(ARTÍCULO TOMADO DE LA REVISTA SEMANA)
Sábado 27 Octubre 2007
Este municipio se construyó sobre una montaña donde brota el oro, pero irónicamente el metal precioso que soporta su economía, es hoy su principal amenaza.
A1.310 metros de altura sobre el nivel del mar está 'colgado' un pesebre de oro. Es el municipio más pequeño del departamento de Caldas, tiene 40 kilómetros cuadrados de extensión, está ubicado en una de las estribaciones de la cordillera Occidental y su riqueza aurífera lo hace brillar.
Pero el mismo oro que le da riqueza es a la vez su mayor amenaza. Marmato, un pequeño pueblo de 9.800 habitantes, vive bajo el peligro constante de un gran derrumbe. La explotación minera del lugar, que se lleva a cabo desde mediados del siglo XVI por iniciativa de los españoles, ha debilitado la capa vegetal de la montaña y provocado deslizamientos como el ocurrido en 2006 cuando un 'bocado' de tierra sepultó la plaza principal y 92 casas. Aún quedan 1.200 viviendas que podrían ser víctimas de otra avalancha.
A pesar de la amenaza, la vida en el pueblo continúa con una aparente normalidad. Nada parece afectar el ritmo de ese mercado persa que es su calle principal, una vía de dos cuadras en la que convergen los ricos y los pobres, los comerciantes y las prostitutas, los políticos y los campesinos, y por la que pasan motos, jeeps, chivas, camiones y las fieles mulas. Pero no hay verdaderas calles en Marmato, un municipio que fue creciendo sin planeación, donde las casas se construyeron cerca de los lugares de trabajo: las minas.
Y estas, que suman más de 230, generan 1.500 empleos y son la seña particular del municipio; aunque producen 3.200 millones de pesos de regalías al año, son las culpables de los deslizamientos de tierra en el pueblo. La fiebre del oro trae sus peligros. Por eso algunos de los habitantes de esta región dorada han optado por reubicarse en el Nuevo Marmato, que surgió en la parte plana de estas tierras con el medio centenar de familias afectadas por la primera avalancha.
Sin embargo, muchos de sus pobladores ven con escepticismo esta reubicación; algunos afirman que lo que se pretende es alejarlos de sus minas para que otros, extranjeros, las exploten. Esa es la tesis de la poeta Custodia Ortiz, una mulata de 60 años que nació y se crió en Marmato. Para ella, la riqueza del pueblo se convirtió en su mayor desgracia: "Nos quieren echar de aquí y nos van a quitar las minas".
Marmato, al que se ha llamado 'pueblo de oro anclado en las montañas', ese que habitaron los indígenas cartamas (que se dedicaban a la extracción del mineral), sigue ahí, haciendo equilibrio sobre la montaña y sobreviviendo de la minería mientras la tierra resista, mientras la loma aguante y no se venga abajo.
ARTICULO DEL DIARIO ECONOMICO DE COLOMBIA: LA REPUBLICA
Los 8.400 marmateños están parados, literalmente, sobre una mina de oro que han explotado artesanalmente por 500 años. El problema es que el metal y el hombre no podrán convivir juntos cuando allí se de una explotación empresarial.
La población, con 472 años de historia, deberá ser reubicada si los estudios de exploración que está realizando la Compañía Minera de Caldas S.A. (CMC), filial de la canadiense Colombia Goldfields Limited, le indican que la mejor forma de explotar la mina de oro de Marmato (Caldas), es a cielo abierto, como el propio presidente de la firma de Canadá, Ian Park, lo sospecha.
El eventual traslado del pueblo es, sin duda, una papa caliente que deberá asumir la Gobernación de Caldas, pero mientras tanto Colombia Goldfields reveló sus planes.
Park dijo que están en una etapa de exploración minera que les ha permitido perforar 39.750 metros de un total de 60.000. De 12.186 metros que la firma ha analizado en laboratorio, mediante perforaciones, se ha inferido un recurso de 2,6 millones de onzas de oro, que pagadas a 800 dólares establecen un negocio por la no despreciable suma de 2.000 millones de dólares.
Pero esto puede ser sólo la punta del iceberg. Debajo de Marmato y de sus alrededores, el empresario tiene la esperanza que existan entre cinco y 10 millones de onzas (en promedio 350.000 onzas al año para una explotación a 20 años), que mal contadas al precio del metal de hoy, valen entre 4.000 y 8.000 millones de dólares.
Si esa cantidad se comprueba, Marmato pasará a ser la segunda mina más grande de Colombia -la primera es la hallada recientemente en el Tolima- y una de las cinco más importantes de América Latina.
Los planes de la Compañía Minera, que sólo está a la espera del permiso del Gobierno para asumir la propiedad y el control de Mineros Nacional que adquirió en una subasta por 35 millones de dólares, es terminar este año la fase de exploración y obtener el permiso ambiental en menos de dos años para empezar la construcción de la mina. Hacia 2013 estaría explotando el recurso. El Gobierno viene trabajando la posibilidad de declarar el territorio como zona franca minera que sería la primera del país.
Por ahora la Compañía Minera de Caldas ha adquirido 144 minas, no todas legalizadas, de la parte alta de Marmato (cerro El Burro) -donde está autorizada la explotación de subsistencia o artesanal que realizan los propios habitantes del pueblo-. En éstas invirtió cerca de 25 millones de dólares. Otras 50 ó 60 minas en la misma zona aún quedan pendientes.
Marmato está divido por decreto en dos zonas de explotación: la alta para la minería artesanal o de subsistencia y la baja para la mediana o gran minería.
Esta última explotación subterránea la tiene Mineros Nacionales con cerca de 800 empleados, que pasará a manos de los canadienses una vez la CMC tome posesión.
La compañía señaló que ha invertido en este megaproyecto 60 millones de dólares, pero la iniciativa completa puede llegar a 500 millones de dólares.
Traslado en el limbo
El ex diputado Óscar Gutiérrez dice que no está claro si el traslado del municipio lo asumirá el Estado o la firma explotadora, como tampoco las implicaciones ambientales que demanda una mina a cielo abierto. A esto se agrega el hecho de que el pueblo fue declarado Monumento Histórico Nacional. La gerente del Proyecto Marmato de la Gobernación, Patricia Gómez, dijo que en la agenda no está un eventual traslado del pueblo completo por una exploración a cielo abierto. "Por ahora lo único que hay son especulaciones. No existe en la Unidad de Delegación Minera de Caldas, un proyecto radicado por la Compañía Minera de Caldas que indique que va a hacer exploración abierta porque apenas está en la fase de exploración", dijo al agregar, que si eventualmente se da una explotación minera a cielo abierto, si bien la obligación es de la Gobernación, la compañía debe también correr con los gastos.
tOMADO DE LA PAGINA WEB:
http://www.larepublica.com.co/archivos/MACRO/2008-09-01/marmato-una-mina-de-oro-de-hasta-us-8000-millones_52797.php
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Gustavo Quiceno