lunes, 24 de enero de 2011

Mensaje del papa Benedicto XVI para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XLV JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital

5 de junio 2011
 
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.

Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.

Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.

De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi “prójimo” en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.

También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).

El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.

La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.

Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.

La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas. Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.

Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.

Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales. BENEDICTUS PP. XVI

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COMENTARIO


Lunes, 24 ene (RV).- «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital». Benedicto XVI invita a poner las nuevas tecnologías al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad, testimoniando a Cristo de forma coherente, creativa y responsable, sin buscar ‘popularidad’ a toda costa y sin ‘desvirtuar’ el Evangelio. Y reitera la cita de la próxima JMJ (Jornada Mundial de la Juventud)  de Madrid.

Esta mañana, en la presentación de este Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011, se ha anunciado asimismo que en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II se estrecharán aún más los lazos de colaboración entre la Oficina de Prensa de la Santa Sede y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, cuyo presidente destacó el comienzo de un Portal multimedial de noticias vaticanas, con el anhelo de que se pueda poner en marcha para las próximas celebraciones de Pascua de Resurrección.

En su Mensaje para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales - fechado y presentado hoy, fiesta de san Francisco de Sales – con el deseo de compartir algunas reflexiones y reconociendo la creciente urgencia de profundizar en los desafíos que se plantean, el Papa señala que si las extraordinarias potencialidades de Internet «se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano».

El Santo Padre alienta a la juventud a la búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, evitando riesgos, como refugiarse en un mundo paralelo y una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades” – se lee en el Mensaje - implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

«El contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida». Destacando que las nuevas tecnologías son una gran oportunidad que permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales, Benedicto XVI invita también a una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. Estas fueron las palabras del presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio Maria Celli, que ha presentado hoy este documento pontificio:

 El Santo Padre nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo que hoy significa comunicar, que no es solamente un problema de tecnología, sino que, una vez más, considera el aspecto humano. Y la invitación es que el hombre, en la comunicación, sea siempre más él mismo. La invitación es que el hombre sea auténtico ¿Por qué? Porque es la única manera de lograr que una comunicación no sea sólo una transmisión de comunicación, sino que sea verdaderamente una comunicación entre seres humanos.

«Puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro», afirma el Papa y destaca que «comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15)».

 El Papa este año ha subrayado también en su Mensaje qué es lo que quiere decir tener un estilo cristiano en el mundo de la comunicación, que no es solamente cuando hablamos de temáticas religiosas, sino cómo el hombre que tiene en su corazón el mensaje evangélico - por tanto que vive en comunión con el Señor Jesús – afronta la relación con los demás.
Es por esto que el Papa este año nos habla de anuncio y de proclamación. Una proclamación que se debe vivir, sin embargo, como dice el Papa en este Mensaje «con discreción y respeto». Y, por tanto, no es sólo una imposición o diría casi un anuncio comercial, sino que es una comunicación de vida.

Reiterando que «el compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de este mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red», Benedicto XVI señala que «hemos de tomar conciencia, sobre todo, de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento. La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe».

El Papa «invita a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana». Y contribuye al desarrollo de «nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común». Pues «también en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10)». El Mensaje pontificio recuerda que «la proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón».

Los creyentes «ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás». Escribe también el Papa, que culmina su Mensaje invitando «sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital». Y les reitera la cita de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, «cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías».

 Yo creo que estas palabras del Papa nos invitan a todos nosotros a tomar conciencia sobre de qué forma se debe estar presentes en el mundo de la comunicación de hoy. Usted recordará que el Papa en su discurso al mundo de la cultura en Portugal, el pasado mes de mayo, tomaba conciencia de que debemos dialogar con las verdades de los demás. Y sin embargo, no debemos olvidar nuestra misión de ser anunciadores de esta verdad que hemos recibido.

BIBLIOGRAFIA:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/communications/documents/hf_ben-xvi_mes_20110124_45th-world-communications-day_sp.html
 
http://www.radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=456849
 

miércoles, 19 de enero de 2011

23 de enero del 2011: Tercer domingo del Tiempo Ordinario A





PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 8, 23b-9, 3

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 26

R.- EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.-

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.-

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.-

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 10-13. 17

Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: “Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.” ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios


ALELUYA Mt, 4,23

Jesús proclamaba el Evangelio del Reino, curando las dolencias del pueblo.

EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: “País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
-- Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
-- Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Palabra del Señor

 1

APROXIMACION PSICOLOGICA

Yo me mudo!

El evangelio da gran cantidad de indicaciones estableciendo claramente la influencia de Juan Bautista sobre Jesús. Y en su evangelio Mateo  nos da a entender que  es el arresto  de Juan lo que habría empujado  Jesús a tomar la decisión de coger la batuta (asumir su misión), retomando textualmente- al  menos en los inicios- el mensaje de Juan.

Las cosas no son tan simples, ya que Mateo se inspira acá en Marcos, y sabemos que Marcos no ve la relación de causa –efecto entre el arresto de Juan Bautista  y el comienzo del compromiso de Jesús. Lo que Marcos quiere hacer comprender, es que con la partida de Juan, la página se voltea o pasa  y que es la hora para Jesús de entrar en escena.

Algo   muy cierto  en  todo caso es que  para que Jesús  “abandonara Nazaret y viniera habitar a Cafarnaúm», debió ocurrir  cualquier cosa.  Pero qué? Probablemente una combinación de los siguientes factores, que tomados de manera aislada, restan hipotéticos:
1.    
La atracción que ejerce la libertad y los desafíos de la ciudad sobre un provinciano (pueblerino) a quien los límites de su pequeño pueblo comienzan a  serle insoportables o rutinarios.

2.     La madurez de una fe que ahora intenta ir hasta el final de sus interrogantes  y que ha escuchado un llamado a un compromiso.
3.     
 La insatisfacción de un carpintero que aspira llegar a ser constructor (ebanista) , hacedor de hombres, todo como Él llamara después a otros para convertirse en  pescadores de hombres.

4.     La irrupción (entrada)  del Espíritu de Dios en la vida de un hombre hasta ahora despreocupado, acomodado, satisfecho, como ocurre tantas veces con los profetas.

5.     Influenciado por Juan , quien ha trabajado por su supervivencia  y vive en la espera de Dios, Jesús decide ir a recibir el bautismo de Juan y poco tiempo después decide dejar todo para ir a la ciudad.

Aquel  Jesús que enseguida debía invitar a otros a “dejarlo todo para seguirle”, comienza  entonces por comprometerse él mismo en esta experiencia de ruptura. Él se establece en una ciudad cosmopolita, lejos de la seguridad de su pueblo, entre personas que no comparten, necesariamente su fe.

Jesús no tiene ni trabajo ni amigos. Pero sobretodo, no tiene  probablemente ideas muy claras sobre su futuro. Si se excluye el mesianismo político, él no es nada, no tiene ninguna identidad social, ningún puerto de anclaje, contrariamente a los zorros y a las aves que “tienen madrigueras y nidos” (Mt 8,20).

He aquí el desafío que acepta Jesús, al decidir de mudarse a la gran ciudad . Esperar no solamente en Dios su futuro sino también su presente.

Pues llega el día donde el ambiente familiar no es  suficiente para contener  lo que se lleva dentro, cuando es necesario consentir (permitir) rupturas amenazantes (arriesgadas) con su universo familiar. Uno no sabe a dónde llevara eso, pero el descubrimiento (o redescubrimiento) del sentido de su vida tiene frecuentemente ese precio.


No mas rápidos que los apóstoles!

Los relatos de vocación presentados en los 4 evangelios son deliberadamente simplificados (reducidos) a lo esencial.  Lo que los evangelistas quieren enseñarnos a la vez, es  la fuerza de atracción de Jesús  y el carácter ejemplar  de la respuesta suscitada por su llamado.

Se puede ser  un poco más explícito en esta experiencia profunda? “Yo los haré pescadores de hombres” (cf. Mt 4,19). Un día , si ustedes me siguen, su dinamismo interior será orientado hacia las personas y ya no más hacia las cosas. Un día, lo más importante para ustedes no será ya ganarse la vida, sino servir a la vida. Un día ustedes llegarán a ser sensibles a las necesidades profundas de las personas, y ustedes los evangelizarán, es decir, ustedes les comunicarán una buena noticia, ustedes los volverán más sensibles al hecho  (al entendimiento) de que su vida  (de ellos) tiene un sentido.

“Yo os haré”. Es importante de destacar el futuro acá. Jesús no dice: vengan, todo es claro para ustedes ahora, ustedes son pescadores de hombres. No. Todo lo que Él hace, es dejar entrever a estos hombres que si deciden frecuentarle, seguirle, ellos llegaran  de manera progresiva a descubrir un género (tipo, manera)  de compromiso que movilizara todas sus energías, que dará un sentido (una razón) a toda su vida.

Esto nos permite  que concluyamos mejor el sentido evangélico de la vocación del cristiano. La vocación no es una misión ya del todo hecha y que se recibe del exterior, como si Dios se divirtiera enviándonos telegramas. Pero ella no  es, a la inversa , una iniciativa que uno decide tomar una buena  mañana, por un deseo de cambio, o todavía un objetivo que uno se asigne a sí mismo , al término de un análisis lógico.

A pesar  de lo que se arriesga de  retener (aprender)  cuando se hace el intento de resumirla en tres palabras, la vocación es siempre un largo proceso. Es el consentimiento de ponerse en búsqueda de su verdad. Es el lento descubrimiento de su camino. Es la enérgica y valiente exploración, el discernimiento paciente hacia la manera  única, existente entre miles,  que   dará un sentido a su vida.

Y los discípulos no escaparán de sus lentitudes necesarias. Al término de  su ruta (caminar) con ellos, Jesús estará todavía en la tarea de llamarles!   Todavía  insistirá en la tarea  de sensibilizarlos sobre lo que ellos son, sobre lo que ellos llevan. Él les dejará  entender que  todavía tienen cosas para descubrir en ellos, antes de lanzarse de verdad a la acción.

Ninguno de nosotros no podría asegurar que es cristiano por pretender conocer con facilidad su vocación, por decidir con antelación cuál será su camino. Si bien es cierto que  todos somos discípulos  del mismo Jesús y en marcha hacia el mismo Padre, la vocación es diferente para cada uno.

Aceptar este hecho y consentir  ponerse en búsqueda de su propia verdad, es decir ya  SI a Dios.

2

Jesús deja Nazaret y se viene a vivir a Cafarnaúm

En el evangelio de hoy, Jesús viene para establecerse en Cafarnaúm, en Galilea, en el territorio de Zabulón y Neftalí e inaugura su misión en el mundo.

La “Galilea” era una provincia donde se relacionaban personas de numerosas razas y variados grupos étnicos, un país abierto, una ruta de caravanas. Jesús decide habitar en esta región del Norte, abierta a todas las influencias, y no en Judea, en tierra sagrada, o en Jerusalén, la ciudad santa. En Cafarnaúm, tres rutas importantes se encontraban. La ruta del mar provenía de Egipto y al interior de la ciudad, esta ruta comercial se dividía en dos, la una se dirigía hacia Damas en Siria y la otra hacia Tiro y Sidón, sobre la rivera del Mediterráneo. Era un Carrefour internacional.

Irse a vivir en esta ciudad fronteriza, después de 30 años de vida tranquila en Nazaret, era como pasar de nuestros pequeños pueblos de los años 70s a las grandes ciudades de hoy  ofreciendo la novedad, la turbulencia, el pluralismo y la inseguridad de los años  del siglo XXI.

En Cafarnaúm, Jesús comienza su predicación con el mismo mensaje de Juan Bautista: “Conviértanse” (Mt 3,2). Y cuando Jesús será crucificado, Pedro a su turno retomará este mismo mensaje (Hechos 2,38). “Conviértanse”  cambien su visión del mundo.

Convertirse es aceptar el proyecto de Dios y ofrecer nuestra colaboración en esta nueva visión.

Cada una de nuestras celebraciones litúrgicas dominicales comienza con una oración de conversión. El rito penitencial no es un gesto ornamental,  es indispensable para que la oración de la comunidad sea la oración de Cristo. Sin conversión, nuestras liturgias serian folclóricas. La vida es un don que Dios nos hace. Lo que hacemos de nuestra vida es un don que hacemos a Dios.

Dios ha enviado su hijo para proponernos una visión nueva, una esperanza plena de futuro. Jesús sabe que para cambiar el mundo, es necesario que las personas cambien su vida. “El Reino de Dios está cerca” y cada uno puede acceder a él convirtiéndose.
Es verdad que nuestro mundo está lleno de injusticias, de abusos de poder, de violencia. 

Todos los días las noticias a través de  los medios, nos recuerdan que a menudo los sistemas judiciales están al servicio de los ricos y de aquellos que detentan el poder; que la medicina es regida por las compañías farmacéuticas; que las empresas y grupos (de mercado negro) de armamentos provocan guerras un poco por todo el mundo con el fin de probar sus armas y de vender sus juguetes o instrumentos de violencia y de muerte.

Todo ellos es el resultado de la falla moral y espiritual de nuestro mundo  vamos! demasiado humano! El pecado de los individuos corrompe la sociedad, ya que los problemas vienen necesariamente de los individuos que la componen. Jesús comprendió rápidamente eso, y es por ello que El nos invita a cambiar el mundo alrededor de nosotros, cambiando nosotros mismos: “cambien su vida y crean en la Buena Noticia (el evangelio) ”.

Cuando Jesús invita a sus discípulos a convertirse y « seguirle », el los “llama” no en el marco de una fiesta religiosa o una actividad espiritual, sino en el corazón de su vida cotidiana, en pleno trabajo profesional!  Levi está en su oficina de publicano (colector de impuestos para el imperio romano invasor) , otros están cerca de sus redes de pesca. Jesús los encuentra en lo cotidiano. Este llamado se dirige hoy a cada uno de nosotros en nuestra vida de todos los días. 

La respuesta a la invitación de Jesús está ligada al verbo “dejar”. Ellos dejaron sus redes, su trabajo, su familia, para seguir a Cristo. Hay siempre una renuncia un alejamiento, un cambio que acompaña la conversión. Pero no se trata de “dejar” por “dejar”. El discípulo no es alguien que renuncie a cualquier cosa, es aquel que ha encontrado alguien. Él está invitado a confiar, a establecer una relación personal con Cristo.

Trabajar por el Reino de Dios no quiere decir proselitismo y tratar de convertir a los demás. Es “aceptar de convertirse uno mismo”. Nuestra sociedad no se mejorará profundamente al menos que cambiemos de dirección, acercándonos  a lo que Dios desea para nosotros, en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro trabajo. 

Nosotros debemos llegar a ser los ojos, las manos y el corazón de Dios en nuestro mundo. Santa Teresa de Ávila  decía: “Cristo no tiene  otro cuerpo acá abajo  más que el nuestro”. Es a través de nuestros ojos que Cristo mira el mundo con compasión, es a través de nuestros pies que Él va a visitar aquellos que están en la necesidad, es por medio de nuestras manos como El bendice y consuela aquellos que sufren”. “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.


3

DE SERVICIOS BIBLICOS KOINONIA

Es sabido que la liturgia católica está pendiente de una reforma sustancial, y la necesidad de reordenar la elección de los textos conforme a criterios nuevos y sobre todo explícitos no es la menor de ellas. La incorporación de la segunda lectura a la temática unitaria (en vez de que campe siempre por sus fueros propios), y la posibilidad de que sean varios los ordenamientos litúrgicos de los textos, según objetivos y necesidades distintas, a escoger según variables diversas, serían otras tantas posibilidades. Mientras, es bueno saber que la liturgia no «es» así, sino que la tenemos así a la espera de que llegue un momento más propicio para reactivar las tantas cosas que en la Iglesia católica están detenidas o en hibernación, a la espera de otra coyuntura.



La primera lectura parece haber sido escogido estrictamente por coincidir con la tercera lectura en una alusión geográfica a la zona de Zabulón y Neftalí, zona limítrofe de Israel en la que Jesús se vino a establecer. La segunda -como hemos dicho que sucede casi siempre- va por sus caminos propios, siendo puramente aleatorio que alguna vez encaje con el mensaje de las otras dos. Diríamos que el evangelio de hoy -dada la altura a la que estamos en el año litúrgico- se adecua bien a la altura que correspondería dentro de la vida de Jesús siguiendo un criterio simplemente cronológico: el inicio de su actividad pública, el comienzo del despliegue de lo que será el Jesús predicador del Reino en su plenitud.


Son bastantes los detalles que merecen comentario en este evangelio.


-Jesús comienza su actividad tomando como referencia los signos de los tiempos. Al menos el evangelista hace notar que no empezó Jesús sin más cuando quiso, sino al ver que habían encarcelado a Juan. Jesús reacciona ante los hechos de la historia que le rodea. No viene a cumplir una misión ya programada previamente y que ha de llevarse a cabo con indiferencia «pase lo que pase».


-Jesús «fue a vivir» a Cafarnaúm. Algunos exegetas (Nolan por ejemplo) hacen notar que «se estableció» allí, y que, probablemente, la que varias veces en los evangelios se cita como «su casa» sería casa no de Pedro, sino de Jesús... No hay seguridad, pero no es improbable. Una duda sobre esa imagen tan fácil que nos hemos hecho del Jesús evangelizador itinerante.


-El contenido de lo que sería la «primera predicación» de Jesús, o, más bien, la tónica dominante de la predicación de Jesús: la venida del Reinado de Dios, como buena noticia que invita al cambio... Hoy ya esto lo saben los niños en la catequesis parroquial, cuando hace cuarenta años lo ignoraban todos los cristianos adultos, incluidos los predicadores: que el centro de la predicación de Jesús fue el «Reinado de Dios», un concepto entre medianista y escatológico... O sea: que Jesús no fue un predicador doctrinal teórico, ni un maestro de sabiduría religiosa, ni un asceta... sino un profeta dominado por la urgencia de una pasión, la pasión por el Reinado de Dios que él creía inminente...


-No era sólo un anuncio, sino una con-moción: Jesús anunciaba para empujar al cambio, para animar la esperanza en el cambio que Dios mismo estaba a punto de empujar... Por eso, su anuncio era para la conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado», traduce la Biblia Latinoamericana.


-Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse) «porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que» venga, para hacer posible que venga, porque cambiando, en nuestro cambiar, ya está viniendo ese Reinado... Son las dos dimensiones: activa y pasiva, receptiva y provocativa, de contemplación y de lucha... sin unilateralismos.


-El carácter concreto del tipo de praxis que Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente, con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, sino la de enrolar a otros, convencer a otros para sumarse a la tarea, y para ello, dedicarse a desbloquear las mentes, a iluminar los corazones, abrir la visión de los demás... para que puedan incorporarse a la transformación de la sociedad. Si se nos permite decirlo así, Jesús, más que una práctica, asume una práctica teórica y simbólica. Él no se hace médico ni se dedica a curar a los enfermos, sino a dar la Buena Noticia, aunque salpica su predicación constantemente con «signos» de curación: «predicaba y sanaba». Teoría y práctica. Esta práctica era apoyo de aquella teoría, y la teoría no era realmente tal, sino una práctica teórica: Jesús ejercía de abridor de mentes, iluminador de corazones, generador de esperanza, transmisor de energías...


-En esa línea se puede enmarcar mejor aún lo de convertir a sus más allegados en «pescadores de personas» (no «de hombres»), lo que él mismo estaba siendo, lo que cualquier discípulo debe también ser. El expansionismo evangelizador misionero proselitista, el querer extender el cristianismo a todo el mundo haciendo tabla rasa de las demás religiones, ya no tiene lugar en una visión a la altura de los tiempos actuales. El ser realmente «evangelizador» apasionado por la Utopía del Reino (utopía que no es enemiga de las demás religiones ni pretende imponer ninguna cultura) sigue teniendo plenamente sentido.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
http://betania.es/

http://prionseneglise.ca/

http://cursillos.ca/

http://servicioskoinonia.org/

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus .

Youtube.com / pagina de videos de LECTIONAUTAS

miércoles, 12 de enero de 2011

16 de enero del 2011: Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 49, 3. 5-6

El Señor me dijo:
--Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso.
Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel --tanto me honró el Señor, y mi Dios fue mi fuerza--:
--Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra. 

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL
SALMO 39

R.- AQUÍ ESTOY, SEÑOR, PARA HACER TU VOLUNTAD

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.-

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y en cambio me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: «Aquí estoy.» R.-

Como está escrito en mi libro:
«para hacer tu voluntad.»
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.-

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.-

SEGUNDA LECTURA
COMIENZO DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1,1-3

Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro. La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. 

Palabra de Dios

ALELUYA Jn 1, 14.12 ab
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. A cuantos la recibieron, les dio poder para ser hijos de Dios.

EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1 29- 34

En aquel tiempo; al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
--Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquél de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo:
--He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Palabra del Señor


*******


A guisa de introducción:

“El cordero de Dios! “, raro nombre para designar a Jesús. Poniendo aparte las ovejas del pesebre, para nosotros en general  el mundo del ganados ovino es poco familiar. Entonces, de donde viene este Cordero de Dios que toma sobre su espalda el pecado del mundo? Descubrámoslo juntos, haciendo un pequeño recorrido bíblico:

En el libro del Éxodo, el cordero de Dios, es el cordero pascual, aquel que se sacrifica y se come en la fiesta de Pascua. En el libro del profeta Isaías, el Cordero de Dios, es el “siervo sufriente” que ofrece su vida “como Cordero que se deja llevar al matadero”. En el libro del Apocalipsis, el Cordero de Dios es “Cordero vencedor o triunfante”, aquel que ha dado todo para que nosotros tengamos la vida. El Cordero de Dios! Un nombre verdaderamente extraño, por el cual se nos revela la identidad de Jesús que salva el mundo.

Como Juan el Bautista, quien veía venir Jesús  hacia él, dejemos que el  Señor  se acerque a nosotros. “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Estas palabras el sacerdote las repetirá en el momento de la comunión, cuando parta el pan. En efecto es cuando él se ofrece y se da que Jesús salva el mundo. Tendamos la mano y acojámoslo de todo corazón, porque con El somos ya vencedores del mal y de la muerte.



PRIMERA REFLEXION

El quita el pecado

El evangelista Juan a través de Juan el Bautista, expresa su convicción de que “Jesús quita el pecado del mundo”. Esta realidad puede ser comprendida en dos niveles  complementarios. Siendo el pecado lo que separa y destruye, “quitar el pecado del mundo”,  significa liberar en profundidad la humanidad en su marcha colectiva, abrir la historia y hacerla desembocar hacia su realización definitiva. Es esto lo que Juan llama en otro lado “salvar el mundo” (Juan 3,17).

Pero es  a escala de la vida individual de todo ser humano que también el pecado es quitado ( borrado, eliminado). No el pecado como evento, ya que la posibilidad de actuar e ir al encuentro del amor está siempre presente. No tampoco el pecado como símbolo de nuestra fragilidad, puesto que nosotros permanecemos frágiles: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no Está en nosotros.”(1 Juan 1,8).

Pero  si el pecado surge como culpabilidad, como derrota, como parálisis “Jesús aparece para quitar los pecados” (1 Juan 3,5), es decir para que no nos culpemos, para decirnos que el Padre continua a aceptarnos  con nuestras debilidades reconocidas.

Es en este sentido que “Jesús quita el pecado” : el creyente no se culpa más, no se disminuye más  a sí  mismo, pero , viviendo por amor, él continúa avanzando en la paz, tomando constantemente la medida evangélica en todo lo que hace y todo lo que vive.

 “Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.
    En esto sabremos que somos de la verdad y tendremos nuestros corazones confiados delante de él;  en caso de que nuestro Corazón nos reprenda, mayor es Dios que nuestro Corazón, y él conoce todas las cosas. “ (1 Juan 3,18-20)

En un plano teológico que es difícil de explicar , “Jesús quita el pecado del mundo” “dando su vida” (1 Juan 3,16) (Juan 3,16). Y en un plano psicológico que es más fácil de entender , Jesús quita el pecado liberando a la gente de la culpa, diciéndoles verbalmente o de otra manera: tu estás bien, ven a comer a mi casa (Marcos 2,15) o “yo iré a tu casa”(Lucas 19,5), o simplemente “qué bueno que tu estés aquí”  (Lucas 15,1).

Puede parecernos desconcertante que Jesús perdone, consienta, tolere la gente de manera tan prodiga, nosotros que para obtener la liberación de nuestra culpa debemos llenar (según nuestra formación catequética y cristiana tradicional)  varias condiciones: confesión circunstancial, contrición de corazón, confesión de boca, cumplimiento de la penitencia, propósito de enmienda…

Pero  culpabilizarse es fuerza de muerte y oscuridad expandida en nuestra vida, ahora,  Jesús es la “vida” y “la luz que ilumina todo ser humano” (Juan 1,4-9), sin restricción, como signo de la abundancia del amor del Padre por todos y cada uno de nosotros.



2. REFLEXIÓN

« Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo »

Este verdadero testimonio del evangelista Juan refleja su teología y la de la comunidad joànica, muchos anos después de la muerte y resurrección de Jesús. Es una profesión de fe de las primeras comunidades cristianas.

Al inicio de su evangelio, Juan utiliza varios títulos para describir el Señor y revelarnos su identidad. Jesús es “el Verbo hecho carne” (Jn 1,1), “la luz del mundo” (Jn 1,4), “el Hijo único de Dios Padre” (Jn 1,14). “el Cordero de Dios” (Jn 1,29,36), “el Hijo de Dios sobre quien baja y permanece el Espíritu” (Jn 1,34,39), “el maestro o Rabí” (Jn 1,38,49), “el Mesías o Cristo”(Jn 1,41), “Aquel de quien hablan la ley y los profetas” (Jn 1,45), “el rey de Israel” (Jn 1,49), “el hijo del Hombre” (Jn 1,51). Todos estos títulos   levantan el velo sobre la  identidad de Cristo.

Al comienzo del texto de hoy, Juan Bautista llama a Jesús « el Cordero de Dios ». En cada Eucaristía, escuchamos estas palabras: “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, y tres veces lo cantamos o decimos antes de la comunión, pero no es un título que tenga mucho atractivo para los hombres y mujeres de hoy. El símbolo del cordero no es muy diciente para nosotros, y en general no nos gusta escuchar hablar de pecado.

El hombre y la mujer moderna rechazan esta idea de pecado. Si alguna vez  se comete un error,  se culpa o juzga  al instinto, a la herencia, al ambiente, a la inconsciencia. O todavía, se acusa a los demás por esta falta: al gobierno, a la familia, al sistema, a las condiciones desfavorables, etc.

El Padre Turoldo tenía razón al decirle al cardenal Schuster, un poco desconcertado por su remarca: “Mi objetivo es el de buscar pecadores”…es decir, buscar gente que haya rencontrado el sentido del pecado y que acepten ser los responsables de ciertas de sus acciones”.

El mal está presente en medio de nosotros, mismo si es cierto que en la calle no se le llama “pecado”. He aquí algunos ejemplos de lo que para Juan, harían parte del “pecado del mundo”:

-         - La violencia gratuita y omnipresente,
-       -   la marginalización de grandes sectores de la sociedad,
-     -    la explotación de los más débiles, la pobreza provocada por la ambición y usura desmedida, los salarios de hambre, el hambre en un mundo pleno de riquezas…
-        - la competencia desleal, la inseguridad causada por el solo deseo de ganar fácilmente, el trabajo de esclavitud de los niños, la desigualdad entre los hombres y las mujeres…
-        - la falta de dialogo en las familias, la lucha de generaciones, la infidelidad irresponsable, la separación y el divorcio que castigan (hace pagar los platos rotos)  a los hijos…
-         - el orgullo, la avaricia, la avidez, la envidia, el deseo de dominar, el odio, la rivalidad, la venganza…

Juan el Bautista consideraría como “pecado del mundo”: 

-         - que millones de personas sufran hambre; que poblaciones enteras sean obligadas a dejar su casa, su tierra y su país por la guerra;
-        -  que los pobres y los sin voz sean ultrajados;
-        -  que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres sean cada vez más pobres;
-         - que muchos enfermos sucumban ante sus males y dolencias por la falta de medicinas, cuando sumas astronómicas son invertidas y malgastadas para comprar armamentos y equipos de guerra;
-         - que nuestro planeta sea destruido sistemáticamente con el fin de aumentar el provecho de unos cuantos;
-         - que las múltiples guerras no cesen de provocar miles de víctimas inocentes ;
-        -  que los bandidos solos o en bandas (pandillas) en las calles siembren el terror;
-         que la violencia en nuestras familias y en nuestros lugares de trabajo, arruinen la vida de una gran cantidad de personas;
-         que la mayoría guarde silencio y haga prueba de inacción culpable (pecado de omisión) delante todas estas injusticias y todos estos crímenes.

A toda esta triste lista, el agregaría sin duda el mal y el escándalo que resulta de las divisiones entre las iglesias cristianas. Existen más de 400 denominaciones diferentes de cristianos a través del mundo. Cristo quien en el último momento, oraba por la unidad de los suyos tenía razón de hacerlo!

Para Juan, el pecado del mundo existe y nosotros tenemos necesidad siempre del “Cordero de Dios”  para liberarnos.

El texto de hoy, como todo texto bíblico, es primero y ante todo una revelación de Dios, de su proyecto para nosotros. Las últimas palabras de la primera lectura recuerdan ese proyecto de Dios: “…a fin de que seas mi Salvación hasta el extremo de la tierra." (Isaías 49,6) Una vez más, la Biblia nos dice que el proyecto de Dios es un proyecto de paz, de salud, de felicidad y que concierne a la humanidad entera.

Juan el Bautista  designa a Jesús como “El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, porque por El , el proyecto de salvación y de paz llega a ser posible.

Leía últimamente la historia de un albañil que se podría aplicar a miles de personas a través de los siglos: “un día, un hombre que le gustaba burlarse de los cristianos , preguntó a un compañero de trabajo: “Andrés , podrías explicarme como Jesús hizo para convertir el agua en vino? Andrés respondió : “yo no puedo explicarte cómo hizo El para convertir el agua en vino, yo solo sé que hace diez años yo era un alcohólico detestable, violento con mi mujer y mis hijos, yo malgastaba más de la mitad de mi salario en licor y mi familia no tenía suficiente para vivir. Un amigo me ayudó y me habló de Jesús. Poco a poco, yo llegué a ser un trabajador honesto y pacífico, y un buen padre de familia amante y tierno. Yo no puedo explicarte cómo Jesús cambio el agua en vino, pero yo puedo contarte como Él ha cambiado el alcohólico que yo era en un buen padre de familia”. Para mí, Jesús ha sido verdaderamente “el Cordero de Dios quien ha quitado el pecado del mundo”, el Cordero que ha quitado mi pecado!



REFERENCIAS :

Betania.es
Prionseneglise.ca
HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus
Cursillos.ca (traducción de reflexión del Padre Jacques-Yvon Allard, s.d.v)
Biblia de Reina Valera en español.