jueves, 29 de julio de 2010

Domingo 1o de Agosto del 2010: 18avo domingo del tiempo ordinario


El rico hacendado de la parábola de este domingo estaba tan ocupado y empeñado en ganar dinero y multiplicar su cosecha que jamás ha tenido tiempo de “enriquecerse a los ojos de Dios”.

Jesús no acusa ni juzga a este hombre por triunfar, o por destacarse en lo económico  ni por trabajar fuertemente para mejorar su condición de vida. Jesús le critica mas bien  su egoísmo (avaricia): yo,yo,yo…Yo voy hacer esto, yo hare aquello, yo voy a demoler mis graneros, yo voy a reconstruir…mi cosecha, mis     , mi trigo, mi persona!

Este hombre que cree tenerlo todo, se dice a sí mismo: "Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida”...Pero Dios le dice:   "Necio (IMBÉCIL) esta noche te van a exigir la vida. Lo que has  acumulado, ¿de quién será?”

En la vida no todo se puede tener. Hay que hacer opciones, se debe elegir…Y si no hay más que el dinero que nos interese, muchas otras cosas importantes arriesgan de perderse o hacer que nos mostremos negligentes ante ellas. No es una cuestión de bien o de mal, más una cuestión de prioridades.

No hay nada de malo en trabajar sin respiro (sin parar) pero yo no tendré más tiempo probablemente para consagrarme a la familia y a los amigos.

No hay nada de malo en mirar la televisión cinco o seis horas por día, pero habrá menos tiempo para leer, para hablar con los hijos y los amigos, para darle una pequeña mano de ayuda a la parroquia.

No hay nada de malo en jugar futbol (baloncesto, o golf) todos los días, pero probablemente no  habrá   tiempo para  venir en ayuda de mis vecinos enfermos.

No hay nada de malo en gastar miles de dólares en viajes cada ano, pero probablemente no tendré más dinero para compartir con aquellos que están necesitados.

No hay nada  de malo en reservar los fines de semana para el entretenimiento y el deporte, pero “el día del Señor” no tendrá quizás más  un lugar en mi vida.

Todos tenemos nuestra escala de valores en la vida, hay que saber elegir. Es sin duda la gran lección de la parábola de este día: en nuestro mundo donde tenemos tantas posibilidades y donde la publicidad nos ofrece todo tipo de experiencias, donde podemos encontrar una  gran cantidad de satisfacciones y placer y puntos de interés, donde se nos invita a no privarnos de nada, puede fácilmente decirse: “no hay nada de malo en gozar de la vida, en comprar con extravagancia, a viajar frecuentemente. 

No hay nado de malo…solo que también hemos de hacernos la pregunta: que otra cosa podría yo hacer!

En la oración del yo pecador on admite “haber pecado en palabra, en acción y en omisión!” Hay en nuestra vida omisiones irresponsables , omisiones peligrosas: Olvidarse de Dios, omitir de ver la necesidad de los otros, vivir en una mediocridad de consumación.

EL Señor podrá entonces reprocharnos por ser negligentes ante nuestras responsabilidades como cristianos: “yo tenía hambre y ustedes no me dieron de comer, yo tenía sed, yo estaba desnudo, yo estaba enfermo y en prisión y ustedes no vinieron a visitarme”.

Es la historia del propietario rico y del pobre Lázaro. EL rico no ha hecho nada malo pero el jamás vio al pobre Lázaro que moría de hambre delante de su puerta mientras que el festejaba todos los días.

Jesús nos ofrece una manera segura de no malgastar nuestra vida en vano: “llegar a ser rico a los ojos de Dios”. Abrir una cuenta en el banco de Dios, allí, donde los ladrones no pueden entrar, allí donde las cotizaciones de la bolsa son siempre estables! En este banco, uno no tiene necesidad de temer un crash económico.

Cristo nos invita a no actuar insensatamente como este hacendado imprudente que se identifica con su oro y su plata antes que llegar a ser un instrumento de comunión, de compartir y de ayuda solidaria.

“Imbécil, esta misma noche se te exigirá (pedirá) la vida. Es interesante ver como en griego la palabra “idiota” (necio, loco, imbécil) quiere decir “aquel que esta solo”.

Este texto de hoy puede posibilitar la ocasión para nosotros de reflexionar sobre nuestras prioridades que animan nuestra vida  de todos los días, una oportunidad de preguntarnos cuál es el uso que le damos a nuestro dinero, a nuestros talentos, a nuestro tiempo libre…

Cristo nos recuerda que en la vida, hay una escala de valores…todo no está sobre el mismo plan. Jesús no dice que el dinero sea malo, pero si nos recuerda que el dinero así como los talentos existen para ser compartidos. Abriendo nuestro corazón a las necesidades de los demás, es así como nosotros llegamos a ser ricos a los ojos de Dios”.

Nuestra sociedad occidental con su publicidad de 24 horas sobre 24, puede fácilmente llegar a ser una industria de sueños para « ricos insensatos ».

Cristo nos recuerda hoy que el futuro comporta al menos un elemento cierto: nuestra muerte . tarde o temprano se nos dirá también a nosotros: “Esta misma noche, se te pedirá la vida”.


 (Basada en la reflexion dominical de cursillos.ca, P. Michel-Yvon Allard)