domingo, 8 de abril de 2012

Abril 8 del 2012: Domingo de la Resurrección del Señor


Domingo de Pascua por una reflexión y conversión ecológica:

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 24,36-45
La aparición a los once discípulos

Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús estuvo en medio de ellos (y les dijo: «Paz a ustedes.») Quedaron atónitos y asustados, pensando que veían algún espíritu, pero él les dijo: «¿Por qué se desconciertan? ¿Cómo se les ocurre pensar eso? Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos como ustedes ven que yo tengo.» (Y dicho esto les mostró las manos y los pies). Y como no acababan de creerlo por su gran alegría y seguían maravillados, les dijo: «¿Tienen aquí algo que comer?»  Ellos, entonces, le ofrecieron un pedazo de pescado asado (y una porción de miel);  lo tomó y lo comió delante ellos.   Jesús les dijo: «Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.» Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras.



Hay en este relato muchos pasajes: pasajes (pasos o transiciones) del miedo a la paz, de la incredulidad al encuentro verdadero, del pecado al perdón, de la ignorancia a la inteligencia, de la muerte a la vida.

Pasajes, transiciones, cambios y conversiones, habremos o hemos vivido en nuestro caminar de las últimas semanas.

En este día de Pascuas, demos gracias a Dios por habernos sostenido en nuestro caminar (yo agradezco en particular, por haberme permitido perseverar con estas reflexiones ecológicas diarias, por el tiempo hallado, por la gracia recibida, por las actitudes, palabras y mínimo pensamientos nuevos que todo esto habrá generado en mis lectores con quienes he compartido).

Que estos pasajes no siempre fáciles, confesémoslo, sean siempre fuente de nuestra esperanza en nuestra capacidad de actuar y realizar gestos que produzcan algo diferente y transformen nuestro mundo en un lugar donde todos podamos vivir en paz.
Como en otro tiempo lo ha hecho para sus discípulos, Jesús quiere presentarse ante nosotros: Él se nos une cuando lo escuchamos, lo imitamos u oramos. Y de igual manera su presencia nos sorprende; en ocasiones de igual modo Él se hace presente sin que se lo hayamos pedido. En la carretera, en el camino, en el supermercado, en la tienda, en nuestra casa: en todos los lugares de nuestra vida, el desea la paz, su paz.

Porque la Paz está en el centro del encuentro con el Resucitado. Esta paz, la buscamos constantemente. Para nosotros mismos o para la creación, en el corazón o centro de esta vida estresante, tenemos necesidad de ser apaciguados para poder ver claro y tomar las buenas decisiones.

De igual manera, Jesús se invita a comer, Él quiere estar presente en nuestras comidas. Osaremos proponer una última conversión ecológica, otro gesto de solidaridad, en este domingo de Pascua?

Si  hoy ofrecemos o regalamos chocolate, pensemos en las poblaciones que viven de su recolección. Pensemos en los niños de los cultivadores de cacahuetes y de cacao, y compremos un chocolate que haya sido cultivado con justicia y respeto a los derechos de sus productores.

La cultura del cacao, más que ninguna otra, causa la destrucción de inmensas zonas de la jungla en África occidental, desde Ghana hasta Costa de Marfil, pasando por Camerún.

Seria extraño e irónico celebrar a Cristo Resucitado quien hace reinar la justicia, favoreciendo la injusticia y la devastación con nuestras compras. El chocolate justo y o cultivado con sentido de equidad, sin duda que es un poco más caro, pero también es de mejor calidad ecológica! Exíjanlo en sus almacenes donde compran habitualmente, en la panadería, en la dulcería; este gesto tiene todo su sentido si en verdad está  motivado por el amor al prójimo.

Jesús no está desconectado y o lejano de nuestra realidad. Por el contrario, Él come el chocolate con nosotros. Su resurrección no está fijada en el texto de una ceremonia, así sea cantada e igualmente  también bella; ella está encarnada en todos las personas que realizan pequeños gestos por un mundo de justicia y de paz. Es por la resurrección que Dios prueba y o muestra que la vida es más fuerte que la muerte. Y Dios no solamente habla, también actúa…en nosotros. No matemos la belleza del mundo, sino más bien por la fuerza que Dios nos transmite, resucitemos la belleza del mundo!
De este modo, así podremos desearnos los unos a los otros Felices Pascuas…verdes!


ORACION:

Padre Nuestro, Creador del Cielo y de la Tierra,
Tu has resucitado a Jesús para llenarnos de Esperanza.
Ahora, el Espíritu Santo sopla y nos inspira
para que seamos testigos de tu luz de vida
en todas las esferas de nuestra existencia.
Despierta en nosotros esta justicia que construye tu Reino.
Suelta nuestra lengua y nuestras manos
Para que tu Voluntad sea hecha  sobre esta tierra
como ya está  en el Cielo.
Y oramos por esta gracia
de continuar haciendo tu Voluntad todos los días,
sea en nuestros pequeños gestos cotidianos,
o en este grandioso día de Pascuas.

1 comentario:

  1. Gracias Padre Gustavo por estas reflexiones. Felices pasacuas

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Gustavo Quiceno