martes, 25 de septiembre de 2012

30 de septiembre del 2012 : 26o Domingo del Tiempo Ordinario B




Hay palabras que son difíciles de escuchar porque son exigentes…incomodan, mueven el piso, cuestionan…
Uno entonces puede taparse las orejas, uno puede relativizarlas, uno puede decir: “Son palabras para los demás no para mi!”  Hoy el Señor nos dirige palabras muy duras y quizás hirientes: preparémonos a escucharlas.





L    E   C    T   U   R   A   S

Primera lectura
Lectura del libro de los Números (11,25-29):


El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento. 
Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»
Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»
Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»

Palabra de Dios





Salmo
Sal 18

R/.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta. R/.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.
R/.




Segunda lectura
Lectura de la carta de Santiago (5,1-6):

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia.


Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48):

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»
Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»


Palabra del Señor




A guisa de introducción:

El pecado es algo serio!

Es indudable que hoy casi no se habla de pecado…preferimos decir “falta”, “error”, “pecadillo” , “metida de pata”, “traspiés”, “debilidad”, “resbalada”, “caída”…Tratando siempre de minimizar su daño, de suavizar sus consecuencias en la vida propia, del mundo y de las demás personas.

Y después es evidente que los pastores, al menos nosotros los sacerdotes católicos, muchos (yo me apunto y digo “mea culpa”) preferimos no hablar mucho de él y no profundizarlo en nuestras homilías…Y junto a la palabra pecado, sus referentes los pecado original, venial y mortal, el infierno, el demonio (o diablo).

El mundo y nuestra sociedad actual ha perdido la conciencia de pecado…Es la mayor crisis de nuestro tiempo, ya lo decía en su tiempo el Papa Pio XII (años 50’s)…como dice el padre español José A. Sayés: “pobre Pio XII, que tal que lo hubiera tocado vivir nuestra época…” Donde hablar de pecado, diablo e infierno,  es una “ñoñería”, una prueba de conservadurismo trasnochado, de santurronería, de “rechupados” o asolapados como suelen llamar quienes se oponen a los que reconocen su influjo nocivo en el corazón humano.

Uno no entiende por qué esta reserva y laconismo frente  a estos temas del pecado y el infierno de la mayor parte de los predicadores católicos actuales, cuando la Biblia misma lo reconoce, Jesús  hace alusión en el evangelio de hoy y el catecismo de la Iglesia en varios de sus números orientan sobre ellos…

Una de las excusas es que nuestra religión tiene como centro a Jesucristo y la Gracia de su salvación y no el pecado…

O hay la falsa presunción o creencia que el pecado es un arma de la iglesia y sus jerarcas para infundir miedo en sus adeptos y así controlarlos como les conviene…

Pero qué es el pecado?  Del latin peccatum: es la transgresión voluntaria de un precepto tenido por bueno. O sea para que haya pecado siempre hay voluntad y libertad personal incluida, conciencia de saber que es malo lo que se está haciendo o se pretende hacer.

De acuerdo a lo señalado en el Catecismo católico, el pecado es "una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como ‘una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna’ (S. Agustín, Faust. 22, 27; S. Tomás de A., s. th., 1-2, 71, 6) ) .

Así pues, las lecturas de este 26o  domingo ordinario nos recuerdan una verdad simple de nuestra fe católica: EL PECADO ES COSA SERIA!

No es necesario poner excusar o buscar peras en el olmo: puede suceder, retomando las imágenes del evangelio, que nuestra mano, nuestro pie, nuestro ojo y también nuestra lengua se conviertan en objeto de escándalo: ESCÁNDALO! Si que raramente relacionamos con pecado (es su esencia) y creemos que solo son las salidas desafortunadas de los políticos, de las estrellas de Hollywood o los personajes del Jet-Set o la realeza…  (retomo y amplío más esta idea en la aproximación psicológica del evangelio más abajo…)