martes, 19 de marzo de 2013

19 de marzo: Día de san José, Padre adoptivo de Jesús





Un hombre entre los hombres. El padre adoptivo (putativo) de Jesús de Nazaret  histórico y del Hijo de Dios por nuestra fe.

José nació en Nazaret y la tradición  teológica bíblica antigua nos lo presenta como un anciano, un hombre pasada la mediana edad a quien le es dada como esposa la joven María (Nuestra Virgen Madre de Dios).

Algunos teólogos y exegetas racionales con fundamentos históricos nos dicen que era también joven cuando recibió a María como esposa. De hecho la mayor parte de las películas hollywoodenses sobre la infancia y o vida de Jesús nos presentan a su padre lleno de vitalidad y tan joven como su esposa.

Siempre se nos ha dicho que José era un humilde y pobre carpintero, que ganaba su vida entre garlopas, serruchos y martillos rústicos propios de la época. Unos lo imaginan en su domicilio trabajando día a día con perseverancia y gran sacrificio. Otros dicen que era un constructor  y reparador de casas itinerante, y que iba de pueblo en pueblo (novelas literarias como "El Evangelio Según Jesucristo" (Saramago) y "Los caballos de Troya" (J.J Benitez) nos lo presentan así.

A San José se le llamado el santo del silencio, por dos razones:

1. En los evangelios no se nos dejo ni una sola frase que pronunciase el. Solo se dice que era un hombre justo.

2. La literatura, música con homenaje a el han sido hasta hace recientemente muy escasas o muy pocas.

En verdad las veces que se ha aludido al padre adoptivo de Jesús y de manera popular ha sido en los inocentes y sencillos villancicos de navidad, que cantan como el está junto a María, la burra (o mula)  y el buey esperando, contemplando (todo, pastores y reyes) , sonriendo en la Noche de Paz.

Pero indudablemente que todas estas pocas y a veces sencillas e inocentes  referencias a José se quedan cortas para todo lo que el significo en la Historia de la salvación.

José es el patrono de Canadá y su devoción acá se arraigo y es inclusive hoy aun muy fuerte gracias bienaventurado  Hermano Andrés (frere André) quien con el apoyo de muchos amigos y devotos del santo construyeron un oratorio en Montreal.


El Oratorio Saint-Joseph du Mont-Royal
Un destino buscado en el corazón de Montreal


Fundado por el bienaventurado hermano Andrés en 1904, la pequeña capilla de origen ha llegado a ser, al cabo de decenios, el santuario más importante en el mundo dedicado a San José. Frecuentado, cada año, por dos millones de peregrinos
y visitantes, este lugar de alta espiritualidad se distingue por su acogida a gentes de todas las culturas.Tanto si le gusta particularmente la meditación y los paseos en los bellos jardines como que sean amantes de museos, de los conciertos o de las celebraciones grandiosas, el Oratorio Saint-Joseph sabrá recibiros.

Animado por su tema pastoral « Tú que nos das este pan», en el espíritu del Congreso eucarístico internacional del 2008, el equipo del Oratorio Saint-Joseph du Mont-Royal favorece tanto el recogimiento, los encuentros interculturales, el descubrimiento de las bellezas de su patrimonio como la paz en el bello reducto de verdor sobre el monte Royal. Las artes, la música y la oración se unen para hacer vivir a las familias, a los grupos, a las parejas así como al caminante solitario una visita inolvidable. El Oratorio Saint-Joseph habita un abrigo de paz buscado y apreciado 365 días por año, 15 horas por día, mediante una variedad de actividades religiosas y culturales únicas.



Acá les comparto un articulo profundo de un sacerdote español sobre la persona y vida de José, que nos ayudara , sin lugar a dudas, a acercarnos , conocer y por ende  amar mas al santo padre de Nazaret:

Al Santo nacional de Canadá,  
Protector de la Iglesia,
al modelo de padres de familia, 
Modelo de los trabajadores,
Patrón de los agonizantes,
Guardián del Hijo de Dios,
al santo de silencio, al justo pero sobre todo FIEL A DIOS y su Palabra, lo principal que hemos de aprender de el.

BUENA Y FELIZ FIESTA DE SAN JOSE

Para ahondar mas en la biografia, vida de San Jose, hacer click aca:



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 EN JOSÉ, MARÍA Y JESÚS 

DESCANSABAN

Por José María Maruri, SJ

1.- Cuando se trata de defender la ortodoxia 

religiosa, los hombres somos mucho más 

listos que Dios. Aquí tenéis como un escrito 

apócrifo conocido ya en el siglo III explica el 

matrimonio virginal de José y María.

“Se criaba María en el templo y recibía el 

sustento de la mano de un ángel. Cuando tuvo 

doce años deliberaron los sacerdotes: “¿Qué 

haremos para que no se mancille el santuario 

del Señor?” y salieron los heraldos por toda 

Judea y sonaron las trompetas del Señor y 

concurrieron todos los viudos con sus cayados 

que entregaron al Sumo Sacerdote, quien los 

presentó al Señor y luego los fue devolviendo a 

los ancianos. Y al entregarlo a José una 

paloma salió del cayado y se posó en la 

cabeza de José. Y el Sacerdote dijo a José: Tú 

estás destinado a tomar bajo tu protección a la 

Virgen del Señor. Y José contesto: Tengo hijos 

y soy anciano y ella joven. Voy a hacer el 

ridículo ante los hijos de Israel”. Y el sacerdote 

le conminó: “Teme al Señor. Recuerda lo que 

hizo con Datán, Abirón y Coré, como se los 

tragó la tierra por oponerse a Dios. No vaya a 

ocurrir algo en tu casa”. Temió José y tomó a 

María bajo su protección.”


Y ahí tenemos a José anciano de barbas 

blancas con su cayado florecido con azucenas, 

de nuestras estampas religiosas que todos 

hemos conocido. Evidente demostración de la 

virginidad de María, ¿cómo no se le ocurriría a 

Dios?


2.- Poco sabemos de José, pero no tiene nada que ver ni con este relato ni con otros muchos que existen en la literatura apócrifa. Sabemos que se casó con María. Tal vez José pasaría malos ratos dudando de si los padres de su novia lo admitirían o no. Porque José era un inculto, de tal manera que cuando los enemigos de Jesús quieren despreciarlo se preguntan: “Pero de donde ha sacado éste esa doctrina si es hijo de José, es decir de ese patán”.

Además en su expediente laboral no consta ni que fuera maestro carpintero con su propio taller, ni siquiera oficial de primera, ni siquiera carpintero, más bien un manitas que vale para todo, lo cual llevaría consigo que no pocas veces tendría que ir a la plaza del pueblo a ver si alguien le pedía algún trabajillo, sería uno de esos parados sin seguro de paro, de que luego hablará Jesús, tal vez por haber visto a su padre en la plaza esperando un trabajo.

Parece ser que don Joaquín y doña Ana (de los nombres podemos dudar, pero de que la virgen tenía padres no), parece ser que supieron ver en el corazón honrado y bueno de José un tesoro mayor que una desahogada posición para su hija, y se casaron.

José como buen israelita desearía tener con María muchos hijos para que Dios eligiera entre ellos al Mesías esperado, sueno de todo israelita, nació el Mesías de María pero no de José.

3.- El calvario de José y María comenzó ya en los desposorios, San Agustín piensa que José llegó a dudar de María, sea como sea fue tremendo para José y para María. La Virgen que callaba tal vez pensó que tratar de explicar una cosa tan complicada era embrollarlo más y prefirió dejarlo en manos de Dios, que siempre con retraso salió por la verdad.

Lo que es cierto es que José fue en quien María y Jesús descansaban y confiaban par los problemas domésticos. En lo humano nadie influyó tanto en la formación del carácter de Jesús como José. Su espíritu de trabajo, su honradez, su sinceridad, su bondad con todos la aceptación a ciegas de la voluntad de Dios. ¿Qué influjo tuvo José en el “Hágase tu voluntad” que Jesús nos iba a enseñar en el Padrenuestro?

Hombre sencillo y campesino acostumbrado a mirar al campo y al cielo cuántas observaciones suyas habrán quedado en los dichos de Jesús:


-la belleza de los lirios cuidados por solo Dios

-los pajarillos
que nunca pasan hambre

-la clase de nubes
que traen el agua

-los brotes
al punto de abrirse que anuncian la primavera

-la maldad del alacrán
con el que el niño no debe jugar.

Este es el José que pasa por el evangelio como una sombra acogedora, amable y cariñosa, como tantas personas de nuestras familias que no han hecho nada grande más que ser como fueron. El Señor siga poniendo en nuestro camino muchos Josés que sin hacerse sentir nos amparen y guíen.


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LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A SAN JOSÉ
Por Gabriel González del Estal

1.- Creo que con la misma propiedad con la que se puede decir que el ángel del Señor anunció a María su futura y divina maternidad, también se puede decir que el ángel del Señor anunció a José su deber de aceptar a María como su esposa y mujer. Así lo dice literalmente el evangelio de Mateo: “el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas en tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo”. Y así como María dijo su famoso y trascendental “fiat”, hágase, así José “hizo como el ángel del Señor le había mandado”. Y las mismas dificultades que había tenido María para rendirse a la voluntad del Señor, las tuvo José, y quizá mayores, para obedecer la voz del ángel. Muy mal tuvo que pasarlas José, desde el momento mismo en que empezó a darse cuenta de que su esposa estaba embarazada. Seguro que fueron días y noches de un inmenso pesar y de un desconsuelo total. José amaba a María y confiaba en ella; estaba dispuesto a poner la mano en el fuego por la inocencia y bondad de su esposa. Pero las evidencias eran innegables y él no podía negar la evidencia. ¿Qué hacer? Nos dice el evangelio que “como era justo y no quería ponerla en evidencia, decidió repudiarla en secreto”. Esta actitud y esta decisión de José, a mí siempre me ha parecido algo grandioso y admirable. José conocía muy bien las leyes judías y sabía que denunciar públicamente a su esposa, acusándola de infidelidad, podía llevar a esta a morir apedreada en la calle pública. José prefiere renunciar a su esposa, a la que amaba más que a sí mismo, antes que exponerla a una afrenta y muerte escandalosa e inmerecida. El cumplimiento de la Ley era para José mucho menos importante que el bien de su esposa. Su propio bien y satisfacción personal era menos importante que el bien de la persona a la que amaba. En estos tiempos de tanta violencia machista, el ejemplo del amante y buen esposo José puede y debe ser para nosotros un ejemplo a seguir. Si los hombres y mujeres de hoy tuvieran el mismo concepto del amor y del bien que tuvo José, no habría violencia machista, ni tanto divorcio Express, ni tanto egoísmo dentro y fuera del matrimonio.

2.- Hoy, fiesta de San José, es también el día del seminario. San José fue un ejemplo de persona servicial, callada y generosa. Siempre tuvo muy claro que no trabajaba para él, sino que toda su vida estaba al servicio de su esposa María y de su hijo Jesús. A eso se comprometió desde el mismo momento en que decidió creer el anuncio del ángel y obedecer el mandato del Señor. Buen ejemplo para nosotros, sacerdotes y seminaristas. Menos buscar nuestra propia gloria y nuestra propia seguridad económica, social, y hasta religiosa, y más buscar servir, callada y religiosamente, a las personas que necesitan nuestra ayuda. Para nosotros, sacerdotes y seminaristas, el bien de las personas está por encima de rangos sociales y religiosos, y por encima de legisladores y leyes de turno. Ante una persona angustiada, marginada, o simplemente necesitada, nuestra primera obligación es siempre atender y amar a esta persona; el juicio legal, y hasta moral, sobre el comportamiento de esa persona es algo muy posterior. Como hizo José, cuando comprobó que su santa esposa podía ser castigada “legalmente”, como pecadora pública. Jesús de Nazaret envió a sus apóstoles a servir y a curar, antes que a juzgar y condenar.



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Gustavo Quiceno