientes angustias y quebraderos de cabeza. Pero estoy seguro de que, para todos nosotros también, el año tuvo sus alegrías y su novedad, sus bendiciones y providencia extraordinarias. Cada uno de nosotros, en nuestros momentos más
lúcidos, sabe exactamente cuántas balas soslayamos. Si todavía estamos vivos y todavía tenemos fe, fue ya un buen año. Se merece que lo celebremos con expresiones de gratitud, afecto, y con una oración de alabanza… y, aun con otro viejo rito, ¡también con bebidas!

LA ESPERANZA DEL NUEVO AÑO



Queridos amigos lectores:

La esperanza se hace más fuerte por estos días de fin de año. Cada quien hará balance de su vida, de las cosas buenas que realizó y las que dejó de hacer para crecer y progresar. Es obvio que hubo momentos felices, pero también momentos duros: crisis económicas, efectos desastrosos a causa del invierno, desencuentros con amigos, instituciones, discusiones y heridas familiares, etc.

Por ello, viviendo el final de este año , nuestra marcha y caminar existencial tendrá sentido para nosotros si fijamos nuevamente la mirada en el pesebre, si nos identificamos con la familia sagrada de Nazareth: Jesús, José y María, quienes se constituyen para cada uno de nosotros en paradigma, modelo a seguir para asumir la vida.
Del diario convivir de la Sagrada Familia, la de José, María y Jesús, sabemos muy poco. Si nos atenemos a los pocos datos que nos dan los evangelios, podemos deducir que no fue un convivir fácil y rutinario: Aquella familia fue SANTA y FELIZ, pero no a un precio fácil y muy accequible. Lo que les permitió a ellos permanecer unidos, a pesar de tantas dificultades fue el amor mutuo, la comprensión, la espera y confianza en el padre de los cielos.
Miren a José primero que todo, no fue fácil para él aceptar el embarazo de María y traerla a su casa tomándola como esposa...Se expuso a los rumores de la gente, inclusive pensó en denunciarla y hacerla apedrear, pero sintió el consuelo divino, la certificación del misterio y aceptó todo...pero no sin dudas e irresoluciones.
Jesús nació en el transcurso de un viaje accidentado y arriesgado y una vez que nació allá en Belén, nadie quiso acogerlos, sino que los rechazaron e hicieron que buscaran por albergue un establo con dos animales. Después para María no fue fácil comprender las actitudes del hijo hacia ella. Ya cuando se les extravió la primera vez en Jerusalén, después de tres días de larga y angustiante búsqueda hallaron a Jesús en el templo y este les reclama secamente por qué le buscaban. Ellos sin ocultar su preocupación le dijeron cuán afanosamente le buscaban y Jesús les responde: "No saben que debo estar ocupado en los asuntos de mi padre?".
Luego Jesús crece, cumple 30 años y decide salir de su casa y ser itinerante, proclamando el Reino de Dios, haciendo signos de curación y sanación. María le preocupa esto, las constantes ausencias de Jesús, los rumores que hacían sobre El, un hombre de 30 años que permanece célibe, sin familia, ausente permanentemente de su casa...Qué desconcierto y preocupación para la madre.
Luego Jesús confronta a las autoridades civiles y religiosas de su tiempo, denuncia la corrupcion, se hace enemigos a montón y termina clavado en una cruz...María está al final, al lado de El, con el apóstol Juan...Así transcurre la vida de Jesús, antes de la resurrección. Una familia que ha tenido que vivir así, entre tanta angustia y sobresalto, ¿puede haber sido una familia santa y feliz? Sólo con una condición: que el amor haya sido el vínculo y ceñidor de la unidad familiar
Como vemos no fue fácil la vida de esta familia. En ella también se experimentaron las alegrías, los aciertos, los momentos felices...Pero también hubo dificultades, dolor, sufrimiento. Como seguramente la habremos sentido en lo recorrido de este año, en cada una de nuestras familias.
Sí, se puede ser santo y feliz, pero mientras el amor sea la base de todo, mientras el amor estreche los lazos y nos haga caer las escamas de los ojos para perdonar las ofensas, eliminar el rencor, exterminar el odio, no darle cabida a la indiferencia, dar espacio para el diálogo, la conciliación...

Que Dios los bendiga hoy y siempre,
Deseo que todos los sueños, propósitos y proyectos buenos en el año que comienza se vuelvan realidad.
Habrá verdadera felicidad y realización en nuestra vida cuando para obtener la paz en la familia, en el grupo de trabajo o de estudio y en la sociedad, nos preoucpemos ante todo por ser justos y equitativos sobretodo con los más necesitados.

POR QUE JESUS ES MEJOR QUE SANTA CLAUS?


Santa vive en el Polo Norte
JESÚS esta en todas partes.

Santa se pasea en trineo
JESÚS se pasea por el viento y camina sobre las aguas.

Santa viene una vez al año...
JESÚS es una ayuda siempre presente.

Santa llena tus calcetines con regalitos...
JESÚS suple todas tus necesidades.

Santa baja por tu chimenea sin invitación...
JESÚS se detiene en tu puerta y toca, después entra a tu lado cuando tú lo invitas.

Para ver a Santa tienes que hacer fila...
JESÚS está tan cerca como el hecho de mencionar su nombre.

Santa te deja sentarte en sus piernas...
JESÚS te deja descansar en sus brazos.

Santa no se sabe tu nombre, todo lo que puede decir es "Hola pequeño, como te llamas?"
JESÚS sabe tu nombre desde antes de que nacieras. No sólo sabe tu nombre, también sabe tu dirección. Él sabe tu historia y tu futuro.

Santa tiene una barriga que parece llena de mermelada...
JESÚS tiene un corazón lleno de amor.

Todo lo que Santa puede ofrecer es un HO! HO! HO!...
JESÚS ofrece salud, ayuda, esperanza.

Santa dice "No llores"...
JESÚS dice "Descansen sus preocupaciones en mí, que yo cuidaré de ustedes."

Los pequeños ayudantes de Santa hacen juguetes...
JESÚS hace nueva vida, repara corazones lastimados y arregla hogares rotos.

Santa puede hacerte sonreír...
JESÚS te da la alegría que es tu fuerza.

Santa deja regalos debajo de tu árbol...
JESÚS fue nuestro regalo y murió en una cruz que viene de un árbol.

Es obvio que no puede haber una comparación real.
Necesitamos recordar a Quien verdaderamente le da sentido a la Navidad.
Necesitamos poner a Jesús de regreso en Navidad.
Jesús es la verdadera razón de ser de esta época.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Vértigo: velocidad y consumismo en la época de los amores de usar y tirar.



Me permito transcribir este artículo muy interesante y por lo tanto actual, que nos puede ayudar a todos a una serena, profunda y madura reflexión personal.

Quisiera añadir que las inquietudes de Oscar Trujillo, comulgan con lo que pregona también en sus artículos el teólogo brasileño LEONARDO BOFF, respecto a la necesidad de encontrar la manera de construir una sociedad alternativa, más humana, más ralentizada, donde se de más importancia a los valores humanos , se tenga en cuenta la situación de los más desfavorecidos y se respete a la vez el planeta y todo el ecosistema.

Bien Oscar, un abrazo
GUSQUI TEOFILO

10/12/2008

Por Oscar Trujillo.

Me gustas: nos acostamos, te conozco, nos separamos, nos odiamos. Quizás he exagerado un poco en la síntesis, pero es la historia de una amor promedio cualquiera en la era del vértigo. La vida pasa rauda, las emociones se suceden a un ritmo súper sónico, demencial, y hacemos hasta lo imposible por no dejar que decaiga el nivel de euforia. La simple posibilidad de quietud, de encontrarnos a solas nos aterra. Queremos el amor, queremos el equilibrio, queremos la dicha, la perfección, el placer total, una vida infalible y sin contratiempos. ¡Y la queremos ya!, sin dilaciones, sin espera y sin que implique mayor esfuerzo. Con indiferencia de que la mayoría de las veces, nosotros mismos aún no estemos preparados para responsabilidades tan altas, y haya tanto que curar en nuestro interior antes, para poder ofrecer después, al menos, algo de valor a los demás.

Pero este vértigo no es sólo exclusividad de las relaciones sentimentales, es un reflejo de la era en que vivimos; Zigmunt Bauman en (“vida líquida” Ed. Paidos, 2005) ya nos da unas claves que retratan con exactitud los principios que rigen estos tiempos vertiginosos que habitamos: “ la sociedad moderna líquida es aquélla en que las condiciones de actuación de sus miembros cambian antes de que las formas de actuar se consoliden en unos hábitos y en unas rutinas determinadas” Esto explicado en términos “agropecuarios” Y en la vida cotidiana es algo así como: yo me compro un computador que es la última maravilla de la informática por mil trescientos euros, y tres años después se estropea, y el técnico me dice que en lugar de arreglarlo me sale más barato comprar otro, porque en 36 meses ya han salido 7 versiones diferentes de la misma marca, más modernas, con mejores prestaciones y que mi equipo, con todo respeto, ya está “desfasado” no tiene acceso a las últimas aplicaciones de moda. Para colmo ya no se consiguen fácilmente conectores ni baterías de repuesto para el modelo que tengo, supongo que por ser ya muy “antiguo” (…)

Lo mismo sucede con los carros, te van cambiando el modelo cada año, le incluyen más accesorios, le cambian el alerón, los retrovisores, los faros, y en menos de cinco años ya han sacado la versión nueva del mismo modelo, que no se parece en absoluto al carro que uno tiene, y que con sólo un lustro, ya ha perdido casi todo su valor comercial. Para obligarnos a “actualizarnos” y no perder el “tren de la modernidad”. Mire su armario; con chaquetas, blusas costosísimas, camisas bonitas, en su momento (hace dos años) y de buena calidad, colgadas en el último rincón, ropa que siempre hacemos a un lado cuando nos vamos a vestir porque: el estampado, los cuadros, las rayas o “X” material ya esta “desfasado”, 24 meses después, ya no se usa. Diez posturas, cinco lavadas… y al último rincón del armario. O lo que es lo mismo casi 90.000 pesos tirados a la basura por una camisa intacta muerta en vida. La sociedad devoradora de cosas endiosa el desperdicio, el exceso y la futilidad.

Así mismo nos van cambiando los íconos, los modelos a seguir, las tendencias artísticas con una velocidad sideral. Cuando aún no han dejado de promocionar y vender la infinidad de artículos de marketing de la última película para niños de Disney, Pixar o “Dreamworks”, ya está la otra presionando en cartelera para que el marketing de la misma inunde el mundo entero; perfectamente sincronizado con los restaurantes de comidas rápidas, los creadores de videojuegos, comics, camisetas, gorras y demás parafernalia mercantil asociada a un producto de éxito.
La moda, los gustos, las tendencias, la estética, las novedades arquitectónicas, literarias etcétera, cambian a un ritmo y manera imposible de seguir, asumir, y reemplazar para la inmensa mayoría de las personas que habitan este mundo, que aún así, se dejan la vida intentándolo. La voracidad consumista que hemos desarrollado no tiene límites.

De forma paradójica, antes que acercarnos a la felicidad, esta dinámica frenética lo único que consigue es causar más estrés, depresión y decepción al comprobar que nunca es suficiente, nunca alcanzamos a estar realmente “in”; que cuando ya creemos lograrlo, nos cambian las reglas, nos cambian los patrones, y la industria de la felicidad de oropel nos escupe su último catalogo con mil modelos más nuevos y sofisticados, que pasan a ocupar el lugar de objetivos de lo que ya tenemos, que obviamente ya se habrá convertido en “out”

Me viene bastante oportuna esta reflexión de Paul Valery: “ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento de fruto. Entonces todo el tema se reduce a esta pregunta: ¿La mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?”… Me temo, “monsieur” Valery que de momento se nos ha salido de las manos. Si es que alguna vez lo hemos tenido controlado.

Es evidente que inmersos en esta vorágine de sensaciones, de estímulos que nos bombardean por todos lados y de los cuales (muy a nuestro pesar) no podemos abstraernos del todo, estamos metidos hasta el cuello en la mierda de obligaciones que el poder en la sombra (las multinacionales) nos cuelan por todas las rendijas. Si queremos un trabajo decente, tenemos que entrar en el juego: aparentar, llevar el “disfraz” que exijan en nuestra oficina, o compañía: “ser dóciles”, mantener “un nivel” aunque nos sintamos repugnantes de hacerlo, de ser y vivir así.

Sin embargo salvo que seamos futbolistas de élite, artistas consagrados, políticos corruptos o narcotraficantes, que pueden vivir eternamente sin trabajar un solo dia más de su vida con lo que ya tienen; la “gente normal” tiene que laborar en oficios y profesiones para las que ha estudiado y se ha preparado, (o en cualquier sitio donde le paguen un sueldo digno aunque no sea su profesión) y casi siempre, haciendo de tripas corazón, termina entrando en “el sistema” aunque haya sido rebelde contra el “establishment”, y “echado piedra” en su época estudiantil, y se tape la nariz cuando contempla lo que tiene que hacer para ganarse el pan.


En una época de pauperización, temporalidad y fugacidad de los trabajos, gracias a las salvajes reformas laborales neo liberales, las relaciones humanas, de pareja o familiares no escapan a este voraz torbellino de velocidad: reemplazar antes que curar. Incapaces de separarnos de los designios y presión de una sociedad risueña y perfecta que se anuncia en las series de televisión, películas, revistas y publicidad que agobia por todos los flancos, buscamos de manera desesperada la horma ideal para nuestras frustraciones en forma de posibles amigos perfectos, amantes 5 estrellas, y amores interinos bajo prueba constante, con mínimo margen de error. Huimos a la primera dificultad, tiramos la toalla y nos marchamos heridos de ver que alguien nos devuelve ante el espejo una imagen tan imperfecta y caprichosa como la nuestra.

Nadie soporta a nadie, y nadie quiere hacer sacrificios o concesiones. Los matrimonios duran en el mejor de los casos un promedio de cinco años, más galvanizados y sostenidos por los hijos y las deudas en común, que por un amor que valga la pena. Idealizamos con desesperación y mucha ansiedad cualquier espejismo bienintencionado, que medio quepa en nuestras necesidades estéticas, que “parezca sintonizar”, y que pueda encajar en la pasarela emocional de los sueños consumistas sentimentales, que de forma expresa o subliminal, nos han sido bombardeados desde niños. Perdemos la perspectiva de nuestras limitaciones y verdaderas necesidades, y jugamos a enamorarnos sin siquiera conocernos antes, tan urgidos, tan desbocados, que como es apenas lógico, el resultado es bastante predecible.

Y cuando aún nos retorcemos de dolor por la decepción, sin siquiera tomarnos tiempo para curarnos y meditar al respecto; ya tenemos dos ilusiones nuevas en remojo, en la mira, para no tener que quedarnos solos, para no tener que enfrentar las carencias y aceptar que aún no hemos madurado lo suficiente, entre otras cosas, por estar sentados siempre ante un computador, o jugando con una consola, hibernando ante la pantalla del televisor, o dejando media vida (literal) en una empresa explotadora que odiamos, y donde permanecemos tan sólo para ganar más dinero, que nos permita comprar mejor ropa, cosas, un carro más nuevo y ultra modernos electrodomésticos. Tenemos trabajo, (cada vez más precario) tenemos muchas cosas, demasiados objetos adornando nuestra vida, pero todo sucede tan rápido que no nos queda tiempo de saborearlo, de digerirlo, ni de acomodarnos en una existencia con verdadero valor.

Italo Calvino en (“Las ciudades invisibles” Ed. Siruela, 1998) nos pinta una inquietante fábula en Eutropia, una ciudad cuyos habitantes en cuanto se sienten presa del hastío y ya no puede soportar su trabajo ni a sus parientes, ni su casa ni su vida, “se mudan a la ciudad siguiente” donde cada uno conseguirá un nuevo empleo, y una esposa distinta, verá otro paisaje al abrir la ventana, y dedicará el tiempo a pasatiempos, amigos y chismes distintos” Sin duda al paso que vamos, no tardaran en empezarnos a ofrecer algo parecido en agencias de viajes, condominios caribeños, planes de pensiones o de seguros de vida para ejecutivos con dinero y “yuppies” deprimidos.

Hoy ya no importa tanto ser personas admiradas por nuestro arte, oficio o cualidades: queremos tener plata y ser famosos a cualquier precio, y a la mayor brevedad. Entendiéndose por “famoso” alguien que es conocido por ser una persona muy conocida, sin más, con indiferencia del valor que tenga como ser humano, y aunque esa “fama” sea producto de una estafa, de una venta o revelación de intimidades eróticas ante un despecho por una ex amante que nos abandonó, o simplemente por haber salido en un “reality show” de los que copan la parrilla televisiva con los más altos índices de audiencia y acogida.

No tenemos paciencia, no tenemos vocación, capacidad de sufrimiento, no tenemos ningún apego por la disciplina, el rigor y evadimos cualquier esfuerzo por mejorar como seres humanos que esté fundamentado a medio o largo plazo, o que implique esfuerzo. Queremos satisfacción, queremos placer intenso, queremos euforia constante y no podemos esperar ni un minuto más. Por eso siempre estamos tentados a tomar el atajo, el camino más corto, el pasaporte directo a la fama.

Al marketing lo mueve y lo mantiene la estimulación de los deseos espontáneos de la gente…la velocidad, la sobre exposición, mantener la excitación latente, en el límite pero sin colmarla del todo, para que siempre queramos más, para que la rueda nunca pare. Los valores sólidos, los gustos fieles no son bien vistos por este monstruo consumista que todo lo devora. Hay que hacer apología a las pasiones más bajas, al egoísmo más radical: “quiero mi placer y lo quiero ya…por que yo lo valgo”. Hay que cohonestar la individualidad más extrema, y venderle al cliente que todos los seres humanos tenemos el “derecho” de adquirir esa felicidad empaquetada y modificada cada seis meses, tenemos “el derecho” a tener la ultima consola de Sony, zapatillas de Nike, o el último Teléfono de cuarta generación Nokia, aunque el que guardamos en el bolsillo funcione perfectamente y lo hayamos cambiado tan sólo hace un año.

No sé a donde irá a parar todo esto, sólo digo que tiene mala pinta. El “desplome” económico mundial es una evidencia de que hemos estado viviendo con el agua al cuello, por encima de nuestras posibilidades, y presionados por grupos económicos cuya solvencia era humo, estaba cimentada en la probable regularidad, fidelidad y enajenación para mantener nuestro consumo. Se vendía humo, se compraba humo y sólo unos pocos se embolsaban el dinero real. Se creaban diez mil necesidades estúpidas, y se cambiaban dos o tres veces al año. No podemos seguir produciendo a un ritmo tan demencial, somos ya demasiados seres humanos en este castigado planeta, y queda apenas nada que destruir y saquear. Los abismos entre los pocos privilegiados y los que no entran en el engranaje de los posibles clientes, no para de crecer, este modelo ha colapsado, tendremos que cambiar nuestros hábitos, tendremos que replantear lo que significaba progreso, civilización, desarrollo…tendremos que aprender a vivir con menos, esto no es progreso, ni es libertad ni es nada.

Del mismo modo, habrá que mirar nuestras relaciones con los demás con más calma, recordar que el amor no es un sentimiento lineal cuya cotización en bolsa suba de forma gradual y a la par con nuestra preparación intelectual, profesional o el dinero o éxito que creamos tener. El amor verdadero no tiene época para llegar, no avisa, y no tiene por qué aparecer necesariamente en la primera parte de la vida. Hay que ir despacio, probando disfrutando, e intentando conocernos antes de depositar todos nuestros ahorros emocionales en alguien. Hay que aprender a disfrutar de la incertidumbre, hay que volver a valorar el esfuerzo y la paciencia como virtudes, antes que como asquerosos impedimentos que nos impiden disfrutar de un hedonismo radical en constante celo; hay que desligarnos en nuestra vida íntima de la orgía de presión inmediatista y destructiva que nos asalta por todos lados.

Este mundo nos lleva al límite, nos lleva a toda máquina recalentada, y el vértigo, la exagerada velocidad no nos permite ver el paisaje, las sombras se suceden informes, y la vida se va llenando de lagunas, de evasiones, de espacios sin habitar, de frustraciones enquistadas, maquilladas en medio de una aparente abundancia hipotecada. Hay que ser muy estrecho de miras (o tener muchos intereses económicos en juego) para no considerar que el modelo que traemos, ha fracasado, y que debemos emprender un nuevo camino donde las cosas, los afectos, y las personas que nos importan duren más.


¿Estaría usted dispuesto a trabajar menos, vivir más, y hacerlo con la mitad de lo que gana, con la mitad de las cosas que tiene?


oscartruma72@hotmail.com


Tomado de la página web
http://www.vive.in/bogota/comentarios.php?id_recurso=450014699&id_foro=&id_blog=4303823&titulo=V%E9rtigo%3A+velocidad+y+consumismo+en+la+%E9poca+de+los+amores+de+usar+y+tirar.&url=un_articulo.php%3Fid_recurso%3D450014699%26id_blog%3D4303823%26id_foro%3D&fecha=&numcomentarios=13&posicion=10&hasta=20&pagActual=2&paginitaActual=1