sábado, 21 de septiembre de 2019

19 de septiembre del 2010: Reflexion 25o domingo del tiempo Ordinario C

A guisa de introducción:

GENTE DE CONFIANZA, GENTE DE BIEN


Confiado, un bebe se duerme en los brazos de su madre.
Confiado, un paciente se acuesta sobre la cama para una cirugía.
Confiado, un amigo me revela un secreto de su vida.
Confiados, dos seres se unen en matrimonio.
Hay personas a las que yo les confiaría todos mis bienes!
La confianza es la base de nuestra vida.

La confianza, si ella se apodera de nosotros  (por lo bueno, pues existe también la ingenuidad o la ceguera estúpida) revelará a los demás nuestro espíritu de paz y ayudará a establecer un ambiente sin stress, de amor y paz. 

Lamentablemente en nuestros días, sobre todo en los ambientes de las grandes, complejas e intrincadas ciudades esto es difícil. Con pesimismo nos vemos abocados al peligro, cara a cara ante muchas cosas y personas nocivas que nos amenazan en cualquier aspecto de nuestra humanidad. Pero está en cada uno de nosotros el sembrar confianza y establecer ambientes propicios para la apertura y la amabilidad hacia los demás, eso sí con un ojo bien abierto, el ojo de la prudencia y la sabiduría para saber responder y actuar ante las eventuales amenazas o los posibles riesgos, y así no salir heridos o muertos por nada…

El Señor ha tenido la osadía de confiar en nosotros. Él sabe que somos lo bastante hábiles y creativos para hacer crecer su reino.

La corriente dominante y actual nos empuja a buscar nada más que nuestro provecho personal y egoísta. Dios  sin embargo, confía en nuestra capacidad de elegir y o decidir qué se impone.

La brecha entre los ricos y los pobres crece?  Él sabe que podemos cambiar las cosas.

La justicia no es accesible sino para los más ricos y mejor posesionados?  Él nos da la fuerza de levantarnos y o sublevarnos (de buena manera) por los más pobres y pequeños.

Un sistema de salud tiene dos velocidades, favoreciendo a los más potentados? El osa creer en nuestro poder colectivo de tomar las decisiones necesarias y así corregir las cosas.

Para construir el Reino, Dios Padre nos da sin mesura (sin contar) TALENTOS y DONES, FUERZA E INTELIGENCIA, AMOR, TERNURA…Y CONFIANZA!

Llegarán los  días para demostrar que los hijos e hijas de la luz pueden ser tan hábiles entre ellos como los hijos de este mundo? Fortalecidos por  la confianza que Dios deposita en nosotros, OSEMOS CONSTRUIR EL REINO! (1)


1

PRIMER COMENTARIO

Una aproximación psicológica:

Es seguro que ni a usted ni a mí nos agrada (nos gusta)  que se nos proponga como ejemplo o modelo a seguir alguien deshonesto. Con este presupuesto, la historia que  Jesús nos cuenta aquí, no es una historia neta, digamos limpia o digna. Pero Jesús se adelanta a nuestra objeción o crítica y nos dice:  “De acuerdo, este tipo es un embustero, pero al menos, él tiene el mérito de ver claro, de comprender lo que pasa a tiempo y por consecuencia actuar en el momento ideal”.

Y Jesús podría seguir: “En el plano moral yo entiendo que no estén de acuerdo, pero por el lado existencial, es él quien tiene razón, porque ha visto venir, acercarse los golpes, las amenazas y ha tomado las cosas en mano justo a tiempo. Miren bien que sus escrúpulos morales no sean más que un pretexto para no hacer nada”.

Y las aplicaciones en la vida práctica no faltan:
Yo militaría (haría parte) bien de un sindicato, pero quienes los conforman no son mejor que sus patrones.
Yo me comprometería con los oprimidos, pero estoy contra la violencia.
Yo compartiría de mil amores con los que pasan hambre en el tercer mundo, pero ellos hacen mercado negro con las provisiones que les enviamos.
Yo me opondría bien a ciertas decisiones injustas del gobierno, pero yo estoy por el respeto de las leyes.

Jesús ha denunciado de otro lado, ese “arreglo tramposo y acomodaticio” que consiste en criticar el estilo de los otros para justificarse y no hacer nada (Lucas 7,29-35). Y acá nos dice sustancialmente: los no cristianos ejecutan  más sus  responsabilidades que los buenos católicos, mismo si ellos lo hacen a veces de manera contestataria.

Dejen de excusarse con objeciones de principios de cara a la acción de los demás, y verifiquen si ustedes no corren el riesgo de perder el barco con sus escrúpulos y sus racionalizaciones.


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No hagan (ganen)  dinero con los amigos:

Jesús también nos habla acá del modo como se debe considerar el dinero.
Como por el Sabbat (el sábado) no es necesario voltear las cosas al revés.

Háganse (gánense) amigos con el dinero, en lugar de hacer (ganar) dinero con sus amigos. Utilicen el dinero (la plata, los pesos, los dólares,  la lana, la money, las pelas, los verdes, la pecunia…) para acercarse a las personas, en vez de utilizar las personas para  acercarse a (acrecentar) la  riqueza.

Si ustedes quieren vivir un día la comunión futura, es decir, ser acogidos en el mas allá (después de la muerte, cielo, eternidad, paraíso, etc.) por los amigos, comiencen enseguida! Persigan, anhelen desde ahora la comunión entre las personas, empleen los bienes materiales de modo que las personas estén abiertas las unas a las otras y no estén por el contrario en competición los unos con los otros.

Desprevenidos de un contexto centrado sobre la espera próxima del fin del mundo (que algunos preconizan continuamente) y proyectados más bien al horizonte a largo termino, esta invitación llega a ser el fundamento de una ética social evangélica. Construyan un sistema social basado en el compartir y la solidaridad, donde la organización del trabajo acerque a los trabajadores, los ayude a vivir en comunión en lugar de dividirlos, ya que ellos están implicados en la empresa, velen por que estén unidos en lugar de tenerlos alejados.

Jesús en ningún momento afirma que el dinero no es importante; Él dice que este debe servir para la comunión entre las personas. Y dice que lo más importante es vivir en amistad que vivir en la riqueza. El predice que mi acogida en la comunión eterna la harán aquellos con los que yo haya compartido mis bienes, de lo contrario esto no ocurrirá.

Ahora, en el siglo XXI , las personas con las cuales se me invita a compartir mis bienes , son  ante todo aquellas que me hacen vivir , son aquellos ciudadanos de acá y del tercer mundo que son explotados para que yo viva bien.

El problema es de talla, de grandes dimensiones, pero su complejidad y su vastedad no nos pueden hacer olvidar las palabras de Jesús: “si ustedes quieren sobrevivir, sírvanse del dinero para acrecentar la solidaridad”.

Diluirse (perderse) o luchar (combatir):

No se trata acá simplemente de dos opciones  (objetivos, o blancos)  diferentes, como cuando yo debo elegir entre dos restaurantes: se trata más bien de dos tipos de experiencia global que se excluyen mutuamente por su dinámica interna.

Una es, cerrarse, sólida y concretamente sobre una realidad tangible sobre la cual pienso (creo) tener un control absoluto y que me proporciona un poder inmediato y bien visible.

La otra es la apertura a una realidad que me supera y me engloba, sobre la cual no tengo control inmediato y que me lleva hacia aventuras inesperadas y o desconocidas.

Si me pongo (me meto) en la empresa de  la búsqueda de Dios, no sé cuándo lo encontraré y sobretodo tampoco sabré para qué servirá este encuentro una vez él se deje encontrar. Si me abro a la solidaridad fraternal, si yo me meto a vivir a sentir en la piel de mi hermano  lo que él vive, lo que espera y como lo sufre, ignoraré lo que mi compañía costará y lo que esta solidaridad vendrá a buscar al interior de mí mismo.

Y resurge la paradoja a la cual Jesús nos confronta a menudo: quien quiera salvar su vida la pierde, quien acepte perderla se salvará: Quien se orienta hacia el dinero para ESTAR EN CONTROL, minimiza su vida y viene a reinar sobre un universo personal que no tiene ninguna consistencia humana. 
Quien se orienta hacia Dios y acepta de perder todo el resto encuentra poco a poco su Reino, con todas las dimensiones y las verdaderas riquezas de la experiencia humana.

Los primeros (en control y en poder) serán los últimos (en profundidad e intensidad de vida)  y viceversa.


2o COMENTARIO

DAR CUENTAS DE NUESTRA ADMINISTRACIÓN

Hoy, Jesucristo nos pide que cambiemos nuestra actitud frente al dinero, los talentos y el tiempo que se nos ha dado. De todo ello, deberemos dar cuentas.

En la mentalidad capitalista que nosotros conocemos, creemos que la vida, el dinero, los talentos que tenemos nos pertenecen y que por ende podemos hacer con ellos lo que se nos venga en gana.

El evangelio  de hoy nos dice otra cosa: No somos nosotros verdaderamente los propietarios, somos solamente los “gerentes” de lo que poseemos. Yo debo  administrar los bienes, las cualidades, los talentos, las riquezas espirituales, intelectuales y morales que se me han dado.

No tengo derecho de “malgastar” los dones que Dios me ha confiado. Y Yo deberé rendir cuentas.

Una de las mejores maneras de preparar esta revisión, esta rendición de cuentas, es la de hacernos amigos que vendrán a apoyarnos en el momento de este encuentro importante.  Y por ello he aquí la razón de la formula en el centro de la parábola: “háganse amigos, consigan amistades con el dinero tramposo”. Jesús nos da acá la lección esencial: el buen empleo de las riquezas es potenciar,  fortalecer, acrecentar la amistad, poner el amor en nuestras relaciones. He aquí, una concepción verdaderamente revolucionaria sobre el dinero y los talentos: hacer un instrumento de compartir y crear de este modo amistades sólidas!

Esta parábola contiene un mensaje para cada uno de nosotros, una invitación a hacer “una utilización (un empleo) cristiana” de la riqueza, del tiempo, de los talentos y de la vida.

« Cuando estaba en la miseria, ustedes me ayudaron »… »ustedes vinieron a visitarme al hospital »… »ustedes me animaron y me apoyaron cuando yo me encontraba solo y deprimido”…”ustedes retardaron el pago de mi arriendo cuando yo perdí mi empleo”…”ustedes me trajeron comida preparada , cuando yo no podía cocinar”…”ustedes renunciaron a su jornada de paseo y descanso por acompañarme a hacer las compras”…”señor, esta persona es mi amiga. Ella ha compartido su tiempo, sus talentos, su dinero cuando yo estuve necesitado”.

El Evangelio nos dice que los fariseos eran “amigos del dinero”. Los verdaderos discípulos de Jesús son “los amigos de aquellos que están necesitados”. “Cada vez que lo hicieron con uno de estos pequeños hermanos míos, conmigo lo hicieron” (Mateo 25, 1ss).

El dinero es necesario, pero también es “tramposo”, dice Jesús. Este adjetivo “tramposo” se lee 5 veces en nuestra página del evangelio de hoy. Jesús juega con las palabras: el habla del administrador “tramposo”, el habla luego del dinero tramposo. Es una trampa que a menudo procura (nos da) una falsa seguridad. Se ha de desconfiar. Uno llega a creer que contando con una  generosa y o gruesa cuenta en el banco, nada nos puede llegar a pasar!

Y Cristo agrega: « si ustedes, los hijos e hijas de la luz pudieran poner tanta energía para vivir bien su cristianismo como los hijos e hijas de este mundo la ponen para enriquecerse, todo iría mejor sobre nuestro mundo…habría más paz, más perdón,   y más compartir, alegría, amistad…habría menos personas solas, menos gente en la miseria, menos personas decepcionadas de la vida."

Hoy, Jesús nos lanza una invitación discreta: sean diligentes y pongan tanta energía en la práctica del compartir como otros la ponen en la persecución del dinero y del poder”.



REFERENCIAS Bibliográficas:


1. A guisa de introducción: Traducción del francés edito aparecido en Prions en Eglise (petit livret) pg . 2  de André Tiphane (septiembre 19 2010).


2. Segundo comentario  al evangelio 25º domingo ordinario c, traducción del francés del sacerdote y psicólogo Jean-Luc Hétu, comunidad de padres de la santa Cruz, extraído de su obra "Les options de Jésus", pag 233 ss).


3. Comentario traducido  del francés por el padre  quebequense Yvon-Allard de la comunidad del verbo divino, pagina web: http://cursillos.ca.


domingo, 8 de septiembre de 2019

Felices 66...Camilo Sesto el hombre de los 6


Quien fue conocido simplemente como Camilo Sesto, el cantautor más prominente y productivo de España en las décadas de los 70s y 80s, había nacido bajo el nombre de Camilo Blanes Cortés en Alcoy, una pequeña ciudad de la provincia hispana de Alicante, el 16 de septiembre del año 1946, en medio de una familia de sencillos alcances.
Como vemos, en pocos días cumpliría los 73 años.

Y que se llamaba Camilo Sesto puesto que fue el sexto en el orden de los hijos, porque vio que había 6 letras en cada uno de los sustantivos que formaban su nombre y apellido CAMILO BLANES CORTES. Primero firmo como SEXTO, y luego decidió quitar la X y poner en su lugar la S.

Otro artista, quizás el cantante más escuchado de mi infancia y adolescencia...Sus letras y música, era el gusto común de mis tíos contemporáneos ...Sus acetatos, algunos los más clásicos hicieron parte de las discotecas de casa...Horas y horas de soledad y compartir fueron amenizadas con las canciones del arrobador y encantador Camilo que las féminas encontraban muy "churro" con sus ojos azules y su pelo largo...

Dicen, que solo un cantante pudo lograr hacerle competencia y ese fue el otro grande: el brasilero ROBERTO CARLOS...y con ellos dos el trío romántico de la música de plancha se completaba con José Luis Perales.

Yo recuerdo que con mis ínfimos ahorros compré por allá en 1985 (a mis 16) el álbum doble con sus 20 grandes éxitos, donde irónicamente no incluyeron la canción que más me gustaba TARDE O TEMPRANO.

Inolvidable siempre será la noche marquetona en qué cumplí mis 17, acompañado solo por un amigo y compañero de colegio (Edilberto Gallego) en  la ya desaparecida discoteca "El faraón" , pedí que me pusieran varias veces aquella canción con la que tanto me identificaba en el momento TARDE O TEMPRANO.

 En 1985 Camilo Sesto y con apenas 39 años,  asombra al mundo al decidir abandonar los estudios de grabación y las presentaciones en público.

En ese entonces ya tiene un pequeño de 5 años, Alguna vez Camilo declaró "Quiero nacer a una vida nueva, sé que será difícil alejarse de todo lo que hasta ahora ha rodeado mi carrera, el éxito, los viajes, los aplausos, los reflectores, la gente que te pide autógrafos, pero todo eso terminó para mí".

Sus seguidores lamentaron profundamente su partida, pero en el año 1991 sorprendió de nuevo al anunciar su regreso por exclusiva solicitud de su pequeño hijo, quien había oído hablar de la fama de su padre, es así como presenta su larga duración "A voluntad del cielo" logrando de inmediato los primeros lugares de popularidad, allí figuraban canciones como "Pecado Original", "Amor mío que me has hecho", "Vuelve" "Bienvenido amor" entre otras.

En el año 1994 cuando pensábamos que Camilo no volvería al disco reaparece con "Amor sin vértigo", la contraportada del disco una fotografía lo muestra junto a su hijo, de este último disco resaltamos la canción "Héroes de amor".

Camilo Sesto, su nombre evoca todo lo Romántico de las últimas décadas, su trayectoria artística ha sido una de las más brillantes y dilatas del mundo del disco.


Las 66 de Camilo:


Del Álbum ALGO DE MI (1972)

1.       Algo de mi

2.       Yo soy así  


Del Álbum SOLO UN HOMBRE (1972)

3.       Amor, amar

4.       Fresa Salvaje

5.       Solo un hombre

6.       Con razón o sin razón


Del Álbum CAMILO SESTO (1973)

7.       Algo más

8.       Todo por nada

9.       Quién

10.   Si se calla el cantor

11.   Sin remedio


Del Álbum CAMILO (1974)

12.   Quieres ser mi amante

13.   Llueve sobre mojado

14.   Ayudadme

15.   Madre


Del Álbum AMOR LIBRE (1975)

16.   Jamás

17.   Melina

18.   Qué difícil es ser feliz

19.   Piel de Ángel


Del Álbum JESUCRISTO SUPER STAR (2005)

20.   Getsemaní (oración del huerto)

21.   Todo estará en paz


Del Álbum MEMORIAS (1976)

22.   Qué será de ti

23.   Solo tu


Del Álbum ENTRE AMIGOS

24.   Y…no

25.   Celos

26.   Miénteme


Del Álbum RASGOS (1977)

27.    Si tú te vas
28.   Con el viento a tu favor

29.   Querido amor

30.   Mi buen amor

31.   Más que nunca


Del Álbum SENTIMIENTOS (1978) Su álbum más vendido en su historia musical

32.   Vivir así es morir de amor

33.   Así eres tú

34.   El amor de mi vida

35.   Agua de dos ríos


Del Álbum HORAS DE AMOR (1979)

36.   La culpa ha sido mía

37.   Enamórate de mi

38.   Solo el cielo y tu

39.   Después de ti

40.   Si me dejas ahora

41.   Has nacido libre

42.   Quién será?  (Bonus track)


Del Álbum AMANECIENDO (1980)

43.   Perdóname (dicen que dedicado a su padre)

44.   Un amor no muere, así como así

45.   Donde estés, con quien estés

46.    Vivir sin ti

Del Álbum MAS Y MAS (1981)

47.   Amor no me ignores

48.   Tarde o temprano

49.   Qué más te da

50.   No sabes cuánto te quiero (poema hablado)

51.   No te cambiaría por nadie

52.   Nunca más


Del Álbum CON GANAS (1983)

53.   Mientras me sigas necesitando

54.   Mi mundo tú

55.   Devuélveme mi libertad

56.   Terciopelo y piedra

57.   Puente sobre aguas turbulentas


Del Álbum AMANECER  84 (1984)

58.   Amor de mujer

59.   Te amo


Del Álbum TUYO (1985)

60.   Mientras mi alma sienta (dedicado a su madre)

61.   Tengo ganas de vivir


Del Álbum AGENDA DE BAILE (1986)

62.   Me lo estás poniendo difícil


Del Álbum A VOLUNTAD DEL CIELO (1991)

63.   Amor mio qué me has hecho?


Del Álbum HURACÁN DE AMOR (1992)

64.   Tatuaje de amor


Del Álbum AMOR SIN VÉRTIGO (1994)

65.   Sentimiento de amor (con su hijo Camilìn)

66.   Héroes de amor



Estas son en mi opinión las 10 mejores canciones de Camilo:


1. AMOR, AMAR



2. SOLO UN HOMBRE





3. SIN REMEDIO






4. QUIERES SER MI AMANTE?




5. MELINA



6. QUE SERA DE TI




7. CON EL VIENTO A TU FAVOR



8.   TARDE O TEMPRANO






9. AMOR DE MUJER




10. EL AMOR DE MI VIDA




Otras canciones que hacen parte de la BANDA SONORA DE MI VIDA son:

Mi buen amor,
Perdóname,
Vivir así es morir de amor,
Amor no me ignores,
Mientras me sigas necesitando,
No sabes cuánto te quiero
Solo el cielo y tu
Héroes de amor...

OTRAS COMPOSICIONES FAMOSAS DE CAMILO PARA OTROS ARTISTAS:

Enamorada - LUCIA MENDEZ
Quererte a ti- ÁNGELA CARRASCO
Quiéreme-  ÁNGELA CARRASCO
Si me dejas ahora- JOSÉ JOSÉ








sábado, 31 de agosto de 2019

29 DE AGOSTO DEL 2010: 22o domingo del tiempo Ordinario C

A guisa de entrada... 

Los buenos modales... ¿Se deben enseñar?

 Por favor, conteste francamente a las siguientes preguntas (no tema, no es una evaluación):

Su hijo...

• ¿La saluda con algo mejor que un gruñido al levantarse cada mañana?
• ¿Usa la expresión "por favor" cuando le pide que le compre ese par de zapatos que tanto desea?
• ¿Le da las "gracias" cuando usted le lleva hasta el colegio los libros que se dejó en casa?
• ¿Dice "lo siento" si la empuja por accidente cuando corre a contestar el teléfono?
• ¿Le escribe una nota de agradecimiento a la abuela por el regalo de cumpleaños que le ha enviado?

Probablemente, no muchos de ustedes han contestado "sí" a la mayoría de las preguntas. En este ejemplo y en los tiempos que vivimos, casi todas las respuestas son un "no".

Durante mis años como educador, he observado un drástico deterioro en lo que llamamos "buenos modales". No tengo una explicación exacta de los motivos que nos han llevado a ésto, pero así es. Creo que ha llegado el momento de que intentemos corregir la situación.

Los buenos modales son el primer paso del comportamiento civilizado. Nos dan el impulso para decir las palabras y mostrar el comportamiento que nos distingue del resto del reino animal. Demuestran nuestra consideración hacia los demás.

Es de buenos modales evitar emitir en público ciertos sonidos intencionales como  los eructos y las ventosidades ( por donde sabemos, jeje).  Pero hablando en serio, las buenas maneras acompañan todos los gestos que hacen que nuestro prójimo se sienta bien junto a nosotros. Nos empujan a evitar las palabras, sonidos y acciones que pueden hacer sentir incómodos a los demás y nos convierten en miembros dignos de nuestra sociedad civilizada.

Los buenos modales no se cogen automáticamente: se enseñan y se aprenden. Un niño o un adolescente no descubre por sí mismo, por arte de magia, que la dignidad y la amabilidad lo ayudarán a convertirse en una persona más agradable. Tampoco comprende por sí mismo que esos atributos le ayudarán a triunfar y a ser un individuo más feliz. Nosotros debemos enseñar estos conceptos a nuestros hijos.

¿Cómo podemos hacerlo? Las buenas maneras, como la mayoría de los valores, se deben practicar y vivir en el hogar si queremos que se conviertan en una parte permanente del carácter de nuestros niños. No debemos esperar que la escuela asuma la responsabilidad primaria de enseñar buenos modales. Siete horas al día durante nueve meses al año no hacen un tiempo suficiente para instalar principios duraderos o valores morales (en un año, un niño pasa 1.253 horas en el colegio y 7.507 horas fuera de él). Los maestros pueden forzar ciertas conductas ("Pídele perdón a Juan"), pero no pueden convertir las buenas maneras en una respuesta automática. Los padres sí.

¿Cómo? Pues mostrando buenos modales en casa día a día. Los niños oyen los sermones, pero practican lo que ven. Los padres, entonces, deben "predicar con el ejemplo" si quieren que las buenas maneras se conviertan en parte de la esencia de sus hijos. Y deben comenzar este proceso cuando los niños son bien pequeños.

La cortesía y los buenos modales abren las puertas a una vida adulta exitosa y feliz. Debemos proporcionarles a nuestros hijos las piernas que les permitan caminar por esa senda.

“La vida no es tan breve que no nos deje tiempo suficiente para la cortesía”.                                                        
Ralph W. Emerson

Tomado de  :

Comentario introductorio:   “Los buenos modales”

“No se debe hablar con la boca llena!”. “Los codos no se ponen sobre la mesa”. “solo se puede comenzar a comer cuando a  todo el  mundo  se le haya servido”. “No se debe sorber fuertemente la sopa , así esté caliente”. “Al masticar debes mantener la boca cerrada para que no se le escuche como a un cerdo!”…etc…

Cuántas veces nuestros padres y maestros han debido repetirnos estas frases para hacernos aprender “los buenos modales”. Porque había más que el arroz y la carne a veces en las comidas, había toda una formación, un arte de vivir, una transmisión de valores.

Recuerdo particularmente en el JUAN XXIII de Marquetalia  (cuando frisaba los 13 o 14 años)  las clases de urbanidad y civismo que nos daba el profesor Oscar Vélez  y como nosotros alumnos “alocados” nos mofábamos de una instrucción tan importante para la vida…Definitivamente los chicos no sabemos apreciar las cosas en su momento…

Los evangelios nos describen muchas comidas en las que Jesús compartió con amigos, con notables,  y frecuentemente con personas de reputación dudosa. No sabemos nada del menú de esas comidas, ni de las reglas de etiqueta que se observaban. Pero muy a menudo, Jesús aprovechaba para invitarnos a “los buenos  modales” de Dios.

Son esas maneras, y  modos de comportarse que sacuden nuestros hábitos, vuelcan nuestra escala de valores, rompen nuestros prejuicios. Porque Jesús nos invita a acoger todo el mundo, sin distinción de clases o de razas. Él nos pone en guardia (nos previene) frente  al orgullo y la soberbia que desprecia y divide, nos alerta contra la ambición que envenena las relaciones humanas.

Al observar “los buenos modales”  de Dios, nosotros podemos transformar nuestras comidas en comidas de bodas donde contraerán matrimonio nuestras diferencias y en donde se degustan el respeto y la acogida.

Hace falta mucho más que un curso de glamour y o etiqueta, para aprender los modales de Dios! Hace falta la fuerza del Espíritu, la paciencia de nuestro Padre, y una buena dosis de docilidad de nuestra parte.


COMENTARIO CENTRAL

Muy a menudo los evangelios nos hablan de la presencia de Jesús en un banquete o alguna comida. El comenzó su ministerio público con una comida de fiesta de bodas. Recordémolo, fue en Caná de Galilea. Y  termina su vida pública con la cena de Pascua. A lo largo de los evangelios, encontramos al maestro en casa de los fariseos, pero también en la casa de Zaqueo, en la residencia de Marta y María y  en muchas otras. De otra parte, sus enemigos no dudan en burlarse de él: “miren un comilón y un borracho” (Lucas 7,34). Es verdad que Jesús no desprecia ninguna invitación, ni de sus amigos, ni tampoco de sus adversarios que buscaban tenderle trampas.

A veces somos invitados a banquetes y comidas especiales, por ejemplo  cuando hay matrimonios, un bautismo, un cumpleaños, o simplemente cuando comemos con los amigos o familiares. Cuando estamos comiendo y hemos aceptado la invitación, sabemos que lo más importante no es tanto comer sino el hecho de estar juntos. Compartir una comida es mostrar la alegría de estar reunidos, es compartir la amistad, la vida, las  ideas, los sueños e ilusiones y también las penas. Para Jesús  una comida es justo eso  y bien mucho más. Si Él acepta las invitaciones a comer, es para decir a todos y a cada uno que ellos son amados por Dios. Él quiere llevar la Buena Nueva del Evangelio tanto a fariseos como a los publicanos. Él quiere salvar a toda la humanidad; es por esta razón que ÉL acepta todas las invitaciones, tanto de pobres como de ricos, como de pecadores y de justos, de sus amigos y enemigos…Su amor se ofrece a todos, sin hacer diferencias.

Cierto día, un viejo maestro preguntaba a uno de sus discípulos : “Dónde está Dios?” El discípulo le respondió: “El está en todas partes”. A lo que el Maestro replica: “No, Él está donde se le invita”, en casa del notable, del más pequeño, en casa del pobre como del rico. Y si queremos que Él esté en nuestra casa , debemos invitarlo , escucharle y acoger su palabra. Jesús viene a mi casa, entra en mi vida si yo le invito. Él se ha valido  también  de una comida para estar con nosotros. La Eucaristía es el maravilloso festín al cual nos invita  y se hace presente para compartirnos su Palabra y su pan. Ahí, nos repite o reitera su amor fiel. Allí,  nos hace vivir con Él como hijos de Dios y como hermanos entre nosotros. La Eucaristía es la comida o el banquete más importante (de la vida, de la semana, del ano)  al cual podemos ser invitados ya que Dios es quien nos acoge.


En el evangelio de este domingo, Jesús nos deja unas recomendaciones  bien precisas. Y observa que algunos invitados buscan espontáneamente las plazas de honor. En la vida, esto pasa con regularidad. Esta tendencia a buscar el prestigio, los honores, el poder, es algo terrible. Este orgullo nos encierra en nosotros mismos y nos impide de abrirnos a Dios y a los otros. Hoy, Jesús nos invita a la humildad ya que quiere evitarnos las humillaciones.

La humillación fabrica o crea humillados, excluidos, personas oprimidas, pisoteadas por los poderosos de este mundo. Al contrario, la humildad fabrica humildes, que no es la misma cosa. Aquel o aquella que es HUMILDE permanece enteramente abierto (a)  (disponible para) a Dios y a los otros. La verdadera humildad consiste en saber que yo cuento mucho ante la mirada de Dios, que yo soy precioso, tengo un gran valor para El , no a causa de mis méritos , sino más bien porque Él me ama.

En adelante, no hay plaza o puesto para  escoger,  o más bien, no hay que un solo puesto, aquel que ocupa Jesús y que quiere compartir con nosotros. Este puesto, es el de servidor. Lo hemos visto la tarde del jueves santo cuando lavó los pies de sus discípulos. Y hoy en el mundo son muchísimos, aquellos que ocupan este lugar poniéndose al servicio de los pequeños, de los marginados y de todos aquellos que han perdido todo por las catástrofes y/o  desastres naturales. Lo importante es que permanezcamos en ropa de trabajo, en uniforme de servicio, siempre atentos a los demás. A través de ellos, es Jesús quien se hace presente. Si sabemos acogerlo, Él nos ha prometido que un día se pondrá el uniforme de trabajo y /o de servicio para servirnos a cada uno a nuestro turno. Él quiere que nosotros estemos con Él en el corazón del Padre. Este es el banquete eterno anunciado por sus comidas en la tierra.


ORACIÓN

Señor, Tú no has venido para ser servido sino para servir. Tú te has hecho el último. Tú que conoces nuestro orgullo y nuestros deseos de grandeza, te pedimos: Muéstranos la alegría que hay al dar la vida por aquellos que amamos para que lleguemos todos a experimentar la felicidad de tu Reino. Amen

sábado, 27 de julio de 2019

28 de julio del 2013: 17o Domingo del Tiempo Ordinario C


Es este el domingo de la oración. Abraham intercede con audacia por los habitantes de la perversa ciudad que está condenada y Jesús enseña a sus apóstoles a orar a Dios como un niño que se confía en su padre o en su madre. 
Que esta Eucaristía nos permita tomar conciencia que somos los hijos bien amados de Dios.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS
11,1-13

 EL PADRE NUESTRO

11:1 Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: "Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos".
11:2 Él les dijo entonces: "Cuando oren, digan:
Padre, santificado sea tu Nombre,
que venga tu Reino;
11:3 danos cada día nuestro pan cotidiano;
11:4 perdona nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos
a aquellos que nos ofenden;
y no nos dejes caer en la tentación".


La parábola del amigo insistente


11:
5 Jesús agregó: "Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
11:6 porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle",
11:7 y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos".
11:8 Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.



La eficacia de la oraciónMateo 7, 7-11



11:9 También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.
11:10 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
11:11 ¿Hay algún padre entre ustedes que dé a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado?
11:12 ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
11:13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!"





A guisa de introducción:


Un gran reto escribir hoy…expresarse por escrito y ser leído no es tan evidente y más cuando día a día aumentan los espacios de opinión, los blogs, los foros…Y qué difícil encontrar como lectores, lo que es esencial, vital, afectivo y efectivo en medio de tanta maraña literaria…Por eso hoy toca seleccionar, escoger y quedarme con lo que verdaderamente me sirve y me edifica.

En todo caso, personalmente me siento muy contento y después de 7 años, haber llegado a las 700 entradas en mi blog www.gusqui.blogspot.com.

Comienzo orando y dándole gracias a Dios por eso, porque precisamente el evangelio de este domingo nos invita detenernos en la oración, a definirla, a ver como la vivimos y o practicamos…Aun oramos? Cómo oramos? Oramos con confianza o solo oramos por orar? Por tradición, por costumbre? Por rutina?

Alguien dijo muy sabiamente: “Las aves vuelan, los peces nadan, los cristianos oran”, es decir deberíamos concluir que no hay vida cristiana sin oración.

Y a quién están dirigidas nuestras oraciones? A Dios Todopoderoso en amor, oramos a Dios porque nos reconocemos sus criaturas, sus hijos, nuestro hacedor, nuestro liberador…Mientras no haya esta conciencia no se sentirá la necesidad de orar. Los autosuficientes, los ateos no oran, no ven el por qué ORAR…

Y cuando se ha tenido una experiencia negativa, traumática y dolorosa de paternidad humana, es lógico y apenas normal que sea difícil invocar a Dios como Padre. Pero es precisamente por eso, por esa misma necesidad de ser amado, por lo que se es y còmo se es que se puede encontrar este AMOR en Dios Padre. Nosotros podemos ir hacia Él,  dirigirnos a Él con toda confianza puesto que Él quiere nuestro bien.

Y si no hemos todavía tomado conciencia  de ser hijos de Dios, Jesús nos lo recuerda hoy en el evangelio.

Si, Dios es nuestro Padre. No estamos en sintonía, ajustados con su amor? No reflejamos su rostro, sus rasgos en nuestra vida como Jesús? Él permanece abierto y cerca de nosotros…Él nos lo asegura!

Aprovechemos de estos días calurosos de verano para entrar en contacto con Dios. La puerta de su casa está siempre abierta. Él permanece sensible a todo lo que nos afecta, o nos toca. Hablémosle del estado de nuestra alma, de nuestros amores felices, de la naturaleza que nos admira y nos encanta.

Expresémosle nuestro agradecimiento por esta con vida. Confiémosle nuestras dolencias y o enfermedades, nuestros miedos, nuestra necesidad (sed) de ternura. Demandémosle su auxilio para volvernos a levantar después de un fracaso y acoger el perdón.

Confiémosle nuestra frustración ante la lentitud de nuestros organismos, comunidades o por los conflictos en el mundo.

Que nuestra oración sea acción de gracia, alabanza, ayuda para arrepentirnos, lo importante es saber que podemos decirle todo a nuestro Padre. Él nos escucha y nos da siempre mucho más de lo que esperamos.

Que el Espíritu abra nuestro corazón para acoger lo que Él nos reserva.

Ahh y no olvidemos en esa oración confiar también al Padre y estar en comunión  con nuestro Papa Francisco y con todos los jóvenes y demás personas que participan localmente, virtualmente y en la distancia en la Jornada Mundial de la Juventud que se realiza en Rio de janeiro Brasil durante estos días.


Aproximación Psicológica al texto del evangelio:


Asuman su humanidad y háganle (denle) un lugar a Dios!

El Jesús que nos presenta Lucas en su evangelio es un hombre profundamente comprometido en la experiencia de la oración. Pero los otros evangelistas también nos transmiten como era también de importante la oración para Jesús.

Esto puede llevarnos a sentir la continuidad que existe entre el contenido de la oración de Jesús y el contenido de la oración que formula por pedido de sus discípulos.

De manera habitual se nos ha llevado a distinguir entre oraciones: la “oración de Jesús”, se ha dicho,  no era necesariamente “la oración de los discípulos”. Pero de hecho, es a partir de su propia experiencia que Jesús le enseña orar a sus discípulos, de tal modo que el “Padre Nuestro” puede ciertamente enseñarnos alguna cosa sobre su oración.

De paso subrayemos las diferencias sensibles entre las versiones del Padre Nuestro tal y como nos son presentadas por Mateo y Lucas. En Mateo hay 7 peticiones, mientras que Lucas no ha retenido sino 5. Este fenómeno nos recuerda que los redactores de los evangelios no se percibían como archivistas, y que ellos se sentían libres de cortar o de agregar algo a las palabras de Jesús. Lo importante para ellos era el contenido del mensaje de Jesús y no su formulación literal.

Si retomamos el texto del Padre Nuestro, dos cosas nos admiran. Primero la sobriedad con la que se demanda o pide a Dios de intervenir en la historia. El pensamiento judío tenía la tendencia a imaginar cataclismos cósmicos y castigos terroríficos para los enemigos de la nación, mientras que los justos triunfarían de manera espectacular (podemos reportarnos al libro del Apocalipsis para tener una idea de este estilo literario). No hay nada de eso aquí en el Padre Nuestro. Jesús vuelve a llevar la oración a una gran moderación y a una profunda simplicidad: “Padre hazte reconocer como Dios…con los medios que quieras”, “Haz venir tu Reino…cuando Tu bien lo quieras”.

Pero la oración del discípulo no es una oración centrada exclusivamente en Dios. Ella es la oración de un hombre encarnado en una condición bien concreta, consciente de sus necesidades físicas, presto (listo) a reconocer sus errores y a aceptar los defectos del otro (metiéndose en sus zapatos), y siend consciente de su fragilidad.

De esta manera, por un lado,  encontramos en el PADRE NUESTRO un equilibrio admirable entre el reconocimiento y la asunción por parte del hombre de su fragilidad, y por otra parte el sitio o lugar que quiere darle a Dios quien se prepara para intervenir en su vida y en la historia.

Pensándolo bien, todo este mensaje de Jesús a sus contemporáneos se encuentra en estas cuantas líneas del Padre Nuestro: “Reconozcan sus necesidades, su fragilidad y sus errores, y denle un lugar a Dios en su vida”.

Un comentarista remarca con audacia que se puede invertir los papeles en esta parábola del amigo insistente con la que Jesús completa su enseñanza sobre la oración: es el hombre quien está acostado , mientras que Dios insiste “sin vergüenza” o sentirse apenado (v.8) para que le abran!

Y de hecho, en el Nuevo Testamento abundan pasajes que van en esta dirección o tienen tal sentido. En el Apocalipsis, es Jesus mismo que “Está en la puerta y que toca” (Apocalipsis 3,20). El texto a los Hebreos, por su parte, nos recuerda la insistencia de Dios por hacerse escuchar del hombre: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1,1-2).

Esta inversión de la parábola puede mismo introducirnos en el corazón de la Encarnación. Puesto que con la Encarnación, es Dios que se pone (no se mete) afuera, que se pone en la situación vulnerable de aquel que está en el exterior a la merced de aquel que puede abrir la puerta o dejarla cerrada (revisar en este sentido Filipenses 2,5-8).

En Jesús, como en los profetas que le han precedido, es Dios quien toma la decisión de venir insistentemente a golpear la puerta del hombre, que se expone a la merced de la aceptación o del rechazo por el hombre (releer en este sentido la parábola de los viñadores asesinos- Lucas 20,9-16).

Este acercamiento confiere una profundidad admirable a la experiencia de la oración, ya que ORAR es dejar entrar a Dios en nuestra  vida y no implorarle más dejarnos entrar en la de él.

Puesto que en la vulnerabilidad de Jesús, Dios ha elegido los roles: somos nosotros que estamos adentro y es Él quien está afuera; la decisión de abrir la puerta o de dejarla cerrada, no es decisión de Él a tomar,  sino nosotros que podemos tomarla; Ya no es mas Dios quien tiene un poder sobre el hombre, sino el hombre quien tiene un poder sobre Dios.

La oración llega a ser la experiencia que nos permite salir de esta dinámica vergonzante del poder y de la vulnerabilidad, para entrar en una dinámica de intimidad. La oración abre la puerta, y cuando la puerta está abierta, ya no hay más alguien que suplica y otro que se hace suplicar, no hay más que dos amigos que están juntos y que se comunican el uno al otro, “yo con Él y Él conmigo”, dice Jesús (Apocalipsis 3,20).


Pongan a Dios en su lugar

Jugamos un juego peligroso cuando nos ponemos en el lugar de Dios, cuando proyectamos en Dios nuestros sentimientos de rencor, de odio y nuestras fantasías de venganza. Al igual como cuando sonamos espontáneamente con hacerle mal aquellos que nos han ofendido o hecho mal, nosotros nos regodeamos, nos alegramos imaginando un Dios que manda al infierno aquellos que no han respetado sus leyes (igual que al Cura Don camilo de Guareschi antes de ser reprendido y corregido por Jesús, je,je).

Luego recurrimos a argumentos filosóficos (sobre la libertad) o teológicos (sobre la retribución) para justificar esos sentimientos dudosos.

Jesús pone completamente al revés todos esos procesos, y nos invita, no a ponernos en el lugar de Dios y a jugar al juez universal, sino a poner a Dios en nuestro lugar y a descubrirle a partir de nuestra propia bondad y de nuestra propia ternura. Ustedes, son malos, ustedes tienen fácilmente fantasías de venganza y ustedes tienen (ponen)  limites serios en su capacidad de perdonar. Y por tanto, ustedes dan espontáneamente buenas cosas a sus hijos, independiente de su mal comportamiento o de sus méritos.

Y bien! Pongan Dios en su lugar. Qué pasa? Piensan ustedes que Dios va a darles serpientes y escorpiones? (pensemos aquí en nuestras imágenes del infierno, crueles o refinadas…)

“Yo, yo les digo: se les dará, ustedes van a encontrar, se les abrirá” , siempre y cuando sean ustedes conscientes de sus necesidades, ya que tienen un Padre que se ocupa de ustedes, que “conoce lo que les hace falta” (Mateo 6,32) y que no tiene otro placer o satisfacción que ser bueno y tierno con ustedes.

No hay acá lentes de color rosa. Jesús no dice: Todo el mundo es bello, todo el mundo es gentil. Él conoce la dureza del mundo en el que vive y no se hace ilusiones sobre la gravedad o fragilidad del hombre. “Ustedes son malos”, nos dice claramente. Pero lo que es determinante para él, no es que el hombre sea malo sino que Dios sea bueno. Para Él todo está ahí comprendido. He aquí quien debe colorear la experiencia espiritual. La oración e igualmente la oración de petición o suplica o demanda, se resume en acoger esta realidad de la bondad y de la ternura invencible del Padre.

A través de estas palabras de Jesús, es su esperanza desbordante en la bondad de Dios que surge. Con el Dios que yo he descubierto, no puede ser de otra manera, nos dice Jesucristo.



REFLEXION CENTRAL

Padre Nuestro

En la tradición oriental cuentan una bella historia. Había monjes muy pobres y muy ignorantes que buscaban crecer en la oración, aprender a orar y no habían aprendido más que el PADRE NUESTRO. Un viejo teólogo, que se creía sabio, pasaba de vez en cuando para ayudarles a salir de su ignorancia. Un día, el teólogo viene hacer su visita al monasterio; se acerca en chalupa, cuando ve surgir ante él dos monjes que caminaban sobre las aguas (o el agua, mejor) y que le dicen: “Podría usted recordarnos las palabras: “Padre Nuestro que estás en los cielos?” nosotros no sabemos orar!”

La oración del Padre Nuestro, es a la vez la guía para quien se inicia en la oración, como el punto de llegada o el punto final para el místico.

Al comienzo, ella parece más un esquema de oración, bastante frio y muy abstracto. Y por tanto encontramos en el Padre Nuestro todo lo que nos preocupa y está en el centro de nuestro corazón: el pan, el perdón, el miedo.

Cuando se aprende a orar, se recitan oraciones. Padre Nuestros, Ave Marías, Glorias. En ocasiones se hacen bajo la forma del rosario sea a la Virgen o al Jesús de la Misericordia. A veces uno se vale de pequeños libros, llamados oracionales que nos ayudan a orar, que dicen las palabras que se identifican con lo que sentimos, y percibimos mucho más bello, mucho más grande.

Uno no encuentra siempre las buenas palabras para  expresar lo que se quiere decir. Entonces uno busca un poema, una canción, “una oración sacada de otra parte”. En el fondo de sí mismo, uno se sabe bien pobre.

Los discípulos le han pedido a Jesús que les enseñe a orar. Jesús era un HOMBRE DE ORACIÓN, un orante. Juan Bautista había mostrado antes a sus discípulos caminos de oración. Los discípulos quieren ahora que Jesús haga lo mismo que su predecesor: “Señor enséñanos a orar” (Lucas 11,1).

Todo maestro espiritual inicia en la oración a los demás. Es entonces cuando Jesús propone la fórmula del PADRE NUESTRO.

Como lo habíamos dicho en la primera parte de esta reflexión, hay dos versiones del PADRE NUESTRO en los evangelios, la de Lucas y la de Mateo. La que nos hemos aprendido de memoria (y que casi siempre repetimos mecánicamente sin degustarla, saborearla demasiado) es la de Mateo. Pero la que nos propone  la liturgia de este domingo es la de Lucas, que es más breve. Lucas tiene 5 peticiones, Mateo 7. Se piensa que es Lucas el más fiel (cercano) a lo que Jesús ha dicho, pues este no habría jamás osado recortarle palabras al Señor, mientras que Mateo le ha agregado un poco, ampliándole.

Esto muestra hasta qué punto nuestros ancestros en la fe eran flexibles y tolerantes, prestos y abiertos a una gran diversidad.

La primera parte del PADRE NUESTRO nos vuelca hacia DIOS: “Padre que tu nombre sea santificado, que tu reino venga”. Yo les debo confesar que esto es un ideal. Quién de entre  nosotros cuando ora piensa primero en Dios? Yo he participado a cientos de reuniones donde se ha comenzado con una oración. La gente, las personas siempre piden alguna cosa para ellas. Ellas piensan en el éxito de su reunión y quieren apropiarse de Dios. Cuando uno entra en oración, es en sí mismo que se piensa antes que nada, en su propia vida, en su tristeza, en su salud quebrantada y cada vez más débil, en los conflictos que destrozan nuestra existencia, en nuestros amores, nuestro dinero, en la angustia del tiempo presente, en los hijos (en los niños).

Cuando nos encontramos con alguien, decimos: “Cómo va la cosa?, cómo va eso?” (paráfrasis de los franceses que dicen: “Comment ca va?”). Esta es una fórmula de protocolo, de costumbre, de educación. En inglés la gente dice “How do you do?”  Y la respuesta es  How do you do?  Y las cosas se paran, se detienen ahí.

Pero tanto en francés como en español, la persona a quien se le pregunta  Ca va?,   “cómo estás…bien? Se cree en ocasiones obligada a responder y eso no parece tener fin. Todo desfila: el trabajo, los hijos, los amores, el tiempo o temperatura que hace, los problemas económicos, hasta el perro que se trago un hueso de pollo!

Yo, cuando me siento o arrodillo solo ante Dios, es en mí que pienso. Yo siento el peso de mi cuerpo, de mi edad, de mis faltas.

En la vida, yo puedo bien interpretar un personaje, hacer un papel. Pero ante el Señor, yo soy yo y nadie más que yo, desamparado, desnudo, en Verdad. Yo me siento “apachurrado”, disminuido, pero a pesar de todo, confiado.

Jesús evade de manera habilidosa este movimiento primero de la oración. Y por tanto, Él mismo dirá: “Padre, si te es posible aleja (aparta) este cáliz (sufrimiento, prueba)  de mí” (Mateo 26,39). No hay vergüenza de ser, delante de Dios, seres acongojados y necesitados. Así somos nosotros. Cuando estamos en oración ante Dios, exorcizamos nuestro propio deseo. Tomamos conciencia de la inmensidad de nuestros deseos, de nuestras necesidades, de nuestros miedos, de nuestros odios. Yo no sé si ustedes han vivido conflictos difíciles y profundos con gente que les deseaba el mal? Ustedes, con certeza que no habrán deseado su muerte, pero no habrán pedido a Dios de eliminarlos, en todo caso de hacerles desaparecer, salir de sus vidas?

Jesús nos sugiere en la oración, comenzar por Dios. Dura ascesis!

Padre, que tu nombre sea santificado,
Que tu reino  venga

La versión de Mateo agrega: “Que se haga tu voluntad tanto en la tierra como en el cielo” (Mateo 6 ,10). Sustancialmente es la misma idea. Conocer el nombre de Dios, entrar en su intimidad, es la felicidad misma. Todo nombre es secreto. No se le devela que a los iniciados. Pertenecer al nombre de Dios, santificar su nombre, venerarlo, es ya desprenderse de la ganga de lo banal o superfluo. Aquí comienza el dominio, la tierra, el programa de Dios. “Que tu reino venga”. Hay en la esperanza de Israel y en la nuestra una nostalgia de la presencia de Dios y de su reino entre nosotros. Acá abajo, ahora, parece ser siempre el reino del consumismo, del sexo (pornografía en la publicidad, en los medios, sex realities,  chats y webcams eróticos, vida desfogada de los famosos,  etc…), de la farándula, del futbol todopoderoso y omnipresente (el moderno Dios).

Los medios de comunicación no cesan nunca de contarnos  los hechos de las fiestas familiares, de millones de jóvenes en adoración ante las vedettes, a las que de hecho  han convertido en sus héroes, semidioses, ídolos, es decir, dioses fabricados por la televisión y el sistema: ayer Elvis, Los Beatles, Michael Jackson, Madonna; hoy Bruno Marx,  Britney Spears, Beyonce, Lady Gaga, Justin Bieber, etc…Qué importa. Detrás de cada uno de ellos se perfila una enorme máquina de dinero que los artistas aparentemente denuncian haciendo conciertos monumentales contra la mundialización, por la paz, por las víctimas del sida, los estropeados por la guerra. Nuestra sociedad carbura a lo “hiper “ y cada show que sacude las conciencias produce finalmente su peso en oro!


Jesús nos descentra de nosotros mismos y nos anexa, nos une a Dios, en actitud de oblación (de ofrenda).


Tantos conflictos se detienen cuando uno se pone en verdad en presencia de Dios.
Yo Pienso en esta violencia desatada alrededor, por y contra el Islam bajo el pretexto de Dios. Nunca hay una guerra santa. Siempre hay guerras sucias, a veces  guerras ineluctables porque demasiada gente de todos lados han ido demasiado lejos. Matar en nombre de Dios, que matemos a otro o que los otros nos maten, es siempre profanar el nombre de Dios, Padre de los humanos. “Padre que tu nombre sea santificado, que tu reino venga. El reino de Dios no es una teocracia autoritaria que envía un asesino o verdugo a los herejes y que manda a la cárcel a los homosexuales. El reino de Dios, está más allá de nuestros conflictos, de nuestras guerras, de nuestros odios y de nuestras violencias.

Hay en toda oración perseguida de manera insistente y prolongada una profunda sanación que se parece a la sanación psicoanalítica. Cuando vamos donde un terapeuta, le contamos nuestra vida. Y poco a poco, a fuerza de hablar, los conflictos escondidos emergen, aquellos que uno no se atreve a manifestar, aquellos que uno camufla detrás de las historias y los sueños. Y de repente de una sola vez, la luz aparece, se enciende.

La persona que se pone ante Dios y que ora, puede de manera interminable no pensar más que en sí misma. Pero si lo dice nada más que una vez  con toda sinceridad: “que venga tu reino”, ella se hace disponible, se distancia de sí misma, desata los nudos que la retienen cautiva de sí misma. Ella se abre al otro: “Mi Señor y mi Dios”. Por eso pienso que toda oración es escuchada por el mismo hecho que uno se pone a orar. Orar, es descentrarse, salir de sí mismo. Es hablar a Dios a la vez presente y ausente, presente en la fe pero al mismo tiempo oculto, escondido en el silencio.

La persona que ora no escucha voces exteriores a ella misma. Ella sabe muy bien, que del fondo de su corazón, en el fondo de su vientre dice su desesperación y tristeza a Dios y que ella misma expresa a la vez las preguntas y las respuestas. Pero por la desviación de la palabra interior, ella escapa de su propio encierro. Padre, tú estás aquí Heme aquí ante Ti. Yo te hablo, háblame. Tu servidor (siervo) escucha (I Samuel 3).

Cuando Jesús ora en el jardín de los Olivos, después de haber pedido que ese cáliz se aleje de Él, el agrega de manera simple: “que no se cumpla mi voluntad sino la tuya”.
Es por ello finalmente que el objeto de la petición que hacemos es  bastante secundario. Nosotros pedimos dinero pero lo que nos adviene, es el desapego del corazón y la paz. Parafraseando el evangelio de este domingo, pedimos un huevo y recibimos el Espíritu Santo que se nos comparte (Lucas 11,13).

Es por ello que el resto viene solo. “Danos el pan que necesitamos cada día”. El pan, es todo. Es comer primeramente, lo es todo. Que sea bueno, que haya suficiente. Y sobre todo que no se tenga miedo del mañana. El pan, es el pan, los frutos (as), las legumbres, el agua límpida, la carne. Es también la mesa, la cocina y el techo. El pan son las seguridades de base y no necesariamente el carro, ni mucho menos la moto, ni el ultimo aparato electrónico de moda. Es la simplicidad voluntaria, al menos, y  esta es la  base indefinible que permite tener confianza en el mañana. En las sociedades tradicionales, una vejez y muerte felices exigían tener hijos. Si se les quitara a nuestros conciudadanos la seguridad que aporta el seguro de salud universal, habría aun un pan cotidiano?

Jesús es extraordinario. El nos pide colocar ante Dios nuestra hambre, pero también el perdón. “Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. En nuestra sociedad cada quien es inocente. Son los otros los culpables. No hay más que víctimas. El sistema es culpable. De manera más concreta, Jesús no invita a pedir perdón. Si, yo, hoy soy culpable. Con toda seguridad, lo es mi padre, mis patrones, mis colegas, y porque no, también Adán y Eva. Yo también. O me digo Yo no lo soy, yo no he sido más que un espectador pasivo de mi vida. Yo soy también un actor. Aquella tarde, yo mentí. Aquel día yo abdiqué….De cualquier modo, yo he tejido la tela de araña que denuncio con tanta rabia. Es verdad, yo también soy responsable, yo te lo suplico, “perdónanos”, porque mira, míralo tú, otros me han perdonado. Mi padre, mi madre, mis hermanos. Igualmente mis amigos. A pesar de mis rencores, no he hecho caso ni he respondido a un buen número de ofensas que se me han hecho. Si lo hacemos entre nosotros, perdona nuestros pecados. Pedir perdón, es con frecuencia, humillante, pero no lo es cuando se actúa con la verdad.

Jesús agrega una pequeña frase que sorprende: “No nos sometas a la tentación”. En el sentido estricto de la palabra, Dios no nos somete a la tentación. Es por eso que Mateo agrega: “Líbranos del mal” (Mateo 6,13). Los primeros cristianos han conocido pruebas terribles por su fe, netamente la persecución. Ante la persecución, ninguno de entre nosotros sabe si perseverará o no,  y por salvar su pellejo, entregará los suyos y renegará de su fe. En el momento de su agonía, Jesús dice a los suyos: “Oren para que no caigan en tentación” (Lucas 22,40). De manera paradójica, la fe se vuelve fuerte en las pruebas, porque muy a menudo el coraje engendra coraje. Lo que nos vuelve disolutos de espíritu, es la facilidad misma de nuestra vida, lo que una película ha llamado el confort y la indiferencia.

El Padre Nuestro es a la vez una oración muy bella que se debe recitar en soledad, completamente solos, algunas veces por día, y es una oración común que se recita juntos en familia, en comunidad, cogidos de la mano. Porque tener un padre común, es también comprender nuestra fraternidad común. El Padre Nuestro es también una guía para la oración. Se puede en 20 minutos pensar en el sentido de las palabras, buscar a Dios con todo el corazón, descubrir su paternidad y su maternidad, remontar, volver a la fuente. Es santificar su nombre. Decir un Padre Nuestro, es también decir su pobreza, decir sus necesidades: necesidad de pan, de perdón, de protección. Es ir de si mismo a Dios, de Dios a sí mismo, en un sentido o en el otro.

La oración del Padre Nuestro es universal. Su contenido de fe es universal. Ella no habla más que del Padre, no nombra ni Dios, ni el Espíritu Santo, ni a Jesús. Ella está alimentada de  cultura bíblica pero no tiene ninguna alusión directa a Jerusalén ni a la Iglesia. Ella es una oración perfectamente personal pero que se dice en plural, en femenino, como en masculino.

Los viejos monjes ignorantes (nombrados la vez pasada al principio de la segunda parte) pensaban que no sabían orar. Ellos no tenían sino el Padre Nuestro. Pero estaban tan penetrados de Dios, que caminaban sobre las aguas. El Padre Nuestro era suficiente para darles acceso al misterio. De la misma manera ocurre para cada uno de nosotros.



OBJETIVO VIDA PARA LA SEMANA

1.    Tomando conciencia de que yo soy hijo de Dios, me dirijo a Él para hablarle con simplicidad y confianza sobre lo que vivo.

2.    Si no he conocido a mi padre biológico o si tengo de él una imagen negativa, orar a Dios como un Padre puede ser difícil para mí. Yo hablo sobre ello con alguien.


3.    Hago una oración de alabanza, de petición, de acción de gracias o de arrepentimiento con algunos miembros de mi familia o de mi comunidad.

4.    Le enseño el Padre Nuestro a mi hijo(a) o  a mi nieto (a).



ORACIÓNCONTEMPLACIÓN

Padre Nuestro,
Por largo que sea el camino,
Por ruda que sea la ruta,
Nosotros vamos hacia Tí.
Que tu nombre brille sobre nosotros,
Que él se inscriba en nuestras frentes.
Haz de nosotros tu familia.
Entre el hambre y el perdón,
Protégenos de la tentación y del mal
Porque nosotros somos frágiles y frívolos.
Permítenos renacer en Ti
Cada día más,
Hoy, aquí y ahora
Y por los siglos de los siglos.

Amén.



REFERENCIAS:

Pequeño Misal “Prions en Église”, edición quebequense 2013. Novalis

HÉTU. Jean-Luc. Les Options de Jésus.


BEAUCHAMP, André.  Comprendre la parole cycle C. 2007.