viernes, 24 de agosto de 2007

Para los fanaticos de "La Guerra de las Galaxias"


Transcribo varios artículos de críticos de cine colombianos, y aparecidos en Semana.com sobre los 30 años de aparición de la saga de cine "La guerra de las galaxias", proximamente publicaré también mis impresiones sobre este fenómeno del séptimo arte. Disfrútenlos

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El Jedi Midas
Por Santiago Torrado

Para bien o para mal, la carrera de George Lucas está inevitablemente ligada a la saga que dio origen a uno de los más reconocidos imperios en el mundo del entretenimiento.

Durante su juventud en California, Lucas estaba interesado en las carreras de autos y soñaba con convertirse en un piloto profesional. Pero su sueño literalmente se “estrelló” contra la realidad cuando tuvo un terrible accidente a los 17 años en su Fiat Bianchina. Según cuentan, durante tres días estuvo entre la vida y la muerte. Fue en la cama de un hospital donde concibió por primera vez el concepto de “la fuerza” que articula las seis entregas de La Guerra de las galaxias.

Después del revelador accidente estudió en la Escuela de Cine y Televisión del sur de California, donde realizó una serie de cortos, entre ellos THX1138, que se convertiría en su primera película.

Ya graduado, Lucas fue cofundador del estudio American Zoetrope con su amigo Francis Ford Coppola. Tenían la esperanza de crear un ambiente liberador para los jóvenes cineastas que escapara al opresivo control de los estudios de Hollywood. Por esos años tuvo su primer éxito con American Graffiti, pero nadie imaginó lo que vendría después.

En contra de la corriente, Lucas simplemente quería contar una historia para niños; una historia de hadas y dragones en una galaxia muy, muy lejana. “Todos sabemos el desastre que hicimos con el mundo, todos sabemos lo mal que estuvimos en Vietnam. También sabemos, como señalan todas las películas hechas en los últimos diez años, como arruinamos el mundo y que idiotas somos y que corrupto es todo (...) Lo que necesitamos es algo más positivo”, aseguraba en una entrevista de la época para Rolling Stone.

Los estudios no tenían mucha fe en el proyecto. Tanto así que Lucas renegoció su salario como director a cambio de algunas concesiones en los derechos sobre las secuelas y las licencias de mercadeo. Fue el mejor negocio de su vida. Por honorarios solo ganó unos 100.000 dólares, un salario bastante modesto para la industria, pero esas condiciones le trajeron millones en ganancias. “Sigo viendo La guerra de las Galaxias como un accidente en mi carrera”, suele decir Lucas en las entrevistas.

La primera entrega de La guerra de las galaxias (que vendría a ser el episodio IV) rompió todas las leyes de la taquilla y cambió para siempre el rumbo de la carrera del cineasta californiano. El mismo Coppola lamenta que La guerra de las galaxias le haya quitado al cine norteamericano uno de sus realizadores más transgresores.

Tal como lo afirmó Ricardo Silva en SEMANA, “en 1997 Lucas era el primero en aceptar que, por cuenta del triunfo inesperado de La guerra de las galaxias, había dejado de ser el hijo que salva al universo para convertirse en el padre de aliento pesado que construye un aterrador imperio. Que, igual a su país, había dejado de ser el luminoso Luke Skywalker para transformarse en el oscuro Darth Vader.”

El éxito de Una nueva esperanza (el título de la película de 1977) le permitió a Lucas desarrollar su propio estudio, LucasFilm, la punta de lanza de ese imperio dirigido desde el legendario rancho Skywalker, cerca de San Francisco. Con 19 premios Oscar y 53 nominaciones en sus estanterías, LucasFilm se ramifica en algunas de las firmas más respetadas en sus respectivos campos.

No es gratuito que Lucas haya recibido el primer premio a la trayectoria de toda una vida de la Sociedad de Efectos Visuales este año. En este campo es considerado un pionero. El corazón tecnológico de Lucasfilms es Industrial Light and Magic (ILM), la principal casa de efectos visuales de la industria y el lugar donde se originaron muchos de los mejores conceptos aplicados al cine. ILM es responsable del robot de metal líquido en Terminator II: el juicio final, los dinosaurios de Jurassik Park y los efectos de otras reconocidas películas como Harry Potter o Piratas del Caribe. Los desarrollos tempranos de la división de investigación de gráficos por computador fueron vendidos a Steven Jobs, el cofundador de Apple, y se convirtieron en Pixar.

Skywalker sound, la subdivisión de sonido, es también una de las firmas más respetadas en su campo. Otra de las ramas es LucasArts, dedicada a los video juegos y considerada vital en la era posterior a La guerra de las galaxias. Parte de sus planes es revitalizar la franquicia de Indiana Jones, la otra gran trilogía impulsada por Lucas (en sociedad con Steven Spielberg).

La mismísima Estrella de la muerte palidece ante las astronómicas ganancias de LucasFilms. Desde su lanzamiento hace 28 años la saga ha recaudado unos 3.400 millones de dólares en taquilla.

La división de mercadeo, una de las tajadas más jugosas de la torta, está asignada a Lucas Licensing. El comercio de todo tipo de juguetes y productos ha dejado unos 9 mil millones de dólares, casi el triple de lo recaudado en taquilla. Solo en DVD’s la saga ha vendido 130 millones de copias.

La Revista Forbes calculó que la franquicia de La guerra de las galaxias había producido, en total, unos 20 mil millones de dólares (y contando) y que la fortuna de Lucas estaría en el orden de los 3 mil millones.

Lucas no sólo logró crear un imperio galáctico sino también uno bastante terrenal.


Fanáticos de La Fuerza
Por: María Fernanda Moreno

“Si eres un miembro de la religión Jedi, te conviertes al instante en un ‘Caballero Jedi’ y puedes hacer realidad tu sueño”, decía un correo electrónico enviado a miles de australianos e ingleses en 2001, cuando se aproximaban los censos en cada país.

El autor del mensaje, desconocido aún, quería que más de 10.000 personas pusieran en el formulario que pertenecían a la ‘Religión Jedi’. “Si hay suficientes personas en el país que pertenezcan a la misma religión ésta tiene que ser reconocida como una religión legal”, argumentaba en el texto.

Desafortunadamente para él, no muchos lo tomaron en serio o se amedrentaron por las acciones legales anunciadas por los gobiernos de cada país contra los que declararan pertenecer a ese credo.

Aunque no logró volverse una religión oficial, hoy el jediísmo es una secta con fieles en todo el mundo. En el Reino Unido hay 390 mil fieles registrados y censados. En Canadá, 20 mil y en Australia, 70 mil. También tienen amplia presencia en países como Estados Unidos y Francia, aunque no se sabe el número exacto.

No tienen ritos ni ceremonias litúrgicas de ningún tipo. La mayoría se reúne informalmente para intercambiar opiniones sobre la filosofía o en foros virtuales. Uno de los más visitados es http://groups.yahoo.com/group/Jedi_Knight_Movement/

Los seguidores tienen principios claros. Creen en ‘la fuerza’ presente en todos los seres humanos. “La saga de La Guerra de las Galaxias es como una religión que persigue el conocimiento sobre la naturaleza de nuestras vidas en este gran universo. Viendo cada una de las películas uno puede explorar la naturaleza del ser humano, encontrar la verdad, bondad, belleza y paz dentro de cada uno. La saga, como cualquier otro texto religioso, puede servir de inspiración y esperar que el poder del perdón pueda transformarnos en una fuerza de paz y redención capaz de enderezar al torcido”, explica shadowolf.net, uno de los tantos portales sobre el credo jedi.

Aunque los jediístas no tienen una doctrina clara, pues creen que “cada hombre siempre sabe en su conciencia lo que está bien”, sugieren que al utilizar La Fuerza, los fieles pueden alcanzar todo su potencial. “Recuerden que nuestro cerebro solo utiliza el 15 por ciento de su capacidad”, asegura un seguidor en otro portal.

La filosofía jedi, un híbrido entre el gnosticismo, budismo, hinduismo y cristianismo, también ha servido para que algunas religiones tradicionales atraigan jóvenes y les enseñen cómo aplicar los dogmas. Un ejemplo es el “Evangelio según Star Wars”, creado por el pastor presbiteriano Rusell Smith. Jeffrey Perkins, un seguidor de su iglesia, explicó recientemente al diario local Cincinnati Enquirer que La Guerra de las Galaxias es un buen ejemplo de cómo no se debe ceder ante las tentaciones y el valor del perdón. “Todo el sexto episodio, por ejemplo, gira en torno a la redención de Darth Vader. Él cayó en tentación y luego fue perdonado por su hijo”.

En todos los sermones de la iglesia de Smith se citan apartes de la película. Por ejemplo, cuando el pastor quiere resaltar la importancia de la predicación, habla de la escena en la que R2-D2 es motivado a irse al desierto para difundir el mensaje de la Princesa Leia a Obi – Wan Kenobi. Smith relaciona esto con Mateo 28:19, que dice: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Pero aclara que la película es sólo un vehículo para enseñar los preceptos cristianos.

La filosofía de Lucas
Elevar la filosofía de unos personajes ficticios a la categoría de doctrina y evangelio puede parecer extremo. Pero no lo es si se tiene en cuenta que George Lucas creó el concepto de La Fuerza (de donde sale la famosísima frase de los caballero jedi: “Que La Fuerza te acompañe”) basándose en varias religiones, como el Budismo, el Islam y el Cristianismo. Por ejemplo, en la trilogía original, Luke Skywalker es considerado el Mesías, el salvador del universo. En el episodio uno, entre tanto, se refieren a Anakin Skywalker como “el elegido”, cuyo nacimiento fue predicho.

Lucas se basó principalmente en el gnosticismo, una doctrina que cree en la posibilidad de ascender a una esfera oculta por medio del conocimiento de verdades filosóficas o religiosas. Sus seguidores aseguran tener conocimientos especiales, superiores a las personas comunes. Como los caballeros jedi, que gracias al balance entre mente y cuerpo podían tener en sus manos el destino de la galaxia.

“Cuando escribí la primera Guerra de las Galaxias, sentí la necesidad de impregnarle cosmología. ¿En qué cree la gente? Entonces tenía que hacer algo relevante, algo que imitara al sistema de creencias que ha estado presente durante miles de años”, dijo Lucas en una entrevista con la BBC.

Además quería compartir algo de su filosofía con los jóvenes. “Incluí a La Fuerza dentro de la película para concienciar a los jóvenes sobre la espiritualidad, que se preguntaran sobre el misterio. Que comenzaran su búsqueda”, dijo en otra oportunidad.

Lucas siempre ha dicho que sus películas no pueden compararse con una religión. Para demostrarlo, cada vez que puede recurre a la misma anécdota: una vez el director de El Padrino, Francis Ford Coppola, le sugirió que convirtiera la filosofía jedi en un movimiento religioso para movilizar el interés global en sus películas. “Recuerdo que me dijo: ‘con la religión se tiene poder real’. Y yo le respondí: ‘Olvídalo, no tengo ningún interés en el poder’”.

¿Será que tener a miles de personas siguiendo la filosofía creada por él no es tener poder?

Diez razones para preferir Star Trek que Star Wars
Cansado de que la gente confunda Star Trek (Viaje a las estrellas) con Star Wars (La guerra de las galaxias), el editor de la revista SoHo ofrece su personal decálogo para ser un buen trekker y no mediocre… un mediocre… a propósito, ¿alguien sabe cómo se les dice a los fanáticos de Star Wars?
Por Gustavo Gómez Córdoba


I
Porque en ninguno de los miles de planetas de Star Trek hay ewoks, esa especie de plantígrados enanos, melcochudos e hirsutos, que tienen el lamentable honor de protagonizar el Episodio VI. Nunca en Star Trek, como en Star Wars, sería relevante el espectáculo deprimente de ver a los pilotos que se acaban de jugar la vida para destruir la Estrella de la Muerte bailando con los ewoks en un bosque. Nunca.

II
Porque la traducción de Star Trek al castellano es siquiera cercana a la idea original: Viaje a las estrellas. La de Star Wars, por su parte, es imprecisa y pretenciosa: La guerra de las galaxias (¿cuáles galaxias?). Y si se intentara una juiciosa traducción, nunca estaría claro si se está haciendo referencia a una saga estelar o a un viejo programa de concurso de Saúl García: Guerra de estrellas.

III
Porque mientras el capitán James T. Kirk, de la Enterprise, se acuesta con cuanta fémina se le pasaba por delante, Luke Skywalker desaprovecha totalmente “la Fuerza”. Acaso le pasó por la mente una aventura con la princesa Leia, pero descubrió que era su hermana. Y pare de contar.

IV
Porque en Star Trek la gente civilizada, cuando se quiere matar, usa una pistola phaser, y no recurre al poco eficiente y algo cursi sistema de cortar al prójimo en pedacitos con un sable de luz.

V
Porque en Star Trek no hay robots. Apenas androides, pero todos ellos dotados de un mínimo de inteligencia artificial que les impide comportarse con la siempre evidente limitación intelectual de C3PO.

VI
Porque en Star Trek no actúa un perro de dos metros que aúlla lastimeramente cada vez que quiere comunicarse con alguien. Mejor dicho: porque en Star Trek no hay Chewbacca.

VII
Porque Star Trek comenzó con el capítulo uno y luego vinieron el dos, el tres, el cuatro, el cinco, el seis… y así sucesivamente en impecable orden numérico. Star Wars, por su parte, comenzó por el Capítulo IV y terminó tres décadas después con el Episodio III, que en realidad es el sexto y precede a la primera película. ¿Cómo es la cosa?

VIII
Porque en Star Trek, cuando a alguien se le cae algo, lo recoge con la mano y no con “la Fuerza”.

IX
Porque la premisa básica de Star Trek es que la humanidad superó la adolescencia tecnológica y practica conceptos como tolerancia y respeto. En ninguna de las películas de Star Trek puede decirse que se plantee algo parecido. La razón es simple: nadie en Star Wars es humano. No olvidemos que todo sucede “en una galaxia muy lejana…”.

X
Porque cualquier adulto puede disfrutar de un capítulo de Star Trek sin sentir, como sucede con las películas de Star Wars, que se está frente a una aventura adolescente ochentera.


C3PO Y R2D2
Por Tomás Obregón
Ochoymedio

Mi tío decía que eran la mejor pareja de la historia del cine. Mejor que el gordo y el flaco. Mejor que Terence Hill y Bud Spencer. Mejor que Walther Matthaw y Jack Lemmon. El primero, C3PO, a quien en mi barrio de los años 80 solían llamar Trespo, es un androide dorado, tipo premio Óscar, que conoce unos seis millones de dialectos de toda la galaxia: es refinado, meticuloso, amanerado, inoportuno, más bien cínico, como un mayordomo inglés en tiempos de la guerra fría, pero por alguna razón todos parecen tolerarlo. ¿Quieren saber de una vez cuál razón es esa? La comedia. Sin él, si no temiera por su vida reensamblable, si no fuera un cobarde en un universo de héroes, estaríamos ante otra leyenda enfática, pomposa, que no reconoce nuestra disposición a reirnos de cualquier cosa. Dígase lo mismo de R2D2, a quien en mi conjunto llamaron Arturito sin asomo de sarcasmos (¿quién iba a saber que los robots se llamaban con números?), una unidad R2, obstinado, valiente, irónico, necesario, un Quijote ejecutivo de la estatura equivocada, capaz de pilotear las naves más complejas y descifrar los mensajes crípticos enviados por los más importantes miembros de la resistencia contra el Imperio. C3PO y R2D2: dos robots amigos que han asistido, juntos, a la caída de un sistema planetario que parece vivir dentro de este mundo.

Yo he visto muchas siluetas en lunes o en soles en lámparas de cine. He visto al Quijote y a Sancho, hechos sombra por Picasso, mientras se van hacia el sol de La Mancha. Y he visto a E. T. y a Elliot mientras cruzan la luna de 1982. Pero tengo la sospecha de que si los viera a ellos dos, al dorado C3PO y al cilíndrico R2D2, alejarse en algún horizonte sin finales a la vista, tendría para mí la mejor imagen del cine. ¿No habría que reconocer la grandeza de una saga en donde los dos personajes más humanos son un par de robots? ¿No deberíamos aceptar, de una vez, que son ellos los narradores?, ¿que ellos son el Cide Hamete Benengeli de los manuscritos que George Lucas encontró alguna vez en un rincón de su habitación? Ellos vieron a Anakyn Skywalker convertirse en un demonio. Estuvieron ahí cuando Yoda conoció a Luke. Se pasearon por las naves del mal sin temores a la vista, como lamas que lo han visto todo, porque en el fondo sabían que de ellos dependía nuestra educación. Nuestra obsesión con La guerra de las galaxias.

YODA
Por Gregorio Sánchez
Ochoymedio

Yo le agradezco a Javier Moreno que me haya permitido hablar de Yoda, el maestro jedi, el centro de la trama de La guerra de las galaxias, en una de mis pocas incursiones en esta www.ochoymedio.info que ha cambiado tanto desde que tuve que irme del país. Se lo agradezco porque significa que los editores de la revista aún piensan en mi para las cuestiones fundamentales. ¿Quién es Yoda? Es el monje verde, minúsculo, de orejas de vampiro, que preside la junta de los Jedi. Es el pequeño monstruo de gramática enrevesada que ve el futuro mejor que nadie y educa a todos los hombres -los caballeros jedi: héroes medievales, de mesa redonda, cruzados con samuráis dispuestos a liberar a los pueblos de los opresores- que sólo pretenden que la galaxia exista como debe existir, como fue hecha. Yoda lo es todo. Es el guardián del lado claro de la fuerza. Podría hablar con las piedras, con los pantanos, con los árboles, en fin, conoce la lengua de todos los objetos que pueblan la naturaleza. Y aunque en términos de estatura me llega a mi hasta las rodillas, parece levantarse sobre la creación de George Lucas como Buda se levanta sobre el budismo. ¿Por qué no crear el yodismo? ¿Por qué los maestros siempre tienen baja estatura? Porque todos los maestros cargan con una enseñanza simple que parece imposible de comprender: el mundo, por infinito que sea, queda dentro de nosotros.

El Yoda de El imperio contraataca no es el Yoda de la nueva trilogía. Cuando lo conocimos, en mayo de 1980, era una especie de títere divertido que resultaba, al final, el momento preciso, ser un gran mentor jedi. Un ser venido a menos, arrinconado, perdido en el último planeta de la galaxia. Un héroe del pasado rechazado por su propio pueblo. Que moría, pacifícamente, en el intento de hacer más fuerte a Luke Skywalker, en el último capítulo de la serie. En La amenaza fantasma, en cambio, es un viejo firme, decidido, aún en control de sus poderes y sus responsabilidades. Es el maestro de siempre, claro, le enseña a los niños jedi a acceder a los secretos de la fuerza. Previene a Qui Gon y a Obi Wan de los desmanes de Anakyn Skywalker. Y cumple con el noble trabajo de ser aquel a quien nadie oye. De advertir sin poder evitar. Y de hacernos reír, de escena en escena, sin que le perdamos un centímetro de respeto. Yo respeto a Yoda. Si existiera, lo seguiría. Y le pediría que nos salvara a todos de tantos imperios.

DARTH VADER
Por Miguel Gualdrón
Ochoymedio

La saga llevada al cine de "La guerra de las Galaxias", que por ahora parece llegar a su fin, gira enteramente alrededor de una persona específica. Un personaje a partir del cual, como sucede con la mayoría de los caracteres geniales de la Historia, por ejemplo, es posible acercarse a toda una época que lo configura, pero a la cual, ciertamente, él mismo configura también.

George Lucas se permite en estas seis películas contar la historia de un señor llamado Darth Vader que es dos personas al mismo tiempo. En primer lugar se nos muestra al despiadado líder militar del Imperio, absolutamente envuelto en su máscara y en la maravillosa música que acompaña casi cada aparición suya en la pantalla. Pero este personaje oscuro y terrible es también un niño esclavo aficionado a la construcción de máquinas y a las carreras de naves; un niño alegre y travieso. Darth Vader es Anakin Skywalker y éste es también aquél, y es imposible entender a uno sin el otro. En ellos se encarna la idea milenaria del malo que no es tan malo en realidad, o que al menos no es malo del todo. El equilibrio del mundo, el equilibrio de la fuerza, necesita del mal tanto como del bien, y ese equilibrio, como nos lo cuentan en Episodio I, está en manos de Anakin tanto como de Darth Vader. Es únicamente en él (en ellos) en donde realmente se lleva a cabo una armonía que de otra manera sería imposible.

Es cierto que ese equilibrio pudo dejarnos un poco decepcionados. Es triste, por ejemplo, ver a Anakin, y no a Darth Vader, matando al emperador Palpatine en Episodio VI. Es triste verlo sin casco, muriendo, derrotado. El equilibrio no parece ser tan evidente cuando una de las dos partes deja de ser, un mundo sin mal o un mundo sin bien. Parece, sin embargo, que no podía ser de otra manera, al menos no por ahora. Y así, la historia de Darth Vader es más que cualquier cosa una historia de esperanza, la historia de tantos y tantos malos y buenos en la que vemos equilibrio tan sólo por un segundo, la duda en las manos del asesino. Al final, nuestro personaje mata, muere y vuelve a ser el niño que construía robots. El bien prevalece, como tiene que ser.

OBI-WAN KENOBI
Por Eugenio Chahín
Ochoymedio

Ben, como también se le conoce, es uno de los más importantes guerreros en la historia de los Jedi que, paradójicamente, brilló en el ocaso de la República y el establecimiento del Imperio oscuro. Es, de alguna manera, el personaje que logra conectar todos los episodios de Star Wars (I-VI), además de ser uno de los más queridos de la saga.

Al igual que todos los Jedi, Obi-Wan fue identificado en seguida y separado de su familia cuando era niño. Durante su juventud fue entrenado por el maestro Yoda. Al convertirse en adolescente, le fue asignado al célebre Qui-Gon Jinn. En Phantom Menace (interpretado por Ewan McGregor) adopta a un pequeño Anakien Skywalker como su padawan –haciendo su mejor esfuerzo para que el lado oscuro no lo cautive y en A New Hope (interpretado por Alec Guinness) lo aprendimos a querer cuando le muestra el uso de la fuerza Luke y se convierte en el padre que nunca tuvo.

LOS CABALLEROS JEDI
Por Alejandro Martín
Ochoymedio

Descubrimos, con Star Wars, que en una galaxia muy lejana hay unos seres muy parecidos a nosotros. Y resulta que a un tipo de esos, que se aburre en su casa como usted o yo, de repente se le presenta un viejito diciéndole que es una pieza fundamental de un grupo muy especial. De remate llegan dos robots y le proyectan un video tridimensional con una hermosa chica en apuros. Él no se la cree, pero como lo persiguen también unos enviados del mal, pues se ve obligado a seguir al señor este que le dice cosas raras. Le dice que es un Jedi. Y que eso es algo muy importante. Que son los caballeros de una orden de orígenes místicos, que hace tiempo se dedicaban a la contemplación, pero que por su cercanía con la divinidad terminaron enredándose con el poder político. Pero que lo suyo es un poder muy especial, lo suyo es La Fuerza. ¿Qué es La Fuerza? Eso toca pedirle a Miren Vitore que les explique, pero de una vez les aviso que ella está en apuros, porque eso no se puede explicar.

Entre Obi Wan Kenobi y Yoda hacen pasar a nuestro amigo (Luke Skywalker) por toda una serie de iniciaciones hasta que logran iluminarlo, hacerlo notar que lleva La Fuerza con él. Mis momentos favoritos son cuando aprende a puede combatir con los ojos cerrados con esas hermosas espadas de luz (otra de las ventajas de ser Jedi), y cuando se da cuenta que puede mover cosas con la mente (eso sí, todos estos poderes para combatir el mal, nada para hacer chistes del tipo Zapped).

Pero Luke la tenía complicada. Habia empezado tarde. Porque los Jedi tienen todo muy organizado, tremendamente organizado, y para ser Jedi tiene que ser uno primero iniciado, luego padawan, luego tiene que venir un caballero Jedi y llevárselo a uno por las galaxias a combatir y a meditar hasta que le pueden cortar una odiosa colita que le obligan a uno a mantener para convertirse, ahora sí, en caballero. Y luego, si es un verdadero duro llega a ser Maestro Jedi. Aunque por allí hemos visto pasearse alguno, el único que nosotros conocemos, y reconocemos como tal es Yoda.

Todo esto lo sabemos nosotros gracias a las nuevas y aburridas entregas protagonizadas por Anakin a quién le tocó pasar por todo este proceso, en el que el caballero Jedi que es nuestro profesor es tan cansón como todos los profesores de colegio. Y en el que la institución se siente igual de pesada y anquilosada. Quizás por eso hemos de agradecer que La Fuerza no es toda buena, y que existe "el lado oscuro", que como todo lado oscuro suena más interesante que el "lado claro" (sobre todo en la adolescencia). Hay que comparar los Jedi con los que se encuentra Luke, con aquellos a los que se ve sometido Anakin. Este se encuentra con unos tipos que, además de pasarse diciendo "frases sabias" y de sermonearlo todo el tiempo, tenían montado un consejo que ya parecía el Vaticano, lleno de niveles, de cargos y subcargos, en edificios hechos de corredores llenos de personajes intrigantes. El lado oscuro tenía que dar fin a todo eso (en una película que esperemos sea divertida) para que los Jedi descubrieran su verdadero origen. Se dejaran de tanta burocracia y volvieran a buscar esa luz interior que los guiaba.

Tristemente, rápido volvieron por las suyas. Pero bueno, estos seres tan parecidos a nosotros, por muy sabios que sean, al fin y al cabo son humanos, les encanta pelear y no pueden resistirse a las tentaciones del poder

LOS SITH
Por Eugenio Chahín
Ochoymedio

Los Sith son los ángeles caídos del universo Star Wars. Originalmente pertenecían a la orden de caballeros Jedi, pero su obsesión por el lado oscuro de -la fuerza- los llevó a ser desterrados de la República y a tener que vagar por los confines de la galaxia. Llegan al lejano planeta de Korriban, donde habita el pueblo de los Sith, famoso por su posesión de -la fuerza- y la destreza en las artes mágicas. La orden de Jedi renegados domina esta raza y la reduce, apropiándose de sus poderes y sus secretos para ponerlos al servicio de la oscuridad. Desde entonces su linaje esta ligado a ellos y es la razón por la que adoptan el nombre de Sith.

Durante siglos se les creyó extintos. La verdad es que vivían en la clandestinidad, haciéndose más fuertes y asechando el poder. Su gran regreso llega de la mano del lord Sith, Darth Sidious, que se hace pasar en el Senado bajo la forma del canciller Palpatine. Mientras gana terreno con sus tretas clandestinas, intenta seducir a los Jedi para convertirse al lado oscuro y poder tomarse la República para convertirla en Imperio.

Otros Sith históricamente importantes: Darth Maul, Shar Darhan, Naga Shadow, Freedon Nadd y, por supuesto, Darth Vader.



El último adiós a La Guerra de las Galaxias
Por Miren Vitore Magyaroff
Crítica de cine de Plan B

Después del final de El regreso del Jedi (Return of the Jedi) en 1983, cuando todos celebran la derrota del Imperio con una fiesta algo extraña en el planeta de los Ewoks, pensamos que no íbamos a volver a ver una película de La guerra de las galaxias. No porque la fiesta fuera, digámonos la verdad, ridícula, sino porque George Lucas había dicho que esa era la última película y que no iba a hacer más.

Sin embargo entre los fanáticos no era un secreto que los primeros episodios de la historia de Anakin Skywalker y sus hijos estaban escritos y por eso tenían la esperanza de que el director recapacitara y decidiera divulgarlos.

Pero Lucas no quería hacer una película más. Estaba cansado. Fueron más de 9 años, desde que FOX decidió apoyarlo después de que Universal, con la que había hecho American Graffiti en 1973, se hubiera negado. Además ya tenía otra historia por la que vivir los siguientes 10 años: Indiana Jones. Y tenía suficiente dinero para hacerla: casi 2 mil millones de dólares que la trilogía de La guerra de las galaxias había recaudado alrededor del mundo, más lo que logró ganar en productos sobre la película. Así las cosas, parecía no haber nada que convenciera a Lucas de contarnos cómo había empezado todo.

En 1997, casi 15 años después, cuando estrenó la versión en video y retocada de la trilogía, lo convencieron de que contara el principio de la historia. Lucas viendo lo que su compañía, Lucasfilms, había progresado en efectos especiales aceptó hacerlo y comenzó a trabajar en la escritura del comienzo de la historia.

Según Lucas todo estaba pensado. Es decir, los detalles de los personajes estaban escritos, aunque no las películas. Por eso debió concentrarse en lo que era verdaderamente importante: la historia de Anakin Skywalker y sus dos hijos.

Así fue como en 1999 estrenó el Episodio I: La amenaza fantasma, recaudando casi mil millones de dólares a nivel mundial. Aún así, aun con estos antecedentes, el director estaba preocupado dos semanas antes del estreno de la película que uniría las dos trilogías, La venganza del Sith (Revenge of the Sith), porque pensaba que no irían a verla. Cosa que parecía imposible porque nadie iba a perderse la trasformación de Anakin en Darth Vader, el asesinato de los Jedi, y en general la forma en la que Lucas iba a unir las dos trilogías.

Tras el estreno de La venganza del Sith en Cannes y después en todo el mundo, con casi $350 millones en taquilla, Lucas está más tranquilo porque siente que cerró con broche de oro la historia que ocupó casi 30 años de su vida.

Hoy, 22 años después del estreno de El regreso del Jedi, siente lo mismo que ese día: un verdadero alivio de que todo haya terminado y la seguridad de que aquí se acabó la historia de La guerra de las galaxias, que no hay más episodios escritos y que se dedicará a hacer nuevas películas.



Apocalípsis de las galaxias
Por Manuel Kalmanovitz G.

¿A quién podemos culpar por estas Guerras de las galaxias que por fin llegan a su fin? ¿Fue George Lucas y su visión simplista y rimbombante, sus fantasías de pompa llevadas al extremo, el culpable, como obsesivo del control total, de estas seis películas y todo lo que las rodea? ¿Fue la 20th Century Fox y la forma en que explotó la inesperada mina de oro que les cayó del cielo (o de una lejana muy, muy lejana, no importa) en 1977?

¿O fueron los fans, los muchachos -sí, en general son muchachos a quienes se les escurren las babas, las muchachas apenas miran distanciadas ese despliegue de entusiasmo tan extrañamente dirigido- que aprendieron, como Peter Pan, a mantenerse por siempre jóvenes sin importar su edad cronológica, gastando el dinero que en otras épocas los padres guardaban bajo el colchón para educar los hijos o tapar huecos en el techo o poner agua corriente en la casa y que estos muchachos peterpanianianos se gastan en chucherías de plástico y libros de colores y espadas que hacen ruidos chistosos al ser movidas rápidamente por el aire?

La pregunta, más bien, es ¿qué había en el terreno para que La guerra de las galaxias fuera semejante éxito? Algo debía haber para que semejante fantasía tan pedestre, básicamente eunuca (a menos de que uno quiera leer algo más en tanta pelea de espadas) y sin mayor imaginación (comparado, digamos, con la riqueza del Señor de los anillos o con los mitos nórdicos y griegos en los que supuestamente está basada) se convirtiera en una especie de fenómeno natural.

Fue una ‘Tormenta Perfecta’ donde todos los factores contribuyeron a aumentar su magnitud. Sin la publicidad, el mercadeo, el público adolescente, la historia simplona y con pretensiones metafísicas y los juguetes, Las guerras de las galaxias no habría sido lo que fue (o lo que posiblemente seguirá siendo, ya anunciaron ‘planes’ para la franquicia que incluyen, pero no se limitan a, programas de televisión, libros y juegos de video).

La guerra de las galaxias es un monumento, un fenómeno natural, algo con lo que la gente calibra sus calendarios como si fuera un tornado devastador en la antigüedad o el paso de un cometa que todo el planeta puede ver y, años después, comentar. Es algo que la gente puede usar para medir su tiempo en esta tierra. “¿Te acuerdas cuando viste El imperio contraataca?”, le preguntarán a uno como hace siglos los romanos se habrán preguntado mutuamente en una conversación callejera casual, bajo un viñedo o en una taberna o a la entrada al circo, dónde estaban cuando explotó el Vesubio.

Y, hay que decirlo, tenemos el monumento que nos merecemos. Ilumina de manera perfecta el cambio en la cultura occidental ocurrido a finales del siglo XX. Para ilustrarlo basta ver las diferencias entre los actores de las primera y segunda trilogías. En la primera, los personajes tenían alguna semblanza de humanidad. La cara huraña y sonrisa irónica de Harrison Ford, la nariz ligeramente torcida de Roger Hammil, la furia contenida de Carrie Fisher, la placidez de Sir. Alec Guiness, todo eso le daba algo de sangre a esos acartonados y prosaicos diálogos de George Lucas, como mejillas sonrosadas a pellizcos.

En la segunda, ¿quién? Todos los actores parecen muñecos de plástico. Sus facciones son todas idénticas, perfectas, sin el menor interés. Los menos plásticos (Samuel L. Jackson, Jimmy Smits, Ewan McGregor) parecen en un avanzado estado catatónico, posiblemente inducido por la combinación de diálogos soporíficos con el actuar frente a una pantalla azul, del que sólo se despiertan esporádicamente, reemplazando somnolencia por relámpagos de vergüenza por la ridiculez de todo el asunto.

El cambio es diciente. Es la diferencia entre una casa de adobe, que parece producida por la tierra misma, y una casa prefabricada de cartón, práctica, cómoda, imposible de habitar a fondo. Entre gente preocupada por problemas de fondo o enmarañada en irrelevancias, entre un mundo que duda de las apariencias y otro que se rinde, boquiabierto y sin aliento, ante lo evidente.

El mundo que trajo La guerra de las galaxias es como los monstruos de las antiguas películas de terror, los monstruos que se tragaban gente y edificios y ciudades enteras, monstruos a los que comer les abría el apetito y que sólo descansaban cuando ya no quedaba en el horizonte nada más que devorar. Tal vez un mejor título para la serie habría sido Apocalípsis ahora.


La Guerra de las Galaxias es para androides
Por Juan Manuel Rodríguez Espinel

Dice Yoda que hay que renunciar a lo que nos es preciado para suprimir el temor de perderlo, y los oídos del público escuchan cual sermón de domingo las palabras de este Paulo Cohelo pintado de verde. Desconfío de las invitaciones al desprendimiento que no son gratuitas: George Lucas jamás renunciará al dinero de la taquilla.

Tal vez por ello, para contribuir a la coherencia de La venganza de los Sith, el último episodio de Star Wars, los piratas ya tienen en circulación miles de copias ilegales de la cinta. Yo, por mi parte, decidí negarme a pagar la entrada del cine. Me invitó una amiga a la que le habían regalado un tiquete, pero que no quiso ir por considerar que La guerra de las galaxias es una saga mediocre y machista (acuérdense de la Tía Beru siempre metida en la cocina).

Tenía razón mi amiga: La hermosísima Padmé (Natalie Portman) es completamente subordinada. De mujer activa y guerrera en los anteriores episodios, aquí pasa a convertirse en triste protagonista de novela, en abnegada esposa que prefiere morir antes que divorciarse del malvado Darth Vader. Además la actuación de Hayden Christensen es patética, y la de Ian McDiarmid risible, caricaturesca. De Ewan McGregor no diremos lo mismo porque desde que lo vimos en Big Fish le hemos cobrado aprecio.

Tampoco vamos a reprobar los efectos especiales. A pesar del antipático desequilibrio entre la riqueza de lo visual y la pobreza del guión, no podemos menos que aplaudir la capacidad de George Lucas y su equipo para dar vida a un mundo, a unos personajes y a una tecnología que no existen. Bueno, decir que no existen resulta una exageración, pues el ascenso de Darth Vader, marcado por el paso de la democracia a la dictadura, puede ser claramente leído como una alegoría del gobierno de George Bush. La pista para acceder a este nivel interpretativo es una frase que Darth Vader toma prestada del inquilino de la Casa Blanca: “El que no está conmigo está contra mí”.
Pero no se crea que la aversión que nos inspiran los regímenes autoritarios del momento nos tiene delirando, y que ahora leemos todo en clave política, pues hasta el mismo George Lucas ha validado esta lectura: «Cuando escribí esta historia no existía Bush. La escribí pensando en Nixon, durante Vietnam. Me interesa la historia y me llama la atención cómo terminan las democracias, por qué la gente acepta un dictador. La escribí pensando en Julio César, Napoleón y Hitler. Eso me preguntaba hace 30 años, y me sigo preguntando ahora, porque me da miedo de que siga pasando lo mismo», le dijo al diario argentino El Clarín.

Debo admitir que no esperaba encontrarme con una crítica al gobierno norteamericano, sino más bien con una apología de la guerra o con una oda nacionalista, de esas que parecen financiadas por la CIA. Siempre me había molestado que en los episodios antiguos nunca se mostrara la sangre, que la mutilación se asumiera a la ligera (a Luck Skywalker le cortan una mano pero no se inmuta pues pronto le instalan una biónica) y que en las explosiones los cuerpos no volaran en pedazos, sino que simplemente desaparecieran como por arte de magia. Esto no lo digo por morbo ni en defensa del realismo, sino porque una tal representación de la guerra coincide con la imagen aséptica y quirúrgica que los estadounidenses nos quieren vender de sus conflictos armados (recuérdese que sólo tuvimos noticia de los soldados norteamericanos mutilados en Irak, cuando Michael Moore logró burlar la seguridad de los hospitales).

Eso, sumado a la grosera moral maniquea de la serie, me tenía convencido de que La guerra de las galaxias era una fábula de derecha. No en vano Ronald Reagan denominó a la URSS como «el imperio del mal» y su proyecto de defensa recibió el nombre de «Star Wars». En este mismo sentido, no debe extrañarnos que Jason Apuzzo, redactor de un blog cultural conservador, diga que la saga remite a categorías de derecha: "A un universo moral decididamente tradicional, donde se enfrentan el bien y el mal". Y que si bien George Lucas fulmina contra Bush y la guerra de Irak, como realizador es «fundamentalmente tradicional» («Aux Etats-Unis, Star Wars envahit le commerce et la politique», Le monde 25/05/05).

Ahora bien, en un mundo polarizado en torno a la cruzada antiterrorista norteamericana, la ambigüedad política de George Lucas constituye el secreto de su triunfo económico. En efecto, la timidez de su crítica a Bush deja abierto el espacio para que los espectadores interpreten la lucha entre el bien y el mal como mejor les parezca. Sin olvidar que denunciar a Bush asegura éxitos de taquilla, como ya lo había demostrado Michael Moore con Bowling for Columbine y Fahrenheit 9/11. La estrategia comercial de Lucas me recuerda un chiste de Woody Allen donde dice que ser bisexual duplica las oportunidades de conseguir una cita el sábado por la noche.

Más o menos lo mismo intenta hacer en términos estéticos cuando afirma ante los medios de comunicación que de ahora en adelante se va a dedicar a hacer «películas independientes», justamente cuando sus detractores lo acusan de haber convertido el cine «en una tira cómica de alto presupuesto». Yo, sin embargo, no estoy en contra de las vertiginosas persecuciones espaciales ni de las coloridas batallas con armas láser, sino de que nos quieran convencer de que La venganza de los Sith es modelo acabado de belleza. Afirma un grupo de periodistas que esta película es «una obra supremaestra», que se merece un «diez» y que « es de las más hermosas que he visto en toda mi vida» («La crítica colombiana quedó descrestada con el 'Episodio III», El Tiempo 17/05/05).

Si bien cada cual es libre de opinar lo que quiera, nos parece sospechosa tanta complacencia. Pregunta mi yo malicioso, aquel que piensa con Edward Said que para el intelectual «la solidaridad jamás debe estar antes que la crítica», si, en este caso, ¿los críticos no se olvidaron de ser analíticos y de orientar a los espectadores, para dedicarse, en cambio, a hacer publicidad?

Pero supongamos por un momento que tienen razón y que, en efecto, Star Wars es una obra maestra que revolucionó la historia del cine. En ese caso habría que aclarar que dicha revolución no tuvo lugar «sobre el fondo ni sobre la forma, sino sobre los medios tecnológicos conjurados por los brujos de las salas oscuras: Lucas transformó el sonido con su estándar THX, la imagen con los efectos especiales producidos por los ordenadores de Industrial Light & Magic, y la comercialización, haciendo de los productos derivados y de los juegos de vídeo de Lucasarts, la extensión inevitable del cine popular de nuestro tiempo», según Libération. Olvidarnos de esto y decir en su lugar, como quieren algunos, que George Lucas es un nuevo Homero o un nuevo Shakespeare, y que contar una historia sin empezar desde el principio es una gran novedad, implica poner el arte por el piso, erigir los grandes presupuestos y el derroche tecnológico por modelos, y renunciar a la crítica en favor de la propaganda.
El director español Alex de la Iglesia lamenta que, en su país, muchas películas hayan sido desplazadas de las casi 700 salas donde fue proyectada Star Wars. Y vaticina que, de imponerse definitivamente la tendencia actual del mercado, las películas del futuro serán juegos de video que prescindirán del «factor humano»: sin actores, directores ni guionistas. Será un cine imperial que conquiste todos los rincones de la galaxia, y donde, al fin y al cabo, ya no «habrá espectadores, sino ejércitos de androides sin ojos, con voz metálica y estridente». (El País).


Star Wars, más que una saga
Por Andrés Ramírez Mejía

Un mes antes de estrenarse el Episodio III: la venganza de los Sith, la ola de ansiedad que generaba la exhibición de un nuevo filme de Star wars invadía lo cotidiano. En el Messenger podía ver nombres como Obi-Wan, R2-D2, Darth Vader. No me encontraba conectado con un oscuro chat de freaks cuyo sueño más íntimo era engendrar a Luke Skywalker para ser el padre del redentor de la galaxia. Los dueños de los nombres eran personas con las que había crecido, es decir mis amigos.

También me sorprendía la devoción con la que mi primo de 14 años esperaba conocer cómo Anakin Skywalker se dejaba tentar por el lado oscuro de la fuerza y se convertía en Darth Vader, que es uno de los ejes temáticos del Episodio III. Dos generaciones unidas por una película que no veían el momento de estar sentados frente a la pantalla de un cinema y que emergiera de la oscuridad, la especie de hoja de libro en donde se resume la trama del filme, mientras la emocionante música de John Williams suena o todo volumen. Definitivamente algo sorprendente.

¿Será que el señor George Lucas se puede imaginar que en un país como Colombia, en donde hay más emperadores Palpetine que Luke Skywalker´s y más Darth Vader´s que maestros Yoda, su última creación tuviera tanta acogida?

Faltaban unos 15 días para el estreno y los recuerdos sobre la saga seguían pasando por mi cabeza. Recordaba cómo uno de mis mejores amigos esperaba con ansiedad un paquete que su tía que vive en Estados Unidos estaba por enviarle. Era el 2002 y por esos días se estrenaba ¨El Ataque de los clones¨. Parecía el protagonista de ¨El Coronel no tiene quien le escriba¨ cuando esperaba su pensión. Sólo que a diferencia del personaje de García Márquez, el paquete llegó una tarde de junio. Orgulloso me enseñó su trofeo: un sable de color rojo con empuñadura gris, que aunque no tenía el sonido característico de una espada Jedi, ni su maravillosa luminosidad, poseía bastante gracia.

Después de la exhibición, puso el objeto junto a la colección de muñecos clásicos de Star Wars, entre los que se encontraban Han-Solo y la princesa Leia. El recuerdo de las figuritas me hace volver en el tiempo. El muñequito del capitán Solo hace las veces de péndulo y me lleva a mi infancia. Me encuentro en una sala de cine con mi papá dispuesto a ver el Episodio VI: El regreso del Jedi (1983). Aunque no entiendo muy bien qué es una dictadura intergaláctica, ni tengo muy claro el concepto de imperio y palabras como coalición rebelde me suenan a chino, mataría por ser un Jedi y dar un paseo en la mítica nave Halcón Milenario junto a Chewbaca y Han Solo.

Ahora estoy en el jardín de mis vecinos. Tengo el muñeco de Luke Skywalker y al frente a un amigo con la figura de Darth Vader. Aunque el castillo de He-Man no se parece en nada a la Estrella de Muerte, nuestra imaginación de niños es lo suficientemente poderosa para imaginar que un castillo de plástico tumbado en la tierra es el arma superpoderosa con la que el emperador Palpatine busca someter a todas las razas de la galaxia. Algo histórico va a suceder en nuestro juego. Luke Skywalker y su padre Darth Vader están a punto de encontrarse en el interior de La Estrella de la Muerte. Vader bajo la influencia del emperador, va a tratar de persuadir a su hijo para que, como él, se rinda al lado oscuro de la fuerza.

Faltan pocos días para el estreno mundial. El 19 de mayo está cerca. Voy a la casa de un amigo y se encuentra encerrado viendo los cinco capítulos de Star Wars. Los observo por enésima vez. Vuelvo a mi casa y en mi mesa de noche hay un R2-D2 y la edición de lujo de las primeras tres películas de la saga. Una tía me invita a almorzar y en el cuarto de su hijo menor está enmarcado el afiche promocional de ¨El ataque de los clones¨. Dos días separan a la humanidad del estreno del Episodio III de La guerra de las Galaxias. En los teatros de los Estados Unidos las filas son enormes. Lunáticos seres humanos disfrazados de los personajes del filme, hacen pensar que en cualquier momento uno de ellos podría sacar de su atuendo Jedi, una espada y cortar uno que otro brazo para ganar unos puestos en la fila. El Messenger repica, es R2-D2 preguntándome si ya tengo boletas para el estreno de la película. Le respondo que no, que prefiero ir otro día, que la gente con disfraz me pone nervioso. El día del estreno es un hit para los fanáticos más acérrimos de la cinta y por supuesto para la cuenta bancaria de George Lucas.

La euforia ha bajado un poco. Son las 9:45 y para mi fortuna el teatro está casi vacío. No está el niño de brazos que de una forma irresponsable es llevado por su padre para que con sus llantos se le tire la película a todo el mundo. Tampoco está el cabezón de la silla de adelante, que cada cierto tiempo, suele amargarle el rato al espectador de cine constante. El epílogo de la película aparece de la nada mientras el clásico tun... tun ...tun.. tun... tun... tun... tun... tun... tun... tun... tun... tun... tun.. tun.. tun... tun.... Sacude mis oídos. Por fin sabré como Anakin Skywalker fue tentado por el lado oscuro de la fuerza.

La entrañable Hermana Kathlyn

Este artículo lo escribo en homenaje a una gran madre, amiga y colega de trabajo en la misión de Camerún que acaba de dejarnos, pues ha debido entrar a su país obedeciendo a sus superiores, pues segun ellas, por la edad es conveniente que la hermana Kathlyn  entre a su casa...

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El ambiente feliz e incierto a la vez que había hecho respirar la reciente independencia de Francia[1] caracterizaba esta comunidad del sur camerunés. Corría el año 1961. Por tanto, los espíritus estaban abiertos y entusiastas dispuestos a soñar, a trabajar y a mejorar la vida común. El anhelo de crecimiento personal, el ansia de un futuro mejor para sí y para todos estaba latente.
Hombres y mujeres, todos, desde aquellos que detentaban un poder hasta el más humilde de los labriegos de aquella comunidad de Bafia [2] habían respondido al llamado a la sensibilización para mejorar la escuela, construir el centro de salud lanzada pocos años atrás , entre otras, por las Misioneras Ursulinas de Jesús, fundación francesa. Entonces, a la comunidad, ubicada en medio del follaje selvático, adornado el paisaje por las humildes casas que formaban a su vez villorrios, las religiosas hacían su aparición. Entre las 5 religiosas, recién llegada allí con sus 23 lozanos abriles se destacaba Kathlyn Roberts, de origen irlandés. Su vocación a la vida consagrada, era apenas natural, resultado o feliz consecuencia de la asunción de una religiosidad fuerte católica y muy arraigada en la historia del país verde. Allí llegaba, allí desembarcaba, sobre el lugar destinado por su congregación, con los temores propios de la juventud y la esperanza inherente del hombre o la mujer de Dios, nuestra Kathlyn.
Personalmente imagino un poco la infancia y adolescencia de Kathlyn y me digo que debió ser semejante o al menos cercana a aquello que cuenta el egregio autor Frank McCourt[3] en sus dos obras autobiográficas: “Las cenizas de Ángela” y “Ajá, sí lo es”[4]. Irlandés como nuestra hermana recién estrenada en este oasis del país centroafricano, Quizás o mejor con toda seguridad su experiencia con el catolicismo no fue tan traumática como para aquel. Es muy representativa y particular aquella historia irlandesa de los años 30, dependiente de la potencia británica, una gran mayoría de la población sumida en la pobreza, y tan dividida en el aspecto de las creencias (pues católicos y protestantes no se entendían y siguen sin entenderse actualmente. Aunque hoy se hacen esfuerzos por el diálogo y la reconciliación)[5]. De otro lado el catolicismo se infundía y se pretendía transmitir sin una coherencia entre la fe y la vida. Los niños y niñas irlandeses eran prácticamente obligados a creer en un Dios que se hacía muy poco creíble en el actuar y en la vida cotidiana, sobre todo de los padres de familia, los jefes de hogar. La imagen de Dios además era la de un juez implacable, amante del castigo y o reprensión de los pecadores, y así era muy difícil configurar una adecuada fe y suscitar una vocación a la vida religiosa…
Cuando avizoré y fui consciente de todo eso, gracias al retrato de la historia de estos últimos 80 años de la Irlanda que me presentó y posibilitó McCourt en su obra, mi admiración intima creció por Kathlyn. Ella es el patente ejemplo del milagro en medio de la tormenta, de la germinación de la buena semilla en un medio familiar, social agreste, hostil. Kathlyn ha demostrado con su vida que Dios habla, invita y elige a quienes quiere porque lo quieren.
Antes de seguir adelante, debo advertir que en realidad no se mucho en concreto de los primeros años biográficos de la hermana Roberts, y que sólo son hipótesis o producto: primero de la imaginación o la intuición que genera la lectura de otra persona contemporánea suya y después los espontáneos y escasos testimonios de otras personas que han convivido y viven con ella ahora.
La verdad he querido, se me ha pasado por la mente en varias ocasiones abordarla sobre este bello tesoro existencia que guarda con tanta discreción en medio de su silencio sobre ella misma y su sorprendente modestia, pero tal vez no ha habido voluntad de mi parte, he sido tímido o quizás me he dicho que a ella no le gustaría hablar de sí misma, de su propia vida, de sus obras y “milagros”.

A la hermana Kathlyn la conocí cuatro meses después de haber arribado al Camerún, exactamente hace cuatro años en Agosto del 2003. Acababa de finalizar un año de descanso (llamado “Año sabático” [6] en el ambiente de la vida religiosa) y regresaba de su país. Fue mi compañero el padre Germán Mazo. mxy [7]quien me la presentó y desde ese primer instante pude percibir en ella ese don de gentes, esa afabilidad, esa humildad, esa sencillez, esa apertura, ese aire maternal, ese don para la escucha, esa donación sin reservas y desinterés…En una palabra Kathlyn tenía la Gracia de Dios, lo que los modernos espiritualistas llamarían “Una mujer llena del Espíritu”. Y esa impresión sería alimentada luego por mi hermano. Supe en ese momento que ella contaba ya sobre este lugar 8 años. Que había llegado procedente del sur camerunés, donde había vivido y gastado su vida durante 30 años, compartiendo el mensaje de la Buena Nueva de Jesús con los más pobres. Aquel día entonces, me impactaron además sus cabellos blancos, sus ojos verdes, los pliegues de su rostro, su delgadez y su remarcado acento inglés hablando el francés. Estaba frisando por tanto los 65 años remarcables nada más que en su aspecto físico, porque con el pasar de los días me convencí de su espíritu jovial, abierto y libre, deseoso de darse y trabajar por la gente sin melindres, ni pereza ni desidia. Otra cosa que Germán quiso remarcarme de la personalidad de Kathlyn fue su discreción, prudencia y calma. Para Germán, ella ha sido una madre, una abuela en todos los ambientes, tanto de la parroquia, del convento, de la vida de las pequeñas comunidades. Una mujer que aconseja, alienta y da esperanza, un ser que inspira confianza, a quien se le puede contar aquello ha herido o ha hecho sentir mal en lo más profundo y que exige sigilo…Kathlyn está ahí para guardar todas las cosas como María en su corazón.
A lo largo de estos 45 años de vida misionera, de testimonio del amor de Jesús, la hermana Roberts se ha esforzado por dar lo mejor de sí, animada cada día por la Eucaristía, la Meditación de la palabra y la contemplación de Dios en su vida personal, comunitaria y de trabajo.
Kathlyn es de esos misioneros de vieja guardia en etiqueta, pero quien ha entendido la necesidad de echar el vino nuevo en vasijas nuevas. Increíble en ella, es esa capacidad de apertura y comprensión de los ambientes nuevos, los retos desafiantes, los problemas que ha afrontado en esta crisis de la modernidad y los tiempos actuales que han afectado también la vida eclesial. Una capacidad de adaptación digna por tanto de loar y de imitar.
Ayer en la Parroquia de Ouzal, donde ella ha permanecido estos últimos 13 años, celebramos la eucaristía de acción de gracias por la vida, obra y testimonio de nuestra sor, con una gran representación de todas las pequeñas comunidades eclesiales de base, que respondieron a pesar de todo, pues era una eucaristía improvisada y anunciada a última hora. También a pesar de la amenaza de la lluvia, ello no impidió que un gran número de niños, jóvenes, adultos y unos cuantos viejos, vinieran para decirle “Au revoir” , Say pats ngide”[8] , “hasta la vista” al ser humano especial, a la misionera de ardiente celo, a la mujer que tanto había contribuido al bienestar integral de sus vidas.
En la homilía el padre Germán quiso hacerles redescubrir a los cristianos Mafa que si Kathlyn había venido al Camerún, ello obedecía a un designio del Dios Padre que no se olvida de sus más pequeños, los pobres. En resumen que debíamos ver en la hermana la enviada, la profetisa, el instrumento divino del cual El sabe valerse para cumplir su obra en medio de quienes lo aman y que por tanto era un ejemplo de compromiso, de trabajo anegado, testimonio para todos aquellos que continuaríamos sobre el terreno, en la parroquia (los catequistas, los responsables del desarrollo en todos los sentidos, la promoción humana, etc. ) a trabajar por la felicidad, el bienestar de las comunidades.
Al final de la Eucaristía muchas personas vinieron hasta el altar para ofrecerle o retribuirle un poco después de que ella lo había donado todo. La primera fue una mamá Mafa que le regaló una hoz fabricada localmente, símbolo del trabajo, del sudor y esfuerzo del pueblo milenario con el cual Kathlyn había convivido. Otro viejo le regalo un bolso en cuero, para decirle que llevara dentro de él como en su corazón lo mejor de la gente, los recuerdos satisfactorios, sus valores, sus enseñanzas dignas de retener.
Hubo un joven que le ofreció unas fotos tomadas con su propia cámara de los paisajes y diferentes momentos congelados sobre el papel de la vida cotidiana Mafa.
Y el regalo que a todos nos gustó, un hombre adulto que espontáneamente la revistió con un colorido y estampado enterizo que formaba flores, hojas y ramas entre el rosado y el verde…De verdad un bello vestido muy típico Mafa. A la hermana después se le vio fulgurante y bella y ataviada de esa manera se presentó para el ágape programado después de la eucaristía. La comida consistió en un arroz con carne muy sabroso cocinado por Martha, la “eterna guisandera “de la parroquia. Para todo mundo hubo “zom”[9] o sea el vino tradicional, mientras que al banquete de fiesta de despedida fueron invitados especialmente los catequistas y responsables de actividades del comité parroquial de Promoción humana.
Antes de separarnos, Kathlyn pronunció un mediano discurso, donde comenzó evocando de una manera somera la experiencia de acompañamiento en el trabajo de promoción humana y de desarrollo de las primeras comunidades allá en el sur, 20 años atrás. Mientras hablaba no dejaba ver mucho su emoción, pero los ojos en un determinado momento parecían encharcarse ante la nostalgia que da la vida vivida en el sur del Camerún y el compartir de 15 años acá en el Norte con su pueblo Mafa.
Hoy es lunes 13 de agosto cuando escribo esta semblanza. Mañana Kathlyn tomará el bus hacia el norte y luego un tren hacia el sur , mientras tanto participara en algunas reuniones, visitara posiblemente su primer lugar de misión y luego un avión la llevará de regreso a Francia, a la casa principal de su comunidad. Después ella irá quizás a Irlanda su país natal…Quien sabe. Kathlyn, a pesar de su edad (68 ) aun tenía mucha energía, fuerza y luz para continuar compartiendo con nosotros y estas comunidades del semidesierto, pero ha sido un mandato, una orden de sus superiores: Kathlyn ha de regresar ya a casa para descansar y reposarse.
Si por ella fuera, preferiría morir acá de pie como el Baobab[10], pero hay que obedecer y la entrada es inminente.
Que Dios te bendiga querida hermana Kathlyn, hago eco de los adioses pronunciado ayer en la Eucaristía. Gracias por todo lo que nos compartiste. Gracias por esos talentos y dones que nunca supiste guardar egoístamente. Gracias por tu testimonio, la Gracia y el rostro de Dios que siempre reflejaste estando con nosotros y este pueblo. Que el Señor te acompañe el resto de tus días sobre este mundo, que continúes a disfrutar de las luces del “Espíritu Paráclito, sabio y consolador”.
Nos veremos Dios lo quiera un día todavía acá sobre este valle a veces de lagrimas o sino en ese lugar más allá del Sol, donde el Buen Padre tiene tantas moradas

GUSQUI

MAROUA, Agosto 13 de 2007




P.D

KATHLYN ROBERTS Nació en un pueblito cerca de Dublín (Irlanda del Sur ) hacia el año 1939. En 1953 , con 14 años apenas y con el consentimiento de sus padres es llevada a Liverpool (Inglaterra) por las Hermanas Ursulinas de Jesús. Poco a poco va descubriendo en ella su vocación religiosa. En 1961 hace sus votos perpetuos y es enviada al Sur de Camerún, donde la comunidad había abierto la misión en 1952. Allí trabaja enseñando catequesis a los niños, trabaja por la promoción de las mujeres y realiza oficios de servicio representativos de su comunidad. Acá permanece 33 años, pues en 1995 sus superioras la envían al extremo norte del país, concretamente a la Diócesis de Maroua-Mokolo, donde los Misioneros de Yarumal, también hacemos presencia desde 1995.
Kathlyn debuta acá su trabajo compartiendo con nuestros hermanos Saúl Londoño, Amilcar Ferro y Damián Chavarría, después llegarían Germán Alonso Mazo y Gustavo Quiceno. Todos ellos aprenden de la experiencia y maneras extraordinarias de la sor irlandesa.
Entre el pueblo mafa, después de las tres décadas en el sur, Kathlyn continua sirviendo de la misma manera, con los mismos trabajos y compromisos y con las mismas ganas a pesar del paso de los años.
El domingo pasado 12 de agosto, exactamente en su cumpleaños 68 dijimos adiós a la sor tan ejemplar, humana y espiritual. Buena ruta, buen viaje Kathlyn. Que Dios te bendiga.



[1] En efecto la independencia de Camerun con respecto al país de la Francia se dio el 1º de enero de 1960.
[2] Nombre de la Diócesis , primer lugar de trabajo de la comunidad de las Ursulinas de Jesús en Camerún.
[3] Escritor y profesor criado en Irlanda del Sur, nacido en Brooklyn (New Cork) en 1930.
[4] Por muy difícil que sea Frank McCourt ha demostrado que se puede llegar a ser escritor de fama universal con una sola obra, sin haber escrito nada con anterioridad y pasados los sesenta años. Frank McCourt simplemente ha utilizado su propia vida como argumento y su sinceridad, ternura y sentido del humor como instrumentos para calar en lo más hondo de los corazones de sus lectores.

[5] Hace poco se destacó como un hecho verdaderamente histórico el proceso de reconciliación y dialogo entre protestantes y católicos con la posibilidad de alternar el poder en el Gobierno del país.
[6] Año especial concedido por demanda a los religiosos, después de más de 10 años de servicio misionero, época propicia para descansar y estudiar.
[7] Presente en el Camerun desde hace 10 años, llegó en octubre del 97.
[8] Traducción para saludo de despedida en francés y en la lengua local mafa, respectivamente.
[9] Nombre en la lengua mafa para el vino tradicional hecho a base de mijo.
[10] Árbol considerado un icono sagrado en el África.

martes, 24 de julio de 2007

EL IMEY EN MI HISTORIA PERSONAL



El pasado 3 de julio el IMEY celebró sus 80 años de fundación. Pero qué es el IMEY? preguntarán mis desprevenidos, olvidadizos y entretenidos familiares y amigos que me leen regularmente. Pues sí, IMEY significa Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal. Es mi comunidad religiosa, la congregación que me tiene en este otro lado del mundo[1]. También el IMEY es conocido simplemente como Seminario de Misiones de Yarumal o también para que de pronto de despierten las viejas polémicas sobre nuestra identidad, Misioneros Javerianos de Yarumal, o aun también somos conocidos simplemente con el nombre de Misioneros de Yarumal. Orgullosamente colombiano, mi Instituto, nuestro Instituto fue fundado en 1927 en Yarumal (Antioquia) por el Obispo oriundo de Don Matías, municipio del mismo departamento, Monseñor Miguel Ángel Builes.

Con este último nombre apareció en mi vida esta Empresa de Dios. Corría el año 1987 y yo cursaba mi sexto de Bachillerato o undécimo como se llamaba ya por la época. Aquel año, por los días de cuaresma y semana santa, vendría por la segunda o tercera vez a Marquetalia, uno de los sacerdotes del IMEY . El padre venía a buscar posibles candidatos para engrosar las filas de su congregación, en vísperas de la celebración también de su cumpleaños 60. Fue así como el religioso sin sotana ni nada por el estilo, gracias a la amistad con mi madre asidua a la parroquia, se apareció en la fiesta de mi cumpleaños 18 y de repente me preguntó si me gustaría hacerme misionero. Yo estaba a punto de obtener mi cartón de maestro o bachiller pedagógico en la Normal La Candelaria y aquello llamaba la atención del padre Damián Chavarría, como se llama y quien hoy trabaja en Medellín. Ver que tenía inclinación por un trabajo social de interrelación con la comunidad, sobre todo con infantes escolares, le hizo pensar que yo sería un buen candidato para ser misionero e ir al seminario. Bien, al principio hice como si nada, recuerdo que cualquier cosa le dije para deshacerme de él y salirme de paso…La verdad hacía años había desaparecido en mí la idea de ser sacerdote. Porque de hecho la había tenido en mi infancia, pero ahora no, aquella idea o posibilidad era remota.

Lo cierto es que el religioso siguió insistiendo haciendo llamadas a mi casa y enviándome una carta de invitación para venir a una convivencia o reunión de jóvenes candidatos al seminario en Medellín del 1 al 5 de julio de aquel 1987, en el marco de la celebración de los 60 años del IMEY. Recuerdo que por esos días de vacaciones escolares se había programado dizque “un campamento científico” en el Colegio Agrícola de Santa Elena de mi localidad, acontecimiento que posibilitaba la integración de estudiantes de los tres colegios del pueblo con otros venidos de municipios vecinos. La verdad yo quería asistir a tal evento, más con el animo de divertirme que por el interés científico…No se como resulté diciendo no al campamento y si a mi madre Maria Nelly (q.e.pd) para ese viaje a Medellín. Porque la verdad era ella, mi madre la más inquieta e interesada por el viaje. De todas maneras supe más tarde que entre sus razones, la principal era su sueño de ver a su hijo convertido en sacerdote, y aparte de darse un paseo y de paso conocer la capital de la montaña.

Yo acepté con una agenda encubierta, es decir motivado más por otras cosas que por el encuentro en sí. En primer lugar era también para mí la posibilidad de conocer a Medellín, ciudad mítica y misteriosa, atrayente en aquellos años. Evoco, que había una publicidad agresiva sobre la capital de Antioquia, pues por la tv , la radio y los medios escritos se invitaba a la gente a amar a Medellín, a visitarla…Poco después comprendería la razón de tal insistencia: Medellín era la ciudad más violenta del país en ese momento, con una gran cuota de inseguridad y de muertes violentas, en suma también la suciedad del río que la atravesaba y llevaba el mismo nombre , la hacían ver como una ciudad poco agradable para el turismo…He aquí el estribillo de la canción que acompañada con imágenes en la TV, invitaba a fijar los ojos en la capital de la eterna primavera:


La ciudad donde nací y con mis amigos crecí,
La ciudad que es de mis hijos,
Donde vivo y trabajo por ti.
Medellín crece contigo,
Su progreso es para todos.

Caras alegres bajo la lluvia,
Niños felices cerca del sol,
Y en sus calles, en sus plazas en sus parques
Donde pasas siempre está el amor.

Lindas mujeres que son ejemplo,
Hombres honestos que trabajan con tesón.
Ama a Colombia, cree en Antioquia
Y el futuro así será mejor…

Depende también de ti,
Darle amor a Medellín
QUIERA A MEDELLIN.

Así en el inconsciente colectivo se había creado ese mito “Medellín” y era raro quien aun con miedo no sintiera deseos de visitarla algún día. Medellín para la época era de las ciudades más alejadas de Marquetalia (a mas de 8 horas en bus, cerca de 500 kms de recorrido) y por lo mismo era raro o escaso quien la buscara para emigrar, ir a trabajar o estudiar. Para qué, si las otras ciudades como Bogotá, Manizales, Ibagué, Honda y La Dorada estaban más cercanas y ofrecían mejores posibilidades?

Recuerdo que en esos días también se iniciaba la Copa América de fútbol, si mal no estoy su sede era Chile. Aquel año se destacarían los futbolistas de la Selección Colombia, sobretodo Carlos “El Pibe” Valderrama y René Higuita. Colombia al final ocuparía el tercer puesto pues en la semifinal perdería con Chile, pero le ganaría el tercer puesto a la Argentina. El campeón de ese año sería Uruguay contando en sus filas con el policía Alzamendi y a Enzo Francescolli como sus principales figuras, Chile sería Subcampeón y el Pibe Valderrama ganaría el Balón de oro como el mejor jugador del certamen.

Al llegar a Medellín sentí muchas sensaciones: admiración, temor, inquietud…Muchas preguntas surgieron en mi espíritu de joven…y era natural, pues desde que tenía uso de razón no confrontaba mis preguntas propias de la época con una realidad social tan compleja como la que veía en las calles de la Villa del Aburrá: pobreza, suciedad, contaminación, tensión… Antes había conocido Manizales, pero la capital de mi departamento no me había dado tanta posibilidad de inquietarme y admirarme como esta capital del mundo paisa.

Gracias a lo que pude percibir en menos de una semana, y para describir mis sentimientos hacia la capital de la montaña diría que las palabras claves son , curiosidad, encanto y admiración hacia sus gentes , sus sitios, Así pues, me di un tour por el seminario, y demás instalaciones de los Misioneros de Yarumal, encontré esporádicamente otros sacerdotes y seminaristas y me impactaron ciertas cosas: La acogida y sencillez tanto de los clérigos como de los “pichones de cura”. El seminario a donde posiblemente vendría tenía una gran cancha de micro-fútbol que era mi deporte favorito. La comida parecía ser siempre suculenta y abundante y en la fiesta del cumpleaños 60, la noche del 3 de julio, me impresionó la alegría, la música y ese ambiente de fiesta particular javeriano yarumaleño que por siempre admiraría, admiré y admiro aun en mi comunidad.
Así pues la primera impresión fue positiva, y ciertas ganas de venirme para el claustro religioso una vez terminara aquel año mi bachillerato, me invadieron al final del tour.

Irresoluciones, dudas vendrían en el resto del año. La decisión de qué hacer de mi vida no era diáfana. Las oscuridades post adolescentes seguían sin superar y me estaba haciendo amigo de la bebida con mis compañeros y amigos de Colegio.

En aquel momento, la verdad yo tenia cuatro caminos en mi vida como dice la conocida ranchera: “cual de los cuatro sería el mejor? Primero, después de presentar los exámenes del ICFES (las clásicas e indispensables pruebas del Estado) había escogido la carrera de literatura. Visto que mi padre quería y proponía pagarme estudios universitarios, ya había contemplado la posibilidad de ir e instalarme en Cali para estudiar la carrera literaria en la Universidad del Valle. Segundo podía bien quedarme allí en el pueblo y ayudarle a mi padre y convertirme así en su mano derecha en lo que respectaba a los negocios de compra venta de café…Tercero podía bien buscar el empleo de profesor, pues al fin y al cabo el cartón obtenido en la Normal La Candelaria, me abría las puertas, y era esa mi especialidad…Y finalmente estaba la opción del Seminario, viajar a Medellín y emprender la aventura de la formación religiosa misionera…Pero vaya que era difícil para mí tomar una decisión.

Cierto el caso, es que por los misterios de la Vida, no se si de Dios, nadie conoce sus caminos y no estaba seguro de ello en ese momento, resulté armando viaje para el Seminario tres días antes de la llegada e inscripción. La decisión tomo de golpe a mi padre que no comulgaba plenamente con esta decisión, siendo su hijo único y el mayor, él soñaba lógicamente con otras posibilidades para mí…la noticia fue de verdad Buena para mi mamá que se entusiasmó y comenzó de nuevo a animarme sin mostrar mucha euforia…Tal vez habría hablado con papá , nunca lo supe, pero sin mayores obstáculos, aparte las espontáneas lagrimas que surgen del adiós a la familia, y los inmediatos amigos y vecinos, el 31 de enero de 1988 , con una pesada maleta gris y un bolso de mano tomé el bus de Rápido Tolima que iba para Bogotá y que me dejaría dos horas después en el llamado cruce que conducía a la capital del país , al puerto de La Dorada, a Honda y a Medellín. Recuerdo que cuando el bus de colores rojo, azul y blanco inició su camino, dejando atrás poco a poco el parque y la iglesia, estaba llorando como un chiquillo. A mi lado, 10 años más mayor y cicatrizado ya de dolores que causan las despedidas , pues acababa de renunciar al magisterio después de 7 años de trabajo en el Amazonas, estaba Rubén Darío Castillo, el otro marquetón que había decidido ir al Seminario de los Misioneros de Yarumal. Darío buscaba consolarme con las palabras ya sabidas, y con el correr de las horas la tranquilidad volvió a mí…Pero sin dejar de pensar en lo desconocido que me esperaba, y en suma con muchas preguntas sobre el por qué de aquella decisión…

El primer día de seminario fue agradable e inolvidable. Darío y yo fuimos de los últimos en llegar. El Padre y los seminaristas, así como los nuevos recién llegados nos acogieron bien. Tomaron nuestras maletas y nos instalaron en las amplias habitaciones pensadas hasta para cinco personas. Recuerdo al padre formador y que se encargaría del seguimiento de los que conformaríamos el primer año, Pedro Castro, también al rector de ese año Padre Edgar Tirado, los padres Gustavo Vélez, Omer Giraldo y Libardo Castaño. Entre los compañeros que empezarían con nosotros recuerdo nítidamente a Leonardo Cruz que venia de Amalfi y le llamaban “el tigre”, parecía ser muy beato pues de su cuello pendía una gruesa cadena plateada de la que colgaba un no menos calibrado y consistente crucifijo también del mismo material. Con el paso de los días me daría cuenta que además de su fuerte devoción por la religión católica, al “Tigre” le caracterizaba un no menos admirable sentido del humor. También estaban otros dos paisas muy buenas gentes: Gilberto Monroy de Yalí y Luís Carlos Posada de Yolombó, a quien llamaríamos dos de nosotros “el primo”, por la coincidencia de tener en común el segundo apellido de Jaramillo. Este Monroy que bautizaríamos “morrocoy[2] o morrocoyo” por haber traído al seminario una tortuga de esta especie después de una correría o misión de semana santa ese mismo año, y a la que depositó entre un pequeño acuario esférico y no desamparaba, mostrando una gran afección a la hora de alimentarla y cuidarla, me dio muchas palabras de ánimo. Fue el quien la primera noche antes de acostarnos en el mismo cuarto, nos invitó a mostrarnos las fotos unos de otros y disipar así un poco la pena por el abandono del hogar, de la familia, del pueblo por la primera vez…

Pero una vez apagada la luz, bajo las sabanas y cobijas recuerdo nítidamente como el llanto silencioso volvió a apoderarse de mí y entre lágrimas y muchas reminiscencias, con una gran nostalgia, difícilmente logré conciliar el sueño. 

Después vendrían dos años más de filosofía cursados y vividos en la capital de la montaña, seguido del año de espiritualidad o noviciado en Yarumal en 1991. Primero de Teología con mi primera profesión temporal lo haría también en Medellín. Para 1993 soy destinado a realizar la experiencia del año de pastoral en Ecuador y al final, decido hacer un pare temporal en mi formación, en principio por dos años, pero se extiende a cinco…Tiempo vivido en marquetalia mi pueblo en calidad de profesor de colegio y escuela.

Amigos, el IMEY es por las cosas de la vida mi hogar ahora. Mi segundo hogar donde he aprendido lo más esencial de la vida. Donde he profundizado en el conocimiento de mi Dios y mi respectiva religión católica. Gracias al IMEY he podido aprender en la Escuela de Jesús día a día con alegría, amenidad y fraternidad hurgando en las Sagradas Escrituras. Una particular vida espiritual y un especial estilo de oración se han arraigado en mí, donde siento a Dios como padre, a Dios como Misericordia, a Dios como amor. EL IMEY me ha enseñado los valores de la vida en comunidad, me ha hecho fuerte para ser tolerante y soportar lo duro de ciertos momentos que no faltan en nuestra existencia. Han sido de una manera indirecta 20 años de la influencia de sus miembros, de su espiritualidad, de su particularidad, de su historia en mi vida. En estos 20 años he podido desarrollar mi vena literaria y musical y en el Seminario comencé a cultivar fuertemente esta inclinación por las letras y las melodías. Al interior del Seminario, a lo largo de la historia que hemos recorrido juntos, muchas frases y hechos quisiera hoy evocar en este gran acontecimiento de los 80 años del IMEY…ya que es necesario acotar que los números precisos, exactos y perfectos han coincidido en el IMEY con los momentos más importantes de mi historia. Cuando celebraba sus 60 años en 1987 lo conocí y me hizo guiños del primer amor cuando apenas estaba en la Promoción Vocacional. En 1988 en pleno primer año de mi formación filosófica me dio la oportunidad de celebrar con todos los 100 años del nacimiento de su Fundador, nuestro Padre Builes y por ende comenzar a conocerlo y amarlo y tratar de imitarlo todavía.

En 1992, cuando tuvo lugar su cumpleaños 65, cursaba mi primer año de teología , de descubrimiento más preciso y detenido de Dios.

Para su aniversario 70, en 1997, yo ya estaba oficialmente fuera pero afectivamente dentro del Seminario[3]. Así los ecos de su fiesta, me motivaron para retomar el camino que haría efectivo en 1999.
Lo que nunca esperé fue el hecho de ser ordenado en el marco de sus bodas de diamante, 5 y hasta 6 años después de mis compañeros y hermanos con los que había iniciado la aventura del seminario o del noviciado. Digo que fui un privilegiado ya que durante esta fiesta muchos signos de bendición se suscitaron y la alegría era formidable.

Y ahí no acaba aun estas maravillosas coincidencias numéricas que por lógica y hasta que Dios lo quiera y sobre esta tierra se darán, el pasado 6 de julio en plenos 80 años de vida e historia IMEY celebré gracias al sempiterno Creador mis cinco años de consagración sacerdotal misionera con mis hermanos Julio César Estupiñán, Ausberto Guerra y José María Guzmán.

Bendito sea el Señor, y aprovecho para agradecer a todos mis formadores que me han acompañado hasta el día de hoy y de quienes he recibido maravillosos rayos de luz…

Miguel Ángel Builes, mi segundo formador después de Jesús, mi otro Padre y que desde la Eternidad me ha mostrado un sacerdocio caracterizado por una contemplación y oración que se armonizan, que me recuerda que he de ser otro Cristo y que la búsqueda de la verdad y la justicia en la historia no me debe ser indiferente y que lo primero es la búsqueda constante de la Gloria de Dios en todo lo que hacemos.
Gracias mamá , a ti ahora que habitas la eternidad junto al Padre, te agradezco por haber sembrado en mí esta inquietud y haber sido tú mi primera promotora vocacional. Sin tu insistencia y apoyo no se si hubiera sido posible tantas maravillas.

Gracias a Damián Chavarría por haberme hecho esta maravillosa propuesta de la consagración en el IMEY, en la plenitud de mi ilusa y floreciente juventud.
Gracias al hoy Monseñor Edgar Tirado, quien siendo rector del Seminario en 1988 me acogió con los padres Pedro, Omer, Libardo y Gustavo. Edgar, gracias por su testimonio, usted siempre nos despertaba la inquietud y nos invitaba a la reflexión cuando en la intimidad o en ambiente comunitario nos decía: “No veo claro hermanito/hermanitos”, quizás por eso se ganó el cariñoso mote de Hermanito, con el que lo conocemos hasta el día de hoy. Además recuerdo con simpatía que a su oficina de rectoría la llamábamos, sabíamos bien por qué, “El CAI del hermanito”[4].
Gracias Padre Pedro Castro, pues además de su testimonio de sencillez, alegría y responsabilidad, su frase “Jesús fue un hombre tremendamente impactante”, desde las primeras clases de formación cristiana y otras en el Seminario calaron para siempre en mi Espíritu.
Gracias Padre Gustavo Vélez “Calixto”, por tu vida, tu amenidad a la hora de predicar el evangelio, recordarnos que el Evangelio ha de gustarse y masticarse como lo que es: una Buena Noticia. Gracias padre Gustavo, por habernos invitado en su momento a respetar el reglamento del seminario. Recuerdo que cursando el primer año de filosofía, una noche pasadas las 10, estábamos casi todos los que habitábamos el denominado apartamento No 7, allí jugando a “la Perinola”, a puerta cerrada (por miedo a los formadores) apostando unas cuantas monedas, de pronto alguien tocó decentemente la puerta y todos salieron huyendo hacia sus camas, agarrando de paso el dinero que podían, todos, menos yo que fui con espontaneidad a abrir la puerta. Me sorprendí de hecho, claro está cuando vi ante mí la alta figura del padre “Calixto”, quien mirándome fijamente a los ojos detrás de sus lentes me decía dulcemente y con voz amable: “vea hombre, usted lleva seis meses en el seminario y no sabe a qué horas es la acostada”. Ante el mal testimonio que llegaban a nuestros oídos de ciertos curas , el padre Gustavo nos solía decir: “vea hombre, mire como actúa ese curita, para que usted cuando sea sacerdote después no haga lo mismo”.
Cómo olvidar la intelectualidad y afabilidad del padre Omer Giraldo y su amor al Peñol su municipio natal, su música y su apariencia de hombre ingenuo, tanto que él mismo afirmaba : “los zurrones de los seminaristas, piensan que a mi pueden pasarme por la galleta y van a ver y si…”. Claro que hay algo de humor y exageración en la frase, disculpe padre.
Omer se ganó por unos días el apodo de “Kid pecas”, pues algún malicioso compañero pegó un papel sobre la puerta de su habitación con las dos palabrejas , después del célebre puño que Omer le propinó a un seminarista de apellido Quiñónez , luego de un caliente partido de micro…Lo inolvidable de la pequeña e insignificante anécdota fue la actitud que después tomó el Hijo del peñol, pidiéndole perdón ante la comunidad al afectado, creo que en una revisión de vida…Una verdadera muestra de humildad que por siempre me ha impactado.
El padre Libardo Castaño fue mi primer director espiritual en el seminario y cuánto le agradezco, con su ayuda pude tomar un gran y renovado impulso…Que Dios le bendiga.
Entre los mayores de aquella época qué bello ejemplo el de los padres Tulito Cadavid, Gilberto Gallo y Emilio Carvajal. El padre Tulito por ejemplo cuando nos daba clases de Antropología Filosófica mostraba en su cátedra una profunda humanidad, una admirable fe y una inmensa sabiduría. Su sentido del humor no era por menos deslumbrante y magnífico. A Tulio, si uno le ofrecía la mano para saludarle, solía contestar: “No sea lambón, vaya a lamber a otra parte”. O cuando sorprendía algún seminarista tomando café en la sala de acogida de la Casa de Emaús (residencia de los hermanos mayores) increpaba: “no venga aquí a tomarse el tinto de los viejitos, no sea descarado, para eso tienen también allá en el seminario su cafetera”. Así era Tulito cómico punzante con ironía y sarcasmo. Recuerdo también sus grandes virtudes musicales. En su cuarto de Emaús tenía un inmenso y anciano piano del cual arrancaba bellas piezas de su propia inspiración. Alguna vez, durante los minutos de descanso, yo fui afortunado con algunos otros a quienes nos condujo en su cuarto, para respirar un poco de su intimidad y timidez, y por lo tanto empaparnos de su sapiencia y poesía. Una de las cosas que hizo Tulito fue comenzar a interpretar sobre el clásico piano una melodía celeste, sin voz, siguiendo una partitura, era un pasillo que nunca olvidaré y que me conmovió al menos a mí intensamente. Una vez terminada la bella composición, nos dijo que se llamaba “Lejano azul” y que era de su propia inspiración…No se si Tulito dejaría entre su legado musical aquella linda melodía, pero en conclusión si algo aprendí y aprecié del Padre Cadavid fue su talento para la música…
El padre Gallito nos transmitió su gran devoción y amor por la Virgen María, era un Cirilo de Alejandría en aquellos días con Centro mariológico y todo, donde nos invitaba a orarle, a amarle y a pedir la intercesión de la Madre de Dios…
Admirable fue en el Padre Emilio Carvajal su coraje hasta el final y la inmensa fe con la que esperaba volverse a levantar de su silla, recuperarse de su enfermedad y reemprender la construcción de las escuelitas populares, de las cuales fue el más fuerte impulsador . En su cuarto de Emaús se le veía siempre haciendo sus rosarios para vender y ayudar con el dinero recolectado a personas necesitadas…Un misionero hasta el final, paciente, dulce, consejero…

Guillermo Bedoya, en Colombia y Ecuador nos hacía reír con sus chistes ocurrentes y a veces “descachados”…Lo bueno de él es que siempre exagera la nota…Conocedor de ciertos casos o sucesos cómicos en la historia de la comunidad, su distintivo es ese, agregar detalles para hacer reír a sus interlocutores…
Guillermo “memo” Pérez, el teólogo, el futbolista, como lo llamara en la misa de primer aniversario de resurrección su compañero y hermano el Padre Orlando Osorio. Qué capacidad de síntesis la de “memo”, las ideas sobre Dios dadas en pildoritas amenas, cortas y concisas.
Un gran agradecimiento para los padres Gonzaga García, mi maestro de espiritualidad en el noviciado 1991, y los vice-maestros alternados Juan de la Cruz Ceballos “Juanito” y el Padre Alberto Mesa, infinitas gracias por haberme conducido en ese camino de espiritualidad de conocimiento interior personal, del fundador del IMEY, de los patrones Santa Teresita del Niño Jesús y San Francisco Javier.


Gracias también al padre Jesús Emilio Osorno por haber conservado siempre las puertas abiertas para mí.
Gracias al padre Edgar Tirado por haberme acogido por segunda vez en el Instituto en 1999 después de continuas vacilaciones o indecisiones, por lo mismo mi palabra “gracias” para los padres que conformaban el Consejo General durante esa época padres Guillermo Bedoya, Jairo Guzmán, Jaime Ossa y Libardo Castaño.

En fin han sido dos épocas vividas en el IMEY, de 1987 hasta 1993 y de 1999 hasta nuestros días. El IMEY fue siempre mi destino, designio de Dios para realizar mi vida como sacerdote. Pues debo confesar que antes de ingresar por segunda vez al Instituto javeriano, hice intentos o tuve intenciones de ingresar mismo a la Diócesis de la Dorada Guaduas y por la misma falta de convicción y dudas de realizarme allí no insistí ni hice muchos esfuerzos por instalarme allá. Además en aquellos días cuando estaba en plenas conversaciones con el Obispo de aquel tiempo Monseñor Fabio Betancourt Tirado , este fue nombrado Arzobispo de Manizales y la Diócesis quedó vacante.
Después pensé que como gustaba mucho del periodismo y la formación, lo mismo la radio podía hacerme sacerdote eudista y acceder en consecuencia a la Fundación Minuto de Dios y su empresa de telecomunicaciones LUMEM 2000 en Bogotá…Pero no, no fue posible, me pusieron muchas exigencias como prolongar más años de formación y estudiar y especializarme en teología y filosofía, además eso exigía mucho dinero, y entonces decidí echarme para atrás con la idea.


Finalmente gracias a ustedes todos compañeros de recorrido comunitario y espiritual, seminaristas, hermanos y sacerdotes en estos 20 años en la casa IMEY. Cada uno de ustedes me ha enseñado algo positivo, un valor, una cualidad particular…
Gracias Dios por esta familia IMEY que no es perfecta, pero busca la perfección en ti, que se revisa, y se renueva día a día.

Durante estos días he vivido una experiencia muy especial acá en Costa de Marfil, donde he venido para participar con mi compañero de misión en Camerún, el sacerdote asociado de Bolivia Efraín Lazo, en el V encuentro Panafricano de misioneros javerianos.
Volví a ver después de varios años a Javier “el mono” Cardona que no deja de ser un hombre con gran sentido del humor. Su capacidad de hacer reír y esa capacidad que tiene de decir las verdades con jocosidad y sin ofender es una gran cualidad.
Sigamos adelante, tras los pasos de Jesús el Misionero del Padre que nos llama cada día a su mies. Demandémosle su Espíritu de Sabiduría y de Gracias para ser testigos creíbles, llenos de alegría en los distintos ambientes donde hacemos presencia hoy. Es un mundo que nos desafía a responder antes sus crisis y conflictos. El Dialogo interreligioso está por estrenarse, la vida evangélica más autentica a la manera de Jesús es un reto constante.






































[1] Escribo desde la region norte del Camerun, donde trabajo con el pueblo Mafa de cultura milenaria.
[2] Morrocoy, tortuga americana que se distribuye desde Panamá, por Sudamérica hasta Argentina y Brasil, Trinidad y otras islas caribeñas. Microsoft ® Encarta ® 2006. © 1993-2005 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[3] A finales de 1993, terminando el año de pastoral en Ecuador, decidí hacer un alto en mi formación.
[4] Centro de Atención Inmediata. Eran ancianos puestos de policía en cemento, ubicados en los barrios para velar por la seguridad ciudadana.

Carta desde Costa de Marfil

Que tal amigos...Gracias a aquellos y aquellas que se reportaron y dijeron algo sobre la resurreccion de mi abuela, Dios les bendiga. Les cuento que estoy en Costa de Marfil desde el pasado 30 de junio en la noche. El primero de Julio participe con los otros 14 hermanos sacerdotes , seminaristas y laicos en la profesion temporal dentro del IMEY de otros dos jôvenes africanos Achinard y Joel , nativos de aqui la capital marfilena Abidjan. Fue una celebracion muy especial llena de hermosos cantos, danzas con el distintivo y unico sabor africano.
Despues de la eucaristia fuimos invitados por la familia de los nuevos profesos y representantes de las autoridades del Barrio Gran Bassam, donde esta ubicado nuestro seminario aca, apra compartir una suculenta comida con mucho pique, pescado y el tipico acheque que es una masa muy rica de yuca, la cual debe ser elaborada muy meticulosa y especialmente.
El 2 d ejulio en la tarde comenzamos nuestro encuentro numero 5 del panafricano, venimos misioneros representantes de Angola, Mali, Etiopia, Kenya, Camerun y Costa de Marfil. las reuniones, reflexiones y compartir transcurrieron en un ambiente de fraternidad y profunda meditacion y oracion. La alegria propia de los javerianos se manifesto durante estos 9 dias de encuentro, pues el fin tuvo lugar el 10 de julio en la noche.
AL dia siguiente 11 de julio, algunos fuimos a Yamusukro que es la capital politica, sede del gobierno de Costa de Marfil, alli fuimos a pasear y descansar un poco despues de la semana de intenso trabajo. Alli en yamusukro tuvimos la oportunidad de ver uno de los edificios religiosos mas suntuosos y grandes del mundo entero, una replica de la Basilica de San pedro en Roma, inclusive con una cupula mas grande y una capacidad de albergue de 12000 personas. Este es un lugar de peregrinacion y oracion erigido por el presidente Bogny a finales de los 80, en homenaje a la Virgen de Nuestra Senora de la Paz. la gran intencion del presidente era agradecer a la Santa Madre de Dios por la paz , tan buscada y luchada aun en neustros dias dentro de este pais del Africa Occidental.
En efecto, la Republica de Costa de Marfil ha sufrido un conflicto desde hace varios anos, que se agravo en el 2002, cuando fueron asesinadas muchas personas y expulsados los franceses. Hoy hay la presencia de los rebeldes en la parte norte del pais y con ellos el actual presidente esta en dialogo para conseguior la paz y prepararse para unas elecciones que tendran lugar en el mes de octubre. La situacion es de relativa paz por el momento. La ciudad de Abidjan esta practicamente hacinada a causa d ela gran cantidad de gente que ha tenido que dejar sus tierras por amenazas de los grupos rebeldes...La ciudad esta muy sucia, en otrora era una linda ciudad bordeada de un limpio mar y una gran vegetacion. El centro es como cualquier ciudad de USA o Europa, lo que se admira s el coraje y los deseos de salir adelante del pueblo. En los barrios de las afueras y mas populares, Se ve mucho comercio por las calles, a cada metro se encuentra un puesto de venta de cualquier cosa : inclusive mucho vendedor ambulante al lado de los semaforos de aparatos electricos, alimentos, herramientas, ropa, etc. Las mujeres venden el acheque en bolsas listo para preparar, mani, panes, etc...
La ciudad toda es un gran mercado persa y todo el mundo lucha por ganarse la vida, mendigos hay muy pocos , lo mismo ladrones y desempleados.
Hay un exagerado control de los vehiculos que salen y entran d ela ciudad, pues se considera que se vive un momento tenso, donde cualquiera puede ser un rebelde camuflado entre los pasajeros. Nosotros quienes estamos de paso por aca, debemos andar todo el tiempo con el apsaporte en el bolsillo, listo para ser pre'sentado e identificarse en cualquier momento.
Creo que este pais se merece una suerte mejor, esperamos que con la ayuda o intervencion de otros paises que hacen presencia aca con sus fuerzas armadas, especies de cascos azules, logren consolidar la paz muy pronto. Que ojala el actual gobernador y los grupos rebeldes sienten cabeza, reflexionen bien y se pongan de acuedo sob elo fundamental, al busqueda de la justicia y la paz.
Amigos, a la final la hemos apsado bien, gracias a Dios, estos dias de conocimiento de la ciudad, de la cultura, del pais, nos sirven mucho para nuestra vida misionera.
Que Dios les bendiga, si todo va bien estare de regreso al camerun con mi hermano Efraim el proximo domingo 22 de julio.
Me encomiendo a sus oraciones,
Dios les bendiga