Max Scheler, hoy por hoy es un autor un poco
olvidado, cuando fue considerado por sus contemporáneos, como un genio y un
gigante de la filosofía europea.
Filósofo católico controvertido, Scheler es un
autor original extraordinariamente dotado y quien ha utilizado la fenomenología
de Husserl para analizar las emociones, tales como la simpatía, el amor, el
odio, la vergüenza o el arrepentimiento
en una perspectiva religiosa.
He aquí un filósofo humanista, que se ha
clasificado tradicionalmente entre los fenomenólogos pero que reflexionó y
aporto ideas que invitaban a aterrizar sus contemporáneos de finales del siglo
XIX y principios del siglo XX.
La fenomenología es la ciencia de los fenómenos
(fenómeno: aquello que aparece) dentro de su manifestación en el sujeto, y la
ciencia de la experiencia de la conciencia.
Scheler considera sin embargo que la
FENOMENOLOGIA se ha concentrado tanto en el intelecto y que ha sido negligente
con un elemento fundamental: LA EXPERIENCIA DEL AMOR, el corazón humano.
El expone la idea “El amor es un puente, o mejor,
un movimiento entre un conocimiento muy pobre y un conocimiento más rico”.
Scheler parte de la idea que ya había sido
formulada por Pascal en el siglo XVII: “El corazón tiene sus razones que la
razón no conoce (o no entiende”.
Dicho de otro modo, el corazón tiene una lógica que
es diferente a la del intelecto.
Scheler ha sido catalogado como una de las personalidades
más influyentes del siglo XX y que en estos tiempos pareciera volverse actual,
justo por su posición crítica ante el demasiado “idealismo nebuloso”, las
vastas opiniones y disquisiciones que no
llevan a nada.
Para Scheler el amor es el permite aparecer las
cosas en nuestra experiencia y que por consiguiente hace posible el
conocimiento.
El amor escribe: “Es una especie de “partero espiritual”, que ayuda a dar a
luz”, que puede ayudarnos a impulsarnos hacia el conocimiento- de nosotros
mismos como del mundo. El amor es el factor decisivo, lo que constituye la
persona, sus valores, sus posibilidades y su destino.
Así entonces, para Scheler, el ser humano no se
define meramente como una “cosa que piensa”, según el decir de Descartes, sino
como "UN SER QUE AMA".
En resumen: “La filosofía consiste en el
movimiento, determinado por el AMOR, hacia la participación en la realidad
esencial de los posibles”.
Scheler ha sido catalogado como una de las
personalidades más influyentes del siglo XX y que en estos tiempos pareciera
volverse actual, justo por su posición crítica ante el demasiado “idealismo
nebuloso”, las vastas opiniones y disquisiciones que no lleva a nada.
Scheler se
destaca entre los filósofos de su época por la importancia que acuerda a las
emociones humanas, a los valores y en especial al amor (confrontado al odio, el
egoísmo, etc).
Scheler se convirtió al catolicismo, pero después
de 9 años de fidelidad al papa y a los dogmas, decide alejarse de esta religión
(por circunstancias y o situaciones personales…expuestas más adelante) y por igual toma distancia también del ateísmo.
Es
reconocido por una jerarquía de valores donde precisamente ubica a los valores
religiosos en la cima.
Max Scheler nació en Munich (Alemania) en 1874.
Su madre era judía y su padre protestante luterano se había convertido al judaísmo
desde el momento del matrimonio.
El estudió la Filosofía en las universidades de
Berlín, Heidelberg y Viena, fue en esta última que sustenta su tesis de
doctorado en 1897 o 1901, con referencia a las fuentes.
Su formación filosófica
estuvo influenciada por el vitalismo de Dilthey, el vitalismo irracionalista de
Nietszche y el vitalismo espiritualista de Eucken , pero sobre todo por el
encuentro decisivo con con su maestro Edmund Husserl, de quien fue asistente en
Gottingen de 1909 a 1913, antes de serlo Martin Heidegger que lo fue de 1916 a
1922…)
Es allí donde Edith Stein sigue sus cursos de la
tarde, y donde “la esencia de la santidad” constituye la primera etapa de su conversión
al catolicismo.
Es de Husserl que Scheler recibe el deseo de ir
al encuentro de la “cosa misma” y es entonces el método fenomenológico que se
lo permite.
Él se entrega a la profundización de los temas o
dominios que su maestro no ha explorado: la vida ética, la vida emocional
(simpatía, odio y amor), religión, etc. En 1916, él reconoce su obediencia a la
Iglesia Catolica.
En 1919, es nombrado para dar cátedra en la
Universidad de Filosofía de Colonia.
En 1921 se enamora de una de sus alumnas y pide a
la Iglesia (que le niega) anular su matrimonio: sin embargo un matrimonio civil
tiene lugar. Desde entonces se aleja del catolicismo pero sin caer en el ateísmo…entonces
Max Scheler tiende a partir de este momento a acercarse más a una concepción panteísta
y evolucionista.
En 1928, cuando acaba de ser nombrado en
Francfort, muere de una crisis cardiaca con apenas 54 años.
Scheler reflexiona a partir de Kant y de Husserl
para desembocar en su teoría de la intencionalidad emocional, donde los objetos tienen en si mismo valores (objetivismo). Pero él reflexiona en un contexto filosófico y político marcado
por varias corrientes: la subida del marxismo, del irracionalismo, el
descubrimiento del psicoanálisis.
Scheler es contemporáneo intelectual de “la santa
trinidad” de los años 1968: Marx, Nietzsche y Freud
Cuando en 1928 Max Scheler muere súbitamente, su
amigo José Ortega y Gasset le rinde un homenaje magnífico. Él era el Adán de ese
nuevo paraíso de intuición e ideático al cual la fenomenología de Husserl le había
dado acceso, el primero al cual todas las cosas , mismo aquellas que nos son
las más familiares, revelaban su significación y su esencia. Ellas le aparecen
bajo una nueva luz, con contornos precisos y sin equívocos, como al alba el
perfil de las montañas.
El estaba sumergido por la riqueza de sus
descubrimientos. Y él habría de proclamar tantos pensamientos luminosos que
tambalea, aturdido por el conocimiento, embriagado de claridad y de verdad. El
estaba como diría Platón, un filósofo en “estado de entusiasmo”. Pero él vivió
en un torbellino continuo de pensamientos
y es por ello que sus escritos son a la vez claros y desordenados; sin
forma ni estructura; ellos están llenos
de contradicciones y ésta será la tarea de las generaciones que le sucederán,
darle la estructura y el orden que les faltan.
La vida no era el tema de su filosofía pero su
filosofía emanaba de la plenitud de su vida. Él no buscaba ver la vida en la
perspectiva artificialmente unificada, de un sistema filosófico construido.
Él retomaba cada uno de los problemas que
encontraba, analizándolo según su lógica particular y su dinamismo propio,
poniendo en claro sus implicaciones y persiguiendo las particularidades hasta
su origen, sin dejar entorpecer su búsqueda por el postulado utópico de la
unidad y del sistema.
Scheler aceptaba el mundo tal como lo encontraba,
rico de contradicciones que le son inherentes, dejándolas aparecer y otorgándoles
plena justicia.
Scheler tanto como hombre y como pensador, estaba
siempre listo a recomenzar, y aprender de nuevo.
Scheler pensó sobre la muerte, sobre el pudor, sobre
el pacifismo, sobre la política, sobre
la economía, sobre la historia…No es todo esto actual?
Pero él ha pensado todo esto
como fenomenólogo y no como periodista.
Entonces, evidentemente es un
poco menos actual pero eso sí un poco más arduo.
La personalidad de Scheler
parece haber sido, como lo hemos subrayado, un poco desconcertante o difícil de
captar en su esencia: descrito a veces como “apasionado y sorpresivo”, como
alguien que tuvo “particularidades excéntricas”, o todavía como un hombre de “una
bondad sin igual , todos aquellos que han dejado un testimonio a propósito de
su vida y personalidad se ponen de acuerdo para decir que tenía un espíritu vivo dotado de una rara aprehensión de las cosas.
Encontramos un poco de cada uno
de esos rasgos en sus escritos, que son por un lado extremamente abundantes,
con carácter desordenado, haciendo largas frases y mostrando una fuerte
tendencia a la digresión( Scheler mismo decía de él mismo “Tengo la palabra,
pero no la frase”), aspecto apoyado por el hecho que sus obras son de una
densidad conceptual extraordinaria.
Fue
uno de los primeros en señalar el peligro que implicaba para Alemania el
advenimiento del nazismo.
Karol Woijtila (El Papa Juan Pablo II, de quien
ayer se celebraba el 93º aniversario de su nacimiento), siempre evocó la
influencia positiva que tuvo Scheler en su pensamiento y lo mucho que influyó
en su maduración de la fe y su vocación al sacerdocio, de hecho su tesis de doctorado la hizo profundizando en las ideas de este gran pensador.
Max Scheler murió un día como hoy el 19 de
mayo pero de 1928.
He aquí
pues un autor que vale la pena leer y analizar alguna vez…interesante por
ejemplo profundizar en sus ideas sobre el resentimiento y confrontarlas con las
de Nietzsche, como lo hacen las dos amigas de este video:
Ideas generales de su pensamiento:
Vale decir que es
el hombre el lugar por el cual Dios se hace manifiesto en la historia. Dios
necesitaría del hombre para poder manifestarse realmente. Esta tesis es
consecuencia de su polémica idea de que el espíritu es impotente. Ahora bien,
El conocimiento abstracto y los valores religiosos obtendrían toda su fuerza de
realización en los impulsos básicos humanos. Scheler se opuso desde el comienzo
a Freud respecto de que lo superior surge de lo inferior. Sostiene Scheler que
es imposible deducir de la sola represión sexual la capacidad del hombre de
hacer surgir la novena sinfonía de Beethoven o Los hermanos karamazov de
Dostoievski. En El puesto del hombre en el cosmos(1928) estableció
una serie de problemas que hoy son considerados como piezas clave para la elaboración
de la antropología filosófica.
Obras de
Scheler:
Obras traducidas al español
·
Amor y conocimiento y otros escritos, Ed.
Palabra, 2010.
·
Arrepentimiento y nuevo nacimiento, Ed.
Encuentro, 2008.
·
De lo eterno en el hombre. Ed.
Encuentro, 2007.
·
Esencia y formas de la simpatía, Ed.
Salamanca-Sígueme, 2005.
·
Esencia y formas de la simpatía, Ed.
Losada, 2004.
·
Sobre el pudor y el sentimiento de vergüenza, Ed.
Salamanca-Sígueme, 2004.
·
Los ídolos del autoconocimiento, Ed.
Salamanca-Sígueme, 2003.
·
Los ídolos del conocimiento de sí mismo, Ed.
Cristiandad, 2003.
·
Gramática de los sentimientos: lo emocional
como fundamento de la ética, Ed. Crítica, Barcelona, 2003.
·
Muerte y supervivencia,Trad.
Xavier Zubiri, Ed. Encuentro, Madrid, 2001.
·
El resentimiento en la moral, Ed.
Caparrós, Madrid, 1993.
·
Ordo amoris, Ed. Caparrós, Madrid,
1996.
·
El formalismo en la ética y la ética material
de los valores, Ed. Caparrós, Madrid. 2000.
·
Mensch und Geschichte (1924)
·
La idea del hombre y la historia, Ed.
Siglo Veinte, Buenos Aires, 1998.
·
La idea del hombre y la historia, Ed. La
Pléyade, Buenos Aires, 1984.
·
El saber y la cultura, Ed.
Nova, Buenos Aires, 1975.
·
La esencia de la filosofía y la condición
moral del conocer filosófico, Ed. Nova, Buenos Aires, 1958.
·
El puesto del hombre en el cosmos, Trad.
José Gaos, Ed. Revista de Occidente, Madrid, 1936.
·
Conocimiento y trabajo, Ed.
Nova, Buenos Aires, 1926.
REFERENCIAS:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por haber visitado mi blog, espero tus comentarios, reacciones y que continúes brindándome ideas y sugerencias para mejorarlo.
Gustavo Quiceno