viernes, 6 de abril de 2012

8 de abril del 2012: Domingo de Pascua



Hoy el Señor Resucito; Aleluya, Aleluya!


Pascua es la fiesta cristiana más grande del año. Es la fiesta de la vida, de la primavera, de la renovación, de la alegría.

Lo que distingue los cristianos de los no creyentes es la resurrección, es la fe y la confianza en un Dios que rechaza la idea de poner fin a la vida y que no acepta que todo se termine en el cementerio. De otro lado, la palabra que los cristianos utilizaban para indicar el lugar donde ellos enterraban sus difuntos era la palabra griega “koimiterion”, que ha llegado a ser nuestra palabra “cementerio” y que quería decir “hotel para visitantes extranjeros”, “refugio de pasaje”.

La liturgia del domingo de Pascuas está impregnada de paz y serenidad.

6 de abril del 2012: VIERNES SANTO


Sexta semana de reflexión cuaresmal y pascual ecológica
De las tinieblas de la muerte a la vida nueva

Lectura del Evangelio según San Mateo 27, 45.50-54
Los elementos naturales reaccionan ante la muerte de Jesús


Desde el mediodía hasta las tres de la tarde todo el país se cubrió de tinieblas (…)Pero nuevamente Jesús dio un fuerte grito y entregó su espíritu.  En ese mismo instante la cortina del Santuario se rasgó de arriba abajo, en dos partes. La tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y resucitaron varias personas santas que habían llegado ya al descanso. Estas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente. El capitán y los soldados que custodiaban a Jesús, al ver el temblor y todo lo que estaba pasando, se llenaron de terror y decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»



La época actual se asemeja un viernes santo permanente: los daños hechos al medio ambiente parecen irreparables. La tierra agoniza. Y como le ocurre al centurión, esta situación nos provoca un gran temor por el presente y el futuro.

Oremos por las personas afectadas por las catástrofes naturales y ambientales: los refugiados climáticos, las personas que huyen de los terremotos y o de las zonas de sequia; oremos por aquellas que son expulsadas y forzadas a desplazarse de su medio natural de vida (el campo, la selva) a causa de la deforestación intensiva (donde pesa los intereses injustos por la madera)  y la explotación minera ; oremos por aquellos que no tienen acceso al agua potable.

Serán ellos vistos…y ayudados (o rescatados?).