TEXTO DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 10, 1-10
01 Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante.
02 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
03 El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
04 Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
05 Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz».
06 Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
07 Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
08 Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
09 Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento
10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.
A guisa de introducción:
Reconocer su voz
Ahh aquellos tiempos de mi infancia!, que no puedo dejar de evocar…
Existía una imagen o dibujo que veía muy a menudo sobre los acetatos de música de 45, 33 y 78 r.p.m. Era el distintivo de una famosa compañía discográfica: la RCA VICTOR (1), presentaba un perro ante un gramófono: el perro parecía afinar la oreja cerca de una especie de corneta fijada a un torna discos. Y el slogan era: “la voz de su amo”.
El afiche o publicidad ponía en evidencia la fidelidad del sonido que se transmitía. Así el perro fiel ponía atención a la voz misteriosa, a aquella de su amo.
Los animales, lo sabemos, reconocen la voz de su amo. Los humanos también reconocen una voz conocida y familiar. Al teléfono, en el aeropuerto o en medio de una multitud, desde la primera palabra, desde la primera inflexión, uno sabe quién habla.
Como la huella digital, como el ADN, la voz tiene la firma de la persona. Y claro que hay usurpadores, imitadores, pero el engaño es rápidamente desenmascarado.
En nuestra vida es que nosotros sabemos reconocer la voz de Jesús? Hay tantos mensajes y mensajeros, tantos parásitos en la línea, tantos virus y voces en las redes, tantos juguetes electrónicos, robots, que uno no sabe más quien habla y cuál es el mensaje.
En todo este maremágnum, caos y confusión de voces es necesario que desarrollemos una escucha atenta.
Hemos de darle tiempo al discernimiento para que la voz del Maestro nos permita acceder a la plenitud prometida. Si las ovejas saben reconocer la voz del pastor, hay en nosotros suficiente amor y familiaridad para que reconozcamos y sigamos la voz por excelencia? (que no es Héctor Lavoe ni Frankie Ruiz, jeje) (2).
Puesto que Jesús nos invita a vivir, a vivir plenamente: “Que ellos tengan la vida en abundancia”.
Una aproximación psicológica:
Todos los libros del Nuevo Testamento, cada uno a su manera prácticamente presentan a Jesús como la Nueva Pascua, el Nuevo Moisés, el Liberador, el Mediador de la Nueva Alianza.
Bajo cada una de estas aproximaciones, hay una sola y misma realidad central: EL EXODO, es decir, la intervención de Dios en la historia para hacer salir a su pueblo y ponerlo en marcha para que le siga.
Es admirable constatar como el vocabulario empleado acá reenvía a esta experiencia clave del éxodo. Todo es movimiento: entrar, abrir, llamar, llevar fuera, hacer salir, ir delante, seguir, entrar y salir, encontrar su alimento…
Es el itinerario de todo un pueblo que surge acá, es el camino espiritual de toda una nación que es evocada y en el fondo es la misma experiencia que se abre para los discípulos de Jesús.
Jesús hace vivir un éxodo, una salida de si, Él libera de la inercia y de la inconsciencia, y llama a emprender una marcha que refresca, renueva a quien la vive y que le permite encontrar “de qué alimentarse”.
El “llama a cada uno por su nombre”, a sus discípulos Simón, Andrés, Mateo y los otros. Él “Les hace salir a todos” de una existencia sin horizonte. “El marcha adelante, a la cabeza”, como Dios mismo marchaba a la cabeza (en frente) de su pueblo, en el desierto de una vida esterilizada por la ley y las instituciones de su tiempo, sin otro objetivo que la rutina cotidiana.
En fin, Juan hace expresar a Jesús la convicción que con ÉL, sus discípulos “encontraran de qué alimentarse”, que Él les hará vivir experiencias que los harán crecer y construir”.
El éxodo vivido y realizado por Jesús, es una salida de sí mismo, una puesta en marcha que pone en contacto con la “vida abundante”, vivida intensamente y en plenitud.
Jesús no aparece entonces como un reformador religioso que recuerda una fidelidad primera. Él no lleva a lo que ya era. Él pone en camino hacia lo que todavía no es.
Él no es aquel que agrupa en los “cercados” de una ley o de una moral. Es por el contrario aquel que “hace salir”, “que lleva afuera”, al gran día, y que nos precede en el camino de la libertad y de la realización personal.
Luego del primer éxodo, Dios ha arrancado su pueblo de una sociedad de opresión, de un cerco (cercado) de explotación, para enviarlo a construir un país de libertad y de fraternidad.
De modo parecido acá, cuando los falsos pastores se apropian de los bienes de los demás y destruyen la vida, Jesús viene para ensenar a compartir los bienes y a servir la VIDA.
He aquí el Nuevo Éxodo al cual nosotros estamos invitados.
REFLEXION CENTRAL
Cada año, en el cuarto domingo de pascua tenemos como centro de nuestra reflexión litúrgica la parábola del Buen Pastor, tantas veces dicha y tantas veces representada en el arte cristiano.
En el evangelio de hoy, Jesús mezcla las imágenes de una manera un poco desconcertante. Él mismo se compara con el Buen Pastor como con la puerta del cerco del rebano, dos imágenes que en el Nuevo testamento son complementarias.
En los campos de la Palestina, los pastores hacen parte del paisaje cotidiano. Cuando se acerca la noche, al final del atardecer, ellos juntan sus rebaños para protegerlos de los peligros de la noche. Después, al día siguiente, conducen sus ovejas hacia los pastos. La Biblia nos habla igualmente de pastores y de ovejas. En el salmo 23 que acabamos de escuchar, leíamos:
“EL Señor es mi Pastor,
Él me hace descansar en verdes praderas,
Me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas…”
Es una manera de decir que Dios conduce su pueblo y que cuida de él.
El filósofo Henri Bergson escribía: “la gran cantidad de libros que yo he leído no me han dado tanto alivio como lo ha hecho el Salmo 23: “El Señor es mi Pastor, nada me falta; si yo atravieso las sombras de la muerte yo no temo ningún mal, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me confortan”.
Pero cuando leemos estos textos bíblicos, debemos poner cuidado para no equivocarnos sobre el sentido de la palabra “rebaño”. A los ojos del Señor, nosotros no somos un colectivo anónimo, Somos su pueblo y a cada uno nos conoce por nuestro nombre; Él nos dice a cada uno de nosotros: “Tu eres mi hijo (a) “. Nosotros somos una grande familia de creyentes, mas hay un lugar para cada uno de entre nosotros en el corazón de Dios; “Yo te he llamado por tu nombre, tú tienes mucho valor ante mis ojos y yo te amo”. Esto se lo decía al pueblo de Israel, mas hoy, Jesús nos anuncia que es de igual manera verdadero para cada uno de los Hijos de Dios.
En el evangelio, Jesús se presenta como la puerta del cerco donde están las ovejas. Para comprender esta parábola, es necesario recordar que él se dirige a los fariseos, Estos últimos tienen un tal sentido de lo sagrado que no pueden imaginarse esta proximidad o cercanía de Dios . Para ellos, Dios es el Santo , el inaccesible; el hombre no puede llegar a Él por sus solas fuerzas. Sobre este punto, Jesús les da la razón. Mas él nos anuncia que Él mismo nos abre la puerta y entonces podemos encontrarle. Esta puerta que nos permite de (ir) llegar hasta Dios , es Jesús mismo. “Si alguien entra por ella, será salvado”. Él es quien nos transporta nos ayuda a pasar y atravesar la muerte para acrecentar y fortalecer en nosotros las fuerzas de la vida.
A pesar de todas nuestras reivindicaciones de independencia y de autonomía, tenemos necesidad de ser guiados hacia la felicidad, hacia una vida plena y total. Tenemos necesidad de un gobernador.
Nosotros podemos, seguramente, seguir a otros guías, y muchos se presentan ante nosotros como “salvadores providenciales”, pero Jesús nos advierte: “atención!, pilas!, moscaa!”si ustedes les siguen, ustedes correrán el riesgo de ser engañados”. Se nos promete un cuerpo perfecto, sin arrugas, que no envejece más (véase por ejemplo la publicidad de Amparo Grisales y sus productos de belleza para parar el envejecimiento); la felicidad instantánea (por el dinero fácil a través del robo, el atraco, la corrupción, el engaño del fisco, a través del tráfico y venta de drogas, alucinógenos, el negocio de la pornografía, etc). La alegría rápida si compramos tal o cual casa , tal barco de placer, tal carro; las vacaciones de nuestros sueños; el negocio de la bolsa en su momento, o un seguro de vida que nos procurara un avenir seguro.
Con la crisis económica que atravesamos, miles de personas se han dado cuenta de la fragilidad de tales promesas. Millones de personas han perdido sus empleos, su casa, su estilo de vida. La crisis económica ha hecho que millones de personas se vean literalmente ahora en la calle. Y todo ello a causa de la ambición o avidez desaforada de algunos!
Es muy fácil dejarse seducir por los comerciantes o mercaderes de la felicidad garantizada. Todos nos proponen una receta-milagro, “para nuestro más grande bienestar!”
Pero muy a menudo esos charlatanes, esos vendedores de sucesos en rebaja, no buscan que enriquecerse a costa de desangrarnos y de empobrecernos ( es decir a nuestras costillas!)
Jesús se presenta hoy ante nosotros como el guía, el pasaje o tiquete, la puerta que da acceso a un mundo mejor. Detrás esta puerta, no hay un Dios que atemorice o un Dios que nos pida poderes o competencias extraordinarias, sino que hay un Dios que ama, que acoge el Hijo prodigo, la mujer pecadora, el buen ladrón, al Pedro arrepentido, al Pablo el perseguidor.
La preocupación del Señor no es encerrarnos en el corral con el fin de protegernos, sino más bien de hacernos salir para descubrir la belleza del aire libre, los grandes horizontes, los espacios ilimitados: “El entrará y saldrá y encontrara pastos”.
Desafortunadamente, muchos escogen caminos de perdición y van hacia la infelicidad o desgracia. Después de meses, los mass medias nos hablan todo el tiempo de violencias, de actos de racismo, de guerras, de muertos y más muertos. De jóvenes completamente desesperados se evaden en la droga y el alcohol. Es a ese mundo tal como es que somos enviados como portadores de esperanza. Nuestra misión, es mostrar a Cristo “pastor de toda humanidad”. Nada podrá impedirle de querer salvar a todos los humanos. Es absolutamente necesario que nosotros entremos en ese gran proyecto de amor que anima a Jesucristo.
En ocasiones, nosotros estamos encerrados en una especie de “corral”, bloqueados a causa de una enfermedad, de un complejo, de un traumatismo, de una adicción al alcohol, al juego, a la droga, a causa de nuestro ambiente. Todos tenemos algún día que hacerle frente, ponerle cara a los problemas que nos agobian y no parecen tener salida.
Nos sentimos atrapados en la trampa, prisioneros, no sabiendo cómo salir adelante y o liberarnos.
Es cuando Cristo interviene y nos dice que Él es la puerta, que Él es la salida. Imagen de libertad!, imagen de solaz, de frescor y de vida! Seguir a Jesús no es como muchos lo piensan, vivir una vida mediocre, es por el contrario vivir plenamente: “Yo he venido para que tengan vida y la vida en abundancia” (Juan 10,10).
Cada domingo, venimos a encontrar el Señor que puede darle de nuevo un sentido a nuestra vida. Él es nuestro guía, el pasaje o tiquete hacia la libertad, el compañero de camino que nos acompaña a lo largo de toda la vida.
ORACION;
Señor, tu nos invitas a acoger este amor que está en ti.
Tu eres en nosotros esta puerta abierta por la cual pasamos de la tristeza a la alegría, de la duda a la confianza.
Haznos disponibles e irradiadores de tu presencia.
Te pedimos especialmente por todos aquellos que tu llamas como los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas, pero también por los laicos comprometidos en el Anuncio del evangelio. Que los unos y los otros, allí donde estemos, seamos la voz de Cristo el Buen Pastor.
PARA TODOS MIS COLEGAS y AMIGOS Y FAMILIA QUE SE HAN TOMADO EN SERIO LO DEL BAUTISMO...
f e l i z d i a d e l b u e n p a s t o r !
REFERENCIAS:
-
Pequeño misal “prions en Eglise”, Novalis, Canadá.
- HÉTU, Jean-Luc. Les options de Jésus.
(2). Varios cantantes llevan el apodo de “la voz”, significando a veces de manera muy presuntuosa, será por sus managers o seguidores que ellos son por excelencia los primeros, el prototipo de la salsa.
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Gustavo Quiceno