miércoles, 17 de noviembre de 2010

21 de noviembre del 2010: Fiesta de Cristo Rey

INTRODUCCIÓN

Hoy se conmemora 85 años de la Fiesta de Cristo Rey del Universo. Fue instituida en 1925, bajo el Pontificado de Pío XI que venia de ver la Europa asolada y destruida durante la Primera Guerra Mundial, y  cuando sentía que lo peor estaba aun por venir.

Es en este contexto que apenas unos años después del Armisticio que este Papa publica su primera encíclica  que contiene frases de una sorprendente actualidad:

"Ni los individuos, ni la sociedad, ni los pueblos, han  todavía, después de la catástrofe de una parecida guerra,   rencontrar una verdadera paz(...) la tarea que se impone primordialmente , es la participación de los espíritus, hay muy poco para esperar de una paz artificial y exterior (...); lo que hace falta, es una paz que penetre los corazones (...)Una tal paz no sera otra que la PAZ DE CRISTO".

El Papa estaba convencido: esta paz no sera posible sino  en la medida que todos reconozcan en Jesús a Aquel  a quien es necesario imitar en el amor al prójimo.
Es a esto lo que el Papa llamo el Reino de Cristo , y lo que buscó al instituir la Fiesta de Cristo Rey.

A las puertas del 2011, hemos encontrado una verdadera paz? El llamado a dejar a Cristo ser rey de nuestras vidas resuena todavía este domingo, atrevámonos a escucharlo y a responderle con confianza!

 COMENTARIO

«ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS» 
  
 La fiesta de Cristo Rey que celebramos al final del año litúrgico, no corresponde del todo con la sensibilidad religiosa contemporánea. Todo aquello que tiene sabor triunfalista en la Iglesia es rechazado y o criticado por nuestra generación, hostil a toda manifestación de poder y de fuerza impuesta. El tiempo de los reyes y de las reinas ha terminado y miramos con un poco de diversión los movimientos (jornadas) y los escándalos de los reinados de este mundo.

A pesar de la impopularidad de los "soberanos", la popularidad  y soberanía de Jesús en los evangelios son indudables y los evangelistas  las mencionan a lo largo de la vida del Señor. Para apreciar este genero de supremacía, es necesario antes comprender su naturaleza.

En los evangelios, se menciona el Reino de Dios (o de los cielos) 122 veces y 90 veces la expresión es utilizada por el mismo Jesús, pero jamas en el sentido de poder político. Pero es claro que Cristo es el "rey del Reino de Dios ":


 - Desde el comienzo del Evangelio de Mateo, los sabios (o magos) venidos de Oriente preguntan al rey Herodes: "Dónde esta el rey de los judíos que acaba de nacer?" (Mt 2,2).

- En el texto del juicio final, el rey dice a los de su derecha: "vengan los benditos de mi Padre, reciban en herencia el Reino que les ha sido preparado después de la creacion del mundo" (Mt 35,34).

 - Ante Pilato, Jesús responde: "Si, yo soy rey...pero mi reino no es de este mundo".

- Su soberanía es el motivo de su condenación a muerte: "Este es Jesús, el rey de los judíos" (Mt 27,37).

Cuando Cristo dice a Pilato que su Reino no es de este mundo, no quiere decir que su reino no puede existir ahora. El afirma preferiblemente que su Reino no está basado sobre el modelo que nos ofrece el mundo que conocemos. No es una soberanía de poder, de riquezas y de privilegios, pero si es  una soberanía de servicio y de fraternidad. Y, lo que muestra lo mejor y la mas grande diferencia entre el reinado del emperador Tiberio César  y el de Cristo, es el perdón que JESÚS ofrece a quienes le han condenado a muerte: "Padre, perdonales porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34).

El texto de Lucas es un texto que incomoda y desconcierta. El trono de Jesús es una cruz, su corona, una corona de espinas, su investidura , una condenación a muerte clavada bajo su cabeza: "Este es el rey de los judíos". Sus guardaespaldas son dos malhechores condenados con El. A los ojos de todos, es una vida perdida, su causa,  un fracaso completo.  sin embargo, la inscripción sobre la cruz, en latín y en hebreo  "Iesus Nazarenus Rex Iudæorum (I.N.R. I) JESÚS NAZARENO REY DE LOS JUDÍOS, predice una repercusión universal del evento.

Hasta el momento de la muerte, el evangelio insiste sobre este reinado de amor y de servicio: "Jesús, acuérdate de mi cuando estés en tu reino", pide el ladrón condenado junto a El. Y la entrañable respuesta sucede a este hombre agonizante: "Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso". En el Reino de Dios, hay lugar para aquellos que son ignorados en los otros reinos: los pobres, los rechazados, los heridos y sufridos de la vida.

Este Reino de amor y de servicio puede comenzar a realizarse desde ahora, hoy mismo, y él existirá en plenitud cuando los pobres, los perseguidos, aquellos que sufren, aquellos que son despreciados encuentren su lugar justo. Es para inaugurar una tal y semejante sociedad que Jesús ha venido para establecerse entre nosotros.
 
Con este modo de reinar, Cristo quiere crear un cielo nuevo y una tierra nueva, dentro de nuestras familias, en nuestras parroquias y sobre nuestro mundo de competencia desenfrenada y de violencia sin límites. "Ustedes saben que los soberanos de las naciones dominan sobre ellas como amos y que los poderosos hacen sentir su poder. No debe ser así entre ustedes: al contrario, aquel o aquella que quiera ser grande entre ustedes, sera su servidor, y aquel o aquella que quiera ser el primero entre ustedes, sera su esclavo. Es así como el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido , sino para servir y dar su vida por la vida del mundo" (Mt 20,25-28).


La fiesta de Cristo Rey nos invita a reflexionar sobre el mundo de servicio soñado (querido) por el Señor. Como la levadura en la masa, el Reino de Dios se establece entre nosotros cada vez:


- que una madre cuida su hijo enfermo;
- que un marido cuida su esposa agobiada por la enfermedad de Alzheimer;
- que un benévolo visita a personas hospitalizadas;
- que un cristiano aporta la comunión a un enfermo;
- que una persona da el primer paso con humildad y coraje para reconciliarse con sus hermanos y hermanas;
- que un coro de personas se hace presente en una residencia para personas mayores con el fin de romper la monotonía cotidiana y compartir un poco de alegría y de música;

etc, etc 

Cada quien debe encontrar su propia manera de establecer el Reino de Dios a su alrededor, entre su familia, su comunidad, su lugar de estudio y o trabajo.
 

Si participamos en actividades de servicio ahora, un día "el rey nos dirá también a nosotros: Vengan benditos de mi Padre, reciban en herencia el reino, porque yo tenia hambre y me dieron de comer, yo estaba desnudo y me vistieron, estaba enfermo  y en la cárcel y ustedes vinieron a visitarme..."

El Domingo de Cristo Rey recapitula todo el año litúrgico recordándonos que "el reino de Dios viene cada vez que nos detenemos a ayudar a quien sufre y que tiene necesidad de nuestra ayuda".

"Padre Nuestro que estas en los Cielos, que tu nombre sea santificado, que tu reino venga"... 




ORACIÓN

En este día, miremos hacia la cruz y supliquemos al Señor:  

Acuérdate de nosotros en tu Reino. 
Acuérdate de los sufridos y heridos  de  (por) la vida, de las victimas de la precariedad y de las hambrunas. 
Acuérdate de todos aquellos que han perdido todo en las guerras y las catástrofes en Haití, en Irak, en Pakistán, en nuestro país y en tantas partes. 
Acuérdate de los inmigrantes y emigrantes con deseos de patria y hogar, ávidos de vivir con dignidad, en justicia y en paz en suelo extranjero,  que no se sientan ni los hagan sentir extraños.
Es cerca de ellos que tu nos esperas. Nosotros venimos a ti. Juntos, queremos ser testigos de la esperanza y del amor. Y tenemos la gran y firme esperanza que un día, tu nos dirás: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso".



referencias bibliográficas 

De diversas fuentes en francés, INTERNET.









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Gustavo Quiceno