miércoles, 23 de mayo de 2012

27 de mayo del 2012: Domingo de pentecostés





LECTURAS


PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2, 1-11

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería.

Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban:

-- ¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua.

                        Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL

SALMO 103

R.- ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR, Y REPUEBLA LA FAZ DE LA TIERRA.

Bendice, alma mía, al Señor:
¡Dios mío, qué grande eres!
Cuántas son tus obras, Señor;
la tierra está llena de tus criaturas. R.-

Les retiras el aliento,
y expiran y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas, y
repueblas la faz de la tierra. R. -

Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor. R. -


 SEGUNDA LECTURA


LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 12, 3b-7. 12-13

Hermanos:
Nadie puede decir: “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.

Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
                                                                      Palabra de Dios.



SECUENCIA

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

 Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

ALELUYA

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor

 EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-- Paz a vosotros
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Palabra del Señor.



A guisa de introducción :

Feliz Pentecostés!

Estoy convencido que es el Espíritu quien me motiva y empuja para escribir estas líneas iluminadoras para ustedes.

Es el mismo Santo Espíritu que ha animado y continúa animando  la vida de la Iglesia (la asamblea de los seguidores de Cristo) durante estos más de 2000 años en toda época y lugar, en toda cultura, en todo ambiente.

Estamos acá y ahora, leyendo estas palabras, o nos preparamos para celebrarla en comunidad, o estamos celebrando ahora mismo la Eucaristía, porque buscamos comprender más a fondo la Palabra de Dios porque el Espíritu de Dios nos inspira, nos ilumina, nos empuja, nos mueve a actuar y a mostrar gestos de amor, acogida, de comprensión, de tolerancia, de perdón…

Cada uno de nosotros, como respuesta a los dones del Espíritu (sabiduría, temor de Dios, Paciencia, entendimiento… ) aporta su contribución a la vida de la parroquia y de la comunidad (familia, grupo, iglesia…) y esto merece ser celebrado y destacado.

En esta fiesta de PENTECOSTES (50 días después de la resurrección de Cristo, de la venida del Espíritu prometido por el Señor sobre los apóstoles y María (la Iglesia naciente)  podemos ver al Espíritu de aventura, de renacimiento, de solidaridad y de confianza presente a lo largo de esta historia particular (tantos años) de su Iglesia local (p.e : del Barrio Aurora, de nuestra Parroquia NSD, de Villaluz, de San Clemente…) 

Dentro de poco y a nivel de la Iglesia universal iniciaremos el año dedicado a la fe. Un año de gracia, especial además para recoger los frutos después de 50 años de la inauguración del Concilio vaticano II, tiempo además propicio para reflexionar sobre el catecismo y la vida de fe familiar.

Còmo destacar estos acontecimientos de suma importancia en nuestra comunidad local?

Solo si nos dejamos guiar e iluminar por el Espíritu Santo con seguridad que complaceremos a Dios:

Quizás por fin avancemos un poco más en la implementación de las lìneas pastorales ideales del Concilio:

Que aboga por una Iglesia participativa, horizontal y no vertical,
donde se manifiesta la unión de los pastores y el pueblo de Dios,
una iglesia dispuesta al dialogo, a la democracia participativa, a la apertura, a la tolerancia, a la vivencia alegre y dinámica de la fe,
poniendo mas énfasis en lo espiritual más que en lo religioso, destacando más la misericordia concreta que los ritos y ceremonias litúrgicas vacuos.

Es el momento de la familia, el momento ha llegado en que los padres de familia deben tomar en serio la comunicación de su fe, de los valores evangélicos, de la fe…Una buena y adecuada respuesta al Espíritu seria que los padres de familia y los adultos se propusieran a conocer y estudiar su fe y así poder comunicarla con mas credibilidad y más convicción a sus hijos y quienes les suceden.

Pentecostés, ha dicho alguien, es la fiesta de la segunda oportunidad. Dios nos da otro chance de salir de nuestra timidez, de nuestra mediocridad y abulia para lanzarnos abrasados por el fuego del Espíritu sobre caminos de arrojo, coraje, autenticidad, verdad y entusiasmo y sobre los cuales podamos contagiar a otros y por ende salvar el mundo (comunicarle la verdadera felicidad).

Pentecostés nos ha de donar el gusto por trabajar en comunidad, juntos como hermanos y miembros de una misma familia, para construir una comunidad estable en torno a los valores del evangelio.

Nuestro gran reto es continuar nuestra misión que se nos ha encomendado, la misión de evangelización (sea nueva, primera, renovada…), encontrando las palabras y las acciones que hablaran el lenguaje de hoy para que todos puedan conocer las maravillas que Dios hace en nuestras vidas. Es por el Espíritu y utilizando aquello que el Señor ha creído bueno, justo  y necesario poner en cada uno de nosotros (hablo de los dones,  cualidades, carismas o valores), que sabremos hacer los ajustes y encontrar las nuevas maneras que nos permitirán superar este desafío.

Por eso, en este día de efusión y gozo en el Espíritu, celebremos este Dios que nos habita y que nos ama!

Feliz Pentecostés!