sábado, 11 de enero de 2020

Enero 9 del 2011: Fiesta del Bautismo de Jesus


MONICIÓN DE ENTRADA.

La liturgia de hoy nos va a poner ante la presentación "oficial" de Jesús en público. Su aparición ante los hombres y mujeres de su época para dar comienzo a lo que tradicionalmente se ha llamado su "ministerio público".

Pero, como punto de partida en esta cuestión, como es lógico y normal, lo primero será presentar al "protagonista": ¿quién es Jesús? El evangelio de hoy nos dará una respuesta clara, una respuesta de fe, a esta pregunta: es el Hijo predilecto de Dios.


¿Damos también nosotros a Jesús en nuestra vida esa predilección?; quizá en nuestras teorías y en nuestros esquemas mentales Jesús sea preferente. Pero ¿también en las obras? Ahí está la cuestión.


Comencemos nuestra celebración dispuestos a revisar nuestra postura vital práctica ante la figura de Jesús.



A GUISA DE INTRODUCCION:

La belleza del bautismo

Si, aquello debió haber sido un bello bautismo…Yo imagino Jesús entre los penitentes que se presentan ante Juan. El baja al Jordán como lo hacen los demás, se sumerge en sus aguas. Cuando sale del agua, he aquí que el cielo se abre! Dios entonces se hace oír con toda la fuerza de su voz y su ternura . Dios Padre identifica el Hijo del carpintero de Nazaret como su Hijo Bien Amado.  Y es cierto, seguramente que Jesús no tenía necesidad de cumplir con este rito de conversión, El , el santo.  Pero Dios tenia la ocasión ideal de manifestar su deseo  de hacerse cercano a nosotros y a nuestra humanidad que tiene tanta necesidad de esperanza y de renovación. El presenta su Jesús, que viene a levantarnos y a sanarnos. Que gracia!


Nuestro bautismo también fue de una admirable belleza. Es seguro  que la mayoría de nosotros no se acuerda de haber sido bautizado, a menos que haya sido bautizado en su adolescencia o en la edad adulta. Aquel día por tanto, el cielo se abrió en nuestro corazón. Dios ha puesto en nosotros todo su amor, dejándonos tomar parte en su divinidad. No es poco decir!


Avanzando en el camino del tiempo, yo me pregunto…Que he hecho yo del don maravilloso que he recibido! Tengo conciencia de mi responsabilidad, de ser testigo de la misericordia, de la paz y de la alegría de Dios? Es que yo me paso haciendo el bien como Jesús? Que el Espíritu Santo me inspire a vivir como un hijo bien amado del Dios vivo…


 LECTURAS

 PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7


Así dice el Señor:

--Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.



Palabra de Dios




SALMO RESPONSORIAL

SALMO 28

R.- EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.-

La voz del Señor sobre las aguas,
el señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del señor es magnifica. R.-

El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se siente por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R.-



 SEGUNDA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10, 34-38


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

-- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.


Palabra de Dios




ALELUYA Mc 1, 11

Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo, el amado; escuchadle


EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 3, 13- 17

En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirle diciéndole:

-- Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y acudes a mi?

Jesús le contestó:

-- Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Entonces Juan se lo permitió.

Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:

-- Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.



Palabra del Señor.
 




REFLEXIÓN 1

LA DECISIÓN DE COMPROMETERSE


Aquellos que no esperaban nada más de la vida, aparte de lo que ya poseían, no iban a recibir el bautismo de Juan.

Aquellos que tenían una buena conciencia absoluta y que no se cuestionaban por nada de lo que ellos hacían, pensaban  o hablaban, estos tampoco iban para recibir el bautismo de Juan.

Aquellos que no se preocupaban por encontrarle sentido a la vida y  por vivir una vida plena de sentido y que fuera animada por la fe y que por ello la existencia fuera  fecunda, ellos tampoco iban para recibir el bautismo de Juan.

Ya que Juan anunciaba un evento que sucedería y que  implicaba cuestionarse personalmente y  adoptar   una disponibilidad interior. Para abrirse a este evento, hacía falta ser consciente de que se puede ser y hacer  más  y estar preparado a comprometerse para esa marcha (o empresa o tarea, o misión).

Y por razones que responden  a la inercia humana, a la resistencia al cambio, uno se abstiene voluntariamente  y no se compromete.

Cierto, no  todo el mundo  iba a recibir el bautismo de Juan, pero había al menos muchos, parece. Y entre ellos estaba Jesús. Nada autoriza a pensar que Jesús viene al bautismo de Juan  por razones que serían completamente diferentes a las de los otros.

Jesús va al bautismo porque Él también quiere ir al encuentro de ese Reino que llegaba. El también desea cuestionarse en su vida como carpintero, y preguntarse si su fidelidad está presente todavía en su vivir (en lo que hace). El también, anhela una práctica que dé frutos,  y vivir una vida que tenga sentido.

Esto hacia ver suficientes buenas razones para emprender esta ruta de fe. Sin embargo los versículos 13 al 17  no se centran sobre las motivaciones de la acción  de Jesús (su bautismo) , mas sobre lo que pasó en aquel momento.  A menudo, cuando uno se compromete en una empresa (misión, camino, tarea) que en apariencia nos llevará lejos, uno se descubre con una nueva mirada, uno aprende muchas cosas sobre sí mismo que no sabía, o  no percibía al menos de manera clara.

Mateo nos habla quizás de una revelación parecida acá. Es seguro que el evangelista no se ha preocupado por aquello que Jesús ha vivido interiormente en el momento de este episodio, y a él  no le interesa sino ver y expresar de manera clara que Jesús era el Hijo Bien Amado del Padre. Pero se puede pensar por lo mismo que Jesús vivió una experiencia espiritual- cualquiera  que sea- como una confirmación  de aquello a lo cual Él se sentía llamado a vivir.


Igual si las preocupaciones teológicas marcan fuertemente el relato en su forma actual, el bautismo de Jesús pervive como una experiencia humana y espiritual que no está lejana (ni es diferente)   de aquellas  que nosotros mismos podemos  vivir en ciertos momentos de nuestra vida.



REFLEXIÓN 2

DEL PADRE GUSTAVO VELEZ  “CALIXTO”


Las angustias del Padre Tobías


“Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Entonces se abrió el cielo y una voz se escuchó: Este es mi Hijo amado”. San Mateo, cap. 3.


El Padre Tobías está de muerte. Los años, los achaques y sus muchos pesares lo mantienen sumido en un sopor que ya no es vida. Pero tampoco es muerte todavía.


El sacerdote que le acompaña se ha ausentado, dejando junto al lecho a un pariente que estudia medicina.


De pronto, el moribundo se incorpora sobre las almohadas y le dice al muchacho: - Oiga, hijo, ¿usted cree en Dios? - Claro que sí, padre. Yo creo.

- ¿Y Dios es muy bueno, verdad? ¿Y nos perdona?

- Claro, Padre Tobías, nos perdona.

- ¿Y después de todo esto tan amargo, dizque hay una vida feliz?

- Yo sí creo, Padre. Así me ha enseñado siempre usted.

- Mire, hijo, prosiguió el anciano, ese vaso de agua. ¿Usted por qué no me bautiza?

El muchacho, intuyendo la angustia del moribundo, levantó el vaso y mojó lentamente la frente sudorosa del sacerdote: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo”...

El anciano se desmadejó sobre el lecho, para expirar enseguida.


Uno piensa que este sacerdote habría luchado toda su vida contra el mal. Se habría gastado en la era del Señor, enseñando podando la viña y abonando el trigo. Pero tal vez nunca gozó de ser hijo de Dios.


Al comienzo de su vida pública, Jesús se acerca al precursor para pedirle el bautismo. El rito con el cual los discípulos de Juan iniciaban un cambio de vida. Entonces se escuchó una voz del cielos: “Este es mi Hijo amado”.


Es cierto que el Señor no necesitaba convertirse, pero empezaba entonces una vida distinta. Dejaba en Nazaret a su madre María, el taller de artesano y los parientes, para ser un profeta andariego.


Los biblistas señalan también que, con aquel gesto, Jesús le daba al futuro bautismo de los cristianos un poder especial.


Pero conviene distinguir entre el rito durante el cual el sacerdote nos baña, declarando que pertenecemos a la Iglesia, y la experiencia interior. Hijos de Dios por creación, somos entonces reconocidos por el Padre del Cielo.


Si nos quedamos únicamente con el rito y un documento, sólo con el rito y un documento de poco nos servirá el bautismo. Pero un cristiano de verdad llena el corazón de alegría y la mente de confianza. Para él la vida y la muerte, el dolor y el pecado, el presente y el futuro se tasan con medida muy distintas.


De otro lado, los sacramentos son como miniaturas de la paternidad de Dios. Aquello tan extraordinario, tan excelente, que no puede explicarse con palabras, se hace gesto, plegaria, signo en nuestros ritos.


Pero alguien pudiera sospechar que una fe así, de hijos muy amados por el Señor, nos llevaría a vivir descuidados, ante un Dios alcahuete. Todo lo contrario: El amor verdadero es más exigente que todos los códigos y leyes. Y según los sicólogos y los ascetas, el sentirnos amados alcanza cambios insospechables en cualquiera de nosotros.


Tal vez el Padre Tobías se esforzó con angustia por no pecar. Tal vez a ratos amó al Señor. Pero no imaginó que ser cristiano es sentirse infinitamente amado por el Padre de los cielos. Y en su delirio final, querría empezar nuevamente el camino de Cristo.


Para la oración de los fieles


- Para que todos los hombres y mujeres, sean de la religión que sean, acepten y fomenten el Amor, la Justicia y el Derecho, roguemos al Señor…

- Por todos los seguidores de Jesús, para que se distingan siempre –como el Mesías en el que creen- por su amor a la paz, a la concordia, a la justicia y al derecho…

- Para que aprendamos de todos los hombres y mujeres, de cualquier religión, que han descubierto el imperativo absoluto de los derechos humanos, que vienen a ser “derechos divinos”…

- Para que todos renovemos nuestro bautismo: nuestra decisión de seguir a Jesús y comprometernos con su proyecto mesiánico de “implantar el Derecho en el mundo”…

- Para que la Iglesia resuelva de la mejor manera posible la problemática inherente a la pastoral del bautismo de niños…


Oración comunitaria

* Dios Padre nuestro, que en el bautismo de Jesús lo has proclamado como tu “Hijo muy amado, el predilecto”; te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día más cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misión de ser “luz de las naciones” y de “implantar el Derecho en la tierra”. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor…

* Misterio Infinito, inexpresable, que queremos adorar en silencio, sin palabras... Reconocemos tu Presencia ubicuamente, en el corazón de la Materia y en las raíces de la Realidad, en lo mejor del ser humano, que nos conduce por eso a una convergencia incontenible con el Amor, con la Justicia y la Fraternidad. Ayúdanos a adorarte con el Corazón profundo de nuestro ser, y con la práctica de la justicia, «pasando por la vida haciendo el bien, y curando a nuestros hermanos y hermanas de toda opresión».


Objetivos de la semana:

-         1, Tomo conciencia de que Dios no se esconde entre las nubes. Él ha abierto su cielo, Él se ha mostrado en Jesús y Él se hace  siempre cercano  y disponible.

-         2, Identifico personas, momentos, sucesos , por los cuales , Dios viene a mi encuentro y le doy gracias.

-         3, Tengo en cuenta en mis oraciones a los niños, los jóvenes y los adultos que serán bautizados en el transcurso de este año.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


Betania.es

Prionseneglise.ca

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus. Traducción del francés.

Tejasarriba.org (del Padre Gustavo Velez « Calixto »)

Servicioskoinonia.org