lunes, 20 de mayo de 2013

26 de mayo del 2013 : Domingo de la Santísima Trinidad



PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS 8, 22-31

Así dice la Sabiduría de Dios:
-- El Señor me estableció al principio de sus tareas al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fue formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los abismos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban aplomados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe. Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba la bóveda sobre la faz del Abismo; cuando sujetaba el cielo en la altura, y fijaba las fuentes bautismales. Cuando ponía un límite al mar: y las aguas no traspasaban sus mandatos; cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia: jugaba con la bola de la tierra, gozaba con los hijos de los hombres.
Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL
SALMO 8

R.- ¡SEÑOR DUEÑO NUESTRO, QUE ADMIRABLE ES TU NOMBRE EN TODA LA TIERRA!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿que es el hombre para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?. R.-

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste mando sobre las obras de tus manos. R.-

Todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.-

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 5, 1-5

Hermanos:
Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios. Más aún, hasta nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce constancia, la constancia, virtud probada, la virtud, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Palabra de Dios

ALELUYA
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor

EVANGELIO
 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 16, 12-15

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-- Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de los mío y os lo anunciará.
Palabra del Señor


A guisa de introducción:

Un Dios que hace VIVIR al ser humano

Cuando uno se encuentra lejos de su casa (muy lejos del hogar) y vemos personas felices en familia, esto nos hace pensar en los nuestros y quisiéramos estar con ellos. Este es el misterio del corazón humano.

Si Dios estuviera contra la FELICIDAD del ser humano, sería un dios perverso, malvado y por fortuna no es así. Son los seres humanos (de la sociedad y de la Iglesia) quienes han deformado el verdadero rostro de Dios; poniendo reglamentos, estableciendo prohibiciones más allá del sentido común (o que lo superan), sin mirar, o prestar atención a las personas.

Mi imaginación no alcanza a hacerse una verdadera idea de quién es Dios.

Cuando yo me pongo a la escucha de la REVELACION CRISTIANA, que quiere estar atenta al ser humano, yo voy de una sorpresa a otra.

Yo soy sensible a la Revelación de Dios, de acuerdo a las etapas de mi edad.

Cuando yo era niño, yo estaba atento a un Dios CREADOR de todo aquello que yo veía en la naturaleza, a un Dios que aportaba la vez el orden y la seguridad: UN DIOS PADRE.

Cuando yo llegué a la  adolescencia y a ser un joven poco más maduro, yo me sentía atraído por un amigo, Jesús, quien me ofrecía un rostro humano de Dios,  y yo está expuesto a dejar a un lado a Dios Padre,

Haciéndome ya más mayor, envejeciendo poco a poco, me dará por profundizar mi relación con el Espíritu, que me alejará cada vez más de mis preocupaciones materiales.
Así vemos como, nosotros profundizamos el contacto con el Dios de la Revelación, de acuerdo a las etapas de la vida humana.

El Dios, que hace vivir al ser humano, no sabría ser aquel que nosotros reducimos a nuestras preferencias o gustos; Él es lo bastante complejo, rico en significación para ser descubierto de acuerdo a lo que somos, mas El mismo es Padre, Hijo y Espíritu, independientemente de nosotros.




Aproximación psicológica al texto  del evangelio :

Una identidad que le pertenece bien a la Trinidad

Un poco antes, Jesús había dicho: “Es para su provecho (les conviene) que yo me vaya, en efecto, si yo me voy, el Paráclito no vendrá para estar con ustedes” (Juan 16,7).

La Revelación permanecería incompleta mientras el Espíritu no estuviera (no fuera), no solamente entendido como la “fuerza de Dios”, sino también como una persona en igual categoría y o condición que el Hijo y el Padre.

Y este descubrimiento solo sería posible con la ausencia de Jesús. En los primeros años que siguieron a la partida de Jesús, los creyentes no discernían todavía con claridad, la identidad del Espíritu. En este sentido, Pablo parece emplear indiferentemente las expresiones “ en Cristo” y “en el Espíritu”.

Pero poco a poco, el Espíritu llega a ser aquel que permitía asir la verdadera identidad de Jesús: “Nadie puede decir que Jesús es Señor sino es por el Espíritu Santo” (1 Corintios 12,3). Ahora, si el Espíritu permite descubrir a Jesús, entonces el Espíritu es distinto a Él, y Él (el Espíritu) tiene su propia identidad y su propio papel (rol).

Entonces, así uno puede captar (o comprender) el complemento de las 3 personas en la Historia de Salvación. Es el Padre, quien prepara la grande fiesta para todos sus hijos. Es el Hijo quien viene a revelar este proyecto del Padre o al menos  recordarlo e invitar a prepararse. Es el Espíritu quien viene a sensibilizar al hombre  sobre Dios y ayudarle a reconocer el Hijo en la persona de Jesús.

En la escala de su camino espiritual, el hombre está llamado a recorrer estas 3 grandes etapas de la Revelación de Dios:

 Algunos se muestran sensibles al Padre de la vida, a la vez revelado y escondido en su universo.

Otros despiertan a la fe por el itinerario sorprendente y emotivo del hombre-Jesús, por su compromiso en la liberación integral del ser humano.

 Otros, aun, nacen a la vida espiritual, entrando en contacto con el dinamismo vital que ellos sienten emerger de su propia profundidad.

Parafraseando a San Pablo, uno podría decir: Hay diversidad de caminadas, procesos, recorridos “pero es el mismo Espíritu”, diversidad de responsabilidades o compromisos “pero es el mismo Señor”, diversas sensibilidades espirituales, “pero es el mismo Dios quien produce todo en todos” (1 Corintios 12, 4-6).

Tal cual aparece el misterio de la Trinidad: un Dios que uno descubre creador y bueno (Padre), que viene a nosotros por su compromiso en la historia (Hijo), a quien lo encontramos en la interioridad (Espíritu).





REFLEXIÓN CENTRAL

Cualquier cosa (o algo)  de Dios

En este domingo de la Santísima Trinidad, la expresión “cualquier cosa” o (algo) , empleada para hablar de este misterio, puede aparecer extraña, mismo chocante. No quiero decir que la Trinidad es “cualquier cosa” o “algo” simplemente, pero que la palabra Trinidad dice cualquier cosa (algo) de Dios.

Contrariamente a lo que nosotros pensamos, la palabra “Trinidad”, lejos de alejarnos de Dios, nos lo acerca más. Ella, la Trinidad nos abre un poco el misterio de Dios, el Totalmente-Otro, el incognoscible (que no se puede conocer). Las lecturas de la celebración nos permiten descubrirlo.

El lazo de la sabiduría:

Cuando el autor evoca la Sabiduría en el capítulo 8 del libro de Los Proverbios habla de ella como “cualquier cosa” que viene al interior del ser humano, pero que no es humana, cualquier cosa que viene de Dios, pero que no es Dios. Su preocupación es preservar la trascendencia de Dios. Él quiere también subrayar la impotencia del ser humano para darse a sí mismo la sabiduría. Él presenta entonces la Sabiduría como  una mediadora: Ella hace pasar cualquier cosa (algo) de Dios al ser humano. Se podría decir que ella actúa como un lazo o signo de unión que une “los hijos de los hombres” con su Creador. Un lazo si feliz, si libre que se expresa a través del juego.

El lazo de la Palabra

En el evangelio, ese “cualquier cosa” toma preferentemente la forma de la Palabra. Escuchamos un fragmento del capítulo 16 del evangelio de Juan que cierra el gran discurso de Jesús antes de su muerte. No, porque Él no tenga más que decir, sino porque los discípulos no están en capacidad de comprender. Además, la partida de Jesús es condición para la venida del Espíritu. Es necesario que su palabra cese para que vengan después los eventos que el “Espíritu de Verdad” les ayudará a comprender seguidamente.
Lo que circula acá no se llama más Sabiduría, sino Palabra. Jesús ha aportado a los discípulos una palabra que venía del Padre. Ella era nueva para los discípulos. El Espíritu no aportará nada de nuevo, pero Él volverá a poner en la memoria las palabras de Jesús, Él las ensamblará en un todo coherente y él las interpretará en función de los eventos nuevos. Él guardara entonces viva la Palabra dicha por Jesús.

Pero Jesús no es el origen o la fuente de la Palabra: es el Padre. Él le dice a sus discípulos que después de su partida, ellos podrán dirigirse directamente al Padre. La acción de Jesús, así como la actividad del Espíritu, finalmente no tiene  más objetivo que suscitar el intercambio, la comunicación de los discípulos con el Padre, y restaurar la comunicación entre el Padre y los seres humanos.

La segunda lectura, extraída de la Carta a los Romanos, resume bien, lo esencial de la Buena Nueva de este domingo: a causa de Jesús, el Hijo, y del Espíritu, nosotros estamos en paz con Dios. Cualquier cosa (algo) de Dios ha pasado (se ha conducido)  en nosotros y la comunicación ha sido restablecida.

Y  esto qué es lo que cambia? Uno podría decir antes que nada, que la Trinidad habla de un Dios tendido hacia el ser humano. A causa de Jesús y del Espíritu, nosotros podemos en adelante dirigirnos directamente al Padre. El canal del amor se ha abierto, como dice San Pablo con otras palabras.

Se podría decir también que este pasaje por el Hijo y el Espíritu ha creado un “nosotros”. Nosotros somos un conjunto unido por los lazos creados entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. Si Dios es Padre, nosotros somos hermanos y hermanas.
Henos aquí entonces,  puestos ante quien puede transformar también todas nuestras relaciones, si nosotros lo queremos bien así.


OBJETIVO VIDA DE LA SEMANA

Redescubro la significación del signo de la cruz. No hay otro más  bello gesto que signarse con la cruz (mente, labios y corazón, fuente de los pensamientos, mis palabras y actos), volviendo a decir lentamente el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu. La cruz de Jesús nos recuerda quién es Dios.


ORACIÓN- CONTEMPLACIÓN

Oh Señor, nuestro Dios,
Qué grande es tu nombre en toda la tierra (Salmo 8).
Gloria a Ti, Dios nuestro Padre,
Tú que nos das la vida, el crecimiento y el ser.
Tu, el Maestro (amo), el Creador,
Tú, nuestro Padre y nuestra Madre
Más atento y preocupado por nosotros que nuestros propios padres,
Más amoroso que un cónyuge,
Más fiel que un amigo.
Hazme consciente cada día de pertenecerte a Ti, de ser tuyo.

Gloria a Tí, verbo de Dios,
Tú, el Hijo venido a este mundo,
Tú que no has retenido con envidia u orgullo el rango que te igualaba a Dios
Y que ha nacido en nuestra carne.
Jesucristo, obediente hasta la muerte,
Jesucristo Resucitado y viviente.
Tú el Hijo, Tú nuestro hermano,
Danos el sentido de la fraternidad responsable,
Danos la valentía de romper las cadenas,
De compartir el agua, el vino y el pan,
El amor y la esperanza con todos nuestros hermanos humanos.

Gloria a Ti, Espíritu de Dios,
Espíritu del Padre y del Hijo,
Tú nuestro maestro interior,
Tú, nuestro respiro y nuestra memoria.
Danos el gusto por la oración,
Concédenos saborear y gustar la Palabra
Y de dejar iluminar las tinieblas de nuestra vida.
Oh Tú nuestro Dios único, Padre, Hijo y Espíritu,
Cómo es bello tu nombre en nuestro corazón,
Cómo es inmenso por todo el universo.
Amén.


Referencias

Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense, 2013.


HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

BEAUCHAMP, André. Comprendre la parole, Novalis, 2007.

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Gustavo Quiceno