jueves, 17 de junio de 2010

Domingo 20 de junio del 2010: 12 del Tiempo Ordinario : QUIEN ES JESUS PARA NOSOTROS?

Para entender (comprender) bien este evangelio, debemos recordar lo que acaba de ocurrir: la muchedumbre (la gran cantidad de gente) está muy impresionada y maravillada por todo lo que hace Jesús. El acaba de sanar a todos los enfermos y ha multiplicado los panes para alimentar a toda esa multitud que le rodea.  Con aquellos milagros, la fama, el reconocimiento de Jesús está garantizado. Pero sabemos muy bien que aquello no le interesa a Jesús, eso de hacerse famoso no le pica. La popularidad no le atrae.  Entonces una vez llega el atardecer, el maestro se retira para orar por largo tiempo. Jesús quiere quedarse con el   Padre en un dialogo de corazón a corazón y no perderse del camino, salirse de su verdadera misión que es otra cosa muy diferente.

Todo esto es importante para nosotros: Vivimos en un mundo donde muchos corren tras lo maravilloso. Uno llama a quienes tienen poder. Es un signo de debilidad en la fe.

Hoy, Cristo quiero reencaminarnos hacia lo esencial. Por ello, somos invitados a unirnos a su oración y a beber de su fuente que es el amor. Cristo, El mismo pasaba largas noches en oración. Y es alimentándonos de la palabra de Cristo y de la Eucaristía que podremos estar en comunión con El.

Es necesario que entendamos muy bien la pregunta que Jesús dirige a sus discípulos. ¿Quién soy yo? ¿Quién dice (piensa) la gente que soy yo? Y ustedes, mis discípulos, qué dicen ustedes. Para la multitud, las respuestas son muy diversas. Algunos piensan que Jesús no es otro que Juan Bautista resucitado; otros lo toman por el profeta Elías. En sus respuestas, hay ya un punto positivo: Es la idea de la resurrección. Se le toma por Juan Bautista o por otro profeta. Una parte del pueblo judío, estaba entonces preparado (listo) para escucharle el mensaje de la resurrección de Pascua.

Pedro responde con espontaneidad: “Tu eres el Mesías de Dios”, aquel que ha sido ungido, aquel que posee el Espíritu de Dios y que viene instaurar el Reino de Dios. De otro lado, la multiplicación de los panes para Pedro es la mejor prueba: El Reino de Dios ya está presente. Bien seguro, Pedro ha dado la buena respuesta, pero no ha comprendido todo lo que eso comporta (que consecuencias trae, significa). El imagina un rey triunfante que va reunir la multitud de la gente de Israel y liberarlo, al pueblo de la ocupación romana. Es a causa de este malentendido que Jesús prohíbe fervientemente a sus discípulos de no decirlo a nadie.

Si, Pedro tiene razón al decir que Jesús es el Mesías. Y nosotros lo proclamamos junto con él, pero no es el Mesías que creemos. Jesús anuncia un Mesías que sufre: “Es necesario que el hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los Ancianos, los jefes sacerdotales y los escribas, que sea asesinado y al tercer día resucitara”. Cristo entonces quiere incitar a los discípulos a no opinar como el común de la gente. Él quiere ABRIRLES los ojos para que descubran su verdadera misión, una misión de servicio y no de poder.

La misma pregunta se nos formula a todos: ¿Quién es Jesús? ¿Qué dice la gente alrededor de nosotros y del mundo? Y los Medios de Comunicación cómo hablan, ¿qué dicen de Jesús? Todos hemos escuchado propósitos (opiniones, ideas) sorprendentes que no tienen nada que ver con la fe de los cristianos. Vivimos en un mundo, donde muchos no saben casi o nada al respecto. Ellos son competentes en diversos campos, más para aquello relativo a la fe de los cristianos, ellos no han seguido o no han estado totalmente al corriente. Y sabemos muy bien que los Medios de Comunicación comparten esta ignorancia. No sirve de nada lamentarse por ello. 

La verdadera cuestión es preguntarnos: ¿Quién es Jesús para nosotros? Es una invitación muy fuerte a ir al corazón (centro) de la fe y verdaderamente ponerla en el núcleo de nuestra existencia. Jesús nos llama a un corazón a corazón con El en la oración. Es absolutamente necesario para poder resistir en medio de las tempestades de este mundo.

Si nosotros nos dejamos guiar por Él, seguramente nos conducirá por los caminos que no habíamos previsto. El mismo nos advierte: “Aquel que quiera salvar su vida la perderá y aquel que pierde su vida por mí la salvara”. Un cristiano no busca primero su triunfo personal, ni su comodidad, ni su seguridad. Un discípulo de Cristo, es aquel que arriesga todo. Su verdadera prioridad es Jesucristo, es el Reino de Dios. Para adquirir ese tesoro, él está dispuesto a sacrificar todo el resto.  

Cuando Jesús nos invita a tomar su cruz cada día, Él no quiere decir que esto será el viernes santo, las lágrimas y la muerte atroz a cada instante. Él quiere simplemente recordarnos que cada día, como su maestro, el discípulo dará su vida en pequeñas dosis.

Tomar su cruz, significa que primero se ha de cumplir cada día con las tareas propias de manera responsable. Es rechazar la idea o el gesto de aplastar los otros y de rechazarlo por hacerse a sí mismo un buen puesto, un buen lugar (buena plaza). Tomar su cruz es moderar los apetitos, es aceptar de poseer menos para que otros tengan un poco más; es librar combates que llevaran a recibir golpes, combates por la justicia, la verdad, el respeto de las personas. Si queremos estar en comunión con Cristo, no podemos olvidar que Él ha venido no para ser servido sino para dar la vida por la salvación (salud, bienestar) de toda la humanidad.  Es sobre este camino que nosotros escogemos (hacemos la opción) de seguirle.

Hoy, señor Jesús tu nos invitas a reconocerte en el pan de la Eucaristía. Con Pedro y los apóstoles, nosotros sabemos que Tu eres el Enviado del Padre de los Cielos. Con toda la Iglesia, sabemos que tú eres el Hijo de Dios. Cada uno de nosotros te admira como un protector, un hermano, un amigo. Danos la posibilidad de seguirte cada día allá donde nos llevas, sobre este camino donde uno salva su vida perdiéndola.

Traducción del francés, 
De diversas fuentes.

SUGERENCIAS PASTORALES
De catholic.net




1. La mejor respuesta se da con la vida. La cuestión Jesucristo no es un problema que a base de pensar y pensar logramos solucionar de alguna manera. Menos aún, una cuestión obsoleta, carente de importancia, que sea indiferente el que se resuelva o no. En realidad, es la única cuestión que vale absolutamente la pena, y que además no puede resolverse sino con la vida. Porque está claro que el que Jesucristo haya aceptado ser un Mesías de cruz, el que decir Jesús equivalga a decir Hijo de Dios, sobrepasa nuestros esquemas mentales y nuestra misma capacidad de raciocinio, y jamás el hombre conquistará esas verdades de nuestra fe a golpe de silogismos. Sólo cuando el hombre comienza a recorrer el camino estrecho de la cruz, y, fijos los ojos en Jesús, sigue las huellas de su historia, descubre que la cuestión Jesucristo camina al mismo paso que la cuestión hombre, y que sólo resolviendo la primera queda también resuelta la segunda. Quien sabe por experiencia lo que es el sufrimiento y percibe el valor redentor del mismo tanto para el sujeto que sufre como para la persona o las personas por las que se sufre, entonces está en condiciones de captar un poquito al menos la razón de un Mesías de dolores. Quien vive su condición de hijo de Dios, la grandeza de su dignidad filial y la actitud de obediencia propia de un hijo, estará en grado de responderse a sí mismo quién es Jesucristo y de poder proclamarlo con convicción ante los demás. En pocas palabras, si vivimos enteramente como cristianos, no habrá ni siquiera necesidad de preguntarnos quién es Jesucristo, porque nuestra vida será nuestra respuesta.


2."Ora para entender, entiende para orar". Los misterios de la fe se conocen mejor en la capilla que en el escritorio, se conocen mejor con la oración que con el estudio, aunque ambos sean necesarios. Dios es El único que tiene la llave de los misterios. Sólo Él puede abrirnos ese sagrario de su corazón. La inteligencia, cuando está abierta a la fe, nos prepara y nos pone ante el sagrario del misterio. La inteligencia, una vez que Dios nos ha permitido entrar en el misterio, nos ayuda a darle vueltas y a captar algún que otro átomo de su realidad superior e infinita. Pero únicamente la oración, si es humilde, constante, confiada, mueve a Dios a abrirnos el sagrario del misterio. Dentro de ese sagrario, el alma se extasía y el entendimiento comienza a navegar por mares desconocidos. La teología más auténtica es la que se hace no sólo desde la fe, sino sobre todo desde la oración, desde la inteligencia orante y adorador del misterio. Igualmente, la predicación más verdadera es la que ha pasado las verdades de la fe por el horno de la meditación. En las cosas de Dios, el que ora entiende, y el que no, no entiende nada, o casi nada. Si los cristianos orásemos más y mejor, los problemas de fe disminuirían en gran número o desaparecerían por completo. En un mundo que a veces parece sin sentido, la oración puede encontrarle sentido. ¡Vale la pena!

martes, 15 de junio de 2010

LA PASION DEL MINICUENTO


Leer y escribir son dos de los verbos más satisfactorios. Al leer descubrimos, aprendemos, alguien más nos transmite sus energías,sus miedos, sus mundos, sus gustos, sus esperanzas, sus alegrías.
Al escribir estamos procesando todo lo que hemos digerido gracias a los otros…
No he sido muy aficionado a escribir cuentos, pero desde hace unos años atrás me he atrevido a intentarlo, por ahí existen algunos sin ver aun la luz pública. Mas he descubierto mi inclinación por los relatos cortos…Pienso que son atractivos y seductores, no creen? Mas en esta era de la aceleración , de todo rápido y búsqueda de deleites  vertiginosos…

Les quiero compartir algunos (uno mío) otros de diversos autores de todo el mundo.
Me sorprendió encontrar estos días una pagina web de un autor paisa, que se le admira por su capacidad y genio a la hora de componer minirelatos, su nombre Alejandro Ramirez, les comparto su página abajo…

Que disfruten:

1
El precursor de Cervantes
[Minicuento. Texto completo]
Marco Denevi

Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchelo, sastre, y de su mujer Francisca Nogales. Como hubiese leído numerosísimas novelas de estas de caballería, acabó perdiendo la razón. Se hacía llamar doña Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen, la tratasen de Su Grandeza y le besasen la mano. Se creía joven y hermosa, aunque tenía no menos de treinta años y las señales de la viruela en la cara. También inventó un galán, al que dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote había partido hacia lejanos reinos en busca de aventuras, lances y peligros, al modo de Amadís de Gaula y Tirante el Blanco. Se pasaba todo el día asomada a la ventana de su casa, esperando la vuelta de su enamorado. Un hidalgüelo de los alrededores, que la amaba, pensó hacerse pasar por don Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en un rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del imaginario caballero. Cuando, seguro del éxito de su ardid, volvió al Toboso, Aldonza Lorenzo había muerto de tercianas1.

1. Tercianas: Fiebre intermitente cuyos accesos se repiten cada tres días.
FIN

 2
El dedo
[Minicuento. Texto completo]
Feng Meng-lung

Un hombre pobre se encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se quejara de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.

-¿Qué más deseas, pues? -le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.

-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro.
FIN

3
Un creyente
[Minicuento. Texto completo]
 George Loring Frost

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:

-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?

-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?

-Yo sí -dijo el primero, y desapareció.

FIN

4
Las gafas
[Cuento. Texto completo]
Matías García Megías

Tengo gafas para ver verdades. Como no tengo costumbre no las uso nunca.
Sólo una vez...

Mi mujer dormía a mi lado.

Puestas las gafas, la miré.

La calavera del esqueleto que yacía debajo de las sabanas roncaba a mi lado, junto a mí.

El hueso redondo sobre la almohada tenía los cabellos de mi mujer, con los rulos de mi mujer.

Los dientes descarnados que mordían el aire a cada ronquido, tenían la prótesis de platino de mi mujer.

Acaricié los cabellos y palpé el hueso procurando no entrar en las cuencas de los ojos: no cabía duda, aquello era mi mujer.

Dejé las gafas, me levanté, y estuve paseando hasta que el sueño me rindió y me volvió a la cama.

Desde entonces, pienso mucho en las cosas de la vida y de la muerte.

Amo a mi mujer, pero si fuera más joven me metería a monje.

FIN

5
Final para un cuento fantástico
[Minicuento. Texto completo]
I.A. Ireland

-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.

-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!

-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.

Pasó a través de la puerta y desapareció.

FIN

6
Temor de la cólera
[Minicuento. Texto completo]
Ah'med el Qalyubi

En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó. Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, respondió:
-Me escupió en la cara y temí matarlo estando yo enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.

FIN

7
Historia de los dos que soñaron
[Minicuento. Texto completo]
Gustavo Weil

Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:

-Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo:

-¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró:

-Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.

El juez le preguntó:

-¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por la verdad y le dijo:

-Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

El juez echó a reír.

-Hombre desatinado -le dijo-, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín. Y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y vete.

El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.

FIN

8
La sentencia
[Cuento. Texto completo]
Wu Ch'eng-en

Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la oscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.
Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón, y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.

Un estruendo conmovió la tierra. Poco después irrumpieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada en sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron:

-¡Cayó del cielo!

Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó:

-Qué raro, yo soñé que mataba a un dragón así.

FIN

9
Una lengua muerta
Alejandro Ramirez

Tantos años estudiando latín, ¡una lengua muerta!, y por fin me sirvió de algo. Anoche soñé que estaba en el senado romano, en tiempos de la república, bajo el reinado de Octavio Augusto. Y pude entender casi todo lo que decían.


10
Lo que había en el cuarto
Gustavo Quiceno

Habitaban  el barrio más tenebroso del  poblado, los  primíparos padres,  amenazaban a Nicolás, su unigénito de 7 anos , después de sus constantes Pataletas , con mandarlo   al tétrico cuarto de San Alejo .
Decían ,habían asesinado alguien allí  hacia una década atrás, nadie entraba casi nunca.  Su Oscuridad , semejante en el día , intimidaba mismo los mayores…
Aquella noche los padres desesperados, decididos a hacerle escarmentar,empujaron a la fuerza al niño, cerrando  con decisión el picaporte. No les conmovió sus gritos, buscaban solo un escarmiento. Al cabo de una hora decidieron abrir, Nicolás yacía muerto junto a la puerta.

FIN

lunes, 14 de junio de 2010

Un onceno de lujo para el Mundial de Sudáfrica



Encontré este fenomenal y literario articulo en la red, específicamente  en la pagina web del periódico de Casa: "La Patria" de Manizales- Caldas (Colombia) , que pese a sus limitaciones en la presentación de servicio virtual ofrece interesantes publicaciones como el suplemento llamado PAPEL SALMÓN en donde desde hace mas de una década  se resalta la literatura nacional, local así como latinoamericana.

Acá les traigo, les pego y les comparto este mini ensayo sobre fútbol muy inclusive, muy actual por el Mundial de Futbol,  habla de autores y literatura y de alineaciones , que lo disfruten tanto como yo. Nos quitamos el sombrero o se lo hacemos (como en el fútbol?..mejor no ) al autor.

(Amandla)
El fútbol y la literatura 

Daniel Noemí Voionmaa* - Papel Salmón

Pablo Neruda en el arco, José Hernández y Rubén Darío en la defensa. De lateral izquierdo, César Vallejo y a la derecha, Paz. En el medio, Gabo, Pablo Palacio y Borges. Punteros, Cortázar y Quiroga. Centrodelantero, Bolaño. Director técnico, Miguel C. Saavedra. Equipo.


El placer estético que nos depara un poema, que nos arrebata un cuadro o nos inventa una película, es una de las experiencias más extrañas y hermosas a la que, como seres humanos, tenemos acceso.


Un placer similar o aún mayor es el que muchos experimentan cuando al contemplar sobre el verde que te quiero verde terreno un par de toques, unos movimientos de ballet o la treintaidós cruzando una línea, nos hacen gritar de alegría o nos provocan una angustia visceral. ¿Qué es más hermoso: la página final de Cien años de soledad o Maradona, pasa uno, dos, tres, cuatro, sale Shilton, gol gol gol, ¡Maragol!…?


Camus alguna vez dijo que todo lo que sabía sobre las relaciones humanas, lo aprendió jugando como portero en su juventud. El gran sueño de Derrida, el que nunca pudo deconstruir, fue ser jugador de fútbol. Cervantes, de haber vivido un par de años después, hubiese hecho de don Quijote y Sancho, sin dudas, futbolistas de serie B.


El mejor equipo


Todo Mundial es una fiesta y, no lo vamos a negar, un negocio. Pero hay algo más importante: el fútbol es un lenguaje que no reconoce fronteras. Es por eso, que a pesar de la exacerbación de nacionalismos y fanatismos que a veces ocurre, nadie ha logrado inventar una mejor instancia y un mejor momento que un partido de fútbol para conversar, después, al amparo de una cerveza, una fría, una chela, una birra, y arreglar el mundo y pensar que siempre hay un próximo domingo.


El 11 de junio comienza el Mundial  en Sudáfrica. ¿Qué equipo ganará? ¿Quién será el sucesor de los Azzurri? Después de un largo estudio y detallado análisis, aquí va mi propuesta del mejor equipo, uno imbatible e inigualable: La selección de estrellas hispanoamericanas. Veamos:


En la cancha


Bajo los tres palos: Neptalí Reyes Basualto, también conocido como el “Gato de Parral” o simplemente Pablo Neruda. Seguro, dueño de una agilidad impresionante: desde románticos veinte poemas de amor a radicales odas a Lenin, pasando por toda la América y su historia, es alguien que no dejará pasar ni una.


 Posee además un saque de nivel internacional. En la defensa: al centro dos baluartes, José Hernández y Rubén Darío. El primero nos ofrece toda la viveza y astucia del jugador de arrabal. Viene de ida y va de vuelta, se las sabe por libro. Darío, en tanto, aprendió en el viejo continente las mejores tácticas y estrategias, y las aderezó con un toque a la vez autóctono y cosmopolita. Su porte e impronta son sinónimos de solidez. Lateral izquierdo: César Vallejo, ya sea de local o en París, es impasable. Ademas tiene una subida que literalmente descoloca a todo oponente. Y cuando hay que poner la pierna, él sabe de golpes en la vida. A la derecha: Octavio Paz (quien reemplaza al lesionado Rómulo Gallegos). Por ese flanco no se le escapa ni Sor Juana. Posee una técnica impresionante y una finura que muchos comentaristas califican de poética. De vasta trayectoria, jugó primero como lateral izquierdo, lo cual le permite conocer los dos lados de la cancha. En la mitad de la cancha (hemos decidido jugar con un cuatro-tres-tres): un trío que de solo verlo el oponente sabe que tiene perdido el partido. En la contención, Gabriel García Márquez. Gabo es un jugador mágico, profundamente imaginativo capaz de desdoblarse en sus funciones. De un físico inagotable, puede correr durante cien o más minutos. Un poco más adelante un verdadero maldito: Pablo Palacio, cuencano ambidextro, inclasificable en su estilo, puede jugar a la vanguardia o la retaguardia, pero al final siempre muestra un radical realismo en la cancha. De Diez, che, JLB, o como él le gusta llamarse a sí mismo: simplemente Borges. Todo parte de él. Una visión de campo solo igualable a la ironía que Miguel pone en cada pase y entrega. Prefiere el toque corto y punzante. Un ídolo para todos los tiempos.


Dificilísima resultó elegir a los delanteros. Punteros: Julio Cortázar y Horacio Quiroga. Cortázar tiene una gambeta, una capacidad de finta tal que pareciera estar jugando a la rayuela en la cancha. Todas las defensas quedan boca arriba con él. Pero cuando hay que ponerse serio su tiro y puntería son envidiables. Goleador ya en las inferiores, es famoso por su tranquilidad en el momento del finiquito: KO. Quiroga es un atacante que aterroriza a los defensores. Creativo como ninguno, se maneja muy bien con las más diversas estrategias. Es capaz de sorprender con una jugada fantástica o simplemente dar el centro perfecto hacia atrás. Y de centrodelantero: la estrella del momento, alguien que está siendo tentado por los mejores equipos europeos, Roberto X. Bolaño. Dueño de un disparo fulminante. Inagotable en la cancha (y fuera de ella, nos han dicho), ha sido goleador indiscutible durante las últimas cinco temporadas. La prensa no ha escatimado en elogios: es un salvaje, está marcado por las estrellas, juega el fútbol del futuro.


En el banco


La reserva es cuantiosa y, no le quepa a nadie duda, que en caso de cualquier inconveniente, no faltará el reemplazo ideal. Así por lo menos me dijo el flamante director técnico, Miguel de Cervantes Saavedra, desde el lugar donde se concentran en preparación del primer juego. La única preocupación del entrenador es el entendimiento entre sus pupilos: “Mire, aquí tenemos once estrellas. Ahora hay que hacer que jueguen como equipo. De eso se trata la vida, sabe usted; ha llegado la hora de deshacer entuertos y eso es lo que vamos a hacer.”
He leído en los periódicos variadas críticas a la selección hecha por Saavedra. Lectores y lectoras están invitados a hacer las suyas. Yo, por mientras, alisto mis maletas


*Ph. D University M.A. y M. Phil. Yale University. Profesor de literatura y cultura latinoamericana en el Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Michigan (USA). Crítico y ensayista. 
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1/3 Juan Villoro. "Dios es redondo. Una interpretación literaria de la pasión futbolistica 









2/3 Juan Villoro. "Dios es redondo. Una interpretación literaria de la pasión futbolística"














3/3 Juan Villoro. "Dios es redondo. Una interpretación literaria de la pasión futbolística"








sábado, 12 de junio de 2010

DOMINGO 13DE JUNIO DEL 2010 : Undécimo Domingo del tiempo Ordinario


JESÚS EN CASA DE SIMON EL FARISEO

El Domingo del Amor y del Perdón

Cuando Jesús de Nazaret, ante la miopía espiritual y social del fariseo Simón, perdona a la pecadora pública, está haciendo un acto de amor supremo avalado por el gran amor que también demuestra la mujer. Es todo un gran mensaje de amor y perdón muy especial para estos tiempos en los que el amor está cada vez más ausente y el perdón apenas aparece. Sigamos a Jesús, durante todo este Tiempo Ordinario, en su permanente lección de amor y de concordia.

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Hoy, las lecturas, tienen un denominador común: el arrepentimiento, la fe y el amor de Dios, son tres notas que aparecen en ellas. Pidamos al Señor que, su Palabra, nos ilumine y descubramos el gran corazón perdonador de Dios.
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La importancia de este relato la demuestra el hecho de que lo narren los cuatro evangelistas, aunque con detalles muy diferentes en cada caso. Efectivamente, es un relato clave, porque nos demuestra con un hecho concreto, la actitud de Jesús para con los pecadores; pero también la actitud de aquellos fariseos cumplidores que no eran capaces de ver más allá de sus narices o mejor, más allá de lo que manda la Ley.

Los fariseos identificaban al pecador con su pecado. Jesús ve el valor de la persona humana más allá de las apariencias, que puedan hacernos pensar que esa persona es despreciable.

Según el relato de Lucas, un fariseo llamado Simón está muy interesado en invitar a Jesús a su mesa. Probablemente, quiere aprovechar la comida para debatir algunas cuestiones con aquel galileo que está adquiriendo fama de profeta entre la gente. Jesús acepta la invitación: a todos ha de llegar la Buena Noticia de Dios.

Durante el banquete sucede algo que Simón no ha previsto. Una prostituta de la localidad interrumpe la sobremesa, se echa a los pies de Jesús y rompe a llorar. No sabe cómo agradecerle el amor que muestra hacia quienes, como ella, viven marcadas por el desprecio general. Ante la sorpresa de todos, besa una y otra vez los pies de Jesús y los unge con un perfume precioso.

Simón contempla la escena horrorizado. ¡Una mujer pecadora tocando a Jesús en su propia casa! No lo puede soportar: aquel hombre es un inconsciente, no un profeta de Dios. A aquella mujer impura habría que apartarla rápidamente de Jesús.

Sin embargo, Jesús se deja tocar y querer por la mujer. Ella le necesita más que nadie. Con ternura especial le ofrece el perdón de Dios, luego le invita a descubrir dentro de su corazón una fe humilde que la está salvando. Jesús sólo le desea que viva en paz: «Tus pecados te son perdonados... Tu fe te ha salvado. Vete en paz».

Todos los evangelios destacan la acogida y comprensión de Jesús a los sectores más excluidos por casi todos de la bendición de Dios: prostitutas, recaudadores, leprosos... Su mensaje es escandaloso: los despreciados por los hombres más religiosos tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios. La razón es sólo una: son los más necesitados de acogida, dignidad y amor.

Algún día tendremos que revisar, a la luz de este comportamiento de Jesús, cuál es nuestra actitud en las comunidades cristianas ante ciertos colectivos como las mujeres que viven de la prostitución o los homosexuales y lesbianas cuyos problemas, sufrimientos y luchas preferimos casi siempre ignorar y silenciar en el seno de la Iglesia como si para nosotros no existieran.

No son pocas las preguntas que nos podemos hacer:
·         ¿dónde pueden encontrar entre nosotros una acogida parecida a la de Jesús?
·         ¿a quién le pueden escuchar una palabra que les hable de Dios como hablaba él?
·         ¿qué ayuda pueden encontrar entre nosotros para vivir su condición sexual desde una actitud responsable y creyente?
·         ¿con quiénes pueden compartir su fe en Jesús con paz y dignidad?
·         ¿quién es capaz de intuir el amor insondable de Dios a los olvidados por todas las religiones?

Comentarios de Pedro Olalde

El perdón es el tema de hoy. ¿Tienes experiencia de perdonar? ¿Has gozado siendo perdonado por Dios? ¿Te has sincerado con alguien en alguna ocasión?

El perdón es un gran regalo de Dios Padre, con el que uno se siente profundamente liberado. Estamos llamados a perdonar y a recibir perdón.

En el evangelio de hoy, Lucas trae un ejemplo muy aclaratorio. Jesús ha aceptado la invitación de ir a comer a casa del fariseo Simón. Él alternaba con todos: con descreídos recaudadores y con piadosos fariseos.

El fariseo Simón tenía algunos principios religiosos claros y sencillos: el mundo se divide en buenos y malos. Los buenos son los que cumplen la Ley y los pecadores son los que cometen faltas notorias. Dios ama a los buenos y no ama a los pecadores, sino que se aparta de ellos. Simón es bueno y se aparta de los pecadores. Jesús no se aparta de los pecadores, luego Jesús no se guía por el Espíritu de Dios.

No lo condenemos: toda una corriente bíblica invitaba a los justos a separarse de los pecadores, y se pensaba que la “impureza” de unos contaminaba a los demás.

Jesús demuestra que esa necesidad de segregarse, así como también el deseo de castigar a los pecadores, ignora tanto la sabiduría de Dios como la realidad del corazón humano. Dios sabe que el hombre necesita tiempo para probar el bien y el mal, para madurar su orientación definitiva. Por eso, a Él no le cuesta olvidar nuestros pecados y desórdenes, si, a pesar de ellos o por medio de ellos, llegamos al amor verdadero.

Simón falla en algo muy básico: está cerrado al mundo de la ternura, del amor y del perdón. Sólo está abierto a la Ley. La imagen que tiene de Dios es de un gran contable que va anotando las buenas obras y los méritos de cada uno. Así que no tiene conciencia de deber nada a Dios, pues se lo ha ganado todo a pulso.

Desde nuestra condición de seres limitados nos abrimos al amor gratuito de Dios, a su ternura y a su perdón. Tomamos conciencia de este gran regalo de Dios, y estimulados por la fe, creemos que la mayor lotería es que caemos divinamente a Dios. Y tratamos de vivir esta experiencia como gracia, alabando a Dios por semejante don. Al mismo tiempo, damos nuestro amor y perdón a todos, gratuitamente.

Jesús no dice a la mujer: “Yo te perdono tus pecados”, sino “Tus pecados están perdonados”. Sencillamente, Jesús constata algo que ya ha sucedido. Esto nos hace pensar que el perdón brota de lo hondo del corazón. Siempre que nosotros, con la ayuda de Dios, decidimos romper con una situación de pecado, Dios nos da su abrazo de paz, en reconocimiento del cambio operado en nuestro corazón.

Por eso, lo más difícil es llegar a la decisión de romper con el pecado, porque la ternura y el perdón de Dios nunca fallan.

REFLEXIONAR SOBRE NOSOTROS MISMOS

Por Pedro Juan Díaz

1.- Hoy la Palabra de Dios nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos. Esto no es una novedad, porque siempre lo hace. Pero hoy se ve reflejado de manera especial en los diálogos, tanto de la primera lectura como del Evangelio. El profeta Natán lo hace con el rey David en la primera lectura y Jesús lo hace con el fariseo, que le ha invitado a comer a su casa, en el Evangelio.

El pecado del rey David fue realmente un pecado horrendo y monstruoso. No tanto por haberse enamorado de Betsabé y haberla hecho su mujer, sino por los medios inicuos de los que se valió para conseguirlo. Fue un pecado repugnante y así se lo hizo saber al rey el profeta Natán. Pero el rey David se arrepintió con el propósito de ser durante toda su vida cantor de las grandezas del Señor y defensor de la Ley y el templo. Cualquiera de nosotros en un momento determinado puede cometer un pecado, pero si sabemos arrepentirnos con el propósito de cambiar de vida Dios siempre nos perdona.

La primera lectura se nos queda un poco corta. Comienza en el versículo 7, saltándose el nudo de la trama y llevándonos directamente al desenlace. Todos sabemos que el pecado del rey David fue que se “encaprichó” de una mujer, Betsabé, casada con un soldado suyo, Urías, al que mandó a la guerra para que lo mataran y quedarse con su mujer, a la que había dejado embarazada. Natán, para hacerle descubrir su pecado, le cuenta un cuento, que empezaría más o menos así:

2.- “Había en la ciudad dos hombres, uno rico y otro pobre. El rico tenía rebaños en cantidad. El pobre sólo tenía una corderilla que comía, dormía y vivía con él. Vamos, que rea como de la familia. Un día le llegó un huésped al rico, y para obsequiarle, no se le ocurrió cosa mejor que robar y matar la cordera del pobre”. El rey David, muy justo él, monta en cólera y dice al profeta que le diga quién es ese hombre, para que caiga sobre él todo el peso de la ley. Natán le dice a David: “Ese hombre eres tú. Dios puso en tus brazos a todas las mujeres de Israel, y tú mataste a Urías para quedarte con la suya”. Natán le encara con su pecado para provocar el arrepentimiento del rey y lo consigue. “¡He pecado contra el Señor!”, dice David. “El Señor ha perdonado ya tu pecado”, contesta Natán.

3.- En el Evangelio ocurre algo parecido. Jesús ha entrado en casa de un fariseo y se ha sentado a su mesa. Una mujer, pecadora, se acerca, le lava los pies con sus lágrimas y se los seca con sus cabellos. Que una mujer enseñara sus cabellos ya era un signo de provocación. Pero si además, siendo pecadora, se atrevía a entrar en casa de un “justo” y “contagiarle” su pecado tocándolo, eso era más escandaloso aún. Esta acción de la mujer provoca la reacción del fariseo, que empieza por dudar de Jesús, que permite esa acción: “Si éste fuera profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando y lo que es: una pecadora”.

Jesús, al igual que Natán en la primera lectura, va a hacer reflexionar al fariseo para poder entender esa situación. Y lo hace también con un cuento, o parábola, que dice así: “Un prestamista tenía dos deudores; uno le debía quinientos euros y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos ¿Cuál de los dos lo amará más?”. El fariseo contesta: “Supongo que aquel a quien le perdonó más”. “¡Correcto!”, le dice Jesús.

4.- Esta mujer, definida como pecadora por la sociedad, no puede relacionarse ni con los demás ni con Dios. Pero su acercamiento a Jesús y sus atrevidos gestos nos dejan ver su arrepentimiento y su gran agradecimiento, porque Jesús, con su acogida y con su trato, le ha hecho sentirse una persona nueva. La mujer responde agradecida porque ha conocido el verdadero rostro de Dios, que libera y levanta a las personas que están hundidas. “Sus muchos pecados están perdonados porque tiene mucho amor –dice Jesús-; pero al que poco se le perdona, poco ama”. El que no es capaz de reconocer su pecado, no puede sentirse agradecido por el perdón y amar con todas sus fuerzas. Esta es la gran lección que Natán le da a David y Jesús al fariseo.

5.- Pero “para rematar la faena”, llega Pablo y le habla a los Gálatas, una comunidad amenazada por un grupo que presiona para que ellos, que antes eran paganos, comiencen a cumplir las leyes judías como requisito necesario para su salvación. Pablo les viene a decir que el amor no nace de cumplir ninguna ley, sino de la experiencia vital de encontrar a Dios en tu propia vida. En las primeras líneas repite hasta tres veces la misma expresión: “el hombre no se justifica por cumplir la ley”; y añade otras tantas veces: “sino por creer en Cristo Jesús”. Blanco y en botella… es leche, de toda la vida.

6. El perdón, el amor, la acogida, el respeto, la dignidad de las personas, no se pueden adquirir a base de “cumplir”. La fe nos da algo más. La fe es la que nos ayuda a reconocer que Dios está en nosotros: “Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi”. Es ese Dios el que nos ha amado primero, nos ha perdonado, nos ha acogido tal y como somos, nos respeta y valora nuestra dignidad por encima de todas las leyes. Esa es la experiencia que nos lleva a la acción. Esa es la fe que nos lleva al compromiso. Y lo demás son sucedáneos.

7.- ¿Por qué venimos a la Eucaristía cada domingo? ¿Para “cumplir”? Más bien para dar gracias, que eso es lo que verdaderamente significa la Eucaristía. Damos gracias a Dios por su Hijo Jesús que entregó su vida por nosotros sin esperar nada a cambio. Damos gracias a Dios porque nos ha amado desde el primer momento de nuestra vida y lo seguirá haciendo durante toda la eternidad. Damos gracias a Dios por lo que somos y tenemos, por su amor, su perdón, su acogida, su respeto, porque nos hace libres, porque somos su mejor obra, porque no consentirá nunca que nuestra dignidad sea menospreciada. Tenemos tantos motivos para darle gracias a Dios… Por eso venimos a la Eucaristía, por eso la celebramos en comunidad, y por eso nos sentimos enviados y comprometidos a extender esta Buena Noticia allá donde estemos. ¿Son esas tus motivaciones para estar hoy aquí?