Palabras de acogida:
Para
conocer a Jesús, es necesario acercarse al evangelio con la certeza de
encontrar un amigo. Es necesario abrir grande el corazón a Aquel, quien para vivir con coraje los
momentos más dolorosos de su vida, nunca dudó del amor de su Padre
L E
C T U
R A S
(De http://betania.es)
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAIAS 50, 5-9a
El Señor
Dios me abrió el oído; yo no resistí, ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los
que golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a
insultos y salivazos. Mi señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido, por
eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Tengo
cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí? Vamos a enfrentarnos: ¿quién es
mi rival? Que se acerque. Mirada, mi Señor me ayuda: ¿quién me condenará?
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 114
R.- CAMINARÉ EN PRESENCIA DEL SEÑOR,
EN EL PAIS DE LA VIDA
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante;
porque inclina su oído hacia mí,
el día que lo invoco. R.-
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
"Señor, salva mi vida." R.-
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó. R.-
Arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor,
en el país de la vida. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL
SANTIAGO 2, 14-18
¿De que le
sirve a uno decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá
salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos de
alimento diario, y que uno de vosotros les dice: “Dios os ampare: abrigaos y
llenaos el estómago", y no le dais lo necesario para el cuerpo: ¿de qué
sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, está muerta por dentro. Alguno
dirá: "Tu tienes fe y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras y yo, por
las obras, te probaré mi fe."
Palabra de Dios
ALELUYA Gál 6, 14
Dios me
libre de gloriarme si no es en la cruz del Señor en la cual el mundo está
crucificado para mí y yo para el mundo.
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
MARCOS 8, 27-35
En aquel
tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo;
por el camino preguntó a sus discípulos:
-- ¿Quién
dice la gente soy yo?
Ellos le
contestaron:
-- Unos,
Juan Bautista: otros, Elías, y otros, uno de los profetas.
Él les
preguntó:
-- Y
vosotros, ¿quién decís que soy?
Pedro le
contestó:
-- Tú eres
el Mesías.
Él les
prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y empezó a instruirles:
-- El Hijo
del Hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores,
sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar a los tres días.
Se lo
explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se le llevó aparte y se puso a
increparle. Jesús se volvió, y de cara a los discípulos increpó a Pedro:
--
¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!
Después
llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo:
-- El que
quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me
siga. Mirad, el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su
vida por el Evangelio, la salvará.
Palabra del
Señor
A guisa de introducción :
Entonces, QUIEN ES JESÚS PARA TI?
Qué puedo
saber?, qué debo hacer?, qué me cabe esperar?...A estas tres preguntas responden
respectivamente la epistemología o gnoseología (filosofía o ciencia del
conocimiento), la Ética y o moral (filosofía del comportamiento) y la teosofía o teodicea (filosofía de la
religión)… Tal era el planteamiento del brillante pensador Emmanuel Kant en el
siglo XVII…y concluía pero hay una pregunta que encierra todas las 3 cuestiones
anteriores y es Qué es el hombre? (porque es el hombre el único ser que elucubra el
saber, que se pregunta por la consecuencia de sus actos y es el único que tiene
esperanza) …
Para quienes creemos en Cristo la
pregunta más importante es Quien es
Jesús, quien es Jesucristo? San
Marcos la pone en todo el centro de su evangelio, develando el secreto
mesiánico que tanto se ha ocultado hasta acá y se ha cuidado de no andar
pregonándolo…Pedro lo revela diciendo:
“Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios
que ha de venir al mundo”…
Auscultando en mi historia personal de
fe y caminada vocacional hacia el sacerdocio, recuerdo que cuando tenia 12 años
obtuve la primera respuesta acerca del hombre Jesús, creo que ya lo he dicho
anteriormente, fue aquella tarde sabatina luego de los funerales de mi tía
Odilia, a la entrada del cementerio de Marquetalia sobre el muro blanco del
alfeizar, allí estaba la frase del evangelio de Juan: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14,6). Y unos años
más tarde otra frase alentaría más mi vocación de discípulo de Jesús, la frase
aparecía en un afiche escrita al lado de un bebé desnudo de espaldas
mirando al cielo: “Qué es el hombre para que te acuerdes de él…? La frase era del
Salmo 8 que canta la grandeza de Dios y la dignidad del hombre.
Estoy convencido que nuestra
existencia o vida se juega toda en la respuesta que demos a la pregunta Quién
es Jesús?
La experiencia de estos 40 y tantos
años me permite concluir que:
la fe es a veces solo intelectual o
idealismo hecha de afirmaciones
doctrinales o dogmáticas…(cuando la fe o el creer se queda en la cabeza y no
desciende al corazón y mucho menos a las manos),
la fe es solo espiritualismo cuando
no la racionalizamos, no somos críticos, no la maduramos y no la dejamos que actúe y se manifieste en
la vida diaria con palabras y gestos de amor y compasión,
la fe es solo activismo, filantropía
cuando nuestros actos de amor, compasión y solidaridad humana no tienen
referencia o su asidero en Dios…fuente de toda sabiduría y acción.
Jesús hoy nos pone a todos frente a
esta pregunta crucial: “para ti, quien soy yo? Podríamos responderle:
-
Fuiste un teso, un hombre admirable como Buda, Mahoma o más
recientemente Gandhi, otro iluminado…pero no más!
-
Fuiste el modelo de hombre perfecto, infalible…pero lo
pareces tanto que sin duda eres solo un mito o un ideal sublime del ser
humano…lastima que no hayas existido.
-
Eras un profeta más que te creíste el cuento y te lo hicieron
creer que eras el Hijo de Dios…pero ya ves tu
impotencia, tu debilidad, te llevaron al final trágico y luego tus
seguidores en marrullerías históricas nos han hecho creer que eras Dios.
-
Tú eres el Hijo de Dios que ha venido a revelar su amor y que
murió por salvarnos…( pero yo no me comprometo contigo…qué peligro que me
tachen de loco, de fanático, me compliques la vida y me maten por tus ideas…)
El Jesús del pesebre es dulce,
apacible, meloso…Su nacimiento y la celebración de la navidad alegre, arrullada
por villancicos no nos debe hacer olvidar que para resucitar es necesario pasar
por la cruz…
Cuando Jesús afirma hoy que “si
alguien quiere seguirme que renuncie a sí mismo, tome su cruz y me siga”, nos invita a tomar posición, a
jugárnosla por Él. Compartir su suerte?
Quién es Él para pedir esto?
Como a Pedro sus palabras nos
“incomodan”, son “palabras locas”, oír
hablar de sufrimiento y de muerte no nos gusta. Esta perspectiva nos da miedo.
Siempre reaccionamos o respondemos de manera inadecuada ante la violencia, ante el mal como expresión de la insensatez humana.
Preferimos evacuar el mal de nuestro
campo de consciencia, pero tarde o temprano la realidad nos vuelve a atrapar.
Por otra parte, quién puede vanagloriarse de no ser tocado poco o mucho,
directa o indirectamente por la maldad? Algunas personas tienen la dura
experiencia. Y mismo uno se pregunta como hacen ellas para llevar esas
situaciones tan duras como la muerte, la violación, el incesto, la intimidación,
el rechazo o toda otra forma de violencia que sea.
Todo este sufrimiento nos causa
cuestionamientos, pero las respuestas permanecen desconocidas. El sufrimiento,
el mal, el envejecimiento, el pecado, la muerte, siempre nos aparecerán como
profundos misterios. Es acaso esto una razón para rendirse ante la fatalidad?
No.
Jesús ha comenzado a designar un
vasto horizonte de esperanza al anunciar su resurrección después de revelar su
identidad a los discípulos. La resurrección no cabe duda, también es un misterio,
pero ella abre una brecha por donde
puede pasar la esperanza en la victoria de la vida sobre la muerte.
Textos
de apoyo
Y así
murió el Hijo de Dios. ¡Qué contraste con las muertes de Moisés, Buda,
Confucio...! Todos ellos murieron en edad avanzada, coronados de éxitos a pesar
de los desengaños, rodeados de sus discípulos y seguidores. En el Calvario
aprendemos que quien quiera creer en el Dios de Jesús quizás no deba esperar el
destino de Daniel o de Susana, sino el de Jesús. La cruz de Cristo coloca al
cristiano, paradójicamente, en una situación muy parecida a la del ateo:
Ninguno de los dos puede vivir esperando soluciones mágicas de Dios. (GONZALEZ Carvajal, Luis. Esta es nuestra fe,
Sal Terrae, 1989).
******
“Por
seguir a un profeta de Galilea
Me eché la
vida al hombro, como una manta
Y me fui
repartiendo buenas noticias,
Entre
cantos y risas, gritos y lágrimas…
Que si
señor!
Que si
alguno quiere compartir mi empresa
Yo le
ensenare un idioma que se habla en toda la tierra,
Para
alargar los caminos y derribar las fronteras,
Llenando
así el corazón de infinitas recompensas…
(Canción
misionera de P. Gustavo Vélez- +2009)
Aproximación
psicológica del evangelio:
La
difícil y o dura fidelidad a nosotros mismos
Septiembre es el mes de la amistad,
de los amigos, tiempo que puede ser más intenso y rico, realmente provechoso
para crecer en las relaciones de amigos si vamos más allá de los simples
detalles, regalos y juegos del “amigo secreto”. No es mentira que muchas de
nuestras amistades son “superficiales”, construidas sobre intereses egoístas,
muchas veces son descomprometidas, descarnadas…solo amistades de foto, de
apariencia, de poca riqueza humana y yo diría espiritual.
El evangelio de este domingo nos
puede ayudar a crecer en nuestra amistad mostrándonos que para ser verdaderos
amigos hemos ante todo de ser fieles a nosotros mismos (cada uno) aunque
sea muy difícil y segundo a comprender
que es necesario asumir los conflictos.
La amistad de Pedro y de Jesús,
atraviesa acá por una crisis. Pedro es sincero, pero la verdad de Pedro no es
la verdad de Jesús. Nadie puede renunciar a su verdad profunda para complacer o
dar respuesta a lo que espera el otro de él mismo. “De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si él arruina su propia
vida?” (v.26). De qué le servirá
entonces al hombre o conseguir todos los
amigos del mundo, si este hombre permanece en conflicto consigo mismo arruinado
así su propia vida?
Jesús está atrapado, encerrado…Él
debe elegir entre una agresividad
espontánea que aleje la interferencia de Pedro, y la agresividad estimulada,
aprobada y venenosa que guardamos contra aquellos que nos han hecho desviar de
nuestro camino o que no han aceptado que seamos diferentes a ellos.
El relato permite concluir que Jesús
ama a Pedro, y que Él se ama a sí mismo. El ama a Pedro porque cinco minutos de
agresividad en la verdad valen mejor para Pedro que los meses o años de
reproches simulados en la penumbra y la
hostilidad implícita. Al mismo tiempo, Jesús se ama lo suficiente a si mismo
para discernir qué es lo bueno para Él, lo que debe vivir, aquello que lo
realizará o llevará a la plenitud
(igualmente en el sufrimiento). Y Él se ama lo suficiente para defender esto
contra toda intromisión, por bien intencionada que sea. Para Él, la perseverancia
en la verdad de su ser vale más que cinco minutos de falsa armonía con Pedro.
Recibir como pago la agresividad ante
la Verdad nos asusta…pero ese es casi siempre el precio de la verdad y entonces
preferimos recurrir a un compromiso. No hay modo de navegar en la precisa mitad
(el justo medio), de ser a la vez sincero consigo mismo y suave con los
demás? No siempre, eso parece. Porque si
esa “precisa mitad” o “justo medio” existe siempre, es necesario admitir que
Jesús ha sido incapaz de encontrarlo aquel día.
Cuando por no hacer enojar o “incomodar”
al otro, yo debo renunciar a cualquier cosa que me aleja de mi verdad (por
ejemplo mi confort, mi gusto de tener razón, mi deseo de eficiencia, mi
dinero), entonces no hay problema…”Aquel
que ama soporta todo” (1 Corintios 13,7). Pero, si por no incomodar al otro
(y la mayor parte del tiempo por no sentirme mal yo en esta confrontación) debo
renunciar a lo que yo siento que debo
ser, entonces todo ha cambiado.
Si Jesús hubiera tolerado verdades a
medias y “compromisos” en su propia vida, habría tolerado uno con Pedro aquel
día, y aquello habría introducido la incomprensión, la distorsión y el
alejamiento en su relación. Pero Jesús se ama lo suficiente para ser claro
consigo mismo: “cuando ustedes hablen
digan si o no; si las cosas son claras, no sentirán la necesidad de jurar o de
perderse en lo incorrecto (o que procede del maligno) ” (Mateo 5,37).
También es posible amar
suficientemente los otros para ser claros con ellos.
La amistad, entonces llega a ser una
relación donde cada uno crece y hacer crecer al otro, porque cada quien se ama
lo suficiente para dar la cara lúcidamente ante las exigencias de la vida, y
para ayudar al otro a hacer lo mismo: Ama a tu prójimo como a ti mismo…
”Seguir a
Jesús”, es también, asumir en nuestra vida las confrontaciones (o
enfrentamientos) que Él ha asumido, en nombre de la misma fidelidad interior. (A. Paoli).
Y llamando
a la gente con los discípulos, les dijo:
—El que quiera seguirme, niéguese a sí
mismo, cargue con su cruz y me siga. 8,35: El que quiera salvar su vida, la
perderá; quien la pierda por mí y por la Buena Noticia, la salvará
Asuman sus
conflictos:
La segunda parte del compromiso
público de Jesús está dominado por la ideal del rechazo social. En varias ocasiones,
Él habría confiado a sus discípulos: Todos aquellos que tienen algún poder
social me rechazarán: los aristócratas, los sacerdotes y los especialistas de
la ley. Ellos harán que sienta que yo no soy nada y me pondrán aparte.
La cruz, en el contexto de la época,
es la sanción o el castigo para aquellos que han incentivado o promovido la sublevación social, sea por razones criminales o políticas. Nuestra época
distingue entre los prisioneros de derecho común y los prisioneros de (por)
opinión. Estos últimos son castigados no por lo que han hecho, es decir no por
las leyes que han transgredido, sino por lo que ellos han visto, pensado,
expresado y escrito.
Jesús ha sido condenado por lo que
pensaba y decía, y no porque transgrediera leyes civiles (el episodio de los
vendedores del templo fue un gesto profético contra el cual la policía del
templo no presenta denuncia).
Y Él dice a sus discípulos: es normal
que también les pase esto a ustedes. Es inevitable que las mismas convicciones
que ustedes tienen produzcan los mismos efectos a su alrededor, en su ambiente.
Sería sorprendente que la gente acepte en ustedes lo que ellos no han podido
aceptar en mí.
Los motivos de conflicto no son
necesariamente teológicos, y los desprecios o rechazos no son siempre espectaculares.
Pero siempre crucifica sentir que la gente
se ríe de nosotros a causa de nuestras convicciones, nos encuentre o les
parezcamos estúpidos por lo que decimos y por lo que hacemos. “Los fariseos que amaban el dinero
escuchaban a (Jesús hablar del dinero) y ellos se reían por eso” (Lucas
16,14).
Jesús nos pone ante la siguiente
alternativa: “Quien asegura su vida (con los seguros del mundo: dinero, poder,
conformidad a los valores del ambiente y del momento) la perderá y quien pierde
su vida por mí la asegurara”, quien haya sido socialmente rechazado por causa
de sus actitudes frente al dinero, al poder, los derechos humanos, la justa
repartición de bienes…Este encontrará la salida.
Se está lejos, aquí, de una
concepción privada del sufrimiento, tal como es presentada por una cierta
espiritualidad cristiana. “Cargar su
cruz”, esto, no se reduce simplemente a
aceptar los sufrimientos inevitables de la vida. Es aceptar pagar el precio
social (en términos de conflicto con su ambiente que le rodea) de una vida
vivida según sus convicciones evangélicas.
Jesús nos dice que solamente Aquel
que permanece o llega justo hasta allá es “digno de Él”.
REFLEXIÓN CENTRAL
Quien pierde su vida por mi la salvará
Ésta
página del evangelio está en el centro del evangelio de San Marcos.
Hasta
acá, Jesús, seguido por la muchedumbre, ha predicado en Galilea, en las
regiones de Tiro y Sidón y en la Decápolis pagana, al este del lago de
Genesareth. Después la multiplicación de los panes y el discurso sobre el Pan
de vida, gran mayoría de la gente lo ha
abandonado.
Jesús
ha visto en el horizonte la salida o conclusión fatal de su aventura. La gente
lo ha dejado y muchos de sus discípulos lo han abandonado: “muchos de sus
discípulos se fueron y dejaron de seguirle”. Sus enemigos se encarnizan contra
Él, porque transgrede o viola las reglas de conducta y condena ciertos dogmas
de los dirigentes políticos y religiosos:
-
él ha curado los enfermos el día Sábado;
-
come con los pecadores;
-
acepta a María Magdalena la pecadora;
-
toca a los leprosos, los intocables;
-
protege a la mujer adultera;
-
conversa en publico con una mujer, la Samaritana que vive actualmente con su
sexto marido;
-
Se hace invitar a casa del publicano Zaqueo; colaborador de los romanos;
Jesús
se atreve a criticar los dirigentes religiosos y los acusa de ser “hipócritas y
sepulcros blanqueados”. Él sabe que ya ha sido juzgado por estas autoridades.
El proceso no será que una burla de la justicia. Es necesario recordar que
Cristo no ha querido la cruz, Él no la ha buscado. Son las autoridades que lo
han condenado a esta muerte atroz.
Cristo
solidario sin embargo ha querido tocar o palpar y unirse a las peores situaciones
donde puede encontrarse el ser humano: situaciones de crueldad, de humillación,
de rechazo y de discriminación. Él ha llegado a ser el juguete del sadismo y de
las crueldades salvajes. Él será aquel a quien se desnuda, se le cubre con un
manto purpura, se le golpea y se le da azotazos, a quien se le desfigura
golpeando su rostro, de quien se burlan, que lo humillan públicamente y al que
se le condena a una muerte atroz.
La
cruz es el símbolo del odio y de la crueldad, pero ella es también el símbolo del
triunfo del amor. Las autoridades religiosas de Judea han condenado Jesús a muerte,
pero ellos no han logrado matar en Él la bondad y el amor. Antes de morir, Él pedirá
a su Padre que perdone a sus verdugos: “perdónales
porque no saben lo que hacen”.
Cristo
es para nosotros una referencia, un modelo. A lo largo de toda su vida, Él nos
recuerda que ha venido para servir: “No he venido para ser servido sino para
servir”.
En
el mundo de hoy, lo que cuenta es crearse un buen lugar en la empresa o la sociedad, ser el
mejor, el vencedor, el número uno. Nuestra visión del mundo está profundamente
marcada por el deporte y la guerra, donde lo valido es la ley del más fuerte!
Hoy como ayer, la gente no sabe qué hacer con los perdedores. Los americanos
han inventado la categoría de los “winners”, los vencedores. Estos se oponen a
los perdedores, en un mundo de competición alocada, acelerada, donde hay bien pocos vencedores y millones de perdedores.
Seguir
la ruta de Cristo no tiene nada que ver con los vencedores, con la gloria, el
suceso, la afirmación de si, pero si con la capacidad de amar, de servir y de
ser solidario.
Nuestro
mundo es más bello porque la Madre Teresa ha estado acá;
Porque
el franciscano Maximiliano Kolbe se ha ofrecido a las SS (los Nazis), para salvar
un padre de familia;
Porque
el Padre Damián ha consagrado su vida a los leprosos de Molokai;
Porque
Monseñor Romero ha apoyado los pobres de su país y a causa de sus tomas de posición
valientes, ha sido acribillado durante la Eucaristía;
Porque
Nelson Mandela ha combatido el Apartheid;
Porque
ciertas religiosas han querido abrir una clínica para los enfermos de Sida y
han sido expulsados de su casa por cristianos en cólera;
Porque
Martin Luther King ha tenido un sueno y lo ha pagado con su vida;
Porque
el cardenal Martini ha tenido la valentía de criticar ciertos dirigentes de la
Iglesia que rechazan de ir adelante (en avance) y proclamar el mensaje de
Cristo para la gente de hoy.
El
mundo es más bello porque una madre de familia pasa en blanco las noches,
cuidando a uno de sus hijos enfermos,
Un
padre trabaja 10 horas por día para alimentar a los suyos,
Una
pareja se priva de un viaje al extranjero para venir en ayuda de un vecino con
dificultades financieras,
Amigos
soportan un alcohólico o un joven bajo el dominio de la droga,
Padres
de familia cuidan un hijo con limitaciones físicas,
Hijos
que se ocupan de sus padres ancianos,
Cristo
ha dado su vida por los demás y nos invita hoy a imitarle.
Nos
corresponde a nosotros descubrir las ocasiones de realizar ese sueño.
Nosotros
somos miembros de la religión de la cruz y de todo el amor y la generosidad que ella representa.
La
cruz es el símbolo del odio y de la crueldad de algunos hombres, pero ella también
permanece como el emblema de la bondad, de la ternura, del perdón y del amor.
Otra REFLEXIÓN
¿QUÉ SOY
PARA TI?
Por José
María Maruri, SJ
1.- ¿Quién dice la gente que soy
yo?... Miles de libros han dado respuesta a esta pregunta del Señor: teólogos,
místicos, autores piadosos, novelistas, cineastas y hasta enemigos del
cristianismo han tratado de participar entre lo que opina la gente con títulos
como Rey de Reyes, La Pasión, Jesucristo, Superstar o, incluso de manera falaz
y escandalosa, con “La última tentación”. Otros, han querido verle como un
revolucionario al estilo del Che Guevara.
Como los apóstoles contestando lo que
los demás piensan se quedaron tan anchos y satisfechos, así nosotros, pero se
nos corta el resuello cuando el Señor cambia su pregunta por la que, en
realidad, le interesa a Él: “¿Y vosotros quién decís que soy yo?”.
Ya no vale refugiarse en títulos de
libros, novelas o películas, ni siquiera se responde con muy pulidas respuestas
de catecismo. A Pedro no le valió. Contestó con una definición de aventajado
discípulo de clase de religión, pero se le quedó en el tintero lo que el Señor
le preguntaba: su disposición hacia Él, su disponibilidad, su compromiso, su decisión,
su entrega… Y fue reprendido duramente. A Jesús no le valen respuestas de
catecismo.
2.- El Señor, ni es teólogo, ni
profesor de religión, ni quiere colegiales aventajados, ni teólogos famosos, ni
predicadores “piquito de oro”. Jesús sube hacia Jerusalén, se va enfrentar con
la enemistad de los más…Sabe en peligro su vida y quiere saber si cuenta con
los suyos, gente que pierde la vida con Él, porque Él significa algo para
ellos.
“¿Tú quien dices que soy yo?” ¿Qué
significó su vida? Pensároslo cada uno en silencio. Contestároslo si podéis.
Pero cuidadito porque es una respuesta que compromete y el Señor nos va a tomar
la Palabra.
Desde las líneas de un libro, la
imagen de un cine o el desenfado de un púlpito caben las frases bonitas, la
cháchara. Pero en el tú a tú con el Señor no vale más que la verdad, y la
verdad compromete. Pedro de definió y negó. Tomás dijo “Muramos por Él…
3.- ¿Cuenta Jesús en nuestra vida
diaria? ¿O le tenemos encerrado en la Iglesia? ¿Entra en mi despacho, en mi
comedor?
--¿lo siento cercano, como a
cualquier miembro de mi familia?
--¿cuenta en mis decisiones
personales o familiares?
--¿oigo crujir sus pasos junto a los
míos por el camino de la vida?
--¿es alguien al que miro y hablo
para decidir que debo hacer?
La anécdota es muy conocida, y muy
antigua, pero hermosa. Se cuenta del Padre Vilariño, autor de una preciosa
biografía de Jesús que yendo sólo en el tranvía –allá en el Madrid de los años
treinta del siglo pasado—charlando con el Señor, al acercarse el cobrador pidió
instintivamente dos billetes, con gran admiración del tranviario… Así era de
real Jesús para él.
Jesús no es el teólogo curioso, es el
amigo y quiere saber si cuenta con sus amigos: ¿qué soy en tu vida?, ¿ocupo en
lugar en ella?
4.- Hay muchos “quienes” en el
Evangelio, la multitud se pregunta: “¿quién es éste que acalla a la tempestad?,
¿quién es éste que arroja a los demonios?, ¿quién, que perdona los pecados?,
¿quién es el que habla con autoridad? Quién, quién, quién, pero todos fuera de
mí. El único quién importante para el Señor y para cada uno de nosotros es:
“¿Quién es el Señor para mí?
A una persona se la define por su
nombre y apellido, por la referencia a la familia que pertenece, por su carrera
o cargo. Pero lo importante es quién es para mí, la persona sin la que no puedo
vivir, la persona por la que soy capaz de dar mi vida. Lo único que me importa
en la vida… Esta es la respuesta que Jesús espera de mí.
OBJETIVO-VIDA
DE LA SEMANA
-
Me doy tiempo para responder a la pregunta de Jesús: “Quien
soy yo para ti?” y lo descubro en el centro de mis penas, de mis alegrías, de
mis amores…
-
Nombro en mi oración las personas que dan la vida por su
familia, sus alumnos, sus pacientes, sus clientes, sus colegas y doy gracias al
Señor.
-
Me comprometo a orar por una persona que ha sido victima de
actos de violencia.
-
Esta semana daré un nuevo impulso a mi fe, haciendo un acto
de caridad con una persona necesitada.
ORACIÓN- MEDITACIÓN
Señor Jesús,
nosotros creemos en Ti
Tú el Mesías,
has sido arrestado como un bandido,
traicionado
por Judas, negado por Pedro, rechazado por los tuyos.
Tú has
muerto en la cruz y Tú has sido resuitado entre los muertos por tu Padre.
Señor,
creemos en Ti.
Después de
mucho tiempo, seguimos tras tus pasos.
Nos esforzamos
de vivir, tomar decisiones,
de hablar
y actuar dejando que el Evangelio nos inspire.
Señor nosotros
creemos en Ti,
pero como
Pedro estamos tentados a veces de perder la fe,
de rebelarnos,
de no querer tomar nuestra cruz y seguirte,
de querer
salvar nuestra vida y no darla por amor.
Señor nosotros
creemos en Ti.
Danos
coraje y audacia
Para dar a
conocer y hacer amar el Evangelio a nuestro alrededor.
Haz que
nuestros actos y nuestras palabras sean autenticas
y siempre
acordes-conformes con nuestra fe.
En tu
amor, Señor Jesús,
Tu nos
prometes compartirte y hacernos participes
de tu
propia vida de resucitado,
ahora y
por siempre.
REFERENCIAS
1. Pequeño “Prions en Église”, edición quebequense, 2009-2012.
2.
HÉTU,
Jean-Luc. Les Options de Jésus
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Gustavo Quiceno