Joseph Ratzinger no fue muy bien acogido hace un lustro cuando fue designado como nuevo sumo pontífice.
Yo estaba en Camerún como misionero por esos dias, recuerdo. Había una gran expectativa después de la muerte de Juan Pablo II por saber quien le sucedería y cuando se confirmo el nombre del cardenal alemán hubo variadas y constantes reacciones más bien de descontento, sorpresa y cierta desidia.
Este hombre que venia de dejar el puesto de encargado de la doctrina de la fe, señalado como ultra conservador, aparentemente antipático, huraño, dogmático y fundamentalista no era bien acogido para suceder al papa viajero, jovial , actor , polifacético y deportista. Joseph Ratzinger parecía ser la anti tesis de Karol Woijtila.
Solo con el pasar de los años su imagen se fue componiendo y fue paulatinamente aceptado. Personalmente pienso como dice Leonardo Boff , este es un papa mas catedrático y profesor que pastor.
Para tener una idea amplia de lo que ha sido el primer lustro de nuestro actual papa, les comparto este articulo de la joven periodista que salio en el diario EL COLOMBIANO DE MEDELLIN este jueves 22 de abril , día de la tierra y cuando se celebra el primer lustro de Benedicto XVI en el solio de San Pedro en el Vaticano.
Carmen Elena Villa Betancourt
El primer lustro de Benedicto XVI
DIARIO EL COLOMBIANO DE MEDELLIN
No es fácil resumir en 550 palabras los cinco primeros años del pontífice actual. Joseph Ratzinger ha sabido imprimir a la Iglesia sus mejores cualidades como persona: inteligencia, sensibilidad, humanismo, firmeza y disciplina.
Antes de llegar al pontificado escribió 142 libros, una cifra sin precedentes para quien llegara a ser Papa. Sus obras logran explicar en un lenguaje muy sencillo los misterios de la fe que pueden ser entendidos en un interesante diálogo a la luz natural de la razón.
En las catequesis de los miércoles, este Papa ha querido ir a las raíces del cristianismo y traer esas reflexiones al tiempo actual. Dedicó varias audiencias a hablar de cada uno de los doce apóstoles. Luego, de los padres de la Iglesia y los pensadores cristianos de los primeros siglos.
Ha inaugurado dos años temáticos para reflexionar sobre diferentes aspectos de la fe cristiana: el Año Paulino, para conmemorar los dos mil años del nacimiento de san Pablo y el Año Sacerdotal, debido a los 150 años de la muerte de san Juan María Vianney, patrono de los párrocos y extraordinario sacerdote.
Hace tres años publicó el libro Jesús de Nazaret . En éste deja ver a Jesucristo como hijo de Dios, obediente al Padre sin perder un solo rasgo de su humanidad.
Ha sido un gran impulsor del diálogo con otros credos y de buscar puntos en común: ha visitado tres mezquitas y tres sinagogas, marcando así otro récord con sus predecesores.
Por medio de la constitución Anglicanorum coetibus , publicada en noviembre pasado, ha permitido que los anglicanos que así lo deseen, regresen a la plena comunión con la fe católica, creando ordinariatos personales donde se permitan conservar algunos aspectos de la tradición anglicana. Otro hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia.
Sus tres encíclicas han tocado puntos clave de la fe en el mundo actual:
Deus caritas est (febrero de 2006), donde define la palabra amor en todas sus manifestaciones (qué es y qué no es) para aplicarla a las realidades concretas. Spe salvi , (diciembre de 2007) en la que resalta el valor de la esperanza en la Eternidad y advierte que las estructuras humanas deben ser siempre un medio y no un fin para ello.
Y la Caritas in veritate (julio de 2009), que asegura que la caridad cristiana debe basarse en la verdad. Sólo así se alcanzará el verdadero desarrollo.
Hace un mes publicó una carta pastoral manifestando su dolor por los casos de pedofilia en algunos miembros del clero irlandés y buscando acciones que eviten que continúen estos actos vergonzosos.
Recientemente se ha destapado una cantidad de casos más en otras diócesis y que ha sometido a este Papa a injustas calumnias por parte de la prensa. (A eso me he referido en tres columnas anteriores).
Si Juan Pablo II con su carisma pudo acercar a muchas personas a la fe, creo que Benedicto XVI con su sabiduría y su fidelidad exige vivirla con seriedad.
Su personalidad es más tímida que la del Papa anterior. Sin embargo, sus audiencias públicas siguen llenando la plaza de San Pedro y cualquier sitio donde va.
Este es pues un mínimo homenaje a aquel hombre cuyas primeras palabras como Papa fueron "soy un sencillo y humilde servidor de la viña del Señor".
Antes de llegar al pontificado escribió 142 libros, una cifra sin precedentes para quien llegara a ser Papa. Sus obras logran explicar en un lenguaje muy sencillo los misterios de la fe que pueden ser entendidos en un interesante diálogo a la luz natural de la razón.
En las catequesis de los miércoles, este Papa ha querido ir a las raíces del cristianismo y traer esas reflexiones al tiempo actual. Dedicó varias audiencias a hablar de cada uno de los doce apóstoles. Luego, de los padres de la Iglesia y los pensadores cristianos de los primeros siglos.
Ha inaugurado dos años temáticos para reflexionar sobre diferentes aspectos de la fe cristiana: el Año Paulino, para conmemorar los dos mil años del nacimiento de san Pablo y el Año Sacerdotal, debido a los 150 años de la muerte de san Juan María Vianney, patrono de los párrocos y extraordinario sacerdote.
Hace tres años publicó el libro Jesús de Nazaret . En éste deja ver a Jesucristo como hijo de Dios, obediente al Padre sin perder un solo rasgo de su humanidad.
Ha sido un gran impulsor del diálogo con otros credos y de buscar puntos en común: ha visitado tres mezquitas y tres sinagogas, marcando así otro récord con sus predecesores.
Por medio de la constitución Anglicanorum coetibus , publicada en noviembre pasado, ha permitido que los anglicanos que así lo deseen, regresen a la plena comunión con la fe católica, creando ordinariatos personales donde se permitan conservar algunos aspectos de la tradición anglicana. Otro hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia.
Sus tres encíclicas han tocado puntos clave de la fe en el mundo actual:
Deus caritas est (febrero de 2006), donde define la palabra amor en todas sus manifestaciones (qué es y qué no es) para aplicarla a las realidades concretas. Spe salvi , (diciembre de 2007) en la que resalta el valor de la esperanza en la Eternidad y advierte que las estructuras humanas deben ser siempre un medio y no un fin para ello.
Y la Caritas in veritate (julio de 2009), que asegura que la caridad cristiana debe basarse en la verdad. Sólo así se alcanzará el verdadero desarrollo.
Hace un mes publicó una carta pastoral manifestando su dolor por los casos de pedofilia en algunos miembros del clero irlandés y buscando acciones que eviten que continúen estos actos vergonzosos.
Recientemente se ha destapado una cantidad de casos más en otras diócesis y que ha sometido a este Papa a injustas calumnias por parte de la prensa. (A eso me he referido en tres columnas anteriores).
Si Juan Pablo II con su carisma pudo acercar a muchas personas a la fe, creo que Benedicto XVI con su sabiduría y su fidelidad exige vivirla con seriedad.
Su personalidad es más tímida que la del Papa anterior. Sin embargo, sus audiencias públicas siguen llenando la plaza de San Pedro y cualquier sitio donde va.
Este es pues un mínimo homenaje a aquel hombre cuyas primeras palabras como Papa fueron "soy un sencillo y humilde servidor de la viña del Señor".
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Gustavo Quiceno