sábado, 26 de marzo de 2011

Para vivir la cuaresma día a día: sábado 26 de marzo del 2011 Tercer sábado de cuaresma


Responder a Dios asemejándonos (o pareciéndonos) a Él

Lucas nos presenta hoy otra parábola en dos tiempos, la muy celebre parábola llamada “Del hijo prodigo”. Primer final, un desenlace feliz, como decimos: el padre está contento de rencontrar su hijo; el hijo ha reconocido sus errores, se ha reconciliado con su padre y hace la fiesta con todo el mundo.

Después llega la continuación (segundo final): el hijo mayor viene para ser de “aguafiestas” . Él no puede entrar porque no puede entrar en el corazón de su padre. Incapaz de comulgar con él en la misericordia, él es incapaz también comulgar (adherirse, participar de)  en (a) su alegría.

Lucas introduce esta parábola diciendo: “Los fariseos y los escribas murmuraban  diciendo ‘este hombre acoge a los pecadores y come con ellos`  ;entonces Jesús les dice esta parábola” (Lucas 15,2-3). 

Detrás esta historia hay por demás una súplica de Cristo: “Por la Gracia de Dios, dejen el orgullo. Déjense invadir por la inmensa misericordia que hay en el corazón de Dios, para que así ustedes puedan ver los demás como Dios los ve a ustedes, para que ustedes acojan y amen los otros, como Dios los acoge y ama a ustedes”.