Pedro Casaldáliga, obispo y poeta, es una de las figuras más destacadas de la Teología de la Liberación. Desde su prelacía de São Felix de Araguaia (Mato Grosso, Brasil), se ha convertido, por su compromiso cristiano con los más pobres y excluidos, en un símbolo para todos los que creen que sigue teniendo sentido luchar por hacer este mundo algo más humano.
Qué bueno hacer homenajes en vida.
Pocas veces en mi blog y por lo general en mis escritos me detengo a escribir, reflexionar y de paso resaltar la vida y obra de alguien que aún viva: casos excepcionales Don Luis Ramírez (El Caballero Gaucho, 93 años), Ingrid Betancur, Mario Vargas Llosa, etc.
Este 16 de febrero del 2011, cuando Don Pedro Casaldàliga celebra sus 83 años de vida , quiero con mucho gusto, satisfacción y admiración ofrecerle un espacio, un poco de tiempo para que mis amigos lectores, de paso (que no lo conocerán mucho) se empapen más de su ejemplo, su testimonio, su profecía, su poesía.
Fue a finales de los 80s y principios de los 90s , cuando iniciaba mi formación sacerdotal misionera, que por primera vez escuché hablar de él. Estaba en la boca de nuestros profesores, era referente continuo de la teología de la liberación muy en boga por esos días…Me enfrentaba a textos en prosa y poéticos suyos. Algunos lo consideraban obispo subversivo, se escuchaba de su compromiso radical con los pobres, especialmente con los indígenas, pues para esa época llevaba ya más de 25 años como pastor de una de las diócesis más extensas en territorio y pobres del Brasil.
En medio de la ingenuidad de imberbes seminaristas debutantes, de la ignorancia teológica del pichón de cura, nos confundía su testimonio…Era válido ser revolucionario, era positivo ser considerado casi marxista en la Iglesia? Solo con el paso del tiempo, personalmente y estoy seguro la mayoría de mis compañeros de estudios y formación en el seminario, comprenderíamos más claramente al Obispo Don Pedro Casaldaliga.
El Padre Gustavo Velez “Calixto” (ya resucitado) nuestro formador y maestro de música provocó que nuestra admiración por el religioso español se acrecentara, pues había una canción muy pegajosa que se llamaba “El Arrozal” (después la llamarían y asi aparecia en los cancioneros nuevos: “Bajo el solo resplandeciente”, por el comienzo de su letra:
Bajo el sol resplandeciente
se madura el arrozal
se madura el arrozal.
Entre tanto con mi gente
Yo camino hasta el final
Yo camino hasta el final.
Después sabríamos que la genial melodía había sido fruto de la prodigiosa inspiración musical de nuestro hermano javeriano, pero la letra era de un poema, de aquel obispo pobre, profeta, criticado y admirado que ejercía su pastoreo en el país vecino. Solo que “Calixto” cambio la primera estrofa, y que omitió en el conjunto de la canción conocida final unos cuantos versos del texto u oda original. Es más, el poema no se llamaba “El arrozal” sino “Me llamaran subversivo”. (El poema lo pueden leer al final de este post).
De Don Pedro Casaldàliga podríamos hablar por horas y llenar espacios. Pues son 83 años de vida, 59 de ministerio sacerdotal (40 de episcopado, 35 de ellos activo, ahora lo llamamos emérito), decidió quedarse de por vida en Brasil, y no regresar más a su patria (España).
Su vida, su experiencia de pastor, de profeta, son emocionantes. Su poesía es entrañable, su reflexión es profunda, su amor por los pobres y por el evangelio son inmensos.
Una reseña corta de su biografía la pueden leer en este enlace de Wikipedia.org:
Pedro Casaldaliga esta quizás entre los últimos obispos profetas en el mundo (al lado de Monsenor Christian Tumi de Camerun(1), Philippe Stevens (2) actual obispo de la Diócesis de Maroua-Mokolo en Camerún) valientes, con capacidad de denunciar, y seguir clamando y gritando a favor de las causas de los pobres, especialmente de América Latina, por medio de sus escritos, sus libros y poemas, sus entrevistas, y su trabajo silencioso junto a José María Vigil en Koinonia.org (La Página bíblica y teológica latinoamericana).
A continuación me permito transcribir apartes de una entrevista que le concediera al periodista Juan Arias de EL PAIS de Madrid en el 2005.
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Cuando comenzó toda esta pasión por los pobres y los humillados?
Yo vengo de la Derecha, del Franquismo, del catolicismo Nacional, de la Espana de las Cruzadas. Pero desde mi infancia , yo sonaba con las misiones y yo me he realizado como misionero en esta America Latina con sus diversos mundos entrelazados, sus revoluciones, su Teologia de la Liberacion, sus mártires y sus Comunidades de Base (CEB). Yo me entregue entero a esta revolución, a esta caravana de millones de seres humanos reducidos a la esclavitud. Yo me he comprometido como ser humano, como cristiano y como Agente de Pastoral.
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Es decir como Obispo.
No me gusta que se me llame así.
- Como era San Felix de Araguaïa cuando usted llego siendo un obispo joven (42 años)
Lo primero que me llamo la atención cuando por fin pude llegar, después de un viaje pleno de peripecias, fueron las distancias. Las distancias geográficas, sociológicas y espirituales. Era como aterrizar en otro mundo. Había propietarios que poseían un millón de hectáreas de tierra! Era asombroso, el capitalismo financiado por los militares. No era la tierra de nadie donde nacer y morir era fácil pero vivir era casi imposible. Pero también era una tierra de sueños, de enriquecimiento fabuloso para la clase poderosa.
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Y era el 68 francés.
Sí, el de la revolución de París, pero también el peor momento de la dictadura militar en este país. Era el año de Medellín, de la masacre de México. Y en Sao Felix era el puro Far West. Daba miedo
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¿Cuáles fueron sus peores momentos? ¿Quizá cuando asesinaron al padre Joao Bosco, confundiéndolo con usted?
Lo que más miedo me ha dado siempre ha sido la impotencia. Ante la injusticia del latifundio, las masacres de los indios y de los campesinos, la inercia de los gobernantes, yo me sentía acorralado por la impotencia, por el miedo a caer en la depresión. Lo otro, el perder la vida violentamente, no me daba miedo. Éramos idealistas, puros, habíamos asumido una causa que creíamos justa y no nos importaba morir asesinados. De verdad, lo que nos daba miedo a mí y a mis compañeros, dos de ellos mártires, era la impotencia. Siempre tuve conciencia de que mis causas valían más que mi vida. Las causas humanas son las de Jesús, y, por tanto, las mías. ¿Qué otra cosa puede Dios soñar para la raza humana?
- Entonces, ¿la muerte no es un problema para usted?
Ah, no. La he sentido ya muchas veces de cerca. Diría que ha sido la compañera de toda mi vida. Desde niño me familiaricé con la muerte y con la muerte violenta. Vi asesinar a mi tío Luis Plá, sacerdote de 33 años. Lo fusilaron los rojos. Y en América latina, los que trabajamos a favor de la justicia social y en la defensa de los oprimidos estamos muy acostumbrados al martirio. Hay muchos campesinos e indios mártires, muchos agentes de pastoral que fueron torturados, no sólo sacerdotes. Por eso hemos levantado en Riberao Cascalheira, a 300 kilómetros de Sao Felix, pero en territorio de la prelatura, el Santuario de los Mártires de la Comunidad con el nombre de Vida por la Vida. En él tenemos fotografías y pinturas de los principales mártires. De todas las religiones. Tenemos, por ejemplo, la del periodista judío Wladimir Herzog, torturado y después asesinado. El martirio no es una muerte fatal. Fueron capaces de dar lamuerte porque fueron capaces de dar primero la vida. Para mí, la muerte es sólo la resurrección. ¿Cómo podría tener miedo a la muerte?
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Su compromiso con la pobreza ha sido absoluto, casi heroico, a la vista de todos, público y transparente. ¿Le ha costado?
De verdad que no. Yo nunca he olvidado que nací en una familia pobre. Y estoy convencido de que no se puede tener una sensibilidad revolucionaria y profética sin ser pobre. A mí siempre se me ha quebrado el corazón viendo la pobreza de cerca. No, no me ha costado mi vida de pobreza. Yo me siento mal en un ambiente burgués. Siempre me pregunté que si puedo vivir con tres camisas por qué voy a necesitar tener diez en el armario. Los pobres de mi prelatura viven con dos, de quita y pon. Además creo que la libertad está muy unida a la pobreza. No se es verdaderamente libre con mucha riqueza. Siendo pobre me siento más libre de todo y para todo. Mi lema fue: ser libre para ser pobre y ser pobre para poder ser libre. Si no el corazón queda atenazado. Lo terrible es toda esa gran humanidad a la que la injusticia condena a ser pobre. Contra esa injusticia he combatido toda mi vida, pero, para ser creíble en mi lucha y en mi causa, sentí que tenía que ser pobre. Muchos me dicen que por qué a mi edad sigo viajando en autobuses, a veces días enteros, sin tomar el avión. Pues por eso, porque mis pobres, a quienes predico el Evangelio de Jesús, no pueden pagarse el avión. Yo viajo feliz con ellos y como ellos.
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¿Y su vida de celibato? ¿Le ha costado tener que renunciar a la compañía de una mujer que compartiera sus luchas, a tener hijos?
Sin duda que sí. Y a los que preguntan si tengo tentaciones contra la castidad suelo responderles: "Aún estoy vivo". Sigo pensando que el celibato obligatorio es absurdo e injusto. Me gustaría que el próximo Papa lo aboliera, porque esa opción sólo tiene valor, y sobre todo sólo es creíble, si es libre. El celibato es siempre una violencia, incluso cuando es libre y deseado, por ejemplo por quienes viven situaciones límite, en lugares de fronteras, o por opción personal. Hasta Jesús, cuando habla del celibato, habla de "eunucos por amor al Reino". Y eso supone castración, violencia. No es una fiesta. La Iglesia sigue reacia. Con el celibato libre, los casados podrían entrar en el sacerdocio y los miembros de la Iglesia no darían el triste espectáculo de llegar a abusar de niños, como, desgraciadamente, estamos viendo. Yo soy consciente de que renuncié al amor de una mujer, que no pude ser del todo hombre al no poder dar nombre a mi descendencia, aunque he engendrado tantos hijos espiritualmente. Decir que el celibato es superior al matrimonio (que además es un sacramento) es ir contra las leyes de la naturaleza, y contra la misma teología. Yo acepté y viví mi celibato con amor, pero consciente de que es un atentado a la naturaleza. El celibato es una renuncia que vale la pena sólo si se abraza por una causa. Y, ojo, es difícil vivirlo en solitario, sin la ayuda de una comunidad, si no se está arropado por los otros. Pero si alguien me dice que va contra el celibato que yo bese a una mujer o abrace a un niño, entonces me están pidiendo algo contra la naturaleza. El celibato no elimina el amor humano.
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Usted suele refugiarse en la poesía. ¿Qué significa para usted escribir poesía?
Me sirve para respirar y ponerle alegría a la vida. Es el fondo musical de mi trabajo cotidiano. Me sirve para hacer mejor la síntesis de mi vida. Como dice Leonardo Boff, mi gran amigo teólogo de la liberación, "nuestra alternativa es estar vivos o resucitados". La muerte no cabe en nuestra vida. Y eso lo expreso mejor con la poesía.
- También con la poesía expresa sus conflictos amorosos nacidos del celibato. Creo que tiene un poema al respecto. Espere, a ver si me acuerdo:
No habré hecho el amor,
no habré tenido la gloria humana de engendrar,
mi nombre no dará nombre a nadie;
no habré sido, en la acepción cabal del mundo, un hombre.
De soledad en soledad migrado,
sin más amor que el viento y el servicio,
tu hoy voraz habrá sido mi cuando;
mi navegante paz, tu Precipicio.
¿Te habré amado a Ti, Amor amado,
haciendo el buen amor de otros mil modos,
buscándote en la gracia y el pecado,
sintiéndote en el grito y en la herida,
reconociéndote amable en todos,
dándote nombre en mi pequeña vida?
- ¿Es verdad que ha fracasado la teología de la liberación? ¿Qué queda de ella?
Han quedado los pobres y Dios. ¿Le parece poco? No, no ha fracasado. Lo que ocurre es que ha dejado de ser moda, publicidad. Pero si hay algo incontestable para quienes aceptan la Biblia es que el Dios de Abraham y de Jesús tomó una opción preferencial por los más pobres y humillados. Eso, ni el papa Juan Pablo II nunca se atrevió a negarlo. Es que dicen que se contaminó de marxismo. Que hubo errores...Errores en la teología, no. Puede que en alguno de los teólogos. Pero Marx dijo muchas cosas que aún hoy son válidas. Hasta el Papa admite a Marx cuando dice que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. Lo que enseña la teología de la liberación es que antes que el capital viene el ser humano. Ha sido y sigue siendo un instrumento de esperanza y transformación en países creyentes y oprimidos por la injusticia del capitalismo salvaje. Es una teología que ya tiene sus mártires.
- ¿Le duele que nunca lo promovieran a una diócesis más importante; que no le hicieran cardenal a pesar de ser uno de los obispos más conocidos del mundo?
¡Oh, no! Soy muy consciente de mi pequeñez, de ser hijo de una familia pobre. Mi padre era lechero. Toda su riqueza eran seis vacas holandesas. ¿Cardenal? Lo que creo es que se trata de una institución obsoleta. El Papa necesitaría de otro tipo de consejeros. Por lo pronto, que no todos fueran eclesiásticos. Muchas cosas han quedado pendientes de discusión durante este pontificado (hablando de Juan Pablo II) : el celibato religioso obligatorio; el sacerdocio de la mujer; los problemas de ética matrimonial, de la biogenética; el del poder de las conferencias episcopales y de los sínodos, y un etcétera muy largo.
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¿Piensa que el próximo Papa (no sabía que sería Benedicto XVI) tendrá que abordar esos problemas?
Serían fáciles de resolver sólo con integrar el laicado a la Iglesia, de verdad, sin cortapisas. El Papa tiene que escuchar más a los cristianos. Se llevaría muchas sorpresas. Piense en el problema de la mujer. Es increíble. Cada día la mujer es más fuerte, más preparada dentro de la Iglesia, en el trabajo pastoral, y aún se la deja fuera del sacerdocio. ¿Cómo puede hablar la Iglesia de derechos humanos cuando es la única institución que sigue discriminando a la mujer, olvidándose de la actitud que el mismo Jesús, y en un tiempo hostil para la mujer, tuvo hacia ella? Me temo que si el próximo Papa no resuelve este problema, la Iglesia acabe perdiendo al mundo de la mujer como ya perdió un día a la clase trabajadora, que se entregó en manos del comunismo. Piense en la actitud de la Iglesia ante la injusticia social. La Iglesia siempre ha creado mil entidades de caridad, se ha compadecido de los pobres; pero nunca se ha atrevido a atacar las estructuras de pecado del capitalismo salvaje. Ya el obispo Helder Cámara decía: "Cuando hago caridad, me dicen que soy santo, pero cuando critico el capitalismo me dicen que soy comunista". Tenía razón.
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¿A qué achaca el crecimiento de los evangélicos en Brasil y en toda América latina, en detrimento de los católicos?
Me da igual quiénes ganan y quiénes pierden. Lo que debemos preguntarnos es por qué son los más pobres los que más frecuentan las iglesias evangélicas. ¿Por qué se alejan de las nuestras? Una explicación es que en las evangélicas los fieles se sienten más protagonistas en la liturgia, casi cocelebrantes con el pastor. Pueden gesticular, cantar, danzar, gritar. Se sienten más en comunidad, más protegidos. Pueden expresarse mejor.
Se les critica a esas iglesias que se mercantilicen, como si se tratase de sucursales de una gran multinacional.
Abren templos en cualquier esquina. Sin duda tienen ese peligro, como la Iglesia Católica tiene el peligro de la excesiva centralización, pero es que muchas de nuestras iglesias se han hecho muy formales, donde el sacerdote está demasiado lejos de la gente común. Parece ser que el Vaticano va a promulgar un decreto prohibiendo a los fieles danzar en la misa. ¡Imagínese aquí, en Brasil o en África, donde la gente habla con el cuerpo, se expresa con él y quiere alabar a Dios con él...!
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¿Qué sucederá si eso se concreta?
Responderemos con "rebelde fidelidad".
- O sea, que desobedecerán.
Pero ya sin contestaciones, sin irritaciones. Los cristianos ya se están acostumbrando a actuar en conciencia y en silencio.
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¿Cree entonces que existen dos iglesias, la oficial, de Roma, y la de las comunidades de base del Tercer Mundo?
No. Lo que existen son diversas teologías, formas de interpretar el Evangelio, de celebrar la eucaristía. Hoy mismo yo he celebrado misa en la terraza de una casa, aquí en Goiania, en camisa, con pan y vino. Eso no responde a las normas oficiales, pero celebramos igualmente el mandato de Jesús. Roma se empeña en imponer un rito para todas las culturas. Pero ni Brasil ni Africa, por ejemplo, son sólo latinas. Son muchas cosas juntas. Ha habido miedo al miedo en la Iglesia. Le falta confianza en el espíritu. La Iglesia debería estimular el cambio, en vez de condenar siempre. Todo es relativo, menos Dios y el hombre. Existe mucho romanticismo al hablar de "los pobres".
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¿Cómo son para usted, que lleva conviviendo con ellos casi 40 años?
A los pobres hay que amarlos no por buenos, sino por pobres. No es posible olvidar que la pobreza lleva al crimen y a la violencia. Ya el Abé Pierre decía que, en determinados lugares y situaciones, entre los más pobres no era posible cumplir los diez mandamientos. Pero al tiempo, sólo el que vive a su lado puede entender su enorme capacidad de compartir hasta lo que no tienen. Es increíble, créame, su capacidad de alegría, a pesar de las desgracias, y de perdón. Ortiz, un campesino salvadoreño a quien le habían asesinado cinco hijos, me dijo: "A nosotros, los pobres, siempre nos queda el perdón y la esperanza". Poseen además un fuerte sentido de la propia dignidad. Nosotros tenemos creado el Crédito Solidario Popular, los minicréditos. Siempre pagan. Lula dijo muy bien que los pobres son los que mejor pagan "porque su única riqueza es su nombre y su dignidad". Es verdad.
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Usted no volvió a España ni al morir su madre, ¿piensa regresar ahora?
No. Incluso renuncié al Premio Príncipe de Asturias y otros, porque suponía ir a recogerlos. No quiero dar lecciones, pero mi opción personal fue radical. Yo he quemado las naves al llegar. Los emigrantes más pobres no pueden volver cuando quieren a su patria. Y yo quiero quedarme en esta América Latina que tanto amo y tanto me ha amado.
(Por Juan Arias, El País de Madrid, 2005)
FELIZ CUMPLEANOS QUERIDO HERMANO DON PEDRO!!!
ALGUNOS POEMAS Y TEXTOS DE PEDRO CASALDALIGA:
ME LLAMARÁN SUBVERSIVO
Con un callo por anillo,
monseñor cortaba arroz.
¿Monseñor "martillo y hoz"?
Me llamarán subversivo.
Y yo les diré: lo soy.
Por mi pueblo en lucha, vivo.
Con mi pueblo en marcha, voy.
Tengo fe de guerrillero
y amor de revolución.
Y entre Evangelio y canción
sufro y digo lo que quiero.
Si escandalizo, primero
quemé el propio corazón
al fuego de esta Pasión,
cruz de Su mismo Madero.
Me llamarán subversivo.
Y yo les diré: lo soy.
Por mi pueblo en lucha, vivo.
Con mi pueblo en marcha, voy.
Incito a la subversión
contra el Poder y el Dinero.
Quiero subvertir la Ley
que pervierte al Pueblo en grey
y al Gobierno en carnicero.
(Mi pastor se hizo Cordero.
Servidor se hizo mi Rey).
Creo en la Internacional
de las frentes levantadas,
de la voz de igual a igual
y las manos enlazadas...
Y llamo al Orden de mal,
y al Progreso de mentira.
Tengo menos Paz que ira.
Tengo más amor que paz.
NUESTRA HORA
Es tarde
pero es nuestra hora.
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer futuro.
Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.
Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS