No es tan famoso como Mickey, pues cuando era niño, oí hablar más de Topo Gigio
que de él…Speedy González fue mas bulloso, pantallero y correlón…Jerry el pequeño
amigo y o enemigo de Tom el gato, nos entretuvo por muchas horas en la tele…Pero
el ratón Pérez? Perdónenme pero fue siendo ya adulto cuando escuché referencias
suyas…Acaso no tuve una infancia plena y normal como los demás niños? Je,je…
Google ha querido en esta fecha precisamente
rendirle homenaje al creador del “Ratoncito Perez” como se le conoce en su país,
y veamos, fue un sacerdote, periodista y escritor español llamado Luis Coloma Roldán, que según cuentan sus biógrafos nació en Jerez de la Frontera en 1951,
un 9 de enero, justo un día como hoy, o sea hace 161 años y murió en Madrid a la edad de 64 años, el 14 de abril de 1915.
Pero quien es el “ratoncito Pérez” o “ratón Pérez” como se le conoce en
Colombia?
A finales del
siglo XIX le pidieron al padre Coloma desde la corte que escribiera un cuento
cuando a Alfonso XIII, que entonces tenía 8 años, se le cayó un diente. Al
jesuita se le ocurrió la historia del Ratoncito Pérez, protagonizada por el rey
Bubi, que era como la Reina Doña María Cristina llamaba a su hijo. Desde
entonces el Ratoncito Pérez es un personaje muy popular entre los niños
españoles e hispanoamericanos, a los que pone un regalo bajo la almohada cuando
se les cae un diente.
El Ratoncito
Pérez es un personaje de leyenda muy popular entre los niños hispanoamericanos
y españoles. Al igual que el hada de los dientes de los países de habla
inglesa, cuando a un niño se le cae un diente lo coloca debajo de la almohada
mientras duerme y, según la tradición, este personaje se lo cambia por un
regalo. Esta tradición es prácticamente universal aunque adopta formas diversas
en distintas culturas. Se le reconoce como "Ratoncito Pérez" en los
países hispanohablantes, con la excepción de algunas regiones de México y Chile
en donde se le dice "el Ratón de los Dientes" y en Argentina,
Venezuela, Uruguay y Colombia simplemente "El Ratón Pérez". En
Francia se le llama "Ratoncito" (la petite souris), en Italia se le
conoce como "Topolino", "Topino" (Ratoncito) o "Fatina"
(Hadita) y en los países anglosajones este papel lo encarna el "Hada de
los dientes" (Tooth Fairy). En Cataluña esta tarea es encomendada a
"l'Angelet" (el Angelito), en el País Vasco -sobre todo Vizcaya-, se
encarga "Maritxu teilatukoa" (Mari la del tejado) y en Cantabria es
"L´Esquilu de los dientis" (La Ardilla de los dientes). En algunos
lugares es tradición tirar los dientes de los niños a los tejados de las casas.
Recuerdo cuando yo mismo me arrancaba los dientes de
leche y los que mudé posteriormente, fue en el contexto de la escuela y mi
casa, y mis padres, maestros u otras
personas adultas me ayudaron a extraerlos, vi mismo a otros compañeros amigos que se los sacaban , pero nadie nunca
me habló de la tal fábula y o creencia de poner las muelas bajo la almohada y esperar un regalo del tal “ratoncito
Pérez “…amigo lector, conocido, paisano (contemporáneo conmigo) que nació a
finales de los 60s y comienzos de los 70s, que me lee y también nació en
Marquetalia, le pregunto , a usted le hablaron de este cuento? O donde estaba
yo cuando me presentaron a este roedor con apellido tan bogotano?, jeje…
Como les digo si quieren profundizar mas en la vida
del autor creador del “ratón Pérez” y saber mas a propósito del susodicho
roedor, les invito a teclear sobre el motor de búsqueda de Google “Ratón Pérez”…Buen
día.
****
Ratoncito Pérez
Ratoncito Pérez alivia los dolores de la pérdida de los dientes
En realidad, esa tradición existe para calmar el posible dolor y el trauma que puede suponer la caída de un diente para algún niño. No sabemos qué sentido tiene el hecho de que un ratón se lleve los dientes de los niños. Sería fácil explicar a los niños que el ratón es coleccionista de dientes de niños, pero no sabemos cómo caería la explicación entre los mayores. Tampoco sabemos por qué se llama Pérez (tal vez sea una tradición sólo española). De todas formas el niño no se hace estas preguntas y menos aun si el ratoncito Pérez es generoso con él. Para la siguiente ocasión en que se le caiga otro diente el trauma será mucho menor, que es de lo se trata. Mercedes LópezCuento del Ratoncito Pérez
Pepito Pérez era un pequeño ratoncito de ciudad. Vivía con su familia en un agujerito de la pared de un edificio. El agujero no era muy grande pero era muy cómodo, y allí no les faltaba la comida. Vivían junto a una panadería, por las noches él y su padre iban a coger harina y todo lo que encontraban para comer. Un día Pepito escuchó un gran alboroto en el piso de arriba. Y como ratón curioso que era trepó y trepó por las cañerías hasta llegar a la primera planta. Allí vio un montón de aparatos, sillones, flores, cuadros..., parecía que alguien se iba a instalar allí.Al día siguiente Pepito volvió a subir a ver qué era todo aquello, y descubrió algo que le gustó muchísimo. En el piso de arriba habían puesto una clínica dental. A partir de entonces todos los días subía a mirar todo lo que hacía el doctor José Mª. Miraba y aprendía, volvía a mirar y apuntaba todo lo que podía en una pequeña libreta de cartón. Después practicaba con su familia lo que sabía. A su madre le limpió muy bien los dientes, a su hermanita le curó un dolor de muelas con un poquito de medicina... Y así fue como el ratoncito Pérez se fue haciendo famoso. Venían ratones de todas partes para que los curara. Ratones de campo con una bolsita llena de comida para él, ratones de ciudad con sombrero y bastón, ratones pequeños, grandes, gordos, flacos... Todos querían que el ratoncito Pérez les arreglara la boca.
Pero entonces empezaron a venir ratones ancianos con un problema más grande. No tenían dientes y querían comer turrón, nueces, almendras, y todo lo que no podían comer desde que eran jóvenes. El ratoncito Pérez pensó y pensó cómo podía ayudar a estos ratones que confiaban en él. Y, como casi siempre que tenía una duda, subió a la clínica dental a mirar. Allí vio como el doctor José Mª le ponía unos dientes estupendos a un anciano. Esos dientes no eran de personas, los hacían en una gran fábrica para los dentistas. Pero esos dientes, eran enormes y no le servían a él para nada. Entonces, cuando ya se iba a ir a su casa sin encontrar la solución, apareció en la clínica un niño con su mamá. El niño quería que el doctor le quitara un diente de leche para que le saliera rápido el diente fuerte y grande. El doctor se lo quitó y se lo dio de recuerdo. El ratoncito Pérez encontró la solución: "Iré a la casa de ese niño y le compraré el diente", pensó. Lo siguió por toda la ciudad y cuando por fin llegó a la casa, se encontró con un enorme gato y no pudo entrar. El ratoncito Pérez se esperó a que todos se durmieran y entonces entró a la habitación del niño. El niño se había dormido mirando y mirando su diente, y lo había puesto debajo de su almohada. Al pobre ratoncito Pérez le costó mucho encontrar el diente, pero al fin lo encontró y le dejó al niño un bonito regalo.
A la mañana siguiente el niño vio el regalo y se puso contentísimo y se lo contó a todos sus amigos del colegio. Y a partir de ese día, todos los niños dejan sus dientes de leche debajo de la almohada. Y el ratoncito Pérez los recoge y les deja a cambio un bonito regalo. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
FIN
Este cuento ha sido enviado por María Dolores Roca –www.ortoclinic.com
Y si tú o algún familiar o amigo escribe cuentos infantiles, no dejéis de enviárnoslos a:
¡CÚENTANOS UN CUENTO!
Frantástica entrada sobre Luis Coloma
ResponderBorrarMuchas gracias por el comentario, disculpe la tardanza en reaccionar...Cordial saludo desde Canadá.
ResponderBorrar