Acá estamos de nuevo para escuchar la Palabra del Señor y dejar que resuene
en nuestras mentes y corazones y se traduzca en los gestos cotidianos de
nuestras manos…
Él nos invita hoy a que le dediquemos tiempo, a que saquemos momentos para
estar con Él, en lo apartado, para encontrar un poco de descanso.
En este mundo donde tantas cosas nos acaparan y hacen pesada nuestra
marcha, que venga Él a hablar a nuestro corazón y que sea el Pastor que guía cada
día nuestros pasos hacia la felicidad y la paz.
L E
C T U
R A S
:
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 23, 1-6
¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño
--oráculo del Señor--. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: A los
pastores que pastorean a mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las
expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuenta, por la maldad de
vuestras acciones --oráculo del Señor--. Yo mismo reuniré el resto de mis
ovejas, de todos los países a donde las expulsé, y las volveré a traer a sus
dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las
pastoreen: ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá --oráculo del
Señor-- en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey
prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con
ese nombre: "El-Señor-nuestra-justicia"
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 22
R.- EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.
El Señor es mi Pastor, nada me falta:
En verdes praderas me hace recostar.
Me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.-
Me guía por sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tu vas conmigo:
Tu vara y tu cayado me sosiegan. R.-
Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume
y mi copa rebosa. R.-
Tu bondad y tu misericordia me
acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 2, 13-18
Hermanos:
Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca
de los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos
pueblos, Judíos Y Gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que
los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas,
haciendo las paces para crear, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios
a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte,
en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz; paz a vosotros los de lejos,
paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con
un mismo Espíritu.
Palabra de Dios
ALELUYA Jn 10, 27
Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor--, Yo las conozco y ellas me
siguen.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 6, 30- 34
En aquel tiempo los Apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron
todo lo que había hecho y enseñado. Él les dijo:
-- Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.
Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para
comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron
marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por
tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una
multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se
puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor
A guisa de introducción:
Los visos del verdadero compartir
Yo creo que uno de los momentos
mas bellos y entrañables en una relación de verdadera amistad es el rencuentro,
el volverse a ver para compartir de los hechos y experiencias de vida.
Dos amigos que se quieran o amen de verdad
no harán o podrán nada más que recontar después de una corta o larga separación y
tiempo sin verse, sus historias, sus
relatos de éxito, de triunfo, pero también de fracaso, de dolor, de desilusión,
de decepción.
En nuestros días, las redes
sociales tanto usadas como Facebook por ejemplo, nos están haciendo olvidar el
objetivo de la amistad concreta, sencilla, clásica…Así como en el Facebook
mayormente contamos nuestras alegrías o mismo nuestras sandeces y cosas
inútiles, lo mismo se está proyectando en nuestros encuentros persona a persona
de amistad…No nos digamos mentiras, tendemos a ser superficiales, hipócritas,
pusilánimes, desconfiados, envidiosos, especuladores, desinteresados y más bien egoístas.
Yo puedo decirles por experiencia
personal que también me he vuelto más bien reservado respecto a mis
sentimientos, a mis experiencias y vivencias, a mis pensamientos…Y ello por
muchas razones:
La primera porque casi nadie se
interesa en lo que usted hace, en lo que ha vivido, en lo que está trabajando o
estudiando…Díganme cuantos de ustedes
entre sus amigos en las pasadas vacaciones cuando lo volvieron a ver le
dijeron: “…pero cuénteme de su vida, qué
ha hecho, compártame una experiencia remarcable vivida en el ultimo año…”,
si lo encontraron “tienen suerte de tener aun buenos amigos”.
La segunda porque si uno toma la
iniciativa de “contar sus gestas o milagros”, puede pecar de parecer
jactancioso, “Pinchao”, un “echador de tierra” , “un fantoche”, y muchas de
esas criticas vienen a veces de corazones celosos, tacaños, mezquinos o resentidos…Sin
embargo, nos dejamos afectar por esas criticas equiparable a las bagatelas.
Tercera razón porque andamos
siempre a las carreras, acelerados…Ya no hay tiempo para sentarse a tomar un
café por largas horas, porque tenemos muchas personas a quien saludar o
visitar…y yendo acá y allá, el tiempo vuela y las conversaciones o
“compartires” son por lo mismo superficiales, lacónicas, frívolas.
Y una última razón porque casi
amigos ideales, amigos que se interesen por sus aventuras, sus problemas o sus
éxitos ya no los ve, están lejos, o están muy cerca pero han cambiado…ya no
tienen como interés primordial encontrarle para escucharle y hacerse escuchar.
Aunque esta última también puede pesar como razón también: ocurre que todo el
mundo quiere hablar pero nadie quiere escuchar…
Un maestro fuera de serie
Jesús decide instruir a la
multitud, comprendido sus apóstoles, después de tomar conciencia de a situación
deplorable en la que se encuentran: “Estaban como ovejas sin pastor”. Junto a
todas estas personas que vienen hacia Él, cada uno de nosotros también portamos
o traemos nuestra parte de penas, de preocupaciones, de decepciones y fracasos
que nos dejan a veces en un tal estado de abandono y de confusión que caminamos
como a tientas en una oscuridad casi total. Nos sentimos solos, abandonados y
dejados a nuestra sola cuenta. Que sea a la ocasión de la perdida de un hijo o
de un pariente, de la traición de un ser querido¸ de la enfermedad que golpea
de repente, todos nosotros tenemos necesidad de una presencia compasiva (que no
sienta lastima sino que “sienta con”) y reconfortante, de un corazón que se
muestre acorde y conforme a nuestra necesidad.
Jesús juega ese papel de manera
eficaz. Él no puede impedir la pena, Él puede solamente curarla…compartiéndola,
haciéndola suya.
El lo hace invitando y agregando
colaboradores, llamando a personas a quienes confía la tarea de ser pastores al
estilo del corazón de Dios, seres atentos a la vivencia de los otros, que se
dejan tocar por sus penas y dificultades.
El llama a hombres y mujeres de
compasión que saben vibrar ante el sufrimiento de su prójimo y que pueden
consolarlo, desplegando todos los recursos de su corazón y de su fe.
Feliz rencuentro
Jesús en el evangelio después de
haber enviado en misión los doce ahora los recibe para escucharles, para darles
instrucciones y así nos ofrece pistas de
compartir de la vida entre amigos:
Esta reunión no tiene nada que
ver con la idea de hacer un balance o evaluación de los hechos y gestos
realizados por los apóstoles. Al contrario, Jesús los reúne para que
permanezcan cerca de él. La relación entre Jesús y los suyos indica la
importancia del rencuentro.
Ellos son personas que se vuelven
a encontrar después de una ausencia larga durante un tiempo consagrado a la
“misión”. Jesús les escucha. “Él escucha todo lo que han hecho y enseñado”.
Una relación de acercamiento se teje entre Jesús y sus apóstoles durante este
compartir.
Enseguida ellos son invitados a
venir a un “lugar apartado”. Para
qué? Para descansar “un poco”. Alrededor de ellos, había una gran cantidad de
gente “que no tenían tiempo ni para
comer”. La invitación de Jesús responde a las necesidades de todo ser
humano: comer, descansar, retirarse del núcleo de la acción, tomar un momento
para si mismo. Cristo se revela como aquel que cuida de los suyos de una manera
particular.
Jesús ofrece a los apóstoles un
tiempo privilegiado para detenerse, antes de empezar otra etapa de la misión.
Hace que sus apóstoles se sientan cercanos a Él. Cuántas veces los relatos del
evangelio nos cuentan que los discípulos buscaban a Jesús mientras Él estaba
alejado en un lugar especial para estar cerca de Dios? Jesús incita a los
apóstoles a vivir de manera más intima con Él para no sucumbir ante el
activismo de la misión.
Y como la multitud es grande, y
la gente los persigue, una gran masa de gente que tiene hambre física y hambre de la Buena Nueva (de escuchar una
noticia de esperanza, de optimismo, de aliento, de amor…) que andaban como un
rebaño sin pastor, Jesús prepara los apóstoles para que encuentren un sentido a
la actividad misionera.
Y ella apenas empieza!
La multitud espera justo al otro lado del lago o del rio. Y Jesús “siente
compasión” cuando la ve. Aparte, en un lugar desierto, ahora ofrece
a la gente un tiempo de reposo y de encuentro con Él.
Los apóstoles son testigos de la
manera como Jesús se preocupa y vela por el bienestar de todo ese mundo
hambriento de la Palabra de Dios.
Hoy, Jesús nos reúne al lado suyo
y después de una semana de actividades, de trabajo o quizás mismo de vacaciones.
Venimos de algún lugar para estar
en su presencia y compartir con Él nuestros hechos y gestos realizados por amor y para
disponernos a escuchar la Palabra de Dios.
Este tiempo de descanso nos
permite emprender de nuevo la marcha, retomar el camino?
Que impulso y que fuerza , qué
inspiración me da este rencuentro dominical?
Aproximación psicológica del evangelio:
Pastores que no son más pastores
Jesús desea un poco de soledad y
tranquilidad para que sus discípulos puedan desconectarse de toda preocupación
y reposar con Él. Pero todo no sale tal cual como se pensaba, puesto que Jesús
ve llegar multitud de gente y para él,
esto constituye una experiencia que lo compromete, que lo agarra. Jesús
se siente implicado y tocado profundamente al ver una infinidad de
personas que tienen necesidad y que
buscan quien se ocupe de ellas, que llevan una larga y pesada carga de vivencias (cfr. Mateo
11,28), que tienen hambre y sed de las cuales nadie se preocupa o presta
atención.
Nos encontramos acá con una de
las críticas más profundas de Jesús y de cara a la institución religiosa de su
tiempo: la religión no responde a las verdades necesidades, no entienden el
sentido de necesidad que tiene la gente. Más precisamente los agentes de
pastoral no son verdaderos acompañadores espirituales:
-
Ellos tienen mucha “organización”, pero
no tienen una verdadera práctica evangélica (Mateo 7,21-23).
- Ellos no cargan de verdad junto con la
gente sus interrogantes, cuestiones vitales y problemas (Lucas 11,45-46).
-
Ellos no tienen una fe liberadora y
comprometida y tampoco ayudan a los otros a llegar a ella o a ese ideal.
- Ellos se preocupan por las apariencias y
el poder exterior, pero no asumen sus verdaderas cuestiones y su vivencia
interior (Mateo 23,25-28).
Aquí esta el por qué Jesús afirma que con tales sacerdotes y tales animadores, la gente se ve a la larga sola, afligidos “sin pastor”, y esta situación está lejos de dejarle indiferente.
Aquí esta el por qué Jesús afirma que con tales sacerdotes y tales animadores, la gente se ve a la larga sola, afligidos “sin pastor”, y esta situación está lejos de dejarle indiferente.
Es por que Él
mismo ha decidido renunciar a su trabajo como carpintero y llegar a ser “constructor o edificador de hombres”, así como Él ha
llamado a otros a dejar su trabajo de pescadores para ocuparse de los hombres y
de las mujeres. Él se definirá como un pastor, y esta imagen sugiere dos
grandes responsabilidades: acompañar a la gente en sus cuestiones y guiarlos en
el camino hacia los prados verdes que alimentan de verdad (cfr. Juan 10).
Esto implica que
el pastor tome primero en mano su propia vida, que trabaje en su propia
liberación y que asuma sus propios compromisos, porque es solamente con estas
condiciones que aquel o aquella que viene hacia el pastor “encontrará de qué
alimentarse” (Juan10,9).
En el relato de
Marcos, la alusión al pastor es por otro lado seguida del relato de la
multiplicación de los panes, donde Jesús es presentado como Aquel que alimenta
efectivamente aquellos que vienen a Él.
Pero es a nuestra propia práctica que nos renvía la
alusión al verdadero pastor y la critica de los malos pastores, porque nuestra
solidaridad humana en Jesús, en adelante
nos convierte en pastores los unos de los otros.
REFLEXIÓN
Las vacaciones no son paréntesis
espirituales!
O como nos decía
uno de los padres formadores en el seminario antes de partir a vacaciones por
un mes: “La espiritualidad no tiene vacaciones”…Incluso había un compañero
seminarista muy relajado que nos decía sin menor vergüenza que él no iba a la
misa durante las vacaciones porque según él a lo largo del año en el seminario
y en la actividad pastoral en las parroquias de la ciudad él asistía a unas 200
misas!
Es el peligro de
comprender mal el tiempo de reposo, de vacaciones o hacer turismo, ya lo decía
la semana pasada…el ser humano no puede pasar por la tierra meramente como un
turista porque corre el riesgo de perderse el verdadero placer del color y del
paisaje existencial.
El descanso
tiene de positivo que permite interrumpir el trabajo, salir de la rutina a
veces alienadora, adormecedora y agotadora para permitirnos encontrarnos con
nosotros mismo, detenernos, evaluar y rencontrar el sentido de la vida.
El evangelio de
este domingo nos permite constatar que hay dos tipos de fatigas: la de aquel
que marcha largo tiempo para cumplir su misión…Es la de los apóstoles, es la
misma de Jesús que se sienta fatigado al bordo del pozo de la samaritana…Y hay
otra fatiga, aquella de las ovejas “agotadas, abatidas por el cansancio”.
“Jesús tuvo
compasión de ellas porque estaban fatigadas como ovejas sin pastor” (Mateo
9,36).
Como respuesta a
la primera fatiga, Jesús propone a los discípulos lo que él mismo vive: el
retiro, el silencio, lo apartado.
Jesús ha enviado
sus discípulos para hacer lo mismo que Él: enseñar, anunciar el Evangelio y
sanar los enfermos. Ahora les propone el mismo reposo: retirarse en un lugar
desierto y alejado, para hacer silencio, rencontrarse, orar. “Jesús va a la
montaña para orar solo” (Mateo 14,23).
Quizás esto puede decirnos algo a
propósito de la manera como nosotros
concebimos las vacaciones?...No hay de un
lado tiempo gris y atenuado, vacío de Dios y de silencio, que seria lo
cotidiano y un tiempo de colorido, interesante y rico, que seria el tiempo de
vacaciones. El reposo está al servicio de la misión, de la vida entera. Si
Jesús, el Hijo de Dios ha sentido la necesidad de tomar esos momentos de
retiro, cuanto más lo debemos nosotros mismos tomar! Nosotros arriesgamos sin
cesar de perder el sentido de esta vida. El ritmo en el cual nos dejamos
constantemente sumergir no favorece para nada este retiro o tiempo de descanso,
Se trata de rencontrar el sentido del por qué uno vive y uno trabaja.
Se trata de
estar por demás a la escucha de aquello que el Señor quiere decirnos. Jesús
saca provecho siempre de este tiempo de retiro. Cuando se aleja una noche para
orar, lo hace para escoger los 12 a la mañana siguiente. Cuando Jesús se aleja
para orar cerca de Cesarea de Filipo fue para preguntar a los apóstoles: “Quien
dicen ustedes que soy yo?” (Marcos 8,29).
A menudo
nosotros concebimos nuestras vacaciones como un paréntesis, un tiempo meramente
de distracción destinado a permitirnos ser lo que somos en verdad, cuando el
resto del tiempo nosotros soportamos nuestra vida. Pero no es así como Cristo
utiliza este tiempo de descanso o retiro. Su vida es una unidad; ella toda
entera está al servicio de su Padre y de su misión. No de una manera forzada o
sobrehumana. Jesús sabe reposarse porque Él sabe lo que es la fatiga. Pero esos
momentos de retiro, de alejamiento y de reposo pertenecen al tiempo de su
misión, son todavía su misión. Ellos no son un paréntesis.
Por otro lado,
hoy el tiempo de reposo comienza mal! El vuelve a encontrar la multitud. Los
mejores planes o programas son aquellos que incluyen lo imprevisto. Como se
dice en inglés: « ustedes quieren hacer reír al Señor, just make plans! “Hagan planes!” Y Jesús
entonces ve otra forma o modo de fatiga, la más extendida quizás, la fatiga de
aquellos que están alejados, desposeídos, que no tienen sentido de la vida y
andan sin dirección. Esta fatiga es todavía más agobiante que la otra fatiga. Están
aquellos que caminan y se cansan sobre un camino conocido y aquellos que erran
(y o deambulan) sin saber a donde va su vida y cual sentido darle. A estos
últimos, Jesús les “ensena” “largamente”. Nosotros podemos ayudar a nuestros
hermanos dándoles un vaso de agua, como lo hará la samaritana- es igualmente
muy apreciado en estos tiempo que corren!- pero también ensenándoles. Cuál Palabra el
Señor esperas de mi? Cuál enseñanza? Para
saber como estar atentos con nuestro cónyuge, con nuestros padres, con
nuestros hijos, no tenemos acaso necesidad de esos momentos de retiro, de
silencio y alejamiento? No para distraernos y olvidarnos de las preocupaciones
sino para discernir como resolverlas,
No para huir de
nuestra vida sino para vivirla mejor, con más calidad e intensidad.
Allá, en Getsemaní (en el huerto de los Olivos)
por última vez, Jesús se retirara un
poco a lo lejos para orar y encontrar de nuevo el sentido de su misión.
Que el Señor nos
permita imitarle en sus retiros como en sus enseñanzas, en su actividad como en
su reposo. Amén.
otra reflexión
Venid a un sitio tranquilo a descansar
P. Adolfo Franco S.J.
Comentario del Evangelio del Domingo XVI, TO
Marcos 6, 30-34
Marcos 6, 30-34
Los apóstoles han terminado su primera actividad apostólica, y al volver cuentan todo lo que cada uno ha hecho. Regresan felices. Ellos mismos han quedado admirados de todo lo que fueron capaces de hacer por la fuerza comunicada por Cristo. Al terminar de escuchar sus experiencias Jesús les invita a irse a un lugar solitario para descansar. Y por eso suben a la barca para buscar un sitio tranquilo.
La vida del hombre es trabajo, pero debe tener espacios solitarios de recuperación, de descanso. Este mensaje del evangelio de hoy parece necesario como nunca, para nosotros, hijos de una civilización que se mueve en forma vertiginosa. Vivimos a la carrera, con tanta prisa que ni nos damos cuenta de que vivimos. La velocidad de los acontecimientos es tan grande que no nos permite distinguir los hechos, vivirlos, gozar la vida, detenernos, profundizar, tener reposo. Como cuando una película se dispara en el proyector, entonces sus imágenes van tan aprisa que no percibimos lo que el filme nos quiere decir. La vida a veces la vivimos en forma tan agitada que no la llegamos a profundizar.
Será, seguramente, que necesitamos un poco de reposo, una pausa. Y esto no siempre es fácil, porque la prisa termina siendo una droga que nos envicia. Y necesitamos más y más prisa para sentir que seguimos vivos; y nos asustan las pausas, los silencios. Vivimos acelerados, y tenemos que aquietarnos. Pero la velocidad, como todas las drogas, tiene esas dos características de la tolerancia y de la dependencia. Cuando nos acostumbramos a vivir a una cierta velocidad, sentimos la necesidad de imprimir más velocidad (si no ya no se produce eso que muchos llaman “adrenalina”). Y cuando se nos para en seco (se nos quita la droga de la velocidad) nos viene el aburrimiento, parecería que nos cuesta vivir.
Pero el vértigo produce varios efectos nocivos a la calidad del ser humano. El primero es la superficialidad. No se tienen experiencias profundas, no se medita en las raíces, no hay espacio para la quietud de la contemplación. La meditación, los espacios de reflexión, no caben en una vida llena de velocidad (por eso es frecuente que la gente diga que no tiene tiempo, o que no le alcanza el tiempo). Se tienen tantas informaciones que no hay tiempo para asimilarlas, perdemos la capacidad de reflexión sobre los acontecimientos; y sobre todo no tenemos el suficiente sosiego para darse un espacio a sí mismos. Somos hombres devoradores de noticias. Las amenas tertulias en familia o con amigos son tan escasas, porque nos cuesta estar quietos un rato sin estar urgidos por el reloj; enseguida surge: “disculpen tengo que irme, porque se me hace tarde”; y la tertulia se deshace, porque la prisa por irse contagia a todos los presentes. Hacemos demasiadas cosas pero no tenemos tiempo para la filosofía, para la contemplación, para la oración.
Pero no menos problema que la superficialidad es la provisionalidad. Todo se vuelve provisional, todo es “usar y tirar”. La comida es al paso, las relaciones son al paso. Hoy digo que sí, mañana no sé qué pensaré. No hay principios estables, no hay compromisos duraderos. La velocidad con que todo cambia, no nos permite darnos cuenta de lo duradero, y de lo perenne. Parecería que solo hay velocidad, sin nada de esencial. Como si lo único verdadero fuera el fluir, el correr. No hay valores estables en la vida: también se piensa que los valores se sujetan con imperdibles, para poderlos cambiar, cuando no estén de moda. Y lo mismo pasa con las instituciones, y con una de las más sagradas, el matrimonio y la familia. Los compromisos duran unos cuantos plazos, hasta que encuentre un “nuevo producto” que me guste más que el que ya me aburre de tanto verlo, y lo cambio por uno nuevo. El hombre de hoy puede tener el peligro de no saber comprometerse.
Por eso es tan importante el consejo del Evangelio: vamos a un lugar apartado, para descansar un poco. Y si esto vale para la vida natural, mucho más vale sobre todo para nuestra vida sobrenatural. La pausa es necesaria para darle espacio a la fe, a entrar en el espacio de la contemplación, donde se produce el encuentro con el Rostro Amado; para eso es necesario un tiempo y un espacio en soledad, tranquilo. Para entrar en nuestro mundo interior, profundizar en él, para ver nuestra realidad y purificarla. Para entrar en la paz de una oración quieta, que nos llene de savia vigorizante, nos hace falta quietud. Cumplamos, pues, la invitación que nos hace Jesús, de ir a un lugar solitario para descansar un poco.
...
Agradecemos al P. Franco S.J. por su colaboración.
OBJETIVO DE VIDA PARA LA SEMANA :
-
Si aun
estoy en vacaciones o mejor, si ya estoy trabajando y o estudiando, me doy un
momento de reposo y de silencio para rehacer mis fuerzas.
-
Cada día
de la semana , releo el Salmo 22 y dejo que el Señor, mi Pastor, me conduzca
hacia la paz.
ORACION:
Como el pastor vela por sus ovejas,
Tu nos proteges y cuidas Señor.
Bendito seas Padre de Bondad
Por guiar nuestra existencia y
Por instruirnos largamente con tu
Palabra de Vida.
Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tu nos das tu Hijo, Señor
Y guías nuestros pasos.
Bendito seas Padre de Bondad por
reunirnos
Y hacer de nosotros el Pueblo que amas.
Como el Pastor vela por sus ovejas,
Tú haces de nosotros Señor, un pueblo
fraternal.
Bendito seas Padre de Bondad, por
hacernos revivir
Y
por preparar para nosotros.
La mesa donde nos das el Pan de Vida.
Como el Pastor vela por sus
ovejas,
Tu estas siempre con nosotros
Y Tu eres nuestra vida.
Bendito seas Padre bueno
Por darnos tu soplo
Por colmarnos cada día
Del don de tu Espíritu. Amén
BIBLIOGRAFIA:
-
Pequeño “Prions en Église”, Edicion
quebequense, Novalis, 2012.
-
HÉTU, Jean-Luc. Les Options de Jésus.
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Gustavo Quiceno