domingo, 7 de julio de 2019

Domingo 14avo del tiempo ordinario: julio 4 del 2010

LLAMADOS Y ENVIADOS

El Evangelio de este domingo nos presenta a Jesús rodeado de 72 colaboradores entregados a la causa y fieles. Hay razón para que nos impresione esto, de verdad. Así, al lado de los 12, tenemos los 72. Jesús les confía misiones muy particulares y de corta duración.  La tarea consiste en que vayan para preparar su venida. Para cumplir esta misión, El les da el poder de llevar consigo la PAZ, de sanar los enfermos y de expulsar los demonios. Esta paz, la cual están encargados de comunicar, no es solamente la paz que significa ausencia de guerra o conflicto, es ante todo la comunión (comunicación) que los hombres se esfuerzan por establecer entre ellos. Esta comunión no es posible mientras no se le acoja como un don de Dios, ya que El es la fuente del amor.

Veamos pues esta misión de los 72. Nada sabemos prácticamente de ellos. Nos son desconocidos. Y ante todo cabe preguntarnos : por qué 72? Hemos de saber que la cifra es el resultado de 6x12; y eso significa la universalidad. Es una manera de recordarle a las comunidades cristianas  de antiguo y a las de hoy que Jesús iba a llamar a nuevos bautizados. De generación en generación, ellos deberán ir delante de Jesús para preparar el terreno y anunciar su próxima venida.

El Evangelio de este domingo  viene a decirnos que muchos de entre nosotros estamos comprometidos en una misión semejante a la de los 72. “La cosecha es abundante pero los obreros son pocos”, nos dice Jesús. Escuchando este texto pensamos en las ciudades y localidades de tiempos atrás, “donde El mismo Jesús debía llegar”. Pero cuando San Lucas escribe su evangelio, él ve más allá. El campo de la misión no es otro que el ancho y vasto mundo que los apóstoles descubrirán el día siguiente a Pentecostés.

Al igual que los 72, los cristianos de hoy somos enviados  como soldados que iluminan y reconocen la ruta, mostrándola a los otros, para dar un aperitivo de la Buena Nueva. Debemos dar testimonio de nuestra fe  no solamente en el círculo familiar e interior religioso sino también afuera, más allá. Las iglesias no son los únicos lugares de evangelización. El Señor ha enviado sus discípulos al mundo entero. Para nosotros, esto quiere decir los lugares de trabajo, de placer, en ciudad, en el campo. Y sobre todo no podemos olvidar los más pobres, los marginados o excluidos, todos aquellos (as) que están agotados, heridos, cansados, víctimas de la crisis económica, de la violencia y dureza de los hombres. Es sobre este mundo aquí- acá, donde hemos de preparar la venida del Señor.

Antes de ir a esta aventura de anunciar la Buena Nueva y preparar el paso (visita del Señor) , los discípulos reciben ciertas consignas: primero que todo deben ir de 2 en 2. En esa época era muy importante . En efecto, un testimonio no es acogido que si el es sostenido por al menos dos testigos. Este testimonio dado por varias personas tiene mas repercusión que un mero testimonio de una sola persona.

San Leon nos dice que si “El señor los envía de dos en dos, es para que ensenando la caridad, ellos puedan primero practicarla”. Nosotros seremos reconocidos como discípulos de Cristo si tenemos amor los unos por los otros. Es también una manera de decir que toda actividad eclesial o misionera deber ser llevada y compartida por una comunidad. Para ser eficaz, la misión eficaz y o efectiva es aquella  de las parejas unidas, de los grupos fraternales y de las parroquias solidas-solidarias.

Por otro lado, se les exige a los 72 de presentarse con las manos vacías. NO DEBEN recurrir a ningún medio o poder   para atraer la admiración de la gente, nada de dinero para comprar los espíritus. La sola riqueza que deben presentar es su fe y su bondad. El mundo debe saber que a los ojos de Dios , no hay jamás situaciones desesperanzadoras. Es  esto de lo cual debemos testimoniar los unos con los otros.

Jesús previene los 72 y a través de ellos a cada uno de nosotros, diciéndonos que encontraremos resistencias – oposición. EN el momento en que San Lucas escribe su evangelio , casi todos los apóstoles han dado la vida por Cristo. Actualmente, muchos cristianos son igualmente perseguidos a causa de su fe en Jesucristo. En ciertos países, es peligroso,  y muy arriesgado  mostrar o portar un símbolo –signo religioso. Sin ir hasta allá, nos sucede que sufrimos al ver la Iglesia católica señalada y burlada, objeto de risas y ridiculización. Pero no podemos desanimarnos. El señor nos asegura que el mal no tendrá la última palabra. Y sobre todo él nos alienta: “Alégrense porque sus nombres están inscritos en el cielo”.

Este envío en misión se nos renueva cada domingo al final de la misa. Cuando el padre nos dice: “Vayan en la paz de Cristo” es un reenvío, pero sobretodo un envío. Aquellos y aquellas que vienen a celebrar la Eucaristía son enviados “como corderos en medio de lobos “, como creyentes en medio de incrédulos o de malos creyentes .  Esto significa para nosotros que “El reino de Dios está cerca”.  Felices, bienaventurados todos aquellos (as) que toman en serio esta misión que les ha sido confiada.

Señor, te pedimos, que al recibirla  tu Palabra nos alimente y reconforte . Envía obreros a tu misión para que tu Reino de amor y de reconciliación se construya y se consolide entre nosotros. Amen.


DEL SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO

Por segunda vez en el evangelio de Lucas, Jesús envía a sus discípulos a la misión. Ahora la época de la cosecha ha llegado y es necesario muchos obreros para recoger la mies; son setenta y dos, un número que evoca la traducción de los Setenta en Génesis 10, en donde aparecen setenta y dos naciones paganas. Jesús va camino hacia Jerusalén, el camino que debe ser modelo del camino de la Iglesia futura. Salen de dos en dos para que el testimonio tenga valor jurídico según la ley judía (cfr. Dt 17,6; 19,15).

La misión no será fácil; debe llevarse a cabo en medio de la pobreza, sin alforjas ni provisiones. La misión es urgente y nada puede estorbarla, por eso no pueden detenerse a saludar durante el camino; tampoco los discípulos deben forzar a nadie para que los escuchen pero sí es el deber anunciar la proximidad del Reino.

Este modelo de evangelización es siempre actual. Ciertamente es una tarea difícil si se quiere ser fieles al evangelio de Jesús. Muchas veces por una falsa comprensión de la inculturación se hacen concesiones que van contra la esencia del evangelio.

Cuando los discípulos regresan de la misión están llenos de alegría. Hay una expresión que merece un poco de atención: Hasta los demonios se nos someten en tu nombre. ¿Qué significado tienen los demonios? Una breve explicación del término se dará al final.

Jesús manifiesta su alegría porque se han vencido las fuerzas del mal, porque él rechaza cualquier forma de dominio, y exhorta a sus discípulos a no vanagloriarse por las cosas de este mundo. Lo importante es tener el nombre inscrito en el cielo, es decir participar de las exigencias del Reino y vivir de acuerdo con ellas (cfr. Ex 32,32).

Hay otro motivo de alegría para bendecir la Padre. Sus discípulos son una muestra de que el Reino se revela a los sencillos y humildes. No son los conocimientos lo que permite la experiencia del Reino. Es esa experiencia de Dios por medio del contacto íntimo con Jesús y su seguimiento.


Para la revisión de vida

-¿Podría ser yo -un cualquiera como soy- uno de los discípulos comunes que Jesús envió? ¿O considero que sólo los grandes pueden ser «apóstoles»?

-¿Tengo capacidad para captar, desde mi pequeñez, «estas cosas del Reino de Dios», que muchas veces los grandes y sabios no captan? ¿Me ayudan mi sencillez y humildad? ¿Estoy feliz de saborear en el corazón esta sabiduría?

-«Como un niño a quien su madre consuela, así los consolaré yo a ustedes» (Is 66,13). ¿Son todas masculinas las imágenes con que yo me relaciono con Dios? ¿O casi todas? Aparte del número, en realidad, mi imagen de Dios es masculina, patriarcal? ¿Qué significa eso?

Para la reunión de grupo

- ¿Vale este texto para aplicarlo a nuestra situación actual, cuando en realidad, más que hora de cosechar es hora de sembrar?

- «Los pobres y los ricos están en igualdad de oportunidades ante la salvación de Dios». Discutir esa frase. ¿Es verdad? ¿En qué aspectos sí y en cuáles no? ¿Tiene Dios acepción de personas? ¿Es irrelevante ante Dios ser rico o pobre?

- ¿Qué será eso que en teología se llama el «privilegio hermenéutico» de los pobres? [«hermenéutico» = interpretativo, de interpretación].

- ¿A qué se referirá Jesús cuando habla de «estas cosas» que han sido reveladas a los pequeños y que no logran captar los sabios e inteligentes?