miércoles, 10 de mayo de 2006

La luz de San Francisco Javier

LA LUZ DE SAN FRANCISCO JAVIER


Como lo había prometido , esbozaré unas líneas acerca de la experiencia personal que he tenido del santo navarro en mi vida vocacional como Sacerdote Misionero Javeriano de Yarumal.

Conocí esta Sociedad de Vida Apostólica en abril de 1987. Yo era un joven de 18 años , voluble , con altibajos emocionales y un poco confuso, imbuido de una gran cantidad de cuestionamientos, como cualquier chico que recién salía de la adolescencia.
En una primera convivencia o encuentro de jóvenes candidatos a ingresar a la congregación javeriana, y que tuvo lugar en julio de ese mismo año, el Padre Damián Chavarria, promotor vocacional , nos habló someramente del Patrón de las Misiones y casi nada nos dijo del fundador de la comunidad que se nos ofrecía (Monsenor Miguel Angel Builes Gómez) para ayudarnos realizar nuestro proyecto vital. De quien más nos hablaba era de Jésus, y de los hombres y mujeres pobres que esperaban una respuesta generosa de nosotros en varios lugares del planeta, especialmente en Africa.
Fue en el seminario cuando escuché hablar por la primera vez de Francisco Javier. Primero supe que Francisco era un muchacho de familia noble, muy rico por demás y con ambiciones militares y sobretodo intelectuales y que estando en la universidad de París, y como el mostraba cierta soberbia y jactancia y no disimulando sus ambiciones personales, fue increpado por un camarada más viejo que él llamado Ignacio (Iñigo López de Recalde, y que sería conocido más tarde como San Ignacio de Loyola) con esta frase del evangelio: “De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si al final pierde su alma?”
A raiz de esta frase que empezo a martillear en su alma y cerebro, con el pasar de los días , un cambio se fue dando en su interior y relativiza todo aquello que ambicionaba y buscaba y se enfila poco después junto con otros 6 muchachos al lado de Ignacio y fundan la comunidad de la “Compañía de Jésus” , y que será más conocida posteriormente en el mundo como “Los Jesuitas”.
Sería en el Año de Espiritualidad o noviciado en 1991, en Yarumal, que junto con mis 15 compañeros profundizaría en la vida y obra del santo español. Junto a su vida , aprenderemos también la vida de Teresita del Niño Jésus , modelo femenino y masculino del trabajo misionero, con igual talante que Francisco Javier, ya que cada uno desde su época, sus circunstancias y su personalidad , aportaron inmensamente a la obra misionera. La historia lo revela, la historia los justifica a los dos como grandes apóstoles de la misión y por ello son los Patrones universales de las misiones católicas.

Pero , a decir verdad, personalmente yo me identifiqué más con Francisco Javier, y su vida la encontré, en verdad, apasionante:

Un hombre admirable, arriesgado, creativo, lleno de fe en Dios, obediente a su comunidad, a la Iglesia y a Jesús.
Un apóstol incansable , que predica , confiesa y bautiza con mística, pasión y amor.
Un sacerdote virtuoso que vive la pobreza y los otros dos votos de consagrado, de manera auténtica y con convicción profunda.
Un pastor consecuente, quien demuestra que “sólo se ama con las manos , pues el resto es literatura”...enfermero, pronto a curar, a consolar, a dar de comer, luego impartía la predicación, el catecismo...

Por otra parte, hoy seríamos muy cortos de pensamiento si juzgáramos como retrógrados o inapropiados sus primeros métodos de catequesis empleados, pues no hay que olvidar que Francisco respondía a su época. Con todo, con el paso del tiempo, Francisco ve más claro y va renovando sus métodos, su estrategia evangélica con creatividad...pero no podemos dejar de admirar y reconocer en él su interés por las lenguas, aprenderlas y ensenar la Buena Nueva a las gentes en su propio idioma.
He aqui uno de los grandes testimonios que nos lega Francisco y que hemos de “ponerle bolas” hoy nosotros los misioneros , sobretodo los que tenemos como carisma el primer anuncio entre quienes no conocen a Jesucristo y entre ellos los más pobres de la tierra: La inculturación y el estudio o investigación de las culturas de los pueblos con los cuales compartimos la fe.

Tambien de Francisco me ha tocado:
· su modestia y mesura ante el saber. El busca la sabiduría sencilla , aquella que tanto alababa Jesús en los pobres y los niños.
· Francisco nos enseña el coraje, la perseverancia y el tesón ante la adversidad; fueron bastantes los obstáculos que se interponían a menudo en su deseo de anunciar el evangelio, como los intereses políticos y déspotas de algunos gobernantes, la indiferencia y la burla de quienes no aceptaban su mensaje o no valoraban su ministerio. Las mas ínfimas cosas como el ruido o el desorden causados a borde de un barco no le impidieron demostrar su celo apostólico para pregonar el amor de Dios y de Jesús por la humanidad...”Predica a tiempo y a destiempo “ , decía Pablo a Timoteo, y esto lo tomó en serio, fue a la vez su consigna de vida.
· La diplomacia y la capacidad de relaciones en los momentos más algidos, fue tambien una virtud del santo. Tenía tacto e inteligencia para acercarse a quienes se mostraban en un primer momento reacios a la predicación del evangelio y a la incursión de la Iglesia en ciertos medios.
· Francisco, también nos ha ensenado a delegar, a confiar tachas u obligaciones, sabiendo que no se puede hacer todo. Es admirable ver como en muchas ocasiones una vez creadas y consolidadas las comunidades cristianas, sean estas grandes o pequeñas, Francisco dejaba a alguien encargado de seguir acompañando y promoviendo la fe de sus miembros, para ir a otros lugares donde intuía que era necesario ir. Francisco Javier, muestra así el desapego, la independencia y el convencimiento profundo de que el misionero no es imprescindible , que hace falta delegar y que uno no lo puede hacer todo. Gran lección para nosotros los misioneros que a veces queremos aferrarnos a un lugar de misión, a una parroquia, creyendo que “si yo me voy todo va a caer por tierra”, mostrando con ello falta de confianza en la capacidad de los otros hermanos que vendran a relevarnos, mas no a reemplazarnos, (porque nadie reemplaza a nadie, sólo se releva o se sucede) y por consecuencia dando muestras de poca de fe en la acción del Espíritu de Dios , que es al final quien construye y dirige la empresa.

Que San Francisco Javier , en este año de su quinto centenario siga intercediendo por nosotros ante Jesús Resucitado, el Misionero del Padre y que sus virtudes y dones del Espíritu sean los nuestros: Fe, amor, sencillez, perseverancia, capacidad de inculturacion, creatividad en el trabajo, teson y perseverancia ante las dificultades , celo apostólico y confianza en las dificultades,

San Francisco Javier, ruega por nosotros!
amen.

Yaounde, Camerun
Mayo 8 de 2006, en los 500 años, un mes y un día del nacimiento del Santo Patrón de las Misiones.