jueves, 7 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA: PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010

Confieso que hasta hoy no he leído una sola línea de la extensa y seguramente maravillosa y fascinante obra de Mario Vargas Llosa (1936-) galardonado esta mañana a sus 74 años, casi 75 con el Premio Nobel de Literatura.  La primera vez que oí el nombre de este escritor peruano fue en 1981, cuando RTI televisión adapto  para  la pantalla chica una de sus obras, quizás la más conocida popularmente “LA TIA JULIA Y EL ESCRIBIDOR”, que narra en una aproximación autobiográfica la relación que tuvo Vargas Llosa con su tía Julia, su primera esposa…Aquella telenovela la pasaban tarde en la noche y no recuerdo entonces haber visto algún capitulo completo, pues era comprensible, apenas tenía 12 años, y en esa época aun los padres se tomaban en serio eso de controlar lo que veían los niños en tv.

Recuerdo que en 1987 cuando cursaba mi último curso (undécimo grado en esa época) en La Normal La Candelaria de Marquetalia, en la clase de Español y Literatura con la profesora Luz Enedy Buitrago , debíamos leer, realizar un trabajo escrito de análisis literario  y finalmente exponerlo ante los compañeros, fue así como se eligieron las más variopintas obras de la literatura universal desde “Vida del Buscón “ de la novela picara española hasta “La metamorfosis”  de Kafka…Yo particularmente leí, hice un trabajo escrito y expuse sobre “La Peste”, novela corta de del argelino - francés ALBERT CAMUS (1913-1960). Edilberto Ospina Osorio,  gran compañero y amigo y uno de los 5 hombres que nos graduaríamos de bachilleres pedagógicos con 12 mujeres,  leyó y expuso para nosotros “los cachorros” que era una novela corta escrita por Vargas Llosa en 1967, aquel año  cumplía justo 20 años de su publicación en el Perú.

En su país, sobre todo en los programas de humor en la tv como “J.B Noticias”, conducido y actuado por  el cómico actor Jorge Benavidez es constantemente objeto de caricatura por su lado español que pesa más que su lado “cholo”. Es decir al burlarse de Mario Vargas Llosa, peruano de nacimiento y nacionalizado en España desde 1993,   se le pretende mostrar como un hombre, un político desinteresado de los problemas de Perú,  como si estuviera resentido por su fracaso político al perder las elecciones para la presidencia en 1990, casi ignorante o indiferente ante la problemática de su país, dándose por el contrario aires de un presumido y arrogante seudo-español que niega sus raíces peruanas…
Obvio que todo esto es la exageración propia  de la caricatura y el humor, ya que ningún otro peruano ha  demostrado su pertenencia e identidad inca, pues ha plasmado en sus obras la idiosincrasia del Perú, el sufrimiento histórico de sus hombres y mujeres…Aparte de  sus paisanos Ciro Alegría y su contemporáneo Alfredo Bryce Echenique, ningún otro literato ha logrado comunicar con tanto acierto y refinado arte y poesía  al mundo, los sentimientos, amores y odios de uno de los países con más contrastes de América Latina.

Por lo poco que he leído  sobre la temática del conjunto de sus obras, intuyo en Vargas Llosa un excelente narrador consciente de las peripecias y sufrimientos que como niño, adolescente y joven vivió en la sociedad peruana de su tiempo. “La ciudad y los perros”, pero sobretodo “La tía Julia y el escribidor” y  “Los cachorros” muestran muchos rasgos de su autobiografía. Además es digno de destacar siempre su posición política con tendencias o simpatías por la derecha (como dice Faciolince mas bien es liberal, defensor de las causas liberales)  pero que busca siempre resaltar la libertad,  justicia y la equidad en la sociedad, mismo si aparentemente los inocentes mueren y pierden…

En buena hora, en el otoño de su vida, recibe Mario Vargas Llosa tan importante y significativo premio, el más importante en el mundo de las letras.
La noticia del Nobel,  la ha recibido el escritor esta mañana en Nueva York, donde se desempeña como profesor. 
No nos queda más que felicitarlo y enorgullecernos como latinoamericanos  por este premio que fue ganado la última vez por un latinoamericano el mexicano Octavio Paz en 1990.