Qué paso en Pentecostés?
Cincuenta días después de su
RESURRECCION, el señor ha enviado del cielo el ESPIRITU SANTO sobre sus apóstoles
. El tiempo de la IGLESIA ha comenzado.
El día de Pentecostés, el Espíritu Santo ha transformado a
los apóstoles bloqueados por el miedo en valientes testigos de Cristo. En muy
poco tiempo, miles de personas se hicieron bautizar: este fue el nacimiento de
la Iglesia.
El milagro de las lenguas de PENTECOSTÉS, indica que desde el comienzo, la Iglesia ha sido concebida para todos: ella es universal (la palabra católica viene de una expresión griega que significa abierta a todos) y misionera. Ella se dirige a todos, supera las barreras étnicas y linguísticas y puede ser comprendida por todos. Hasta nuestros días (el día de hoy) el Espíritu Santo es el ELIXIR DE VIDA de la Iglesia.
El milagro de las lenguas de PENTECOSTÉS, indica que desde el comienzo, la Iglesia ha sido concebida para todos: ella es universal (la palabra católica viene de una expresión griega que significa abierta a todos) y misionera. Ella se dirige a todos, supera las barreras étnicas y linguísticas y puede ser comprendida por todos. Hasta nuestros días (el día de hoy) el Espíritu Santo es el ELIXIR DE VIDA de la Iglesia.
(Youcat (catecismo
para jóvenes , No 118)
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
--Paz a vosotros
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Palabra del Señor.
A guisa de introducción:
El retrato chino del
Espíritu Santo:
Si ustedes le preguntan a los niños: “El Espíritu Santo es un
animal, es una fuerza o es una persona?” Ellos responderán enseguida: “una
fuerza”. Pero, es una persona.
Ustedes conocen el principio de los retratos chinos, es un
juego de adivinar con indicaciones que comienzan por “si yo fuera”, donde el
objetivo es adivinar un personaje.
Ejemplos: “Si yo fuera
un país, yo sería Venezuela, si yo fuera una profesión, yo sería militar; si yo
fuera un nombre, tendría el mismo de un apóstol, si yo fuera un apellido tendría el mismo de un
departamento de la costa colombiana; si yo tuviera un amigo él seria alguien
libre…Quién soy yo?” : Yo soy SIMON BOLIVAR.
“Si yo fuera un color
yo sería el blanco, con unos bordados azules; si yo fuera un país sería La
India o Albania; si yo fuera un corazón, yo sería tan grande como el mar; si yo
fuera una familia, yo hubiera tenido 800
hermanos y 4.000 hermanas en 50 años: si yo
tuviera un vecino, él sería leproso o un enfermo de sida: quién soy yo?”...Yo
soy la Madre Teresa.
“Si yo fuera un color
yo sería el blanco. Si yo fuera un país, yo sería Argentina; si yo fuera una
ciudad, yo sería Roma; si yo tuviera una profesión, yo sería pastor. Si yo
fuera una familia, yo sería el padre:
quién soy yo?..”YO
soy el Papa Francisco.
Es así como Jesús nos ha dejado un retrato chino del Espíritu
Santo. Si el Espíritu Santo fuera un
animal, él sería una paloma: por el renuevo después del diluvio, la paz, la
pureza, la irradiación, la libertad.
Si el Espíritu Santo
fuera una parte del cuerpo, él sería el dedo de Dios que muestra el camino (o señala la
ruta).
Si el Espíritu Santo
interviniera en un rescate o la salvación de alguien, él sería el aire o
respiro o aliento de Jesús que reanima.
Si el Espíritu Santo
fuera una fuerza natural, él sería el viento que penetra todo y que permanece inalcanzable o
intocable.
Si el Espíritu Santo
fuera una fuente de energía, él sería el agua viva de un torrente.
Si el Espíritu Santo se
pudiera resumir en 5 letras, él sería el fuego. Él calienta, ilumina, une,
suelda (de soldar), o sea hace poner
sólido, solidariza…
Si el Espíritu Santo
fuera un color misterioso, él sería como la sombra. Él nos persigue por todos
lados (como dice la
ranchera de aquel que canta a su amada que no puede olvidar: “ con el correr de los años he tratado de
olvidarte pero no lo he podido, me persigue tu sombra”). Nosotros lo
olvidamos, pero él no nos olvida nunca.
Si el Espíritu fuera
una profesión, él sería un abogado. El defiende a Jesús en el proceso comenzado en tiempos de
Poncio Pilatos y que durará hasta el fin del mundo. Él es acusado de ser un
impostor. En el tribunal de nuestra conciencia, el abogado del cielo demuestra
que Él es sin duda, bien Dios Hijo.
Además de estos símbolos bíblicos, muchos otros pueden ser
propuestos.
Por ejemplo, si el
Espíritu Santo fuera una reacción química, él sería el catalizador…
El catalizador es un material que permite a otras dos sustancias
unirse.
Un catalizador es una sustancia que facilita y hace posible
la reacción química entre otros dos elementos! Su presencia es importantísima
si queremos que dos elementos entren en reacción para fundirse o para obtener
otra sustancia nueva!
Para hacer mortero (mezcla) en construcción, nosotros lo llamamos
popularmente “mezcla”, es necesario
arena y cemento. Pero nada pasaría si no hubiera agua. El agua permite
la ósmosis y desaparece. El Espíritu
Santo como catalizador, permite la unidad y se hace olvidar. Bueno, la
definición tal vez no sea demasiado científica pero hemos entendido el
concepto!!!
Una catequista muy experimentada o profesional un día tuvo la
idea de hacer esta comparación o
asociación: algunas mamás confeccionaron una “caja de besos” para sus pequeños
hijos que se les hacía difícil separarse de ellas con el fin de pasar algunos
días en casa de la abuela o del abuelo. Entonces el niño encontraba mucho
alivio, se sentía reconfortado al abrirla en intervalos de tiempo, y en ciertos
momentos cuando la melancolía era muy fuerte.
Jesús nos ha dejado el
Espíritu Santo a quien Él presenta como
el consolador
(lástima que esta palabra a la primera nos envíe la imagen de un objeto erótico
o juguete sexual)…entonces mejor
hablemos de aquel que alivia, que consuela…
Sin saberlo, aquella
catequista no encontraba acaso la intuición de los místicos que dicen que El
Espíritu Santo es el beso del Padre y del Hijo? El Espíritu Santo se ha hecho un
lugar, un rincón en cada uno de nosotros, el día de nuestro bautismo. Su
presencia ha sido confirmada en
nuestra…confirmación.
Pero Él es también como
el chocolate caliente de su desayuno. Si ustedes no lo remueven, no hacen girar la cuchara, el
chocolate se queda en el fondo.
Pero si nosotros oramos, si participamos en la misa, si
abrimos el Evangelio, si nosotros le pedimos su ayuda, Él invadirá poco a poco
todo nuestro ser y toda nuestra vida como lo hizo con los santos…ejemplo Laura
Montoya o San Francisco de Asís y tantos otros.
Aproximación psicológica al texto del evangelio :
Permanecer siendo el mismo
Cada
uno de nosotros sabemos cuán difícil es darse completamente, sea a una causa o
a otra persona, y al mismo tiempo continuar siendo el mismo, continuar perteneciéndose.
Es
difícil comprometerse a fondo en la vida comunitaria, y al mismo tiempo, ir
seriamente al encuentro de sí mismo en el silencio y la soledad. Es difícil de “ser miembros los unos de los otros” (Romanos
12,5), como nos lo demanda Pablo, y al mismo tiempo conservar una libertad
profunda en relación a las personas que hay a nuestro alrededor (el mismo Pablo pregunta: “¿por
qué ha de ser juzgada mi libertad por la conciencia ajena?” ( 1 Corintios 10,29).
Para decirlo en dos palabras: es difícil
permanecer siendo el mismo cuando uno decide (de) abrirse completamente. Jesús
ha ido lejos en esta experiencia. El permaneció siendo el mismo compartiendo
todo con sus apóstoles (“todo lo que he aprendido de mi Padre, se
los he dado conocer” – Juan 15,15).
El estuvo siempre presente y disponible para los apóstoles yendo hasta
su experiencia definitiva de intimidad con el Padre (“…después de haber despedido la multitud, Él se retira a la montaña
para orar. Llegada la noche, se encontraba allí solo”- Mateo 14,23). Y al mismo tiempo Él permanecía
disponible para entrar en relación de intimidad con aquellos que encontraba en
su camino.
Este fenómeno de disponibilidad para sí
mismo y para los otros nos acerca al misterio de Pentecostés, porque es
dándonos a nosotros mismos, tomando conciencia de quién somos, de nuestras
posibilidades y potencias que al mismo tiempo el Espíritu nos hace capaces de
APERTURA…Mas este fenómeno también nos aproxima al misterio de la TRINIDAD,
porque es por el Espíritu que el Padre y el Hijo son pura autonomía al mismo
tiempo que son total apertura, y el Espíritu actuaría en los hombres como él
actúa en la Trinidad.
Y es porque el “ Espíritu está sobre Él”
(Lucas 4,18) que Jesús es capaz de conciliar tanto libertad como compromiso. Además de manifestarse
por los dones y carismas, el Espíritu actúa en el interior del hombre y esta acción
está centrada en su liberación progresiva, en su lento crecimiento en y por el
amor.
En la Fiesta del Padre, no hará más
profetas, ni convocadores, ni predicadores, ni sanadores. No habrá nada más que
personas para quienes la libertad y el amor estarán al fin reconciliados,
personas que podrán amar sin perder su libertad ni dominar al otro.
En la Trinidad esto permanece (dura por) siempre. Para nosotros esto ha comenzado
con el Espíritu.
REFLEXIÓN CENTRAL:
La respiración (o soplo) interior
Han
notado ustedes que, cuando Jesús habla de su partida, Él anuncia también a sus
discípulos que él se quedará con ellos. Vean y escuchen el evangelio de nuevo:
Antes de pasar
(partir) a la casa de su Padre, Jesús
decía a sus discípulos:
–El que me ama hace caso a mi palabra; y mi Padre le
amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
Hay
una especie o forma de paradoja. Se puede a la vez partir y quedarse? Cuando
Jesús habla de partir, Él evoca su muerte con toda seguridad y la desaparición
de su presencia carnal (física) ante los suyos, de la experiencia de no verle, no escucharle, no tocarle, que es la característica
de nuestra manera habitual de comunicar. Pero al partir, Jesús anuncia otra
manera de estar presente. “Yo oraré (rogaré) al Padre, y les dará otro defensor” (Juan
14,16). Jesús mismo ha sido un defensor de los suyos. Pero Él enviará otro
defensor, el Espíritu de Verdad. La palabra DEFENSOR, hace pensar o evocar un
proceso en el tribunal con el abogado de la defensa.
Se
sospecha que vendrán tiempos difíciles, tiempos de persecución, y la necesidad
para los discípulos de defender su causa.
?Qué
es lo quiere decir Jesús cuando nos habla de enviarnos el Espíritu, llamado
Espíritu de verdad, Defensor? Este Espíritu también cumple funciones de maestro
y de memoria. “Él les enseñará todo, y Él
les hará recordar todo lo que les he dicho” (Juan 14,26).
El
Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, es la respiración (el aliento) de Dios. Al
recordar la creación del mundo, el libro del Génesis dice que el Espíritu de Dios se movía (planeaba) (aleteaba) sobre las aguas
(Génesis 1,2). En el segundo relato de la creación, que es muy ingenuo y muy
poético, el autor habla de Dios como de un alfarero que con un poco de tierra
(o arcilla) forma al primer humano: “luego sopló en sus narices un aliento de vida, y
existió el hombre con aliento y vida.
El ser humano está hecho de aire. Cuando alguien muere, se
dice indiferentemente que ha entregado el Espíritu o que él ha dado su último
respiro. Se esté dormido o despierto, la respiración es continua y sigue su
curso. RESPIRAR ES VIVIR. Cuando uno se siente angustiado, uno se siente
ahogado. Uno respira con dificultad, uno se siente oprimido. Uno busca
recuperar su aliento.
Bien canta Alejandro Lerner en aquella bella canción “Todo a pulmón”:
Cada nota cada idea
cada paso en mi carrera
y la estrofa de mi última canción
cada fecha postergada
la salida y la llegada
y el oxígeno de mi respiración
y todo a pulmón todo a pulmón.
Que difícil se me hace
seguir pagando el peaje
de esta ruta de locura y ambición
un amigo en la carrera
una luz y una escalera
y la fuerza de hacer todo a pulmón…
Yo he conocido varias personas asmáticas (no me olvido nunca
de la Tía Odilia que de pequeños convivió con nosotros y nos cuidó algún
tiempo, cuando jugábamos a las escondidas con ella, era fácil encontrarla, no solo por su obesidad sino también por su
asma que la hacía respirar fuertemente), uno ve a esas personas angustiadas,
que se sienten oprimidas tratando de recuperar su respiración.
Cada respiración es un combate. El cuerpo pide su dosis de
aire y de oxigeno pero algo al interior parece bloquear su entrada. Al cabo de
algunas horas, sentimos como puntos opresivos en la espalda y una voz interna
parece murmurar: es tu último suspiro.
Hoy uno puede comprender el combate de nos no fumadores para
obtener lugares libres de humo. Durante mucho tiempo, en nuestra sociedad fumar
era aparentemente normal e inofensivo y
los fumadores apestaban todo: la cocina, la sala, el auto, el bus, los lugares
públicos. Pero finalmente uno se ha dado cuenta que el humo no era solamente
peligroso para los fumadores sino que también lo era para los no fumadores.
Numerosos estudios han demostrado el carácter nocivo del humo secundario, y el
no fumador es ahora percibido como una víctima cuando él es sometido contra su
voluntad a aspirar el humo de otros.
Recuerdo por incidencia que la caída en cuenta de la
conveniencia del humo para los no fumadores es una exigencia moral de los
fumadores. No se trata solo de una cuestión de respeto de la ley o de cortesía.
Es una cuestión de justicia. Exponer a alguien a un riesgo importante para su
salud, es atentar contra su integridad. ?Quizás
se nos demande que hagamos de la Fiesta de Pentecostés una ocasión para defender a los no fumadores y
más ampliamente una ocasión de militar contra la polución del aire?
La lucha social y política que han asumido como empresa los
no fumadores para hacer valer sus derechos muestra hasta qué punto la respiración
es uno de los primeros reflejos de la vida. Uno puede sobrevivir varios días en
una sequía total. Pero en un lugar sin aire uno puede sobrevivir apenas durante
algunos minutos. LA RESPIRACIÓN ilustra maravillosamente nuestra dependencia
con respecto a la naturaleza. Nuestro cuerpo solo puede vivir mientras esté
inmerso en la naturaleza, en comunicación ininterrumpida con el fuego, la
tierra, el agua, el aire. El aire penetra en el fondo de nuestro organismo, penetra
en los alvéolos del pulmón y después se difunde en los vasos sanguíneos. Enseguida,
la sangre enriquecida en oxígeno se va hacia los diferentes tejidos del
organismo. Estos tejidos utilizan el oxígeno, producen la energía requerida y devuelven
enseguida el gas carbónico que es expulsado por los pulmones.
La respiración
es el símbolo mismo de la vida. El ser humano es un respiro viviente,
un ser animado. Y este aliento o respiración del cual dependemos totalmente, no
es solamente la naturaleza exterior, lo es también Dios. El aliento de Dios
está en nosotros.
Jesús va más lejos. Él habla
de la habitación de Dios en nosotros. “Si
alguien me ama, él permanecerá fiel a mi Palabra; mi Padre lo amará y nosotros
(mi Padre y yo) vendremos a habitar en él” (Juan 14,23). Ya no se trata más simplemente de buscar a Dios afuera, es necesario descubrirlo
al interior (dentro). El creyente que guarda la Palabra de Jesús, que permanece
fiel a sus mandamientos entrará en la intimidad de Dios. Y puede uno decir,
Dios entrará en él (ella) : “nosotros
vendremos habitar en él” (Juan 14,23). Esta habitación de Dios en nosotros
está simbolizada por el Espíritu. El Espíritu de Dios habitará la persona fiel,
“Él les enseñará todo, y les hará recordar
todo lo que les he dicho”.
Hay
acá una función de enseñanza y de memoria. La relación con Dios no es
simplemente una relación con alguien exterior a sí mismo. Es
una relación con la profundidad de sí mismo. En el fondo de nosotros, Dios ha
hecho su morada. Él está en lo más secreto del corazón, en el fondo de la
respiración, en el fondo del vientre. Él
es el maestro interior que nos educa y nos enseña a gustar las cosas
interiores, a pasar de lo externo a lo interno, de la superficialidad de las
cosas a la profundidad del ser. El
Espíritu, dice Jesús, les hará recordar (evocar) todo lo que les he dicho.
El
grupo Caifanes cantaba en una canción de los 90s :
Afuera
afuera tú no existes, sólo adentro
afuera
afuera no te cuido, sólo adentro
afuera
te desbarata el viento sin dudarlo
afuera
nadie es nada, sólo adentro
Afuera
afuera tú no existes, sólo adentro
afuera
afuera no te cuido, sólo adentro
afuera
te desbarata el viento sin dudarlo
afuera
nadie es nada, sólo adentro
Nosotros
vivimos en una cultura que trata de cazar (desterrar, aniquilar) la memoria,
como si el pasado fuera vergonzoso; pero sin memoria no hay identidad. Las
Palabras de Jesús nunca han terminado de revelar su sentido. Uno llena un libro
de crucigramas o de sopa de letras y se le arroja a la basura, uno lee una novela y es todo. Pero las palabras de Jesús nunca han
expresado todo su sentido. Ellas duermen en nosotros, ellas caminan a través de
nuestra vida. Y el Espíritu las retoma sin cansarse; Él nos permite recordar de
nuevo y decir el sentido que las palabras de Jesús tienen hoy. Este sentido nunca se termina, está siempre
aflorando, naciendo.
La
Fiesta de Pentecostés tiene varios significados.
Para los judíos del tiempo de Jesús, era una fiesta de peregrinación
durante la cual se hacía memoria de la alianza que Dios había hecho con su
pueblo.
En Pentecostés, nosotros festejamos la nueva alianza de Dios con nosotros. En Jesús, Dios ha establecido su alianza definitiva. Él habita entre nosotros. El don del Espíritu es el símbolo de esta habitación de Dios en medio de nosotros. En el relato de los Hechos de los Apóstoles, los discípulos tienen miedo. Pero viene un viento violento que los sacude y lenguas de fuego que se establecen sobre ellos y dan a su lenguaje una fuerza de comunicación irresistible. Todo el mundo les entiende, los comprende. Bajo este aspecto, la fiesta de Pentecostés es una fiesta de la misión.
En Pentecostés, nosotros festejamos la nueva alianza de Dios con nosotros. En Jesús, Dios ha establecido su alianza definitiva. Él habita entre nosotros. El don del Espíritu es el símbolo de esta habitación de Dios en medio de nosotros. En el relato de los Hechos de los Apóstoles, los discípulos tienen miedo. Pero viene un viento violento que los sacude y lenguas de fuego que se establecen sobre ellos y dan a su lenguaje una fuerza de comunicación irresistible. Todo el mundo les entiende, los comprende. Bajo este aspecto, la fiesta de Pentecostés es una fiesta de la misión.
Pero en adelante, no es en un templo que Dios habita, Él
habita al interior de la misma humanidad. Es en el fondo de cada discípulo que
el Espíritu viene a habitar (morar) y se
propone como un Defensor, como un maestro interior, como una memoria. Como dice
San Pablo: “Impulsados por el Espíritu, clamamos
hacia el Padre llamándolo: Abba!” El Espíritu nos convierte en Hijos de
Dios, hijos e hijas viviendo en la intimidad de Dios. Viene de Dios un soplo que
sopla en nosotros. La flauta sólo suena cuando quien la ejecuta sopla (mete el
aire) en el tubo. Y el aire que vibra puede llegar a ser una elocuente o tierna
melodía, según el arte del flautista. Pero el arranque de todo esto, es el
soplo. El soplo (aliento; respiro) de Dios entra en nosotros, y nos toca a nosotros
hacer (componer) una melodía de alegría, de amor y de esperanza.
Otras entradas
anteriores sobre este mismo evangelio:
OBJETIVO VIDA DE LA SEMANA:
-
Hoy tendré tiempo para reír, para
cantar y vivir simplemente de cara a Dios.
-
Recuerdo el día de mi confirmación? En
general estábamos muy jóvenes! El
Espíritu es alguien para mí?
-
Trato de encontrar la manera de ser
un testigo de Jesús más autentico en mi ambiente de trabajo y al interior de mi familia.
ORACIÓN- CONTEMPLACIÓN
Que sople tu soplo en MI,
que el viento del Espíritu ventee en
mi vida,
que el soplo de vida penetre hasta el
fondo de mí
Y que yo me haga un hombre viviente
(que vive de verdad).
Yo no soy más que una flauta,
un clarinete, una dulzaina,
una trompeta o un saxofón,
de madera o de cobre
O simplemente de carne y de sangre.
Yo no tengo más aliento (soplo) que
aquel que recibo.
Venga sobre mí tu Espíritu:
queda tanta música para inventar!
Amén.
REFERENCIAS:
-
Histoires (extraites de « Paraboles d'un curé de campagne » de Pierre Trevet nos 23.)
-
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de
Jésus.
-
Pequeño Misal « Prions en Église », edición quebequense 2010.
BEAUCHAMP, André. Comprendre la Parole, cicle C.
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Gustavo Quiceno