martes, 1 de febrero de 2011

LA MAMA DE FRANKENSTEIN : En los 160 anos de la desaparicion de MARY SHELLEY


Uno de los personajes de liteteratura y de cine de terror que siempre me ha fascinado es FRANKENSTEIN. Aquel hombre hecho a partir de varias partes del cuerpo de  varios cadáveres . Una especie de hombre remendado y revivido. Su creador el Doctor Víctor Frankenstein es un  genio y ser atormentado a la vez, deseoso de encontrar la chispa y el origen de la vida, incapaz de aceptar la mortalidad y finitud del hombre, pone todo su empeño, ciencia y horas de trabajo a buscar la manera de revivir un cadáver que el mismo confecciona a partir de la costura, unión o montaje de diversas partes de cadáveres…Pero lo que parecía la realización de un sueno, una vez su creatura toma vida, no es mas que el inicio de la mas terrible de las pesadillas.

Siempre había visto al terrorífico  Frankenstein caricaturizado en revistas , la tele y el cine, y recuerdo que un día de 1992 hurgando por la Biblioteca  Publica Piloto de Medellín me encontré en los estantes de literatura inglesa con un libro llevando ese título y me lo leí en menos de una semana. El libro me arrobo  e impresiono muchísimo y de paso me dejo pensando.

Esta historia fue concebida por la escritora británica MARY SHELLEY, en el marco de una apuesta o concurso, durante una temporada de prolongadas e intensas lluvias, de noches muy oscuras y que escribió para  sus compañeros y amigos literatos.

La historia original ,ya mas reflexionada, digamos madura y  ampliada con unos personajes  y trama definidos la plasmo SHELLEY en su libro “Frankenstein O EL moderno Prometeo”. 

LA AUTORA
MARY SHELLEY (1797 -1851)

Mary Shelley nació en 1797 y murió el 1º de febrero de  1851, un dia como hoy. Los hechos más importantes de su vida, los que más interés revisten, son los siguientes:

Era hija de dos pensadores progresistas, William Godwin y Mary Wollstonecraft, quienes establecieron las bases esenciales de su tenacidad intelectual y avanzada educación. Fue compañera y, luego, segunda esposa del poeta Percy Bysshe Shelley, unión que duró 8 años, hasta la muerte de éste en 1822. Fruto de esta convivencia fueron varios embarazos, el vívido recuerdo de una apasionante juventud, y un único hijo, un varón. Escribió novelas y relatos, dos de ellos extraordinarios: Frankenstein, la célebre obra de ciencia ficción, y la novela futurista The last man (El último hombre). Fue, además, editora de las obras de Shelley y contribuyó enormemente, tanto a la comprensión de sus textos como a la historia de la critica biográfico-literaria, de la que fue pionera.

El resto de sus días transcurrió en el marco de la vida cotidiana de la primera mitad del siglo XIX y, por diversas que sean las interpretaciones de su obra, forzoso es tener en cuenta la relevancia de los hechos arriba consignados".

SPARK, Muriel (1997): Mary Shelley. Barcelona, Lumen.

Así comienza la obra que Muriel Spark ha publicado recientemente sobre Mary Shelley. La obra está compuesta por una parte biográfica y otra crítica, en las que Muriel Spark recrea la vida de Mary Shelley y comenta sus obras más destacadas, citando fragmentos del diario que Mary y su marido escribían conjuntamente y otras fuentes que nos aproximan a la interesante vida de esta autora.

De su agitada vida sólo voy a recordar ahora las circunstancias que llevaron a Mary Shelley a los 18 años a la creación de Frankenstein. Lo comenta la misma autora en la introducción a una edición de 1831 de Frankenstein, de la que se recogen algunos fragmentos en la obra de Muriel Spark. La publicación de Frankenstein en 1818 había causado gran asombro.

 "En el verano de 1816 visitamos Suiza y nos convertimos en vecinos de Lord Byron. (...) Pero resultó ser un verano húmedo y desagradable, la lluvia incesante nos impedía con frecuencia salir de casa. Unos volúmenes de historias de fantasmas, traducidos del alemán al francés, cayeron en nuestras manos. (...) No he vuelto a leer aquellas historias desde entonces, pero permanecen frescas en mi mente, como si las hubiese leído ayer. 

"Cada uno de nosotros escribirá una historia de fantasmas", dijo Lord Byron, y su propuesta fue aceptada. Éramos cuatro. (...) 
Yo me urgí a mí misma a pensar una historia, una historia que pudiese rivalizar con las que nos habían arrastrado a aquella empresa. Una historia que hablase de los misteriosos temores de la naturaleza y que despertase el más intenso de los terrores, una historia que creara en el lector miedo a mirar a su alrededor, que helase la sangre y acelerase los latidos del corazón. Si no conseguía todas esas cosas mi historia de fantasmas demostraría ser indigna de ese nombre. Pensé y reflexioné, en vano. (...) ¿Has pensado ya una historia?, me preguntaban cada mañana, y cada mañana me veía forzada a replicar con una mortificante negativa.

La invención, debe admitirse humildemente, no consiste en crear desde el vació, sino desde el caos (...). La invención consiste en la capacidad de atrapar las posibilidades de un tema y en el poder de moldear y dar forma a las ideas que sugiere. 

Muchas y largas fueron las conversaciones entre Lord Byron y Shelley, a las que yo asistía como una devota pero, casi siempre, silenciosa oyente. Durante una de esas conversaciones, se discutieron varias doctrinas filosóficas y, entre ellas, las referidas a la naturaleza del principio de la vida, y también la posibilidad de que dicho principio llegara a ser algún día descubierto y divulgado. Hablaron de los experimentos del doctor Darwin (...).

Cuando apoyé la cabeza sobre la almohada no pude dormir, tampoco podría asegurar que estuviese pensando. Mi imaginación, sin yo requerirlo, me poseyó y me guió, dotando a las imágenes que surgían en mi mente de una intensidad que estaba más allá de las fronteras del sueño. Vi - con los ojos cerrados, pero a través de una aguda visión mental -, vi al pálido estudiante de artes diabólicas arrodillado al lado de aquella cosa que había conseguido juntar. Vi el horrendo fantasma de un hombre yacente, y entonces, bajo el poder de una enorme fuerza, aquello dio señales de vida y se agitó con un torpe, casi vital, movimiento. Era espantoso (...).

La idea había tomado posesión de mi mente de tal manera que el miedo recorría todo mi cuerpo como un escalofrío y traté de cambiar las fantasmales imágenes de mi fantasía por la realidad que me circundaba. (...) Al día siguiente anuncié que había pensado una historia." 

Además de Frankenstein, Mary Shelley escribió otra novela titulada The Last Man (El último hombre), en la que expone la desintegración sucesiva de la familia, de la sociedad y del ser humano, y la novela histórica Perkin Warbeck. Es autora también de poemas y de una rica obra crítica literaria, de la que es su muestra más destacada la edición de los poemas de su marido Percy Shelley.

***
EL LIBRO y LOS PERSONAJES

 Frankenstein (título completo: Frankenstein o el moderno Prometeo) es una obra literaria de la escritora inglesa Mary Wollstonecraft Shelley. Publicado en 1818 y enmarcado en la tradición de la novela gótica, el texto explora temas tales como la moral científica, la creación y destrucción de vida y la audacia de la humanidad en su relación con Dios. De ahí, el subtítulo de la obra: el protagonista intenta rivalizar en poder con Dios, como una suerte de Prometeo moderno que arrebata el fuego sagrado de la vida a la divinidad. Es considerado como el primer texto del género Ciencia Ficción.

Durante el verano boreal de 1816, el año sin verano, el hemisferio norte soportó un largo y frío "invierno volcánico" debido a la erupción de Tambora. Durante este terrible año, Mary Wollstonecraft Shelley y su marido Percy Bysshe Shelley hicieron una visita a su amigo Lord Byron que entonces residía en Villa Diodati, Suiza. Después de leer una antología alemana de historias de fantasmas, Byron retó a los Shelley y a su médico personal John Polidori a componer, cada uno, una historia de terror, que dicen salió de una pesadilla sufrida por ella días después. De los cuatro, sólo Polidori completó la historia, pero Mary concibió una idea: esa idea fue el germen de la que es considerada la primera historia moderna de ciencia ficción y una excelente novela de terror gótico. Pocos días después tuvo una pesadilla o ensoñación y escribió lo que sería el cuarto capítulo del libro. Se basó en las conversaciones que mantenían con frecuencia Polidori y Percy Shelley respecto a las nuevas investigaciones sobre Luigi Galvani y de Erasmus Darwin que trataban sobre el poder de la electricidad para revivir cuerpos inertes.

El monstruo es creatura, producto “inacabado e insatisfecho”  de la ciencia y las manos de VICTOR FRANKENSTEIN, de ahí  el nombre del libro.

En la serie de televisión “the Monsters Family” , Heimar el padre es una imitación y cómica copia del monstruo de época gótica, pero que no tiene más que parecido en la parte física.

Mientras que Herman tiene una extraña y extraordinaria familia acomodada, de clase media, con sus valores de amor y respeto particulares, la creatura de Shelley sufre la soledad, la incomprensión, el rechazo y quiere a toda costa una compañera…

La novela se subtitula "El moderno Prometeo", sugiriendo de esta manera la principal fuente de su inspiración. Una de las obras favoritas de Byron era la obra teatral de Esquilo, y el propio Percy Shelley escribió sobre el tema. 

Prometeo también se presenta a veces como el escultor de la humanidad, un titán que, según explicaría esta leyenda, creó al hombre a partir de la arcilla. La novela no es una simple reescritura del mito clásico, ya que, a diferencia del titán, el moderno Prometeo no es castigado por los dioses, sino por su propia creación. En cierto sentido, el de Prometeo es otra elaboración del mito de diferenciación entre la humanidad y la naturaleza, por el conocimiento y la técnica, y el castigo que ello conlleva, y tiene conexiones con la idea bíblica del demonio. La descripción de la criatura realizada por Mary Shelley se nutre directamente del personaje de Satán en el "Paraíso perdido" de John Milton (uno de los hitos en la historia de la literatura británica, muy valorado por los intelectuales de principios del siglo XVIII).

REFLEXION

En cierta forma Frankenstein es una alegoría de la perversión que puede traer el desarrollo científico; concebido y escrito durante las fases tempranas de la revolución industrial, una época de cambios dramáticos, detrás de los experimentos de Víctor Frankenstein está la búsqueda del poder divino: ¿qué mayor poder que el propio acto de creación de la vida? Así, el total desprecio que muestra Frankenstein por la naturaleza puede ser considerado como símbolo de las fuerzas imperiosas que desata el permisivo capitalismo naciente, que no respeta la dignidad básica del ser humano. De hecho, la rebelión de la criatura contra su creador es un claro mensaje del castigo que deriva del uso irresponsable de la tecnología, siendo el mal sólo una consecuencia imprevista de éste uso. Otra lectura del texto descubre en él una alegoría del embarazo y de los miedos frecuentes que las mujeres tenían en tiempos de Shelley de que el nacimiento acarrease consecuencias fatales para la madre o para los fetos prematuros. Esta interpretación se sustenta en el hecho de que Mary Shelley había tenido un parto prematuro poco antes del verano de 1816. Así, al igual que Mary, Víctor estaría obsesionado por la idea de que la criatura escapara a su control y pudiera ejercer el libre albedrío en un mundo que le afectaría de una u otra manera. Se argumenta a favor de este análisis que el personaje de Víctor teme, durante gran parte de la novela, que la criatura pueda destruirle asesinando a todos los que él más quiere y aprecia.

El nombre de Frankenstein probablemente alude al pueblo del mismo nombre (entonces alemán, hoy en Polonia), donde se extraía plata y oro con nuevos procedimientos químicos que comportaron importantes problemas de salud. Otra teoría sostiene que refiere a un castillo cercano a Darmstadt, donde un notorio alquimista, llamado Konrad Dippel, hizo algunos experimentos con cuerpos humanos. Mary Shelley habría conocido el castillo durante su viaje a Suiza.

La elección de la Universidad de la ciudad bávara de Ingolstadt como escenario de los experimentos de Víctor Frankenstein bien puede responder a la fama que tenía su departamento de medicina alrededor de 1800, año en el que fue cerrado. También se suele señalar que la sociedad secreta de los "Illuminati" fue fundada en esta ciudad y que Percy Shelley era miembro de dicha organización. De hecho, la alquimia era muy popular entre los románticos en aquella época y en el entorno de los Shelley. Por otra parte, era una idea corriente que la humanidad podía llegar a insuflar la chispa de la vida en la materia muerta (ver Galvanismo).

Referencias Bibliográficas

Ahhh y les invito a visitar esta pagina web interesante que habla sobre el llamado EFECTO FRANKENSTEIN…Interesante para la reflexión:
Seguro que les gustara:

DE BIEN NACIDOS ES SER AGRADECIDOS.

En el primer tema que dimos hace ya más de tres meses en catequesis, explicaba a los niños que era iglesia. Ellos enseguida apuntaron al templo que teníamos dibujado en la pizarra, sin saber, claro está que ese templo lo formaban pequeños rectangulitos a modo de ladrillos; cuando les propuse que escribieran el nombre de familiares, amigos, el suyo propio con alegría iba turnándose la tiza de colores. Así cuando acabaron les explique que eso era la iglesia: ellos mismos junto a otros muchos formaba el templo de Jesús, de diferentes colores, maneras de pensar, de ser, de actuar, con trabajos diferentes, responsabilidades a veces opuestas, desde el momento que recibimos el bautismo entramos a formar parte de ese conglomerado de pequeños ladrillos que juntos y unidos pueden dar forma al Reino que Jesús anuncio.


Como en todo edificio, este puede sufrir el azote del viento, del agua, incluso intentar el derrumbe con grandes maquinas, pero este templo, no se cae con tales cosas sino que incluso se hace más fuerte y resiste incluso a las nuevas modas. Se fortalece gracias a muchos ladrillos que unidos con el fuerte cemento de la fe, comparten tiempo con los ancianos, personas con poco o ningún recurso, niños y jóvenes, y a todos los que deseen también se les invita a formar ese muro, para así fortalecerle más.


Los cimientos de este templo tienen un buen forjado, Jesús, y a El se agarran los ladrillos para no caer. Por esa fe y ese amor a los demás, una organización como Caritas duplicó en dos años las asistencias por efecto de la crisis, pasando de 400.000 en 2007 a 600.000 en 2008 y 800.000 demandantes, un año después. Las necesidades demandadas han sido: alimentación, vivienda, empleo, acompañamiento sobre asuntos legales y extranjería, y apoyo psicológico. Los colectivos más atendidos han sido parados, jóvenes con perdida recientes de empleo, parados con baja cualificación o mayores de 45 años, mujeres solas y con responsabilidades familiares. Pero como siempre hemos oído los números son fríos, las cifras no pueden decirnos más que cantidades, sin darnos cuenta de que detrás de esas cifras, hay personas de carne y hueso, personas que sufren, aman, se alegran y se entristecen, como nosotros.


Creo que esta labor humanitaria que se hace desde la iglesia católica, sinceramente, ahorra bastantes quebraderos de cabeza al Estado, por lo que hay que reconocerla y por lo menos respetarla.


Las personas creyentes en Jesús, cuando se reúnen bien sea por la visita del papa, por peregrinar a Compostela, o por cualquier otro acontecimiento de esta índole, no rompen escaparates, ni queman contenedores, ni destrozan mobiliario urbano, no llenan todo de botellas vacías, bolsas y basura. Sus manifestaciones son tranquilas y llenas de actos conciliadores. Estas personas que van a uno de esos actos religiosos tienen el mismo derecho que otros que deseen ir a actos políticos, culturales, sociales para manifestarse de la forma que quieran, siempre y cuando haya un mínimo de respeto a todos y a todo.


Si hablamos de costes en tiempos de crisis… estamos pagando muchas cosas con dinero público y en diferentes campos de la sociedad, se subvencionan aún cuando muchas personas no estemos de acuerdo con ese uso de nuestro dinero.


Díganme ¿merece la iglesia esa publicidad sensacionalista hecha con interesas claramente partidistas? ¿Porque no se hace público la labor social y claramente humana, hecha sin desmayos, burocracia, ni pausas? Eso no vende, vemos edificios tan bonitos, modernos, construidos tan rápido, tan fáciles que olvidamos los terrenos movedizos sobre los que han puesto esos cimientos que luego resultan débiles. Así hablamos de falta de respeto y de valores ante la vida y la muerte, de poco culto al esfuerzo, irresponsabilidad ante los actos; pues de todo lo contrario las personas que se dedican a formar ese templo saben mucho, y dan mucho también para que la educación en valores familiares ,sociales, en amor hacia el que está por debajo socialmente, en compañía que derrota la soledad de los ancianos y enfermos con el aliento de la Palabra, siga estando presente a pesar de que las modas quieran enterrarlo. Todo esto sin ir de ventanilla en ventanilla con papeles en la mano.


Aunque un ladrillo de los que forman la iglesia pueda no estar en su sitio, no desfigura para nada toda la pared, todo el edificio. Está hecha por hombres, por lo tanto no es perfecto. Cielo y tierra pasaran mas tus palabras no pasaran.


Carmen Ramos


Tordesillas, Valladolid, España


NOTA DEL EDITOR.- Planteamiento muy actual y de enorme interés que nos envía Carmen. Merece la pena ser leído con atención. Gracias, Carmen.

http://betania.es

LAS BIENAVENTURANZAS DE LA IGLESIA


Por Javier Leoz

1. Bienaventurada la IGLESIA, incomprendida y calumniada, porque –en esa indefensa aparente- se purifica y se criba su futuro, su autenticidad, su ser profeta y su hondo espíritu.

Que nunca se canse de dibujar y presentar el rostro de Jesús.

2. Bienaventurada la IGLESIA, que acompaña en el llanto a los que sufren. La Iglesia que, como madre, no solamente consuela y llora sino que trabaja por aquellos que están sumergidos en horas amargas.

Que la luz que la dirige sea también luz para el resto de los hombres: ¡Cristo!

3.- Bienaventurada la IGLESIA que sufre por causa del Evangelio. La que, teniendo como único Salvador a Cristo, lamenta al ver como muchos de sus hijos se apartan de su Camino, de su Verdad, de su Vida.

Que no deje de alentar a los hombres a buscar metas más altas: ser como Dios manda.

4.- Bienaventurada la IGLESIA que lucha por una justicia distinta a la del hombre. Aquella Iglesia que no confunde el bienestar de algunos con la dignidad y los derechos de todos los seres humanos.

Que, una y otra vez, insista en el corazón de las personas para que no sean vasallos sino de Dios.

5.- Bienaventurada la IGLESIA que ama a corazón abierto. Aquella Iglesia que, por ser misericordiosa, aguarda y señaliza el camino de vuelta a casa para todos aquellos que la abandonaron.

Que jamás pierda su creatividad y sus carismas para que, el ser humano, participe, apetezca y añore tantos bienes de los cuales Dios nos hace partícipes.

6.- Bienaventurada la IGLESIA que, con sinceridad, busca y pide amar a Dios con un corazón limpio. Esa Iglesia que, mirándose a sí misma, se siente pecadora y santa, humana y divina. Que siembre en la conciencia de las personas el amor a Dios por encima de otros pequeños dioses.

7.- Bienaventurada la Iglesia,  que reza y trabaja por la paz y, en todos los rincones del mundo, promueve la evangelización para que los pueblos descubran que, sin Dios, nunca habrá paz verdadera.

Que pregone, con ilusión y con fuerza, que el Reino de Dios está llamando a nuestra puerta.

8.- Bienaventurada la IGLESIA que, ante el insulto, sigue trabajando por la causa del Reino de Dios. La Iglesia que, ante la incomprensión, no se echa atrás y sigue presentado su mensaje de salvación.

Que siga siendo pionera, allá donde se encuentre, en la promoción de la vida, de la dignidad y de la salvación del hombre por Jesucristo. La iglesia: un camino para saborear las bienaventuranzas.
                                       (Texto desde http://betania.es)
 

miércoles, 26 de enero de 2011

30 de enero del 2011: 4o domingo del tiempo ordinario A


LECTURAS

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA PROFECÍA DE SOFONÍAS 2, 3; 3, 12-13

Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.» 
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 145

R.- DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS
.

El Señor hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.-

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.-

El Señor sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.-
 SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 26-31

Hermanos:

Fijaos en vuestra asamblea no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así --como dice la Escritura-- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

Palabra de Dios
ALELUYA Mt 5, 12 a
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.


EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1- 12a


En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

--Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

· Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

· Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

· Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

· Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

· Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

· Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

· Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

· Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.

· Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Palabra del Señor



A GUISA DE INTRODUCCIÓN

Este 4o domingo del Tiempo Ordinario,  meditamos en el Evangelio de San Mateo las BIENAVENTURANZAS de Jesús.

BIENAVENTURANZA es una palabra compuesta de 3 palabras un prefijo : bien (bueno, correcto), un sustantivo o nombre : aventura (vivencia, acto de vida,casi siempre  heroico o admirable) y el sufijo anza (En sustantivos derivados de verbos; expresan "acción" y "efecto", o "cargo").

Asi, a vuelo de pajaro, simple y llanamente podriamos definir la BIENAVENTURAZA como una aventura o acto de vida bueno, que es heroico que es inundado por el amor, que es un “cargo” de Dios y nos hace feliz la aventura de vivir.

Cuando Jesus proclamó las bienaventuranzas, en frances llamadas “beatitudes” (algo asi como bella actitud) lo que lleva a la felicidad eterna, quiso mostrarnos precisamente la carta de navegación (las constituciones), el programa o el manual de instrucciones para ser felices.

El diccionario de la RAE nos dice que AVENTURA viene de las palabras latinas adventure et advenir  que significan  llegar, suceder.

Casi siempre relacionamos la palabra AVENTURA con los hechos extraordinarios, las gestas de grandes heroes de la ciencia ficcion. Asi hablamos o hablabamos de las aventuras de Superman, las aventuras de Tarzán, de Kalimàn, de Tin-Tín...

O en sentido negativo identificamos la aventura nada más que con los hechos fortuitos de una relacion amorosa ocasional, que es muchas veces inmoral,  a escondidas y por ende arriesgada...

Pero la palabra AVENTURA tiene una más grande significación,  porque todos los seres humanos somos invitados a la experiencia vital, a la acción de hacer de nuestra existencia algo grande y valioso. Asi la vida debe estar plena de buenas aventuras (donde seamos intrépidos, ingeniosos y generosos, enfrentemos las cosas con la verdad, justicia  y el coraje necesarios)...Cada uno es el heroe de su propia vida.

El proyecto de Jesús “Las bienaventuranzas” pronunciadas sobre el Monte (ya que para Mateo y su comunidad judaica, Jesús es el nuevo Moisés que presenta otra ley) , buscaban exactamente despertar y mover la existencia de las personas que le escuchaban.  Y por ello Jesus comienza por decirles: “Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

 Pobre, es precisamente otra palabra que ha causado mucho revuelo y ha desparramado mucha tinta a través de la historia.  Qué quiso decir  Jesús  de manera más precisa con esta palabra? No precisamente sembrar división y o comenzar  una discusión polémica; Jesús estaba muy lejos de todo ello. Cuando quiso ensalzar los pobres se refirió a aquellas personas que venían hacia Él en “búsqueda de un no se qué” y  le escuchaban en ese momento disponibles, generosas, ansiosas de significado existencia, insatisfechos, y que querían ser libres...Pues es seguro que entre el auditorio había pobres y ricos socialmente, unos que tenían más recursos económicos que otros...Pero Jesús no quiso referirse primordialmente a la pobreza material como muchos (historiadores, pensadores, teólogos y sacerdotes con poca formación o mal informados) , han querido hacer creer  durante siglos.

Dios que ama a todo el mundo, llama a toda clase y o tipo de personas para realizar sus proyectos: a buenos y malos, a santos y pecadores, a los audaces y tímidos, a los ricos y a los pobres, a los sordos, y a los clasificados en el último estrato o clase social.

El escogió a María, eligió a José. Por intermedio de su Hijo, El escogió a Pedro el renegado y al traidor Judas. También escogió al evangelista Juan, el único que estuvo al pie de la cruz en el momento de la muerte de Jesús.

Como son sorprendentes a veces las elecciones de Dios! Por qué escogió aquel o aquella en vez de aquella o aquel otro? Dios tiene sus criterios que no corresponden necesariamente con los nuestros y  solo Él podría explicar o dar las razones de su elección de manera adecuada.

Cuando uno lee las Sagradas Escrituras, se descubre como Dios se complace al elegir personas humildes, pero totalmente disponibles, para realizar sus más grandes obras. Pensemos de nuevo en María, en José.

A Dios le gusta manifestar su poder  a través de la debilidad de las personas que llama a su servicio.

El Apóstol Pablo escribe:
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios”(1 Cor 1,27) y en otro lugar dice: “Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo” (2 Cor 12,9-10).

Ah  sí, que pueden ser sorprendentes las elecciones de Dios!

APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA

Si se retiene el mensaje de fondo o central de las BIENAVENTURANZAS  que tienen en común Lucas y Mateo, se puede percibir que el texto primitivo contenía 3 bienaventuranzas y no 9 como es el caso del texto de hoy; o cuatro bienaventuranzas y cuatro maldiciones, como las presenta Lucas.

Estas tres bienaventuranzas iniciales que se pueden remontar al mismo Jesús son: 
1.”BIENAVENTURADOS  (felices, dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
2.”BIENAVENTURADOS los afligidos (los que lloran) porque serán consolados”.
3. “BIENAVENTURADOS los que tienen hambre y sed porque serán saciados”.

Si nos ubicamos en el contexto de la tradición bíblica, los pobres de los cuales se trata aquí, presentan las siguientes características:

-    Ellos poseen muy poco materialmente, sin                                     ser                       necesariamente miserables;
-       Su  precaria situación los hace socialmente vulnerables;
-       Efectivamente, con frecuencia ellos son la presa (o las victimas) de los poderosos (DUPONT, J (1973) Les beatitudes. Tomo I).

Estas precisiones llevan a una pregunta muy grave. Teniendo en cuenta el contenido bien realista y social de la palabra POBRE,  es que  acaso Mateo a disminuido y privatizado la importancia (o el sentido) original de las Bienaventuranzas, transformándolas en declaraciones admirables, en “consejos” para entenderlas  a nivel moral e individual? Veamos un poco:

Primero que todo, las tres BIENAVENTURANZAS originales, constituyen el nervio (el quid, el centro) del compromiso de Jesús, es decir, la declaración pública por la cual Él se compromete de manera personal y clara con los pobres (se pone de su lado) . Y esta opción la hace por razones específicamente espirituales: porque  en las bienaventuranzas,  Él ha reconocido la opción misma de Dios, tal como la presentan los profetas y sobretodo Isaías.

Alrededor de este centro (núcleo, nervio) Mateo ha articulado (agregado) otras declaraciones de Jesús que le parece, explicitan, concretan esta opción de fondo: declaraciones sobre la misericordia, sobre el servicio por la paz, sobre la búsqueda de la justicia de Dios …se puede entonces concluir que Mateo no inventa nada, sino que  por otro lado recupera en su evangelio materiales  (elementos) que utiliza para construir (establecer) la constitución(el reglamento) o la carta de navegación del Reino.

Esta actividad literaria de Mateo tiene como misión suscitar, despertar el estado espiritual  y el estilo por los cuales esta opción por los pobres debe ser asumida. Jesús toma partido por los pobres, porque Él ha descubierto que Dios también lo ha hecho de modo igual y que Él lo llama ahora a su turno a hacerlo. Pero Jesús lo hace con lo que Él comprende es la práctica, la conducta de Dios: en la dulzura de la misericordia, de modo pacífico , con una actitud humilde ( de pobreza de espíritu).

En todo caso, cuando El precisa que son FELICES o dichosos, aquellos que tienen hambre y sed de justicia, Mateo se aleja de la palabra original de Jesús que señalaba los verdaderos hambrientos. Mas no hace sino recordar una invitación insistente de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia…(Mt 6,33). Técnicamente, no se trata acá de la justicia social, mas el sentido final (supremo) es casi  el mismo, ya que buscar la justicia, o ser justo en la Biblia, significa HACER LA VOLUNTAD DE DIOS o actuar como Él. Ahora sus prácticas o conducta propias las conocemos: “El hace justicia a los oprimidos, da  pan a los hambrientos, libera los prisioneros, da vista a los ciegos, endereza a los que se doblan…”(Sal 146,7-8).

Si bien que  traducir justicia de Dios por justicia social sería un error técnico, mas no necesariamente un contra sentido.

Las transformaciones que Mateo ha hecho a su fuente no alteran entonces su sentido profundo. Al final de sus BIENAVENTURANZAS, los creyentes son llamados al mismo desafío: volver a asumir en sus propios combates la opción de Dios a favor de los pobres tras las huellas de Jesús.

 COMENTARIO (2)

Las bienaventuranzas no son mandamientos o preceptos. Son simples proclamaciones que invitan a seguir un camino inusitado hacia la plenitud humana. No son Ley, sino evangelio (buena noticia) (cf. Marcos Rodriguez).

La inmensa mayoría de los exegetas están de acuerdo en que las tres primeras bienaventuranzas de Lucas, recogidas también en Mateo, son las originales e incluso se puede afirmar con cierta probabilidad que se remontan al mismo Jesús. Parece que Mateo las espiritualiza, no sólo porque dice pobre de espíritu, y hambre y sed de justicia, sino porque añade, bienaventurados  los pacíficos, los limpios de corazón etc.


Esta diferencia se atenúa mucho en cuanto descubramos qué significaba en tiempo de Jesús “pobres” (aniwim).

En la Biblia hay una riquísima tradición sobre este concepto, que podía ayudarnos a comprenderlas. Sin este trasfondo bíblico, resultarán sorprendentes e incluso reaccionarias.

Con su despiadada crítica a la sociedad injusta, los profetas Amos, Isaías, Miqueas, denuncian una situación que clama al cielo. Los poderosos se enriquecen a costa de los más pobres. No es una crítica social, sino religiosa. En efecto, todos pertenecen al mismo pueblo cuyo único Señor es Dios; pero los ricos, al esclavizar a los demás, no hacen caso a Yahvé, no reconocen su soberanía. Dios no puede tolerar esta rebelión, y reaccionará. Después del destierro se habla del resto de Israel, un resto pobre y humilde. Simplificando mucho, podíamos decir que los pobres bíblicos son aquellas personas que, por no tener nada ni nadie en quien confiar, su única escapatoria es confiar en Dios, pero confían. El pobre bíblico es siempre el oprimido, el marginado, el excluido de la sociedad. Incluía, por tanto, a los que hoy llamaríamos socialmente pobres: a los enfermos y poseídos, a los ‘impuros’, a los que ejercían oficios que eran considerados incompatibles con la pureza religiosa legal. En todos los casos, la pobreza está causada por la opresión de otro ser humano.La diferencia entre pobre sociológico y pobre teológico no tenía sentido en tiempo de Jesús. No había separación posible entre lo religioso y lo social. Al hacer hoy esa diferencia, estamos tratando de justificar nuestra falta de compromiso. Un pobre material puede estar ansiando la riqueza que no tiene, pero su pobreza será siempre causa de una falta de amor.

Esta reflexión nos abre una perspectiva nueva. Ni el pobre ni el rico se puede considerar aisladamente. Se trata de la relación que existe siempre entre ambas situaciones. La riqueza y la pobreza son dos términos correlativos, no existiría una sin la otra. Es más, la pobreza es mayor cuanto mayor es la riqueza, y viceversa. Si desaparece la pobreza, desaparecerá la riqueza.

Tal vez la irracionalidad de los ricos es que queremos que desaparezca la pobreza manteniendo nosotros nuestra riqueza. Es imposible. Si tenemos en cuenta que la tendencia es a aumentar el abismo ya existente entre ricos y pobres, descubriremos que la predicación de hoy está abocada al más absoluto fracaso. La opción por los pobres, mientras nosotros sigamos siendo ricos, es un sarcasmo.

Las bienaventuranzas quieren decir que es preferible ser pobre, que ser rico opresor; es preferible llorar a hacer llorar al otro. Es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre porque les hemos negado el sustento. Dichosos no por ser pobres, sino por no ser ricos egoístas. Dichosos, no por ser oprimidos, sino por no oprimir.

La clave sería: Las riquezas no son el valor supremo. El valor supremo es el hombre. Hay que elegir el reino del dinero o el Reino de Dios. Si elegimos el ámbito del dinero, habrá injusticia e inhumanidad. Si estamos en el ámbito de lo divino, habrá amor, es decir humanidad.

Ahora bien, si el ser pobre es motivo de dicha, por qué ese empeño en sacar al pobre de la pobreza. Y si la pobreza es una desgracia, por qué la disfrazamos de bienaventuranza. Ahí tenemos la contradicción más radical al intentar explicar las bienaventuranzas. Pero por paradójico que pueda parecer, la exaltación de la pobreza que hace Jesús, tiene como objetivo el que deje de haber pobres.

El enemigo número uno del Reino de Dios es la ambición, el afán de poder, la necesidad de oprimir al otro. Recordad las palabras de Jesús: “no podéis servir a Dios y al dinero”. La praxis de Jesús es su vida diaria, es el único camino para entender las bienaventuranzas. El Reino de Dios es el ámbito del amor, pero para llegar a ese nivel, hay que ir más allá de la justicia. Mientras no haya justicia, el amor es falso. “Hablar de Dios sin una verdadera virtud es pura palabrería” (Plotino) .

El evangelio nos está diciendo que toda acumulación de bienes es injusta mientras haya un solo ser humano que muera de hambre. Ya sé que no lo queremos entender. Los economistas dirán que no puede haber progreso sin acumulación de capital. Los sociólogos dirán que la organización de la sociedad sería imposible, si no hubiera alguien que mandara y alguien que obedeciera.

Lo que intentan decir las bienaventuranzas es precisamente que la sociedad tal como está hoy montada a nivel mundial es radicalmente injusta. Las bienaventuranzas nos están diciendo que otro mundo es posible. Un mundo que no esté basado en el egoísmo sino en el amor. 

¿Puede ser justo que yo esté pensando en vivir cada vez mejor, mientras millones de personas están muriendo, por no tener un puñado de arroz que llevarse a la boca? Si no quieres ser cómplice de la injusticia, escoge la pobreza.

 
DE CALIXTO (P. Gustavo Velez. mxy) (3)
 http://tejasarriba.org


…“Pobreza” es otra palabra enferma. Jesús en el Sermón de la montaña, la señala como una herramienta para labrar la felicidad de los hombres. Pero no hemos aprendido a emplearla.

Cristo nos enseña una pobreza simple y jovial, amiga de las aves y los lirios del campo, confiada alegremente en la Providencia. Una pobreza realista e industriosa, sin mucha elaboración metafísica.

En el discurso de las Bienaventuranzas, era una palabra limpia y sonora, como una campana para despertar a los hombres a orar, a trabajar todos los días, sin remordimientos ni rencores.

Pero nosotros hemos contaminado la pobreza con interminables dialécticas, la hemos mancillado con odio, la hemos privado de su capacidad de comunión, la hemos convertido en un arma para dividir a la humanidad. La hemos falseado confundiéndola con la miseria, el orgullo, la agitación, la rebeldía hacia todo y contra todo.

La pobreza ha perdido su elegancia inicial, su apellido evangélico, su simpatía, su ministerio de edificar el Reino de Dios sobre la tierra.

No vivimos la pobreza. Los que no tenemos perseguimos un ideal falsificado de persona. Nos fatigamos en busca de muchas cosas superfluas, nos acosa la envidia y no encontramos la felicidad prometida por el Señor.

Quienes gozamos de bienes vamos siempre a la defensiva. Porque olvidamos el compartir y nos tranquiliza el entregar lo que nos sobra. Tampoco de este modo alcanzamos la bienaventuranza.

El Señor nos invita a devolver a la pobreza su salud. Para que vuelva a ser atractiva, traduzca los sueños y los deseos de Dios, acerque a la gente, invite a sonreír y empuje las manos hacia el saludo y los abrazos.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

http://betania.es

 http://prionseneglise.ca

http://feadulta.com

http://tejasarriba.org

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.
http://all.gloria.tv/?media=101314

lunes, 24 de enero de 2011

Mensaje del papa Benedicto XVI para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XLV JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital

5 de junio 2011
 
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.

Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.

Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.

De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi “prójimo” en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.

También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).

El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.

La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.

Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.

La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas. Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.

Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.

Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales. BENEDICTUS PP. XVI

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COMENTARIO


Lunes, 24 ene (RV).- «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital». Benedicto XVI invita a poner las nuevas tecnologías al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad, testimoniando a Cristo de forma coherente, creativa y responsable, sin buscar ‘popularidad’ a toda costa y sin ‘desvirtuar’ el Evangelio. Y reitera la cita de la próxima JMJ (Jornada Mundial de la Juventud)  de Madrid.

Esta mañana, en la presentación de este Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011, se ha anunciado asimismo que en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II se estrecharán aún más los lazos de colaboración entre la Oficina de Prensa de la Santa Sede y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, cuyo presidente destacó el comienzo de un Portal multimedial de noticias vaticanas, con el anhelo de que se pueda poner en marcha para las próximas celebraciones de Pascua de Resurrección.

En su Mensaje para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales - fechado y presentado hoy, fiesta de san Francisco de Sales – con el deseo de compartir algunas reflexiones y reconociendo la creciente urgencia de profundizar en los desafíos que se plantean, el Papa señala que si las extraordinarias potencialidades de Internet «se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano».

El Santo Padre alienta a la juventud a la búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, evitando riesgos, como refugiarse en un mundo paralelo y una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades” – se lee en el Mensaje - implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

«El contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida». Destacando que las nuevas tecnologías son una gran oportunidad que permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales, Benedicto XVI invita también a una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. Estas fueron las palabras del presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio Maria Celli, que ha presentado hoy este documento pontificio:

 El Santo Padre nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo que hoy significa comunicar, que no es solamente un problema de tecnología, sino que, una vez más, considera el aspecto humano. Y la invitación es que el hombre, en la comunicación, sea siempre más él mismo. La invitación es que el hombre sea auténtico ¿Por qué? Porque es la única manera de lograr que una comunicación no sea sólo una transmisión de comunicación, sino que sea verdaderamente una comunicación entre seres humanos.

«Puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro», afirma el Papa y destaca que «comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15)».

 El Papa este año ha subrayado también en su Mensaje qué es lo que quiere decir tener un estilo cristiano en el mundo de la comunicación, que no es solamente cuando hablamos de temáticas religiosas, sino cómo el hombre que tiene en su corazón el mensaje evangélico - por tanto que vive en comunión con el Señor Jesús – afronta la relación con los demás.
Es por esto que el Papa este año nos habla de anuncio y de proclamación. Una proclamación que se debe vivir, sin embargo, como dice el Papa en este Mensaje «con discreción y respeto». Y, por tanto, no es sólo una imposición o diría casi un anuncio comercial, sino que es una comunicación de vida.

Reiterando que «el compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de este mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red», Benedicto XVI señala que «hemos de tomar conciencia, sobre todo, de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento. La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe».

El Papa «invita a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana». Y contribuye al desarrollo de «nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común». Pues «también en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10)». El Mensaje pontificio recuerda que «la proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón».

Los creyentes «ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás». Escribe también el Papa, que culmina su Mensaje invitando «sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital». Y les reitera la cita de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, «cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías».

 Yo creo que estas palabras del Papa nos invitan a todos nosotros a tomar conciencia sobre de qué forma se debe estar presentes en el mundo de la comunicación de hoy. Usted recordará que el Papa en su discurso al mundo de la cultura en Portugal, el pasado mes de mayo, tomaba conciencia de que debemos dialogar con las verdades de los demás. Y sin embargo, no debemos olvidar nuestra misión de ser anunciadores de esta verdad que hemos recibido.

BIBLIOGRAFIA:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/communications/documents/hf_ben-xvi_mes_20110124_45th-world-communications-day_sp.html
 
http://www.radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=456849