martes, 24 de mayo de 2011

La generación divertida (Una reflexión muy inclusive sobre la iglesia y la escuela hoy…)



« Esta generación es divertida, mas no alegre… », nos solía decir el profesor Carlos Mario Hincapié en el seminario de Misiones en Medellín. No sé de dónde había sacado la frase o si era suya…pero ella era válida. Como lo sigue siendo hoy, si identificamos la palabra divertida con “light”, “entretenida”, “desentendida…”

Participo por estos días en un encuentro de sacerdotes de la Diócesis donde trabajo. El tema de reflexión y de oración es LA NUEVA EVANGELIZACION PARA LA TRANSMISION DE LA FE CRISTIANA.

De entrada parece haber un pleonasmo o cacofonía en la frase, pues en el fondo evangelizar es transmitir la fe, comunicar el evangelio, ANUNCIAR LA BUENA NUEVA (cristiana de Cristo (el Jesús de la fe),  o Jesús de Nazaret el hombre histórico).

Pero es evidente que la Iglesia, las comunidades católicas- cristianas, como nos lo mostraba la primera lectura de la liturgia del domingo pasado, debe adaptarse a cada época y cada circunstancia. Establecer estructuras que posibiliten una dinámica mayor y la eficiencia del servicio al cual están llamados todos los discípulos de Cristo, todos los bautizados, es decir todos los miembros de la Iglesia. Por eso en cada momento es importante hablar de NUEVA EVANGELIZACION.

Y para ponernos en ruta sobre el tema nuestro moderador el señor Pierre-Alain Giffard, doctor en teología y gran conocedor de estos menesteres, lanzo una pregunta asaz interesante para cuestionar a cada uno de participantes en esta sesión de clero local:

En referencia a la Nueva Evangelización  y de acuerdo a la experiencia pastoral, cuál ha sido para usted la mayor alegría y la mayor frustración…

La pregunta ha sido de verdad provocante y retadora en el buen sentido de la palabra, pues durante casi una hora se escucharon experiencias interesantes, vivencias que nos hacían identificar la situación de la iglesia actual de Quebec, y en particular de nuestras regiones.

Rápidamente salió a la luz una situación evidente y que es mundial: la aparente contradicción o no armonía entre EL CODIGO DE DERECHO CANONICO y LO QUE VIVEN LAS COMUNIDADES EN SUS PROPIAS CIRCUNSTANCIAS. Se dice que a veces se busca más la ley que el amor, imponer doctrina antes que dialogar en sencillez, en acogida. A veces pareciera que importa más contentar la iglesia oficial sacrificando la posibilidad de acoger nuevos miembros en la Iglesia por falta de una mayor comprensión de su estatus social, sus horarios de trabajo y estudio, su “práctica cristiana”…

Una primera conclusión entonces fue,  que es muy importante el testimonio de acogida, sencillez y familiaridad que los pastores y demás agentes de pastoral muestran ante la gente.

Y así en los encuentros y o cursillos para los diferentes sacramentos se ha de dejar una buena impresión entre quienes se acercan con libertad a demandarlos. No nos debe importan tanto la transmisión de doctrinas o contenidos (que es lógico, claro es importante) pero a través de la simple acogida, la sonrisa, se puede lograr más, se puede suscitar un mayor interés por el camino de formación y crecimiento en la fe que ofrece la Iglesia, si esta acogida es cálida.

Alegrias o satisfacciones frente a la NE

En cuanto a alegrías o testimonios de satisfacción en la experiencia de la Nueva Evangelización se escucharon cosas como estas:

-         Sentirse pastor, profeta y constatar que esa Buena Nueva, y mismo la actividad de evangelización da sentido a nuestra vida y por ende   llena de alegría y esperanza.

-         Percibir la sed o interés de la gente por escuchar o que se le explique la palabra de Dios.

-         Constatar que después de una formación en un encuentro o por las homilías del domingo en la misa, alguien corrobore que gracias a ello está más implicado ahora en un movimiento o actividad eclesial o social dentro de la comunidad.

-         La disposición de los jóvenes y los niños para acariciar algo o tomar como responsabilidad su fe luego de la recepción del sacramento de la confirmación (palabras del Obispo).

-         Esa minoría fiel y constante que se aglomera en nuestras iglesias cada semana, mostrando que hay quienes perseveran y testimonian su fuerza y cohesión en la fe en la Iglesia católica.

Tristezas o dificultades:

-         Tener la sensación de que con el paso de los años y mismo la insistencia de la iglesia por renovar sus estructuras, métodos y lenguajes, la gente en vez de progresar como que va en retroceso. Se respira a veces un miedo o rechazo al cambio.

-         La falta de formación en Biblia, en catequesis. Hoy hay una tendencia a despreocuparse mucho por conocer la Historia sagrada, interpretar los hechos salvíficos, que la mayoría de las veces no le dicen nada a la gente de nuestro tiempo.

-         Se aduce no tener tiempo, no lo hay para dedicarse a sesiones de formación bíblica, sacramental o catequética, debido a los estrechos horarios de trabajo y estudio de la gente tanto en el campo como en las ciudades.

-         Se escucha con prioridad, mayor pasión e interés otras voces ajenas a las del verdadero pastor Jesús (mas media, mundo de la farándula, de la tecnología avanzada)…Pues la Iglesia, sus estructuras, sus agentes no ofrecen regularmente medios audiovisuales o recursos atractivos para transmitir su misión y su ser. Da la impresión que la iglesia y su cuento es aburrido, tedioso y no tiene  nada interesante a  aportarle a las nuevas generaciones.

-         Y ampliando más este último aspecto de la expresión y el lenguaje, es verdad que ciertos textos y oraciones de la misa hablan en un lenguaje muy elevado, “celeste” e ininteligible para quienes asisten a ella, muchas personas e inclusive sacerdotes se sienten frustrados al leer o escuchar esa literatura teológica, profunda y bella, pero igualmente incomprensible e inaccesible para el común de los mortales. Buenas iniciativas son la de pastores y agentes de pastoral que adaptan tales textos y oraciones al lenguaje local y familiar de los auditores.

Pero en conclusión y sin lugar a dudas, estamos como estamos en formación en todos los sentidos debido a la ley del menor esfuerzo, a causa de la búsqueda de la diversión y el placer a la hora de formarnos , de adquirir madurez y sabiduría…

"Hoy ninos, jovenes y adultos, tanto en la escuela, como en el colegio y la universidad lo quieren todo en compota de bebe, masticadito..."

Y curiosamente esta mañana al entrar al Internet y ver las noticias de un periódico local quebequense, me encontré con un editorial de un periodista muy conocido por estos lares  Richard Martineau, reconocido por su posición fuerte y a veces radical ante el fenómeno cultural de la religión sea católica cristiana o musulmana. Pero en su columna de esta mañana  titulada “Una generación divertida” habla a propósito de la escuela y los profesores.
 
Al menos para mí, siempre he encontrado una relación entre Iglesia y Escuela, creo que después del hogar (o la casa) son nuestras segundas y terceras moradas, residencias comunitarias donde aprendemos algo mas, donde nos socializamos y cuyo ideal (suyo de ambas) es humanizarnos, desarrollando nuestra inteligencia y hacernos más sensibles a la presencia de Dios y tener una relación equilibrada, sana feliz con el prójimo, naturaleza y le entorno. Es decir la escuela y la Iglesia nos dan lo que la casa no puede darnos en razón de su esencia y ellas completan nuestra formación, nos preparan para enfrentarnos con más eficacia ante la vida y sus retos.

Leyendo el libro de filosofía “Quien soy yo y cuantos” de Richard Precht, fue sorprendente para mi  encontrar a alguien que refutara las posiciones de Rousseau y de Iván Illich, aduciendo que por el contario la sociedad en vez de corromper al ser humano lo hace más libre y feliz. Y ese es sin lugar a dudas grosso modo la misión de tales instituciones consideradas junto a la familia la clave de humanidad madura y realizada: la libertad y la felicidad.

La cabeza baja

La columna pretende hacer un bosquejo de la realidad actual  de ser docente o profesor en el  mundo de hoy, a la vez que busca hacer un homenaje a los maestros…

El citado columnista dice en la introducción que mismo si le hubieran ofrecido un millón de dólares en billetes de pequeña denominación por llegar a ser profesor nunca lo hubiera aceptado. Y continua haciendo referencia a una serie de textos publicados en el mismo periódico donde escribe (Le journal de Montreal) sobre “Los mejores profesores de Quebec” y remarca  si los lectores se han dado cuenta de todo lo que han dicho ellos acerca de lo que deben hacer para captar la atención de los alumnos.

Un profesor trae al salón de clase su tostadora eléctrica . El otro transforma el aula en un patinadero de hockey o en terreno de basquetbol.

Y si ellos no se mueven cuando enseñ
an…entonces todo se ha acabado, ya no vale más ni puede ir lejos el profesor que habla ante sus alumnos al mismo tiempo que estos toman apuntes…Según el testimonio de un profesor con experiencia de 30 años : « los alumnos solo pueden tolerar 12 minutos de silencio y que el docente debe aprovechar para  dictar su cátedra”.

Ya han pasado los bellos tiempos  cuando para aprender era necesario que las nalgas se pegaran a la silla o banco, se mantenía cerrada la boca y se escuchaba.

Ya no hay ninguna concentración.

Luc Ferry, un filósofo francés  que también fue ministro de educación. En su autobiografía muy interesante e ilustrativa titulada “el anticonformista” consagra algunas páginas a la educación.
Y escribe :

« Aprender requiere una cierta disciplina del cuerpo y del espíritu, un rigor intelectual, un esfuerzo de reflexión, de concentración y de pensamiento, sino el universo de la alta cultura no puede hacer descubrir o ver toda su riqueza”

Es una suerte que este intelectual no ha leído el reportaje sobre el profesor que transforma su aula de clase en un gimnasio. Sin duda alguna que se ahogaría en su tisana.

Remarquen, continua el periodista Martineau, yo no critico ni desprecio estos profesores, al contrario: ellos se ponen en cuatro patas y hacen hasta lo imposible por hacer su materia “seductora”

Pero como es que hemos llegado hasta allá? Que hemos hecho para que nuestros niños , jóvenes, nuestros  hijos tengan la capacidad concentración  de una ardilla sobre un café doble expreso?

Aprender divirtiéndose

Para Ferry, el más grande error del sistema educativo es el haber prometido a los niños y jóvenes que aprender es “divertido”

Y es falso, dice. Aprender no es  placentero. Por el contrario es violento. A uno se le extirpa todo confort para llevarlo a otros lados, arrancarle de raíz, transformarle”.

Desgraciadamente, hoy, el sistema de educación no quiere más incomodar al niño (alumno).  Él quiere acomodarle , confortarle dentro o en lo que él es.

Ya no es más el niño quien debe elevarse al nivel de la escuela. Es la escuela que debe abajarse al nivel del niño.

« No hagas esfuerzo por interesarte a lo que se te presenta,  somos nosotros que vamos a buscarte . Tu interés baja después de 12 minutos? No hay problema , se va hacer lo posible porque de alguna manera , cada 15 minutos cualquier cosa “rara, divertida o dinámica” ocurra…”

Todo va bien (como el Pibe...)

Resultado : Los profesores deben hacer de payasos, de marionetas para interesar los alumnos.

La relación entre el profesor y el alumno ha sido completamente puesta al revés. Es el profesor quien debe ahora ponerse , acomodarse al diapasón del alumno.

« Hemos pasado de una pedagogía del trabajo a una pedagogía del juego y del relajo, de la distensión », dice Ferry.

La misma cosa para la política

Los políticos no dicen más “Esto será difícil, será necesario un esfuerzo” sino “No teman nada, es suficiente con votar por nosotros y todo va arreglarse por sí solo…”

Y muy pronto , no se tendrá mismo necesidad de acercarse a la oficina o puesto de votación. Uno podrá poner nuestra X en casa a partir de nuestro computador.

Eso será aún más  divertido!

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Gustavo Quiceno