“El hombre es un animal
que practica el intercambio”
También es relevante
Hoy, para comprender qué políticas seguir en términos de pobreza y equidad,
entender qué plantea realmente Smith sobre el abatimiento de la pobreza.
Contrario a lo esgrimido por quienes dicen seguir el pensamiento Smithiano,
dejando el tema en manos del libre funcionamiento del Mercado, Smith “(…) fue
no sólo un defensor del papel del Estado en la prestación de servicios
públicos, tales como la educación, sino también de la reducción de la pobreza
(…) y de la desigualdad que pueden darse incluso en una economía de mercado
eficaz.” (“El Capitalismo detrás de la Crisis” –
Amartya Sen.)
“La naturaleza y el hombre, cada uno siguen
las reglas que les conviene; pero todas esas reglas diversas tienden al mismo
fin general, al orden del universo, a la perfección y a la felicidad de la
naturaleza humana”
(Adam Smith)
Un día como fue bautizado, nacía Adam Smith.
Sobre la Costa septentrional (al norte) del Golfo de El
Forth, en el condado de Fife (Escocia), se extiende sobre 5 kms de largo, la pequeña ciudad de
Kirkaldy. Y es aquí donde nace días antes al 5 de junio de 1723, hace 290
años. Su padre acababa de morir. Era se dice, un hombre de un valor real y muy
versado en los negocios: había sido primero secretario privado del guardián del
gran sello en el condado de Londown, después fue secretario de los cursos
marciales; finalmente, 9 años después, cumplía las funciones de controlador de
las aduanas en el puerto de Kirkaldy cuando la muerte le sorprende.
En estas tristes circunstancias, el nacimiento de un hijo
fue, para la joven viuda, como una consolación; ella da al recién nacido el
nombre de aquel que ella añoraba, y gracias, a su atención y cuidados, Adam
Smith, de quien la complexión física era muy delicada atraviesa sin mayores
dificultades las pruebas de la primera edad.
Sin embargo, el pequeño no tenía 3 años todavía, cuando fue
víctima de un accidente que pudo haber tenido las consecuencias más graves…Fue
en Strathenry, en casa del señor M.Douglas, su tio, a donde venía de vez en cuando
la madre con el niño. Un día que jugaba ante la puerta de la casa, donde por
azar lo habían dejado solo, fue percibido por una banda de vagabundos con
apariencia extraña, y que en Escocia son designados con el nombre de tinkers
(otros lo traducen como gitanos), estos errantes secuestraron al niño y huyeron
rápidamente internándose en la selva vecina para eludir la búsqueda.
Felizmente, su madre y su tía se dan cuenta rápidamente de la desaparición del
niño Adam, y el señor Douglas, acompañado de sus trabajadores y vecinos persiguen
los malhechores y él se mostró muy contento de arrancarles el cautivo que
devuelve sano y salvo en los brazos de su madre angustiada.
El resto de la infancia de Smith pasa sin incidentes mayores.
Recibe las primeras enseñanzas bajo los ojos de su madre, en la escuela de
Kirkaldy, que dirigida por un hombre concienzudo y activo, M. David Miller,
gozaba de una reputación bastante extensa. Desde esta época, Adam llamaba la atención
por su memoria prodigiosa, servida por una verdadera pasión por los libros, y
consagraba al estudio desde ya sus horas de recreación, sin nunca incluirse en
los juegos de sus condiscípulos; de otra parte, su condición frágil le prohibió
los ejercicios violentos y esto lo puso en condición de inferioridad continua
ante sus camaradas. El pasaba su tiempo leyendo, observando o reflexionando. Ya
había cogido la costumbre de hablar solo, de distraerse cuando estaba mismo
acompañado, y estas singularidades se agravan con la edad, dándole más tarde un
carácter a veces extraño a su fisonomía. Sin embargo sus camaradas lo ridiculizaban
poco; él era tan bueno, tan generoso, siempre presto a prestar un servicio o
favor, que todos le querían y se evitaba hacerle sufrir sarcasmos que entre
ellos mismos y sin piedad eran patentes entre ellos…
Adam Smith es considerado con frecuencia como el economista
más importante que el mundo haya conocido.
Los conceptos de intercambio y de interés personal que
explora, los diferentes tipos de acuerdo e interés-“el interés común”- entre
otros, que él discierne, permanecen como sujetos o temas apasionantes para los
filósofos.
Como su contemporáneo francés Jean-Jacques Rousseau, Adam Smith
postula que el ser humano es motivado en parte por la empatía- la compasión por
el otro- y en parte por el sentido de su interés personal; mas este sentido de interés
personal es el trato dominante , y él representa por consiguiente la mejor guía
para analizar el comportamiento humano.
Smith estima que la observación de la sociedad, lo
confirma-su aporte puede ser considerado como empirista (que tiene en cuenta la
experiencia, lo visible, lo práctico, en
contraposición a lo metafísico, o privado de experiencia).
En uno de sus más célebres pasajes, donde examina la psicología
del intercambio, explica que lo más corriente en el comienzo del intercambio, es
que una de las partes se esfuerza por hacer valorizar al otro lo siguiente:
“El mejor medio para
obtener lo que tú quieres, es darme aquello que yo quiero”. En otras
palabras “nosotros nos dirigimos no a la humanidad del otro) , mas a su amor
por sí mismo”.
Para Smith, el hecho de intercambiar objetos útiles es una característica
propia del hombre: “Nunca se ha visto-escribe- a perros intercambiar sus huesos, y cuando un
animal desea obtener cualquier cosa, su única manera de lograrlo es “ganándose los favores de aquellos a
quienes él demanda con humildad sus servicios ». Es cierto, los hombres
recurren a veces a la alabanza o loor más servil (diríamos en Colombia « lambonería”
o cepillada, echar flores) para obtener cualquier cosa, pero no se puede
emplear este medio (o método) para satisfacer cada una de nuestras necesidades
cotidianas, porque la vida “requiere la cooperación y el sostenimiento de una
multitud de gente”.
Ninguno de esos servicios no sabría depender de la sola buena
voluntad de cada quien. Es por eso que el hombre es un animal que practica el
intercambio (el comercio, trueque, el negocio, los affaires).
La división del trabajo
En su análisis de la aparición de las economías del mercado,
Smith avanza diciendo que es nuestra aptitud para practicar el intercambio que
ha puesto fin a la necesidad universal (de tiempos antiguos) de la
autosuficiencia económica : tiempos atrás, cada persona, o al menos cada
familia, debía ella misma producir todo
aquello que necesitaba. Pero gracias al intercambio, cada quien ha podido
limitarse a la producción de un número cada vez más reducido de productos
comestibles, hasta no producir más que uno solo,-o a proponer nada más que un
servicio-, que él puede intercambiar contra todo eso que él necesita.
La invención de la moneda, que ha hecho desaparecer la práctica
del trueque, ha revolucionado todavía más el proceso: desde entonces, estime
Smith, solo aquellos que son ineptos para el trabajo han dependido todavía de
la caridad. Todos los demás han podido acceder al mercado por el intercambio
del producto de su trabajo contra el producto del trabajo de los otros…
El legado de Adam
Smith:
Ciertos críticos consideran que Smith se equivoca cuando
afirma que “el interés general” y el “interés
del consumidor”, son la misma cosa, y que el libre intercambio es benéfico para
todos. Es cierto que, mismo si Smith sentía simpatía por las víctimas de la
pobreza, él nunca llegó a equilibrar en su sistema los intereses de los
productores y los de los consumidores, ni tampoco logró integrar el trabajo
domestico, asumido en gran parte por las mujeres, cuando también este trabajo
contribuye de manera importante al funcionamiento de la sociedad.
Por estas razones, pero también por el hecho del impulso o
florecimiento del socialismo en el siglo XIX, la influencia de Smith ha
terminado por declinar; sin embargo algunas de sus ideas han resurgido en los
debates del fin del siglo XX.
(Extrait de TOUS PHILOSOPHES, les grandes idées
tout simplement, pages 160-163)
Qué ha motivado Adam Smith a escribir “la riqueza de las
naciones?”
Según el profesor James Otteson:
“Adam Smith es
considerado el padre de la economía. Pero si leemos su obra más conocida “La
riqueza de las naciones”, una cosa que concluimos de manera clara es que una de
sus principales preocupaciones no es solamente explicar de dónde proviene la
pobreza, sino en particular cómo podemos aumentar la riqueza material de los
más pobres y o desfavorecidos. Él se muestra profundamente preocupado por los
pobres en la sociedad…Y tengamos en cuenta, recordemos los pobres del siglo
XVIII, eran mucho menos afortunados de lo que podemos creer hoy. Ellos estaban
en una situación desesperada. Adam Smith estaba muy preocupado por la manera de
hacer aumentar sus riquezas materiales, como alivianar sus sufrimientos.
En este libro, no hace
preguntas sobre cómo saber los derechos naturales que tenemos; él no es como
John Locke que dice que nosotros tenemos un derecho de propiedad, esa no es su preocupación o manera de abordar las
cosas. El quiere saber justamente qué puede funcionar para ayudar a estas
personas, y su investigación y búsqueda a través de muchos datos en siglos de información
recogidos en este libro, muestra que empíricamente , la manera de ayudar las
personas más pobres de entre nosotros, ubicadas en los niveles o estratos más
bajos de la sociedad, es permitir el comercio, el libre intercambio, la libre migración,
un gobierno limitado. En la medida que usted pueda reforzar, o promover esas políticas,
sus riquezas materiales aumentaran considerablemente.
Adam Smith no se
inquieta con respecto a los reyes, los reyes pueden valerse por sí mismos. Lo
que interesa a Smith son las personas ubicadas en la baja escala social. Y si
él aprueba el mercado y el comercio, es porque piensa que ellos van ayudar a
los más necesitados, y no porque va ayudar a los más prósperos…”
Irónico: al postulador de la teoría del intercambio comercial Adam Smith, cuando era apenas un bebe, unos vagabundos lo secuestraron seguramente queriendo intercambiarlo…pero no lo lograron. Este fracaso comercial con su misma persona, sin duda influiría en sus ideas respecto a la economía?”
Lecturas complementarias :
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Gustavo Quiceno