Responder confesando el pecado:
La primera lectura de la liturgia de hoy propone 7 versículos de una oración mucho más larga (15 versículos) que ustedes podrían leer de manera completa.
Su autor ha reflexionado extensamente sobre la historia de su pueblo y se ha dado cuenta que las desgracias de Israel no tienen más que un origen: su infidelidad a la llamada de Dios.
Dios había suscitado su pueblo para que este sea entre todas las naciones un testigo y adorador del Dios único. Entonces él prefirió jugar “el juego del mundo”, comprometiéndose política y militarmente contra potencias más grandes que él. El pueblo de Israel ha pagado caro las consecuencias.
El retorno a la felicidad (o la alegría) comienza entonces por una admisión de sus pecados y de sus faltas. Y esto es verdad para todo el mundo. Sabemos muy bien por ejemplo, que si alguien r tiene (sufre) un grave problema de alcoholismo, el primer paso y esencial que debe hacer para su curación es admitir, ser consciente que tiene un problema de alcohol!
Ante el señor, no temamos reconocer nuestras faltas y nuestras metidas de pata. Él no está para "apachurrarnos" o abatirnos, sino para ayudarnos a volvernos a levantar y para sanarnos.