miércoles, 26 de enero de 2011

30 de enero del 2011: 4o domingo del tiempo ordinario A


LECTURAS

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA PROFECÍA DE SOFONÍAS 2, 3; 3, 12-13

Buscad al Señor, los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.» 
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 145

R.- DICHOSOS LOS POBRES EN EL ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS
.

El Señor hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.-

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.-

El Señor sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.-
 SEGUNDA LECTURA

LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 26-31

Hermanos:

Fijaos en vuestra asamblea no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así --como dice la Escritura-- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».

Palabra de Dios
ALELUYA Mt 5, 12 a
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.


EVANGELIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1- 12a


En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

--Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

· Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

· Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

· Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

· Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

· Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

· Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

· Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

· Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.

· Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Palabra del Señor



A GUISA DE INTRODUCCIÓN

Este 4o domingo del Tiempo Ordinario,  meditamos en el Evangelio de San Mateo las BIENAVENTURANZAS de Jesús.

BIENAVENTURANZA es una palabra compuesta de 3 palabras un prefijo : bien (bueno, correcto), un sustantivo o nombre : aventura (vivencia, acto de vida,casi siempre  heroico o admirable) y el sufijo anza (En sustantivos derivados de verbos; expresan "acción" y "efecto", o "cargo").

Asi, a vuelo de pajaro, simple y llanamente podriamos definir la BIENAVENTURAZA como una aventura o acto de vida bueno, que es heroico que es inundado por el amor, que es un “cargo” de Dios y nos hace feliz la aventura de vivir.

Cuando Jesus proclamó las bienaventuranzas, en frances llamadas “beatitudes” (algo asi como bella actitud) lo que lleva a la felicidad eterna, quiso mostrarnos precisamente la carta de navegación (las constituciones), el programa o el manual de instrucciones para ser felices.

El diccionario de la RAE nos dice que AVENTURA viene de las palabras latinas adventure et advenir  que significan  llegar, suceder.

Casi siempre relacionamos la palabra AVENTURA con los hechos extraordinarios, las gestas de grandes heroes de la ciencia ficcion. Asi hablamos o hablabamos de las aventuras de Superman, las aventuras de Tarzán, de Kalimàn, de Tin-Tín...

O en sentido negativo identificamos la aventura nada más que con los hechos fortuitos de una relacion amorosa ocasional, que es muchas veces inmoral,  a escondidas y por ende arriesgada...

Pero la palabra AVENTURA tiene una más grande significación,  porque todos los seres humanos somos invitados a la experiencia vital, a la acción de hacer de nuestra existencia algo grande y valioso. Asi la vida debe estar plena de buenas aventuras (donde seamos intrépidos, ingeniosos y generosos, enfrentemos las cosas con la verdad, justicia  y el coraje necesarios)...Cada uno es el heroe de su propia vida.

El proyecto de Jesús “Las bienaventuranzas” pronunciadas sobre el Monte (ya que para Mateo y su comunidad judaica, Jesús es el nuevo Moisés que presenta otra ley) , buscaban exactamente despertar y mover la existencia de las personas que le escuchaban.  Y por ello Jesus comienza por decirles: “Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.

 Pobre, es precisamente otra palabra que ha causado mucho revuelo y ha desparramado mucha tinta a través de la historia.  Qué quiso decir  Jesús  de manera más precisa con esta palabra? No precisamente sembrar división y o comenzar  una discusión polémica; Jesús estaba muy lejos de todo ello. Cuando quiso ensalzar los pobres se refirió a aquellas personas que venían hacia Él en “búsqueda de un no se qué” y  le escuchaban en ese momento disponibles, generosas, ansiosas de significado existencia, insatisfechos, y que querían ser libres...Pues es seguro que entre el auditorio había pobres y ricos socialmente, unos que tenían más recursos económicos que otros...Pero Jesús no quiso referirse primordialmente a la pobreza material como muchos (historiadores, pensadores, teólogos y sacerdotes con poca formación o mal informados) , han querido hacer creer  durante siglos.

Dios que ama a todo el mundo, llama a toda clase y o tipo de personas para realizar sus proyectos: a buenos y malos, a santos y pecadores, a los audaces y tímidos, a los ricos y a los pobres, a los sordos, y a los clasificados en el último estrato o clase social.

El escogió a María, eligió a José. Por intermedio de su Hijo, El escogió a Pedro el renegado y al traidor Judas. También escogió al evangelista Juan, el único que estuvo al pie de la cruz en el momento de la muerte de Jesús.

Como son sorprendentes a veces las elecciones de Dios! Por qué escogió aquel o aquella en vez de aquella o aquel otro? Dios tiene sus criterios que no corresponden necesariamente con los nuestros y  solo Él podría explicar o dar las razones de su elección de manera adecuada.

Cuando uno lee las Sagradas Escrituras, se descubre como Dios se complace al elegir personas humildes, pero totalmente disponibles, para realizar sus más grandes obras. Pensemos de nuevo en María, en José.

A Dios le gusta manifestar su poder  a través de la debilidad de las personas que llama a su servicio.

El Apóstol Pablo escribe:
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios”(1 Cor 1,27) y en otro lugar dice: “Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo” (2 Cor 12,9-10).

Ah  sí, que pueden ser sorprendentes las elecciones de Dios!

APROXIMACIÓN PSICOLÓGICA

Si se retiene el mensaje de fondo o central de las BIENAVENTURANZAS  que tienen en común Lucas y Mateo, se puede percibir que el texto primitivo contenía 3 bienaventuranzas y no 9 como es el caso del texto de hoy; o cuatro bienaventuranzas y cuatro maldiciones, como las presenta Lucas.

Estas tres bienaventuranzas iniciales que se pueden remontar al mismo Jesús son: 
1.”BIENAVENTURADOS  (felices, dichosos los pobres porque de ellos es el Reino de los Cielos”.
2.”BIENAVENTURADOS los afligidos (los que lloran) porque serán consolados”.
3. “BIENAVENTURADOS los que tienen hambre y sed porque serán saciados”.

Si nos ubicamos en el contexto de la tradición bíblica, los pobres de los cuales se trata aquí, presentan las siguientes características:

-    Ellos poseen muy poco materialmente, sin                                     ser                       necesariamente miserables;
-       Su  precaria situación los hace socialmente vulnerables;
-       Efectivamente, con frecuencia ellos son la presa (o las victimas) de los poderosos (DUPONT, J (1973) Les beatitudes. Tomo I).

Estas precisiones llevan a una pregunta muy grave. Teniendo en cuenta el contenido bien realista y social de la palabra POBRE,  es que  acaso Mateo a disminuido y privatizado la importancia (o el sentido) original de las Bienaventuranzas, transformándolas en declaraciones admirables, en “consejos” para entenderlas  a nivel moral e individual? Veamos un poco:

Primero que todo, las tres BIENAVENTURANZAS originales, constituyen el nervio (el quid, el centro) del compromiso de Jesús, es decir, la declaración pública por la cual Él se compromete de manera personal y clara con los pobres (se pone de su lado) . Y esta opción la hace por razones específicamente espirituales: porque  en las bienaventuranzas,  Él ha reconocido la opción misma de Dios, tal como la presentan los profetas y sobretodo Isaías.

Alrededor de este centro (núcleo, nervio) Mateo ha articulado (agregado) otras declaraciones de Jesús que le parece, explicitan, concretan esta opción de fondo: declaraciones sobre la misericordia, sobre el servicio por la paz, sobre la búsqueda de la justicia de Dios …se puede entonces concluir que Mateo no inventa nada, sino que  por otro lado recupera en su evangelio materiales  (elementos) que utiliza para construir (establecer) la constitución(el reglamento) o la carta de navegación del Reino.

Esta actividad literaria de Mateo tiene como misión suscitar, despertar el estado espiritual  y el estilo por los cuales esta opción por los pobres debe ser asumida. Jesús toma partido por los pobres, porque Él ha descubierto que Dios también lo ha hecho de modo igual y que Él lo llama ahora a su turno a hacerlo. Pero Jesús lo hace con lo que Él comprende es la práctica, la conducta de Dios: en la dulzura de la misericordia, de modo pacífico , con una actitud humilde ( de pobreza de espíritu).

En todo caso, cuando El precisa que son FELICES o dichosos, aquellos que tienen hambre y sed de justicia, Mateo se aleja de la palabra original de Jesús que señalaba los verdaderos hambrientos. Mas no hace sino recordar una invitación insistente de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia…(Mt 6,33). Técnicamente, no se trata acá de la justicia social, mas el sentido final (supremo) es casi  el mismo, ya que buscar la justicia, o ser justo en la Biblia, significa HACER LA VOLUNTAD DE DIOS o actuar como Él. Ahora sus prácticas o conducta propias las conocemos: “El hace justicia a los oprimidos, da  pan a los hambrientos, libera los prisioneros, da vista a los ciegos, endereza a los que se doblan…”(Sal 146,7-8).

Si bien que  traducir justicia de Dios por justicia social sería un error técnico, mas no necesariamente un contra sentido.

Las transformaciones que Mateo ha hecho a su fuente no alteran entonces su sentido profundo. Al final de sus BIENAVENTURANZAS, los creyentes son llamados al mismo desafío: volver a asumir en sus propios combates la opción de Dios a favor de los pobres tras las huellas de Jesús.

 COMENTARIO (2)

Las bienaventuranzas no son mandamientos o preceptos. Son simples proclamaciones que invitan a seguir un camino inusitado hacia la plenitud humana. No son Ley, sino evangelio (buena noticia) (cf. Marcos Rodriguez).

La inmensa mayoría de los exegetas están de acuerdo en que las tres primeras bienaventuranzas de Lucas, recogidas también en Mateo, son las originales e incluso se puede afirmar con cierta probabilidad que se remontan al mismo Jesús. Parece que Mateo las espiritualiza, no sólo porque dice pobre de espíritu, y hambre y sed de justicia, sino porque añade, bienaventurados  los pacíficos, los limpios de corazón etc.


Esta diferencia se atenúa mucho en cuanto descubramos qué significaba en tiempo de Jesús “pobres” (aniwim).

En la Biblia hay una riquísima tradición sobre este concepto, que podía ayudarnos a comprenderlas. Sin este trasfondo bíblico, resultarán sorprendentes e incluso reaccionarias.

Con su despiadada crítica a la sociedad injusta, los profetas Amos, Isaías, Miqueas, denuncian una situación que clama al cielo. Los poderosos se enriquecen a costa de los más pobres. No es una crítica social, sino religiosa. En efecto, todos pertenecen al mismo pueblo cuyo único Señor es Dios; pero los ricos, al esclavizar a los demás, no hacen caso a Yahvé, no reconocen su soberanía. Dios no puede tolerar esta rebelión, y reaccionará. Después del destierro se habla del resto de Israel, un resto pobre y humilde. Simplificando mucho, podíamos decir que los pobres bíblicos son aquellas personas que, por no tener nada ni nadie en quien confiar, su única escapatoria es confiar en Dios, pero confían. El pobre bíblico es siempre el oprimido, el marginado, el excluido de la sociedad. Incluía, por tanto, a los que hoy llamaríamos socialmente pobres: a los enfermos y poseídos, a los ‘impuros’, a los que ejercían oficios que eran considerados incompatibles con la pureza religiosa legal. En todos los casos, la pobreza está causada por la opresión de otro ser humano.La diferencia entre pobre sociológico y pobre teológico no tenía sentido en tiempo de Jesús. No había separación posible entre lo religioso y lo social. Al hacer hoy esa diferencia, estamos tratando de justificar nuestra falta de compromiso. Un pobre material puede estar ansiando la riqueza que no tiene, pero su pobreza será siempre causa de una falta de amor.

Esta reflexión nos abre una perspectiva nueva. Ni el pobre ni el rico se puede considerar aisladamente. Se trata de la relación que existe siempre entre ambas situaciones. La riqueza y la pobreza son dos términos correlativos, no existiría una sin la otra. Es más, la pobreza es mayor cuanto mayor es la riqueza, y viceversa. Si desaparece la pobreza, desaparecerá la riqueza.

Tal vez la irracionalidad de los ricos es que queremos que desaparezca la pobreza manteniendo nosotros nuestra riqueza. Es imposible. Si tenemos en cuenta que la tendencia es a aumentar el abismo ya existente entre ricos y pobres, descubriremos que la predicación de hoy está abocada al más absoluto fracaso. La opción por los pobres, mientras nosotros sigamos siendo ricos, es un sarcasmo.

Las bienaventuranzas quieren decir que es preferible ser pobre, que ser rico opresor; es preferible llorar a hacer llorar al otro. Es preferible pasar hambre a ser la causa de que otros mueran de hambre porque les hemos negado el sustento. Dichosos no por ser pobres, sino por no ser ricos egoístas. Dichosos, no por ser oprimidos, sino por no oprimir.

La clave sería: Las riquezas no son el valor supremo. El valor supremo es el hombre. Hay que elegir el reino del dinero o el Reino de Dios. Si elegimos el ámbito del dinero, habrá injusticia e inhumanidad. Si estamos en el ámbito de lo divino, habrá amor, es decir humanidad.

Ahora bien, si el ser pobre es motivo de dicha, por qué ese empeño en sacar al pobre de la pobreza. Y si la pobreza es una desgracia, por qué la disfrazamos de bienaventuranza. Ahí tenemos la contradicción más radical al intentar explicar las bienaventuranzas. Pero por paradójico que pueda parecer, la exaltación de la pobreza que hace Jesús, tiene como objetivo el que deje de haber pobres.

El enemigo número uno del Reino de Dios es la ambición, el afán de poder, la necesidad de oprimir al otro. Recordad las palabras de Jesús: “no podéis servir a Dios y al dinero”. La praxis de Jesús es su vida diaria, es el único camino para entender las bienaventuranzas. El Reino de Dios es el ámbito del amor, pero para llegar a ese nivel, hay que ir más allá de la justicia. Mientras no haya justicia, el amor es falso. “Hablar de Dios sin una verdadera virtud es pura palabrería” (Plotino) .

El evangelio nos está diciendo que toda acumulación de bienes es injusta mientras haya un solo ser humano que muera de hambre. Ya sé que no lo queremos entender. Los economistas dirán que no puede haber progreso sin acumulación de capital. Los sociólogos dirán que la organización de la sociedad sería imposible, si no hubiera alguien que mandara y alguien que obedeciera.

Lo que intentan decir las bienaventuranzas es precisamente que la sociedad tal como está hoy montada a nivel mundial es radicalmente injusta. Las bienaventuranzas nos están diciendo que otro mundo es posible. Un mundo que no esté basado en el egoísmo sino en el amor. 

¿Puede ser justo que yo esté pensando en vivir cada vez mejor, mientras millones de personas están muriendo, por no tener un puñado de arroz que llevarse a la boca? Si no quieres ser cómplice de la injusticia, escoge la pobreza.

 
DE CALIXTO (P. Gustavo Velez. mxy) (3)
 http://tejasarriba.org


…“Pobreza” es otra palabra enferma. Jesús en el Sermón de la montaña, la señala como una herramienta para labrar la felicidad de los hombres. Pero no hemos aprendido a emplearla.

Cristo nos enseña una pobreza simple y jovial, amiga de las aves y los lirios del campo, confiada alegremente en la Providencia. Una pobreza realista e industriosa, sin mucha elaboración metafísica.

En el discurso de las Bienaventuranzas, era una palabra limpia y sonora, como una campana para despertar a los hombres a orar, a trabajar todos los días, sin remordimientos ni rencores.

Pero nosotros hemos contaminado la pobreza con interminables dialécticas, la hemos mancillado con odio, la hemos privado de su capacidad de comunión, la hemos convertido en un arma para dividir a la humanidad. La hemos falseado confundiéndola con la miseria, el orgullo, la agitación, la rebeldía hacia todo y contra todo.

La pobreza ha perdido su elegancia inicial, su apellido evangélico, su simpatía, su ministerio de edificar el Reino de Dios sobre la tierra.

No vivimos la pobreza. Los que no tenemos perseguimos un ideal falsificado de persona. Nos fatigamos en busca de muchas cosas superfluas, nos acosa la envidia y no encontramos la felicidad prometida por el Señor.

Quienes gozamos de bienes vamos siempre a la defensiva. Porque olvidamos el compartir y nos tranquiliza el entregar lo que nos sobra. Tampoco de este modo alcanzamos la bienaventuranza.

El Señor nos invita a devolver a la pobreza su salud. Para que vuelva a ser atractiva, traduzca los sueños y los deseos de Dios, acerque a la gente, invite a sonreír y empuje las manos hacia el saludo y los abrazos.



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

http://betania.es

 http://prionseneglise.ca

http://feadulta.com

http://tejasarriba.org

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus.
http://all.gloria.tv/?media=101314

lunes, 24 de enero de 2011

Mensaje del papa Benedicto XVI para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA XLV JORNADA MUNDIAL
DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES
Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital

5 de junio 2011
 
Queridos hermanos y hermanas
Con ocasión de la XLV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, deseo compartir algunas reflexiones, motivadas por un fenómeno característico de nuestro tiempo: la propagación de la comunicación a través de internet. Se extiende cada vez más la opinión de que, así como la revolución industrial produjo un cambio profundo en la sociedad, por las novedades introducidas en el ciclo productivo y en la vida de los trabajadores, la amplia transformación en el campo de las comunicaciones dirige las grandes mutaciones culturales y sociales de hoy. Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar, sino la comunicación en sí misma, por lo que se puede afirmar que nos encontramos ante una vasta transformación cultural. Junto a ese modo de difundir información y conocimientos, nace un nuevo modo de aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer relaciones y construir lazos de comunión.

Se presentan a nuestro alcance objetivos hasta ahora impensables, que asombran por las posibilidades de los nuevos medios, y que a la vez exigen con creciente urgencia una seria reflexión sobre el sentido de la comunicación en la era digital. Esto se ve más claramente aún cuando nos confrontamos con las extraordinarias potencialidades de internet y la complejidad de sus aplicaciones. Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano.

Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el ámbito de intercambios personales. Se relativiza la distinción entre el productor y el consumidor de información, y la comunicación ya no se reduce a un intercambio de datos, sino que se desea compartir. Esta dinámica ha contribuido a una renovada valoración del acto de comunicar, considerado sobre todo como diálogo, intercambio, solidaridad y creación de relaciones positivas. Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia.

De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la vida. Cuanto más se participa en el espacio público digital, creado por las llamadas redes sociales, se establecen nuevas formas de relación interpersonal que inciden en la imagen que se tiene de uno mismo. Es inevitable que ello haga plantearse no sólo la pregunta sobre la calidad del propio actuar, sino también sobre la autenticidad del propio ser. La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. ¿Quién es mi “prójimo” en este nuevo mundo? ¿Existe el peligro de estar menos presentes con quien encontramos en nuestra vida cotidiana ordinaria? ¿Tenemos el peligro de caer en la dispersión, dado que nuestra atención está fragmentada y absorta en un mundo “diferente” al que vivimos? ¿Dedicamos tiempo a reflexionar críticamente sobre nuestras decisiones y a alimentar relaciones humanas que sean realmente profundas y duraderas? Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.

También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está siempre implicado en aquello que comunica. Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas, su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15).

El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento.

La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.

Con todo, deseo invitar a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana. La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10). La proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón.

La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta también en la participación masiva en las diversas redes sociales. Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás. Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas. Esta tensión espiritual típicamente humana es precisamente la que fundamenta nuestra sed de verdad y de comunión, que nos empuja a comunicarnos con integridad y honradez.

Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías. Para quienes trabajan en la comunicación, pido a Dios, por intercesión de su Patrón, san Francisco de Sales, la capacidad de ejercer su labor conscientemente y con escrupulosa profesionalidad, a la vez que imparto a todos la Bendición Apostólica.

Vaticano, 24 de enero 2011, fiesta de san Francisco de Sales. BENEDICTUS PP. XVI

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COMENTARIO


Lunes, 24 ene (RV).- «Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital». Benedicto XVI invita a poner las nuevas tecnologías al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad, testimoniando a Cristo de forma coherente, creativa y responsable, sin buscar ‘popularidad’ a toda costa y sin ‘desvirtuar’ el Evangelio. Y reitera la cita de la próxima JMJ (Jornada Mundial de la Juventud)  de Madrid.

Esta mañana, en la presentación de este Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011, se ha anunciado asimismo que en ocasión de la beatificación de Juan Pablo II se estrecharán aún más los lazos de colaboración entre la Oficina de Prensa de la Santa Sede y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, cuyo presidente destacó el comienzo de un Portal multimedial de noticias vaticanas, con el anhelo de que se pueda poner en marcha para las próximas celebraciones de Pascua de Resurrección.

En su Mensaje para la 45 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales - fechado y presentado hoy, fiesta de san Francisco de Sales – con el deseo de compartir algunas reflexiones y reconociendo la creciente urgencia de profundizar en los desafíos que se plantean, el Papa señala que si las extraordinarias potencialidades de Internet «se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del ser humano».

El Santo Padre alienta a la juventud a la búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, evitando riesgos, como refugiarse en un mundo paralelo y una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades” – se lee en el Mensaje - implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.

«El contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida». Destacando que las nuevas tecnologías son una gran oportunidad que permiten a las personas encontrarse más allá de las fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo nuevo de amistades potenciales, Benedicto XVI invita también a una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles riesgos. Estas fueron las palabras del presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio Maria Celli, que ha presentado hoy este documento pontificio:

 El Santo Padre nos invita nuevamente a reflexionar sobre lo que hoy significa comunicar, que no es solamente un problema de tecnología, sino que, una vez más, considera el aspecto humano. Y la invitación es que el hombre, en la comunicación, sea siempre más él mismo. La invitación es que el hombre sea auténtico ¿Por qué? Porque es la única manera de lograr que una comunicación no sea sólo una transmisión de comunicación, sino que sea verdaderamente una comunicación entre seres humanos.

«Puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro», afirma el Papa y destaca que «comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza (cf. 1 P 3,15)».

 El Papa este año ha subrayado también en su Mensaje qué es lo que quiere decir tener un estilo cristiano en el mundo de la comunicación, que no es solamente cuando hablamos de temáticas religiosas, sino cómo el hombre que tiene en su corazón el mensaje evangélico - por tanto que vive en comunión con el Señor Jesús – afronta la relación con los demás.
Es por esto que el Papa este año nos habla de anuncio y de proclamación. Una proclamación que se debe vivir, sin embargo, como dice el Papa en este Mensaje «con discreción y respeto». Y, por tanto, no es sólo una imposición o diría casi un anuncio comercial, sino que es una comunicación de vida.

Reiterando que «el compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos el estar muy atentos con respecto a los aspectos de este mensaje que puedan contrastar con algunas lógicas típicas de la red», Benedicto XVI señala que «hemos de tomar conciencia, sobre todo, de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá desvirtuándola. Debe transformarse en alimento cotidiano y no en atracción de un momento. La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe».

El Papa «invita a los cristianos a unirse con confianza y creatividad responsable a la red de relaciones que la era digital ha hecho posible, no simplemente para satisfacer el deseo de estar presentes, sino porque esta red es parte integrante de la vida humana». Y contribuye al desarrollo de «nuevas y más complejas formas de conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común». Pues «también en este campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan su plenitud (cf. Ef 1, 10)». El Mensaje pontificio recuerda que «la proclamación del Evangelio supone una forma de comunicación respetuosa y discreta, que incita el corazón y mueve la conciencia; una forma que evoca el estilo de Jesús resucitado cuando se hizo compañero de camino de los discípulos de Emaús (cf. Lc 24, 13-35), a quienes mediante su cercanía condujo gradualmente a la comprensión del misterio, dialogando con ellos, tratando con delicadeza que manifestaran lo que tenían en el corazón».

Los creyentes «ofrecen una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a los poderosos monopolizar las opiniones de los demás». Escribe también el Papa, que culmina su Mensaje invitando «sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el espacio digital». Y les reitera la cita de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Madrid, «cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas tecnologías».

 Yo creo que estas palabras del Papa nos invitan a todos nosotros a tomar conciencia sobre de qué forma se debe estar presentes en el mundo de la comunicación de hoy. Usted recordará que el Papa en su discurso al mundo de la cultura en Portugal, el pasado mes de mayo, tomaba conciencia de que debemos dialogar con las verdades de los demás. Y sin embargo, no debemos olvidar nuestra misión de ser anunciadores de esta verdad que hemos recibido.

BIBLIOGRAFIA:
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/messages/communications/documents/hf_ben-xvi_mes_20110124_45th-world-communications-day_sp.html
 
http://www.radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=456849
 

miércoles, 19 de enero de 2011

23 de enero del 2011: Tercer domingo del Tiempo Ordinario A





PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 8, 23b-9, 3

En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro los quebrantaste como el día de Madián.
Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL
SALMO 26

R.- EL SEÑOR ES MI LUZ Y MI SALVACIÓN

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R.-

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por todos los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R.-

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R.-

SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 10-13. 17

Hermanos:
Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: “Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo.” ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pablo en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios


ALELUYA Mt, 4,23

Jesús proclamaba el Evangelio del Reino, curando las dolencias del pueblo.

EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: “País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
-- Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo:
-- Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Palabra del Señor

 1

APROXIMACION PSICOLOGICA

Yo me mudo!

El evangelio da gran cantidad de indicaciones estableciendo claramente la influencia de Juan Bautista sobre Jesús. Y en su evangelio Mateo  nos da a entender que  es el arresto  de Juan lo que habría empujado  Jesús a tomar la decisión de coger la batuta (asumir su misión), retomando textualmente- al  menos en los inicios- el mensaje de Juan.

Las cosas no son tan simples, ya que Mateo se inspira acá en Marcos, y sabemos que Marcos no ve la relación de causa –efecto entre el arresto de Juan Bautista  y el comienzo del compromiso de Jesús. Lo que Marcos quiere hacer comprender, es que con la partida de Juan, la página se voltea o pasa  y que es la hora para Jesús de entrar en escena.

Algo   muy cierto  en  todo caso es que  para que Jesús  “abandonara Nazaret y viniera habitar a Cafarnaúm», debió ocurrir  cualquier cosa.  Pero qué? Probablemente una combinación de los siguientes factores, que tomados de manera aislada, restan hipotéticos:
1.    
La atracción que ejerce la libertad y los desafíos de la ciudad sobre un provinciano (pueblerino) a quien los límites de su pequeño pueblo comienzan a  serle insoportables o rutinarios.

2.     La madurez de una fe que ahora intenta ir hasta el final de sus interrogantes  y que ha escuchado un llamado a un compromiso.
3.     
 La insatisfacción de un carpintero que aspira llegar a ser constructor (ebanista) , hacedor de hombres, todo como Él llamara después a otros para convertirse en  pescadores de hombres.

4.     La irrupción (entrada)  del Espíritu de Dios en la vida de un hombre hasta ahora despreocupado, acomodado, satisfecho, como ocurre tantas veces con los profetas.

5.     Influenciado por Juan , quien ha trabajado por su supervivencia  y vive en la espera de Dios, Jesús decide ir a recibir el bautismo de Juan y poco tiempo después decide dejar todo para ir a la ciudad.

Aquel  Jesús que enseguida debía invitar a otros a “dejarlo todo para seguirle”, comienza  entonces por comprometerse él mismo en esta experiencia de ruptura. Él se establece en una ciudad cosmopolita, lejos de la seguridad de su pueblo, entre personas que no comparten, necesariamente su fe.

Jesús no tiene ni trabajo ni amigos. Pero sobretodo, no tiene  probablemente ideas muy claras sobre su futuro. Si se excluye el mesianismo político, él no es nada, no tiene ninguna identidad social, ningún puerto de anclaje, contrariamente a los zorros y a las aves que “tienen madrigueras y nidos” (Mt 8,20).

He aquí el desafío que acepta Jesús, al decidir de mudarse a la gran ciudad . Esperar no solamente en Dios su futuro sino también su presente.

Pues llega el día donde el ambiente familiar no es  suficiente para contener  lo que se lleva dentro, cuando es necesario consentir (permitir) rupturas amenazantes (arriesgadas) con su universo familiar. Uno no sabe a dónde llevara eso, pero el descubrimiento (o redescubrimiento) del sentido de su vida tiene frecuentemente ese precio.


No mas rápidos que los apóstoles!

Los relatos de vocación presentados en los 4 evangelios son deliberadamente simplificados (reducidos) a lo esencial.  Lo que los evangelistas quieren enseñarnos a la vez, es  la fuerza de atracción de Jesús  y el carácter ejemplar  de la respuesta suscitada por su llamado.

Se puede ser  un poco más explícito en esta experiencia profunda? “Yo los haré pescadores de hombres” (cf. Mt 4,19). Un día , si ustedes me siguen, su dinamismo interior será orientado hacia las personas y ya no más hacia las cosas. Un día, lo más importante para ustedes no será ya ganarse la vida, sino servir a la vida. Un día ustedes llegarán a ser sensibles a las necesidades profundas de las personas, y ustedes los evangelizarán, es decir, ustedes les comunicarán una buena noticia, ustedes los volverán más sensibles al hecho  (al entendimiento) de que su vida  (de ellos) tiene un sentido.

“Yo os haré”. Es importante de destacar el futuro acá. Jesús no dice: vengan, todo es claro para ustedes ahora, ustedes son pescadores de hombres. No. Todo lo que Él hace, es dejar entrever a estos hombres que si deciden frecuentarle, seguirle, ellos llegaran  de manera progresiva a descubrir un género (tipo, manera)  de compromiso que movilizara todas sus energías, que dará un sentido (una razón) a toda su vida.

Esto nos permite  que concluyamos mejor el sentido evangélico de la vocación del cristiano. La vocación no es una misión ya del todo hecha y que se recibe del exterior, como si Dios se divirtiera enviándonos telegramas. Pero ella no  es, a la inversa , una iniciativa que uno decide tomar una buena  mañana, por un deseo de cambio, o todavía un objetivo que uno se asigne a sí mismo , al término de un análisis lógico.

A pesar  de lo que se arriesga de  retener (aprender)  cuando se hace el intento de resumirla en tres palabras, la vocación es siempre un largo proceso. Es el consentimiento de ponerse en búsqueda de su verdad. Es el lento descubrimiento de su camino. Es la enérgica y valiente exploración, el discernimiento paciente hacia la manera  única, existente entre miles,  que   dará un sentido a su vida.

Y los discípulos no escaparán de sus lentitudes necesarias. Al término de  su ruta (caminar) con ellos, Jesús estará todavía en la tarea de llamarles!   Todavía  insistirá en la tarea  de sensibilizarlos sobre lo que ellos son, sobre lo que ellos llevan. Él les dejará  entender que  todavía tienen cosas para descubrir en ellos, antes de lanzarse de verdad a la acción.

Ninguno de nosotros no podría asegurar que es cristiano por pretender conocer con facilidad su vocación, por decidir con antelación cuál será su camino. Si bien es cierto que  todos somos discípulos  del mismo Jesús y en marcha hacia el mismo Padre, la vocación es diferente para cada uno.

Aceptar este hecho y consentir  ponerse en búsqueda de su propia verdad, es decir ya  SI a Dios.

2

Jesús deja Nazaret y se viene a vivir a Cafarnaúm

En el evangelio de hoy, Jesús viene para establecerse en Cafarnaúm, en Galilea, en el territorio de Zabulón y Neftalí e inaugura su misión en el mundo.

La “Galilea” era una provincia donde se relacionaban personas de numerosas razas y variados grupos étnicos, un país abierto, una ruta de caravanas. Jesús decide habitar en esta región del Norte, abierta a todas las influencias, y no en Judea, en tierra sagrada, o en Jerusalén, la ciudad santa. En Cafarnaúm, tres rutas importantes se encontraban. La ruta del mar provenía de Egipto y al interior de la ciudad, esta ruta comercial se dividía en dos, la una se dirigía hacia Damas en Siria y la otra hacia Tiro y Sidón, sobre la rivera del Mediterráneo. Era un Carrefour internacional.

Irse a vivir en esta ciudad fronteriza, después de 30 años de vida tranquila en Nazaret, era como pasar de nuestros pequeños pueblos de los años 70s a las grandes ciudades de hoy  ofreciendo la novedad, la turbulencia, el pluralismo y la inseguridad de los años  del siglo XXI.

En Cafarnaúm, Jesús comienza su predicación con el mismo mensaje de Juan Bautista: “Conviértanse” (Mt 3,2). Y cuando Jesús será crucificado, Pedro a su turno retomará este mismo mensaje (Hechos 2,38). “Conviértanse”  cambien su visión del mundo.

Convertirse es aceptar el proyecto de Dios y ofrecer nuestra colaboración en esta nueva visión.

Cada una de nuestras celebraciones litúrgicas dominicales comienza con una oración de conversión. El rito penitencial no es un gesto ornamental,  es indispensable para que la oración de la comunidad sea la oración de Cristo. Sin conversión, nuestras liturgias serian folclóricas. La vida es un don que Dios nos hace. Lo que hacemos de nuestra vida es un don que hacemos a Dios.

Dios ha enviado su hijo para proponernos una visión nueva, una esperanza plena de futuro. Jesús sabe que para cambiar el mundo, es necesario que las personas cambien su vida. “El Reino de Dios está cerca” y cada uno puede acceder a él convirtiéndose.
Es verdad que nuestro mundo está lleno de injusticias, de abusos de poder, de violencia. 

Todos los días las noticias a través de  los medios, nos recuerdan que a menudo los sistemas judiciales están al servicio de los ricos y de aquellos que detentan el poder; que la medicina es regida por las compañías farmacéuticas; que las empresas y grupos (de mercado negro) de armamentos provocan guerras un poco por todo el mundo con el fin de probar sus armas y de vender sus juguetes o instrumentos de violencia y de muerte.

Todo ellos es el resultado de la falla moral y espiritual de nuestro mundo  vamos! demasiado humano! El pecado de los individuos corrompe la sociedad, ya que los problemas vienen necesariamente de los individuos que la componen. Jesús comprendió rápidamente eso, y es por ello que El nos invita a cambiar el mundo alrededor de nosotros, cambiando nosotros mismos: “cambien su vida y crean en la Buena Noticia (el evangelio) ”.

Cuando Jesús invita a sus discípulos a convertirse y « seguirle », el los “llama” no en el marco de una fiesta religiosa o una actividad espiritual, sino en el corazón de su vida cotidiana, en pleno trabajo profesional!  Levi está en su oficina de publicano (colector de impuestos para el imperio romano invasor) , otros están cerca de sus redes de pesca. Jesús los encuentra en lo cotidiano. Este llamado se dirige hoy a cada uno de nosotros en nuestra vida de todos los días. 

La respuesta a la invitación de Jesús está ligada al verbo “dejar”. Ellos dejaron sus redes, su trabajo, su familia, para seguir a Cristo. Hay siempre una renuncia un alejamiento, un cambio que acompaña la conversión. Pero no se trata de “dejar” por “dejar”. El discípulo no es alguien que renuncie a cualquier cosa, es aquel que ha encontrado alguien. Él está invitado a confiar, a establecer una relación personal con Cristo.

Trabajar por el Reino de Dios no quiere decir proselitismo y tratar de convertir a los demás. Es “aceptar de convertirse uno mismo”. Nuestra sociedad no se mejorará profundamente al menos que cambiemos de dirección, acercándonos  a lo que Dios desea para nosotros, en nuestra familia, en nuestra parroquia, en nuestro trabajo. 

Nosotros debemos llegar a ser los ojos, las manos y el corazón de Dios en nuestro mundo. Santa Teresa de Ávila  decía: “Cristo no tiene  otro cuerpo acá abajo  más que el nuestro”. Es a través de nuestros ojos que Cristo mira el mundo con compasión, es a través de nuestros pies que Él va a visitar aquellos que están en la necesidad, es por medio de nuestras manos como El bendice y consuela aquellos que sufren”. “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.


3

DE SERVICIOS BIBLICOS KOINONIA

Es sabido que la liturgia católica está pendiente de una reforma sustancial, y la necesidad de reordenar la elección de los textos conforme a criterios nuevos y sobre todo explícitos no es la menor de ellas. La incorporación de la segunda lectura a la temática unitaria (en vez de que campe siempre por sus fueros propios), y la posibilidad de que sean varios los ordenamientos litúrgicos de los textos, según objetivos y necesidades distintas, a escoger según variables diversas, serían otras tantas posibilidades. Mientras, es bueno saber que la liturgia no «es» así, sino que la tenemos así a la espera de que llegue un momento más propicio para reactivar las tantas cosas que en la Iglesia católica están detenidas o en hibernación, a la espera de otra coyuntura.



La primera lectura parece haber sido escogido estrictamente por coincidir con la tercera lectura en una alusión geográfica a la zona de Zabulón y Neftalí, zona limítrofe de Israel en la que Jesús se vino a establecer. La segunda -como hemos dicho que sucede casi siempre- va por sus caminos propios, siendo puramente aleatorio que alguna vez encaje con el mensaje de las otras dos. Diríamos que el evangelio de hoy -dada la altura a la que estamos en el año litúrgico- se adecua bien a la altura que correspondería dentro de la vida de Jesús siguiendo un criterio simplemente cronológico: el inicio de su actividad pública, el comienzo del despliegue de lo que será el Jesús predicador del Reino en su plenitud.


Son bastantes los detalles que merecen comentario en este evangelio.


-Jesús comienza su actividad tomando como referencia los signos de los tiempos. Al menos el evangelista hace notar que no empezó Jesús sin más cuando quiso, sino al ver que habían encarcelado a Juan. Jesús reacciona ante los hechos de la historia que le rodea. No viene a cumplir una misión ya programada previamente y que ha de llevarse a cabo con indiferencia «pase lo que pase».


-Jesús «fue a vivir» a Cafarnaúm. Algunos exegetas (Nolan por ejemplo) hacen notar que «se estableció» allí, y que, probablemente, la que varias veces en los evangelios se cita como «su casa» sería casa no de Pedro, sino de Jesús... No hay seguridad, pero no es improbable. Una duda sobre esa imagen tan fácil que nos hemos hecho del Jesús evangelizador itinerante.


-El contenido de lo que sería la «primera predicación» de Jesús, o, más bien, la tónica dominante de la predicación de Jesús: la venida del Reinado de Dios, como buena noticia que invita al cambio... Hoy ya esto lo saben los niños en la catequesis parroquial, cuando hace cuarenta años lo ignoraban todos los cristianos adultos, incluidos los predicadores: que el centro de la predicación de Jesús fue el «Reinado de Dios», un concepto entre medianista y escatológico... O sea: que Jesús no fue un predicador doctrinal teórico, ni un maestro de sabiduría religiosa, ni un asceta... sino un profeta dominado por la urgencia de una pasión, la pasión por el Reinado de Dios que él creía inminente...


-No era sólo un anuncio, sino una con-moción: Jesús anunciaba para empujar al cambio, para animar la esperanza en el cambio que Dios mismo estaba a punto de empujar... Por eso, su anuncio era para la conversión: «cambien su vida y su corazón porque el Reino de los Cielos se ha acercado», traduce la Biblia Latinoamericana.


-Aquí hay una doble dirección: hay que cambiar (convertirse) «porque» viene el Reinado de Dios, y, también, hay que cambiar «para que» venga, para hacer posible que venga, porque cambiando, en nuestro cambiar, ya está viniendo ese Reinado... Son las dos dimensiones: activa y pasiva, receptiva y provocativa, de contemplación y de lucha... sin unilateralismos.


-El carácter concreto del tipo de praxis que Jesús adopta, que no es la de transformar la sociedad él mismo directamente, con sus propias prácticas, no es la de afrontar directamente la tarea, sino la de enrolar a otros, convencer a otros para sumarse a la tarea, y para ello, dedicarse a desbloquear las mentes, a iluminar los corazones, abrir la visión de los demás... para que puedan incorporarse a la transformación de la sociedad. Si se nos permite decirlo así, Jesús, más que una práctica, asume una práctica teórica y simbólica. Él no se hace médico ni se dedica a curar a los enfermos, sino a dar la Buena Noticia, aunque salpica su predicación constantemente con «signos» de curación: «predicaba y sanaba». Teoría y práctica. Esta práctica era apoyo de aquella teoría, y la teoría no era realmente tal, sino una práctica teórica: Jesús ejercía de abridor de mentes, iluminador de corazones, generador de esperanza, transmisor de energías...


-En esa línea se puede enmarcar mejor aún lo de convertir a sus más allegados en «pescadores de personas» (no «de hombres»), lo que él mismo estaba siendo, lo que cualquier discípulo debe también ser. El expansionismo evangelizador misionero proselitista, el querer extender el cristianismo a todo el mundo haciendo tabla rasa de las demás religiones, ya no tiene lugar en una visión a la altura de los tiempos actuales. El ser realmente «evangelizador» apasionado por la Utopía del Reino (utopía que no es enemiga de las demás religiones ni pretende imponer ninguna cultura) sigue teniendo plenamente sentido.


REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
http://betania.es/

http://prionseneglise.ca/

http://cursillos.ca/

http://servicioskoinonia.org/

HETU, Jean-Luc. Les options de Jésus .

Youtube.com / pagina de videos de LECTIONAUTAS