UN DIOS UNIFICADOR Y QUE NOS LLAMA A ESTABLECER VINCULOS DE UNION
Se habla de la historia contada en la Biblia como una historia santa, una historia de salvación. Esta historia podría también ser llamada historia de la infidelidad, de la rebelión, de la división y del pecado.
El profeta Ezequiel resume bien esta historia que está bien lejos de haber seguido una línea recta: división de un único reino al principio en dos, idolatría, exilio, apostasía. Es en esta historia agitada y dolorosa que Dios se afirmó como Dios unificador, que congrega a su pueblo, que lo une, los conduce fuera del exilio, los guía como un buen pastor, en verdad siendo “su Dios”.
La historia de la vida pública de Jesús habrá sido de corta duración, tres años o un poco más. Pero que anos! En el curso de los cuales Jesús ha predicado la Buena Noticia del Reino, ha curado enfermos y consolado a hombres y mujeres heridos por la vida. Jesús ha sido un hombre bravo, con coraje y que ha condenado las exclusiones de todo tipo. Jesús hizo prueba de compasión hacia las multitudes fatigadas y hambreadas! Jesús se hizo un hombre de unión de gentes, que congrega, que unifica!
A pesar de todo esto, Él cosechó el odio y se le condenó a muerte. Con todo, Dios no renuncia a su proyecto, y la muerte de Jesús inaugura una congregación única y definitiva de “todos los hijos de Dios dispersos”.
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Gustavo Quiceno