LECTURAS DEL 31er DOMINGO ORDINARIO , CICLO C
Sabiduría 11, 22-12,2
Lucas 19, 1-10
Sabiduría 11, 22-12,2
Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los seres
Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra.Salmo responsorial: 144
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?
¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.
Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.2Tesalonicenses 1, 11-2, 2
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R.
Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él
Hermanos: Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
Lucas 19, 1-10
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa."
Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador."
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más."
Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."
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En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa."
Él bajo en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador."
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor: "Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más."
Jesús le contestó: "Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido."
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APROXIMACION PSICOLOGICA DEL TEXTO
Ciertas personas tienen una tal sed de prestigio, sed de estatus, de posicionarse bien socialmente , que están dispuestas a hacer todo lo posible por ganárselos.
Pero con tal mala suerte que a veces los resultados obtenidos son contrarios a lo que se buscaba. Como decimos popularmente en Colombia y en Hispanoamérica: “se fue por lana y salió trasquilado”.
Este fue el caso de Zaqueo. Había aceptado un contrato muy sospechoso, con sombras, demasiado oscuro, no muy legal: recuperar los impuestos para la ocupación militar (los invasores) y tomando a veces la mitad de lo recogido para metérselo a su bolsillo.
Y así, lejos de encontrar el reconocimiento social que el dinero aporta, de pronto se ve rechazado socialmente , marginado de la comunidad en la que había logrado hacerse un lugar.
"Aquel que quiere salvar su propia vida a todo precio, la pierde", palabras más , palabras menos , dijo Jesús…
Zaqueo entonces contaminado de su dinero corrupto, después de haber esperado tanto el reconocimiento social, ahora nadie quiere comprometerse (entrar en contacto) con él.
Y viene Jesús que le dice: “Hoy, Zaqueo entrare a tu casa”. Y de un flash, un chispazo el cambio llega. Sintiéndose aceptado por él mismo, Zaqueo no tiene más necesidad del dinero. El siente en su corazón y en su alma que la riqueza no es nada comparada al lado del don de la “comunión”, y entonces decide “hacerse amigos con el dinero injusto” (Lucas 16,9). El sentido de su vida que el pretendía encontrar en el dinero, lo encuentra ahora en el compartir.
Y Jesús dice: “Hoy, este hombre es libre. Este es un hombre salvado porque se ha dado cuenta que su dinero (riquezas materiales) lo alienaba (n), lo separaban de él mismo y de los otros. Démonos cuenta que Jesús sabe que es consciente del papel que ha jugado en esto (el cambio) que le ha sucedido a Zaqueo. Y afirma que es “El quien ha venido a buscar “ lo que había de bueno en Zaqueo.
Un comentarista cita a propósito la siguiente máxima de Goethe: “Si uno asume (toma) las personas como ellas son, uno las vuelve peores. Si uno las trata como si fueran lo que ellas deberían ser, uno les ayuda a llegar a ser aquello que ellas son capaces de devenir (llegar a ser)”.
He aquí entonces, como podríamos comprender en un nivel interpersonal la misión de Jesús, que es el de aportar el evangelio, es decir la buena nueva: por mi actitud hacia ti, yo te llevo a descubrir lo bueno que Dios ha puesto en ti, y yo te ayudo a descubrir el camino de liberación que Él quiere para ti.
PRIMER COMENTARIO
Esta visita de Cristo que se hace el invitado a nuestra casa (como en el caso de Zaqueo), nos invita a un examen de conciencia o mejor a un examen de confianza. Pues es verdad, al venir a nuestra casa, más allá de lo que podamos imaginar, confía en nosotros. El viene para decirnos (transmitirnos) todo el amor que siente Dios por nosotros. Con El, es la salvación que entra a nuestra casa porque “El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar aquellos que estaban perdidos”. Nada ni nadie puede detener a Cristo en esta misión. Él va a vivirla y cumplirla hasta el final de su vida sobre una cruz.
Pero nada será posible si nosotros no descendemos de nuestro árbol; este árbol es aquel donde nos escondemos para quedarnos al margen del combate de la humanidad, aquel de nuestras certitudes, aquel de nuestra buena o mala conciencia…Todos somos invitados a descender de nuestro pedestal para dejarnos invadir y llenar por el mismo Jesús. Es necesario también que aceptemos y dejemos entrar los otros en nuestra vida. El verdadero Dios, aquel que Jesús ha venido a revelarnos, es precisamente el dios todos los excluidos, que ellos sean ricos o pobres, jóvenes o adultos.
2o COMENTARIO
Este bello episodio de la visita de Jesús a casa de Zaqueo nos ofrece varios elementos para nuestra reflexión cristiana:
EN primer lugar, Jesús nos recuerda que cuando juzgamos los demás, tenemos tendencia a no ver nada más que lo negativo de su conducta y somos ciegos a lo bueno que hay en ellos.
Jesús hace salir (aflorar) lo mejor de Zaqueo, como lo ha hecho en María Magdalena, en la samaritana, Nicodemo, la mujer adúltera, en la pecadora en casa de Simón el fariseo, el buen ladrón, «pedro y los demás apóstoles. El Señor ve más allá de nuestras debilidades, nuestras lagunas y pecados. El mira lo que podemos llegar a ser. No es el pasado que le interesa sino el avenir.
Jesús nos invita enseguida, a nosotros también a descender de nuestro árbol, porque El quiere venir a nuestra casa. Al igual que Zaqueo , tenemos tendencia a juzgar el mundo desde arriba, desde nuestro lugar de observación. Nosotros siempre sabemos muy bien lo que los demás deben hacer: la familia, los vecinos, los políticos, los profesores, los sacerdotes, los benévolos…
El Señor nos invita este domingo a dejar nuestro lugar de observación para entrar a nuestra casa con El. Ahí, estaremos en medida y capacidad de evaluar mejor nuestro comportamiento. Veremos mejor así qué es lo que no funciona correctamente en nuestra vida, y estaremos menos tentados a juzgar y condenar los demás.
Hoy Jesús nos ofrece su amistad, como Él la ha ofrecido a Zaqueo en la ciudad de Jericó: “Desciende rápido, porque hoy me gustaría entrar a tu casa”.
El mismo Cristo toca hoy a nuestra puerta….AL igual que para Zaqueo Jesús no viene para reprocharnos, más bien viene para aportarnos la salvación de Dios. Este encuentro con Cristo ha sacudido enormemente la vida de este hombre. El que antes era ambicioso, decide ahora compartir y resarcir (reparar, reponer) los males que ha hecho a los demás. Es por eso que Jesús ha podido decir al respecto: “Hoy, la salud ha llegado a esta casa, porque este también es un Hijo de Abraham”.
3era OPCION DE COMENTARIO
Al igual que Zaqueo, muchas personas son sensibles al llamado de Dios, pero no quieren ser vistas (remarcadas). Tienen miedo que se les imponga cambios en sus comportamientos, y no tienen interés ninguno de ir y agregarse a una Iglesia en la cual no quieren compartir las opciones de sociedad (o comunidad). En efecto, no es de Dios que tienen miedo, sino más bien de la imagen que de Él muestran las personas creyentes.
Esta simple remarca nos sumerge en un abismo de reflexión, porque ella nos conduce a constatar que si Jesús promete la salvación a Zaqueo y lo trata como Hijo de Abraham, El no lo invita a seguirle ni a hacer parte de su grupo, ni a venir a la sinagoga que frecuenta. Todo esto no impide a Jesús de quedarse en su casa y compartir su cotidianidad. Para que esto pueda producirse, es necesario que Zaqueo descienda del alto del árbol donde se esconde y venga hacia Jesús. Zaqueo no recibe ninguna consigna particular de la parte de Jesús. Zaqueo está bien advertido en su fe, para saber lo que debe hacer sin que nadie le diga.
Es así como nosotros debemos estar (presentarnos) ante Dios: hombres y mujeres lo suficientemente responsables para comprender sin que se nos diga, cual es el sentido de nuestra vida para avanzar.
El (Zaqueo) se ve entonces liberado de las cadenas de la avaricia y la pasión del provecho. En adelante “El otro” no será más objeto de ambición, no será una oveja a degollar, sino un hermano o una hermana a amar y respetar.
Contrito y arrepentido, Zaqueo produce enseguida frutos de penitencia y de conversión. Zaqueo estaba muerto y renace a una vida nueva. El excluido, el marginado, que los justos señalan con el dedo y lo desprecian con sus juicios, es declarado por Jesús autentico Hijo de Abraham. El mundo al revés!
Esta lección es para nosotros, los discípulos y los fieles. Porque Dios , como lo explica la primera lectura, nos reprende poco a poco, nos advierte y nos recuerda en que pecamos (nos muestra nuestros pecados) para que así podamos alejarnos del mal y creer verdaderamente en El.
Por otro lado, nosotros somos invitados por Jesús al encuentro y al banquete de la Eucaristía….
Pero tal vez no seamos también como Zaqueo diligentes y entusiastas para asistir a la misa. En el transcurso del banquete, la Palabra de Dios también nos cuestiona e interpela. Y quizás con alegría lo recibimos a Jesucristo convertido en pan en la intimidad de la comunión. Sin embargo, somos sacudidos como Zaqueo hasta el punto de ser transformados y de cambiar (convertirnos) como él cualquier cosa en nuestra vida?
ORACIÓN
En este día, te pedimos Señor por todos los “Zaqueos” de la tierra, todos aquellos y aquellas que son rechazados y despreciados a causa de su pasado y de sus actos. Tú quieres habitar (permanecer) en su casa como en nuestra casa. Por tu Eucaristía, tú nos invitas a tu casa. Que nuestra cita y de encuentro en la misa y en la Adoración nos transforme como El ha transformado al publicano de Jericó. Amen.
4o COMENTARIO: DEL SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO
En el evangelio de hoy, Jesús nos enseña hoy que el Padre–Dios no deja de ser el mismo, siempre compasivo perdonador, amigo de la vida, siempre saliendo al encuentro de sus hijos y construyendo con ellos una relación nueva de amor. Las lecturas de este domingo son una preciosa descripción de este comportamiento de Dios con la persona humana. Nos dicen que Dios ama entrañablemente todo lo que existe, porque su aliento de vida está en todas las cosas.
El episodio de la conversión de Zaqueo se encuentra en el itinerario o “camino” de Jesús hacia Jerusalén y sólo lo encontramos narrado por el evangelio de Lucas. En él pone de manifiesto el evangelista, una vez más, algunas de las características más destacadas de su teología: la misericordia de Dios hacia los pecadores, la necesidad del arrepentimiento, la exigencia de renunciar a los bienes, el interés de Jesús por rescatar lo que está “perdido”. Este evangelio es una ocasión excelente para recordar que éstos son los temas que se destacan en el material particular de la tradición lucana y que resaltan la predilección de Jesús por los pobres, marginados y excluidos.
El relato nos muestra la pedagogía de Dios, en la persona de Jesús, hacia aquellos que actúan mal. Dios es paciente y compasivo, lento a la ira y rico en misericordia, corrige lentamente, respeta los ritmos y siempre busca la vida y la reconciliación. En este sentido, Dios es definido como “el amigo de la vida”, y buscando ésta, su auténtica gloria, sale hacia el pecador y lo corrige, le brinda su amor y lo salva.
Muy seguramente nosotros, por nuestra incapacidad de acoger y perdonar, no hubiéramos considerado a Zaqueo como un hijo bienaventurado de Dios, como no lo consideraron sus paisanos que murmuraron contra Jesús diciendo: “Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador”. Decididamente, Jesús y sus coetáneos creían en un Dios diferente. Por eso pensaban también de forma diferente. Para el judaísmo de la época el perdón era cuestión de ritos de purificación hechos en el templo con la mediación del sacerdote, era un puro cumplimiento; para Jesús la oferta del perdón se realiza por medio del Hijo del hombre, ya no en el templo sino en cualquier casa, y con ese perdón se ofrece también la liberación total de lo que oprime al ser humano.
Por eso, la actitud de Jesús es sorprendente, sale al encuentro de Zaqueo y le regala su amor: lo mira, le habla, desea hospedarse en su casa, quiere compartir su propia miseria y su pecado (robo, fraude, corrupción) y ser acogido en su libertad para la conversión.
La actitud de Jesús es la que produce la conversión que se realiza en la libertad. Todo lo que le pasa a Zaqueo es fruto del amor de Dios que actúa en su hijo Jesús, es la manifestación de la misericordia y la compasión de Dios que perdona y da la fuerza para cambiar. De esta manera la vida se reconstruye y me puedo liberar de todas las ataduras que me esclavizan, puedo entregarlo todo, sin miedos y sin restricciones.
Con esta actitud, Zaqueo se constituye en prototipo de discípulo, porque nos muestra de qué manera la conversión influye en nuestra relación con los bienes materiales; y en segundo lugar nos recuerda las exigencias que conlleva seguir a Jesús hasta el final. Aquí la salvación que llega en la persona de Jesús opera un cambio radical de vida.
No dudemos que Jesús nos está llamando también a nosotros a la conversión, nos está invitando a que cambiemos radicalmente nuestra vida. No se lo neguemos, no se lo impidamos. El Señor nos propone unirnos a El, ser sus discípulos y a ejemplo de Zaqueo ser capaces de despojarnos de todo lo que no nos permite vivir auténticamente como cristianos. Esta misma experiencia es la de muchos otros testigos de Jesús que, mirados por El, se convirtieron, renació su dignidad, y recuperaron la vida. Aceptemos la mirada de Jesús, dejemos que El se tropiece con nosotros en el camino e invitémoslo a nuestra casa para que El pueda sanar nuestras heridas y reconfortar nuestro corazón. No tengamos miedo, dejémonos seducir por el Señor, por el maestro, para confesar nuestras mentiras, arrepentirnos, expresar nuestra necesidad de ser justos, devolver lo que le hemos quitado al otro... No dudemos, Jesús nos dará la fuerza de su perdón. El Señor está con nosotros para que experimentemos su amor. El ya nos ha perdonado, por eso es posible la conversión.
El caso de Zaqueo puede ser iluminador para el tema de la opción por los pobres. En la polémica oficial contra esta opción que sacaron a la luz la teología y la espiritualidad latinoamericanas, se insistió mucho en que no podría tratarse sino de una opción «preferencial», no de una «opción por los pobres» sin más, porque sin aquel adjetivo podría entenderse como una opción «exclusiva o excluyente»... Pero el adjetivo «preferencial» rebaja y diluye la esencia de la opción por los pobres, porque quien opta por los pobres preferencialmente, se entiende que opta también por los ricos, aunque sea menos preferencialmente... Una opción preferencial es una opción que no acaba de optar, que no quiere definirse, que no toma partido, que «se queda encima del muro», como dice la expresión brasileña...
Jesús opta por los pobres, mira la vida desde su óptica, es uno de los pobres, y comparte con ellos su causa. Evidentemente, no excluye a las personas ricas, y ése es el caso de Zaqueo. Pero Jesús no es neutral en el tema de riqueza-pobreza. Su encuentro con Zaqueo no deja a éste indiferente: Jesús lo desafía a pronunciarse, incluso económicamente. Jesús no excluye a Zaqueo, ni a ninguna otra persona rica, pero «sí excluye el modo de vida de los ricos», exigiéndoles la justicia y el amor. La opción por los pobres no excluye a ninguna persona (¡al contrario, desearía alcanzar y cambiar a todos los que no asumen la causa de los pobres!). Lo que excluye es la forma de vida de los ricos, la opresión y la injusticia. Buen tema éste para enfocar la homilía sobre la opción por los pobres.
REFERENCIAS:
P. JEAN LUC HÉTU. Les options de Jésus.
P. Fabien Deleclos, franciscano.
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Gustavo Quiceno