Antoine de Saint Exupéry,
Su archiconocido libro El principito (1943) es una fábula infantil para adultos por su significado alegórico.
Este nombre y apellido nos parecieron “raros” en algún momento de nuestra infancia y o juventud. Después nos dimos cuenta que se trataba de un gran escritor, un personaje célebre, pero sobretodo un excelente y descollante ser humano. Espiritual, sonador, ingenioso, son solo algunos de los adjetivos a aplicarle a este gran HOMBRE SUSTANTIVO.
Hoy 29 de junio se celebran 110 años de su nacimiento en Lyon (Francia), tercero entre 5 hijos de la pareja Jean de Saint-Exupéry, inspector de seguros , y de Marie Boyer de Fonscolombe.
Sus hermanos se llamaban: Maria-Madeleine, Simone, Francois y Gabrielle.
Quedaron huérfanos desde muy niños, pues su padre murió atropellado por un tren en 1904, justo cuando el pequeño “Tonio” tenía 4 años.
La madre de Antoine vive más o menos bien esta viudez prematura, pero su optimismo natural le permite hacer frente a sus obligaciones. De una sensibilidad a flor de piel, ella y Antoine son bastante unidos por el privilegio o preferencia que ella profesa a su hijo, ofreciéndole además una excelente educación, cosa difícil en esta época para una mujer madre sola. Ella transmite a su hijo adorado los valores que el conservara toda su vida: honestidad, el respeto al otro, nada de exclusivismos sociales. Mujer excepcional, ella consagra su vida, con un humanismo que Saint-Exupéry cultivara a lo largo de todos sus viajes.
A los 12 años Antoine se descubre demasiado atraído y seducido por los aviones, aprovechando que cerca de la casa de familia hay un gran aeródromo ( de Ambérieu-en-Bugey ) a donde se desplazara en bicicleta continuamente.
Cumplió el servicio militar en las Fuerzas Aéreas francesas en 1921.
Presionado por la que entonces era su prometida, dejó la aviación dedicándose a otros oficios menos peligrosos, entre ellos periodista, y descubre una nueva pasión: la escritura.
Incapaz de mantenerse lejos de los aviones en 1926 se hizo piloto comercial, volando nuevas rutas comerciales en Europa, Africa y Sudamérica.
En 1928 escribe su primera novela "Correo del Sur". En 1931 conoce en Buenos Aires a Consuelo Suncín a quien le propone enseñarle la ciudad desde el aire y, en pleno vuelo, le asegura que si no se casa con él, estrellará el avión. Ella acepta y se inicia un tormentoso matrimonio, marcado por las infidelidades de ambos y en ese año publicó su segunda novela "Vuelo Nocturno", que ganó el premio de la Academia Francesa: Grand Prinx.
Intentando batir un récord en el trayecto Nueva York-Tierra del Fuego, sufre un accidente y aprovechando la convalecencia en Nueva York, escribe su tercer libro "Tierra de hombres", en la que se entrecruzan sus recuerdos del norte de Africa y de Sudamérica como aviador.
También tienen un enorme peso las reflexiones y los recuerdos en su siguiente libro "Piloto de guerra", escrito durante la Segunda Guerra Mundial, en la que participa como piloto de las Unidades de Reconocimiento de las tropas aliadas.
Tras la invasión de Francia y la rendición del ejército galo, el escritor se exilia en Nueva York. Su casa se convierte en punto de encuentro de los intelectuales franceses expatriados y de algunos españoles como Dalí o Joan Miró. De este período norteamericano es "El Principito".
Trata de volver a incorporarse al ejercito, pero le es denegado el permiso como consecuencia de su estado de su salud, debido a la cantidad de accidentes que había tenido y a su avanzada edad para volar 43 años. Se siente desmoralizado y escribe sus dos célebres epístolas "Carta a un rehén" y "Carta al general X". También escribió su última novela "Ciudadela", que vio la luz una vez fallecido.
Después de conseguir ser readmitido en el ejército en año 1943 se incorpora a las tropas de la Francia Libre. El 31 de julio de 1944 el comandante Saint-Exupéry, antes de despegar desde Corcega en una misión de reconocimiento, dejó escrito en su mesa de trabajo: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry".
Nunca regresó. Se especuló con la posibilidad de que hubiese sido abatido por un caza enemigo, de un fallo mecánico o incluso el suicidio.
Junto con la literatura, la aviación será su gran pasión y ambas las combinara a lo largo de su vida.
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SAINT-EXUPÉRY: UN CUENTO POÉTICO EN MEDIO DE LA IRA DE LA II GUERRA MUNDIAL
¿Cómo se puede crear una obra poéticamente maravillosa bajo el estrés de la II Guerra Mundial? Se cumplen 110 años desde el nacimiento del autor de ‘El Principito’, Antoine de Saint-Exupéry, y sus propias obras ayudan a encontrar la respuesta a esta pregunta.
Durante el choque con lo nuevo hay que saber inventar, crear, para adaptarse, y los niños lo pueden hacer como nadie. En un mundo que cambia muy rápidamente ser este tipo de niño es imprescindible, porque “las personas adultas no comprenden nada por sí mismas y es agotador para nosotros, los niños, darles siempre y siempre explicaciones”. El autor de estas famosas frases cumpliría hoy 110 años. Antoine de Saint-Exupéry iniciaba su poético cuento ‘El Principito’ explicando el hecho de que la gente pierde la capacidad de ver el mundo abiertamente. Y lo ilustra con un fragmento de su niñez, cuando un joven le mostró el dibujo de un sombrero. Se trata de un sombrero desde el punto de vista de un adulto, pero en realidad es una serpiente boa que se ha tragado a un elefante.
¿Por qué la gente pierde esta visión abierta de la vida? Según los sicólogos, la vida se endurece cuando uno madura y adquiere un gran número de prejuicios y clichés. Y cuando en la vida aparecen el estrés y el miedo a lo que pueda pasar, la gente empieza a mostrar indiferencia los unos por los otros, algo que también queda reflejado en esa obra de Saint-Exupéry.
Pero en un estado de ánimo negativo, invadido por el miedo y el estrés, una persona piensa profundamente, pero también de forma más 'estrecha'. Esto ayuda durante un tiroteo, pero es muy perjudicial durante un trabajo cerebral u otra tarea creativa. Las emociones positivas, el confort, la confianza y el amor, nos llevan a un estado de percepción muy amplio de la realidad, en el que encontrarmos soluciones originales con más facilidad, destaca el sicólogo cognitivo Don Norman, clásico e ideólogo del diseño moderno.
El piloto de guerra, conocía perfectamente el lado más oscuro y duro de la vida. Pero esto no le enfureció. Una fábula aparentemente infantil, 'El Principito', publicada en el ardor de la Segunda Guerra Mundial, en 1943, y que ilustró él mismo, bastó para darlo a conocer mundialmente. ‘Piloto de guerra’ fue publicado el año anterior. Y sus obras se convirtieron en un himno al humanismo. ‘Tierra de hombres’ vio la luz tras un accidente de avión que sufrió Exupéry en Guatemala. Entonces, las condiciones, a decir verdad, no debían de ser muy cómodas para la creación y menos para una creación aceptable para un público que esperaba mucho de él. ¿Es el caso de Saint-Exupéry una excepción a la regla psicológica o sólo su capacidad de seguir siendo un niño hasta detrás de los mandos de un avión?
Su vida como escritor estuvo ligada a la aviación, su gran pasión. Ingresó en las Fuerzas Aéreas francesas en 1921 y en 1926 se hizo piloto comercial al tiempo que publicó su primer libro, 'El aviador'. El destino le llevó a vivir dos guerras. Durante la Guerra Civil en España (1936-1939) escribía los reportajes desde Madrid. Durante la II Guerra Mundial se incorporó de nuevo a las Fuerzas Aéreas y participó activamente en la lucha contra los nazis; posteriormente se adhirió a las tropas de la Francia Libre.
En 1944, durante una misión por el sur de Francia, su avión desapareció y nunca fue encontrado. El cadáver de Saint-Exupéry tampoco fue hallado, lo que envolvió su desaparición en un halo de misterio. Nadie sabe si llegó a vivir la victoria contra el fascismo. Pero para él, ese término es muy relativo. Él mismo fue un ejemplo de la victoria del espíritu y, a pesar de lo que dicen lo psicólogos sobre la necesidad de las condiciones de comodidad para la creación, demostró que esté donde esté el ser humano, el amor en su corazón es el pretexto para crear una obra, una catedral o incluso una nación.
Frases célebres de Saint Exupéry
Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.
Al primer amor se le quiere más, a los otros se les quiere mejor.
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos.
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.
Conoces lo que tu vocación pesa en ti. Y si la traicionas, es a ti a quien desfiguras; pero sabes que tu verdad se hará lentamente, porque es nacimiento de árbol y no hallazgo de una fórmula.
Uno es para siempre responsable de lo que domestica. Tu eres responsable de tu rosa.
El amor es lo único que crece cuando se reparte.
Tener un amigo no es cosa de la que pueda ufanarse todo el mundo.
Si busco en mis recuerdos los que me han dejado un sabor duradero,
si hago balance de las horas que han valido la pena, siempre me encuentro con aquellas que no me procuraron ninguna fortuna.
Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.
El fracaso fortifica a los fuertes.
La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio.
La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener.
Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
Los niños han de tener mucha tolerancia con los adultos.
El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo.
La guerra es una enfermedad como el tifus.
El avión es solamente una máquina, pero qué invento tan maravilloso, qué magnífico instrumento de análisis: nos descubre la verdadera faz de la Tierra.
La justicia es el conjunto de las normas que perpetúan un tipo humano en una civilización.
Cada mujer contiene un secreto: un acento, un gesto, un silencio.
Vigila y cuida tus amores como un pastor.
Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar ligero.
El sufrimiento es casi un amigo.
fantastico saint exupery, habre leido el principito 15 veces y siempre se saca algo nuevo.
ResponderBorrarsaludos!