sábado, 8 de febrero de 2020

6 de febrero del 2011: 5o DOMINGO ORDINARIO: Jornada Cristiana de la Comunicaciòn


Primero que todo  los textos a leer aca:
http://betania.es/

A GUISA DE INTRODUCCION

Después del día de nuestro bautismo, somos discípulos de Cristo.

La  Palabra de Dios de este domingo se dirige entonces, antes que nada a nosotros.

Sumergidos en el amor de Dios, somos sal de la tierra y luz del mundo! Nuestra misión consiste en sazonar el mundo, darle sabor de evangelio (Buena Nueva) y hacer brillar la Luz de Cristo que se nos ha confiado. Fácil de decir pero difícil de vivirlo.

Cómo ofrecer al  mundo de hoy un testimonio- ejemplo de fe, proponer la luz del Evangelio sin pasar por un rechazo categórico o ser catalogado de moralista intransigente? Referirse a Jesús es bueno siempre, pero si se habla de la Iglesia a quien habla se  “se asume con ligereza, con casi desprecio e indiferencia, o un “quemeimportismo”.

Importa entonces ofrecer la luz evitando de enceguecer, manejando el salero con prudencia. Si ponemos demasiada sal podremos volver amargo lo que toquemos. El buen cocinero utiliza los aliños para resaltar y o hacer surgir el buen gusto de los alimentos.

Cada Eucaristía renueva nuestro gusto por el Evangelio, revive en nuestros corazones la luz de Cristo. Impulsa y posibilita al Espíritu de inspirarnos el gesto concreto que será proclamación del Evangelio: “si das al hambriento lo que deseas para ti (de buen corazón) y sacias al hombre oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu oscuridad se volverá como la claridad del mediodía” (Isaías 58,10)


COMENTARIO 1

APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA AL TEXTO DEL EVANGELIO

Descendientes de los profetas

Cuando uno toma estos cuatros versículos de manera aislada, es difícil discernir el sentido de las expresiones “sal de la tierra” y “luz del mundo”. Uno puede pensar vagamente en el deber del discípulo de Jesús “dar testimonio”, pero todavía ahí, la cuestión de la naturaleza de este testimonio resta pendiente.

Las cosas cambian si se comprende esta breve sección (versículos 11 al 16) como un desarrollo, explicación ampliada de la última bienaventuranza, que se refiere a los  perseguidos por la justicia (v.10) esta idea de la persecución por la justicia aparece en efecto como el hilo que comunica sólidamente los versículos entre sí (v.11 al 16).

He aquí la cadena: los discípulos serán perseguidos (v.11) como los profetas lo han sido también (v.12); los discípulos son los nuevos profetas (v.13-14) de quienes su testimonio no debe relajarse, omitirse o esconderse (v.15), mas al contrario, llevar a la humanidad a reconocer a Dios (v.16).

Desde esta perspectiva , las cosas se aclaran. En calidad de discípulos de Jesús y sucesores de los profetas, los creyentes deben vivir abiertamente según sus convicciones, sin disminuir su luz o debilitarla.

Esta tentación llegará de modo inevitable, ya que los nuevos profetas enfrentarán llegado el momento insultos, difamaciones y represión. Pero hay que resistir, perseverar, porque si ellos se callan, quién hablará? Si aquellos que han escuchado el llamado de Dios a tomar partido  por los oprimidos y ponerse de su lado, se desaniman, dejan todo acabar y o se acomodan, quien continuará el combate?

Dios no puede ser presentado, reconocido, “glorificado” (v.16) que ahí donde su amor por el pobre, el desfavorecido y el explotado se manifiesta y actúa gracias  a los discípulos de Jesús. La  “luz” que Dios quiere reflejar sobre “las manos debilitadas, las rodillas que se doblan y los corazones que desfallecen” (Is 35,3-4), ella no puede pasar que por aquellos que viviendo como Jesús, llegan a ser los relevos de Dios.

No se trata para los cristianos de ganar un concurso de popularidad por sus buenas obras, como una lectura distraída o complaciente del versículo 16 podría hacernos creer. Se trata de “construir la paz” (v.9) al lado de los pobres, de tener hambre y sed de justicia” (v.6), de compartir activamente la sed de Dios por la fraternidad y la justicia, y esto al precio del rechazo social el más doloroso (y o difícil). Su futuro es en esta dirección, nos dice Jesús.

2

JORNADA CRISTIANA DE LA COMUNICACIÓN

Este primer domingo de febrero es la 45a jornada de las Comunicaciones Sociales. El papa Benedicto XVI nos invita a reflexionar sobre la expansión de la comunicación a través de la red de INTERNET. Algunos no se sienten quizás, aludidos o comprometidos. Pero uno no puede cerrar los ojos ante lo que está ocurriendo, y sería la ocasión para interpelar a las jóvenes generaciones. Con las nuevas tecnologías se puede no solamente “intercambiar informaciones sino también compartir una nueva visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales”.

El “fenómeno” INTERNET está presente en todas las capas de la sociedad: niños, jóvenes, adultos, mayores. Las Personas  enfermas o solas, encuentran ahí un medio para salir de su soledad y encontrar amigos. Lo importante,  es poner todo ello “al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera”.

Es así como hombres, mujeres y niños han encontrado un nuevo medio de comunicarse con el mundo entero. Se puede comunicar el evangelio mismo, la vida de la Iglesia, los sucesos, los proyectos, las fiestas. Con Jesús, la Iglesia se preocupa de la catequesis, del conocimiento del Evangelio, de la cultura religiosa, de la VERDAD. Todos conocemos cristianos que han llegado a ser muy competentes en diversos planos, pero en lo que concierne al conocimiento religioso, ellos no han progresado.

Es por esta razón que la Iglesia utiliza también los medios actuales. Es una oportunidad más que le ha sido dada para llegar a mas número de personas.

Pero la comunicación no es automática. Ella tiene necesidad de la técnica; si, seguro, pero también le hace falta oídos que escuchen, ojos que vean, corazones que se maravillen (o se asombren) , voluntades que se comprometan: esto puede resumirse en unas cuantas palabras: “comunicar es amar”. El amor debería animar todos los Medios de Comunicación. Es verdad para nuestra relación con Dios, mas  también con todos nuestros hermanos. “Uno no puede comunicar sin amar”

El Evangelio de este domingo nos aporta un albor nuevo: para comunicar de verdad, es necesario ser “la sal de la tierra” y “la luz del mundo”. Y ello no será posible sino cuando nos reunamos alrededor de Jesús. Cristo es como un sabor que da a cada ser humano un gusto que viene del interior. Hemos de ser vigilantes para no dejar que las cosas pierdan su sabor, y no dejar que otros sabores (amargo, acido, picantísimo) tomen el lugar. Lo importante es el de  hacer  todo por dar a nuestra vida el gusto de Dios. Es para responder a este llamado que nos reunimos el domingo en las iglesias. Es El quien nos invita a beber, a “sustraer el agua” en la fuente del amor que está en El.

La Sal y la luz son reveladores (indicadores, medidores); la sal valoriza los alimentos. La luz ayuda a descubrir, a  conocer la belleza de los seres y del mundo. Los alimentos existen antes de recibir la sal. Los seres y el mundo existen antes de ser iluminados. Esto habla extensamente de  la misión que Jesús confía a sus discípulos y a nosotros mismos. Nadie tiene necesidad de nosotros para existir. Pero todos nosotros tenemos un papel particular a jugar, a desempeñar. El señor cuenta con nosotros.

Como sal de la tierra, en comunión con Cristo, hemos de revelar a la humanidad el sabor de su vida. Ellos no nos han esperado para vivir de gestos de amor y de compartir bellos. Nosotros vemos que se comprometen en el banco de alimentos y en diversas asociaciones con objetivo humanitario. Algunos olvidan mismo sus vidas. Nuestra misión es testimoniar que  Dios está ahí en todos esos gestos y palabras de amor.

Nuestro papel es revelar el nombre de Aquel que actúa a través de ellos. Dios está presente en todo lugar donde hay amor.

“Ustedes son la luz del mundo”, nos dice aun Jesús. Nacer es venir al día, es ver la luz. Nadie puede vivir en la oscuridad, no más los humanos que las plantas. La oscuridad hace morir; la luz es la vida y la alegría de vivir. Como luces del mundo, estamos acá para resaltar (revalorizar) la belleza del mundo. Es la mirada del amor que revela el verdadero rostro de las personas y de las cosas. Pero esto no puede hacerse que en la discreción. Demasiada sal acaba por volver los alimentos repugnantes. Una luz que encandile demasiado puede provocar accidentes en la carretera. Para ser sal y luz, es necesario ante todo amar. La evangelización no es una conquista; es el anuncio de una Buena Noticia. Esto no puede hacerse sino dentro y en una presencia de amor.

Cristo nos previene contra la sal que se vuelve “simploreta” o pierde su sabor.  Un cristiano que se aleja de Dios termina por perderle el gusto a la fe. No vive más de la sabiduría de Jesucristo. Es un bueno para nada. Para volver a encontrar el sabor a Evangelio, hemos de venir una y otra vez hacia Aquel quien es la fuente. Así, podremos transmitirlo (ese gusto, ese sabor) a otros y alrededor de nosotros. El Evangelio es una Buena Noticia a la cual es necesario que vengamos incesantemente (referenciarla, alimentarnos de) para alimentarnos (nutrirnos).

No podemos contentarnos con lo que dicen los Medios de Comunicación cada día. Lo importante es que nuestra vida testimonie (muestre, revele) cada día el amor que está en Dios.  


ORACIÓN FINAL

Dios Padre Nuestro,
Tú confías tanto en nosotros
Que nos pides ser
Sal de la tierra y luz del mundo.
En cada Eucaristía,
Tú reavivas en nosotros el gusto del Evangelio
Y tú nos iluminas  por tu Hijo
Quien no deja de aclararnos  en las tinieblas.
Como El lo hizo con el apóstol Pablo,
Que tu Espíritu nos de
Un lenguaje y una sabiduría
Que sabrá tocar y unir  los corazones
Y tocar los espíritus.
Así podremos hacer brillar
La luz de Cristo para nuestros hermanos y hermanas¸
Y ellos te glorificaran a Ti, Nuestro Padre del Cielo. Amen

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

Misal mensual de Febrero: PRIONS EN EGLISE, edicion quebequense.
HETU, Jean-Luc. Les option de Jésus.
http://dimancheprochain.org/
http://prionseneglise.ca/
http://youtube.com/


sábado, 11 de enero de 2020

Enero 9 del 2011: Fiesta del Bautismo de Jesus


MONICIÓN DE ENTRADA.

La liturgia de hoy nos va a poner ante la presentación "oficial" de Jesús en público. Su aparición ante los hombres y mujeres de su época para dar comienzo a lo que tradicionalmente se ha llamado su "ministerio público".

Pero, como punto de partida en esta cuestión, como es lógico y normal, lo primero será presentar al "protagonista": ¿quién es Jesús? El evangelio de hoy nos dará una respuesta clara, una respuesta de fe, a esta pregunta: es el Hijo predilecto de Dios.


¿Damos también nosotros a Jesús en nuestra vida esa predilección?; quizá en nuestras teorías y en nuestros esquemas mentales Jesús sea preferente. Pero ¿también en las obras? Ahí está la cuestión.


Comencemos nuestra celebración dispuestos a revisar nuestra postura vital práctica ante la figura de Jesús.



A GUISA DE INTRODUCCION:

La belleza del bautismo

Si, aquello debió haber sido un bello bautismo…Yo imagino Jesús entre los penitentes que se presentan ante Juan. El baja al Jordán como lo hacen los demás, se sumerge en sus aguas. Cuando sale del agua, he aquí que el cielo se abre! Dios entonces se hace oír con toda la fuerza de su voz y su ternura . Dios Padre identifica el Hijo del carpintero de Nazaret como su Hijo Bien Amado.  Y es cierto, seguramente que Jesús no tenía necesidad de cumplir con este rito de conversión, El , el santo.  Pero Dios tenia la ocasión ideal de manifestar su deseo  de hacerse cercano a nosotros y a nuestra humanidad que tiene tanta necesidad de esperanza y de renovación. El presenta su Jesús, que viene a levantarnos y a sanarnos. Que gracia!


Nuestro bautismo también fue de una admirable belleza. Es seguro  que la mayoría de nosotros no se acuerda de haber sido bautizado, a menos que haya sido bautizado en su adolescencia o en la edad adulta. Aquel día por tanto, el cielo se abrió en nuestro corazón. Dios ha puesto en nosotros todo su amor, dejándonos tomar parte en su divinidad. No es poco decir!


Avanzando en el camino del tiempo, yo me pregunto…Que he hecho yo del don maravilloso que he recibido! Tengo conciencia de mi responsabilidad, de ser testigo de la misericordia, de la paz y de la alegría de Dios? Es que yo me paso haciendo el bien como Jesús? Que el Espíritu Santo me inspire a vivir como un hijo bien amado del Dios vivo…


 LECTURAS

 PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 42, 1-4.6-7


Así dice el Señor:

--Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones: No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes, que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.



Palabra de Dios




SALMO RESPONSORIAL

SALMO 28

R.- EL SEÑOR BENDICE A SU PUEBLO CON LA PAZ

Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.-

La voz del Señor sobre las aguas,
el señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del señor es magnifica. R.-

El Dios de la gloria ha tronado.
El Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El Señor se siente por encima del aguacero,
el Señor se sienta como rey eterno. R.-



 SEGUNDA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 10, 34-38


En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:

-- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y práctica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que paso haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.


Palabra de Dios




ALELUYA Mc 1, 11

Los cielos se abrieron y se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo, el amado; escuchadle


EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 3, 13- 17

En aquel tiempo, fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirle diciéndole:

-- Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y acudes a mi?

Jesús le contestó:

-- Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere.

Entonces Juan se lo permitió.

Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz del cielo que decía:

-- Este es mi hijo, el amado, mi predilecto.



Palabra del Señor.
 




REFLEXIÓN 1

LA DECISIÓN DE COMPROMETERSE


Aquellos que no esperaban nada más de la vida, aparte de lo que ya poseían, no iban a recibir el bautismo de Juan.

Aquellos que tenían una buena conciencia absoluta y que no se cuestionaban por nada de lo que ellos hacían, pensaban  o hablaban, estos tampoco iban para recibir el bautismo de Juan.

Aquellos que no se preocupaban por encontrarle sentido a la vida y  por vivir una vida plena de sentido y que fuera animada por la fe y que por ello la existencia fuera  fecunda, ellos tampoco iban para recibir el bautismo de Juan.

Ya que Juan anunciaba un evento que sucedería y que  implicaba cuestionarse personalmente y  adoptar   una disponibilidad interior. Para abrirse a este evento, hacía falta ser consciente de que se puede ser y hacer  más  y estar preparado a comprometerse para esa marcha (o empresa o tarea, o misión).

Y por razones que responden  a la inercia humana, a la resistencia al cambio, uno se abstiene voluntariamente  y no se compromete.

Cierto, no  todo el mundo  iba a recibir el bautismo de Juan, pero había al menos muchos, parece. Y entre ellos estaba Jesús. Nada autoriza a pensar que Jesús viene al bautismo de Juan  por razones que serían completamente diferentes a las de los otros.

Jesús va al bautismo porque Él también quiere ir al encuentro de ese Reino que llegaba. El también desea cuestionarse en su vida como carpintero, y preguntarse si su fidelidad está presente todavía en su vivir (en lo que hace). El también, anhela una práctica que dé frutos,  y vivir una vida que tenga sentido.

Esto hacia ver suficientes buenas razones para emprender esta ruta de fe. Sin embargo los versículos 13 al 17  no se centran sobre las motivaciones de la acción  de Jesús (su bautismo) , mas sobre lo que pasó en aquel momento.  A menudo, cuando uno se compromete en una empresa (misión, camino, tarea) que en apariencia nos llevará lejos, uno se descubre con una nueva mirada, uno aprende muchas cosas sobre sí mismo que no sabía, o  no percibía al menos de manera clara.

Mateo nos habla quizás de una revelación parecida acá. Es seguro que el evangelista no se ha preocupado por aquello que Jesús ha vivido interiormente en el momento de este episodio, y a él  no le interesa sino ver y expresar de manera clara que Jesús era el Hijo Bien Amado del Padre. Pero se puede pensar por lo mismo que Jesús vivió una experiencia espiritual- cualquiera  que sea- como una confirmación  de aquello a lo cual Él se sentía llamado a vivir.


Igual si las preocupaciones teológicas marcan fuertemente el relato en su forma actual, el bautismo de Jesús pervive como una experiencia humana y espiritual que no está lejana (ni es diferente)   de aquellas  que nosotros mismos podemos  vivir en ciertos momentos de nuestra vida.



REFLEXIÓN 2

DEL PADRE GUSTAVO VELEZ  “CALIXTO”


Las angustias del Padre Tobías


“Fue Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Entonces se abrió el cielo y una voz se escuchó: Este es mi Hijo amado”. San Mateo, cap. 3.


El Padre Tobías está de muerte. Los años, los achaques y sus muchos pesares lo mantienen sumido en un sopor que ya no es vida. Pero tampoco es muerte todavía.


El sacerdote que le acompaña se ha ausentado, dejando junto al lecho a un pariente que estudia medicina.


De pronto, el moribundo se incorpora sobre las almohadas y le dice al muchacho: - Oiga, hijo, ¿usted cree en Dios? - Claro que sí, padre. Yo creo.

- ¿Y Dios es muy bueno, verdad? ¿Y nos perdona?

- Claro, Padre Tobías, nos perdona.

- ¿Y después de todo esto tan amargo, dizque hay una vida feliz?

- Yo sí creo, Padre. Así me ha enseñado siempre usted.

- Mire, hijo, prosiguió el anciano, ese vaso de agua. ¿Usted por qué no me bautiza?

El muchacho, intuyendo la angustia del moribundo, levantó el vaso y mojó lentamente la frente sudorosa del sacerdote: “Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo”...

El anciano se desmadejó sobre el lecho, para expirar enseguida.


Uno piensa que este sacerdote habría luchado toda su vida contra el mal. Se habría gastado en la era del Señor, enseñando podando la viña y abonando el trigo. Pero tal vez nunca gozó de ser hijo de Dios.


Al comienzo de su vida pública, Jesús se acerca al precursor para pedirle el bautismo. El rito con el cual los discípulos de Juan iniciaban un cambio de vida. Entonces se escuchó una voz del cielos: “Este es mi Hijo amado”.


Es cierto que el Señor no necesitaba convertirse, pero empezaba entonces una vida distinta. Dejaba en Nazaret a su madre María, el taller de artesano y los parientes, para ser un profeta andariego.


Los biblistas señalan también que, con aquel gesto, Jesús le daba al futuro bautismo de los cristianos un poder especial.


Pero conviene distinguir entre el rito durante el cual el sacerdote nos baña, declarando que pertenecemos a la Iglesia, y la experiencia interior. Hijos de Dios por creación, somos entonces reconocidos por el Padre del Cielo.


Si nos quedamos únicamente con el rito y un documento, sólo con el rito y un documento de poco nos servirá el bautismo. Pero un cristiano de verdad llena el corazón de alegría y la mente de confianza. Para él la vida y la muerte, el dolor y el pecado, el presente y el futuro se tasan con medida muy distintas.


De otro lado, los sacramentos son como miniaturas de la paternidad de Dios. Aquello tan extraordinario, tan excelente, que no puede explicarse con palabras, se hace gesto, plegaria, signo en nuestros ritos.


Pero alguien pudiera sospechar que una fe así, de hijos muy amados por el Señor, nos llevaría a vivir descuidados, ante un Dios alcahuete. Todo lo contrario: El amor verdadero es más exigente que todos los códigos y leyes. Y según los sicólogos y los ascetas, el sentirnos amados alcanza cambios insospechables en cualquiera de nosotros.


Tal vez el Padre Tobías se esforzó con angustia por no pecar. Tal vez a ratos amó al Señor. Pero no imaginó que ser cristiano es sentirse infinitamente amado por el Padre de los cielos. Y en su delirio final, querría empezar nuevamente el camino de Cristo.


Para la oración de los fieles


- Para que todos los hombres y mujeres, sean de la religión que sean, acepten y fomenten el Amor, la Justicia y el Derecho, roguemos al Señor…

- Por todos los seguidores de Jesús, para que se distingan siempre –como el Mesías en el que creen- por su amor a la paz, a la concordia, a la justicia y al derecho…

- Para que aprendamos de todos los hombres y mujeres, de cualquier religión, que han descubierto el imperativo absoluto de los derechos humanos, que vienen a ser “derechos divinos”…

- Para que todos renovemos nuestro bautismo: nuestra decisión de seguir a Jesús y comprometernos con su proyecto mesiánico de “implantar el Derecho en el mundo”…

- Para que la Iglesia resuelva de la mejor manera posible la problemática inherente a la pastoral del bautismo de niños…


Oración comunitaria

* Dios Padre nuestro, que en el bautismo de Jesús lo has proclamado como tu “Hijo muy amado, el predilecto”; te suplicamos nos cobijes bajo su nombre y nos concedas conformarnos cada día más cercanamente a su imagen, haciendo nuestra su Causa y prosiguiendo su misión de ser “luz de las naciones” y de “implantar el Derecho en la tierra”. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor…

* Misterio Infinito, inexpresable, que queremos adorar en silencio, sin palabras... Reconocemos tu Presencia ubicuamente, en el corazón de la Materia y en las raíces de la Realidad, en lo mejor del ser humano, que nos conduce por eso a una convergencia incontenible con el Amor, con la Justicia y la Fraternidad. Ayúdanos a adorarte con el Corazón profundo de nuestro ser, y con la práctica de la justicia, «pasando por la vida haciendo el bien, y curando a nuestros hermanos y hermanas de toda opresión».


Objetivos de la semana:

-         1, Tomo conciencia de que Dios no se esconde entre las nubes. Él ha abierto su cielo, Él se ha mostrado en Jesús y Él se hace  siempre cercano  y disponible.

-         2, Identifico personas, momentos, sucesos , por los cuales , Dios viene a mi encuentro y le doy gracias.

-         3, Tengo en cuenta en mis oraciones a los niños, los jóvenes y los adultos que serán bautizados en el transcurso de este año.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


Betania.es

Prionseneglise.ca

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus. Traducción del francés.

Tejasarriba.org (del Padre Gustavo Velez « Calixto »)

Servicioskoinonia.org

martes, 24 de diciembre de 2019

24 y 25 diciembre 2019: La Natividad de Jesús



LECTURAS 

 PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 9, 1-3.5-6

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras de sombra, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repetirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madían. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz. Para dilatar el principado con una paz sin limites, sobre el Trono de David y sobre su Reino. Para sostenerlo y consolarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.

Palabra de Dios



SALMO RESPONSORIAL

SALMO 95

R.- HOY NOS HA NACIDO UN SALVADOR: EL MESÍAS, EL SEÑOR

Cantad al Señor un cántico nuevo,

cantad al Señor, toda la tierra;

cantad al Señor, bendecid su nombre. R.-

 
Proclamad día tras día su victoria,

contad a los pueblos su gloria,

sus maravillas a todas las naciones R.-

 
Alégrese el cielo, goce la tierra,

retumbe el mar y cuanto lo llena;

vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,

aclamen los árboles del bosque. R.-


Delante del Señor que ya llega,

ya llega a regir la tierra.

El juzgará el orbe con justicia

y a los pueblos con su verdad. R.-



SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A TITO 2, 11-14

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres; enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. El se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras.


Palabra de Dios
 

 EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 1-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:

-- Este es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.



Palabra del Señor

 2.    R E F L E X I Ó N 


“ El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz”

La fiesta de navidad puede provocar muchas emociones, impulsos de ternura, de buenos sentimientos de reconciliación inesperada y de paz provisoria. Es la fiesta más popular, aquella que emociona a una gran cantidad de personas en el mundo. Ninguna fecha del año ocasiona un tal desplazamiento de familias, un tal movimiento de regalos, tantas celebraciones religiosas y profanas.  Ninguna otra celebración cristiana ha suscitado tal cantidad de canciones (villancicos, góspeles, arrullos) en todas las lenguas y en todos los estilos musicales. Ningún otro acontecimiento ha sido tan representado a menudo por los grandes maestros de la pintura y de la escultura.

El día de navidad  pueden suceder cosas increíbles: hermanos y hermanas se reconcilian, algunas personas  ayudan los pobres y los desfavorecidos, otras  visitan personas enfermas que están desahuciadas y desanimadas y que sufren de soledad. La gente tiende la mano a los parientes olvidados, a los niños abandonados…Cada uno de nosotros conoce ejemplos que son verdaderos pequeños milagros!

Navidad parece recordarle a nuestro mundo en guerra, contaminado, afectado por el calentamiento global y que sufre por la destrucción de la naturaleza…a nuestro mundo de sufrimiento, de batallas jurídicas, de discordias políticas y sociales , que existe una alternativa al odio, al sensualismo y materialismo, a la corrupción, a la violencia! La visión de que  un mundo mejor existe, que una sociedad alternativa es posible! Es esta visión que Dios nos invita a celebrar en esta fiesta de navidad.

La noche, el frio, la oscuridad, la niebla espesa son símbolos de la infelicidad y la injusticia. Esas son las imágenes de nuestros problemas familiares, de nuestros problemas de salud, de nuestra falta de comunicación, de nuestras relaciones frustradas. Celebrar navidad a media noche, ambientados por la lluvia (o la nieve), rodeados de frio, es reconocer que el amor y la vida son más fuertes que todas nuestras tinieblas (u oscuridades)  y maldades.

Navidad es la gran fiesta de la alegría y la esperanza, es la fiesta que nos invita a dejar entrar a Dios en nuestras vida y a arremangarnos para hacer nuestro mundo mejor.

En el corazón de esta noche de navidad, venimos a rehacer el plan de esperanza. Esta fiesta nos habla de nuevas posibilidades, de proyectos a realizar. Dios nos propone una “visión o mirada nueva”.

En Belén , Dios fue mal recibido. Lucas nos dice que « no había lugar para ellos en la posada »…María y José debieron encontrar una granja y San Juan escribe : « Dios vino para los de su casa y los suyos no le recibieron”…Pero agrega: “A aquellos que lo recibieron, Él les ha dado el poder de ser hijos e hijas de Dios”.

Es verdad que el mundo nos sacude, que tenemos muchas cosas por hacer, como la gente de Belén, y no tenemos mucho tiempo, no tenemos un lugar  para Dios en nuestra vida. Nosotros ponemos a menudo la pancarta “ocupado” en la puerta de nuestro corazón. Todo está ocupado por nuestra carrera, nuestros hobbies, nuestros deportes, nuestras muchas actividades. Pero en Navidad, apartamos –tomamos una hora para acoger al Señor y para compartir nuestro deseo de hacerle un pequeño rincón en nuestra vida.

Para nosotros, navidad es mucho más que el fin de las grandes compras y recorridos por los centros comerciales, es el principio de algo nuevo, es partir de nuevo. El Señor toca  a nuestra puerta para que durante el año que viene, podamos acogerle en nuestra mesa y en nuestra vida.

 En la noche de Belén resuena un anuncio maravilloso: “Paz en la tierra a todos los hombres y mujeres  que ama el Señor”. Todo el proyecto de Dios se encuentra en esta frase. Y Jesús agrega, en el evangelio de Juan: “Yo he venido para que tengan la vida y la vida en abundancia”.

El Señor entra en nuestro mundo, llega a ser uno de nosotros para invitarnos a crear un mundo mejor, un mundo de fraternidad y de paz, comenzando por nuestras familias, nuestro entorno, nuestro lugar de trabajo. Dios no se interesa totalmente por lo que hayamos hecho en el pasado, no se interesa por  nuestras estupideces y errores de ayer ni por  nuestros pecados de antaño. Lo que le interesa es nuestro avenir (futuro).

La cuestión que se nos hace en esta fiesta de navidad es la siguiente : « Que puedo hacer yo para que la vida sea mejor en mi familia, con mis vecinos y amigos, en el trabajo…? Y no solamente en este día de navidad sino además  durante todo el año nuevo que pronto comenzará.

El niño del pesebre nos recuerda que el más bello regalo que podemos hacer en esta noche de Navidad no es un artefacto electrónico (wii, celular, pc, i-phone, etc) o un bello vestido, sino más bien un perdón acordado, una caricia ofrecida, un tiempo de diversión compartido, una mano tendida, una intercambio de sonrisas. Nuestros regalos, este año, podrían tener la simplicidad de la vida, de la fraternidad  y del amor…Lo que no nos impide de ofrecer también regalos electrónicos, vestidos deportivos, juguetes infantiles, perfumes finos, etc.

En esta noche de navidad, y a través del mundo, nos sumamos a las miles y miles de comunidades cristianas. Y si , en la casa, bajo el árbol de navidad, tenemos un pequeño pesebre, podemos aprovechar para explicarles a los niños que , para cada uno de nosotros, esta grande fiesta, la más importante del año, es también una fiesta religiosa, una fiesta donde Dios se hace presente.

La buena noticia (evangelio) no viene del mercado de juguetes, sino de nuestro Dios quien ha venido (se ha hecho hombre, se ha encarnado) por nosotros. Él nos acompaña  a lo largo de toda nuestra vida. Con el podemos reconstruir aquello que parecía arruinado, devastado, destruido.

“El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz, sobre los habitantes del país en sombras, una luz ha resplandecido” (Isaías 9,1)



FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!

sábado, 2 de noviembre de 2019

Reflexion dominical Domingo 31 Octubre (Día del Senor Jesús no de las brujas) 2010

LECTURAS DEL 31er DOMINGO ORDINARIO , CICLO C 


Sabiduría 11, 22-12,2
Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres

Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?
¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.
Salmo responsorial: 144
Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R.
2Tesalonicenses 1, 11-2, 2
Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él

Hermanos: Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS

Lucas 19, 1-10
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
 

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa."
Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador."
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más."
Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."



1
APROXIMACION PSICOLOGICA DEL TEXTO

Ciertas personas tienen una tal sed de prestigio, sed de estatus, de posicionarse bien socialmente , que están dispuestas a hacer todo lo posible por ganárselos.

Pero con tal mala suerte que a veces los resultados obtenidos son contrarios a lo que se buscaba. Como decimos popularmente en Colombia y en Hispanoamérica:  “se fue por lana y salió trasquilado”.

Este fue el caso de Zaqueo. Había aceptado un contrato muy sospechoso, con sombras, demasiado oscuro, no muy legal: recuperar los impuestos para la ocupación militar (los invasores) y tomando a veces la mitad de lo recogido para metérselo a su bolsillo.

Y así, lejos de encontrar el reconocimiento social que el dinero aporta, de pronto se ve rechazado socialmente , marginado de la comunidad en la que había logrado hacerse un lugar.

"Aquel que quiere salvar su propia vida a todo precio, la pierde", palabras más , palabras menos , dijo Jesús…

Zaqueo entonces contaminado de su dinero corrupto, después de haber esperado tanto el reconocimiento social, ahora nadie quiere comprometerse (entrar en contacto) con él.

Y viene Jesús que le dice:  “Hoy, Zaqueo entrare a tu casa”. Y de un flash, un chispazo el cambio llega. Sintiéndose aceptado por él mismo, Zaqueo no tiene  más necesidad del dinero. El siente en su corazón y en su alma que la riqueza no es nada comparada al lado del don de la “comunión”, y entonces decide “hacerse amigos con el dinero injusto” (Lucas 16,9). El sentido de su vida que el pretendía encontrar en el dinero, lo encuentra  ahora en el compartir.

Y Jesús dice: “Hoy, este hombre es libre. Este es un hombre salvado porque se ha dado cuenta que su dinero (riquezas materiales)  lo alienaba (n), lo separaban de él mismo y de los otros. Démonos cuenta que Jesús sabe que es consciente del papel que ha jugado en esto (el cambio) que le ha sucedido a Zaqueo. Y afirma que es “El quien ha venido a buscar “ lo que había de bueno en Zaqueo.

Un comentarista cita a propósito la siguiente máxima de Goethe: “Si uno asume (toma) las personas como ellas son, uno las vuelve peores. Si uno las trata como si fueran lo que ellas deberían ser, uno les ayuda a llegar a ser aquello que ellas son capaces de devenir (llegar a ser)”.

He aquí entonces, como podríamos comprender en un nivel interpersonal la misión de Jesús, que es el de aportar el evangelio, es decir la buena nueva: por mi actitud hacia ti, yo te llevo a descubrir lo bueno que Dios ha puesto en ti, y yo te ayudo a descubrir el camino de liberación que Él quiere para ti.



PRIMER COMENTARIO

Esta visita de Cristo que se hace el invitado a nuestra casa (como en el caso de Zaqueo), nos invita a un examen de conciencia o mejor a un examen de confianza. Pues es verdad, al venir a nuestra casa,  más allá de lo que podamos imaginar, confía en nosotros. El viene para decirnos (transmitirnos) todo el amor que siente Dios por nosotros. Con El, es la salvación que entra a nuestra casa porque “El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar aquellos que estaban perdidos”. Nada ni nadie puede detener a Cristo en esta misión. Él va a  vivirla y cumplirla hasta el final de su vida sobre una cruz.

Pero nada será posible si nosotros no descendemos de nuestro árbol; este árbol es aquel donde nos escondemos para quedarnos al margen del combate de la humanidad, aquel de nuestras certitudes, aquel de nuestra buena o mala conciencia…Todos somos invitados a descender de nuestro pedestal para dejarnos invadir y llenar por el mismo Jesús. Es necesario  también que aceptemos y dejemos  entrar los otros en nuestra vida. El verdadero Dios, aquel que Jesús ha venido a revelarnos, es precisamente el dios todos los excluidos, que ellos sean ricos o pobres, jóvenes o adultos.

2o COMENTARIO

Este bello episodio de la visita de Jesús a casa de Zaqueo nos ofrece varios elementos para nuestra reflexión cristiana:

EN primer lugar, Jesús nos recuerda que cuando juzgamos los demás, tenemos tendencia a no ver nada más que lo negativo de su conducta y somos ciegos a lo bueno que hay en ellos.

Jesús hace salir (aflorar) lo mejor de Zaqueo, como lo ha hecho en María Magdalena, en la samaritana, Nicodemo, la mujer adúltera, en  la pecadora en casa de Simón el fariseo, el buen ladrón, «pedro y los demás apóstoles. El Señor ve más allá de nuestras debilidades, nuestras lagunas y pecados. El mira lo que podemos llegar a ser. No es el pasado que le interesa sino el avenir.

Jesús nos invita enseguida, a nosotros también a descender de nuestro árbol, porque El quiere venir a nuestra casa. Al igual que Zaqueo , tenemos tendencia a juzgar el mundo desde arriba, desde nuestro lugar de observación. Nosotros siempre sabemos muy bien lo que los demás deben hacer:  la familia, los vecinos, los políticos, los profesores, los sacerdotes,  los benévolos…

El Señor nos invita este domingo a dejar nuestro lugar de observación para entrar a nuestra casa con El. Ahí, estaremos en medida y capacidad de evaluar mejor nuestro comportamiento. Veremos mejor así  qué es lo que no funciona correctamente en nuestra vida, y estaremos menos tentados a juzgar y condenar los demás.

Hoy Jesús nos ofrece su amistad, como Él la ha ofrecido a Zaqueo en la ciudad de Jericó: “Desciende rápido, porque hoy me gustaría entrar a tu casa”.

El mismo Cristo toca hoy a nuestra puerta….AL igual que para Zaqueo Jesús no viene para reprocharnos, más bien viene para aportarnos la salvación de Dios. Este encuentro con Cristo ha sacudido enormemente la vida de este hombre. El que antes era ambicioso, decide ahora compartir y resarcir (reparar, reponer) los males que ha hecho a los demás. Es por eso que Jesús ha podido decir al respecto: “Hoy, la salud ha llegado a esta casa, porque este  también es un Hijo de Abraham”.


3era OPCION DE COMENTARIO



Al  igual que  Zaqueo, muchas personas son sensibles al llamado de Dios, pero no quieren ser vistas (remarcadas). Tienen miedo que se les imponga cambios en sus comportamientos, y no tienen interés ninguno de ir y agregarse a una Iglesia en la cual no quieren compartir las opciones de sociedad (o comunidad). En efecto, no es de Dios que tienen miedo, sino más bien de la imagen que de Él muestran  las personas creyentes.

Esta simple remarca nos sumerge en un abismo de reflexión, porque ella nos conduce a constatar que si Jesús promete la salvación a Zaqueo y lo trata como Hijo de Abraham, El no lo invita a  seguirle ni a hacer parte de su grupo, ni a venir a la sinagoga que frecuenta. Todo esto no impide a Jesús de quedarse en su casa y compartir su cotidianidad. Para que esto pueda producirse, es necesario que Zaqueo descienda del alto del árbol  donde se esconde y venga hacia Jesús. Zaqueo no recibe ninguna consigna particular de la parte de Jesús. Zaqueo está bien advertido en su fe, para saber lo que debe hacer sin que nadie le diga.

Es así como nosotros debemos  estar (presentarnos)  ante Dios: hombres y mujeres lo suficientemente responsables para comprender sin que se nos diga, cual es el sentido de nuestra vida para avanzar.

El (Zaqueo) se ve entonces liberado de las cadenas de la avaricia y la pasión del provecho. En adelante “El otro” no será más objeto de ambición, no será una oveja a degollar, sino un hermano o una hermana a amar y respetar.

Contrito y arrepentido, Zaqueo produce enseguida frutos de penitencia y de conversión. Zaqueo estaba muerto y renace a una vida nueva. El excluido, el marginado, que los justos señalan con el dedo y lo desprecian con sus juicios, es declarado por Jesús autentico Hijo de Abraham. El mundo al revés!

Esta lección es para nosotros, los discípulos y los fieles. Porque Dios , como lo explica la primera lectura, nos reprende poco a poco, nos advierte y nos recuerda en que pecamos (nos muestra nuestros pecados) para que así podamos alejarnos del mal y creer verdaderamente en El.

Por otro lado, nosotros somos invitados por Jesús al encuentro y al banquete de la Eucaristía….

Pero tal vez no seamos también como Zaqueo diligentes y entusiastas para asistir a la misa. En el transcurso del banquete, la Palabra de Dios también nos cuestiona e interpela. Y quizás con alegría lo recibimos a  Jesucristo convertido en pan en la intimidad de la comunión. Sin embargo, somos  sacudidos como Zaqueo hasta el punto de ser transformados y de cambiar (convertirnos) como él cualquier cosa en nuestra vida?

ORACIÓN

En este día, te pedimos Señor por todos los “Zaqueos” de la tierra, todos aquellos y aquellas que son rechazados y despreciados a causa de  su pasado y de sus actos. Tú quieres habitar (permanecer) en su casa como en nuestra casa. Por tu Eucaristía, tú nos invitas a tu casa. Que nuestra  cita y  de encuentro en la misa y en la Adoración nos transforme como El ha transformado al publicano de Jericó. Amen.



4o COMENTARIO: DEL SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO


En el evangelio de hoy, Jesús nos enseña hoy que el Padre–Dios no deja de ser el mismo, siempre compasivo perdonador, amigo de la vida, siempre saliendo al encuentro de sus hijos y construyendo con ellos una relación nueva de amor. Las lecturas de este domingo son una preciosa descripción de este comportamiento de Dios con la persona humana. Nos dicen que Dios ama entrañablemente todo lo que existe, porque su aliento de vida está en todas las cosas.

El episodio de la conversión de Zaqueo se encuentra en el itinerario o “camino” de Jesús hacia Jerusalén y sólo lo encontramos narrado por el evangelio de Lucas. En él pone de manifiesto el evangelista, una vez más, algunas de las características más destacadas de su teología: la misericordia de Dios hacia los pecadores, la necesidad del arrepentimiento, la exigencia de renunciar a los bienes, el interés de Jesús por rescatar lo que está “perdido”. Este evangelio es una ocasión excelente para recordar que éstos son los temas que se destacan en el material particular de la tradición lucana y que resaltan la predilección de Jesús por los pobres, marginados y excluidos.

El relato nos muestra la pedagogía de Dios, en la persona de Jesús, hacia aquellos que actúan mal. Dios es paciente y compasivo, lento a la ira y rico en misericordia, corrige lentamente, respeta los ritmos y siempre busca la vida y la reconciliación. En este sentido, Dios es definido como “el amigo de la vida”, y buscando ésta, su auténtica gloria, sale hacia el pecador y lo corrige, le brinda su amor y lo salva. 

Muy seguramente nosotros, por nuestra incapacidad de acoger y perdonar, no hubiéramos considerado a Zaqueo como un hijo bienaventurado de Dios, como no lo consideraron sus paisanos que murmuraron contra Jesús diciendo: “Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador”. Decididamente, Jesús y sus coetáneos creían en un Dios diferente. Por eso pensaban también de forma diferente. Para el judaísmo de la época el perdón era cuestión de ritos de purificación hechos en el templo con la mediación del sacerdote, era un puro cumplimiento; para Jesús la oferta del perdón se realiza por medio del Hijo del hombre, ya no en el templo sino en cualquier casa, y con ese perdón se ofrece también la liberación total de lo que oprime al ser humano.

Por eso, la actitud de Jesús es sorprendente, sale al encuentro de Zaqueo y le regala su amor: lo mira, le habla, desea hospedarse en su casa, quiere compartir su propia miseria y su pecado (robo, fraude, corrupción) y ser acogido en su libertad para la conversión. 

La actitud de Jesús es la que produce la conversión que se realiza en la libertad. Todo lo que le pasa a Zaqueo es fruto del amor de Dios que actúa en su hijo Jesús, es la manifestación de la misericordia y la compasión de Dios que perdona y da la fuerza para cambiar. De esta manera la vida se reconstruye y me puedo liberar de todas las ataduras que me esclavizan, puedo entregarlo todo, sin miedos y sin restricciones.

Con esta actitud, Zaqueo se constituye en prototipo de discípulo, porque nos muestra de qué manera la conversión influye en nuestra relación con los bienes materiales; y en segundo lugar nos recuerda las exigencias que conlleva seguir a Jesús hasta el final. Aquí la salvación que llega en la persona de Jesús opera un cambio radical de vida.

No dudemos que Jesús nos está llamando también a nosotros a la conversión, nos está invitando a que cambiemos radicalmente nuestra vida. No se lo neguemos, no se lo impidamos. El Señor nos propone unirnos a El, ser sus discípulos y a ejemplo de Zaqueo ser capaces de despojarnos de todo lo que no nos permite vivir auténticamente como cristianos. Esta misma experiencia es la de muchos otros testigos de Jesús que, mirados por El, se convirtieron, renació su dignidad, y recuperaron la vida. Aceptemos la mirada de Jesús, dejemos que El se tropiece con nosotros en el camino e invitémoslo a nuestra casa para que El pueda sanar nuestras heridas y reconfortar nuestro corazón. No tengamos miedo, dejémonos seducir por el Señor, por el maestro, para confesar nuestras mentiras, arrepentirnos, expresar nuestra necesidad de ser justos, devolver lo que le hemos quitado al otro... No dudemos, Jesús nos dará la fuerza de su perdón. El Señor está con nosotros para que experimentemos su amor. El ya nos ha perdonado, por eso es posible la conversión. 

El caso de Zaqueo puede ser iluminador para el tema de la opción por los pobres. En la polémica oficial contra esta opción que sacaron a la luz la teología y la espiritualidad latinoamericanas, se insistió mucho en que no podría tratarse sino de una opción «preferencial», no de una «opción por los pobres» sin más, porque sin aquel adjetivo podría entenderse como una opción «exclusiva o excluyente»... Pero el adjetivo «preferencial» rebaja y diluye la esencia de la opción por los pobres, porque quien opta por los pobres preferencialmente, se entiende que opta también por los ricos, aunque sea menos preferencialmente... Una opción preferencial es una opción que no acaba de optar, que no quiere definirse, que no toma partido, que «se queda encima del muro», como dice la expresión brasileña...

Jesús opta por los pobres, mira la vida desde su óptica, es uno de los pobres, y comparte con ellos su causa. Evidentemente, no excluye a las personas ricas, y ése es el caso de Zaqueo. Pero Jesús no es neutral en el tema de riqueza-pobreza. Su encuentro con Zaqueo no deja a éste indiferente: Jesús lo desafía a pronunciarse, incluso económicamente. Jesús no excluye a Zaqueo, ni a ninguna otra persona rica, pero «sí excluye el modo de vida de los ricos», exigiéndoles la justicia y el amor. La opción por los pobres no excluye a ninguna persona (¡al contrario, desearía alcanzar y cambiar a todos los que no asumen la causa de los pobres!). Lo que excluye es la forma de vida de los ricos, la opresión y la injusticia. Buen tema éste para enfocar la homilía sobre la opción por los pobres.


REFERENCIAS:



P. JEAN LUC HÉTU. Les options de Jésus.

P. Fabien Deleclos, franciscano.