martes, 18 de diciembre de 2012

23 diciembre 2012 : 4o Domingo de Adviento (C)

Una BUENA NOTICIA está hecha para ser anunciada y compartida lo más rápido posible. Tras los pasos de María, pongámonos en camino rápidamente para visitar nuestros hermanos, anunciarles la BUENA NOTICIA DEL REINO, regocijarnos con ellos, y dar gracias.



L   E   C   T   U   R   A  S


PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE MIQUEAS 5,1-4a

Así dice el Señor:
--Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo inmemorial. Los entrega hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornarán a los hijos de Israel. En pie pastoreará con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor su Dios. Habitarán tranquilos porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y ésta será nuestra paz.

Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL

SALMO 79
R.- OH DIOS, RESTÁURANOS, QUE BRILLE TU ROSTRO Y NOS SALVE.

Pastor de Israel, escucha,
tú que te sientas entre querubines, resplandece.
Despierta tu poder y ven a salvarnos. R.-

Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó
y que tú hiciste vigorosa. R.-

Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste,
no nos alejaremos de ti;
danos vida, para que invoquemos tu nombre. R.-


SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 10, 5-10

Hermanos:
Cuando Cristo entró en el mundo, dijo:
--Tú no quieres sacrificios ni ofrendas; pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocausto ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro:
--Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.
Primero dice:
-- No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias —que se ofrecen según la ley—.
Después añade: Aquí estoy yo para hacer tu voluntad. Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

ALELUYA Lc 1,38

Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.



EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1, 39- 45

En aquellos días, María se puso de camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel escuchó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo, y dijo voz en grito:
--¡Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Palabra del Señor





 A guisa de introducción:


La alegría del encuentro y de las Buenas Noticias



En un mundo que nos abruma con sus malas noticias y nos hace mal ambiente;

En nuestras familias y comunidades cuántas dificultades económicas, problemas de salud, crisis psicológicas y espirituales…cuanta soledad e incomprensión…Ante este panorama cómo ser verdaderamente felices?

Y sin embargo esa es la invitación permanente del evangelio a ESTAR ALEGRES, A REGOCIJARNOS, como la Virgen María y su prima Santa Isabel en el evangelio de este domingo.

Cómo pasar de ser divertidos, “recocheros” , “de superficial buen humor”, a ser hombres y mujeres que viven en la verdadera ALEGRÍA? Ya habíamos dado las pistas la semana pasada:  reconocimiento de ser criaturas-hijos de Dios,  reconocer nuestros pecados y convertirnos,  para finalmente adorar a Dios  en la oración  y ayudar con nuestros gestos de amor y servicio a los hermanos sobre todo los más necesitados…

En el relato de la VISITACIÓN de María a Isabel, que es el segundo misterio Gozoso del Rosario, siempre me ha admirado esta diligencia de la madre del Salvador, su gesto apurado y o afanado de ir a compartir LA BUENA NOTICIA recibida de la parte de Dios por el Arcángel Gabriel con su prima (la madre del Bautista) Santa  Isabel.
                                                 
Cómo estaba de feliz ella!  El día en que va visitar a Isabel! Ella caminaba rápidamente …estaba afanada por constatar que también su prima estaba embarazada- este hijo que ella espera, lo sabrá más tarde- será el precursor de Jesús, el Mesías.

Como estaba de feliz Isabel!, cuando ella ve entrar a su casa a María, su prima y cómo ha sido de grande su felicidad cuando sintió su hijo saltar en su vientre. Es cuando ella proclama con voz fuerte y clara:  “ Bendita Tu eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre!”

Maravilloso encuentro, alegre visitación esta! Y que permite a estas dos mujeres descubrir y celebrar la presencia y la acción de Dios en ellas. Algo nuevo se está construyendo, un milagro está próximo a realizarse. Dios se acerca a los “hombres que ama”, como nunca lo había hecho antes. Cuando ella toma plena conciencia, María deja explotar su alegría y entona el MAGNIFICAT: “Mi alma exalta al Señor” …”Él se ha fijado en su humilde sierva” (…) “maravillas ha hecho en mi el Poderoso…”

Una cuestión me viene a la mente:  acaso Dios no se hace presente y se manifiesta en  nuestros propios encuentros? Encuentros en familia, con los amigos, los compañeros de trabajo, de estudio…encuentros con los enfermos, los pobres, los desanimados (o tristes y o deprimidos).

El Espíritu Santo continúa su obra (o trabajo). Hoy,  es a cada uno de nosotros que Él nos pide acoger Jesús en nuestras vidas para que ellas sean fecundas de su alegría. Una alegría que nos convertirá en discípulos, enviados al mundo para hacer de nuestras visitas nuevas VISITACIONES.



Una aproximación psicológica del evangelio:

Para dar a luz y para morir

Al episodio del encuentro entre María e Isabel, la liturgia de este domingo asocia un pasaje de la tradicionalmente llamada “Carta de San Pablo a los Hebreos”  (que no es carta, y que parece mismo no ser escrita por Pablo ni ser dirigida exclusivamente a los Hebreos). Este pasaje reporta la caminada (o itinerario de Jesús). Este texto podría llevarnos a distinguir dos periodos en la vida de Jesús, a saber: un primer periodo activo y un segundo periodo pasivo”.

El primer periodo es el de la búsqueda y la elección (opción) por Jesús, de su vocación. Para describir este periodo de opciones, el texto a los hebreos utiliza un verso del salmo 40: “heme aquí, yo he venido, Oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10,7). Y de hecho, durante este primer periodo, Jesús está activo, Él se compromete, Él hace cosas , Él deja Nazaret para instalarse en Cafarnaúm, Él escoge sus discípulos, Él reúne multitudes, Él predica en las sinagogas…

El segundo periodo deja de ser el tiempo de opciones para convertirse en el tiempo de los consentimientos. Este podría resumirse enteramente con la Palabra de Jesús a Dios en el Monte de los Olivos: “Que no se haga mi voluntad sino la tuya!”  (Mateo 26,39). Después del periodo de opciones, viene el de las profundizaciones, después del tiempo de las decisiones, viene el tiempo donde se aprende la docilidad, la duración o perseverancia, donde se conoce también el sufrimiento. Periodo de la vida donde se es enviado a la fe y a la esperanza que uno lleva en el fondo de sí mismo.

Podríamos situar quizás el giro entre estos dos periodos de la vida de Jesús, alrededor de la profesión de la fe de Pedro. En efecto, los evangelios nos dicen que “a partir de este momento, Jesús comienza a mostrar a sus discípulos que era necesario para Él irse a Jerusalén, sufrir mucho(…) morir…”   (Mateo 16,21).

Esta reflexión sobre el destino de Jesús puede iluminar la vida de las dos mujeres que están en el centro del evangelio de este domingo y que nos ocupan. Para ellas también, “hay un tiempo para dar a luz y un tiempo para morir” (Eclesiastés 3,2), un tiempo para disfrutar la alegría de hacer y de vivir, y un tiempo para ir más lejos consintiendo que la vida nos quite lo que ella nos había dado (ya que los hijos dejan de pensar como nosotros, que ellos abandonan el hogar, o que ellos se encuentran en prisión o ante los tribunales como Juan Bautista…)

Pensándolo aún mucho mejor, esta experiencia no es propia y exclusiva de Jesús, de María e Isabel. Ella es la parte  de todo hombre y de toda mujer quienes tomando o asumiendo su vida con fervor, descubren que éste fervor, todo a la vez, está hecho de determinación y de docilidad.

He aquí quizás lo esencial de la experiencia espiritual: descubrir que uno recibía de OTRO, LO QUE uno creía descubrir o darse por sí mismo, y abrirse a ese OTRO dejando irse  lo que se había recibido.


REFLEXIÓN CENTRAL:

Créer, es ver al hijo (o al niño) que llevamos en (con) nosotros

Vivimos una época difícil. Me parece que estamos muy lejos de aquel tiempo cuando todo parecía posible, cuando uno cantaba: “es el comienzo de un tiempo nuevo!” ; o “siempre vendrán tiempos mejores”…Parece que ha terminado el tiempo cuando uno creía poder cambiar el mundo. Estamos, parece, más bien constatando nuestro fracaso…