martes, 23 de agosto de 2011

28 de agosto del 2011 22o domingo del tiempo ordinario A



EVANGELIO
Mateo 16, 21-27

 Desde entonces empezó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, padecer mucho a manos de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
 Entonces Pedro lo tomó aparte y empezó a increparlo:
- ¡Líbrete Dios, Señor! ¡No te pasará a ti eso!
 Jesús se volvió y dijo a Pedro:
 - ¡Vete! ¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres un tropiezo para mí, porque tu idea no es la de Dios, sino la de los hombres.
  Entonces dijo a los discípulos:
 - El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.  Porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.  Y luego, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida? ¿Y qué podrá dar para recobrarla?  Además, el Hijo del hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.

Intro

Seguir a Jesús significa tomar (y o asumir) sus mismos riesgos. Una opción cuando  es fundamental conduce a tomar decisiones y gestos concretos. Y esto puede suscitar la incomprensión, el juzgamiento y…LA CRUZ,  la misma que Jesús enfrentó.


Todos, en algún momento de nuestra vida nos hemos encontrado una o varias veces con nosotros mismos y con esa voz profunda, superior, que está más allá de nosotros mismos…Y que llamamos, La conciencia, Dios, o esa inteligencia que busca entrar en contacto con nosotros…


Y en esa cita o esos encuentros quizás hemos puesto poco de nuestra parte: atención, silencio, reflexión, ORACION…


Muchas veces hemos oído hablar y hablamos de VOCACION, como ese momento clave de la vida cuando nos dimos cuenta que nuestra existencia estaba llamada a algo superior, a algo grande…cuando nos cercioramos que la VIDA es un misterio  y que no es solamente un suceso biológico o accidental…que nuestra vida tiene un sentido, y que ella no debe vivirse con facilidad, por vivirse, desprovista de todo sentido…


Y así los hombres y mujeres creyentes, que creemos tener la fe en potencia, en embrión (porque naturalmente ha de desarrollarse, evolucionar y madurar gradualmente) decimos que Dios nos llama, que estamos invitados a hacer de nuestra vida una aventura de entrega, de amor y de búsqueda de lo esencial todos los días…Y una búsqueda de realización afrontando las dificultades, los obstáculos, el misterioso mal y hacer frente a la violencia de quienes se oponen a los designios  bondadosos y bienaventurados de Dios.


Así yo describiría simplemente eso que llamamos VOCACION CRISTIANA…pues después nos encontraríamos con Jesús y su evangelio y nos sentimos identificados con su vida, su misión y su “aparente final “ que no es más que “el principio de todo”.


El gran problema de todo ser humano es permanecer voluntariamente sordo, ciego e insensible a los llamados y signos de Dios…


Su gran problema es guardarse la semilla o tirarla entre las rocas y las espinas, su gran tragedia es enterrar la moneda (el talento) y esperar con pasividad y negligencia la respuesta o reacción de Dios quien le ha dispensado de la semilla y la moneda.


“TOMAR LA CRUZ”…Cuántas malinterpretaciones ha tenido a lo largo de la historia esta expresión…seamos sinceros la hemos entendido como “ser masoquistas”, “sufrir por sufrir…porque  a Dios le agradan quienes sufren y los lleva al cielo”. “sufrir es necesario para que Dios perdone mis pecados de ahora (de mi juventud)”…El sufrimiento es entonces un borrador, un límpido que me libera de todas las manchas, de las putrefacciones de mi ser…Y no se trata de eso.


La liturgia de hoy centra la atención sobre las consecuencias dolorosas del ministerio profético y del seguimiento de Jesús (Tomar la cruz). Tanto Jeremías como Mateo llaman la atención sobre el conflicto que tienen que afrontar tanto el profeta como Jesús.


Nuestro evangelio toma la continuación de la declaración de Pedro a Jesús:  “Tu eres el Mesias,  el Hijo del Dios vivo”. El texto nos presenta la confrontación de dos mentalidades: Pedro rechaza el sufrimiento y el Señor afirma que no hay verdadero amor sin sacrificio. Y esto es verdad en todas las relaciones de amor y amistad, en la vida de las parejas, en el ejercicio de una profesión o en la realización de una misión.


En el evangelio nos encontramos con un bello esquema catequético «sobre el discipulado como seguimiento de Jesús hasta la cruz». Jesús pone de manifiesto a sus discípulos que el camino de la resurrección está estrechamente vinculado a la experiencia dolorosa de la cruz. El núcleo principal es el primer anuncio de la pasión. Pero aun los discípulos, simbolizados en la persona de Pedro, no han comprendido esta realidad. 

Ellos están convencidos del mesianismo glorioso de Jesús que se enmarca dentro de las expectativas mesiánicas del momento. Jesús rechaza enfáticamente esta propuesta, pues la voluntad del Padre no coincide con la expectativa de Pedro y los discípulos. Por eso Pedro aparece como instrumento de Satanás delante de Jesús para obstaculizar su misión.


El maestro invita al discípulo a continuar su camino detrás de él porque aún no ha alcanzado la madurez del discípulo. Luego Jesús se dirige a todos los discípulos para señalarles que el camino del seguimiento por parte del discípulo también comporta la cruz. No hay verdadero discipulado si no se asume el mismo camino del Maestro. El anuncio del evangelio trae consigo persecución y sufrimiento. Tomar la cruz significa participar en la muerte y resurrección de Jesús. La pérdida de la vida por la Causa de Jesús habilita al discípulo para alcanzarla en plenitud junto a Dios.


En el Bautismo hemos sido consagrados sacerdotes profetas y reyes. Por lo tanto la dimensión profética de nuestra fe es intrínseca a la consagración bautismal. Hoy no podemos prescindir del profetismo en el seguimiento de Jesús. Y sabemos que las consecuencias del profetismo, vinculado estrechamente a la misión evangelizadora, son la oposición, la persecución, el rechazo y el martirio. Muchos hombres y mujeres en distintas partes del mundo se han jugado la vida por la fe y la defensa de los valores evangélicos. Si se quiere seguir a Jesús en fidelidad tendremos que enfrentar muchas contradicciones, caminar a contravía de lo que propone el orden establecido, la cultura imperante y la globalización del mercado -que no es otra cosa que la globalización de la exclusión-.

Quisiéramos vivir un cristianismo cómodo, sin sobresaltos, sin conflictos. Pero Jesús es claro es su invitación: hay que tomar la cruz, hay que arriesgar la vida, hay que perder los privilegios y seguridades que nos ofrece la sociedad si queremos ser fieles al evangelio.

¿Cómo vivimos en la familia y en la comunidad cristiana la dimensión profética de nuestro bautismo? ¿Estamos dispuestos/as a correr los riesgos que implica el seguimiento de Jesús? ¿Conocemos personas que han vivido la experiencia del martirio por el evangelio? ¿Ya no es tiempo para mártires, o lo es para mártires de otra manera?



Comentario de Marcos Rodriguez

Piensa como Dios, no como hombre

CONTEXTO

 Hoy lo tenemos fácil, porque el texto que acabamos de leer es continuación del que hemos leído el domingo pasado. Seguimos en Cesarea de Filipo, fuera del territorio de Palestina. Lo que Mateo pone hoy en boca de Jesús, ni siquiera es aceptable para los seguidores.

  
El domingo pasado Jesús felicitaba a Pedro por expresar pensamientos divinos. Hoy le critica por pensar como los hombres. La diferencia es abismal; y sólo a unas líneas de distancia en el mismo evangelio.


 Como Pedro, los cristianos en todas las épocas, nos hemos escandalizado de la cruz, y si hubiera estado en nuestras manos, ni uno sólo hubiera elegido para Jesús el camino que él siguió.


 De nada sirve ya la imagen de profeta o de Mesías victorioso; menos aún la de Hijo de Dios. Se trata ahora del “servidor” que se entrega totalmente a los demás, y así hace presente a un Dios que es amor.


Las palabras puestas en boca de Pedro demuestran que ni él ni los demás, habían entendido lo que significaba Jesús. Como siempre, el mayor escollo para aceptar lo nuevo, fue su religión.


 Para entender a Jesús, hay que dejar de pensar como los hombres y empezar a pensar como Dios. Pensar como Dios, es dejar de ajustarse a este mundo; es transfor­marse por la renovación de la mente (Pablo).


 Para aceptar el mensaje de este evangelio, tenemos que cambiar radicalmente nuestra imagen de Dios. El hombre ha pretendido siempre poner a Dios al servicio de su ser biológico. Ese Dios no puede existir.

 EXPLICACIÓN

 Tres puntos importantes podemos descubrir en el relato de hoy:


1.- El anuncio de la pasión por parte de Jesús.

2.- La vehemente protesta de  Pedro y recriminación de Jesús.

3.- La invitación al seguimiento con todas las consecuencias.



1.- La muerte de Jesús fue para los primeros cristianos el punto más impactante de su vida. Seguramente el primer núcleo de todos los evangelios lo constituyó un relato de su pasión y muerte. No nos debe extrañar que, al redactar su vida se haga desde esa perspectiva. Hasta cuatro veces anuncia Jesús su muerte en el evangelio de Mateo.


 Como los evangelios están escritos mucho después de morir Jesús, nunca sabremos lo que de verdad anticipó Jesús sobre su muerte. Lo cierto es que no hacía falta ser profeta para darse cuenta de que la vida de Jesús corría serio peligro. Lo que decía y lo que hacía estaba en contra de la doctrina oficial, y los encargados de su custodia tenían el poder suficiente para eliminar a una persona tan peligrosa para sus intereses.


 Cualquiera con un mínimo sentido de la realidad podía descubrir que lo iban a matar. Hasta sus familiares quisieron impedir que eso sucediera, llevándoselo a casa, porque estaba claro que había elegido un camino de locos.


 No se trata de aceptar lo inevitable como un accidente inesperado e invencible, sino de manifestar que esa muerte encaja en los planes de un Mesías distinto al oficial.



2.- Pedro responde a Jesús con toda lógica. ¿Podía Pedro dejar de pensar como los hombres? Incluso el día que vinieron a prenderle, Pedro prefiere sacar la espada y atizar un buen golpe a Malco, para evitar que se llevaran al Maestro.


 Era inconcebible para un judío, que al Mesías lo mataran los máximos representante de Dios en la tierra. El texto quiere transmitirnos, que la idea falsa de Dios que manejan, hacía a Jesús inaceptable como su representante. La crítica de Jesús va dirigida a los de dentro, no a los de fuera.


 La respuesta de Jesús a Pedro, es casi la misma que dio al diablo en las tentaciones del desierto. Ni a los fariseos ni a los letrados, ni a los sacerdotes dirige Jesús palabras tan duras. Lo cual quiere indicar que la propuesta de Pedro era la gran tentación para todo ser humano, también para Jesús.


 La verdadera tentación no viene de fuera, sino de dentro. Lo difícil no es vencerla, sino descubrirla como tal, desenmascararla y tomar conciencia de que ella es la que puede arruinar nuestra propia Vida.


Jesús desenmascara a Pedro y deja muy claro que su idea de Dios es distinta a la oficial. Jesús no rechaza a Pedro como discípulo, pero quiere que descubra su verdadero mesianismo, que no coincide ni con el del judaísmo oficial ni con lo que esperaban los discípulos.


 3.- Negarse a sí mismo supone renunciar a toda ambición personal. El egoísmo, el individualismo quedan descartados de Jesús y del que quiera seguirlo.


 Cargar con la cruz es aceptar la oposición del mundo a los que no piensan como él. Esta oposición está asegurada, pero se manifestará en cada uno de distinta manera; por eso dice “su cruz”.


 Debe quedar claro que si no se está dispuesto a afrontar las dificultades que la fidelidad acarrea, hasta la misma muerte, no se está en la actitud de seguir a Jesús.


 El seguimiento, es muy importante en todos los evangelios. Se trata de abandonar cualquier otra manera de relacionarse con Dios y con los demás, y entrar en la dinámica espiritual que Jesús manifiesta en su vida. Es aceptar un Dios “nadapoderoso” que está dispuesto a darse totalmente y sin condiciones. Es identificarse con Jesús en su entrega total a los demás, sin buscar para sí nada que pueda oler a poder o gloria humana.


 Jesús no pretende ir contra las apetencias más profundas de todo ser humano, sino que intenta mostrarnos el camino que nos puede llevar más lejos en esas legítimas pretensiones.


 La propuesta de Jesús es la única manera de ser hombre. Todo ser humano debe aspirar a ser más; incluso ser como Dios. Pero debe encontrar el camino que le lleve a su verdadera plenitud.


 Los argumentos finales dejan claro que las exigencias que parecen tan duras, son las únicas sensatas. Lo que Jesús exige a sus seguidores, es que vayan por el camino del amor, es decir, por el camino del servicio a los demás aunque ese camino les acarree sufrimiento e incluso la muerte misma.


 Aquí está la esencia del mensaje cristiano. No se trata de renunciar a nada, sino de elegir en cada momento lo mejor para mí. Si interpreto el mensaje evangélico como renuncia, es que no he entendido ni jota.

APLICACIÓN

 Aquí está la madre del cordero, porque la aplicación a la vida tiene que hacerla personalmente cada uno. El evangelio de hoy, está sin estrenar. Seguimos pensando como los hombres. A través de los siglos, en el mejor de los casos, nos hemos equivocado en la interpretación. (basta leer la vida de la mayoría de los “santos”).


 El mensaje de Jesús no pretende deshumanizarnos como se ha entendido a veces, sino llevarnos a la verdadera plenitud humana. No se trata de sacrificarse creyendo que eso es lo que quiere Dios. Dios quiere nuestra felicidad en todos los sentidos. Dios no puede “querer” ninguna clase de sufrimiento; Él es amor y sólo puede querer para nosotros lo mejor en todos los aspectos.


 Nuestra limitación es la causa de que, a veces, el conseguir lo mejor, exige elegir entre distintas posibilidades, y el reclamo del gozo inmediato inclina la balanza hacia los que es menos bueno e incluso malo. Mi falso yo, que es lo más inmediato a mi conciencia, está exigiendo que mi verdadero ser se someta a sus deseos. En la medida que lo consiga, estoy salvando mi vida pero pierdo la verdadera Vida.


 La mayoría de nuestras oraciones pretenden poner a Dios de nuestra parte en un afán de que salve la vida de aquí abajo, exigiéndole que supere con su poder nuestras limitaciones.


 Lo que Jesús nos propone es alcanzar la plenitud despegándonos de todo lo que no es esencial. Si descubrimos lo que nos hace más humanos, será fácil volcarnos hacia esa escala de valores.


 En la medida que disminuyo mi necesidad de seguridades materiales, más a gusto, más feliz y más humano me sentiré. Estaré más dispuesto a dar y a darme, porque eso es lo que me hace crecer en mi verdadero ser.


 Una plenitud de vida biológica, sensitiva, instintiva no supone ninguna garantía de mayor humanidad. Todo lo contrario, si pongo mi parte superior al servicio de la inferior, arruinaré mi posible Vida humana y me quedaré en la simple biología, habré perdido la una y la otra.


 Ganar la Vida es ir más allá de las apariencias, es decir, dejar de pensar que lo biológico, lo sensitivo y emocional es lo importante. Sin dejar de dar la importancia que tiene a la parte sensible de tu ser, debes descubrir tu verdadero ser y empezarás a vivir en plenitud.


 La muerte afecta sólo a tu ser biológico, por eso la vida fisiológica se pierde siempre, antes o después. Si accedes a la verdadera Vida, la muerte pierde su importancia. La plenitud se encuentra más allá de lo caduco. ¡Ojo! No más allá en el tiempo, sino más allá en profundidad, pero aquí y ahora.


 Para ser cristiano, hay que transformarse. Hay que nacer de nuevo. Lo natural, lo cómodo, lo que me pide el cuerpo es acomodarme a este mundo. Pero lo que Dios espera de mí es que  vaya más allá de todo lo sensible y descubra lo que de verdad es mejor para la persona entera, no para una parte de ella.


 Los instintos no son malos; que los sentidos quieran conseguir su objeto, no es malo. Sin embargo la plenitud del ser humano está más allá de los sentidos y de los instintos. La vida biológica no se nos da para que la guardemos y preservemos, sino para que la consumamos en beneficio de los demás.



 Meditación-contemplación

“Transformaos por la renovación de la mente”.
Nacer de nuevo, nacer del Espíritu,
son expresiones con el mismo mensaje.
En lo biológico estamos siempre; es el punto de partida.
Lo espiritual hay que descubrirlo y vivirlo.
………………..
 Si no entro en la dinámica del Espíritu,
permaneceré en el ámbito de lo sensible.
Puedo disfrutar de placeres inmediatos sin cuento,
pero quedará truncada mi más elevada posibilidad de ser.
…………………
 El hedonismo es la gran tentación y el gran engaño.
Todo lo que nos rodea en nuestra sociedad,
está encaminado a convencerme de las excelencias del placer sensible.
Si rechazas la oferta, quedas estigmatizado para el mundo,
y se revolverá contra ti como una fiera herida.
…………………….
 No tengas miedo;
El mundo sólo puede matar el cuerpo.
………….
 Marcos Rodríguez


Referencias bibliográficas:

Pequeño misal “Prions en Église”, Canada.

viernes, 19 de agosto de 2011

En los 81 años del nacimiento del autor de LAS CENIZAS DE ANGELA


“Cultivad vuestra mente, es vuestro tesoro y nadie puede entrometerse en ella. Si la llenáis de basura se pudrirá en la cabeza. Podéis ser pobres, llevar los zapatos rotos, pero vuestra mente…vuestra mente es un palacio”. 

(palabras en clase  del profesor del curso de McCourt, en la película basada en el libro LAS CENIZAS DE ANGELA).



Mi encuentro con McCourt y su obra

Por allá en 1997 , justo después de haber recibido el Premio Pulitzer Había oído hablar de él y su célebre libro que después sería llevado a la pantalla grande.

Frank McCourt cuyo nombre me ha sido siempre difícil memorizar, nació  UN DÍA COMO HOY EL 19 de agosto  pero de 1930 en Estados Unidos pero se crio en Irlanda país de sus raíces y orígenes de familia.

Las Cenizas de Ángela es un relato trágico-cómico de su infancia y  parte de su juventud vividas en la antigua república irlandesa, católica y compleja de los años  30s y 40s.

Año 2003. Fue estando como misionero en África y gracias a un compañero que me adentré en el mundo de McCour, como me ha sucedido con las buenas novelas, una vez empezada, no pude abandonarla, despertando en mi un vivo interés por el relato autobiográfico junto a Gabo con “Su vivir para contarla”, devorados casi que simultáneamente en horas de soledad y calma y cuando el libro se presentaba como una alternativa de compañía.

Para mí ha sido de los libros más conmovedores y que  a la vez me ha enseñado mucho y entretenido, al tornar sus páginas se encuentra uno con pasajes que muestran el amor sin condiciones por la figura maternal,  la complicidad padre-hijo, la comprensión de la realidad y la vida contada y vista por los ojos de un niño,   se aprenden valores como la compasión, la amistad y se da cuenta uno que la rebelión y la protesta  frente a la miseria y la intolerancia (política y o religiosa) no tienen fecha ni lugar.

McCourt logra un relato entrañable que nos hace llorar y reír a la vez, su lenguaje es sencillo y profundo, refleja la humanidad, pero también la miseria y dignidad que conviven en el ser humano.

La obra de McCourt tiene como trasfondo una crítica mordaz, sin tapujos, irreverente  de la Iglesia la religión católica tradicional irlandesa. Al principio del libro el autor lo advierte: “Cuando rememoro mi niñez me pregunto cómo sobreviví. Fue, claro, una infancia miserable: la infancia feliz difícilmente vale la pena para nadie. Peor que la infancia miserable común es la infancia miserable irlandesa, y peor aún es la infancia miserable católica irlandesa”.

El 19 de julio del 2009 murió después de haber sucumbido a un cáncer, irónicamente me di cuenta de su muerte casi un año  después…

Como tarea me he propuesto en estos días releer sus dos primeros libros: Las cenizas de Ángela y Lo es, y leer por primera vez Profesor su penúltima obra, donde narra sus experiencias de docente en USA…dicen que sus libros, especialmente este último deberían leerlo todos los maestros y  pedagogos, y aprender así de la experiencia de un hombre que con seguridad tiene mucho que enseñarnos…

Alrededor del autor y su opera prima

Frank McCourt  nacio en  Brooklyn , New York, hijo de Malachy McCourt   (1901-1985) que pertenecía  a la iglesia presbiteriana de Irlanda del Norte y de Angela Sheehan (1908-1981) que había sido criada en la iglesia católica irlandesa.

McCourt vivio en New York con sus padres y sus 4 hermanos y hermanas más jóvenes: Malachie que nació en 1931, los gemelos Oliver y Eugene, nacidos en 1932 y una hermana menor, Marguerite, que murió unas semanas después de su nacimiento, en 1935. Después de esta primera tragedia su familia decide volver a Irlanda, donde mueren los hermanos gemelos un ano después de su llegada y donde  nacen los más  pequeño de sus hermanos Michael  (1936) y Alphie (1940).

La vida en Irlanda, y especialmente en Limerick, no era fácil en aquella época (años 30 y 40), y el libro la recoge con crudeza. La familia McCourt vive en una casucha minúscula en una callejuela sucia, con una sola bombilla y conviviendo con las pulgas y los chinches, y comparten una única letrina con sus demás vecinos. El padre, vago y alcohólico, apenas logra mantener ningún trabajo, y cuando lo hace es sólo para poder comprar más bebida. Así, la familia se ve obligada a vivir de la caridad, subsistiendo principalmente a base de té y pan.

El padre de Frank consigue finalmente un empleo durante la Segunda Guerra Mundial, en una planta de defensa en Coventry (Inglaterra), pero pronto deja de enviar dinero a su familia, que depende únicamente de lo que logra obtener la madre de Frank, sin trabajo y con escasa ayuda de sus familiares, que no aprueban su matrimonio con un norirlandés. Los hermanos mayores, Frank y Malachy, comienzan a ayudar en lo que pueden, recogiendo trozos de carbón o madera de las calles, hasta que el joven Frank cae enfermo, con tifus y conjuntivitis. Poco después, la familia se ve obligada a abandonar su casa e irse a vivir con un familiar lejano que no siente ninguna simpatía por ellos. Frank consigue poco después sus primeros trabajos como repartidor de telegramas, y comienza a soñar con la posibilidad de volver algún día al lugar donde nació, los Estados Unidos. De hecho, el libro termina cuando Frank consigue ver cumplido este sueño, embarcándose para América a la edad de 19 años.


Frank McCourt es un personaje atípico. Empieza a escribir ya jubilado. No asciende escalón por escalón la larga senda de la fama sino que su primer libro lo catapulta como a ninguno. Infancia y adolescencia miserable, en un ambiente que nada pronostica para su futuro. Y efectivamente, hasta la aparición de Las cenizas de Angela  en 1996, a sus 66 años, era un oscuro maestro en Nueva York, para ser inmediatamente después uno de los 35 personajes más famosos del año según Vanity Fair, figurar 70 semanas seguidas en la lista de los best sellers del New York Times, estar traducido a más de 20 idiomas y figurar en más de 50 entradas en Internet. ¿Vocación tardía o escritor inédito?

Pero también es típico de un sector contemporáneo de la población. Marginado en una región marginada, desarraigado, sobrevive contra toda esperanza.

Las Cenizas de Angela tiene magia que atrapa. A años luz del realismo mágico del llamado boom latinoamericano de las últimas décadas, McCourt se inscribe en un realismo cruel y descarnado más bien emparentado con Dickens. Sin artilugios de tiempo ni espacio, narra linealmente los sucesos de su infancia y adolescencia como los rescata de la memoria sesenta años después. Pareciera que con ellos se libera de viejos fantasmas. Función catártica de la literatura.

La narración es descarnada y cruel como lo fue su infancia. La Nueva York de la gran depresión no tiene campo para inmigrantes, aun cuando tampoco lo tiene para nadie la Irlanda de los alrededores de la 2ª Guerra Mundial. El tiempo de la novela coincide con el tiempo del autor narrador. Novela autobiográfica. Completa el suceso exterior con la percepción desde la perspectiva del niño y adolescente que fue sobre el mundo que le ha tocado en mala suerte. A la edad en que escribe, mira su infancia con un dejo de humorismo cínico cercano al sarcasmo y la narración va tomando los tonos propios del habla de cada edad.

¿Y cuál es ese mundo? La Irlanda secularmente sometida al inglés, empobrecida por las depresiones no superadas de la entreguerra europea, la fuerte tradición católica en que se cría, enfrentada a la visión protestante dominante. El catolicismo lo encierra en el círculo infernal de la culpa por el pecado. Su contraparte es el mal encarnado. Y la guerra. La guerra que conduce a la paradoja en que se encuentran los irlandeses de apoyar con mano de obra barata al protestante inglés, del cual apenas acaban de liberarse formalmente, en su enfrentamiento con el alemán. El peor sometimiento, sin embargo, ha quedado: el de la cultura religiosa opresiva del espíritu (“...condenación. Es la palabra favorita de todos los sacerdotes en Limarick “), el de la desigualdad y la pobreza, el de ser periféricos frente al vecino imperio decadente.

Podemos concluir, como el autor, con la única palabra del XIX capítulo de su novela: ¡AJA!. Sí, ¡ajá!, aquí hay un gran novelista del interior del hombre. De un hombre que nos hace resonar fibras internas a muchos hombres. Del interior oprimido y desarraigado del hombre de siempre. ¡Ajá!, aquí nos identificamos con ese pequeño Frankie de dos, tres años con hambre permanente cuando nos acordamos que en nuestro desayuno solo había un pequeño pan con agua de panela. ¡Ajá!, acá nos acercamos a su escolaridad, a su sometimiento a la dura escuela de tradición inglesa donde el castigo es norma y la letra, aún ahora, con sangre entra. ¡Ajá!, aquí lo vemos recibir los continuos portazos en las narices cuando pretende acceder al mundo religioso vedado para el marginal, ya sea del colegio de élite, de la sacristía implacable en la cual creía ilusamente su madre que podía llegar a ser monaguillo, del monasterio o de la casa de jesuitas cuando se acerca a ellas intentando limpiar su culpa interna exacerbada por las primeras cervezas la última noche de sus quince años.

¡Ajá!, ahora no le queda más remedio que estar destinado a la condenación eterna por haberse masturbado en lo alto de la colina, frente al pueblo y ante el mar y por el iniciático y desritualizado acto sexual con la tierna y tísica Teresa Carmody, que muere de eso, de tísica y deja en el adolescente apenas despertando a la vida, el penoso sentimiento de haberla arrojado al infierno sin posibilidad de redención.

¡Ajá!, y sólo entonces le queda el sueño americano. Para su Nueva York natal regresa después de ahorrar durante cuatro años, en un intento por recuperar el único asomo de felicidad en esos 19 años: el recuerdo de un país luminoso donde hay comida y las películas son el alimento de sus sueños. Y a los 19 años, este país deslumbrante no lo frustra y lo recibe con fanfarrias de placer en casa de mujeres solitarias y marchitas que tratan de compensar su fracaso amoroso en farras de fin de semana mientras sus esposos cazan venados.

¡Ajá!, y acá nos deja, mirando desde cubierta junto a sus sueños, río Hudson arriba, el titilar de las luces de América, con la nostalgia de que, a pesar de lo que dice, la infancia miserable y la adolescencia solitaria y culposa, son iguales en todas partes.


Continuaciones y adaptaciones

Frank McCourt escribió una continuación a Las cenizas de Ángela: Lo es ('Tis) (1999). Luego publicó su tercer obra El profesor (Teacher Man), en la que cuenta sus vivencias como docente (2005) y, por último, Angela and the Baby Jesus con una dulce historia de la niñez de su madre (2007).

Además, Las cenizas de Ángela fue adaptada al cine en 1999, en una película con el mismo título, dirigida por Alan Parker y protagonizada por Emily Watson y Robert Carlyle.

ver la pelicula aca:


Premios

Las cenizas de Ángela recibió tras su publicación el Premio Pulitzer de 1997, mismo año en el que recibió el premio Boeke. Obtuvo también el National Book Critics Circle Award de 2006

Título

Muchos no se explican la razón por la cual el autor dio este nombre a su obra, dado a que Ángela no es el foco principal de la misma. En varias entrevistas McCourt confesó que la obra completa fue pensada para ser publicada en un solo libro, que terminaba con la muerte de su madre; sin embargo, decidió fragmentar su relato en dos obras independientes, bautizando la segunda como Lo es ('Tis), ya que ésta es la frase (o palabra) con la que el autor concluye Las cenizas de Ángela.

Otros atribuyen su nombre a las cenizas que derramaban los innumerables cigarrillos que Ángela fumaba sumida en la preocupación. Otros, en cambio, consideran que se debe a los restos dejados por la chimenea que se encendía en invierno. Una teoría más profunda, dicta que Las cenizas de Ángela recibió su nombre por los tres hijos que ésta mujer perdió.

En conclusion:


Hay una cosa en la que McCourt nunca me defrauda: cuenta su vida con crudeza, realidad, ironía, sátira y verdadera pasión. Es desde luego la historia de un superviviente. Y no ahorra detalles, por sórdidos o desagradables que sean, para contar su experiencia vital. 4 libros que se deben leer consecutivos y una película que merecen la pena y que te hacen coger cariño a FRANK McCOURT. Recomendable 100%.      


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:




lunes, 15 de agosto de 2011

FELIZ FIESTA DE LA ASUNCION


LA ASUNCIÓN DE MARIA


Un primer articulo Transcrito del libro "Esta es nuestra fe: Teologia para universitarios de Luis Gonzalez Carvajal:



El 1 de noviembre de 1950 Pío XII definió ser doctrina revelada que María, «una vez cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial». Ya en época temprana surgieron varios relatos apócrifos que describían la asunción de María al cielo. Algunos eran especialmente fantásticos, como éste que se puso bajo el nombre de San Juan Evangelista, aunque en realidad es de finales del siglo V: «Un ángel se le aparece a María, le trae una palma y le anuncia su muerte. Ella convoca a sus amigos y les da la noticia (...) Camino del sepulcro, la comitiva fúnebre es atacada por los judíos; pero al sacerdote que quiere tocar el ataúd se le cortan maravillosamente las manos y los que le acompañan quedan ciegos. Por estos milagros se convierten y son curados. Luego los apóstoles depositan el cuerpo de María en el sepulcro; tres días más tarde viene Jesús de nuevo, los ángeles llevan el cuerpo al paraíso y lo ponen bajo el árbol de la vida, donde se une otra vez con su alma» 29.


San Juan Damasceno nos ha transmitido una leyenda, mucho más mesurada, según la cual los apóstoles abrieron la tumba de María al tercer día de su muerte y encontraron sólo los sudarios 30.

Conviene aclarar, sin embargo, que la fe de la Iglesia no se apoya en ninguna de esas leyendas; es más, no debe apoyarse en ellas porque la asunción no fue un acontecimiento más de la vida de María que pudiera haber sido presenciado por algún cronista. Decir que fue «asunta a la gloria celestial» equivale a decir que fue asumida, tomada por Dios; y esto, obviamente, ocurre más allá de la historia. Quien sepa que el «cielo» de la fe no es el cielo de los astronautas, no caerá en la ingenuidad de imaginar un desplazamiento por los aires.

Así, pues, la Iglesia no supo de la asunción de María por el testimonio de la historia, sino por el testimonio de la fe Jesús, al resucitar de entre los muertos, fue a «preparar un lugar (Jn 14, 2) a quienes «mueren en Cristo» (1 Tes 4, 14).Entre ellos María — modelo del discipulado cristiano— ocupaba necesariamente el primer lugar. Un día disfrutaremos nosotros también de esa dicha.

 Es significativo el hecho de que, para definir el dogma de la asunción. Pío XII no eligiera un 15 de agosto sino un 1o de noviembre (fiesta de todos los santos). Debemos dar por buena la intuición de los artistas que representaron siempre a María asunta a la gloria rodeada de un gran cortejo formado por los mártires y santos en general.

La asunción de María al lado del Padre nos dice que hay realidades que ya han sucedido; que no sólo han llegado a Cristo sino también a nosotros, simples seres humanos. Podemos pues, tener confianza. El «futuro» no es ninguna utopía. Se ha hecho ya presente en Jesús y María.



Notas de pie de Pagina:



29. La versión griega y latina fueron publicadas por A.WEN -G E R, UA ssomption de la Tres Sainte Vierge dans la tradition byzantine du VF au Xe siécle: Archives de 1'Oriente chrétien5 (Paris1955).

30. JUAN DAMASCENO, Homilía III in dormiüo:PG 96, 157BC





***


También anexo una bella presentación Power Point que nos ayudarà a iluminar la reflexión y a estimular nuestra vida de fe y esperanza en esta fecha tan especial en que celebramos a la excelsa mujer María de Nazaret...







Madre Nuestra ,gracias por tu SI 
sincero y fuerte al Padre Eterno,
Tú posibilitaste el trascendental plan de Dios con la humanidad,
Gracias María por engrandecer nuestra condición humana.

Que tu ejemplo de fe, caridad y 
obediencia a los designios divinos, 
inspiren nuestra vida de cada día
y que nuestros gestos y palabras
aboguen siempre por la vida, la justicia y el amor.

Gracias por mostrarnos que la vida vale la pena de ser vivida,
y que a pesar de nuestra condición mortal, 
la esperanza nos empuja a la inmortalidad segura;
mientras la fe nos hace actuar, 
trabajar por un mundo más justo y más humano.

Gracias por tu oración y súplica ante tu Hijo y el Padre
por nosotros  y por nuestro mundo...


 María Madre de Gracia y Madre de Misericordia!
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viernes, 12 de agosto de 2011

1911-2011: En los 100 años del nacimiento de Cantinflas...

Hace un siglo nacía en Ciudad de México uno de los símbolos del humor latinoamericano. Criado en el barrio de Tepito, uno de los más humildes de la capital, Mario Moreno (12 de agosto de 1911-20 de abril de 1993) acabó ocupando una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ganó un Globo de Oro y el reconocimiento de generaciones de espectadores que adoraron a su personaje más célebre: Cantinflas. 

Se celebra y recuerda hoy en el mundo a CANTINFLAS. Para muchos, incluyéndome a  mi considerado como el mejor cómico de Latinoamerica y uno de los mejores que ha existido en la historia mundial del humor, junto a Charles Chaplin, Groucho Marx, Oliver y Hardy (el gordo y el flaco) y el aun en pie CHESPIRITO (Roberto Gómez Bolaños).

Desde mi infancia me cautivaron sus filmes: “El bolero de Raquel”, “Ahí está el detalle”, El Padrecito”, “Un Quijote sin Mancha”, “Ni Sangre, ni arena”, “caballero a la medida”, “El gendarme desconocido”, “EL sube y baja”,  “El supersabio”, “El analfabeta”, “El señor fotógrafo”, “el barrendero”,   y  “Su excelencia”, considerada para mí la mejor de todas.

De su verdadero nombre Mario Fortino Moreno, el gran actor cómico, repito, celebra hoy 100 años (un siglo) de nacimiento.

Cura, médico, sabio (mejor que un nobel de química, puesto que puede transformar el agua de mar en gasolina), policía o gendarme, fotógrafo, bombero, barrendero. El podía hacer el papel de Sancho Panza y de D’Artagnan.  Actor de cabecera del realizador Miguel Delgado (1905-1994), Cantinflas grabo 32 películas con él.  Mismo si todas no son grandes películas y o filmes de calidad, muchas no la pretendieron nunca. Cantinflas, cuya carrera cinematográfica va desde los 60’s a  comienzos de los 80’s, actuó al lado de numerosos actores y actrices de México como Pedro Armendáriz, Angelines Fernández (la bruja del 71), pero también al lado de extranjeros como David Niven o Maurice Chevalier en “Pepe”, un film musical de George Sidney en 1960.
Fue bailarín, boxeador y cómico de carpa. Actuó en la radio y protagonizó varias películas y obras de teatro personificando al "pelado" mexicano de los años 30.

El personaje de la gabardina deshilachada, y pantalones de cadera caída; el lustrabotas, el borrachín, el cargador, que se enreda en un laberinto de palabras y expresiones, nació en 1936 y lo llevó a la fama en todo el mundo de habla hispana.

Cantinflas era el maestro de las evasivas, del hablar sin concretar ideas para no comprometerse, caracterizado por su picardía y expresiva dulzura.

"Con su excelente manejo de la improvisación" --cuenta el bailarín cubano Roberto, de la pareja Mitsuco y Roberto--, "siempre salía con un impredecible comentario, totalmente fuera de libreto."

Sin embargo, lejos de las luces del escenario, Mario Moreno era otra persona, tal cual relatan varios de sus familiares, amigos y antiguos compañeros de trabajo.

Cuentan que era un hombre solitario, introvertido, que no soportaba las mentiras y que se llevó muchas decepciones, sobre todo en el ámbito familiar.

También destacan su labor altruista, que se ha mantenido incluso después de su muerte por medio de dos fundaciones que desarrollan su tarea solidaria en México.

El 20 de abril de 1993, Mario Moreno, falleció víctima de un cáncer de pulmón, y "lleno de amargura", según palabras de su hermano Eduardo.

Sin embargo, "Cantinflas" no murió. El hombre de la gabardina sigue arrancando carcajadas: ha perdurado y resistido el juicio implacable del tiempo.

Incluso su nombre y todos sus derivados --cantinflada, cantinflear, cantinflesco-- ya integran el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.


A mí, lo que más me gustaba y o divertía de Cantinflas era su pantalón caído, « descaderado », al igual que  sus bigotes de gato recortados en el labio superior que le daban un aire simpático y semblante de buen diablo.
CANTINFLAS, QUE EN EL CIELO ESTES…


Mario Moreno Cantinflas cumpliría cien años de existencia

Publicado el agosto 7, 2011 a las 6:29 PM  · 

Sin lugar a dudas, Mario Moreno Reyes, mejor conocido como Cantinflas es un icono del cine mexicano y de nuestra cultura popular.

CIUDAD DE MÉXICO,(NSSOaxaca) .-Surgido de las carpas y los teatros de revista en los años treinta, donde confeccionó su inolvidable personaje del peladito del pantalón caído y la gabardina en forma de hilacho, Mario Moreno Cantinflas, además de convertirse en una de las figuras más importantes del espectáculo en México, también fue el  símbolo de la lucha social, de la batalla en contra de las injusticias y las arbitrariedades con las que se identificaron todas las clases sociales.

Actor, productor, empresario, benefactor y hombre de altruismo, este 12 de agosto de 2011 Mario Moreno cumpliría 100 años de vida, un siglo en el que su estampa cómica y su trascendencia artística lo han hecho un personaje inolvidable e inmortal.


Sacó diez en conducta

Cuando Mario Moreno alcanzó la celebridad como Cantinflas nunca se olvidó de ayudar a los más desprotegidos, a los indigentes, a los desvalidos, las mujeres y a los viejecitos, pero sobre todo a los niños pobres con quienes siempre tuvo una gran identificación, pues durante su infancia él también se tuvo que enfrentar a la pobreza y a las necesidades.

El origen de Mario Moreno fue muy humilde, pero de ninguna manera miserable como muchos biógrafos han hecho creer.

La infancia de Mario Moreno Reyes, nacido el 12 de agosto de 1911,  ocurrió como la de los grandes ídolos de nuestro México, aquellos que han surgido de los más bajos estratos sociales pero que con tesón, esfuerzo y talento lograron el cariño, la admiración y el respeto de su público.

Hijo de Soledad Reyes, ama de casa, y de Pedro Moreno, empleado postal, Mario nació en el número 182 de la calle de Santa María la Redonda (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas), justo en el pintoresco centro de la Ciudad de México que vio efervecer los espectáculos

La religión,  importante en su vida

Mario fue poco afortunado en los estudios, nunca fue un estudiante brillante y mucho menos un alumno de dieces.

Estuvo en la Escuela Nacional Primaria Zaragoza donde tuvo sus primeras aventuras. Luego la familia Moreno se mudó a la colonia Guerrero, lugar en donde el futuro actor de carpa y cine estudio en la Escuela Católica de Nuestra Señora de los Ángeles, en la que aprendió la doctrina cristiana, además, de que estudió latín y esto le valió para ser acólito en el templo del barrio.

En su madurez, cuando ya era una auténtica estrella del cine mexicano, Cantinflas de forma contínua recordaba esta añorada etapa de su vida:

“El padre Garcidueñas me pedía que lo ayudara a sus misas porque decía que yo hablaba muy bien el latín, y yo me aprendí muy bien el Yo Pecador. Pero un día sucedió algo que me dejó muy inquieto: me dijeron que el padre era tan bueno y noble que en realidad era un santo y que por las noches volaba mientras oraba en solitario. Yo me quedé muy impresionado y lo fui a espiar por una rendijita que tenía en su cuarto para ver si era cierto. Toda la noche estuve ahí y no, no era verdad, no volaba”, comentaba divertido.
Pero la formación religiosa de Mario tuvo otro origen importante:
Como si se tratara de una escena de sus películas Cantinflas evocaba con nostalgia aquellos momentos en los que su madre y hermanos se reunían alrededor de la mesa para rezar el rosario, todas las noches, sin falta. Y nadie podía irse a dormir sin haber cumplido con esta obligación.

Algunos de sus hermanos se caían de sueño mientras su madre, abnegada y fervorosa, les pedía con amor: “Ya va a acabar hijos, ya va a acabar, no se duerman”.

La fe y la doctrina católicas estuvieron presentes en la familia Moreno Reyes desde siempre, y el propósito era muy noble: convertir a los hijos en hombres y mujeres de bien, honestos, honrados y limpios.

“Nunca nos faltaron zapatos, ni qué comer, ni amor de nuestros padres”, recordó en algún momento Esperanza Moreno, hermana de Mario.

Distraido, testarudo, inquieto y peleonero

Esperanza Moreno asegura que su hermano Mario siempre fue un niño hábil y muy escurridizo.

En la vecindad vivía una señora muy gorda que quería mucho al joven Mario, y cuando éste hacía alguna travesura o trataba de esconderse de su madre o salvarse de las reprimendas de su padre, corría para ocultarse detrás de la voluminosa figura de aquella señora que le servía de muro y tapadera.

Josefina Moreno Esquivel, tía de Mario, también fue testigo de cómo el muchacho tenía la vocación artística desde niño:

“Las reuniones entre la familia eran constantes, y después de comer comenzaba la tertulia. Mi padre tocaba la guitarra y Mario, con su hermana Catalina, formaban un dueto musical impresionante. Tendrían unos seis o siete años y le hacían muy bien al canto. Mi prima decía que su mejor número se llamaba Flores de mayo”.

Los amigos de la infancia de Mario Moreno lo recuerdan también como un niño testarudo, inquieto y no pocas veces distraído, eso sí, valiente y peleonero.

“Mario no se dejaba de nadie, desde entonces luchaba contra de las injusticias y cuando veía que otros muchachos mayores intimidaban a los más pequeños se les enfrentaba. Prácticamente ahí descubrió sus dotes como boxeador, sabía muy bien meter las manos y más de uno quedaron tumbados en el piso con sus derechazos. Claro, en ocasiones él también salió con el ojo de cotorra”, comentaba su ex compañero de primaria, Pedro Granados.

José Moreno, hermano de Mario, llegó a confesar también que aún siendo él mayor era el futuro cómico quien lo defendía de los abusos de los demás.

Fue primero soldado del ejército y luego llegó a ser ¡bailarín de tangos!

La etapa infantil de Mario Moreno Reyes tiene muchos contrastes, era un hijo obediente con sus padres pero el rebelde en la escuela; el vago y amiguero en el barrio pero el disciplinado en el trabajo.

La realidad es que las cualidades artísticas de Mario Moreno fueron descubiertas desde muy temprana edad. Siendo aún un niño ya le gustaba el baile y desde entonces trataba de ser el centro de la atención.

En la adolescencia Mario siguió fogueándose en el ambiente del libertinaje, pero su padre, don Pedro Moreno, un hombre trabajador, de estricta disciplina y de carácter fuerte, no estaba de acuerdo en el tipo de vida que llevaba su hijo, él quería que fuera un hombre de provecho y trabajador, y en 1927 decidió llevárselo a Jalapa, Veracruz, donde trabajaba como agente aduanal, para así tenerlo a su lado y poder vigilarlo.

Pero Mario quería estar libre, y por extraño que parezca su única salida fue enrolarse en las filas del ejército para alejarse de la disciplina y el control de su padre. Ingresó como soldado del 27 Batallón de la tercera compañía, a pesar de que declaró falsamente que tenía 21 años de edad, ser soltero y de oficio mecanógrafo.

Fue remitido a Chihuahua en donde aprovechó para organizar partidos de futbol, encuentros de box y escenificó su primera puesta teatral con una obra de su propia autoría, Las travesuras de Martes.

Su ex compañero de batallón Ismael Pérez Izquierdo, relató algunas anécdotas en la serie de fascículos Ahí está el detalle: “Mario repartía a cada quien su papel en la obra, según sus particularidades del argumento y las habilidades de cada muchacho”.

Pero a Mario poco le duró el gusto por la milicia. Pedro Moreno fue a ver al general encargado del regimiento y le comunicó la verdad: que era un menor de edad y por lo tanto no podía estar activo en el ejército.

Y tenía razón, Mario apenas contaba legalmente con 16 años,  por lo que fue dado de baja el 6 de junio de 1928.

Mario estaba muy molesto, pero también estaba consciente de que su vocación no era el ejército, por el contrario, durante los ocho meses que prestó sus servicios descubrió que el deporte y el show, principalmente, eran lo suyo.

Así, comenzó a mostrar sus habilidades para el boxeo sostenido encuentros amateurs, hasta que las carpas y los salones de baile se cruzaron nuevamente por su camino.

En los fascículos Ahí está el detalle  se detalla cómo el futuro Mimo de México vivió el pugilismo que después lo encaminó al baile y a las carpas:

“Mario Moreno quiere ser boxeador y acude a Jalapa donde, de no visitar la lona, podrá traer para su familia 40 o 50 pesos. No visita la lona, tampoco gana dinero: La pelea se suspende y decide pedir una oportunidad para subir a escena y cantar.

“De ahí en adelante Mario Moreno intentará ser bailador de tangos, hará pareja de baile, rondará los barrios en busca del personaje que lo haría inmortal e irá aprehendiendo del ambiente mismo, de la calle”, se relata en la publicación.

De joven, en la vagancia con Resortes

Cuando sus padres se mudaron a la calle de Guatemala, Mario continuó sus estudios en la Escuela Primaria numero 85, aunque también acentuó su vagancia. Era un líder en potencia y formaba grupitos de amigos con los que desde entonces forjaba sueños de riqueza.

Entre esos amigos estaba otro chico que se escapaba desde su casa en la calle de Regina -hoy 20 de Noviembre- para integrarse a la palomilla. Él era Adalberto Martínez Chávez, un excepcional e innato bailarín aficionado con quien Mario hizo amistad desde niño. Juntos comenzaron a frecuentar los salones de billar.

“Éramos muy buenos amigos y no había día en que no nos aventáramos unas carambolas de billar –decía Adalberto-, entonces Mario me decía que no le gustaba la escuela y que prefería irse a la carpa para ver los espectáculos, algo que a mí también desde entonces, también me gustaba mucho. Solo unos años después este amigo de la infancia de Mario se convertiría en su contemporáneo de las carpas en donde se presentó con el nombre artístico de Resortes.

“Muchos conocieron a Mario en el escenario, pero solo yo lo conocí antes, en el billar La Torancesa, donde se reunía la palomilla de boxeadores formada por Mike Herrera, Carlos Pavón y Gonzalo Rubio”, comentó Resortes.

Curiosidades y mitos del  Mimo de México

El 777
El número 777 se asoció a Cantinflas en  1941, año en que realizó la película El gendarme desconocido. Se volvió tan importante para la vida de Mario Moreno que lo utilizó recurrentemente. De esta forma fue identificado su personaje en dos de sus siguientes películas: El bombero atómico y El patrullero 777.

Pero además, el 777 también fue el nombre que le dio a una de sus avionetas y a un salón de fiestas de su propiedad.

Cuando ocurrió su muerte, una patrulla de la policía abrió el cortejo fúnebre rumbo al Panteón Español. En la torreta llevaba el 777.

Se dice que el 7 es un número cabalístico y mágico utilizado en rituales esotéricos.

Embajador de la Paz

Por su destacada labor altruista y de acercamiento entre los pueblos del mundo, Mario Moreno Reyes fue nombrado por la Organización de Estados Americanos (OEA) Embajador de la Paz.

Trabajó con su cuñado

En 1940 Mario Moreno realizó la película Ahí está el detalle, en cuya historia el personaje de Cantinflas es confundido con un asesino que enfrenta un desternillante juicio público.

En esta cinta alternó con quien era su concuño en la vida real, Estanislao Shilinsky (estaba casado con Olga, hermana de Valentina Zuvareff, pareja de Mario Moreno). Lo curioso es que aunque Shilinsky llegó a formar pareja con Cantinflas en algunos números de carpa y radio, Estanislao se consagraría con otro fenomenal cómico, Manuel Palacios Sierra, conocido como Manolín, con quien formó el dueto de Manolín y Shilinsky.

El mural de Diego Rivera

En el mural que el pintor Diego Rivera realizó en la fachada del Teatro de los Insurgentes destaca la figura de Cantinflas junto a una cifra de 20 millones. Esta cantidad corresponde a la cantidad de dinero que Mario Moreno pretendía reunir en un evento altruista que serviría para la edificación de casas para personas necesitadas. Logró construir 64 casas en la Magdalena Mixhuca, las que se vendieron a un precio de 500 pesos. La colonia llevó el nombre de su madre, Soledad Reyes.

Temas moralistas en sus películas

Las mayores obras cinematográficas de Mario Moreno fueron durante la época en que supo explotar muy bien la comicidad de Cantinflas.

Cuando lucía su vestimenta del peladito de pantalón caído, camisola larga y gabardina en forma de hilacho, que lo consagraron permanentemente.

Pero cuando quiso adentrarse a nuevos rubros, enfundándose en personajes de mayor cultura comenzó a sufrir una inevitable decadencia de su proletario personaje.

Así, caracterizaciones como el patrullero, el padrecito, el profesor, el doctor o el barrendero buscaron explotar temas moralistas a través de mensajes de superación que, aunque tenían un buen propósito, alejaron por mucho al Cantinflas de sus grandes logros y de su sátira social.

¿De dónde surgió el personaje de Cantinflas?

Varios son los mitos que se han creado alrededor de su origen. Se dice que al inicio de su carrera Mario Moreno buscaba imitar al actor estadunidense Al Joison, por lo que pintaba la cara con pronunciadas líneas negras. Sin embargo, con el tiempo eliminó las marcas de las patillas y barba para dejar un bigote ralo a los lados de la boca. Sobre su caracterización del peladito se dice que explotó la idea de un personaje llamado Chupamirto (creado por el dibujante Jesús Acosta), que utilizaba pantalón caído y camisa de manga larga, surgido en una tira cómica de un periódico capitalino.

Sobre su manera de hablar existen dos versiones, una que se inspiró en un borrachito de los alrededores del Teatro Follies y cuya versión confirmó posteriormente Manuel Medel, compañero de Cantinflas. La otra dice que nació de entre un grupo de mecapaleros y cargadores que se reunían en las cercanías del Follies a dialogar y que de ahí Mario tomó el modismo.

Al referirse al nombre del personaje, el propio Mario Moreno decía que surgió cuando alguien del público le gritó durante una de sus actuaciones: ¡Ése mi Cantinflas! Que le gustó tanto que lo adoptó.

Charles Chaplin lo alabó

Mario Moreno Cantinflas alcanzó un lugar tan privilegiado en el cine mexicano que no sólo fue admirado por los actores de nuestro país. Su importancia llegó incluso a niveles internacionales cuando fue reconocido por las grandes estrellas de Hollywood, entre ellas Charles Chaplin, el destacado cómico inglés que se hiciera famoso interpretando al vagabundo Charlot y de quien se ha dicho ha sido el más grande actor que ha dado el cine de todos los tiempos. Sin embargo, el propio Chaplin sintió que este título no le correspondía a él sino a Cantinflas, a quien admiraba de sobremanera. A Mario, quien se vio influenciado por el propio Chaplin durante sus primeras películas, entre ellas El Circo y Si yo fuera diputado, se le llegó a llamar el Charles Chaplin de México.

En la Real Academia de la Lengua Española

El juego de palabras con el que Cantinflas hablaba mucho, pero no decía nada, terminó siendo un modismo cultural, que por su trascendencia hoy forma parte de la Real Academia de la Lengua Española.  Así, varias palabras derivadas del personaje creado por el cómico de México fueron agregadas al diccionario:

Cantinflas
(De Cantinflas, popular actor mexicano).
1. m. Méx. Persona que habla o actúa como Cantinflas.

Cantinflear
intr. Cuba y Méx. Hablar de forma disparatada e
incongruente y sin decir nada.

Cantinflada.
1. f. Méx. Dicho o acción propios de quien habla o
actúa como Cantinflas, actor mexicano.
Acantinflado, da.
1. 1.       adj. Bol., Chile, Méx. y Ven. Que habla a la manera peculiar del actor mexicano Cantinflas.

El lenguaje de su frontera

Aunque Mario realizó dos películas en Hollywood: La vuelta al mundo en 80 días y Pepe, desistió de hacer más, debido a la barrera que le significaba el idioma inglés.

El personaje de Cantinflas tenía un lenguaje sumamente popular y sólo entendible por la lengua española, por lo que le era muy difícil hacerse entender en otras. Además, Mario Moreno tampoco dominaba el inglés.

Pero su participación en La vuelta al mundo en 80 días lo colocó como uno de los actores mejor pagados del mundo, además fue merecedor al Globo de Oro en la categoría de Mejor Actor de Musical o Comedia.

En Hollywood, Cantinflas también tiene su propia estrella en el Paseo de la Fama.