domingo, 4 de diciembre de 2011

5 de diciembre del 2011, Día litúrgico: Lunes II de Adviento




Lectura del Libro de Isaías.  Is 35, 1-10

¡Regocíjense el desierto y la tierra reseca, alégrese y florezca la estepa! ¡Sí, florezca como el narciso, que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo! Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan los brazos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los que están desalentados: ¡Sean fuertes, no teman: ahí está su Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: Él mismo viene a salvarlos”. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos, entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de cañas y papiros. Allí habrá una senda y un camino que se llamará “Camino santo”. No lo recorrerá ningún impuro ni los necios vagarán por él; no habrá allí ningún león ni penetrarán en él las fieras salvajes. Por allí caminarán los redimidos, volverán los rescatados por el Señor; y entrarán en Sión con gritos de júbilo, coronados de una alegría perpetua: los acompañarán el gozo y la alegría, la tristeza y los gemidos se alejarán.
 Palabra de Dios.



Texto del Evangelio (Lc 5,17-26):

Un día que Jesús estaba enseñando, había sentados algunos fariseos y doctores de la ley que habían venido de todos los pueblos de Galilea y Judea, y de Jerusalén. El poder del Señor le hacía obrar curaciones. En esto, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico y trataban de introducirle, para ponerle delante de Él. Pero no encontrando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron al terrado, le bajaron con la camilla a través de las tejas, y le pusieron en medio, delante de Jesús. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados».
Los escribas y fariseos empezaron a pensar: «¿Quién es éste, que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?». Conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: «¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te quedan perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Y al instante, levantándose delante de ellos, tomó la camilla en que yacía y se fue a su casa, glorificando a Dios. El asombro se apoderó de todos, y glorificaban a Dios. Y llenos de temor, decían: «Hoy hemos visto cosas increíbles».

Comentario

¿Cuál era el interés de esos escribas y esos fariseos? ¿Les preocupaba la salud y el bienestar de las personas? Parecen más preocupados por cuestionar a quien hace bien las cosas, que en compartir el gozo de una persona que recupera la salud. El Reino de Dios crece cada vez que alguien se sana, cada vez que alguien perdona y se perdona, cada vez que alguien es solidario con el dolor del prójimo y lo ayuda a recuperarse. ¿Cómo miramos esas buenas obras cuando se realizan fuera de nuestro grupo o nuestra iglesia? ¿Estamos dispuestos a reconocer allí los signos del Reino de Dios o nos quedaremos sentados criticando?



REFLEXIÓN

Cuando Dios nos visita, HACE VIVIR

« He aquí su Dios, Llega la venganza, la represalia de Dios », afirma el profeta Isaías. Ahora, la venganza de Dios nunca está dirigida contra su pueblo. Ella va contra la muerte, en todas sus formas, en la naturaleza como dentro del ser humano, física como espiritual.

Así, en el evangelio, Jesús otorga el perdón de los pecados al igual  que la salud corporal al paralitico (Lucas 5, 17-22). Ya que el pecado no es otra cosa que una fractura o una herida en nuestra relación con Dios y con los demás. Una herida que es un elemento de muerte. SI mi corazón se asemeja a un desierto estéril, la visita de Dios hará recular la muerte y hará florecer la viuda en abundancia.

Después de mi paso (pasaje) por cualquier parte, que queda después de mi pasaje: la alegría o la tristeza? Mejores relaciones o relaciones deterioradas?

sábado, 3 de diciembre de 2011

3 de diciembre del 2011: Día litúrgico: Sábado I de Adviento





Texto del Evangelio (Mt 9,35—10,1.6-8):

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».


Reflexión

Un Mesías compasivo

Los grupos de intervención o ayuda humanitaria, sin ninguna duda podrían estar de acuerdo con el adagio bien conocido de Jesús según el cual “la cosecha (la mies) es abundante pero los obreros son pocos”. Porque a pesar del progreso de la tecnología en nuestros días, el sufrimiento humano es todavía casi infinito. Pensemos no solamente en el drama de la población del Cuerno de África, con su desertificación, sequía y grande hambruna, también veamos el sufrimiento de la gente en países como Colombia a causa del intenso y cruel invierno…La pérdida del empleo en países desarrollados…O aun todavía,  pensemos en el pueblo afgano  y el pueblo iraquí que no han conocido sino otra cosa que la guerra y las divisiones étnicas y religiosas profundas en el último cuarto de siglo. Siempre hay escasez de obreros para curar las heridas de todas esas personas y devolverles la esperanza.

Isaías y Jesús, todos dos han conocido los estragos causados por la ocupación de un potencia extranjera  en su país. Ellos conocían o sabían de lo que hablaban y predicaban (sobre todo cuando hacían el balance del sufrimiento de los suyos (de su pueblo) ) e igualmente sabían lo que expresaban al testimoniar un Dios compasivo de sus sufrimientos …Ellos constantemente deseaban curar (sanar, consolar) esas multitudes que erraban sin esperanza “fatigados y abatidos como ovejas sin pastor”. Quien se atreverá a decir que en nuestros días no se tiene necesidad de un Mesías así de compasivo?

jueves, 1 de diciembre de 2011

2 de diciembre del 2011: Primer viernes de adviento B


UN MESÍAS QUE ABRE LOS ESPÍRITUS Y LOS CORAZONES






Texto del Evangelio (Mt 9,27-31):

Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.



REFLEXIÓN 

La fe no es luz solamente, ella es iluminación. Y esto es lo que podemos retener de la curación de los dos ciegos por Jesús. No es que no sea importante la sanación física con la consecuente recuperación de la vista. Al contrario, Jesús se les da de manera espontánea y sin pensarlo dos veces, realizando así la antigua promesa del profeta Isaías: “En cuanto a los ciegos, al salir de la oscuridad y de las tinieblas, sus ojos verán”.

Pero la integridad física no es más que una primera etapa. Ver el mundo exterior con sus formas y sus colores es ya una inmensa felicidad para estos dos ciegos. Sentir esta alegría y reconocer a Jesús por lo que Él es  verdaderamente, es siempre fuente de una alegría todavía más grande.

El Mesías Jesús nunca hace un milagro para despertar la admiración de la multitud. Él puede realizar lo imposible y lo impensable. Pero él nada puede hacer sin un compromiso de nuestra parte: “que todo se haga en ustedes según su fe”. Sin la confianza absoluta en la Palabra y la persona de Jesús, ningún milagro es posible. Solo la timidez de nuestra fe representa y es el verdadero límite a lo que Jesús  como Mesías puede realizar por nosotros .

1o de diciembre del 2011: primer jueves del adviento


Texto del Evangelio (Mt 7,21.24-27): 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».




Es bien seguro que Jesús habla en sentido figurado: se trata de construir nuestra vida sobre valores sólidos. La pregunta entonces es esta: sobre que está fundada nuestra vida ? Sobre bases o columnas solidas o sobre la arena movediza?

Pero Jesús no se contenta con enunciar un principio general. Como por azar, su parábola aparece o viene para clausurar el sermón de la montaña (Mateo 5-7). Es necesario entonces leer por completo el sermón, que se abría con las bienaventuranzas y que nos transmite lo mejor de las enseñanzas de Jesús. Esto es algo sólido!

Al contrario, yo soy menos entusiasta con la idea de invocar a Dios como “roca”, como lo hace Isaías hoy. Yo prefiero las otras imágenes que encontramos en su obra y que son, estas, deducidas de las relaciones y las actitudes humanas: Padre, Madre, Esposo, Pastor, Alfarero, Protector, Consolador, Servidor.

Es sobre este Dios que es necesario apoyarse.

OTRA REFLEXION


Construir nuestra casa sobre la roca es una necesidad imprescindible para cualquier cristiano. Tal como lo dice Jesús, es la única manera de evitar que la tormenta se la lleve y nos deje en la calle. Sin embargo ¿somos conscientes de la gran enseñanza que conlleva esta palabra?

Construir la casa sobre la roca y no sobre la arena o el barro equivale a fundamentar nuestras vidas en la palabra de Dios, seguir sus mandamientos, sus enseñanzas y mantenernos firmes en él, que es nuestro refugio y fortaleza. Pero no basta con hacer una buena construcción, echar buenos cimientos y utilizar los mejores materiales para creer que todo está listo... El hecho de ir a la iglesia, orar y leer la Biblia no basta por sí solo si creemos que por hacer eso está todo garantizado.

Las casas necesitan refacciones, por más bien hechas que estén. El agua va dañando los techos y las tormentas pueden deteriorar nuestra estructura. Si no nos ocupamos de ello, el agua va a terminar por dañar todo y esa casa que fuera bella y firme puede acabar reducida a escombros. ¿Qué significa esto en nuestras vidas? Que la tentación siempre va a estar presente, en todo momento y lugar... Como el agua que va dañando los techos hasta que se abre paso hasta el interior, si no hacemos frente a las tentaciones, problemas, malas amistades y muchas otras situaciones, tarde o temprano terminarán por vulnerarnos.

¿Qué hacer para evitarlo? Mantenernos firmes de la mano de Dios y recurrir a Él siempre La comunicación con el Padre es fundamental para mantener en buen estado nuestra infraestructura y reparar todas las goteras. Él es el constructor de nuestra vida y el único camino para resguardarnos de las tormentas que acechen.

Oración, palabra de Dios, consciencia, reflexión, introspección y fidelidad a Dios son la clave. ¿Ya construiste tu casa sobre la roca? ¿Te ocupas de mantenerla siempre bien? Muchas bendiciones.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

4 de diciembre del 2011 2º domingo del Adviento B

En este segundo domingo de adviento, nuestro corazón aguarda la venida de Dios en su Hijo Jesús. Él ha hablado por los profetas, su venida ha sido deseada y cantada a lo largo de los siglos. Supliquémosle que nos de la audacia de Juan Bautista que nos invita a despejar el camino que nos conduce a Dios.
PRIMERA LECTURA

LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 40, 1-5. 9-11


Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido, su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.

Una voz grita: "En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos" --ha hablado la boca del Señor—

Súbete a lo alto de un monte, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Mirad, Dios, el Señor, llega con fuerza, su brazo domina. Mirad, le acompaña el salario, la recompensa lo precede. Como un pastor apacienta el rebaño, su mano lo reúne. Lleva en brazos los corderos, cuida a las madres."

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
SALMO 84

R.- MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA Y DANOS TU SALVACIÓN.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos."
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.-

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.-

El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R.-

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 3, 8-14


Queridos hermanos:
No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida!
Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables.
Palabra de Dios.

ALELUYA Lc 3,4.6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos verán la salvación de Dios.

EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 1-8 


Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."

Palabra del Señor

A guisa de introducción:

“ Un «campito»  (sacar tiempo) para Dios”

“Campito”, en nuestro lenguaje popular (no uribista) es el diminutivo de campo, a la vez sinónimo de “lugar”, “espacio”, “sitio”…Es muy usual que cuando alguien le pida a un amigo o conocido muy ocupado en su agenda que lo atienda en un determinado momento le diga “deme un campito por favor”, es decir, dígnese  buscar un ratico de su tiempo para atenderme…

Recuerdo con emoción el primer día que me hice a mi primer computador y que por fin lo deposité en el suelo de mi cuarto, después de un corto viaje desde la capital de mi provincia.  Fue un domingo de septiembre del 95 a mediodía.

 Para adquirirlo, tuve que hacer muchos “arreglos” que me costaron prestar dinero,  hacer viajes, capacidad de “botar algunas cosas”, deshacerme de otras, con el fin de hacerle espacio en mi cuarto. Esto último fue quizás lo más difícil. Pues debí deshacerme “de libros, periódicos, objetos decorativos y muebles, acumulados con el paso de los años, para hacerle un lugar en mi “apartacho”. 

En nuestra vida (en el tiempo que se nos da)  tiene Dios siempre su lugar?

Qué quiere Él de nosotros y cómo abrirle un sitio? Dios quiere que nosotros seamos su morada. Qué alegría da saber que Él desea habitar dentro de nosotros, en nuestra casa!

Hacerle (o darle) un sitio a Dios, es tener un corazón humilde. Algunos creen poder todo realizar (o hacer) sin su ayuda.

Nosotros podemos ser muy activos, tener ideas geniales, pero si el Señor no nos muestra el camino, si Él no construye la casa, es en vano que nosotros intentamos construirla.

Hacerle un sitio a Dios, es brindarle nuestra confianza en todo lo que Él hace por nosotros. Sacar ratos fijos para la oración, Celebrar y o participar en la Eucaristía, ejercer la meditación, la confrontación de nuestra vida con su Palabra…“Sin mí, ustedes no pueden hacer nada”, dice Jesús (Juan 15,5).

Hacerle un sitio a Dios, es aceptar la conversión y dedicarle a Él más de nuestro  tiempo para que venga a habitar en nuestros corazones.

Hacerle un sitio a Dios, es buscar su rostro en el pobre, el pequeño que encontramos en nuestra ruta cotidiana.

Hacerle sitio a Dios, es permanecer en la calma a pesar de todos los obstáculos y o dificultades de la vida. 

Dios nunca nos dejara caer, Él estará siempre a nuestro lado, Él nos protegerá y nos levantara.

Y usted, qué hace para darle un poco más de espacio (un sitio) al señor que viene?


Aproximación psicológica del evangelio:

En su breve intervención, Juan Bautista contradice punto por punto el testimonio dado siglos antes por Qohélet, el autor de uno de los libros del Antiguo Testamento: El Eclesiastés. He aquí las principales convicciones de Qohélet.

_La política es corrupta y no hay nada que hacer frente a la injusticia social.
“si dentro del Estado, ves al indigente oprimido, el derecho y la justicia violados, no te sorprendas por ello (Ecl 5,7). “Yo veo todas las opresiones que se practican bajo el sol. Miren los gemidos de los oprimidos: ellos no tiene quien les consuele; la fuerza está del lado de los opresores (Ecl 4,1).

_No queda más que la consumación y los placeres fáciles: “me edifiqué  casas para mí (…) yo tuve servidores domésticos (…), yo llegué a ser grande, me enriquecí (…)no le prohibí  a mi corazón ninguna alegría(…), nada de bueno  hay para el hombre mas que comer y beber” (Ecl 2,4.7.10.24).

_Dios existe pero Él es lejano y difícil de comprender.  “Dios está en el Cielo y tú en la tierra” (Ecl 5,1)…”Sin que el hombre pueda descubrir la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”  (Ecl 3,11).

Como muchos de nosotros, Qohélet aparece entonces “lúcido” …y “desilusionado” ¡  “Lo  torcido no se puede enderezar” (Ecl 1,15).

Ahora he aquí que Juan Bautista aparece después afirmando exactamente lo contrario; aquello que está torcido, enderécenlo (“enderecen sus caminos”)  ¡ La injusticia social, háganla su primera preocupación (cfr. Luc 3 10,14). En la vida hay otras cosas además de las bellas casas, los lujosos vestidos y los pequeños platos (de comida) para las bocas refinadas (“Juan apareció en el desierto vestido con una piel de camello, se alimentaba de saltamontes y de miel salvaje”) .Dios no está lejos, Él se prepara para irrumpir (entrar) en sus vidas…

El mensaje del Bautista no se dirige a algunos adeptos del “reavivamiento”. Son nuestras actitudes de fondo, de cara a la política, de frente al consumismo y de cara a Dios que él golpea de frente, y esto desde las primeras líneas del evangelio.


PISTAS DE REFLEXION PARA LOS MAS JOVENES Y LOS ADOLESCENTES

(Adaptar para los niños)

Juan bautista es un gran profeta, y uno de los más grandes. En el tiempo que él vivió, había mucha miseria y muchos abusos, tal como hoy. Se maltrataba a los enfermos, a los limitados, a la gente diferente, a los extranjeros. La gente pobre era despreciada y en ocasiones tratada como esclava. Como hoy, la gente buscaba ser feliz sin preocuparse del bienestar de los demás, sobretodo de los más pobres y más débiles.

Y he aquí que Juan Bautista, el primo de Jesús,  se levanta y se dedica a denunciar las injusticias y a decirle a la gente que cambie el corazón, porque el Reino de Dios está cerca. Él les dice que el Reino de Dios, es decir, el sueño de Dios para el mundo, es accesible para las personas que son buenas, que ayudan, que piden justicia para los más desfavorecidos. Él repite a todos que lo único  y necesario para entrar en el sueño de Dios es cambiar el corazón para estar cerca del Señor. Es necesario reflexionar en lo que es verdaderamente importante: la paz, la justicia y la alegría. Al hablar de este modo, Juan Bautista llega a ser una luz y un signo de esperanza para todos aquellos que sufren.

Hoy, todavía hay gente desfavorecida, enfermos, ancianos desprotegidos, personas que no pueden defenderse. Hoy, Dios nos invita a todos a ser un poco como Juan Bautista. EL nos pide que lleguemos a ser un signo de esperanza para los sufridos y los maltratados de nuestro mundo. Aquel o aquella que sufre, es quizás el amigo que está muy cerca de nosotros y nosotros mismo no nos damos cuenta de su sufrimiento.

Nuestra contribución al proyecto comunitario de la escuela (por ejemplo colecta de alimentos, preparación de anchetas, de juguetes, de ropa en este tiempo de navidad para compartir con los más pobres del sector) es un gesto profético. Cada lata de conservas, cada paquete de galletas, cada caja de cereales, es un gesto profético que aporta al otro un poco de esperanza.

Sin embargo, sucede a veces que nuestros gestos y nuestras palabras no reflejan el amor y la buena voluntad que habitan en nuestro corazón. En ocasiones nos arriba de ser impacientes, de ser coléricos, y de ser indiferentes. A veces, mismo nosotros mismos nos decepcionamos de nuestro comportamiento.

Hoy, tomémonos el tiempo de mirar al interior de nuestro corazón y de reflexionar juntos en aquello que nos gustaría cambiar en nosotros mismos con el fin de llegar a ser instrumentos de paz y de luz en nuestros ambientes de vida, de estudio y de trabajo.


REFLEXION  2

Las tres lecturas de este segundo domingo del adviento nos invitan a prepararnos bien para la venida del señor. Isaías subraya la necesidad “de aplanar el camino, de que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale ...”     
Pedro y Juan Bautista agregan que es importante “convertir (cambiar) nuestro corazón”. Nos es necesario embellecer nuestra casa para acoger bien al Señor.

Qué podremos nosotros cambiar para ser más fraternales, mas cristianos, mas humanos? 

Juan no va al desierto para sentarse y quedarse en silencio. Él ha vivido una conversión profunda e invita a los otros a hacer lo mismo. Él sabe que el contacto con Dios puede transformar nuestra vida y devolvernos  la alegría y la esperanza.

El desierto puede tomar formas diferentes: un lugar retirado donde puede ser posible escuchar las voces interiores, una iglesia y su comunidad cristiana que nos invitan al recogimiento y al compartir, un grupo de reflexión donde se construye con otros nuestra visión del mundo, un sitio internet que abre nuevos horizontes y nos pone en contacto con otros buscadores de sentido, una obra de arte o una pieza musical que nos lleva a ir más lejos al interior de nosotros mismos, etc.

El desierto es el lugar que nos permite disminuir el volumen de los ruidos discordantes que nos agreden por todas partes. Es el ambiente que nos pone en posición y o disponibilidad  de escucha, de vigilancia y de espera.

Todas las esperas no son benéficas y algunas no sirven para nada.
En la bella pieza de teatro “Esperando a Godot” de Samuel Becket, algunas personas están sentadas en el suelo y hablan, durante toda la obra, de la próxima venida (llegada) de Godot. Ellos remarcan la importancia de su venida. Cerca del final, alguien entra y les dice que Godot ha llegado al pueblo vecino. Uno de los personajes exclama: “es necesario ir a su encuentro…” Pero nadie se mueve. Ellos permanecen sentados y continúan hablando mientras que el telón baja y que la pieza llega al final. Una tal espera pasiva, llena de conversaciones vacias, no sirve absolutamente para nada, dice Becket.

Existe por fortuna otro tipo de espera, que pone a la gente en pie y provoca el compromiso, la planificación constructiva, la esperanza abierta en el futuro, y la alegría comunicativa. Es por ejemplo, la espera de los padres que se preparan para el nacimiento de un hijo. Ellos pintan y decoran el cuarto, encuentran una cuna, un mecedor, compran vestidos para el bebé que va a nacer, se alegran con sus parientes y amigos y hasta celebraran un “baby-show”. Ellos hacen todo lo necesario para que este nacimiento sea celebrado en la alegría. Es un modelo o ejemplo de la espera de la cual habla el evangelio.

Navidad, es la más grande fiesta del año. Hace falta prepararla bien. Es la fiesta de la venida de Dios entre nosotros. “Preparen los caminos del Señor, aplanen su ruta”. Sin este esfuerzo, nosotros arriesgamos de dejarnos encandilar por las grandes luces de promoción de  los centros comerciales y de perdernos por completo la venida del Señor. Como lo dice Juan Bautista, Dios vendrá a nuestra casa si le preparamos el camino. En nuestro país montañoso, de muchos accidentes geográficos, sabemos que preparar una ruta exige mucho trabajo.

Sobre la ruta de nuestra vida, el tiempo ha multiplicado los huecos, los pequeños montículos…Hay desnivelaciones muy acentuadas. Se trata entonces de enderezar, aplanar, reparar, iluminar, repavimentar.

Nosotros estamos hoy invitados a mirar nuestra vida para ver lo que debe ser mejorado o reconstruido de nuevo, con el fin de permitir al Señor de llegar hasta nosotros. Que es lo que podremos cambiar para ser más fraternales, más cristianos, más humanos?

El adviento es un tiempo de espera, de preparación, de conversión. Se trata de darle la espalda al pasado y de apostar en el presente y en el avenir, de cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos con el fin de llegar a ser mejores. Es un asunto del corazón. Es una invitación a “preparar los caminos del Señor”.


ORACION:

Hoy, te pedimos Señor, Tú que eres el Salvador y el amigo de la humanidad, permítenos ser los testigos de tu amor cerca de todos aquellos y aquellas que tu pones en nuestra ruta. Amen.


REFERENCIAS:

http://betania.es

http://prionseneglise.ca
Pequeño Misal "Prions en Église" , edición quebequense, diciembre 4 2011.

HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.

GUIA DE ADVIENTO PARA LAS ESCUELAS de ONTARIO (Quebec)
l’Office provincial de l’éducation de la foi catholique de l’Ontario (OPÉCO)
http://banque.opeco.ca/ps/trousses/avent_2011/avent_2011_complete.pdf

http://cursillos.ca
http://dimancheprochain.org






30 de Noviembre: San Andrés, apóstol


EL CARISMA DE ANDRÉS



Texto del Evangelio (Mt 4,18-22):

En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron.

REFLEXION

El apóstol Andrés de quien celebramos hoy su fiesta, con seguridad podríamos decir que no mediría las consecuencias de su iniciativa al presentar su hermano Simón (Pedro) a Jesús.

EL evangelista San Juan cuenta que el mismo día de su primer encuentro con Jesús, Andrés le habla de su hermano y programa una cita: “él lo trae a Jesús”, dice el texto (Jn 1,42). Conocemos lo que sigue. Jesús lo convertirá en la roca que fortalecerá la fe de los otros. Andrés ha comprometido su futuro (su porvenir) y el de su hermano al seguir a Jesús.

Hay personas que tienen el carisma de Andrés. Yo pienso por ejemplo en aquellos que apadrinan los nuevos miembros dentro de los nuevos movimientos eclesiales,  en aquellos sacerdotes que han hecho promoción vocacional y animación misionera al acercarse a chicos que tienen potencial para devenir sacerdotes o consagrados.

Pienso en los catequistas que hacen conocer al Señor con sus enseñanzas y ejemplo vivo, pienso en los acompañantes espirituales, en los escritores espirituales, en los abuelos que hablan de Jesús a sus nietos. Y después también, pienso en todas esas personas que por su simplicidad y entrega, hacen posible el encuentro entre creyentes enfrentados a diversas pruebas y los que buscan a Dios.

En el fondo,  como Andrés, son todos aquellos que transmiten las  ganas o el deseo  de arriesgar el futuro como discípulos y apóstoles.

Andrés, en este día te pedimos, fortalece y sostén aquellos y aquellas que ejercen tu carisma. Amen.

martes, 29 de noviembre de 2011

Feliz cumpleanos 65 SILVIO RODRIGUEZ


Silvio Rodríguez Domínguez (n. 29 de noviembre, 1946 en San Antonio de Los Baños, La Habana) es un cantautor, guitarrista y poeta cubano. Exponente característico de la música de su país surgida con la Revolución cubana, conocida como la Nueva Trova. Silvio es uno de los cantautores de más trascendencia internacional.


Junto a Pablo Milanés, Noel Nicola y Vicente Feliú contribuyó a la formación de la Nueva Trova Cubana.

Silvio Rodríguez Domínguez nació el 29 de noviembre de 1946 en San Antonio de Los Baños, población ubicada al sur de La Habana. Se crio en una familia campesina pobre; su padre, Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega, fue campesino y poeta aficionado, su madre, Argelia Domínguez León, se dedicaba a las labores domésticas. Afirmaciones aparentes parecen indicar que su vocación musical se debe a la inclinación que su progenitora tuvo por el canto, al cual era muy aficionada.


Cuando Silvio tenía cinco años de edad, su familia se trasladó a La Habana, y, a los siete años, recibió clases de piano con Margarita Pérez Picó. Poco después sus padres se divorciaron y su madre regresó con él y su hermana a su pueblo natal. Ya adulto muy joven, participa en campañas de alfabetización en la Provincia de Cienfuegos; al año siguiente, empieza a trabajar como dibujante de historietas y caricaturas en el semanario "Mella". Allí conoce a Lázaro Fundora, quién le exhorta a iniciar el aprendizaje de la guitarra.