Hay mucha
maneras de reaccionar cuando no estamos
de acuerdo con algo: una idea, una proposición, un proyecto…: nos oponemos,
protestamos, nos burlamos, huimos…Ante las palabras desconcertantes de JESÚS,
cuál será nuestra reacción o actitud?
Dejaremos de seguirle y caminar con Él como algunos de sus discípulos? O
diremos como Pedro: A donde podríamos
ir? Solo Tú tienes Palabras de Vida Eterna!”
L
E C
T U
R A
S
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JOSUÉ 24,
1-2a.15-17.18b
En
aquellos días, Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquén y llamó a
los ancianos, a los jefes, a los jueces, a los magistrados para que se
presentasen ante Dios. Josué dijo a todo el pueblo:
-- Si no
os parece bien servir al Señor escoged a quien servir: a los dioses de los
amorreos, en cuyo país habitáis. Yo y mi casa serviremos al Señor.
El pueblo
respondió:
--¡Lejos
de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es
nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de Egipto, de la
esclavitud; él hizo a vuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino
que recorrimos y entre los pueblos por donde cruzamos. También nosotros
serviremos al Señor: ¡Es nuestro Dios!
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 33
R.- GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL
SEÑOR.
Bendigo al Señor en todo momento,
tu alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se
alegren. R.-
Los ojos del Señor miran a los
justos;
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los
malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
R.-
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y los libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los
atribulados,
salva a los abatidos. R.-
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
el cuida de todos los huesos,
y ni uno solo se quebrará. R.-
La maldad da muerte al malvado,
y los que odian al justo serán
castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a
él. R.
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN
PABLO A LOS EFESIOS 5, 21-32
Hermanos:
Sed
sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus
maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo
es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la
Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus mandos en todo.
Maridos,
amad a vuestras mujeres como Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo
por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y
para colocarla ante sí, gloriosa, La Iglesia sin mancha ni arruga ni nada
semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus
mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues
nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como
Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. "Por eso
abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los
dos una sola carne." Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y
a la Iglesia.
Palabra de Dios
ALELUYA Jn 6, 64b.69b
Tus palabras, Señor, son espíritu y
vida. Tú tienes palabras de vida eterna.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
JUAN 6, 60- 69
En aquel
tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron:
-- Este
modo de hablar es inaceptable, ¿quién puede hacerle caso?
Adivinando
Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo:
-- ¿Esto
os hace vacilar, y si vierais al Hijo del Hombre subir adonde estaba antes? El
Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he
dicho son espíritu y son vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.
Pues Jesús
sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo:
-- Por eso
os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.
Desde
entonces muchos discípulos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce:
--
¿También vosotros queréis marcharos?
Simón
Pedro le contestó:
-- Señor,
¿a quien vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos. Y
sabemos que eres el Santo consagrado por Dios.
Palabra del Señor
A guisa de introducción:
Decidir quedarse con Jesús:
El capitulo 6 del evangelio de San
Juan que hemos leído a lo largo de estos últimos domingos nos ha dado lecciones
de gratitud ante la gratuidad y la abundancia (creación, comida) de Dios ; nos ha
hecho tomar conciencia de la importancia de alimentarnos pero también de
compartir con los más desfavorecidos los
dones con los cuales Dios nos alimenta ; nos ha catequizado y o formado a
propósito de la eucaristía (pan partido para la vida del mundo) y finalmente
esta Palabra, como lo hace hoy ,nos
invita a decidirnos , a optar o no optar por Jesús y su Proyecto Nuevo
(Evangelio o Buena Nueva).
En Jesús tenemos un maestro integro
de vida; Cristo no solamente nos lanza consignas para crecer en la vida
espiritual y moral sino también que nos incita a ser felices…Pero la felicidad
(o salvación) que Él nos propone no es como la que el mundo ofrece; su paz que
nos da no es como la que el mundo da;
seguirle no es fácil, entregarle la vida provoca que ésta se complique y entre
en conflicto con el “statu quo” ( o la sociedad legal o ilegalmente establecida).
Jesús soñó y sigue soñando la
instauración de un mundo nuevo (El Reino de Dios).
Al igual que ayer y a lo largo de los siglos, después de conocer
Jesús y su propuesta, su pregunta sigue
retumbando en nuestros oídos e invitándonos a OPTAR: “Acaso
ustedes también quieren irse?”
En el fondo hay una invitación a la
FIDELIDAD a Jesús y su proyecto.
Nosotros que le hemos conocido (mucho, a medias o muy poco) y nos hemos
adherido a Él el día de nuestro bautismo (pequeños o grandes) no podemos quedarnos
impávidos e indiferentes ante su llamado.
Pero si decidimos quedarnos con Él,
ensayemos o tratemos de redescubrir el por qué…Al menos, yo les diré que:
Me quedo porque Dios ha hecho
una brecha en el tiempo y Él ha querido
venir (en la persona de Jesús) para hablarnos de MISERICORDIA, de perdón, de
paz con sabor a eternidad.
Yo me quedo porque el Espíritu Santo
actúa todavía en el seno de la Iglesia, haciendo cambios sorprendentes en
nuestro mundo y nuestra historia personal.
Yo me quedo porque vivo al interior
de una bella familia de creyentes fundada sobre la roca del evangelio.
Yo me quedo porque Jesús es mi
hermano y Él es mi confidente en la oración.
Yo me quedo porque Jesús nos ha
dejado el más hermoso de los regalos: LA EUCARISTÍA, presencia misteriosa y real
del Resucitado.
Me quedo porque María, su madre, ha
sido escogida por Dios para iluminar nuestra ruta y acompañarnos al lado de los
más pobres, los más pequeños y desfavorecidos.
Yo me quedo, sumando todo, porque
Jesús tiene en verdad palabra de vida eterna. A quien otro podríamos ir?
Nosotros que dudamos a veces sobre si
permanecer o no en la Iglesia, no olvidemos que somos verdaderos testigos tanto
igual como los profetas y los grandes santos.
Josué en la Primera Lectura nos
conduce a lo esencial de nuestra alianza o pacto con Dios.
Decidir QUEDARSE. En un mundo
descristianizado, muchos han hecho la opción a veces dolorosa y no ser
comprendidos. Ellos continúan creyendo y reuniéndose alrededor de la mesa
eucarística que les alimenta.
Quedémonos y reafirmemos nuestra
alianza con este Dios de la historia, a lo largo de este encuentro comunitario
con Cristo quien ha dado el primer paso hacia nosotros.
Agradezcamos al Señor que nos permite
de serle todavía y siempre fieles.
Aproximación
psicológica del evangelio:
Jesús
pierde discípulos
Hubo algunas ocasiones en que Jesús escandalizó
no solamente a auditores ocasionales (que ya andaban prevenidos contra Él) sino
también a ciertas personas que habían entrado en una relación de
maestro-discípulo con Él.
En toda relación humana, arriban
momentos de crisis donde uno se ve confrontado a una alternativa inevitable. O
uno se desentiende poco a poco (sutilmente) o bien se consiente una adhesión
renovada a través de una fidelidad temporalmente difícil.
Dentro de una relación,
en ciertos puntos, se comienza a
decir: “esta (experiencia) es difícil” (v.60), el sentido de las cosas
que se hacen se nos escapa, no es claro; esto evoluciona hacia una dirección
donde no queremos ir o hace referencia a experiencias interiores que nos
parecen extrañas…
El evangelista Juan evoca un momento
como el descrito aquí, y como siempre hay decisiones que se toman, es decir, se hace una opción (o elección). La misma
experiencia implica o tiene dos reacciones diferentes: “esta (experiencia) es dura para algunos: esta experiencia es demasiado dura…En consecuencia, “a partir de ese momento, muchos de sus
discípulos lo abandonaron o se fueron” (v.66).
Durante este tiempo, los otros dicen:
esta experiencia es dura pero nosotros continuamos. “Hemos creído” (v.69) en
esta relación y continuamos invirtiendo (o apostando por) en ella.
A nivel humano, esto llega a ser una
experiencia de fe: fe en el otro, y fe en el valor de lo que él puede hacernos
vivir, y fe en nosotros, en nuestra capacidad de crecer a través de este caminar, fe en la vida y en lo que
ella nos reserva.
En el caso de la relación con Jesús,
se nos ha dicho que esto puede llegar a ser una experiencia específicamente
espiritual.
La relación con Jesús engendra su
propio dinamismo (de él) (“las palabras
que les he dicho son espíritu y vida”—v.63) , y al mismo tiempo es un
dinamismo que se recibe de Dios (“nadie
puede venir a mi si el Padre no se lo permite”—v.65).
He aquí quizás lo que es constitutivo
de la experiencia espiritual en sí misma: comprometerse a fondo en una
experiencia y saborear directamente la dulzura y la fuerza, pero al mismo
tiempo recibirla como algo que nos viene de otra parte (o de otro lado) y que
se nos es dada.
Estos dos componentes, activo y
pasivo, están sin duda presentes en la conciencia de los discípulos de quienes
Pedro se hace el portador de la palabra. Nosotros hemos decidido dejar todo para seguirte, hemos descubierto
muchas cosas contigo, y decidimos continuar…seguir para adelante. He aquí el componente activo.
Eres Tú quien nos ha elegido (v.70) y
nos has llamado, nosotros no podemos vivir con ningún otro, con nadie más, lo
que vivimos contigo (v.68), y nosotros recibimos esto como un don del Padre
(v.65). He aquí el componente pasivo.
La unión de los dos componentes da
como resultado o producto una fe integrada, hecha de decisiones
comprometedoras, pero consciente de ser en todo momento alimentada por el
Espíritu.
REFLEXIÓN
CENTRAL
Opciones
(u elecciones) humanas renovables
Nosotros optamos o elegimos, o nos decidimos por algo o alguien,muchas veces, a lo
largo de nuestra vida. Pero no todas tienen la misma importancia o rango. Solo
algunas nos marcan profundamente y nos comprometen por largo tiempo, a veces
hasta el final de nuestra existencia. Conseguir marido, conseguirse una mujer,
tener un hijo, optar por una profesión…Son elecciones o decisiones
determinantes.
Uno nunca toma tales decisiones a la
ligera.
Para permanecer fieles a nuestras opciones las más fundamentales, es
necesario renovarlas a menudo, de manera implícita o explícita. Si un esposo y una esposa no se reeligen
constantemente, su amor no puede permanecer vivo y de este modo crecer. Igual
sucede en el ejercicio de una profesión o de un trabajo.
Una primera elección (u OPCION)
–cuando es importante y marca la existencia-llama muchas otras, situadas en la
misma línea. Según las circunstancias y las edades de la vida, estas nuevas
opciones, vienen a confirmar, reajustar, prolongar la opción primera y
fundamental que se ha hecho. Yo no amo mi marido, mi esposa, a los 50 años como
a los 20 años.
Mi amor toma adopta un rostro
particular según si mi cónyuge está
aliviado o enfermo. Pero, en todos los casos, si yo amo de verdad, yo vuelvo a
elegir la persona a quien he dicho SI la primera vez.
Escoger
Dios y a Cristo
Todo lo anterior se aplica a nuestras
opciones de orden religioso. Un día, uno decide acoger a Cristo, vivir con Él y
dejarse habitar por su Espíritu. Para que permanezca vivo e influya realmente
en nuestra existencia, esta primera opción llama a muchas otras que se harán de
acuerdo a las circunstancias y las etapas de la vida.
Los textos que leemos y o escuchamos
este domingo son interesantes y están de acuerdo con nuestro propósito.
Ellas nos muestran un Dios que toma
la iniciativa, Él mismo es quien invita a los suyos a la renovación de la alianza,
deseando que la adhesión (afiliación) sea totalmente libre.
La primera lectura es un pasaje del
libro de Josué. Las tribus que han atravesado el desierto llegan a Siquén.
Ellas ya habían hecho antes alianza con Dios, en el Sinaí. Y las encontramos
acá al final de un largo recorrido. Muy pronto entrarán a la Tierra Prometida.
Entonces son invitadas a reiterar su adhesión a Dios o a abandonarle. El
llamado a la libertad que Josué lanza a todos es remarcable: “Si no les place servir al señor, escojan
(decidan) hoy a quien quieren servir”.
Dios espera que aquellos que se han dado o abandonado libremente a Él, se entreguen otra vez a Él con la misma
libertad. No se trata de hacer un pueblo de esclavos.
El evangelio va en la misma línea.
Los discípulos ya habían respondido positivamente al llamado de Cristo. “Ven,
sígueme”, había dicho a cada uno. Y ellos lo han seguido libremente. Hoy, Él
les propone de decidirse nuevamente por Él o abandonarle”. “Ustedes también
quieren irse?” Al igual que su Padre, Jesús quiere solamente que le sigan
personas libres. La respuesta de Pedro es admirable: “A quién podríamos ir? Solo Tú tienes Palabras de Vida Eterna”.
La
Eucaristía: Gran lugar de Alianza (o de pacto)
Estos pasajes o relatos tienen para
nosotros un valor ejemplar. Ellos indican el camino a seguir para unirnos a
Cristo y permanecer en comunión con Él.
Un día, cuando estábamos plenamente
lucidos y conscientes de lo que hacíamos, acogimos a Cristo en nuestra vida. Si
no lo hemos hecho…es que todavía no somos verdaderos cristianos. Esta primera opción
llama a otras muchas. Cada una de nuestras opciones, en todas las
circunstancias y en todo momento, deben hacerse en total libertad.
Los lugares y los momentos donde es
posible renovar nuestra adhesión a Jesucristo
son múltiples. Conviene por tanto subrayar que la EUCARISTÍA es un lugar privilegiado
de alianza con el Resucitado. Ella es el “sacramento” de la alianza.
Desde el momento en que dejamos
nuestra casa o lugar donde vivimos, el sábado o domingo para venir a la iglesia,
iniciamos una marcha que deberá conducirnos a la renovación de nuestra alianza
con Jesucristo y con su Padre.
Una vez en la iglesia, unas lecturas bíblicas
nos son proclamadas. La homilía del sacerdote las explica. Después somos
invitados a proclamar nuestra fe en el padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.
Esta profesión de fe-acto plenamente personal y profundamente comunitario-es un
tiempo fuerte de nuestra adhesión a la Trinidad con quien hacemos alianza.
Debuta enseguida la Plegaria Eucarística, en la cual somos invitados a ir todavía
más lejos en la renovación de nuestra alianza con Dios. Es en el centro de esta
oración o plegaria, que en efecto,
nosotros nos unimos íntimamente a Cristo con el fin de ofrecernos con Él al
Padre.
Viene finalmente el momento de la comunión
sacramental. Un ministro nos presenta el pan consagrado diciéndonos: “El cuerpo
de Cristo”. Nosotros respondemos “Amen”, es decir, “Si, hoy, de nuevo, yo te
acojo Jesucristo Señor Resucitado, y yo te reitero mi deseo de vivir contigo,
de caminar con resolución tras tus pasos y mi deseo de construir contigo el
Reino”.
Uno lo ve, la EUCARISTÍA es en verdad
el sacramento donde, de una manera muy especial, se renueva la alianza
establecida de una vez por todas por Jesucristo.
“Ustedes también
quieren irse (dejarme)? “ , decía Jesús a sus discípulos después de haberles revelado
su presencia bajo el signo del pan de vida.
La misma pregunta se nos es formulada
cada vez que venimos a celebrar la EUCARISTÍA. Nosotros conocemos la respuesta
de Pedro: “Nos quedamos contigo, porque Tú posees las palabras que hacen vivir
eternamente”.
Que nosotros, en cada EUCARISTÍA, también
podamos responder con una fe tan inmensa
y de un modo tan libre como lo ha hecho el Jefe de los apóstoles.
No olvidemos también que las opciones
fundamentales que hacemos en la vida son
importantes para nosotros e influencia
la opción de los otros. La opción de Josué ha jugado un papel muy importante en
la toma de decisión de Israel y la opción de Pedro ha influido en la opción de
los discípulos que permanecieron fieles a Cristo. Y nuestras decisiones siempre
tienen una influencia en nuestra familia y en las personas que nos rodea.
Una opción tan fundamental como la de
dejar a Dios entrar en nuestra vida debe confirmarse regularmente y debe estar acompañada
de acciones concretas de amor, de caridad y de compartir. Las personas que se
aman no se eligen u optan la una por la otra el día de la boda. La opción debe
haberse hecho y debe volverse a hacer miles de veces a través de los años, en
el tiempo de felicidad y o alegría como en los tiempos o periodos más difíciles.
Pedro al final del evangelio nos
ofrece una profesión de fe, verdaderamente bella y emocionante: “A quien iríamos
Señor? Tu tienes las Palabras de la vida eterna”. Respuesta modesta, humilde si
pero también muy significativa.
En nuestros días, como en tiempos de Jesús
y en tiempos de Josué un gran número de cristianos abandonan sus convicciones
religiosas para seguir otros dioses y otros ídolos : el dinero, el prestigio,
la carrera, los honores, el bienestar, la ciencia, el progreso técnico…No hay nada de nuevo en todo esto.
Cristo nos pregunta a cada uno de
nosotros en este momento (hoy) : « Ustedes también quieren irse?
La fidelidad al Señor solo será
posible si cultivamos o mantenemos el amor y la confianza que le profesamos. “ A
quién iríamos Señor, sólo tu tienes
Palabras de Vida eterna!”
OBJETIVOS
DE VIDA PARA LA SEMANA :
·
Medito sobre la pregunta de Jesús: “Ustedes también quieren
irse?”. Yo le respondo con toda la fe y la fidelidad que hay dentro de mí.
·
Me esfuerzo por responder siempre de manera más fiel a mi vocación
de discípulo de Jesús, en todos los aspectos de mi vida.
O R A C I O N
Señor, Tu
abres nuestros horizontes;
y nos
muestras los trazos de la vida y la vida sin fin.
Paradójicamente
tus palabras que vienen de lejos
Se nos hacen
tan lejanas o nos suenan tan familiares
que a
veces no les prestamos atención ,
o las
recibimos tan distraídos y ocupados
que se nos
dificulta descubrir toda su fuerza y provocación.
Ayúdame a
comprender la realidad y sentido de la EUCARISTÍA,
que aquellos
que la presidimos, la preparamos y participamos en ella,
le demos
todo el sentido,
y la convirtamos
en el bello gesto de alegría y compartir que debe ser.
No me
dejes olvidar que la EUCARISTÍA también me interroga
y me pone
de frente la vida que estoy viviendo
y como la
estoy asumiendo.
Que no
desconozca que compartir el pan y el vino,
aun siendo
un gesto frágil, sencillo,
puede de
igual modo
abrir el horizonte
de nuestras vidas
que tienen
su plenitud en Dios.
Oh Dios ayúdame
a optar por ti a cada instante.
Que opte
por la imagen que sea más fiel a Ti.
Que no
siga creyendo que eres un Dios muerto e inmóvil.
O ese juez
justiciero y castigador, que nos ensenaron de niños.
Que supere
esa imagen de Dios negativa que quizás
me enseñaron
mis padres, mis amigos y profesores….
Que yo tenga
el coraje y sepa interrogar esas imágenes
sombrías…
Tú no eres
un dios abstracto, lejano e indiferente,
Tu eres un
Dios capaz de darse en el compartir diario de nuestra vida.
Ayudame a
comprender Señor
que mi opción
por ti he de renovarla a cada instante;
que en
cada momento de mi vida he de decirte SI
en todos
los espacios, en todos los lugares…
Que a
pesar de mis dudas, mis irresoluciones y mis temores,
experimentados
en mi caminar contigo y en Iglesia,
nunca deje
de amarte, que nada ni nadie me separe de Ti.
Que esas
dudas y tropiezos en mi caminar,
no me impidan nunca ver que ante todo mi
experiencia de fe
es una fe
en alguien (la Trinidad), en Ti:
Padre-Hijo Y Espíritu,
que es una
experiencia de confianza,
de búsqueda
de sentido de mi vida.
REFERENCIAS
* Pequeño "Prions en Église", edicion quebequense, agosto 2012, Novalis.
* HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
* Revue Rassembler, 1988.
* LAPOINTE, Guy et PARÉ Simon. Au lever du Soleil. Novalis, 2007
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por haber visitado mi blog, espero tus comentarios, reacciones y que continúes brindándome ideas y sugerencias para mejorarlo.
Gustavo Quiceno